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El prólogo del traductor griego informa sobre el autor y la época (prol. vv. 7-14. 27-
30).
7
Mi abuelo Jesús, después de dedicarse intensamente
8
a leer la Ley,
9
los Profetas
10
y los restantes libros paternos,
11
y de adquirir un buen dominio de ellos,
12
se decidió a componer por su cuenta algo en la línea de la sabiduría e instrucción,
13
para que los deseosos de aprender, familiarizándose también con ello,
14
pudieran adelantar en una vida según la Ley.
27
El año treinta y ocho del reinado de Benefactor
28
vine a Egipto, donde pasé una temporada.
29
Y como tuve buena ocasión de aprender,
30
me pareció necesario aportar también mi trabajo y esfuerzo a traducir este libro,
31
y así dediqué muchas vigilias y todo mi saber,
32
durante este período,
33
a completar y publicar el libro,
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en beneficio de los emigrantes deseosos de aprender
35
y predispuestos por sus costumbres
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a vivir según la Ley. (BNP)
La Sabiduría de Jesús Ben Sirá fue un libro tan leído en la Iglesia antigua que
adquirió el título de Liber Ecclesiasticus. Jerónimo lo conoció en el hebreo y los rabinos lo
citaron. Los judíos y una parte de la Iglesia antigua no lo consideraban como canónico,
aunque se leía en la liturgia.
Cerca de dos tercios del texto hebreo fueron encontrados en 1896 entre los restos de
varios manuscritos de la Edad media procedentes de la geniza –bodega de antiguos
manuscritos– de la antigua sinagoga del Cairo. Fragmentos fueron descubiertos en una
cueva de Qumrán en 1964; se descubrió en Masada un texto que contiene Eclo 39,27-44,17
en escritura de comienzos del siglo I a.C. En la actualidad se dispone de un texto hebreo de
unos dos tercios del libro que fue conservado en manuscritos griegos y latinos. Las
variantes de estos testigos entre sí y en relación con las traducciones griega y siríaca
indican que el libro circulaba en varias recensiones. (La Iglesia reconoce como canónico el
texto griego.)
La versión griega se conservó desde el incio de la cristiandad. Se presenta en dos
recensiones, una versión más breve que la otra1. Esta (más breve) recensión es la que llegó
a constituir el textus receptus de las ediciones impresas (edición de Rahlfs de los Setenta).
La otra recensión, 134 versos más extensa, se conserva en varios manuscritos griegos así
como en citas de escritores eclesiásticos, ye en la edición hexaplar de Orígenes y en la
recensión de Luciano.
1
El texto breve está en los principales códices unciales (en letras mayúsculas) de la versión
de los Setenta (códices Vaticano, Sinaítico, Alejandrino, de los siglos IV-V d.C.) y en
algunos códices minúsculos de importancia.
2
En el siglo II d.C. se hizo una traducción al latín en Occidente, que formó parte de
la Vetus latina. Fue hecha a partir de la recensión larga del texto griego y presenta
añadiduras o glosas que no están en el griego. Jerónimo no tradujo el texto del Eclesiástico,
y aquella versión de la Vetus latina pasó a la Vulgata. De ella se sirvieron la liturgia latina,
los teólogos y Padres occidentales2. En la actualidad el oficial texto latín de la Iglesia, la
Neovulgata, ha tomado “como norma” la versión recogida en la Vulgata, retocándola de
acuerdo con la versión griega y a los fragmentos que restan del texto hebreo3.
La compleja historia de la transmisión de Eclesiasticus/Ben Sirá explica por qué el
texto es uno de los menos fijados de todo el Antiguo Testamento. Las discrepancias en las
traducciones no afectan a los sustancial del texto, pero sí generan diferencias en las
traducciones de algunos pasajes.
…mi abuelo Jesús, después de haberse dedicado por mucho tiempo a la lectura de la
Ley, de los Profetas, y de los otros libros de los antepasados, y una vez adquirida
una gran familiaridad con ellos, se propuso escribir él también algo que sirviera para
enseñanza y sabiduría, de modo que las poseyeran también los amantes del saber, y
pudieran progresar siempre más en una conducta de acuerdo con la Ley.
