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1.

RESTAURACIÓN (1815-1830)
La derrota de Napoleón inició el periodo de la Restauración en el que las monarquías europeas intentaron
restablecer el absolutismo e impedir el surgimiento de nuevos movimientos revolucionarios.
Las grandes potencias vencedoras (Austria, Prusia, Rusia y Reino Unido) se reunieron en el Congreso de Viena (1815).
El objetivo era el rechazo de los principios de la Revolución francesa y la defensa del legitimismo, que reconocía el
derecho de los monarcas derrocados por Napoleón a recuperar su trono.
El Congreso de Viena procedió a la remodelación de las fronteras de Europa con el objetivo de equilibrar sus fuerzas
y las zonas de influencia mediante el reparto de los dos principios que iban a regir la política internacional:
 La celebración de congresos periódicos para arbitrar soluciones ante posibles alteraciones de este equilibrio
territorial.
 El derecho de intervención en los países amenazados para una revolución liberal. En esta dirección, Prusia,
Rusia y Austria crearon la Santa Alianza, un pacto que permitía su intervención política y militar a
requerimiento de cualquier monarca amenazado por una revolución liberal.
El mapa refleja los cambios territoriales tras el Congreso de Viena:
- Creación de nuevos Estados en torno a Francia para impedir su expansión.
- Consolidación de las potencias vencedoras. Prusia y Austria dominaban Europa central, Rusia controlaba
Europa oriental y el Reino Unido, las rutas marítimas.
- Establecimiento del reino de Polonia, bajo la soberanía del zar de Rusia.
2.LIBERALISMO (las primeras oleadas revolucionarias)
A pesar del aparente retorno al Antiguo Régimen, las ideas de la Revolución francesa habían dejado su huella en los
países europeos. Además, el dominio napoleónico había despertado el sentimiento nacional de los pueblos
dominados, y la remodelación de Europa por el Congreso de Viena en favor de los grandes imperios consolidó el
nacionalismo, que se unió en muchos casos al liberalismo.
La primera oleada revolucionaria se produjo en la década de 1820 y provocó en España, Portugal, Nápoles y el
Piamonte el inicio de un corto periodo liberal que finalizó con la intervención directa de las fuerzas absolutistas de la
Santa Alianza. Los monarcas absolutos recuperaron el trono y una fuerte represión se desencadenó contra los
liberales.
Solo en Grecia triunfó una insurrección contra el Imperio turco. En 1822 proclamó su independencia, que se hizo
efectiva en 1829 después de una cruel guerra.
Una segunda oleada se inició en 1830 en Francia, donde se derrocó al último monarca Borbón (Carlos X) y se
implantó una monarquía constitucional que proclamó rey a Luis Felipe de Orleans. El ejemplo francés se extendió por
España y los Estados italianos y alemanes, y comportó la independencia de Bélgica, que había estado unida a
Holanda. En Polonia, un movimiento liberal a favor de la independencia fue aplastado por el ejército ruso.
Como resultado de estas revueltas liberales, en la mayoría de los países de Europa occidental desaparecieron los
regímenes absolutistas y se impusieron Gobiernos liberales moderados, cuyo referente era la Constitución francesa
de 1791 (sufragio censitario, libertades limitadas y predominio social de la alta burguesía).
-LAS REVOLUCIONES DE 1848:
La revolución de 1848 es conocida como “la primavera de los pueblos”.
El movimiento revolucionario tuvo diversas causas. En el ámbito económico, una crisis agrícola provocó un aumento
de los precios y el descenso del poder adquisitivo de las clases populares, a la vez que una crisis en las bolsas,
resultado de la caída de las acciones ferroviarias, comportó la quiebra de bancos, el cierre de empresas y el aumento
del paro obrero.
En el ámbito político, parte de la ciudadanía reclamaba el sufragio universal y la ampliación de los derechos, y
defendía la república como el mejor sistema para erradicar las diferencias sociales.
-LA REVOLUCION EN FRANCIA:
En Francia, 1848, un levantamiento popular destronó a Luis Felipe de Orleans y proclamó la II República. Adoptó el
sufragio universal masculino, libertad de prensa, abolición de la pena de muerte y de la esclavitud, y reconocimiento
de algunos derechos para los trabajadores. Para mitigar el paro se crearon los Talleres Nacionales, dirigidos por el
Estado.
Tras unas elecciones, el nuevo Gobierno procedió al cierre de los Talleres y a la supresión de algunas reformas
sociales. La respuesta se produjo en forma de nuevo movimiento insurreccional obrero, que exigía la consolidación
de la república social. La rebelión fue aplastada con la intervención del ejército.
En 1851, Luis Napoleón Bonaparte impuso su poder personal y proclamó el II Imperio francés.
-IMPERIO AUSTRIACO:
En el imperio austriaco, donde una monarquía absolutista dominaba sobre un gran conglomerado de pueblos.
La insurrección se inició en Viena en 1848 y provocó la caída de Metternich, la elección de una Asamblea
Constituyente mediante sufragio universal y la abolición del emperador. Pero también comportó la emergencia de
movimientos nacionalistas, que reclamaban el reconocimiento a su identidad, el respeto a la diversidad lingüística y
cultural, y la igualdad de derechos entre los distintos pueblos.
