Está en la página 1de 4

-Los sujetos titulares del derecho a la vida y la protección constitucional del “nasciturus” (Fundamentos

Jurídicos 3 a 7 de la STC 53/1985, de 11 de abril).

El Derecho a la vida, reconocido y garantizado en su doble significación física y moral por el art. 15 de la
Constitución, es la proyección de un valor superior del ordenamiento jurídico constitucional -la vida humana- y
constituye el derecho fundamental esencial y troncal en cuanto es el supuesto ontológico sin el que los
restantes derechos no tendrían existencia posible. Indisolublemente relacionado con el derecho a la vida en su
dimensión humana se encuentra el valor jurídico fundamental de la dignidad de la persona, reconocido en el art.
10 como germen o núcleo de unos derechos «que le son inherentes». La relevancia y la significación superior
de uno y otro valor y de los derechos que los encarnan se manifiesta en su colocación misma en el texto
constitucional, ya que el art. 10 está situado a la cabeza del título destinado a tratar de los derechos y deberes
fundamentales, y el art. 15 a la cabeza del capítulo donde se concretan estos derechos, lo que muestra que
dentro del sistema constitucional son considerados como el punto de arranque, como el prius lógico y
ontológico para la existencia y especificación de los demás derechos.
La protección del nasciturus:
Que la vida humana es un devenir, un proceso que comienza con la gestación, en el curso de la cual una
realidad biológica va tomando corpórea y sensitivamente configuración humana, y que termina en la muerte; es
un continuo sometido por efectos del tiempo a cambios cualitativos de naturaleza somática y psíquica que
tienen un reflejo en el status jurídico público y privado del sujeto vital.
Que la gestación ha generado un tertium existencialmente distinto de la madre, aunque alojado en el seno de
ésta.
Que dentro de los cambios cualitativos en el desarrollo del proceso vital y partiendo del supuesto de que la vida
es una realidad desde el inicio de la gestación, tiene particular relevancia el nacimiento, ya que significa el paso
de la vida albergada en el seno materno a la vida albergada en la sociedad, bien que con distintas
especificaciones y modalidades a lo largo del curso vital. Y previamente al nacimiento tiene especial
trascendencia el momento a partir del cual el nasciturus es ya susceptible de vida independiente de la madre,
esto es, de adquirir plena individualidad humana.
De las consideraciones anteriores se deduce que si la Constitución protege la vida con la relevancia a que antes
se ha hecho mención, no puede desprotegerla en aquella etapa de su proceso que no sólo es condición para la
vida independiente del claustro materno, sino que es también un momento del desarrollo de la vida misma; por
lo que ha de concluirse que la vida del nasciturus, en cuanto éste encarna un valor fundamental -la vida
humana- garantizado en el art. 15 de la Constitución, constituye un bien jurídico cuya protección encuentra en
dicho precepto fundamento constitucional.

En definitiva, los argumentos aducidos por los recurrentes no pueden estimarse para fundamentar la tesis de
que al nasciturus le corresponda también la titularidad del derecho a la vida, pero, en todo caso, y ello es lo
decisivo para la cuestión objeto del presente recurso, debemos afirmar que la vida del nasciturus, de acuerdo
con lo argumentado en los fundamentos jurídicos anteriores de esta sentencia, es un bien jurídico
constitucionalmente protegido por el art. 15 de nuestra norma fundamental.

- Resuma y sistematice el contenido de los Votos particulares de los Magistrados D. Francisco Tomás y Valiente
y de D. Francisco Rubio Llorente a la STC 53/1985, de 11 de abril.

Francisco Tomás y Valiente:


Su opinión defendida a lo largo de la deliberación es que el Proyecto de Ley Orgánica impugnado es en todo
conforme con la Constitución. De ahí su discrepancia con el fallo y con el fundamento jurídico 12 en el que
principalmente se basa su declaración de disconformidad con la Constitución. No obstante, dado el carácter
explicativo del propio fallo y las salvedades que en él se contienen, debe indicar, antes de razonar su
discrepancia, los puntos del fallo y de los fundamentos con los que está de acuerdo.
Manifiesta también su acuerdo sin reservas con la idea de que el nasciturus no es titular de un derecho
fundamental a la vida, tesis ya defendida en su voto particular concurrente en la Sentencia 75/1984 de la Sala
Segunda, y que se plasma ahora en la presente Sentencia como resultado de razonamientos no idénticos al ,
suyo coincidentes en su conclusión. Véanse al respecto el inciso final del fundamento jurídico 5, todo el 6 y el
primer párrafo del 7 con cuya afirmación de que el nasciturus, aun no siendo titular del derecho a la vida,
constituye un bien jurídico constitucionalmente protegido, también está de acuerdo. Cualquier jurista conoce la
compatibilidad y la enorme diferencia entre ambos conceptos, pues sólo es titular de derechos quien es
persona y el nasciturus no es persona.