Jesús ben Sirá representa un ejercicio profesional del saber. El autor se confiesa
dedicado al estudio, a la enseñanza y la exposición de lo que se entiende como sabiduría,
2
Está contenida en muchos manuscritos y hay numerosas citas de ella.
3
En cualquier caso, la Neovulgata ha mantenido algunas palabras sueltas, frases y versículos, que no están en
los Setenta y que vienen a ser aclaraciones del texto griego, o pequeños ampliaciones del original desde la
visión de la fe cristiana presentes en la Vulgata. Nota, EUNSA, p. 900: La versión castellana está basada “en
la recensión más larga de los Setenta, teniendo a la vista los fragmentos recuperados del original hebreo, e
incluyendo las adiciones mantenidas en la Neovulgata. En nuestra traducción castellana hemos numerado los
versículos con arreglo a la numeración de la Neovulgata (que mantiene la habitual en las ediciones de la
antigua Vulgata latina), pero, en el margen […izquierda], hemos consignado la numeración usual en las
ediciones del texto griego de los Setenta”. (Las citas del texto son según la numeración de la Neovulgata.)
3
LA DOCTRINA
La doctrina es tan tradicional como la forma de la colección. Ben Sirá predica que la
sabiduría viene de Dios, su principio es el temor de Dios que educa a la juventud y procura
4
El texto hebreo de este último trozo se ha encontrado en una cueva de Qumrán incluido en un manuscrito del
Salterio; este descubrimiento confirma que al principio existió por separado antes de su agregación al
Eclesiástico.
4
la felicidad. Tiene las mismas incertidumbres que Job y Qohélet sobre el destino humano.
Cree en la retribución, siente el peso trágico de la muerte pero no sabe aún cómo pagará
Dios a cada uno según sus obras. Sobre la naturaleza misma de la Sabiduría (24,1-22),
comparte las intuiciones de Proverbios 1-9 y de Job 28.
5
También lo hará el poema sapiencial de Baruc (Ba 3,9-4,4).
6
Ésta, según el texto hebreo, pronuncia un discurso: hará pasar al discípulo a través de la prueba.
5
creadora y que reina sobre el universo, ha buscado una morada. El Señor le ha indicado
Jacob. A partir del templo de Sión, se ha ido desarrollando, como un árbol de vida, hasta
cubrir toda la tierra santa; ha echado ramas, ha dado flores y perfume e invita a todos sus
oyentes a gustar sus frutos.
Ben Sirá da la clave de este discurso:”Todo esto… es la ley” (24,23), es decir, la
revelación, más que los códigos de leyes o el mismo Pentateuco. Esta revelación de Dios ha
sido hecha a Israel, se ha desarrollado dentro de él, y todo hijo de Israel ha de nutrirse de
ella, según la invitación de Deuteronomio de alimentarse de la palabra de Dios. “Te humilló
y te hizo pasar hambre, y después te alimentó con el maná que ni tu conocías ni habían
conocido tus padres, para hacerle saber que no sólo de pan vive el hombre, sino que el
hombre vive de todo lo que sale de la boca del Señor” (Dt 8,3). En este caso, la sabiduría
venida de Dios es todo el patrimonio religioso y espiritual que Israel ha recibido de Dios
(cf. Dt 4,6; Esd 7,14.25).
Para Ben Sirá la liturgia es fundamental, pero más aún es la buena conducta. En la
ley se denuncian las prácticas rituales sin una vida virtuosa y las debidas disposiciones
internas (2,15-18; 7,10; 34,18-26; 35,16-18). Ben Sirá afirma una vida íntegra, que cultiva
las virtudes (1,22-24; 2,17-24) y la consideración por los pobres (3,30-4,10).
