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¿CÓMO AFECTA LA DEPRESIÓN EN EL RENDIMIENTO ACADÉMICO DE

LOS NIÑOS?
Variable independiente: Rendimiento
Variable dependiente: Depresión
Población: Niños
Institución: Unidades Educativas.
MARCO TEÓRICO
1. ¿Qué es la Depresión?
La depresión es un trastorno mental caracterizado fundamentalmente por un bajo estado
de ánimo y sentimientos de tristeza, asociados a alteraciones del comportamiento, del
grado de actividad y del pensamiento. Supone una de las patologías más frecuentes en
Atención Primaria y es la primera causa de atención psiquiátrica y de discapacidad
derivada de problemas mentales. Aparece con más frecuencia en mujeres y en personas
menores de 45 años.
El tratamiento con psicofármacos y/o psicoterapia, consiguen, en la mayoría de los
casos, aliviar parcialmente o en su totalidad los síntomas. Una vez se han superado los
síntomas de la depresión, convendrá seguir bajo tratamiento antidepresivo el tiempo
necesario para evitar posibles recaídas. En algunos casos, el tratamiento deberá
prolongarse de por vida.
1.1. ¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
Los síntomas nucleares de la depresión son la tristeza patológica, la pérdida de interés y
de la capacidad de disfrutar y una disminución de la vitalidad que limita el nivel de
actividad y produce un cansancio exagerado, que aparece incluso después de realizar
pequeños esfuerzos.
Además, pueden aparecer otros síntomas, como los sentimientos de culpa o de
incapacidad, la irritabilidad, el pesimismo ante el futuro, las ideas de muerte o de
suicidio, la pérdida de confianza en uno mismo o en los demás, la disminución de la
concentración y la memoria, la intranquilidad, los trastornos del sueño y la disminución
del apetito y de la libido, entre otros.
Los síntomas más habituales son:
 Tristeza patológica.
 Pérdida de interés.
 Disminución de la vitalidad.
 Cansancio exagerado.
1.2. Tipos de depresión
Las depresiones pueden clasificarse de una manera sencilla en 3 tipos:
 La depresión mayor tiene un origen más biológico o endógeno, con un mayor
componente genético y menor influencia de factores externos. Puede aparecer de
manera recurrente y, en algunos casos, guarda una cierta relación con la estación
del año. En contraposición, existe la depresión reactiva, causada por una mala
adaptación a circunstancias ambientales estresantes.
 La distimia, antiguamente conocida como neurosis depresiva, que se caracteriza
por un cuadro depresivo de intensidad menor a los anteriores, de evolución
crónica (más de dos años), sin periodos asintomáticos y con sentimientos de
incapacidad y somatizaciones. Este último tipo de depresión parece guardar una
relación más estrecha con la forma de ser y con el estrés prolongado.
 Por último, existe un tipo de depresión denominada enmascarada, que en vez de
manifestarse con los síntomas ya referidos, aparece como molestias orgánicas -
somatizaciones- o cambios en la conducta.
1.3. Causas de la depresión.
Salvo algunos casos de depresión asociada a enfermedades orgánicas (enfermedad de
Parkinson, tuberculosis, etc.), la depresión se produce generalmente por la interacción
de unos determinados factores biológicos (cambios hormonales, alteraciones en los
neurotransmisores cerebrales como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina,
componentes genéticos, etc.), con factores psicosociales (circunstancias estresantes en la
vida afectiva, laboral o de relación) y de personalidad (especialmente, sus mecanismos
de defensa psicológicos).
1.4. ¿Cómo se diagnostica la depresión?
Encontrarse en un momento determinado más triste o con el estado de ánimo más bajo
no es suficiente para un diagnóstico de depresión.
Para eso, es preciso que la intensidad de los síntomas, su duración y la incapacidad que
generan, sean de una entidad suficiente como para afectar el normal o adecuado
funcionamiento de la persona.
 Entrevista diagnóstica.
 Descarte de enfermedad orgánica mediante: pruebas diagnósticas y
valoración por otros especialistas.
 Pruebas de psicodiagnóstico.