Valiente y de D. Francisco Rubio Llorente:


Ha votado en contra de la presente Sentencia y sostuvo con su voto, junto con otros cinco Magistrados, la
ponencia que fue objeto de deliberación en primer término. En ella se declaraba conforme con la Constitución el
Proyecto de Ley objeto del recurso, y ésta es, su opinión, la conclusión necesaria del razonamiento jurídico en
el caso sometido a nuestra consideración.
La Sentencia no es interpretativa, puesto que la Sentencia interpretativa ni es posible en el recurso previo, ni
puede ser utilizada para invalidar la norma, sino al contrario, para preservar la validez; no respeta lo
preceptuado en el art. 79.4 de la LOTC, que ordena al Tribunal indicar la infracción constitucional y deja a las
Cortes el cuidado de efectuar las supresiones o modificaciones necesarias para evitarla y, por último, pese a las
proclamaciones retóricas en contrario, ignora absolutamente los derechos fundamentales a la integridad física y
moral y a la intimidad que la Constitución consagra y de los cuales sí son titulares las mujeres embarazadas,
cuya dignidad, tantas veces citada y aún definida en la Sentencia, al parecer ha de seguir siendo protegida por
el tradicional procedimiento de considerar delictivo todo aborto, sean cuales fueren sus circunstancias.