Sabiduría y vida interior. Todo individuo prudente, israelita o no, puede llevar una
conducta sabia en el campo moral. Pero al pueblo escogido donde la sabiduría mora como
en su casa le está reservado un fruto más selecto de sabiduría (24,8-12). La sabiduría es el
favor que Dios concede a algunos (33,7-13); Israel goza de una intimidad especial con Él.
EL CONTEXTO ANTERIOR
Al comienzo el libro ofrece unas fórmulas que se refieren a la sabiduría y la
relacionan con Dios: “Toda sabiduría está junto al Señor y con él permanecerá por siempre”
(1,1); menciona su origen: “Antes de todas las cosas fue creada la sabiduría y la inteligencia
7
Para esta exposición se consultó Daniel J. HARRINGTON, “Eclesiástico (o Ben Sira)”, en Comentario bíblico
internacional, 857; Xavier PIKAZA IBARRONDO, “Sabiduría” en Diccionario de la Biblia: Historia y palabra
(Verbo Divino, Estella 2007), 919-920; la versión de EUNSA; y M. GILBERT, “Sabiduría”, Nuevo Diccionario
de la Teología bíblica, 1724-1725.
7
prudente desde la eternidad” (1,4); solo el Señor la creó y la dio a todos los seres (cfr. 1,8-
9); para adquirirla o recibirla, el hombre debe tener el “temor del Señor” (1,11-20). Junto
con estas expresiones se leen meditaciones de la sabiduría y se mencionan los beneficios
que ella brinda al hombre. Estos pasajes tienen alguna semejanza con el comienzo del libro
de los Proverbios.
A continuación el lector encuentra una secuencia de temas sapienciales variados que
se refieren a la conducta humana, agrupados en temas o según lo que se espera de la vida y
el comportamiento de personas según sus funciones y circunstancias. Todo tiene un tono
exhortativo y se formula como instrucción, consejo, advertencia, reflexión de valores o
ventajas. De tanto en tanto se oyen expresiones que identifican o relacionan a la sabiduría
con la Ley: la relación de la sabiduría con Dios hace que judíos se relacionan con él en su
conducta definida por la misma Ley.
Hacia el final de la primera sección (cf. el capítulo 23), Ben Sirá enuncia la
necesidad de adquirir el dominio de sí mismo, presenta una oración en la que suplica a Dios
esta gracia; a continuación el maestro enseña a su discípulo acerca de los juramentos, del
peso que adquieren algunas palabras, de la sensualidad que puede conducir al pecado, y de
las consecuencias del adulterio. Estos temas preceden la presentación del elogio de la
sabiduría.
EL CONTEXTO POSTERIOR
A continuación del capítulo 24 se presentan materiales con características parecidas
a los primeros 23 capítulos: enseñanzas del sabio para varias situaciones, en especial para la
vida del creyente en su relación con Dios. Los desarrollos de los temas varían mucho;
algunos ofrecen una cierta longitud como el que se refiere a la mujer (cfr. 25,13-26,18). A
veces se intercala un texto como una oración (36,1-17).
Hacia el final se encuentra una sección que presenta un interés por sistematizar la
enseñanza: La sabiduría de Dios reflejada en las obras de la creación (42,15-43,33); y la
reflejada en la historia (los capítulos 44-50). En esta sección el autor presenta una galería de
personajes de la historia para instruir al lector de cultura griega: figuras emblemáticas que
aparecen como hitos de la historia del pueblo y como mediadores del obrar de Dios en la
misma.
Concluye el libro con una acción de gracias dirigida a Dios por lo que concedió a
este sabio; además, explica cómo adquirió la sabiduría y agrega exhortaciones para que sus
discípulos busquen la sabiduría y se acerquen a Dios (capítulo 51).
