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Evaluación y Técnicas Psicológicas I

DOCENTE TITULAR: Lic. Laura Kitzis


JTP: Lic. Leila Dufur
Comisión: Turno Noche
Año: 2023
TEST GESTÁLTICO VISOMOTOR
de LAURETTA BENDER
• El Test Gestáltico Visomotor de Lauretta Bender
consta de 9 láminas blancas
CARACTERÍSTICAS de aproximadamente 16cm x 12cm, con diseños
geométricos no figurativos
en blanco y negro.
• Es una técnica que puede
suministrarse desde los 4 años
de edad en adelante.
• El TGVM pertenece al ámbito de las técnicas
psicométricas y consiste en una
técnica gráfica, esto implica que el examinado
dibuja con el modelo a la vista.
¿Qué nos dice el nombre de esta técnica
psicométrica?

TEST: Se trata de una prueba para evaluar algún aspecto, característica y/o aptitud de un
entrevistado.

GESTÁLTICO Los estímulos gráficos que el examinado debe copiar son buenas formas que se
perciben como completas con relaciones configurales de contigüidad, cierre y figura/fondo.

VISOMOTOR El examinado debe adecuar sus capacidades motrices al estímulo perceptual. El


test evaluará la maduración y/o adecuación de estos esquemas motrices a lo percibido.
• En el caso de un niño la adecuación
entre su maduración visomotriz y la del
¿Qué explora el TGVM? promedio de niños de esa edad.

Explora la adecuación entre la • Diagnósticos diferenciales: lesiones


percepción y los esquemas de cerebrales, retrasos madurativos,
acción que le permiten a un
sujeto realizar una copia gráfica
desorganización y/o fabulación
eficaz. psicótica, etc..
TEST GESTÁLTICO
VISOMOTOR

de LAURETTA
BENDER

Este es un esquema reducido


de las 9 figuras que
componen el test. La primera
de ellas se denomina “A”.
Como sucede en otras
técnicas, se utiliza la primera
lámina para saber si el
examinado es testeable. De no
ser así, la toma se suspende.
ENCUADRE Y PRESENTACIÓN DEL MATERIAL:

El examinador y el examinado se sientan frente a frente, el examinador entrega una hoja


tamaño carta (de manera no predeterminada a fin de que el examinado decida si la ubica de
manera vertical u horizontal) y un lápiz a la derecha de la misma.

Las láminas se encuentran boca abajo.


• Una vez que la lámina “A” fue copiada:
CONSIGNA “Ahora voy a mostrarte estas ocho
láminas y quisiera que las copies lo
Mostrando la lámina “A”: más parecido que puedas en esta hoja”
“Voy a mostrarte esta
lámina y quisiera que la
copies lo más parecido que • La duración de la técnica se estima entre
puedas en esta hoja” 5 y 10 minutos
Preguntas frecuentes:
• ¿Se puede usar goma?
No se recomienda su uso, suele provocar ansiedad, sí se permite rehacer una figura o entregar otra
hoja si así lo requiere el niño.

• ¿Qué contesto si me pregunta “lo hice bien”, o “me salió mal ”?


Se intenta no contestar, o en todo caso decir “de la forma que lo hagas está bien” , se trata de que no
resulte ansiógeno para el niño.

• ¿Puede recibir ayuda o estar acompañado de adultos?


En realidad no, en este caso, es probable que deba ser asistido en lo tecnológico, pero los dibujos
debería hacerlos solo.
ALGUNAS CONSIDERACIONES RESPECTO DE LA
EVOLUCIÓN DE LA COPIA GRÁFICA EN EL TGVM

• Aproximadamente a los cuatro años el niño es capaz de dibujar dos


figuras cerradas, sin embargo, ambas serán redondeadas, ya que sus
esquemas de acción aún no le permiten realizar ángulos.
• A los cinco años determina la diferencia entre el cuadrado y el círculo
ya que puede discriminar las dos direcciones horizontales y verticales
con coordinación simultanea de ambas.
• Entre los seis y los siete años, empezará a rotar la subforma cuadrada y
logrará que se una en un punto con el círculo. Entre los nueve y los diez
años es esperable que la copia gráfica coincida en forma y tamaño con
la original.
• En un primer momento que podemos situar aproximadamente a
los cuatro años, los puntos serán realizados como una “lluvia”
sobre la hoja, (golpeando la misma con el lápiz, reiteradas
veces y sin tener en cuenta el número). Progresivamente
intentará representar ese punto como una especie de “botón”
vacío, luego relleno, (a esta resolución gráfica la llamamos
“círculo disfrazado de punto”) Hacia los siete u ocho años el
niño ejecutará un punto cada vez más pequeño que corresponde
a un concepto y tendrá en cuenta el número de elementos. La
ubicación de los puntos sobre una línea mentalmente
incorporada, la cantidad y la diferencia intervalar, se lograran
aproximadamente a los nueve años.
La primera resolución de esta figura suele ser muy similar a la lámina 1, o
con forma de “cadena”, predomina el elemento horizontal, y no se tiene en
cuenta el número. Es esperable que a los cinco o seis años
aproximadamente intente construir simultáneamente filas e hileras, pero
también es esperable que no pueda tener en cuenta ni el número ni la
oblicuidad de la figura. Progresivamente irá logrando y perdiendo ambas
variables (una característica muy habitual en la ejecución de esta figura es
que la oblicuidad se va perdiendo a medida que se pierde la referencia del
borde de la hoja).
Aproximadamente a los nueve años los niños comienzan a mantener el
número (o sea realizar la multiplicación 3 x 11), y lograr el paralelismo en
oblicua. De todas formas es una de las ejecuciones que más desafíos
plantea y se logra su copia eficaz aproximadamente luego de los diez años
Esta figura presenta (además de los desafíos propios de la
construcción del punto conceptual) dos variables problemáticas.
En primer lugar la progresión numérica de puntos (1, 3, 5, 7), y en
segundo lugar el hecho de que se trata de una figura formada por
ángulos que constan de elementos discontinuos.