- Las garantías y los requisitos necesarios para la interrupción voluntaria del embarazo y sus distintos supuestos
y circunstancias (Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción
voluntaria del embarazo).
Artículo 13. Requisitos comunes. Son requisitos necesarios de la interrupción voluntaria del embarazo:
Primero.–Que se practique por un médico especialista o bajo su dirección.
Segundo.–Que se lleve a cabo en centro sanitario público o privado acreditado.
Tercero.–Que se realice con el consentimiento expreso y por escrito de la mujer embarazada o, en su caso, del
representante legal, de conformidad con lo establecido en la Ley 41/2002, Básica Reguladora de la Autonomía
del Paciente y de Derechos y Obligaciones en materia de información y documentación clínica.
Artículo 14. Interrupción del embarazo a petición de la mujer. Podrá interrumpirse el embarazo dentro de las
primeras catorce semanas de gestación a petición de la embarazada, siempre que concurran los requisitos
siguientes:
a) Que se haya informado a la mujer embarazada sobre los derechos, prestaciones y ayudas públicas de apoyo
a la maternidad, en los términos que se establecen en los apartados 2 y 4 del artículo 17 de esta Ley.
b) Que haya transcurrido un plazo de al menos tres días, desde la información mencionada en el párrafo anterior
y la realización de la intervención.
Artículo 15. Interrupción por causas médicas. Excepcionalmente, podrá interrumpirse el embarazo por causas
médicas cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:
a) Que no se superen las veintidós semanas de gestación y siempre que exista grave riesgo para la vida o la
salud de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la intervención por un médico o
médica especialista distinto del que la practique o dirija. En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante
podrá prescindirse del dictamen.
b) Que no se superen las veintidós semanas de gestación y siempre que exista riesgo de graves anomalías en el
feto y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la intervención por dos médicos especialistas
distintos del que la practique o dirija.
c) Cuando se detecten anomalías fetales incompatibles con la vida y así conste en un dictamen emitido con
anterioridad por un médico o médica especialista, distinto del que practique la intervención, o cuando se
detecte en el feto una enfermedad extremadamente grave e incurable en el momento del diagnóstico y así lo
confirme un comité clínico.
Artículo 16. Comité clínico.
1. El comité clínico al que se refiere el artículo anterior estará formado por un equipo pluridisciplinar integrado
por dos médicos especialistas en ginecología y obstetricia o expertos en diagnóstico prenatal y un pediatra. La
mujer podrá elegir uno de estos especialistas.
2. Confirmado el diagnóstico por el comité, la mujer decidirá sobre la intervención.
3. En cada Comunidad Autónoma habrá, al menos, un comité clínico en un centro de la red sanitaria pública.
Los miembros, titulares y suplentes, designados por las autoridades sanitarias competentes, lo serán por un
plazo no inferior a un año. La designación deberá hacerse pública en los diarios oficiales de las respectivas
Comunidades Autónomas.
4. Las especificidades del funcionamiento del Comité clínico se determinarán reglamentariamente.
Artículo 17. Información previa al consentimiento de la interrupción voluntaria del embarazo. 1
. Todas las mujeres que manifiesten su intención de someterse a una interrupción voluntaria del embarazo
recibirán información sobre los distintos métodos de interrupción del embarazo, las condiciones para la
interrupción previstas en esta Ley, los centros públicos y acreditados a los que se pueda dirigir y los trámites
para acceder a la prestación, así como las condiciones para su cobertura por el servicio público de salud
correspondiente.
2. En los casos en que las mujeres opten por la interrupción del embarazo regulada en el artículo 14 recibirán,
además, un sobre cerrado que contendrá la siguiente información: a) Las ayudas públicas disponibles para las
mujeres embarazadas y la cobertura sanitaria durante el embarazo y el parto. b) Los derechos laborales
vinculados al embarazo y a la maternidad; las prestaciones y ayudas públicas para el cuidado y atención de los
hijos e hijas; los beneficios fiscales y demás información relevante sobre incentivos y ayudas al nacimiento. c)
Datos sobre los centros disponibles para recibir información adecuada sobre anticoncepción y sexo seguro. d)
Datos sobre los centros en los que la mujer pueda recibir voluntariamente asesoramiento antes y después de la
interrupción del embarazo. Esta información deberá ser entregada en cualquier centro sanitario público o bien
en los centros acreditados para la interrupción voluntaria del embarazo. Junto con la información en sobre
cerrado se entregará a la mujer un documento acreditativo de la fecha de la entrega, a los efectos de lo
establecido en el artículo 14 de esta Ley. La elaboración, contenidos y formato de esta información será
determinada reglamentariamente por el Gobierno.
3. En el supuesto de interrupción del embarazo previsto en la letra b del artículo 15 de esta Ley, la mujer recibirá
además de la información prevista en el apartado primero de este artículo, información por escrito sobre los
derechos, prestaciones y ayudas públicas existentes de apoyo a la autonomía de las personas con alguna
discapacidad, así como la red de organizaciones sociales de asistencia social a estas personas.
4. En todos los supuestos, y con carácter previo a la prestación del consentimiento, se habrá de informar a la
mujer en los términos de los artículos 4 y 10 de la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, y específicamente sobre las
consecuencias médicas, psicológicas y sociales de la prosecución del embarazo o de la interrupción del
mismo.
5. La información prevista en este artículo será clara, objetiva y comprensible. En el caso de las personas con
discapacidad, se proporcionará en formatos y medios accesibles, adecuados a sus necesidades. Se
comunicará, en la documentación entregada, que dicha información podrá ser ofrecida, además, verbalmente,
si la mujer lo solicita.

- Los diversos tipos de integridad constitucionalmente protegidos. Los “Hechos relevantes” contenidos en los
Antecedentes de la STC 207/1996, de 16 de diciembre y su ubicación entre aquellos supuestos.

En el artículo 15 de la Constitución Española se menciona la protección a la integridad física y moral.

De la mencionada sentencia se deducen los siguientes hechos relevantes en relación con dichos tipos de
integridad:

- Al sujeto demandante del recurso de amparo tuvo que ser sometido al corte de muestras de cabello y al
corte del vello de las axilas para comprobar si consumía sustancias estupefacientes, en este caso, cocaína, o
no. El demandante sin embargo alegó que dichas pruebas vulneraron su derecho a la integridad física, su
derecho a la intimidad personal y a la dignidad protegidos por los artículos 10.1, 15 y 18.1 respectivamente.

- La delimitación del ámbito constitucionalmente protegido por el derecho a la integridad física y moral.