Conviene comparar el capítulo 24 con otros discursos de la sabiduría personificada
(Prov 1,20-33; 8,1-36; 9,1-6) y con los elogios de la sabiduría (Job 28; Bar 3,9-4,4). En este
capítulo central la sabiduría es presentada en su conjunto, con reminiscencias de los libros
anteriores. Más aún que en los Proverbios y Sabiduría, resuenan las expresiones que
anuncian una teología de la Trinidad: la sabiduría está a la vez unida a Dios y es distinta de
él, característica que más tarde se aplicará a la persona del Verbo o a la del Espíritu. Parece
que este pasaje inspiró el prólogo del evangelio de Juan que aplica al Logos varias de las
actividades y características de la sabiduría.
8
ALABANZA DE LA SABIDURÍA
En el capítulo central, la persona de la Sabiduría elogia a sí misma (24,1-22 [vv. 1-
31]) y Ben Sirá comenta al respecto (24,23-34 [vv. 32-47]). Ella habita en Jerusalén y se
identifica con la Ley. Su elogio (vv. 1-22) da eco literario de Prov 8,22-31, que la presenta
como una figura femenina8; ella fue el primer acto de la creación, por lo que tiene
preexistencia a la creacion y ella acompaña a Dios en su obra creadora.
8
En la gramática “sabiduría” el hebreo (hokmāh) y el griego (sophia) usan sustantivos femeninos.
9
28
El primero no ha acabado de conocerla,
ni el último la ha podido todavía descubrir.
29
Pues su pensamiento es más ancho que el mar,
y su consejo más grande que el gran abismo.
a) 24,30-34 [40-47]. En la última unidad Ben Sirá define su propio papel como maestro (“En
cuanto a mí”). Desarrolla las imágenes acuáticas (“como un canal… como una acequia”),
después las luminosas (“Haré brillar mi instrucción como la aurora”, v. 32 [44]) y proféticas
(“derramar la enseñanza”, v. 33 [46]). El maestro Ben Sirá es consciente de su función al
transmitir la tradición sapiencial a “las generaciones futuras” (v. 33 [46]) de buscadores de
la sabiduría (24,33b-34 [46b-47]).9
ECLESIÁSTICO 2410
1 1
La sabiduría se alaba a sí misma
y se gloría en medio de su pueblo.
2 2
En la asamblea del Altísimo abre su boca
y se gloría delante de su poder.
3
En medio de su pueblo será ensalzada,
en la totalidad de los santos será admirada,
4
en la multitud de los elegidos recibirá alabanza,
y entre los bienaventurados será bendita, y dirá:
3 5
“Yo salí de la boca del Altísimo,
primogénita antes que toda criatura.
6
Yo hice brotar en los cielos una luz indefectible,
y como niebla cubrí la tierra entera.
4 7
Puse mi tienda en las alturas,
y mi trono era una columna de nubes.
5 8
Yo sola recorrí la bóveda del cielo,
y me paseé por la profundidad del abismo.
6 9
Se extendía mi dominio sobre las olas del mar y sobre toda la tierra,
10
y sobre todos los pueblos y las naciones,
11
y pisé con mi fuerza los corazones de todos,
famosos y humildes.
9
El maestro Ben Sira añade otra reflexión autobiográfica en 33,16-19.
10
En algunos mss griegos aparece el título. En la traducción castellana los versículos siguen la numeración de
la Neo vulgata (que mantiene la habitual en las ediciones de la antigua Vulgata latina); en el margen izquierdo
y en cursiva, se indica la numeración usual en las ediciones del texto griego de los Setenta.
10
7
En todos ellos busqué un lugar de descanso:
una heredad donde instalarme.
8 12
Entonces, el creador del universo me dio una orden,
el que me había creado me hizo plantar mi tienda,
13
y me dijo: “¡Pon tu tienda en Jacob,
y toma como herencia a Israel!”.
9 14
Antes de los siglos, en el principio, él me creó,
y por los siglos no dejaré de existir.
10 15
En la tienda santo, en su presencia, ofrecí culto,
y así me instalé en Sión.
11
En la ciudad amada me hizo descansar,
y mi poder reside en Jerusalén.
12 16
Arraigué en un pueblo glorioso,
en la porción del Señor, en su heredad,
en la reunión de los santos hago mi parada.
13 17
He crecido como cedro del Líbano,
como ciprés de los montes del Hermón.
14 18
He crecido como palmera en En-Guedí,
como jardín de rosas en Jericó,
19
como noble olivo en la llanura,
como plátano crecido junto al agua en las plazas.
15 20
Como canela y bálsamo aromático he exhalado perfume,
como mirra exquisita he esparcido suave olor,
21
como estoraque, gálbano, ónice y estacte,
como humo de incienso en la tienda.
16 22
Yo, como terebinto, he extendido mis ramas,
un ramaje hermoso y espléndido.
17 23
Yo, como vid, retoñé con gracia,
y mis flores son frutos hermosos y abundantes.
24
Yo soy la madre del amor hermoso y del temor,
del conocimiento y de la santa esperanza.
25
En mí está toda la gracia del camino y de la verdad;
en mí, toda esperanza de vida y de fuerza.
19 26
Vengan a mí los que me desean,
y sáciense de mis frutos,
20 27
que mi recuerdo es más dulce que la miel,
y el poseerme, más dulce que el panal.
28
Mi memoria durará por las generaciones de los siglos.
21 29
Los que comen de mí aún tendrán más hambre,
y los que de mí beben, aún sentirán más sed.
22 30
Quien me escucha no se avergonzará,
y los que obran conmigo no llegarán a pecar.
31
Los que me esclarecen tendrán la vida eterna”.
La sabiduría y la Ley
23 32
Todo esto es el libro de la alianza de Dios Altísimo,
33
la Ley que nos ordenó Moisés,
como herencia para la comunidad de Jacob.
34
Prometió a David, su siervo,
11
11
Pikaza, 919-920.
13
Leídos estos textos a la luz del Nuevo Testamento se aprecia, como en Prov
8,22-31, un avance hacia la manifestación de la Sabiduría en Cristo. Ella está
íntimamente unida a Dios pero es una persona distinta de él, que procede de su boca
—es su Palabra—. Se prepara así lo que se entenderá más a fondo en el contexto de
la teología de la Trinidad. El eco de estas palabras del Ecclesiástico resuena no sólo
en el prólogo del evangelio de Juan, sino en otros pasajes del mismo evangelio. Por
ejemplo, el lector de este texto recordará, al leer el v. 21 [29]: “Los que comen de
mí aún tendrán más hambre, y los que de mí beben, aún sentirán más sed”), las
palabras del Señor en el discurso sobre el “pan de vida”: “Jesús les respondió: Yo
soy el pan de vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no
tendrá nunca sed” (Jn 6,35; cfr. 4,14; 7,37).
Como en otros textos, la Sabiduría está personificada. Además, se describe
con rasgos que la presentan como un modelo ideal, inalcanzable para el esfuerzo
humano. Por eso, la tradición cristiana los ha aplicado a Jesucristo, y también a la
Virgen que es “llena de gracia”, y por tanto, don completo de Dios. De ahí que, la
devoción a la Virgen haya tomado la expresión del v. 18 [24]: “Madre del amor
hermoso”, como una advocación mariana.
