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Módulo 4 Lectura 2
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Efectos
Introducción
Video conceptual
Referencias
LECCIÓN 1 de 7
Introducción
A continuación, y para trabajar el tema que se propone desde un punto de vista práctico, se
transcriben algunos párrafos de una sentencia dictada por la Cámara Nacional de
Apelaciones de primera nominación, te invito a que los leas detenidamente:
VISTOS Y CONSIDERANDO:
Luego, los señores Héctor Gustavo Herrera y Dante Ricardo Herrera tomaron
intervención a fs. 1499, acreditaron documentalmente el fallecimiento de su
padre (fs. 1495) y el vínculo invocado (fs. 1497 y 1498). En el proveído
recurrido se los tuvo por parte y eso dio lugar al recurso de reposición de la
sociedad demandada, quien sostiene que es necesario el dictado de una
declaratoria de herederos que reconozca sus derechos antes de continuar el
trámite de la causa. Tras desestimarlo, la magistrada concedió el recurso de
apelación subsidiario.
El art. 2337 del Código Civil y Comercial dispone: “[s]i la sucesión tiene lugar
entre ascendientes, descendientes y cónyuge, el heredero queda investido de
su calidad de tal desde el día de la muerte del causante, sin ninguna
formalidad o intervención de los jueces, aunque ignore la apertura de la
sucesión y su llamamiento a la herencia. Puede ejercer todas las acciones
transmisibles que correspondían al causante. No obstante, a los fines de la
transferencia de los bienes registrables, su investidura debe ser reconocida
mediante la declaratoria judicial de herederos”.
[1] C. Nac. Apel. Civ., Sala I, “Carol, María Luisa y otros c. Haras El Moro S.A. y Otro s/ nulidad de
Tal como podemos advertir del fallo de la Cámara, precisar este concepto es de suma
importancia puesto que va a determinar la legitimación activa.
Afirma Marcos Córdoba (2012) que “la propuesta legislativa establece un sistema de
otorgamiento de la investidura hereditaria que resulta distinto según los vínculos que hayan
unido al causante con sus herederos” (p. 1).
Esto obedece a que si bien la muerte del causante, la apertura de la sucesión y la
transmisión de la herencia se producen en el mismo momento (por tanto, la propiedad
hereditaria se transmite a todos los herederos desde la muerte), no sucede lo mismo con la
investidura, pues esta se transmite en el mismo instante de la muerte del causante solo
para algunos herederos.
De tal manera, se distingue la investidura de pleno derecho (sin formalidad alguna) que
corresponde a los ascendientes, descendientes y cónyuge; y la investidura judicial que
procede con los demás herederos por medio de la declaratoria de herederos o auto de
aprobación del testamento.
De pleno derecho
[2] Art. 2337, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Supongamos que, en vez de continuar con las acciones judiciales que inició el causante, los
herederos hubiesen intentado vender un inmueble propiedad del mismo. En ese caso, la
declaratoria de herederos les sería requerida sin importar el vínculo de parentesco que los
uniera con el de cujus.
Sucesión de los colaterales (hasta el cuarto grado): en este caso, es el juez quien –por
medio de la declaratoria de herederos- investirá a los colaterales en el carácter de
herederos del causante. Para ello, deberá previamente acreditarse el fallecimiento del
autor de la sucesión y el título hereditario que invocan.
[3] Art. 2237, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2IRJfYj
Los herederos sin investidura judicial no podrán ser demandados por los terceros.
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LECCIÓN 2 de 7
Funciones
[4] Art. 2340, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Auto N°
Lugar, fecha
Y VISTOS:
Y CONSIDERANDO:
RESUELVO:
contencioso.5
[5] Art. 2339, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Así, en el caso del testamento ológrafo se establece que la prueba de la autoría se realiza
por pericia caligráfica; esto sustituye la forma tradicional de probar su autenticidad, que era
por medio de testigos.
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LECCIÓN 3 de 7
La petición de la herencia es la acción por la que el actor persigue obtener la entrega total o
parcial de la herencia, en virtud del reconocimiento de su calidad de heredero, la que es
ejercida contra quien se encuentra en posesión material de la herencia e invoca el título de
heredero.