Todos estos movimientos fueron derrotados, pero el imperio austriaco se vio obligado a introducir reformas. Sufragio
censitario, se modificó la estructura del Imperio. Se convirtió en una monarquía dual, con dos Estados, Austria y
Hungría, unidos solo por la persona de Francisco José, emperador de Austria y rey de Hungría.
3.NACIMIENTO DE ITALIA: UNIFICACION ITALIANA
En 1815, Italia estaba dividida en Estados. El Papa era soberano de uno de ellos (los Estados Pontificios, con capital en
Roma), y Austria había incorporado a su imperio la Lombardía y el Véneto. El Piamonte estaba gobernado por una
monarquía liberal, la dinastía de Saboya.
En la década de 1830, se formó la estrategia de unificación propugnada por Giuseppe Mazzini y su organización, la
Joven Italia. Esta planeaba la creación de una república democrática, unitaria y laica.
Cavour, jefe del Gobierno de la monarquía piamontesa, a impulsar una nueva estrategia para la unificación. No sería
la insurrección popular, sino la consolidación del Piamonte como un Estado fuerte, moderno e industrializado, capaz
de poseer un ejército y una diplomacia, lo que permitiría la unificación.
 Cavour consiguió, con la ayuda francesa, derrotar a los austriacos y anexionar la Lombardía y, poco después,
los Estados centrales. A la acción militar se añadió la diplomacia, que supuso la cesión de Niza y Saboya a
Francia, a cambio del reconocimiento del nuevo reino de Italia.
 Garibaldi, emprendió la conquista del sur (reino de las Dos Sicilias) y cedió a Víctor Manuel II las conquistas
realizadas, reconociéndolo como rey de Italia.
Finalmente, la unidad se completó con la anexión del Véneto, tras derrotar a los austriacos, y la conquista de los
Estados Pontificios (1870) a pesar de la oposición del Papa. Roma se convirtió en la capital de la nueva Italia y se creó
el Estado del Vaticano bajo la soberanía del pontífice.
El nuevo Estado tuvo que enfrentarse a tres grandes problemas: la hostilidad del papado, el contraste entre un Norte
industrializado y un Sur agrario y atrasado, y el carácter incompleto de la unidad, ya que Istria y Trento
permanecieron bajo dominio austriaco.
4.NACIMIENTO DE ALEMANIA: UNIFICACION ALEMANA
El Congreso de Viena estableció la Confederación Germánica, que aglutinaba a 39 Estados, con la presencia de dos
poderosas potencias, el reino de Prusia y el Imperio austriaco. El primer paso hacia la unificación fue la creación del
Zollverein o Unión Aduanera (1834), un mercado de libre circulación comercial.
Durante la revolución de 1848, consiguieron formar un Parlamento en Frankfurt, con representantes de los distintos
Estados elegidos por sufragio universal. El Parlamento ofreció la Corona de la posible Alemania unificada al rey de
Prusia, pero la monarquía prusiana rechazó la oferta por provenir de un acto de soberanía popular.
El canciller de Prusia Otto Von Bismarck, impuso que Prusia dirigiera la unificación a partir de su supremacía
económica y militar.
 El enfrentamiento de Dinamarca, que supuso la anexión de los ducados de Schleswig y Holstein.
 La guerra contra Austria, a la que derrotó en la batalla de Sadowa, y que significó la disolución de la
Confederación de la Alemania del Norte, que comprendía 23 Estados, bajo la hegemonía prusiana. Solo
Austria y los Estados del Sur quedaban al margen.
 Por último, una guerra contra Francia que permitió cohesionar los Estados germánicos contra un enemigo
común, los franceses fueron derrotados en Sedán.
La victoria militar supuso la proclamación del Segundo Imperio y de Guillermo I como emperador.
5.REINO UNIDO
A lo largo del siglo XIX, el Reino Unido experimentó un gran progreso económico y fue capaz de articular un vasto
imperio colonial. En este periodo destacó el reinado de Victoria I (1837-1901), durante el cual se implementaron
reformas políticas que permitieron asentar las bases de una democracia estable y de corte liberal.
El sistema político británico estaba compuesto por la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. En esta última
era habitual la alternancia de dos partidos políticos, los tories (conservadores) y los whigs (liberales); estos últimos
fueron desplazados por el Partido Laborista.
El Acta de Unión de 1801 supuso el nacimiento del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, pero la situación irlandesa
se fue deteriorando a raíz de la crisis de la patata de 1845, que provocó una gran hambruna y la emigración masiva,
así como la expulsión de los arrendatarios irlandeses de las tierras de propiedad inglesa. El movimiento nacionalista
cobró protagonismo y se produjeron atentados terroristas.
Gladstone presentó la Home Rule, que otorgaba una mayor autonomía a Irlanda. Irlanda, facturada entre el Norte, de
mayoría protestante y fiel al Reino Unido, y el Sur de mayoría católica, alcanzó su independencia tras la guerra de
independencia irlandesa en 1921.