14
Eclesiasticus 24
1
ἡ σοφία αἰνέσει ψυχὴν αὐτῆς
καὶ ἐν μέσῳ λαοῦ αὐτῆς καυχήσεται
2
ἐν ἐκκλησίᾳ ὑψίστου στόμα αὐτῆς ἀνοίξει
καὶ ἔναντι δυνάμεως αὐτοῦ καυχήσεται
3
ἐγὼ ἀπὸ στόματος ὑψίστου ἐξῆλθον
καὶ ὡς ὁμίχλη κατεκάλυψα γῆν
4
ἐγὼ ἐν ὑψηλοῖς κατεσκήνωσα
καὶ ὁ θρόνος μου ἐν στύλῳ νεφέλης
5
γῦρον οὐρανοῦ ἐκύκλωσα μόνη
καὶ ἐν βάθει ἀβύσσων περιεπάτησα
6
ἐν κύμασιν θαλάσσης καὶ ἐν πάσῃ τῇ γῇ
καὶ ἐν παντὶ λαῷ καὶ ἔθνει ἐκτησάμην
7
μετὰ τούτων πάντων ἀνάπαυσιν ἐζήτησα
καὶ ἐν κληρονομίᾳ τίνος αὐλισθήσομαι
8
τότε ἐνετείλατό μοι ὁ κτίστης ἁπάντων
καὶ ὁ κτίσας με κατέπαυσεν τὴν σκηνήν μου
καὶ εἶπεν ἐν Ιακωβ κατασκήνωσον
καὶ ἐν Ισραηλ κατακληρονομήθητι
9
πρὸ τοῦ αἰῶνος ἀπ᾽ ἀρχῆς ἔκτισέν με
καὶ ἕως αἰῶνος οὐ μὴ ἐκλίπω
10
ἐν σκηνῇ ἁγίᾳ ἐνώπιον αὐτοῦ ἐλειτούργησα
καὶ οὕτως ἐν Σιων ἐστηρίχθην
11
ἐν πόλει ἠγαπημένῃ ὁμοίως με κατέπαυσεν
καὶ ἐν Ιερουσαλημ ἡ ἐξουσία μου
12
καὶ ἐρρίζωσα ἐν λαῷ δεδοξασμένῳ
ἐν μερίδι κυρίου κληρονομίας αὐτοῦ
13
ὡς κέδρος ἀνυψώθην ἐν τῷ Λιβάνῳ
καὶ ὡς κυπάρισσος ἐν ὄρεσιν Αερμων
14
ὡς φοῖνιξ ἀνυψώθην ἐν Αιγγαδοις
καὶ ὡς φυτὰ ῥόδου ἐν Ιεριχω
ὡς ἐλαία εὐπρεπὴς ἐν πεδίῳ
καὶ ἀνυψώθην ὡς πλάτανος
15
ὡς κιννάμωμον καὶ ἀσπάλαθος ἀρωμάτων δέδωκα ὀσμὴν
καὶ ὡς σμύρνα ἐκλεκτὴ διέδωκα εὐωδίαν
ὡς χαλβάνη καὶ ὄνυξ καὶ στακτὴ
καὶ ὡς λιβάνου ἀτμὶς ἐν σκηνῇ
16
ἐγὼ ὡς τερέμινθος ἐξέτεινα κλάδους μου
καὶ οἱ κλάδοι μου κλάδοι δόξης καὶ χάριτος
17
ἐγὼ ὡς ἄμπελος ἐβλάστησα χάριν
καὶ τὰ ἄνθη μου καρπὸς δόξης καὶ πλούτου
18
19
προσέλθετε πρός με οἱ ἐπιθυμοῦντές μου
καὶ ἀπὸ τῶν γενημάτων μου ἐμπλήσθητε
20
τὸ γὰρ μνημόσυνόν μου ὑπὲρ τὸ μέλι γλυκύ
15
23
ταῦτα πάντα βίβλος διαθήκης θεοῦ ὑψίστου
νόμον ὃν ἐνετείλατο ἡμῖν Μωυσῆς κληρονομίαν συναγωγαῖς Ιακωβ
24
25
ὁ πιμπλῶν ὡς Φισων σοφίαν
καὶ ὡς Τίγρις ἐν ἡμέραις νέων
26
ὁ ἀναπληρῶν ὡς Εὐφράτης σύνεσιν
καὶ ὡς Ιορδάνης ἐν ἡμέραις θερισμοῦ
27
ὁ ἐκφαίνων ὡς φῶς παιδείαν
ὡς Γηων ἐν ἡμέραις τρυγήτου
28
οὐ συνετέλεσεν ὁ πρῶτος γνῶναι αὐτήν
καὶ οὕτως ὁ ἔσχατος οὐκ ἐξιχνίασεν αὐτήν
29
ἀπὸ γὰρ θαλάσσης ἐπληθύνθη διανόημα αὐτῆς
καὶ ἡ βουλὴ αὐτῆς ἀπὸ ἀβύσσου μεγάλης
30
κἀγὼ ὡς διῶρυξ ἀπὸ ποταμοῦ
καὶ ὡς ὑδραγωγὸς ἐξῆλθον εἰς παράδεισον
31
εἶπα ποτιῶ μου τὸν κῆπον
καὶ μεθύσω μου τὴν πρασιάν
καὶ ἰδοὺ ἐγένετό μοι ἡ διῶρυξ εἰς ποταμόν
καὶ ὁ ποταμός μου ἐγένετο εἰς θάλασσαν
32
ἔτι παιδείαν ὡς ὄρθρον φωτιῶ
καὶ ἐκφανῶ αὐτὰ ἕως εἰς μακράν
33
ἔτι διδασκαλίαν ὡς προφητείαν ἐκχεῶ
καὶ καταλείψω αὐτὴν εἰς γενεὰς αἰώνων
34
ἴδετε ὅτι οὐκ ἐμοὶ μόνῳ ἐκοπίασα
ἀλλ᾽ ἅπασιν τοῖς ἐκζητοῦσιν αὐτήν