Naturaleza jurídica
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Pérez Lasala (2014) sostiene que se trata de una acción con las siguientes características.
Requisitos
mejoras;
frutos y productos;
gastos;
[6] Art. 2313, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2IRJfYj
Son de buena fe los herederos que poseen los bienes en virtud de un error de hecho que
resulta esencial y excusable. La buena fe se presume.
Los acreedores de los herederos pueden ejercer esta acción por vía de la acción
subrogatoria.
Pueden ejercerla los herederos instituidos por testamento contra los herederos legítimos
cuya vocación es desplazada por aquellos.
LE G I T I M A D O A C T I V O LE G I T I M A D O PA S I V O
La acción se ejerce contra quien posea materialmente parte o todos los bienes hereditarios e
invoque la calidad de heredero. Por ejemplo, los herederos de grado más remoto que han
entrado en posesión de la herencia por ausencia o inacción de los más próximos. También
procede contra el heredero del mismo grado que se rehúsa a reconocerle la calidad de
heredero.
Es importante tener presente que no se extiende la acción contra el simple poseedor que no
invoca título singular.
Efectos
Postula el artículo 2312 del CCCN7 que una vez admitida la petición de herencia,
corresponde la restitución de los bienes; este es el efecto principal. Tal efecto rige tanto
para el poseedor de buena o mala fe. Así, el heredero aparente debe restituir lo que recibió
en la sucesión sin derecho, inclusive las cosas de las que el causante era poseedor
(comodatario, arrendatario, etcétera) y aquellas sobre las cuales ejercía el derecho de
retención. Es decir, la restitución versa sobre los derechos activos y pasivos que recibió. Si
no es posible la restitución en especie, debe indemnizar los daños. También debe restituir
los bienes que han entrado en la sucesión en sustitución de los que han salido de esta, ya
se trate de cosas individualizadas o de créditos.
[7] Art. 2312, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2IRJfYj
El cesionario de los derechos hereditarios del heredero aparente está equiparado a este en
las relaciones con el demandante.
En virtud de lo dispuesto por el artículo 2313 del CCCN, debe distinguirse si el poseedor es
de buena fe o mala fe, pues esto determinará las consecuencias que afrontarán uno u otro.
Mala fe: responde inclusive por caso fortuito, salvo en el caso de que la pérdida hubiese
ocurrido de igual manera si los bienes los hubiese tenido el actor. Además, tiene la
obligación de indemnizar los daños causados, conforme establece el artículo en análisis.
En cuanto a los frutos y productos
–
Buena fe: el poseedor hace suyos los frutos percibidos y los naturales devengados no
percibidos.
Mala fe: debe entregar o pagar los frutos que hubiese percibido y los que por su culpa dejó
de percibir.
Mejoras
–
Principio: la restitución alcanza a las mejoras.
Buena fe: el poseedor tiene derecho al reembolso de los costos de las mejoras necesarias.
Puede también reclamar las útiles, pero solo hasta el mayor valor adquirido por la cosa. No
puede pedir pago de las suntuarias, pero podrá retirarlas si no dañan la cosa.
Mala fe: puede reclamar los costos por las mejoras necesarias, salvo que hubiese tenido
que efectuarlas por su culpa. En cuanto a las útiles y suntuarias se aplica lo mismo que
para el poseedor de buena fe.
Imprescriptibilidad
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LECCIÓN 4 de 7
Es quien se encuentra en posesión de la herencia y actúa como heredero real por un título
idóneo en abstracto para adquirir la herencia, pero que en concreto es ineficaz; en
consecuencia, no es heredero. Por lo tanto, es necesario que la condición de heredero se
asiente en un título idóneo por su naturaleza para adquirir la herencia, pero que resulta
ineficaz en el caso concreto.
El heredero aparente tiene derecho a obtener el reembolso por las obligaciones del
causante que hubiese cumplido con bienes que no componen la herencia. En este
supuesto se prescinde de la distinción de mala o buena fe del heredero aparente.