6.FRANCIA (del II imperio a la III República)
Después de la revolución de 1848, Luis Napoleón Bonaparte accedió a la presencia de la república francesa. Poco
después disolvió la Asamblea, y tras obtener el apoyo plebiscitario para ejercer plenos poderes, proclamó el II
Imperio francés (1852-1870) y se intituló emperador con el nombre de Napoleón III.
El Gobierno de Napoleón III se caracterizó por el establecimiento de medidas de corte autoritario con las que el
emperador concentró el poder ejecutivo, ostentó el mando militar, estableció censura de prensa y persiguió a la
oposición. A partir de 1860 el poder del emperador se debilitó, concediendo una serie de medidas liberalizadoras,
como el derecho a huelga, la libertad de asociación y de prensa, o la amnistía para los condenados por delitos
políticos.
El enfrentamiento entre Napoleón III y Bismarck por la elección del candidato al trono español en 1870 culminó con
la declaración de guerra a Prusia. La guerra franco-prusiana concluyó con la derrota francesa en la batalla de Sedán,
que supuso para Francia la pérdida de Alsacia y Lorena y el fin del II Imperio.
La III República francesa (1870-1940), surgida tras la derrota de Sedán, tuvo que hacer frente a la proclamación de la
Comuna, un gobierno autogestionario que gobernó en París durante algunas semanas y que concluyó de forma
violenta con la intervención del ejército y la ejecución de unos 20.000 revolucionarios.
Tras la experiencia de la Comuna, la III República evolucionó hacia un régimen democrático y republicano. En 1875 se
aprobó la Constitución, que estableció el sufragio universal y un sistema en el que el poder ejecutivo era ostentado
por el presidente de la república y el legislativo se repartía entre el Senado y la Asamblea. Destacando mejoras en el
ámbito social (ley de pensiones, seguridad laboral…) y en el educativo (consideración de la enseñanza como laica).
7.IMPERIO AUSTROHUNGARO
Durante la segunda mitad del siglo XIX, Francisco José I estuvo al frente del imperio quedó dividido tras la creación de
la “monarquía dual”, dos reinos, Austria y Hungría. Cada reino poesía sus propias instituciones, leyes y Gobierno,
pero ambos compartían política exterior y la figura del emperador.
El imperio era una construcción territorial con un gran número de nacionalidades, que reivindicaban un mayor grado
de autonomía.
La decadencia del imperio otomano en los Balcanes suscitó el apetito expansionista de Austria-Hungría en la zona, lo
que se convirtió en uno de los principales motivos de fricción que desembocaron en la Primera Guerra Mundial.
8.IMPERIO RUSO
Apenas se había industrializado: más de 22 millones de rusos vivían en régimen de servidumbre. Alejandro II decretó
la abolición de la servidumbre.
9.IMPERIO OTOMANO
El imperio otomano era un Estado teocrático, donde la sharía era la base legal, al frente del cual estaba el sultán, que
también ostentaba la autoridad religiosa como califa. A finales del siglo XIX era un imperio en decadencia del que
habían conseguido independizarse y diversas naciones balcánicas.
10.JAPON
El emperador, considerado una divinidad, el gobierno real estaba en manos de los shogunes, generales que
gobernaban en nombre del emperador y accedían al cargo de forma hereditaria. Japón era, en la práctica, una
dictadura militar, en la que los grandes señores (daimyo) mantenían parte de su poder feudal con ayuda de los
samuráis.
En 1853 el comandante americano Perry, bajo la amenaza de bombardeo, obtuvo la apertura comercial del país.
El nuevo emperador Mutsuhito inició la era Meiji, un periodo de profundas reformas.
11.ESTADOS UNIDOS
En la primera mitad del siglo XIX, los Estados Unidos aumentaron sus posesiones con la conquista del Oeste, la guerra
contra México y la adquisición de Alaska a Rusia.
Se produjo un crecimiento vertiginoso de la emigración de europeos en busca de oportunidades de trabajo y tierras,
y se instalaron en los estados del norte. Empujó a la conquista de nuevas fronteras y condujo a los colonos hacia la
“conquista del Oeste”.
Este avance fue una historia de guerra, exterminio y expolio de las tierras de las naciones indias.
Las diferencias entre los Estados del Norte y los del Sur, como consecuencia del modelo esclavista predominante en
las grandes plantaciones algodoneras del Sur, generó un progresivo distanciamiento. En el Norte, había crecido el
sentimiento abolicionista, que era considerado por el Sur como una amenaza para su economía.
En 1861 accedió a la presidencia el republicano Abraham Lincoln, partidario del abolicionismo. Ante el temor al fin de
la esclavitud, los Estados de California del Sur, Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana, Texas, Virginia,
Arkansas, Carolina del Norte y Tennessee se separaron de la Unión y constituyeron los Estados Confederados de
América. Estalló así una guerra civil, la Guerra de Secesión norteamericana (1861-1865), que concluyó con la victoria
de los unionistas del Norte frente al ejército confederado.
La abolición de la esclavitud se materializó en diciembre de 1865.

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