1.5. Tratamientos para la depresión


El tratamiento ideal de la depresión dependerá de las características específicas del
subtipo de depresión y será, como siempre, personalizado, por lo que es fundamental
una adecuada relación médico-paciente. Básicamente, el tratamiento se compone de
psicoterapia y farmacoterapia.
Con la psicoterapia, se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional;
se intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el carácter temporal y se
desdramatiza la situación; se consigue la participación del paciente en el proceso
curativo y, por último, se enseña a prever las posibles recaídas. Como tratamiento
farmacológico se utilizan antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos coadyuvantes,
como las hormonas tiroideas, el carbonato de litio o psicoestimulantes. Por último,
el tratamiento electroconvulsivo, que se realiza en algunas circunstancias (depresión
mayor grave del adulto, depresión resistente), bajo control anestésico y miorrelajación.
Es una técnica segura y sus efectos secundarios sobre la memoria son habitualmente
leves y transitorios. Por razones operativas, económicas y socio-culturales se reserva a
indicaciones muy concretas.
2. ¿Qué es rendimiento académico?
El rendimiento académico o escolar se refiere al conocimiento que se adquiere durante
la época escolar en todos los niveles tanto primario, como secundario terciario y
universitario. Es la forma en la que evaluamos la capacidad de aprendizaje de los niños,
niñas y adolescentes, es también que mide las capacidades que tiene el alumno para
estudiar, realizar las tareas y entender los nuevos temas. Es decir, que está vinculado
con la aptitud que tiene el mismo.
Como ya sabemos la educación escolarizada es un hecho intencionado y, en términos de
calidad de la educación, todo proceso educativo busca permanentemente mejorar el
aprovechamiento del alumno. En este sentido, la variable dependiente clásica en la
educación escolarizada es el rendimiento o aprovechamiento escolar (Kerlinger, 1988).
El rendimiento académico o rendimiento escolar, son definidos por la Enciclopedia de
Pedagogía / Psicología de la siguiente manera: "Del latín reddere (restituir, pagar) el
rendimiento es una relación entre lo obtenido y el esfuerzo empleado para obtenerlo. Es
un nivel de éxito en la escuela, en el trabajo, etc", "..., al hablar de rendimiento en la
escuela, nos referimos al aspecto dinámico de la institución escolar. (...) El problema del
rendimiento escolar se resolverá de forma científica cuando se encuentre la relación
existente entre el trabajo realizado por el maestro y los alumnos, de un lado, y la
educación (es decir, la perfección intelectual y moral lograda por éstos) de otro", "al
estudiar científicamente el rendimiento, es básica la consideración de los factores que
intervienen en él. Por lo menos en lo que a la instrucción se refiere, existe una teoría que
considera que el rendimiento escolar se debe predominantemente a la inteligencia; sin
embargo, lo cierto es que ni si quiera en el aspecto intelectual del rendimiento, la
inteligencia es el único factor", "..., al analizarse el rendimiento escolar, deben valorarse
los factores ambientales como la familia, la sociedad y el ambiente escolar" (El Tawab,
1997; pág. 183).
Además, el rendimiento académico es entendido por Pizarro (1985) como una medida
de las capacidades respondientes o indicativa que manifiestan, en forma estimativa, lo
que una persona ha aprendido como consecuencia de un proceso de instrucción o
formación. El mismo autor, ahora desde una perspectiva propia del alumno, define el
rendimiento como una capacidad respondiente de éste frente a estímulos educativos,
susceptible de ser interpretado según objetivos o propósitos educativos pre-establecidos.
Este tipo de rendimiento académico puede ser entendido en relación con un grupo social
que fija los niveles mínimos de aprobación ante un determinado cúmulo de
conocimientos o aptitudes (Carrasco, 1985). Según Herán y Villarroel (1987), el
rendimiento académico se define en forma operativa y tácita afirmando que se puede
comprender el rendimiento escolar previo como el número de veces que el alumno ha
repetido uno o más cursos.
Por su lado, Kaczynska (1986) afirma que el rendimiento académico es el fin de todos
los esfuerzos y todas las iniciativas escolares del maestro, de los padres de los mismos
alumnos; el valor de la escuela y el maestro se juzga por los conocimientos adquiridos
por los alumnos.
En tanto que Nováez (1986) sostiene que el rendimiento académico es el quantum
obtenido por el individuo en determinada actividad académica. El concepto de
rendimiento está ligado al de aptitud, y sería el resultado de ésta, de factores volitivos,
afectivos y emocionales, además de la ejercitación.
Chadwick (1979) define el rendimiento académico como la expresión de capacidades y
de características psicológicas del estudiante desarrolladas y actualizadas a través del
proceso de enseñanza-aprendizaje que le posibilita obtener un nivel de funcionamiento
y logros académicos a lo largo de un período o semestre, que se sintetiza en un
calificativo final (cuantitativo en la mayoría de los casos) evaluador del nivel alcanzado.
Resumiendo, el rendimiento académico es un indicador del nivel de aprendizaje
alcanzado por el alumno, por ello, el sistema educativo brinda tanta importancia a dicho
indicador. En tal sentido, el rendimiento académico se convierte en una "tabla
imaginaria de medida" para el aprendizaje logrado en el aula, que constituye el objetivo
central de la educación. Sin embargo, en el rendimiento académico, intervienen muchas
otras variables externas al sujeto, como la calidad del maestro, el ambiente de clase, la
familia, el programa educativo, etc., y variables psicológicas o internas, como la actitud
hacia la asignatura, la inteligencia, la personalidad, el autoconcepto del alumno, la
motivación, etc. Es pertinente dejar establecido que aprovechamiento escolar no es
sinónimo de rendimiento académico. El rendimiento académico o escolar parte del
presupuesto de que el alumno es responsable de su rendimiento.
2.1. Características del rendimiento académico.
El rendimiento escolar normal se caracteriza por:
1. Ciertas capacidades relativas al habla, la audición, la lectura, escritura,
razonamiento, habilidades matemáticas y destrezas sociales, que permiten al
individuo desempeñarse de manera tal de no incurrir en sanción por parte del
sistema educativo.
2. Estas capacidades deben ser transversales, es decir, el rendimiento mínimo es
esperable a todas las áreas.
3. Tienen la característica de la no compensación, esto significa que un muy buen
desempeño en un área no compensa ni evita la sanción en otra que desciende del
umbral preestablecido.
4. Tienen la característica de ser unilineal, es decir, el rendimiento escolar normal
posee límites mínimos, bajo los cuales se incurre en sanción, el sistema escolar
no señala límites superiores, destinados a quienes excedan los requerimientos
“normales”, por ejemplo, a través de premiación (subir dos niveles en un año).
2.2. Tipos de rendimiento académico.