Actos de administración
Conforme al artículo 2315 del CCCN, “son válidos los actos de administración realizados
por el heredero aparente hasta la notificación de la demanda de petición de herencia,
[8] Art. 2315, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2IRJfYj
Pérez Lasala (2014) afirma que el análisis en los actos de administración debe ser
realizado de la siguiente manera: el principio es la validez de los actos de administración
que no perjudiquen al heredero real, sea el tercero de buena o mala fe. Si, en cambio, se
causa un perjuicio, solo debe mantenerse la validez del acto si el tercero es de buena fe.
Así, postula que los actos conservatorios (venta de objetos perecederos, gastos por
reparaciones urgentes) y los actos de administración ordinarios (producción de los bienes
hereditarios, deudas normales que ocasiona esa producción) sea el tercero de buena o
mala fe, son válidos (Pérez Lasala, J., 2014).
Los actos de disposición realizados por el heredero aparente son válidos si son onerosos y
son efectuados a favor de terceros que ignorasen la existencia de herederos de mejor o
igual derecho que aquel o que sus derechos se encuentran judicialmente controvertidos.9
[9] Art. 2315, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2IRJfYj
En cuanto al heredero aparente, si bien el artículo 2315 del CCCN no hace referencia a la
declaratoria de herederos o a la aprobación del testamento, en el caso de inmuebles y
muebles registrables dicha existencia se presupone. En el resto de cosas muebles puede
no tenerlo, basta con la posesión material.
Si bien el artículo en análisis no especifica que el heredero aparente debe tener la posesión
material de los bienes hereditarios, esto se presupone, pues, de lo contrario, no podría
transmitir la propiedad.
Los actos de disposición realizados por el heredero aparente son válidos si:
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LECCIÓN 5 de 7
Fecha: 18/07/2019
Respecto a los antecedentes, podemos decir que el Código Civil no reguló este instituto de
manera sistematizada, ya que solo contenía normas aisladas. En la nota al artículo 1484,
Vélez Sarsfield explicaba que no era conveniente tratar la cesión de la herencia dentro del
título dedicado a la cesión de créditos, pues debía ser tratado específicamente en las
normas sucesorias; sin embargo, omitió tal regulación.
El Código Civil y Comercial regula la cesión de derechos hereditarios en la parte de derecho
sucesorio, en el Título 3 del Libro V.
Borda (1994) lo define como “el contrato en virtud del cual un heredero transfiere a un
tercero todos los derechos y obligaciones patrimoniales (o una parte alícuota de ellos) que
le corresponden en una sucesión” (tomo I, pto. 1119/756). Por su parte, Zanonni (1989) dice
que es “un contrato por el cual el titular de todo o una parte alícuota de la herencia
transfiere a otro el contenido patrimonial de aquella, sin consideración al contenido
particular de los bienes que la integran” (pp. 280 y ss.)
Podemos ver como estos puntos se encuentran precisados en el fallo que analizamos
cuando la Cámara presenta una definición del contrato y aclara que no se transmite la
calidad de heredero.
Otros postulan que no se requiere la tradición, sin perjuicio de los efectos que la cesión
pueda acarrear frente a terceros; en consecuencia, consideran que no es necesario que el
heredero esté en posesión de la herencia para llevarla a cabo; por lo tanto, es consensual
(Borda, 1994).
Otra corriente sostiene que debe diferenciarse si se trata de un heredero único o si son
varios. En el primer caso, el contrato es consensual y requiere determinados complementos
para que el cesionario pueda ser considerado propietario de cada bien que compone la
herencia que recibe. El título de esos bienes se obtendrá con la adjudicación. Para adquirir la
propiedad de cada bien particular, se necesitará cumplir el modo que designe la ley
(tradición, inscripción registral).
Formal
–
Sobre este carácter no hay discusión alguna, debe ser realizado por escritura pública. Tal
como enfatiza la Cámara en el fallo que presentamos.
Aleatorio
–
Su contenido es incierto hasta el momento de la partición, tanto de los bienes como de las
deudas. Los contratantes pueden convenir cláusulas que modifiquen el alcance de la
aleatoriedad del contrato en determinados aspectos.
