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Universidad Nacional

Autónoma de México.

Escuela Nacional Preparatoria


No. 7 “Ezequiel A. Chavez.”

Materia: Psicología

El cerebro-El universo entre


nosotros

Grupo: 662

Vera Plácido Samuel Alejandro


Índice
1. Introducción 3

2. El largo viaje evolutivo del cerebro 4

3. El funcionamiento del cerebro humano y su composición 5

4. Descifrando la Dinámica de la Mente Humana 5

5. ¿Cómo es que percibe nuestro cerebro lo que nos rodea? 6

6. Conclusión 7
Introducción.
El cerebro es el órgano más complejo e importante del cuerpo humano. A lo largo de la
evolución, el cerebro ha desarrollado habilidades cognitivas asombrosas que nos distinguen
de otras especies animales. En este reporte exploraremos cómo el cerebro humano ha
evolucionado y cambiado con el tiempo, examinando su estructura, funciones y el desarrollo
de habilidades.
Analizaremos cómo los cerebros de diferentes animales han evolucionado de manera única,
cada uno adaptándose a su propio nicho ecológico. Veremos las diferentes partes del
cerebro humano, como los lóbulos frontal, parietal, temporal y occipital, y cómo cada uno se
especializa en funciones específicas. Aprenderemos sobre las neuronas, las células
fundamentales del cerebro, y cómo sus conexiones sinápticas permiten el pensamiento y el
aprendizaje.
También discutiremos cómo el cerebro humano cambia y se desarrolla con la edad, desde
la infancia hasta la vejez, y las etapas críticas del desarrollo neural. Compararemos y
contrastaremos el cerebro humano con el de nuestros parientes animales más cercanos, y
exploraremos teorías sobre las adaptaciones neurológicas únicas que nos hacen humanos.
Al final de este reporte, tendremos una imagen más completa de la evolución y el
funcionamiento de esta maravilla de la naturaleza, el cerebro humano.
El largo viaje evolutivo del cerebro

El origen del cerebro se remonta a los albores de la vida animal hace más de 500 millones
de años. En aquella época primordial, los primeros organismos multicelulares como la
esponja o la medusa poseían un sistema nervioso rudimentario compuesto por unas pocas
células nerviosas. Con el paso de las eras geológicas, este sistema nervioso primitivo se fue
volviendo más complejo en los animales que evolucionaron después.
Uno de los primeros prototipos claros de cerebro apareció en los cordados, un grupo de
animales marinos que incluye a las ascidias. La ascidia poseía un tubo nervioso o cuerda
dorsal compuesto por neuronas que coordinaban respuestas simples. Este tubo neural ya
contenía las semillas de lo que sería el cerebro de vertebrados posteriores.
El primer cerebro claramente reconocible surgió en los peces primitivos hace unos 500
millones de años. Estos peces tenían un cerebro formado por bulbos y lóbulos
interconectados por tractos de fibras nerviosas. El cerebro de los peces coordinaba
funciones básicas como la respiración, el metabolismo y el movimiento. Además, les
permitía responder a estímulos ambientales para encontrar alimento y evitar depredadores.
Conforme los peces fueron evolucionando a formas más complejas, su cerebro también
aumentó en tamaño y complejidad. Un hito importante ocurrió con la aparición de los peces
óseos hace unos 420 millones de años, cuyo cerebro poseía regiones especializadas y una
corteza primitiva. Los peces óseos ya tenían memoria y podían aprender.
Otro salto cualitativo ocurrió con el surgimiento de los anfibios hace unos 360 millones de
años. Estos fueron los primeros vertebrados en colonizar la tierra firme. Su cerebro era más
grande y complejo, permitiéndoles coordinar la respiración, la termorregulación y el
movimiento en el nuevo ambiente terrestre.
Con los reptiles como los dinosaurios, que aparecieron posteriormente, el cerebro creció
aún más, adquiriendo una región olfativa capaz de procesar olores. El cerebro de las aves
modernas, que evolucionaron a partir de dinosaurios terópodos, muestra una alta
especialización, necesaria para el vuelo y la navegación.
Pero el verdadero despegue ocurrió con los mamíferos. Hace unos 200 millones de años,
los cerebros de los mamíferos primitivos eran pequeños y lisos. Pero a medida que los
mamíferos se diversificaron para ocupar nuevos nichos, su cerebro creció rápidamente. Una
innovación clave fue la aparición de la neocorteza, una capa exterior con circunvoluciones
que aumentaba enormemente la capacidad de procesamiento.
Dentro de los mamíferos, la evolución cerebral alcanzó su punto culminante con el linaje de
los primates y especialmente los homínidos, que condujo a los humanos modernos. El
cerebro de Australopithecus hace unos 3 millones de años tenía aproximadamente 450
cm3. Homo habilis, hace 2 millones de años, tenía 650 cm3. Homo erectus logró 900 cm3 y
Neanderthal alcanzó 1.200 cm3. Esto demuestra una tendencia clara hacia cerebros cada
vez mayores conforme evolucionaba nuestra especie.

Finalmente, el Homo sapiens desarrolló el cerebro más grande, complejo y capaz de la


Tierra, con un volumen promedio de 1.350 cm3. Gracias a este poderoso órgano somos la
especie más inteligente que ha existido, capaz de lenguaje, razonamiento abstracto y todas
las maravillas de la civilización humana. En pocas palabras, la evolución de nuestro cerebro
nos convirtió en lo que somos hoy.
El funcionamiento del cerebro humano y su composición

El cerebro humano es el órgano más complejo que se conoce en el universo. Con alrededor
de 1.4 kg de peso, contiene unos 86 mil millones de neuronas interconectadas mediante
billones de sinapsis. Esta densa red neuronal le confiere una enorme potencia de
procesamiento de información.
La comunicación entre neuronas ocurre a través de sinapsis, donde se libera un
neurotransmisor químico de la neurona pre-sináptica hacia la post-sináptica. Los
neurotransmisores, como el GABA y el glutamato, inhiben o excitan la actividad eléctrica
neuronal. Las sinapsis permiten formar circuitos y redes que exhiben la propiedad
emergente de la cognición.
El cerebro tiene divisiones anatómicas como los lóbulos frontales, responsables del
pensamiento ejecutivo y la toma de decisiones. Los lóbulos temporales procesan las
memorias y el lenguaje. Los lóbulos parietales se encargan de la orientación espacial y el
reconocimiento sensorial. Los lóbulos occipitales procesan la información visual.
Más allá de los lóbulos, estructuras como el tálamo actúan como centros de retransmisión
de señales entre áreas corticales. El hipotálamo regula el metabolismo y la temperatura
corporal. El cerebelo coordina habilidades motoras finas y el equilibrio. Y el tronco cerebral
conecta el cerebro con el cuerpo vía el sistema nervioso periférico.
El cerebro integra información sensorial proveniente de los nervios asociados a los órganos
sensoriales, como el nervio óptico de los ojos y el auditivo de los oídos. Además recibe
inputs interoceptivos del cuerpo mismo. Luego procesa toda esta información de manera
distribuida en paralelo e integrada en distintas regiones especializadas.
De este procesamiento complejo surgen funciones cognitivas de orden superior, como las
funciones ejecutivas frontales que modulan la conducta y el pensamiento estratégico. Otras
funciones notables son el lenguaje, la consciencia, la creatividad y las emociones.
La actividad cerebral opera mediante neurotransmisores bioquímicos, como la dopamina,
serotonina, noradrenalina y acetilcolina. Estos modulan diversos procesos mentales y
conductuales, desde la motivación hasta la vigilia, las emociones y la memoria.
El cerebro tiene un elevado consumo energético, utilizando alrededor del 20% de la energía
del cuerpo. Esto se debe a la intensa actividad eléctrica y química que exhiben las neuronas
para comunicarse. Cada neurona genera potenciales de acción, impulsos eléctricos que
recorren sus axones permitiendo propagar señales.
La neurociencia moderna ha revelado muchos aspectos del funcionamiento cerebral
mediante técnicas como electroencefalografía, imágenes de resonancia magnética funcional
y optogenética. Pero subsisten preguntas sobre la naturaleza de la conciencia, la toma de
decisiones, el libre albedrío y la creatividad humano
El estudio interdisciplinario del cerebro, desde la biología molecular hasta las ciencias
cognitivas, sigue desvelando los intrincados mecanismos que subyacen a las capacidades
humanas. Pero quizá los mayores misterios, como la naturaleza de la consciencia, están
aún por resolverse. Lo que sí es evidente es que el cerebro es la fuente de todo lo que
somos como humanos, desde el lenguaje hasta la cultura. Comprender su funcionamiento
profundiza nuestra comprensión sobre nosotros mismos y nuestra relación con el universo.

Descifrando la Dinámica de la Mente Humana


Las redes de comunicación neuronal se crean a medida que crecemos. Durante el
desarrollo fetal, las neuronas se reproducen en grandes cantidades. Sin embargo, dado que
los humanos nacen relativamente prematuros en comparación con otras especies,
necesitan años de desarrollo adicional. El cerebro es dinámico y se forma y refuerza
constantemente. Aunque nuestros genes influyen en cómo se conectan las neuronas, gran
parte de estas conexiones son moldeadas por el entorno, lo que cambia físicamente todo
nuestro cerebro.
A medida que los niños adquieren experiencias, el cerebro asigna territorios para funciones
específicas, como la visión, el lenguaje, el movimiento y la audición. Si el cerebro no se
expone a estímulos como el lenguaje, sonidos o la vista dentro de ciertos plazos, reasigna
estos circuitos neuronales a otras actividades, lo que limita la capacidad de realizar estas
habilidades cruciales. Incluso los trazos aparentemente sin sentido hechos por niños
pequeños son esenciales para establecer conexiones neuronales complejas.
Los niños tienen una ventaja en el aprendizaje de tareas complejas, como un segundo
idioma o tocar un instrumento, debido a la gran plasticidad de sus cerebros. A medida que
envejecemos, el cerebro se adapta y refleja nuestros valores y experiencias, desechando
conexiones neuronales no utilizadas.
Cada región del cerebro cumple funciones vitales para la vida cotidiana, como la corteza
visual primaria para el procesamiento visual y la corteza motora para el control del
movimiento. Sin embargo, muchas partes del cerebro, llamadas cortezas de asociación, aún
no tienen funciones fijas, y la comunicación entre estas áreas es un campo en constante
estudio.
Los neurotransmisores, como la serotonina y la noradrenalina, transmiten información sobre
emociones y sensaciones en el cerebro. Aunque la conciencia sigue siendo un misterio en
la investigación científica, científicos como Francis Crick han propuesto teorías, como la
idea de que la simultaneidad de la actividad neuronal podría subyacer a la conciencia visual.
La segunda evolución del cerebro nos lleva a creer que no somos prisioneros de nuestros
genes, sino que somos moldeados por nuestro entorno. Esto puede explicar por qué los
prejuicios étnicos persisten y cómo la violencia engendra más violencia. El cerebro
construye nuestra percepción del mundo a partir de datos caóticos de nuestros sentidos, y
esta construcción se lleva a cabo en las complejas estructuras cerebrales.
En resumen, el cerebro es un universo en constante evolución dentro de nosotros,
moldeado por la interacción entre nuestros genes y el mundo que nos rodea.

¿Cómo es que percibe nuestro cerebro lo que nos rodea?

El mundo del arte se convierte en un camino que nos acerca a una verdad fundamental
sobre el estudio del cerebro. Cada uno de nosotros ve el mundo de una manera única, ya
que varios individuos pueden mirar un mismo objeto, pero la percepción variará según cómo
sus cerebros procesen esa información.
Un ejemplo ilustrativo es el pintor TecChan, cuya visión del mundo es excepcional debido a
la parálisis de su hemisferio derecho. Sus obras, iniciadas a temprana edad, son reflejos
expresivos de su perspectiva única del mundo. Estas pinturas son ventanas que nos
permiten asomarnos a los misteriosos procesos cerebrales. La vista de TecChan es similar
a la de cualquier otra persona en cuanto a sus ojos, pero el verdadero desafío radica en
cómo su cerebro procesa esta información, ya que carece de un desarrollo óptimo en su
hemisferio derecho. En su cerebro dañado, no puede procesar lo que se encuentra en el
lado izquierdo de su campo visual, lo que da lugar a una perspectiva visual singular.
Cada uno de nosotros percibe el mundo moviendo los ojos, utilizando ambos ojos para
crear la sensación de profundidad. El proceso visual comienza cuando la luz que ingresa se
convierte en señales eléctricas a través de los bastones y conos en la retina. La información
se invierte y luego se divide en fragmentos en los campos visuales antes de viajar a la
corteza primaria en la parte posterior del cerebro para su posterior procesamiento y filtrado.
La corteza cerebral está compuesta por columnas densamente empaquetadas de células
nerviosas, y es esta compleja red la que nos distingue como seres humanos. Cada columna
contiene neuronas que forman redes de actividad, permitiendo a cada neurona transmitir y
recibir información a través de numerosas sinapsis. Esta arquitectura cerebral nos permite
procesar patrones simples y comprender formas cada vez más complejas y otros tipos de
información.
Un ejemplo notable es el procedimiento al que se sometió una paciente con epilepsia. Los
médicos realizaron el procedimiento cerebral mientras ella permanecía consciente y
respondía a una serie de preguntas sobre su visión. Este procedimiento se centró en la
actividad eléctrica del cerebro y no causó dolor debido a la ausencia de terminaciones
nerviosas en el cerebro. Las imágenes mostradas durante el procedimiento permitieron a
los médicos identificar las neuronas responsables de la percepción visual, lo que ilustra
cómo daños en partes específicas del sistema visual pueden dar lugar a problemas poco
comunes, como la incapacidad de detectar el movimiento.
En el caso de TecChan, el pintor compensa su limitación visual tocando lo que no puede
ver, lo que puede resultar sencillo para la mayoría. Su arte es un testimonio de la
asombrosa capacidad del cerebro para adaptarse y encontrar soluciones creativas.
El sentido del tacto comienza cuando células especializadas en la piel convierten las
sensaciones táctiles en señales eléctricas que se transmiten a la médula espinal y luego al
cerebro. La información táctil es procesada en una pequeña área de la corteza cerebral que
mapea el cuerpo, aunque con una distorsión que da prioridad a ciertas áreas, como las
manos, la cara, los labios y la lengua.
El sonido, por su parte, es el resultado de vibraciones físicas y se procesa desde el oído
externo hasta el cerebro, a través de la corteza auditiva, donde las neuronas responden a
diferentes características de los sonidos, como tono, volumen y dirección. Similar al
procesamiento visual, las neuronas auditivas codifican y recodifican información sonora
para su comprensión.
El sentido del olfato, a menudo subestimado, se desarrolla temprano en la vida fetal y
permite a los recién nacidos percibir ciertos olores que los adultos pueden pasar por alto.
Las moléculas aromáticas inhaladas son captadas por cilios en la nariz y transformadas en
impulsos eléctricos que se envían directamente al bulbo olfativo, con una sola sinapsis que
cruzar. Estas conexiones tienen un impacto directo en nuestras emociones y en la
producción de hormonas, lo que hace que el sentido del olfato sea excepcionalmente
excitante y vital para detectar peligros y apreciar sabores.
Por último, el sentido del gusto se basa en la detección de cuatro sabores básicos: salado,
dulce, ácido y amargo.
Los investigadores creen que las redes paralelas funcionan en sincronía para crear lo que
llamamos percepción. Los datos sensoriales fluyen constantemente hacia el cerebro, que
utiliza asociaciones y recuerdos para comprender lo que vemos, oímos y tocamos a nuestro
alrededor.

Conclusión.
Este video resalta la complejidad del cerebro humano y cómo afecta nuestra percepción.
Muestra cómo los sentidos sensoriales desarrollados son esenciales, pero también destaca
cómo vivir con discapacidades puede ser una victoria. El cerebro de cada persona da
sentido al mundo y crea conexiones únicas, como en el caso de un pintor que superó
desafíos. Nuestro cerebro nos une a la sociedad y nos permite comprender y sintetizar el
mundo que nos rodea.
Bibliografía
Enrique González. (2013, 30 agosto). El cerebro - el universo entre nosotros. [Vídeo].
YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=IPOz8ZRBq_4

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