Según el art. 15 CE mediante el reconocimiento del derecho a la integridad física y moral se protege la
inviolabilidad de la persona, no sólo contra ataques dirigidos a lesionar su cuerpo o espíritu, sino también
contra toda clase de intervención en esos bienes que carezca del consentimiento de su titular.
Aunque el derecho a la integridad física se encuentra evidentemente conectado con el derecho a la salud, su
ámbito constitucionalmente protegido no se reduce exclusivamente a aquellos casos en que exista un riesgo o
daño para la salud, pues dicho derecho resulta afectado por toda clase de intervención en el cuerpo que
carezca del consentimiento de su titular. Por lo tanto, mediante el derecho a la integridad física lo que se
protege es el derecho de la persona a la incolumidad corporal, esto es, su derecho a no sufrir lesión o
menoscabo en su cuerpo o en su apariencia externa sin su consentimiento. El hecho de que la intervención
coactiva en el cuerpo pueda suponer un malestar o un riesgo o daño para la salud supone un plus de
afectación, más no es una condición sine qua non para entender que existe una intromisión en el derecho
fundamental a la integridad física.

- La justificación de la afectación del derecho a la integridad física y moral desde la razonabilidad y


proporcionalidad.

Una vez constatada la afectación por la intervención corporal y consiguiente pericia de los derechos
fundamentales a la integridad física y a la intimidad personal, hemos de concretar si el sacrificio de tales
derechos fundamentales es susceptible de alcanzar una justificación constitucional objetiva y razonable.

Requisitos que conforman nuestra doctrina sobre la proporcionalidad: que la medida limitativa del derecho
fundamental esté prevista por la Ley, que sea adoptada mediante resolución judicial especialmente motivada, y
que sea idónea, necesaria y proporcionada en relación con un fin constitucionalmente legítimo. A todos ellos
hay que sumar otros derivados de la afectación a la integridad física, como son que la práctica de la
intervención sea encomendada a personal médico o sanitario, la exigencia de que en ningún caso suponga un
riesgo para la salud y de que a través de ella no se ocasione un trato inhumano o degradante.

Es decir, para que el derecho a la integridad física y moral pueda ser afectado debe de haber una justificación
válida desde la razonabilidad y proporcionalidad.

- La prohibición de torturas y/o penas o tratos inhumanos o degradantes y la asistencia médica obligatoria
autorizada por resolución judicial.

En el art. 15 CE se prohíbe la tortura y los tratos inhumanos y degradantes. Tortura y tratos inhumanos o
degradantes son, en su significado jurídico, nociones graduadas de una misma escala que en todos sus tramos
denotan la causación sean cuales fueren los fines, de padecimientos físicos o psíquicos ilícitos e infligidos de
modo vejatorio para quien los sufre y con esa propia intención de cejar y doblegar la voluntad del sujeto
paciente.

En modo alguno puede calificarse de tortura o tratos inhumanos o degradantes, con el sentido que esos
términos revisten en el art. 15 C.E., la autorización de una intervención médica, como la impugnada por los
recurrentes, que, en sí misma, no está ordenada a infligir padecimientos físicos o psíquicos ni a provocar daños
en la integridad de quien sea sometido a ellos, sino a evitar, mientras médicamente sea posible, los efectos
irreversibles de la inanición voluntaria, sirviendo, en su caso, de paliativo o lenitivo de su nocividad para el
organismo.

En el fundamento jurídico 7 se llega a la conclusión de que desde la perspectiva del derecho a la vida, la
asistencia médica obligatoria autorizada por la resolución judicial recurrida no vulnera dicho derecho
fundamental, porque en éste no se incluye el derecho a prescindir de la propia vida, ni es constitucionalmente
exigible a la administración penitenciaria que se abstenga de prestar una asistencia médica que, precisamente,
va dirigida a salvaguardar el bien de la vida que el artículo 15 de la Constitución protege.

El corte de muestras de cabello y el corte del vello de las axilas no vulneran el ámbito del derecho a la
dignidad, integridad física e intimidad personal, constitucionalmente protegidos por los artículos 10. 1,
15 y 18. 1, respectivamente, pues no constituyen derechos con carácter abso Into ; y que es
imprescindible tal intromisión para asegurar la defensa del inter ćs público que se pretende defender
mediante el ejercicio del th s ptaiieildi, est como una exigencia derivada de la acción de la justicia,
encaminada par a la obtención de pruebas necesar ias par a la averiguación de los delitos imputados, y
que, dado su gravedad y de carácter de funcionario del policía del mismo, se consideran totalmente
justificadas y proporcionadas.

También podría gustarte