Naturaleza jurídica
–
Otro tema en el que la doctrina no es pacífica es el relativo a la naturaleza jurídica del objeto
de la cesión. Aclara J. Pérez Lasala (2014) que la universalidad de la herencia hace
referencia a la totalidad de bienes que la conforman y no a una universalidad jurídica, como
ente abstracto distinto de los objetos que la componen. Para Maffía (2002) la cesión de la
herencia es la transferencia de una universalidad; esto es, una masa jurídicamente distinta
de los bienes que la integran, que no puede ser considerada ni como un crédito ni como un
derecho contra un tercero. Se trata de la venta de una universalidad de hecho, ajena al
régimen común de la cesión de créditos.
Desde otro costado, respecto al cesionario, cabe destacar que no es un sucesor universal
del heredero, pues no se le transfiere todo o una parte alícuota del patrimonio de aquel.
Tampoco es un sucesor universal del causante, pues no se le transmite la condición de
heredero, sino que recibe un conjunto indeterminado de bienes que le corresponden a este.
El cesionario es un sucesor a título singular que recibe los bienes por un acto entre vivos.
Cesión parcial
–
Puede ser efectuada por un heredero único o por un coheredero. Consiste en transmitir una
parte de los derechos que el cedente tiene en la sucesión.
Así surge una comunidad entre cedente y cesionario –heredero único– o entre cedente,
cesionario y coherederos –varios herederos–.
Momento a partir del cual produce efectos
En primer lugar, resulta conveniente referirnos al momento a partir del cual puede
realizarse la cesión hereditaria y el momento hasta el cual puede ser efectuada.
La cesión de la herencia solo puede celebrarse luego de la muerte del autor de la sucesión;
ello en virtud de la prohibición de realizar contratos de herencia futura. Esto se debe a que -
como señala Dangeli (2014)– la esencia del contrato consiste en que no se transfieren
bienes particularmente determinados, ya que desde la apertura de la sucesión hasta la
partición solo se tiene una parte alícuota que, atento a la indivisión de la herencia, no le
atribuye bienes concretos.
Respecto de hasta cuándo puede celebrarse la cesión, se puede decir que es hasta la
partición, ya que en ese momento se produce el cese de la indeterminación,
independientemente de que se hubiese inscripto o no la declaratoria de herederos.
Pérez Lasala (2014) explica que si se trata de un único heredero, la partición cumple una
función de atribución judicial de la herencia, pues se determina lo que recibirá el heredero
una vez pagadas las deudas. Postula, además, que una vez producida la adjudicación cesa
la posibilidad de efectuar la cesión, y para transmitir los bienes, debe recurrirse a los
contratos de transmisión de la propiedad.
Realizadas estas aclaraciones, respecto al momento a partir del cual produce efectos la
cesión hereditaria, afirma Mourelle de Tamborenea (2015) que el Código vigente pone fin a
debates sobre esta cuestión que han generado posiciones encontradas en la doctrina,
debido a la falta de regulación legal.
Así, en el siguiente cuadro se desarrolla la regulación en esta cuestión dispuesta por el
artículo 2302 del CCCN.
Actores Momentos
Forma
No se encuentra en el Título III del CCCN, dedicado a la cesión de herencia, artículo alguno
que haga referencia a la forma en que debe ser redactado el contrato de cesión. Sin
embargo, el artículo 1618, inciso “a” del CCCN10 prescribe que la cesión de derechos
hereditarios debe ser realizada por escritura pública. Si las partes realizan un instrumento
privado, no queda concluido el contrato de cesión de herencia, pero tiene validez como
contrato en que las partes se obligan a realizar la escritura pública. Ello en virtud de la
aplicación del artículo 969 del CCCN.
[10] Art. 1618, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2IRJfYj
En tal sentido, la doctrina sostiene que el contrato de cesión de herencia debe encuadrarse
como un acto de solemnidad relativa, en la medida en que el citado artículo 1618 no
impone sanción de nulidad. Tampoco se desprende esta sanción del resto de los artículos
referidos al contrato de cesión de derechos ni a la cesión de herencia en particular
(Cerniello, Goicoechea y Sued Dayan, 2013). Podemos observar como, en el fallo bajo
análisis, se les requiere esta formalidad a los herederos en primera instancia (cuestión que
es confirmada por la Cámara).
Extensión y exclusiones
[11] Art. 2303, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2IRJfYj
Asimismo, la norma postula los supuestos excluidos. Sin embargo, esto no es absoluto,
pues pueden ser alcanzados por la cesión si hay pacto sobre ello.
