Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Es muy común que cualquier persona que se enfrente a alguna tarea que no tenga una
recompensa inmediata caiga en posponerla eternamente. "Ya lo haré más adelante",
solemos decirnos.
● Llevar un registro inmediato. Anota aquello que hagas justo cuando lo hagas. Es
algo así como lo contrario de una planificación. En este caso, tomas consciencia de
aquello que haces, y aunque no llegues a anotarlo, estarás algo más alerta del
grado en que postergas. Darse cuenta de ello puede hacer que cada vez resulte
más desagradable y "se aguante menos" postergar.
● Realizar una programación a corto plazo. Programa aquello que vas a realizar en
cortos periodos de tiempo, justo antes de empezar a hacerlo. Cuanto menos
tiempo ocurra entre la regla y la posibilidad de cumplir su especificación, más
probable será dicho cumplimiento. Si me propongo ir a comprar, estudiar media
hora, y hacer la cena, siendo las 19:30, anotándolo, es probable que lo haga.
● Anota 4, haz 2. Y ve subiendo poco a poco, pero siempre cumple la mitad de lo que
te propones como criterio del éxito. Esto es hacer un poco "trampa" a la tendencia
de postergar y entra en conflicto con el perfeccionismo que muchas veces está
relacionado, y que nos obliga a "no hacerlo porque ya no me da tiempo de hacerlo
bien". Poco a poco, podrás programar 8 actividades, y "hacer solo 4".
● Estimulación visual disponible. Usa post-it, notas en Google Keep, Google Calendar,
anótate cosas en las manos si hace falta: haz lo posible para que el entorno
favorezca y aumente la probabilidad de que te veas involucrado en aquello que
quieres hacer.
● Apoyo social. No seas Superman/Wonderwoman: somos seres sociales y el
contacto con otras personas puede aumentar la probabilidad de que nos veamos
involucrados en actividades que a solas nos cuestan enormemente. Esto no
significa que estemos evitando, necesariamente (aunque tampoco lo descarta):
recuerda que ningún comportamiento está sujeto a una única consecuencia.