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Cómo autorregular la demanda.

Para evitar llegar con la lengua afuera, propongo estos 20 consejos que se pueden
practicar desde ahora mismo. Cuánto antes se haga, mejor.

1. Aprende a priorizar lo importante versus lo urgente

Trabaja con listas y determina en orden las tareas que son realmente estratégicas en tu
actividad; delega las que puedas, y elimina las que no son relevantes.

2. Aprende a decir que no

Para muchas personas, el reto consiste en aprender a poner límites. Practícalo


asertivamente, por ejemplo, proponiendo alternativas ante cada situación que sabes que
no serás capaz de cumplir en tiempo, forma y calidad.

3. Dejé de querer complacer a todas las personas

Elimina todos los “tengo que” y los “debería”, y cámbialos por “quiero” y “elijo”. El apego
a la aprobación de los demás es extenuante cuando se trata de lograr productividad y
agilidad. Para cumplir con los objetivos, actúa de la mejor forma posible según tus
criterios de excelencia, sin esperar el reconocimiento externo. Si llega, será bienvenido;
de lo contrario, te auto reconoces por tus logros, y seguís adelante.

4. Organiza las actividades tomándote pausas

Aumentarás tu rendimiento pautando tus descansos dentro de la jornada laboral. Te


recomiendo que los incorpores dentro de tu agenda; y que no coloques reuniones
seguidas sin pausas de por medio: aumentarás tu capacidad de enfoque y atención.

5. No postergues proyectos personales

Un problema frecuente es que se dejan de lado los momentos de plena satisfacción


personal: un hobby, un curso, deportes y los amigos. Todo por entrar en una carrera
frenética contra el reloj. Es exactamente al revés; mantéenlos y observarás cómo tu
capacidad de energía será cada vez mayor, porque tendrás un mejor balance personal y
de compromisos.

6. Programa tu agenda con tiempo

No dejes para último momento las acciones que puedes ejecutar anticipadamente. La
compra de obsequios, las listas, los preparativos en el trabajo, puedes programarlos con
más de un mes de antelación: evitarás la sobrecarga propia de cada diciembre.
7. Reemplaza reuniones innecesarias por otras vías posibles: un e-mail, delegar, recibir
un informe.

Se trata de aumentar la efectividad personal y profesional. Propone a tus colegas eliminar


todo lo que no sea absolutamente necesario

8. Negociar qué harás y qué no

Frente a situaciones de alta demanda, hacé listas de prioridades y acordá con la otra
parte qué compromisos podrás cumplir, y que no. Busca que estos acuerdos queden por
escrito para todas las personas involucradas. Hacé seguimiento del cumplimiento de lo
que sí has asumido.

9. Evité sobrecargar tu agenda de compromisos sociales: sólo los que quieras hacer de
verdad

Salidas de pesca, partidos de pádel, caminatas, visitas familiares, determina sabiamente a


cuáles asistirás y a qué dirás que no.

10. Mantén la serenidad y calma al decidir

La alteración del ritmo de trabajo produce desvíos en el foco y atención, y esto altera el
campo emocional. Busca mantener un equilibrio permanente; evita las decisiones
automáticas en caso de no tener seguridad de poder cumplir, y tomate tiempo para dar
respuestas a temas cruciales: esas horas te permitirán reflexionar y definir asuntos de una
mejor forma que si lo hicieras precipitadamente “para sacarte cosas de encima”.

11. Cuida tu energía

La alteración emocional es propia y ajena, por eso cuídate de los entornos tóxicos,


negativos y con falta de proactividad. Necesitas recargar las pilas, no que te las agoten
cuando permitís que te contaminen con sus problemas, quejas y chismes: no entres en
ese juego.

12. Practica hacer un ejercicio de gratitud cada día: valora lo que ya tienes

Empieza y termina cada día cerrando los ojos durante un minuto, y expresa en voz alta o
en silencio los aspectos positivos del día, dando las gracias. Incluso puedes agradecer los
desafíos que se presentaron, y afirmar la confianza de que tienes los recursos internos
necesarios para superarlos.

