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Alumna: Charra, María Agustina.

Legajo: 96565/1

Universidad Nacional de La Plata


Facultad de Psicología
Psicología Clínica de Niños y Adolescentes
Recuperatorio Examen Parcial 21/11/2020
Alumna: Charra, María Agustina. Profesora: Caporale, Laura.
Comisión: 8.
Elija y responda cuatro de las siguientes preguntas:

1- Desarrolle los principales hitos del recorrido identificatorio que Piera


Aulagnier propone, circunscribiendo los tres momentos más significativos
de dicho proceso.
2- Explique cuál es la importancia que Piera Aulagnier brinda al secreto en
su abordaje de la constitución de la subjetividad. Articule con el concepto de
autonomía de pensamiento, advirtiendo cuáles son los indicadores clínicos
que dan cuenta de la misma.
3- En relación a la importancia que reviste el juego en la clínica con niños:
explique como fue concebido por Melanie Klein y por Donald Winnicott.
Desarrolle la significación que cobra el juego en análisis para Silvia
Bleichmar.
4- A partir de los trabajos propios del adolescente: desarrolle el concepto de
conflicto identificatorio en relación a la problemática del tiempo y de los principios
de permanencia y cambio.
5- Explique la noción de transferencias múltiples y recíprocas propuesta por
Maud Mannoni a considerar en la clínica psicoanalítica con niños y
adolescentes.
6- En la propuesta de Piera Aulagnier respecto a los orígenes de la actividad
representativa, aparecen como fundamentales el lugar del cuerpo y del otro a
cargo de la crianza que recibe y aloja al recién nacido: Sitúe y explique las
nociones que hacen referencia a ese tiempo inaugural del psiquismo.
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1- Piera Aulagnier propone tres momentos distintos en el recorrido


identificatorio, de los cuales suponen operatorias particulares. Un t0 que se
constituirá por retroacción a partir de que el infans pasa a ser un niño y el
coautor de esa historia sobre lo que le han dado de lo que ha sido, historia
dada por otros que le ofrecen un discurso como aliados o como enemigos.
En este segundo caso esto sucedería si no le ofrecen enunciados para que
se identifique, o si los mismos son conclusivos y lo dejen fijado en una
posición de la que no se le permitirán cambios. El t0 se trata de esos
primeros capítulos de la historia del sujeto, tanto desde el nacimiento, como
del tiempo que lo precede.
El t1 se da a partir del advenimiento del yo, que es posible por esos
enunciados previos que los otros le ofrecieron para constituirse e
identificarse. Es donde el yo pasa a ser el coautor de esa historia ofrecida, y
donde ya no se trata de un infans, sino de un niño, que comienza a
investigar sobre sus origen y a apropiarse del mismo. Empieza a historizar y
a hacer suyos los enunciados, pero también se da cuenta de que no todo lo
que le dicen pueda ser verdad, sino que el otro puede mentir, ocultar y que
se puede diferir en eso y tener los propios pensamientos, es decir tener un
pensamiento autónomo.
Y el t2 sería el tiempo de la adolescencia, donde el sujeto se vuelve a
preguntar por los orígenes, se va a preguntar sobre quién es y va a
historizar, para sacar nuevas conclusiones. Piera define a este último
tiempo como un giro, como una encrucijada identificatoria. Puede suceder
en este que se dé el pasaje de la potencialidad psicótica a la manifiesta, a
partir de una situación de develamiento en la que el yo se confronta con
una representación de sí mismo que se le imponía como certeza.
El trabajo en la adolescencia se trata de poner en memoria y en historia su
yo para que un tiempo pasado siga extiendo en el psiquismo. Ese fondo de
memoria y las identificaciones relacionales son la base para reconocerse en
el cambio. Es necesario saber quién ha sido, tener ciertos puntos de anclaje
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para poder pensarse en el presente y en el futuro, reconocer que se sigue


siendo el mismo pese a los cambios.

