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Montserrat Bogaert
Publicado el17 abril, 2017
Muchas personas no identifican que tienen orgullo, porque lo que tienen se les hace
imposible identificarlo, a menos que el Espíritu Santo los confronte y les de la
convicción, porque su condición se ha vuelto un estilo de vida.
El orgullo es una trampa, te hace ver las cosas por encima de los demás, te ciega y no te
deja ver dónde estás.
“Orgullo” significa exceso de estimación propia y de los propios méritos, es algo más
por encima de lo que consideras que eres, te crees superior a todo el mundo.
Brujería.
Contención.
Rebeldía.
Adivinación
Hay personas que cuando la halagan mucho se lo creen tanto que se enaltecen. El
orgulloso no valora lo que Dios hace en su vida.
El orgullo mata las personas espiritualmente, por eso Dios siempre quebranta al
orgulloso. Para el que tiene la condición de servir no de ser servido, no existe el orgullo,
aunque en diferentes áreas tú puedas ser un siervo, hay áreas que no has querido
entregar y es ahí donde se posiciona y se manifiesta el espíritu de Leviatán. Por eso
debes entregar el cien por ciento de tus áreas, para que ninguna quede bajo el dominio
de ese monstruo, porque él representa un pez marino, un dragón, daña los demás.
En 2 Reyes 5:1-18 la Palabra habla de un hombre llamado Naamán, este era el capitán
del ejército del rey de Aram, era un gran hombre delante de su señor y tenido en alta
estima, porque por medio de él, el Señor le había dado la victoria a Aram, también era
un guerrero valiente; es decir era la mano derecha del rey porque había vencido a los
enemigos.
La lepra es una maldición, esta puede ser la destrucción de tu familia, una enfermedad o
tus hijos en el mundo, esta se manifiesta de una manera que solo tú puedes saber en la
condición en que estás viviendo. Por eso debes salir del espíritu de orgullo, porque este
te ciega, te tapa, no te deja ver.
¿Qué ganaba Naamán con ser un gran guerrero, valiente y tener la estima del Rey si era
un leproso, para qué le valía si era desechado? Pero Dios empezó a tratar con Naamán,
porque los orgullosos consideran que los demás son insignificantes, el único que sabe es
la persona que está llena de orgullo.
No hay dinero, ni nada que te pueda sacar de esta condición, ni tu apellido, ni tu
negocio, nada. Hubo una esclava israelita que pasó a ser la criada de Naamán y de su
esposa, que al ver la condición de este le dijo: “Si mi Señor visita al hombre de Dios, al
profeta, él lo sanaría”, en otras palabras hay una esperanza. La única esperanza para el
orgulloso es la presencia de Dios, en ella encontrará sanidad y liberación, solo en las
manos de Él.
Naamán estaba buscando su sanidad, él fue donde el Rey de Samaria y le llevó oro y
plata, pero el orgulloso cree que los demás no le pueden aportar nada, que el único que
puede aportar es él.
Este hace alarde de lo que tiene, poniéndolo como garantía de lo que quiere conseguir.
El Rey se enojó porque le habían enviado a sanar a un leproso y el profeta Eliseo le
pidió que se lo mandaran a él, pero el profeta no aceptó la condición de Naamán, este
trabajó su orgullo y le mandó un criado.
Cuando el criado le dio el mensaje de que se fuera a lavar en el Jordán 7 veces se enojó,
porque el orgulloso se enoja cuando no hacen lo que él dice y cuando no le salen las
cosas como él piensa. Ya él tenía un concepto de lo que Eliseo debía de hacer, él no fue
humilde a buscar su sanidad, el orgulloso nunca piensa ser humilde, piensa que el otro
es atraído por lo que él tiene.
Eliseo podía salir y sanarlo pero Naamán se iba a quedar con el mismo problema. Dios
te puede hacer un milagro pero si te vas a quedar con el mismo orgullo, El prefiere que
el milagro se detenga, a primero liberarte del orgullo. Puedes estar orando por las
finanzas y Dios detiene de sobreabundarte, para que reconozcas que has parado las
finanzas por el orgullo.
El único que debe pensar por encima de ti es Dios, no tú mismo. A veces los títulos no
permiten que las personas sean corregidas, Naamán tenía el título por encima de su
condición de lepra. Es hermoso ser humilde, dice la palabra que Jesús se humilló hasta
los sumos para ser enaltecido.
Después de todo Naamán bajó al Jordán, esto significa que se humilló. Hasta que no te
humilles, Dios no podrá hacer la obra en tu vida. La palabra Jordán significa descender.
Dios tiene que procesar a todo Naamán, el proceso de este fue de la siguiente manera:
El Señor te pasa por etapas y procesos para evitarte que llegues a sumergirte en los
desechos y que reacciones. Quítate el traje y pelea con la posición de humildad.