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Después de una intensa guerra en la que los colonos contaron con la ayuda de Francia y
España, la Declaración de Independencia fue proclamada el 4 de julio de 1776, y las
Trece colonias adoptaron el nombre de Estados Unidos de América bajo la forma de
república federal, cuyo primer presidente fue George Washington. Su Constitución,
promulgada en 1787, fue la primera Constitución escrita y recogía los principios
políticos de la Ilustración, en especial, la soberanía popular y la separación de poderes.
Sin embargo, los indígenas quedaban al margen de estos derechos y se mantenía la
esclavitud.
En el siglo XIX, los Estados Unidos ampliarán considerablemente su territorio (compra
de Luisiana a Francia, de Florida a España y de Alaska a Rusia), principalmente hacia el
sur, a costa de México.
LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Antecedentes y estallido de la Revolución:
En la segunda mitad del siglo XVIII, Francia vivía inmersa en el Antiguo Régimen:
gobernada por un rey absoluto (Luis XVI), con una sociedad estamental, y una
importante crisis de subsistencia debido a las malas cosechas. Además, la participación
francesa en distintas guerras y el derroche de la corte habían situado al país al borde de
la bancarrota.
Ante la necesidad de recaudar más impuestos, el rey convocó los Estados Generales,
asamblea donde se reunían los representantes de los tres estados (nobleza, clero y estado
llano). Sin embargo, la oposición de los estamentos privilegiados (nobleza y clero) a
pagar impuestos hizo que los representantes del tercer estado abandonaran los Estados
Generales y se constituyeran en Asamblea Nacional, proclamándose los verdaderos
representantes del pueblo francés y jurando no separarse hasta haber dotado a Francia
de una Constitución. El 14 de julio de 1789 el pueblo de París asalta la prisión de la
Bastilla para conseguir armas. Es el comienzo de la Revolución.
Desarrollo de la Revolución:
Primera etapa (etapa moderada): Los diputados del tercer estado formaron una
Asamblea Constituyente y se organizaron en dos partidos principales: los girondinos
(revolucionarios moderados) y los jacobinos (revolucionarios radicales). Esta Asamblea
proclamó la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano y aprobó la
primera Constitución francesa (1791), que establecía la soberanía nacional, la división
de poderes y el sufragio censitario. Comienza también la guerra contra las potencias que
se oponen a la revolución (Austria y Prusia).
Etapa radical: En 1792, las dificultades de la guerra y la escasez de alimentos
provocan una serie de motines y el poder pasa a la Convención, dominada por los
jacobinos, quienes proclamaron la República. El rey Luis XVI es acusado de conspirar
contra la revolución y guillotinado. El jacobino Robespierre instauró una dictadura
revolucionaria, conocida como época del “Terror”, en la que se multiplicaron las
ejecuciones de quienes se oponían a la Revolución.
En 1810, gran parte de Europa se encontraba bajo su dominio, pese a que las potencias
europeas –que veían con inquietud la difusión de las ideas revolucionarias y el afán
expansionista francés- se enfrentaron a Napoleón agrupadas en diversas coaliciones. Sin
embargo, Napoleón no consiguió derrotar a Gran Bretaña, a la que sometió a un bloqueo
continental (prohibición de acceso a los puertos europeos a todos los barcos procedentes
de Gran Bretaña y de sus colonias).
Napoleón fue vencido por las tropas de la coalición en la Batalla de las Naciones
(Leipzig, Alemania. 1814) y desterrado a la isla de Elba, frente a las costas italianas.
Pero logró regresar a Francia y recuperar el poder durante el llamado “Imperio de los
Cien Días” hasta su definitiva derrota en Waterloo (Bélgica, 1815). Terminó sus días
confinado en la isla británica de Santa Elena, en medio del Atlántico.
Napoleón difundió por Europa los logros revolucionarios, al imponer su Código Civil
en las naciones conquistadas. Por otra parte, la ocupación de los ejércitos napoleónicos
avivó los sentimientos nacionalistas en los países ocupados, lo que tendrá profundas
repercusiones en la Europa del siglo XIX.
Tras su derrota, sus reformas políticas fueron eliminadas. No obstante, su sucesor, Luis
XVIII, hermano del difunto Luis XVI, se vio obligado a conceder a los franceses una
Carta otorgada (Constitución concedida por el rey, sin participación de los ciudadanos).
LA RESTAURACIÓN Y EL CONGRESO DE VIENA (Estudiar con mapa)
Derrotado Napoleón, las potencias vencedoras se reúnen en el Congreso de Viena
(1814-1815), convocadas por el emperador austriaco. Su canciller, el príncipe de
Metternich, fue el artífice del Congreso, cuyos objetivos eran: restablecer las fronteras
de Europa –alteradas por las conquistas napoleónicas-, devolver a sus tronos a los
soberanos expulsados y afirmar el poder de los reyes, de la nobleza y de la tradición. En
definitiva, se pretendía la “Restauración” del Antiguo Régimen.
Para evitar nuevas revoluciones y luchar contra las ideas liberales se crea en 1815 la
Santa Alianza entre Austria, Prusia y Rusia, que establecía la obligación de acudir en
auxilio del soberano si estallaba un movimiento revolucionario en su país. Este pacto se
convertirá en Cuádruple alianza con la rápida adhesión de Inglaterra y, algo más tarde,
en Quíntuple alianza por la incorporación de Francia.
En este contexto, se producirán varias oleadas revolucionarias (en 1820, 1830 y 1848)
de carácter liberal, y en algunos casos nacionalista, que pretendían acabar
definitivamente con el absolutismo monárquico, colocar a la burguesía al frente del
poder político y lograr la independencia de los pueblos que no tenían libertad:
La unificación italiana fue protagonizada por Víctor Manuel II, rey de Piamonte, y su
primer ministro Cavour. Con la ayuda de Francia, lograron expulsar a los austriacos del
norte de Italia. Poco a poco se fueron incorporando los distintos Estados italianos,
destacando especialmente la intervención de Garibaldi y su ejército de voluntarios
(“camisas rojas”), que conquistaron el reino de Nápoles.
En 1861, Víctor Manuel II fue proclamado rey de Italia. Los últimos territorios en
incorporarse (1871) fueron Venecia y Roma, convirtiéndose esta última en la capital.
29. Redacta una breve reseña sobre cuándo y por qué fue erigida la famosa Estatua
de la Libertad, de Nueva York.
30. Completa el mapa de la Europa resultante del Congreso de Viena: