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La guerra de la Independencia (1808-1814)

Al salir la familia real española va hacia Francia, donde se tienen que reunir con Napoleón, hubo un
enfado de los madrileños y el 2 de mayo de 1808 se alzaron contra las fuerzas francesas que van hacia
la capital.
En poco tiempo, el general Murat moderó la revuelta fusilando a muchas personas, entre tanto la Junta
de Gobierno, permitía tras su ida por Fernando VII, no llevaban a cabo nada para intentar quitarse el
castigo.
Al saber de la noticia de las abdicaciones de Bayona y los acontecimientos en Madrid, los
levantamientos antifranceses se esparcieron por toda España.

3.1. Guerra nacional y conflicto internacional


Los levantamientos de mayo de 1808 decayó en la guerra (1808-1814), se amplió por todo el territorio
español durante 5 años, hubo pérdidas de personas, más de 300.000 fallecidos y también hubo
destrucciones. Fue una guerra nacional y popular, no revolucionaria pero también un conflicto
internacional.

El ideario que hizo posible el levantamiento, partía de la defensa de la religión y de las monarquías,
con una percepción tradicional sobre la minoría liberal.

El discurso ideológico de la guerra lo hizo el bajo clero, comentó al pueblo que por la guerrilla
contribuyó en una cruzada contra la impiedad francesa. Solo la Iglesia disponía de una organización
nacional centralizada y se fundó en motor del levantamiento.

Lo que la Iglesia no pudo evitar fue que una minoría progresista, en Cádiz por causa de la guerra,
instauró los fundamentos de la futura revolución liberal.

3.2. El gobierno de José I. Los <<afracesados>>


José Bonaparte no consiguió apoyo suficiente de las minorías ilustradas. En la España ocupada por las
tropas francesas, el rey José I trató de emprender las reformas que el Estatuto de Bayona había
proyectado contando con el apoyo de los afrancesados.

La convocatoria de unas cortes bonapartistas no contó con el apoyo de su hermano Napoleón. Su


preocupación por la educación, plasmada en la fundación de la Junta de Instrucción Pública, quedó en
nada ante la realidad de la guerra.

3.3. Las juntas provinciales


Con el estallido de los levantamientos y las abdicaciones de Bayona, se produjo un gran vacío de
poder y la ruptura del territorio español.

En septiembre de 1808, se constituyó en Aranjuez la Junta Central Suprema, con delegados de las
juntas provinciales, entre los que estaba Jovellanos, bajo la presidencia del conde de Floridablanca
que tornó los poderes soberanos y se erigió en el máximo órgano gubernativo.

3.4 Las fases de la guerra


En 1808, con el objetivo de reprimir los levantamientos populares, un ejército se adentro en España,
confiando en desplegarse por todo el territorio de la península ibérica.

3.4.1 Resistencia: Bailen (mayo-octubre de 1808)

La resistencia de los españoles desbarató los proyectos de Napoleón. Aunque la toma de las ciudades
se preveía fácil, los franceses se acababan debilitando al no poder recibir refuerzos por parte de
Cataluña debido a que habían sido frenadas en el desfiladero de Bruch.

Girona, aguantó el ataque y rompió las vías de abastecimiento con Francia. El imperio francés con el
objetivo de conquistar toda la península intenta conquistar Andalucía, pero este se estrelló contra las
milicias del general Castaños y tuvo que rendirse en Bailén.

Este suceso tuvo una gran repercusión internacional, al tratarse de la primera derrota de un ejército
napoleónico. Su hermano José I, que acababa de llegar a Madrid, se retiró y las tropas francesas se
vieron obligadas a retroceder hasta el Ebro

En Portugal, la llegada del ejército de Wellington obligó a los franceses al abandono del país, la
presencia de Francia en España se reducía a Navarra, País Vasco y el norte de Girona.

3.4.2 Napoleón en España: la ocupación (1808-1812)

A partir de este momento la guerra adquirió una mayor dimensión, impulsada por el deseo de
Napoleón de aplastar la resistencia española. Napoleón dirigió personalmente operaciones militares
que buscaban derrotar al cuerpo inglés que actuaba en Portugal.

El avance francés fue tan contundente que José Bonaparte (José I) volvió a Madrid. El ejército inglés
quedó destrozado y fue obligado a reembarcarse en A Coruña. Solo algunas zonas de la periferia y las
áreas montañosas del centro permanecían libres.

3.4.3 El decisivo papel de la guerrilla

Los españoles adoptaron una novedosa firma del combate, la guerrilla, atacaban por sorpresa y en
acciones rápidas, valiéndose de su conocimiento del terreno y de la complicidad de la población civil.
Los franceses dominaban las ciudades y las partidas guerrilleras el campo. Los franceses no
consiguieron liquidar las guerrillas, pues se dispersaban después de cada ataque.

