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TEXTO 4

Apoyar y proteger la identidad lingüística y diversidad cultural de los usuarios de lenguas de


señas
Según la Federación Mundial de Sordos, existen aproximadamente 72 millones de personas sordas
en todo el mundo, quienes utilizan más de 300 diferentes lenguas de señas. A pesar de ser una
comunidad numerosa, muchas veces son excluidos debido al poco espacio que se da a la lengua de
señas en nuestra sociedad.

En este contexto es que el 23 de septiembre se celebra el Día Internacional de las Lenguas de


Señas, con el objetivo de apoyar y proteger la identidad lingüística y la diversidad cultural de todas
las personas sordas y otros usuarios de la lengua de señas. Pamela Molina, docente y directora
Ejecutiva (CEO) de la Federación Mundial de Personas Sordas (FMS), afirma que la incorporación de
la lengua de señas a diferentes ámbitos de nuestra sociedad es un problema político social que
tiene que ver con respetar los derechos humanos de las personas sordas.
¿En qué sentido? "La Convención de Derechos de la ONU establece que la lengua de señas tiene
el mismo estatus que las lenguas habladas, por lo que existe obligación de los estados de
facilitar el aprendizaje de la lengua de señas y promover la identidad lingüística de la
comunidad de las personas sordas", indica.

Sin embargo, la realidad dista mucho de lo que debería ser norma y explica que "de los 0 a 5 años,
los niños desarrollan el aprendizaje de su lengua materna. Cuando una persona sorda no puede
aprender la lengua de señas, que es su lengua materna, estamos perpetuando la brecha y
desigualdad de las personas sordas, la integración de esta a la sociedad y el ejercicio de sus
derechos humanos", relata.

"Al no poder comunicarse en lengua de señas, no puede aprender, incorporarse de manera normal al
colegio, ni estudiar. Por lo tanto, tampoco podrá acceder al mundo laboral, perpetuando las brechas
y discriminación que sufren las personas sordas", añade.

"Por lo mismo, el acceso temprano a la lengua de señas y a los servicios en esta lengua, incluida
una educación de calidad en esa lengua, es vital para el crecimiento y el desarrollo de las
personas sordas y decisivo para el logro de los objetivos de desarrollo de los países" sostiene
Molina.

Actualmente, 68 países de los 195 que conforman las Naciones Unidas han reconocido
legalmente la lengua de señas. "Muy pocos para lo numeroso de nuestra comunidad", sentencia,
pero a través del trabajo de territorio y organizaciones se está avanzando. Por ejemplo, en Chile, a
través de la Convención Constitucional, se está trabajando para reconocer el derecho de las personas
a usar la lengua de señas. "Agrupaciones de personas sordas estamos trabajando para que se incluya
y respete nuestro derecho lingüístico junto con el respeto a la diversidad de la lengua", relata, y
enfatiza que "sin la lengua de señas, no se puede ejercer ningún derecho humano".

Consultada por el rol que está teniendo la tecnología en la integración de personas sordas, Molina
señala que "la tecnología nunca va a reemplazar a la lengua de señas. Puede acompañar algunos
procesos de inserción, pero nunca reemplazar, porque el derecho a la lengua es un derecho
fundamental'', agrega con relación a tecnologías como videollamadas con subtítulos, entre otras
tecnologías, que ahora son de uso masivo debido a la pandemia.

"Actualmente vivo en Estados Unidos, y tengo mucho acceso a tecnologías que facilitan mi vida diaria.
Por ejemplo, cuando alguien toca el timbre, se apaga y prende una luz, pero esa tecnología aun no
llega a América Latina. La inclusión de tecnología para promoción de la vida independiente de
las personas sordas tiene que ver con una política pública de telecomunicaciones de los
gobiernos", finaliza.

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