Cuando el heredero es único: se está ante un contrato consensual con finalidad traslativa
que requiere el modo para que se produzca el desplazamiento patrimonial. El contrato se
efectúa con anterioridad a la adjudicación, la que requiere que previamente se liquide el
pasivo. Por tanto, el cesionario recibe la cosa con las deudas que gravan la herencia en
proporción al valor de la cosa. Por ello, hay indeterminación sobre el neto que obtendrá el
cesionario.
Cuando los herederos son varios y uno cede una cuota sobre una cosa que pudiera
corresponderle en la herencia: el contrato solo transmite la cuota sin necesidad de modo
complementario. En la partición se determinará si el bien le es asignado al cedente y, en
caso de suceder eso, la cesión es eficaz.
El cesionario no es sucesor del causante, sino del heredero. Además, no es sucesor a título
universal del heredero, sino singular, porque el cedente transfiere un conjunto de derechos
particulares.
Entrega de los bienes: el cedente debe entregar la herencia; con esta finalidad debe
realizar lo necesario para que el cesionario entre en posesión de los bienes.
Constitución de derechos reales que graven los bienes hereditarios: rige igual
solución que para las enajenaciones. La validez de tal constitución está sujeta al
resultado de la partición.
Frutos: pertenecen al cesionario los frutos pendientes; el heredero hace suyos los
percibidos antes de la cesión.
El cesionario debe los gastos y mejoras que realiza el heredero sobre los bienes
hereditarios.
Las cargas particulares del cedente y los tributos que gravan la transmisión hereditaria
están a cargo del cesionario, si están impagos al tiempo de la cesión.
Si el cedente abona la deuda con dinero propio, podrá repetir del cesionario lo que
hubiese pagado, ya que habría un beneficio de este, pues la deuda no se imputará a la
herencia.
Si las cargas y tributos hubiesen sido abonados por el cedente al momento de la cesión,
nada le deberá el cesionario.
Debe tenerse presente que las partes pueden convenir soluciones diferentes sobre
todas las cuestiones que se han analizado, pues rige la autonomía de la voluntad.
Los acreedores del causante: pueden accionar contra el cedente y también contra el
cesionario. Asimismo, las deudas no pasan de pleno derecho al cesionario, sino que se
requiere la aceptación del acreedor.
Los acreedores del heredero: solo pueden accionar contra el cedente. La cesión puede
afectarlos; en tal caso, pueden presentarse al proceso sucesorio a fin de denunciar sus
créditos y ser pagados.
Indivisión poscomunitaria
Postula el artículo 2308 del CCCN12 que las disposiciones de la cesión hereditaria se
aplican a la cesión de derechos que corresponde a un cónyuge, en la indivisión
poscomunitaria que acaece por muerte del otro cónyuge.
[12] Art. 2308, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2IRJfYj
Se aclara en los Fundamentos del Anteproyecto de CCCN que las previsiones legales rigen
para el supuesto de que el cónyuge supérstite ceda su parte en la indivisión poscomunitaria
causada por la muerte, aunque en definitiva este no sea heredero, porque todos los bienes
son gananciales; en cambio, no rigen para el supuesto de que no se contrate sobre la
indivisión, sino sobre bienes determinados (Lorenzetti, 2014).
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LECCIÓN 6 de 7
Video conceptual
Declaratoria de herederos
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LECCIÓN 7 de 7
Referencias
Borda, G. (1994). Tratado de Derecho Civil – Sucesiones. Tomo 1. Buenos Aires, Argentina:
Abeledo Perrot.
C. Nac. Apel. Civ., Sala I, “Carol, María Luisa y otros c. Haras El Moro S.A. y Otro s/ nulidad
de escritura/instrumento”. Cita Online: AR/JUR/7818/2019. (2019).
Pérez Lasala, J. L. (2014). Tratado de Sucesiones. Tomo 1. Santa Fe, Argentina: Rubinzal
Culzoni.
Santiso, J. (2014). Título IV: Petición de herencia. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.). Código
Civil y Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires, Argentina: Thomson Reuters – La
Ley.