3.4.4 José I frente al imperio

A medida que la guerra se alargaba, José se sentía más identificado con el ideario pacifista y
reformista de sus súbditos afrancesados. Napoleón al no hallar en José la sumisión esperada, intervino
directamente y en 1810 transfirió las provincias al norte del Ebro para preparar su anexión con
Francia. Holanda, los puertos alemanes y diversos estados de Italia, fueron incorporados a la Francia
imperial. En febrero de 1810 cayó Sevilla y toda Andalucía, excepto Cádiz. José recorrió algunas
ciudades andaluzas y fue recibido calurosamente, mientras en Cádiz iniciaba la convocatoria de
Cortes
3.4.5 Derrota y retirada del ejército francés

En la primavera de 1812, la guerra dio un giro definitivo. Lo que que pareció un paseo militar, se
había convertido en un atolladero que obligaba a Napoleón a mantener en España un importante
conjunto de tropas, cada vez más necesarias en el frente de Rusia. La retirada de efectivos de los
franceses podía llevar al desatre, como ocurrió al frente de las tropas británicas, portuguesas y
españolas, y ayudado por las partidas guerrilleras, derrotó a los franceses cerca de Salamanca
haciendo que los españoles llegarán a Madrid. Esto obligó a los franceses retroceder hacia Burgos,
mientras que José I tuvo que abandonar la capital.

Los franceses bajo el mando de José I ejecutan una contraofensiva contra los españoles haciendo que
se tuvieran que retirar a Ciudad Rodrigo. El ejército tras su victoria y recolocación de posiciones se
dio cuenta que había revelado la estrategia para vencer a los españoles. La sensación de José I era
clara. Una nueva retirada de soldados hacia Europa la acrecentó. En 1813, el general británico lanzaba
de nuevo su acometida, sin que los franceses consiguieron parar su avance. Los franceses
abandonaron completamente Madrid y se retiraron hacia Vitoria-Gasteiz donde sufrieron una grave
derrota. El ejército francés fue vencido en Alemania y esto provocó que Napoleón tuviera que firmar
un acuerdo con Fernando VII, al que devolvió la Corona de España. Acabado así con la guerra entre
España y Francia.

4.3 La constitución de 1812

El día de San José de 1812, los diputados de Cádiz aprobaron una Constitución, la primera de la
historia de España, que resumía su labor legisladora y establecía las ideas y el lenguaje del liberalismo
español.
La Pepa es un texto muy extenso, porque, en su deseo de evitar interpretaciones contrarias al espíritu
de la Constitución, los legisladores gaditanos regularon hasta el detalle todas las cuestiones
relacionadas con la vida política y los derechos de los ciudadanos.

4.3.1 Un solo Estado, los mismos derechos

Su idea de nación quedó plasmada en el diseño de un Estado unitario, que afirmaba los derechos de
los españoles en su conjunto por encima de los históricos de cada reino. Los diputados representan a
la nación, lo que supone la eliminación de cualquier otra representación, regional o corporativa, algo
que ya carecía de sentido en una España dividida en provincias y municipios.
Al mismo tiempo, con su afirmación de los derechos individuales y colectivos de los españoles, ponía
los fundamentos para acabar con un modelo de sociedad basado en las exenciones y los privilegios.
Con el fin de conseguir la igualdad de los ciudadanos, fijaba una burocracia centralizada, una
fiscalidad común, un Ejército nacional y un mercado libre de aduanas interiores.

4.3.2. Estado constitucional y soberanía nacional

En consonancia con la primera declaración de la asamblea gaditana, la Constitución proclamaba la


soberanía nacional en detrimento del rey, al que se le quitaba la función legisladora, atribuida ahora a
las Cortes, que tendrían una sola cámara, elegida por sufragio universal masculino mediante un
complicado
sistema de compromisarios.
Al atribuir la soberanía a la nación, se estaba produciendo un cambio fundamental: de acuerdo con el
texto, los ciudadanos, reconocían a Fernando VII como rey de España, pero no como rey absoluto,
sino constitucional.
La Constitución, aunque símbolo del liberalismo radical, reflejaba el influjo de la religión y de la
nobleza a través de la definición de un Estado confesional y el reconocimiento de las propiedades de
los grupos privilegiados.
La guerra y Fernando VII impidieron que se implantaran las reformas promulgadas por la
Constitución. No obstante, años más tarde, otros textos, inspirados en ella, se encargarían de hacer
avanzar a la sociedad española en la conquista de sus derechos individuales y colectivos.

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