APÉNDICE. TEMOR. YARE’, NÔRA’ (HEBREO); φοβέω, φόβος (GRIEGO). TEMOR DE DIOS
igual que el temor de Moisés ante la zarza ardiente (Ex 3,6) y el de Jacob después del sueño
nocturno (Gn 28,17).
San Hilario (comentario sobre el salmo 127; Liturgia de las Horas, II, 160-
161) escribe sobre la doble vertiente del temor: “El temor… es el miedo que
experimenta la debilidad humana cuando teme sufrir lo que no querría. Se
origina en nosotros por la conciencia del pecado, por la autoridad del más
poderoso, por la violencia del más fuerte, por la enfermedad, por el encuentro
con un animal feroz, por la amenaza de un mal cualquiera. Esta clase de temor
no necesita ser enseñado, sino que surge espontáneo de nuestra debilidad
natural. Ni siquiera necesitamos aprender lo que hay que temer, sino que las
mismas cosas que tememos nos infunden su temor.
18
En cambio, con respecto al temor del Señor, hallamos escrito: Venid, hijos,
escuchadme: os instruiré en el temor del Señor. Así, pues, el temor de Dios ha
de ser aprendido, ya que es enseñado. No radica en el miedo, sino en la
instrucción racional; ni es el miedo connatural a nuestra condición, sino que
consiste en la observancia de los preceptos, en las obras de una vida inocente, en
el conocimiento de la verdad.
Para nosotros, el temor de Dios radica en el amor, y en el amor halla su
perfección. Y la prueba de nuestro amor a Dios está en la obediencia a sus
consejos, en la sumisión a sus mandatos, en la confianza en sus promesas [aquí,
cita Ceut 10,12]”.
El Temor de Dios en el Antiguo Testamento es una actitud que nos lleva a estar
frente a él en admiración de su grandeza, lo cual nos lleva a darle la reverencia y el respeto
que se le debe. Esto produce en nosotros: confianza en Dios, un aprecio adecuado de
nosotros mismos y un odio real por ofender a Dios. Literalmente, significa tener aprecio de
quién es Dios y quiénes somos nosotros.
El Nuevo Testamento conoce el temor como una actitud religiosa: es una cosa
temible el caer en las manos del Dios vivo (Heb 10,31), que tiene el poder de salvar y de
perder (Sant 4,12; Mt 10,28). El temor del que habla 1 Jn 4,18, “No cabe temor en el
amor”, no es el mismo temor de Dios según el Antiguo Testamento; es más bien el temor
servil que teme el castigo; sin embargo, existe un temor que da al amor su autenticidad, en
tanto que no podría haber amor en la familiaridad excesiva y sin temor al menos de
desagradar.