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ACTIVIDAD 3

Comparación de diferentes propuestas prácticas de inteligencia emocional

Alumno: Miguel Ángel Guiñez Acuña


Grupo: 5
Positive Youth Development Social Emotional Learning Values in Action UK Resilience Program
(PYD) (SEL) (VIA) (UKRP)

Marco teórico Centrado en la prevención Centrado en la prevención Centrado en identificar -Orientado a la


-Psicología Positiva y la -Psicología Positiva y la neurociencia virtudes y fortalezas de formación del carácter
neurociencia -Teoría de la Inteligencia Emocional carácter y mejora de la
-Investigaciones sobre la capacidad -Psicología Positiva resiliencia.
de resiliencia y el estudio de los Teorías de Beck, Ellis y
Development Assets Seligman

Competencias Basado en las 5 C’s: competencia, Conciencia de sí mismo (identificación de Trascendencia, Estilos de pensamiento
confianza, conexión, carácter y emociones, autopercepción precisa, valentía, creatividad, adaptativo (optimista
cuidado (se podría incluir una reconocimiento de fortalezas, autoconfianza y curiosidad, justicia, frente a pesimista), la
sexta, la contribución), y las 24 autoeficacia); Autocontrol (control de los perdón, gratitud, asertividad (habilidades
fortalezas: Vínculos, resiliencia, impulsos, manejo de estrés, autodisciplina, honestidad, esperanza, sociales de negociación
competencia social, emocional, automotivación, establecimiento de metas, humildad, humor, y resolución de
cognitiva conductual y moral; habilidades organizativas); Conciencia social juicio, amabilidad, problemas), y la
Servicio, autodeterminación, (toma de perspectiva, empatía, apreciación a liderazgo, amor, relajación para
espiritualidad, autoeficacia, la diversidad, respeto a los demás); perseverancia, promover la resiliencia,
identidad clara y positiva, creencia Habilidades relacionales (comunicación, perspectiva, prudencia, prevenir la depresión y
en un futuro estable, creación de compromiso social, construcción de una autorregulación, facilitar el bienestar
identidad, reconocimiento del relación, trabajo en equipo); Toma de inteligencia social, personal y el
comportamiento positivo y decisiones de manera responsable espiritualidad, trabajo florecimiento de los
prosocial, empoderamiento, y (identificación de problemas, análisis de en equipo, ánimo. jóvenes.
finalmente, responsabilidad. situaciones, resolución de problemas,
evaluación, reflejo, responsabilidad ética)

Ámbito Programas especiales, clubs, Aulas, escuelas(estudiantes y profesorado), estudiantes, escuelas (niños y
educativo espacios de enriquecimiento casas (familias) y comunidades educadores, adolescentes)
escolar, campamentos comunidad
1. ¿Qué aportan a la educación emocional en el marco de una educación
integral?

Introducción
El aporte que puede realizar la Educación del Carácter (EC) a la educación
emocional en un proceso educativo integral es indudable y fácil de argumentar,
especialmente por las normativas estructurales que hoy en día rigen la
educación. Para esto tomaré como referencia el país de mi residencia: Chile (sin
perjuicio de extrapolarlo a otras realidades sociales), donde se puede observar
una abierta declaración de intenciones, desde el punto de vista legal, que
apunta hacia el desarrollo integral del ser humano, abordando sus diferentes
dimensiones (Moraleda, 2015). Un claro ejemplo está en el artículo 2 de la LGE
(Ley General de Educación, 2010):

“La educación es el proceso de aprendizaje permanente que


abarca las distintas etapas de la vida de las personas y que tiene
como finalidad alcanzar su desarrollo espiritual, ético, moral,
afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante la transmisión y
el cultivo de valores, conocimientos y destrezas. Se enmarca en
el respeto y valoración de los derechos humanos y de las
libertades fundamentales, de la diversidad multicultural y de la
paz, y de nuestra identidad nacional, capacitando a las personas
para conducir su vida en forma plena, para convivir y participar
en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa
en la comunidad, y para trabajar y contribuir al desarrollo del
país”
Sin embargo, ¿qué tan verdadera resulta esta “declaración de principios” en la
realidad empírica cotidiana de las escuelas?. Si esta “declaración de principios”
se llevase a cabo de manera real, ¿por qué en los estudios comparativos
citados por Lecannelier (2021) los niños y niñas de Chile presentan las mayores
dificultades vinculadas a depresión/ansiedad, quejas somáticas, conductas
agresivas y trastorno generalizado del desarrollo de alrededor de 24 países?.
Sin el ánimo de responder estas grandes preguntas (ya que se necesitaría un
estudio mucho más acabado que el presente) y focalizándome en este trabajo,
quiero fundamentar el aporte de la EC a la educación emocional, en el marco
de una educación integral, desde una perspectiva crítica y con miradas a la
acción pedagógica concreta, ya pueden ser factores decisivos al momento de
enfrentar la “crisis educativa” que hoy en dia se puede apreciar.

