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Sesión del 27 de agosto de 2021


Elena Lubián, adjunta regular cátedra Freud
Veremos algunos conceptos que vienen trabajando con David. Tomamos algunas
aristas de dicho concepto y les propongo una lectura problemática del concepto a
partir de desarrollos de Freud y lacan. Yo siempre empiezo conceptualizando un
problema. No es tanto una nueva lectura o de nuevos textos que nunca vieron,
sino lectura de textos y recorridos que la mayoría de ustedes los trabajaron, pero
situando las dimensiones problemáticas sobre un concepto. En la segunda parte
trabajo un recorte clínico.
Voy a remarcar una serie de problemáticas que atañen a las modalidades
actuales del padecimiento, que justamente presentan particularidades que
podemos ubicar como introduciendo bordes (siempre hablo de neurosis) que nos
llevan a no poder encuadrarlas como neurosis de transferencia.
En un segundo momento Freud plantea una serie de casos respecto de los cuales
la aplicabilidad del método no está aconsejada, y siempre aclara que no se trata
de la gravedad del caso. Lo que hace límite con las conceptualizaciones en las que
se sostiene el dispositivo, las intervenciones posibles en ese campo. Por eso es
interesante profundizar algunas cuestiones en los cortes que hace David en las
clases. Uno se encuentra un montón de problemáticas para reflexionar.
Cuando me invitan de las residencias resurge cómo pensamos las intervenciones,
cuáles son los bordes de modos de presentación del ejercicio analítico. El otro día
me invitaron de la residencia universitaria. Me preguntaban sobre cómo se
interviene cuando alguien no asocia. También por qué en determinadas
modalidades subjetivas (yo hablo siempre de neurosis, que es lo que trabajo) hay
tan poca posibilidad de asociación.
Hay que diferenciar que no todo padecimiento es un síntoma.
Freud excluye ciertas dimensiones del padecimiento anímico que lo confrontan
con dimensiones diversas de lo simbólico. Mientras que en un primer momento
deja por fuera a la angustia en tanto fenómeno propio de las neurosis actuales, y
no tiene conceptualizada la pulsión. Uno puede decir que deja afuera a la
angustia, pero también deja afuera cierta dimensión de lo pulsional cuando no
está anudada al deseo.
La primera clínica de Freud es centrada en el ppio de placer y por ende en el
deseo, pero luego vemos la pulsión anudarse al deseo.
Freud deja por fuera la tensión sexual somática, o sea, la pulsión.
En un segundo momento deja afuera el armado del narcisismo en la producción
de la transferencia.
En un primer momento plantea la necesidad de capacidad de transferencia y
excluye las neurosis narcisistas, llena de una bolsa de gatos. Pero luego va a
decir luego que la dificultad es la de producir una transferencia operativa para el
dispositivo, esto es, la transferencia positiva (mociones tiernas). No quiere decir
que no haya transferencia como tal. A Freud lo complican las transferencias
hostiles. La forma como teoriza la posición del analista le vuelve difícil maniobrar
con esta conceptualización de la transferencia.
Veremos cómo hay en Freud desarrollos que complejizan la posición del analista,
pero que no alcanza a desarrollar y que Lacan sí.
Miren cómo deja afuera primero la angustia y la pulsión. Luego deja por fuera
armados del narcisismo.
Lacan luego revisa esto y piensa que hacen parte de los registros imaginario y
real. En rigor, la clínica de la primera época está enmarcada en lo simbólico, en el
ppio del placer. Es una clínica que tiene unos operadores conceptuales que
aportan mucho a la clínica. En un primer momento centrada en la interpretación,
en un segundo momento la dimensión simbólica de la transferencia. Cierto
esbozo de la transferencia hostil y erótica está en todo análisis. Cuando esto se
instala, ya la interpretación no es suficiente, le toca repensar y proponer otra
forma de intervención que no estaba antes.
Este primer y segundo momento están organizado en términos del deseo, del ppio
del placer, el síntoma (reflejo del conflicto psíquico). El más allá del ppio del
placer y el masoquismo convulsionan todo este escenario, pero permiten pensar
los obstáculos que no se ordenan en el eje simbólico. Pueden remitir al imaginario
en el armado del narcisismo, o en lo real en lo pulsional y el acto.
La idea de hoy es meternos más a fondo con los problemas que surgen al interior
de la práctica analítica. Cómo complejiza la práctica, así como los obstáculos y
límites. La idea es trabajar dos ejemplos más de la entrada en análisis, el modo
clásico en que Freud abordó la entrada en análisis, cuando contamos con el
soporte de un síntoma. Pero con casos actuales y no freudianos.
En la próxima clase veremos lo hostil en transferencia. Vamos a recorrer los
nudos freudianos relativos a esta vertiente hostil.
