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Sara Paín explica que uno de los aportes más importantes de Bender fue el haber
puesto el acento en el carácter evolutivo de las representaciones gráficas.
Material:
Nueve tarjetas de 16 cm por 12 cm, cada una de las cuales tiene un dibujo
geométrico complejo y sin significado.
Hojas A4.
Goma (hay algunos autores como Sara Paín que desaconsejan el uso de la goma
ya que esta no permite dejar registrados los errores pero, a su vez su falta puede
generar ansiedad en el niño y esto no es aconsejable).
Es importante resaltar que el escritorio debe estar vacío, con una superficie lisa y
debe estar solo un poco por encima del nivel de la cintura del niño para facilitar
sus movimientos y su visión.
Encuadre:
Una vez terminada la copia se retira la tarjeta y se pone boca abajo, esto es para
que no haya ningún estímulo que perturbe o distraiga al niño de la
tarjeta estímulo que tiene delante.
Consigna:
Sara Paín plantea que sólo después de mostrarle la primer tarjeta se le dice que se
le va a ir mostrando de a una las ocho tarjetas. Ésto se realiza para ver el
emplazamiento espontáneo de la figura en la hoja. También plantea que no hay
que decirle que debe hacer las nueve figuras en la misma hoja ya que esto
favorece la micrografía.
Las preguntas con respecto al modelo se contestan con un “lo más parecido que
puedas”. Si pregunta si lo hizo bien, se puede responder “ya veremos”, “hay que
terminar todas para saber” o un lo “hiciste bastante bien” no es nocivo siempre
que se ajuste a la verdad.
Las anotaciones del examinador deben ser rápidas y sintéticas para permitir la
observación de su postura, tono muscular, y algún otro detalle que debe ser
consignado.
Análisis de ítems:
La copia del modelo gráfico supone una actividad estructurante que puede ser
interpretada:
Figura A
Los cambios de dirección en el espacio siguen siendo para el niño una dificultad
que supera lentamente. Desde los 7 a los 8 años son frecuentes los ángulos sobre
agregados.
La angulación recta, muy dificultosa para los diestros hacia la derecha, se logra
alrededor de los 9 años. Después de esta edad comienza la preocupación por
realizar las dos figuras más o menos del mismo tamaño, pero sin hacer alusión al
tamaño del modelo, aspecto que solo tendrán en cuenta la mitad de los adultos.
Figura 1
A los 3 años un buen número de niños hace una lluvia de puntos (asimilando al
esquema del picado).
A los 4 y a los 5 años el punto va a ser representado por círculos cada vez más
pequeños.
Figura 2
A los 5 años el niño cuidará la correspondencia entre los elementos de una fila y
otra tratando de construir simultáneamente filas e hileras, dando todavía
prioridad a la horizontal y regulando la distribución a partir de ella pero
descentrando de a poco la vertical.
A los 7 años los niños cuentan todos los puntos y no las hileras, lo que les
dificulta la tarea ya que luego de realizado cada una vuelven a contar los puntos
Figura 3
Hasta los 6 años el niño presenta una constelación más o menos confusa sin
advertir la forma total. A los 6 años los niños discriminan 4 grupos verticales sin
dar cuenta, en muchos casos, una progresión creciente en el número de los
elementos, pauta que caracteriza los 7 años.
Figura 4
A los 6 años trata de establecer una síntesis por contacto entre las dos subformas
que comienza a verificarse de forma tangencial a cualquiera de los dos lados ya
que el vértice no es todavía un punto de referencia y no puede rotar en oblicua
el sentido de la campana.
A los 10 años se logra la simetría de los dos lados respecto de un eje bisectriz que
continuaría idealmente la diagonal del cuadrado.
Figura 5
A los 5 años, no las consideran dos subformas, sino dos partes de la misma
configuración total.
A los 9 años el niño trata de conciliar cantidad de puntos con el espacio a cubrir
mediante la noción de intervalo entre punto y punto.
Figura 6
A los 4 años realiza dos líneas paralelas debido a que el niño recorre con su vista
con dos movimientos las líneas onduladas de la figura. Estos movimientos son
asimilados a esquemas de dualidad y linealidad.
A los 10 años se adquiere la onda sin necesidad de cortar el trazo para los
cambios de giro.
Figura 7
A los 5 años los niños dibujaran óvalos orientados verticalmente por el creciente
dominio del espacio intuitivo.
A los 7 años logra realizar hexágonos con ángulos redondeados y falte simetría
en las subformas. La superposición que se inaugura a esta edad no tiene en
cuenta que uno de los hexágonos es oblicuo.
Figura 8
A los 4 años el niño dibuja un círculo que incluye a otro, la noción topológica de
inclusión es muy elemental.
9 años: notable mejoría en la ejecución de los ángulos, así como en los primeros
intentos en las ondas de doble giro.
10 años: preocupación por las medidas que caracteriza a esta edad. Establecer
relaciones espaciales, conservación de las paralelas y el respeto por los ejes.
Pautas Patológicas
En el trazo:
En los ángulos:
En la onda:
En el punto:
En la síntesis:
En la forma:
En la orientación:
En el número:
En la distribución:
- De la inmadurez
- De regresión
- De confusión
- De rigidez: epilépticos.
- De lesión
- De labilidad: disritmias.