Desarrollo
Para fundamentar mi idea de “crisis educativa”, más allá de los límites de mi
realidad sociocultural, idiosincrática y contextual, cito a Zavalloni, pedagogo
Italiano que junto a diversos directores, profesores y alumnos de la escuela
Barbiana, elaboraron en el 2006 un documento para llamar a un cambio de
base de “La Escuela”, lo llamaron: Cambiar la escuela, es posible (Zavalloni,
2011), en el, abordan once puntos imprescindibles de transformación. Para los
efectos de este trabajo solo utilizaré el primero:

1. La escuela es el lugar para aprender a aprender, a pensar con


la propia cabeza, a ser responsables. Educar para ser ciudadanos
soberanos y no súbditos.
Gianfranco Zavalloni
Tomando esta premisa básica, generada desde un contexto totalmente
diferente al latinoamericano, se observa claramente una necesidad imperante
que traspasa las barreras socioculturales y geográficas, llegando a ser una
urgencia de transformación global. De esta manera, ésta motivación puesta en
palabras de la pedagogía Italiana es el eje central de mi línea argumentativa, ya
que al simplemente reconocer incluso de manera superficial los aportes
conceptuales de la EC, mediante el PYD, SEL, VIA y UKRP, es posible observar
inmediatamente su dirección y actuar hacia competencias básicas personales
que involucran el desarrollo social, focalizando su desarrollo en ámbitos más
allá de los escolares propiamente tal (incluyendo espacios no formales de
educación). Este punto es importantísimo, ya que la puesta en práctica del
“aprender a aprender, a pensar con la cabeza, a ser responsables” se vivencian
fundamentalmente en contextos libres , áreas fundamentales de la EC. Es por
esto que la EC impacta directamente a la educación emocional, ya que al
apuntar a procesos formales, no formales e informales, sobre las principales
habilidades, destrezas, actitudes y valores vinculados al plano afectivo y del
carácter en el ser humano, está dirigiendo su mirada al “ser gregario”, desde su
infancia hasta sus desarrollo en general… Esto no es solo una necesidad para la
educación, sino que es una demanda, cada vez más visible, por parte de la
sociedad (Moraleda 2015).

Conclusión
Hoy en día, viviendo en una sociedad con profundas crisis a todo nivel, la
educación debe tomar partido y no deben ser los directivos, tecnócratas o
legisladores de la educación quienes deban promulgar algún mandato para que
“el cambio” ocurra, si no que, muy por el contrario, debemos ser los profesores
quienes desde nuestro actuar cotidiano debemos alzar nuestro corazón y
revolucionar la educación, desde las emociones, desde el carácter noble, desde
la integralidad del desarrollo humano. El tiempo es ahora, ya lo vaticinaba
Gabriela Mistral al decir: “el futuro de los niños es siempre hoy, mañana será
tarde”.

2. ¿En qué dimensión del ser humano y contenidos confluyen con la educación
del carácter?

Introducción
Para dar respuesta, abordaré 3 dimensiones del ser humano (Moraleda, 2015):
la dimensión social relacional, dimensión ética volitiva y la intelectual
psicológica. El vínculo que realizaré se basa en los fundamentos actuales de la
EC, centrada en el desarrollo de valores morales vinculados a la construcción
personal y social. Esta caracterización, trae a la memoria una de sus bases
primigenias, el filósofo Suizo Jean-Jacques Rousseau:

La educación nos viene de la naturaleza, de los hombres o de las


cosas. El desenvolvimiento interno de nuestras facultades y de
nuestros órganos es la educación de la naturaleza; el uso que
aprendemos a hacer de este desenvolvimiento o desarrollo por
medio de sus enseñanzas, es la educación humana, y la
adquirida por nuestra propia experiencia sobre los objetos que
nos afectan, es la educación de las cosas.
Desarrollo
El principal cruce entre la “Educación Emocional” (vinculada a las dimensiones
humanas) y la “Educación del Carácter” que expongo, dice relación con las
habilidades intrapersonales que se deben desarrollar en el ser humano. Esto,
con el fin de generar un estado de bienestar subjetivo para que el individuo sea
capaz de discriminar “lo bueno”, para posteriormente racionalizarlo y llevarlo a
la acción (saber, saber ser, saber hacer). Así, la educación emocional se refiere
a los aspectos ligados con la conciencia emocional, autoconciencia, autonomía
personal o conciencia de sí mismo para enunciar estados interiores vinculados a
la autoestima, responsabilidad, control de impulsos, toma de decisiones, entre
otras. Así mismo, la educación del carácter habla de: conciencia de sí mismo,
competencia, confianza, autopercepción, entre otras, para forjar un criterio
moral que permita habitar en sociedad y contribuir a la característica gregaria
del ser humano. Es decir, lo intrapersonal es la base de la conducta prosocial, y
ésta debe educarse. En consecuencia, nos encontramos con la dimensión
psicológica (subjetiva) intelectual como base del autoconocimiento, el cual
permite racionalizar el sentir propio para llevarlo a la razón, y desde ahí
construir el plano subjetivo, siendo éste el cimiento básico para las posteriores
disquisiciones ético volitivas: “hacer lo bueno”.

Admirar lo bello, proteger lo verdadero, venerar lo noble, decidir


lo bueno: Lleva al hombre, en la vida a metas, en la acción a lo
recto, en el sentir a la paz, en el pensar a la luz, y le enseña a
confiar en la obra Divina, en el mundo entero,
en el fondo del alma.
Rudolf Steiner
El verso anterior, corresponde a una mirada desde la Antroposofía hacia el arte
de forjar el carácter moral en el hombre, comenzando por la ejecución de actos
positivos desde su propia construcción de positividad: <<no se debe tratar de
equivocar la visión de lo malo viéndolo como bueno, ni de confundir lo erróneo
con lo verdadero; pero se puede llegar a adquirir la capacidad de que lo malo
no impida ver lo bueno, ni que lo erróneo impida lo verdadero>> (Steiner,
2014). Bajo esta mirada, otro de los contenidos fundamentales de la educación
del carácter se relaciona con la creencia en un futuro estable (la positividad de
Steiner), la resiliencia, la responsabilidad ética, vinculada a la dimensión ético
volitiva, en donde se entra en el terreno del hacer. Hacer implica salir del sí
mismo para crear junto a un otro la realidad intersubjetiva, terreno de la
dimensión social relacional, que a su haber considera la inteligencia
interpersonal, involucrarse empáticamente, habilidades relacionales, entre
otras, vinculadas a la educación del carácter mediante las habilidades
relacionales, la conciencia social, la inteligencia social y el servicio, por solo
nombrar algunas. Así, los vínculos existentes pueden extrapolarse a diferentes
dimensiones y contenidos, pues la educación emocional y la educación del
carácter son complementarias entre sí.

Conclusión
El evidente vínculo existente entre la dimensiones humanas, sus contenidos y
la educación del carácter, muestra la importancia de un abordaje sistémico y
organizado de dichas disciplinas, las cuales son coadyuvantes, por ende es
menester abordarlas complementariamente puesto que ellas son
determinantes para el desarrollo integral de una persona y su vínculo con lo
social. Sin embargo, la educación tradicional (más centrada en resultados que
en procesos) deja comúnmente de lado el desarrollo afectivo, sin el cual, la
educación no puede existir, transformándola en una mera transmisión de
contenidos en mayor medida, y ¿acaso no es así como la escuela tradicional
funciona (y ha funcionado)?. No obstante, lo que nos distingue como humanos,
es nuestra habilidad de razonar sobre nuestra acción para descubrir lo “bello y
lo bueno”, y tomar acción desde las prácticas y desempeño docente cotidiano
para crear una sociedad bajo los cimientos responsables que permitan educar
conscientemente desde el pensar, el sentir y el hacer.

Referencias
https://aspe.hhs.gov/reports/positive-youth-development-united-states-resear
ch-findings-evaluations-positive-youth-development-0
https://www.viacharacter.org/#
Lecannelier, F. (2021) Volver a mirar, hacia una revolución respetuosa en la
crianza. Diana.
Ley 20.370. Establece Ley General de Educación. (12 de septiembre 2009)
https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1006043
Mistral, G. (2017) Pasión de Enseñar: pensamiento pedagógico. Editorial
Universidad de Valparaíso.
Moraleda, A. (2015). Justificación de la necesidad de una educación emocional.
Diseño de un programa de intervención psicopedagógica de educación
emocional (Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid).
Rousseau, J. J. (2011). Emilio o de la educación (3.ª ed.). Alianza Editorial S.A.
Steiner, R (2014). La ciencia oculta (3.ª ed.). Editorial Rudolf Steiner.
Zavalloni, G (2011). La Pedagogía del Caracol, por una educación lenta y no
violenta. Graó.

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