2- Piera Aulagnier en su abordaje de la constitución de la subjetividad brinda


al secreto un lugar muy importante ya que poder mantenerlos habla de la
autonomía de pensamiento, y es una condición vital para el funcionamiento
del yo que pueda tener la posibilidad guardarse lo que no quiere decir,
comunicar lo que decida. Para esto es necesario que haya placer en el
pensar, en crear pensamientos nuevos diferentes a los que los otros le
brindan, y este placer debe ser garantizado por esos otros que le permiten
diferenciarse. El niño en el t1 debe poder tener esta autonomía de
pensamiento en la que pueda ser coautor de la historia que los otros le
dieron de su origen, descubriendo que está en su poder tener
pensamientos que nadie más que él puede saber. Si no puede guardar
secretos, no puede tener autonomía del pensamiento es porque esto no ha
sido habilitado y el yo va a estar siempre impuesto por el discurso de los
otros, no será activo en su elección de qué comunicar, en su proceso
identificatorio tiene que poder apropiarse de los enunciados ofrecidos. En la
psicosis esto se puede observar por ejemplo, que no sienten placer en sus
pensamientos, no hay correlación entre placer y pensar, otro indicador
clínico que daría cuenta de esta posibilidad de autonomía podría ser la
creación de teorías sexuales infantiles en la que descubre la mentira por
parte de los padres acerca de su pregunta por el origen, y se crea las
propias que no pueden ser pensadas por otros.

3- Melanie Klein, el juego tiene estatuto de técnica, análoga a la asociación


libre en el psicoanálisis con adultos, porque ella consideraba al inconsciente
como endógeno, presente desde los inicios. El juego permitiría, para ella, el
acceso al inconsciente y todo es interpretable en el mismo, tanto lo que se
repite como todo lo que se encuentra en la situación analítica global, esta
técnica permite la expresión de fantasías, angustias, miedos, ansiedades.
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Winnicott concibió al juego con un estatuto diferente al de Melanie Klein, lo


va a pensar como una actividad constitutiva del psiquismo, como una
actividad sublimatoria, que permite simbolizar. Por eso trata de propiciarlo
en el espacio terapéutico ya que lo considera del orden de la salud. El juego
para este autor es el que ocupa el lugar que antes ocupaba el objeto
transicional, es decir que da cuenta de fenómenos transicionales, por lo
tanto el juego es esa zona intermedia que va a posibilitar la constitución, el
pasaje del placer a la instalación de la realidad. De la dependencia, hacia la
independencia.
Para Silvia Bleichmar, el juego es producción simbólica como para
winnicott, hay placer en lo lúdico, es una especie de mundo de fantasías y
se articula con la creencia y la realidad. Esa producción simbólica permite
elaborar lo que se va empezando a inscribir en el niño, es decir, también lo
piensa como una actividad constitutiva. Para ella el juego solo es posible si
se ha producido la represión originaria, si se ha instalado la tópica porque
esto posibilita un espacio de certeza y otro de negación. Y si esta no se
instala, habría algo de otro orden, del orden del trastorno, el pseudojuego
donde se hacen movimientos estereotipados y esto implica una certeza
delirante, el pseudojuego se caracteriza por la incapacidad del niño de
poder simbolizar, se cree que es el personaje. Por ejemplo, en el jugar
podría hacer como si es un pájaro que vuela, sabiendo que es un niño y no
vuela, en cambio en el pseudojuego, se cree ser un pájaro e intenta volar.
Para la autora, el juego en el análisis tiene que estar acompañado por la
palabra para que se haga comunicable, y las interpretaciones que pueden
hacerse dependen de la singularidad, no pueden aplicarse a todo aparato
psíquico, sino que a veces son necesarias otras intervenciones, como la
simbolizante.

5- Maud Mannoni propone la noción de transferencias múltiples y


recíprocas en la clínica psicoanalítica con niños y adolescentes porque
considera que el niño se encuentra inserto en un discurso colectivo, y que
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el síntoma viene a equilibrar algo que es del orden de lo conflictivo en la


pareja parental.
Y al pensar esto, propone que en el análisis se presentan muchas
transferencias, la del analista, la de los padres, y la del niño. Todos estos se
encuentran implicados en el síntoma del niño y el análisis debe
establecerse teniendo en cuenta todas las transferencias.
El avance del análisis del niño puede verse impedido por defensas y
rechazos de los padres ante a alguna modificación del síntoma del niño que
está en lugar de soporte de la angustia de alguno de los padres. Y el
analista, también tiene que participar en esa situación con su propia
transferencia, tratando de situar y comprender qué lugar tiene el niño para
esos padres.
Lo que le interesa a Mannoni con este concepto, es que el niño pueda
hacerse cargo de su historia y de su palabra, al estar implicado en varios
discursos, y se debe poder hacer una lectura de la relación transferencial
entre padres, niños, analista para ver qué lugar ocupan estos en el niño.

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