13. Diseña tu plan de metas posibles, medibles, creíbles, tangibles y a corto y mediano
plazo. Sin perder de vista el “gran sueño”

Por más que haya escenarios de incertidumbre, es posible establecer metas y objetivos
que puedan inspirarte a seguir adelante. Te ayudará rodearte de personas empoderadas
y entusiasmadas con sus propias metas. Es una energía que se contagia positivamente
para acompañarse de distintas maneras para lograrlo.
14. Prepárate para los imprevistos: trabaja en tu actitud

Siempre habrá desvíos y los “recalculando” del GPS de este tiempo cambiante. Prepárate
para ajustar el rumbo cada vez que sea necesario sin calificar todo como negativo o como
problemas. Cada vez que decís la palabra “problema”, el cerebro se pone más perezoso.
Háblale de soluciones, y verás cómo aparecen otras posibilidades.

15. Acuerda con tu familia y amigos a qué actividades concurrirás y a cuáles no lo harás.
No hace falta ser desagradables para decir ‘no’

Los compromisos familiares son símbolo de fiesta y alegría para muchas personas, y todo
lo contrario para otras. Si no quieres tener celebraciones incómodas, es tiempo
de asumirlo, plantearlo y negociar de la mejor forma posible. No hace falta pasarlo mal.

16. Hacé algún deporte, caminatas, yoga, meditación. Tomá mucha agua

La actividad física y en contacto con la naturaleza, así como los momentos de reflexión,
son indispensables para la reconexión interna. Que sean importantes: más vale tomar
cinco minutos diarios, que no hacerlo. Y, además, es bueno beber al menos dos litros de
agua por día para mantener la hidratación efectiva del organismo.

17. Mejorá tu comunicación en tiempos de emociones crispadas

En la velocidad de fin de año las comunicaciones pueden verse afectadas por la falta de
precisión y claridad. Detectá cómo lo hacés, y asegúrate de que el proceso sea siempre
completo: la comunicación finaliza cuando te has asegurado de que todas las personas
comprendieron el mensaje, y viceversa. No des nada por sentado ni por supuesto.

18. Mantené silencio si no tenés nada relevante que aportar

Practicá el escuchar en silencio el ochenta por ciento del tiempo; hablá lo justo y
necesario el veinte por ciento. Si mantenés esta regla, observarás cómo mejora la calidad
de tu comunicación.

19. Trabajá tu inteligencia emocional: la conexión contigo mismo

Este aspecto es sumamente relevante para el equilibrio interno. Comenzá auto


observándote emocionalmente; regulá lo que sentís; y establecé la mejor forma de
relacionarte con tu entorno. Dedicá tiempo a la observación interna, que es clave para
evitar la reactividad en automático, con tal de quitarte asuntos de encima.

20. Descansá lo suficiente y buscá dormir bien cada día

Desconectate del celular, tabletas y computadora, televisión y demás aparatos


electrónicos por lo menos una hora antes de dormir. Programá tu tiempo de descanso lo
más adecuadamente posible. Esta es una buena forma de ayudar al cerebro a que haga
la “poda neuronal” que limpia el jardín de tus sistemas operativos del cuerpo físico y
mental cada día, para que te levantes con energía renovada, nuevas ideas y respuestas
que quizás quedaron dando vueltas del día anterior. Si te desvelas con asuntos, ten
siempre una libreta y lápiz a mano y bájalas de inmediato por escrito: así podrás retomar
el sueño más rápidamente.

Con estos consejos lograrás llegar a fin de año con menos agotamiento, mayor enfoque
y concentración en lo esencial, y fluyendo más suavemente en la transición entre el
tiempo que se va, y el que llega. Sin forzar y a un ritmo igualmente productivo, aunque sin
consecuencias nocivas de ansiedad, angustia, miedos y estrés.

Fuente: Daniel Colombo.

Daniel Colombo es facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia,


profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional;
autor de 31 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Certificado por ICF; Coach
certificado y Miembro de John Maxwell Team.

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