Debido a esto es esperable que las primeras resoluciones gráficas


sean una “madeja” de puntos. Aproximadamente a los seis años se
podrá ir logrando la progresión de la figura. Ya sea desde la
forma (tratando de imitar la “cabeza de flecha” aunque para
hacerlo deban incluir más puntos), ya sea, centrándose en la
variable numérica, aunque eso distorsione la oblicuidad que la
figura necesita.

A partir de los ocho o nueve años, es esperable que puedan


coordinar todas las variables que precisa esta figura: punto
conceptual, progresión numérica, geométrica y simetría.
Aquí nos encontramos con una figura compuesta
por dos subformas abiertas, que (al igual que en la
lámina A) serán asimiladas en un primer momento a
dos subformas redondeadas. Entre los cinco y los
seis años, los niños podrán realizar la subforma
cuadrada y un esbozo de onda. El gran desafío de
esta figura reside en el punto de contacto y en el
hecho de que para su correcta ejecución se debe
internalizar mentalmente el eje diagonal sobre el
cual se estructuran ambas subformas.
Es esperable que estas adquisiciones se comiencen a
producir paulatinamente a partir de los ocho años.

La ejecución correcta de la subforma acampanada,


se logrará aproximadamente a los diez años.
• A los cuatro años es muy probable que los puntos se
omitan (dada su relación de proximidad) y el niño
realice dos líneas continuas. Además de los desafíos
que presenta la construcción conceptual del punto,
aproximadamente a los seis años los intentos de
contarlos dificultan la correcta ejecución de la
figura. Progresivamente podrá organizarse la oblicua
con la orientación correcta, este proceso (como
todos aquellos que implican la construcción de la
oblicua comienzan aproximadamente a los siete
años y se estabilizan aproximadamente a los nueve.
• En esta figura las estrategias de resolución pueden
consistir por ejemplo en “geometrizar” la subforma
redondeada para distribuir los puntos.
• En un primer momento es esperable que esta
figura se realice trazando dos líneas paralelas,
luego, la posibilidad de descentrar entre
horizontal y vertical le permitirá replicar la figura
en forma de cruz. A los seis años se observan
intentos de ondas en “eme”, en “erre” o en “u”.
En esta figura es posible que la oblicua se logre
antes que la curva sinusoidal la cual consiste en
las dos curvas de sentido opuesto.
• Es esperable su resolución correcta
aproximadamente a los diez años. Un gran
desafío que presenta esta figura y que en general
no se tiene en cuenta es en qué parte exacta de la
onda se produce la intersección de ambas
subformas.

En un primer momento se espera que el niño
dibuje dos figuras cerradas circulares, a los
cinco años gracias a la descentración hará óvalos
orientados de forma vertical, los cuales son
polilateros (y no necesariamente hexágonos )
Pueden superponerse y lograr cierta intersección
a partir de los seis o siete años.
• Una característica en la ejecución de esta figura
es que a pesar de ser ambos hexágonos idénticos
en forma y tamaño, el hecho de estar ubicados
de diferente forma en el espacio hace que varíen
en forma y tamaño. La correcta ejecución de esta
figura suele lograrse a los diez u once años, (que
es cuando se estabiliza la copia gráfica).
• A los cuatro años es muy posible que la ejecución de esta
figura consista en un círculo dentro de otro.
Progresivamente la forma cerrada mas grande adquiere
posición horizontal.
• A los seis años el niño hace un polilátero irregular el cual
luego se transformará en un hexágono irregular o en una
figura rectangular con “orejas”.
• Sólo después de aproximadamente los siete años se dibuja
el ángulo interior, y se contacta con los lados del
hexágono exterior. La figura (que es percibida como un
hexágono con un rombo “adentro”), es en realidad la
lámina 7 con los hexágonos ubicados de otra forma. Las
leyes de la Gestalt hacen que la percepción se realice en
términos de “fondo y figura”.
• El paralelismo, la simetría y la oblicuidad necesarias para
la ejecución de esta figura son logros que se estabilizan
aproximadamente a los diez años

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