David habla de los chistes tendenciosos y los hostiles. Veremos la pelea de Lacan
con la transferencia negativa. A él no le gusta mucho esta idea, y más porque
termina vinculándose con la contratransferencia. También veremos cómo hay
presentaciones subjetivas que parecen no encajar con el sujeto supuesto saber.
No siempre se cuenta en las neurosis con la represión secundaria.
Vamos a ver en la próxima una clínica de las impulsiones, en especial el exceso
de los diques, así como trastornos del dique en relación a un obstáculo o
dificultad en la constitución de los diques. Esto tiene aristas ligadas a lo
contemporáneo.
Son muchos los casos que aparecen en la época, que tienen que ver con los
métodos de crianza, donde hay una dimensión de lo pulsional que no se aquieta,
no se calma. Hace que la vida de estos padres y madres no se organicen con el
ppio de placer.
Hay pacientes que parece que “no tuvieran palabras que le den texto a su
padecimiento”. El segundo momento consiste en poder propiciar algo del relato.
Freud hace de todo para que Elizabeth hable y consigue que ella se queje, hace
de ella una Dora, le puede poner palabra a su padecimiento.
Uno de los ejes que propongo es ir de la suposición (sujeto supuesto saber) a lo
no domesticado (formas resistenciales de la transferencia).
La interpretación y la interpretación jaculatoria son lo mismo?
La interpretación freudiana es escuchar al paciente atento a las lagunas en el
discurso, pero para eso necesito un relato. El padecimiento se ha podido anudar
al campo representacional, se pueden anudar al tropiezo, al equívoco en el
discurso. Las lagunas son punto clave para rastrear lo que el inconciente cifró.
En Freud la interpretación es una operación que permite a partir del retoño de lo
reprimido colegir lo que el inconciente cifró.
En esto no debemos el contexto discursiva y no discursiva, simbólico de cada
época. Freud está empeñado en incorporar al psicoanálisis en la ciencia y
organizar lo que puede incluir o no.
La interpretación jaculatoria es una lectura y momento en el cual el Otro no
existe, ya el inconciente no es el discurso del Otro, no está estructurado como un
lenguaje, sino ya la inexistencia del Otro, el goce, lo Uno.
Me gusta la marcación de un epistemólogo francés que se llama Canguillen, dice
que no es posible una historia de la psicología, es una propuesta que ha servido
al psicoanálisis. Una anteorioridad cronoclogica no es una inferioridad lógica.
Como decía Diana Rabinovich, nna cosa es lo que los últimos seminarios aportan
y complejizan distintas dimensiones de la clínica, pero no invalidan ni los
primeros recorridos. Silvia Amigo también trabaja esto. Me gusta Clínica de los
fracasos del fantasma, son modos distintos de entrada a los modos de
padecimiento que se ponen en juego. También Mentalidades.
Yo no separo goce y deseo, tengo un trabajo sobre esto.
La frase de Lacan de que no hay más del Otro, sino del Uno, anticipó mucho de lo
que vemos hoy, pero no elimina al Otro de los cuidados, pero toma formas que
algunos no quieren ocupar. Por ejemplo, cuando los padres no quieren dejar
marcas en los hijos, no les quieren poner nombre, que sean lo que ellos quieran,
no quieren encarnar el lugar del Otro.
Sem 20, es muy difícil no advertir si el sujeto frente a nosotros … le da
importancia a la posibilidad de hablar del propio padecimiento. No es
contradictorio con el sem 5 cuando habla de la demanda que se despliega en
forma de filigrana.
Los casos que les voy a contar entran en un escenario todavía del campo del Otro.
solamente he atendido un par de casos en donde en el discurso ni es nombrado,
no digo que no existe. Para mí está ligado con algo que se viene afianzando en los
últimos 10 años.
Julian Varsavsky, Japón desde una capsula, habla de la robótica en japón, es un
cronista. Adolescentes encerrados y se relacionan virtualmente.
Lo actual es lo que para Freud no se alcanzó a inscribir en la memoria.
A finales de los noventa se instala en el psicoanálisis lo que no se inscribe lo
simbólico. Cada vez nos empezamos a encontrar con otras dimensiones de la
transferencia menos simbólica. ¿qué hacemos con la caída de los ideales del
padre?
Acá en Argentina, en 2016, con los feminismos se empieza a cuestionar el falo
como operador para la diferencia sexual.
Los problemas de finales de los noventa y principios del 2000 revela otros
problemas, las discusiones son otras. Me parece que lacan se anticipa a esto.
Yo publiqué un libro que se llama Freud y la época, del 2020. El gato en la caja,
colectivo de divulgación científica.
Ana María Fernández, Psicoanálisis de los lapsus fundacionales a los feminismos
del siglo XXI (hay un artículo que trata la epistemología sexual, muy riguroso).
Les voy a contar un recorte de un encuentro que tuve con un taxista, está mi
libro.

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