Existen diferentes tipos de rendimiento escolar, según Leal (1994) éstos se van a dar
durante el proceso de educativo, esto quiere decir que tarea educativa se va a poder
evaluar mediante aquellos instrumentos y elementos personales que son parte del
proceso educativo y no sólo de la productividad que tenga el estudiante. Estos son:

1) Rendimiento suficiente. Es cuando alumno logra aquellos objetivos que se


plantean y ya están establecidos en lo que es los procesos de enseñanza-aprendizaje.

2) Rendimiento insuficiente. Por el contrario, en esta es cuando el alumno no logra o


alcanza a cumplir con los contenidos establecidos que se pretende que cumplan.

3) Rendimiento satisfactorio. Cuando el alumno tiene las capacidades acordes al


nivel que se desea y está dentro de sus alcances.

4) Rendimiento insatisfactorio. Por otro lado, este es cuando el alumno no alcanza el


nivel esperado o mínimo en cuando a su desarrollo de capacidades con las que debe
contar.

5) Rendimiento objetivo. En este se va utilizar algún instrumento de evaluación para


medir aquella capacidad con la que cuenta el alumno para manejar un tema en especial.

6) Rendimiento subjetivo. Por el contrario, en esta se va a tomar en cuenta por la


opinión que tenga el maestro acerca del alumno en cuanto a su desempeño.
7) Rendimiento individual. Es en el que se manifiesta en la adquisición de
conocimientos, experiencias, hábitos, destrezas, habilidades, actitudes, aspiraciones, etc.
Lo que permitirá al profesor tomar decisiones pedagógicas posteriores. Los aspectos de
rendimiento individual se apoyan en la exploración de los conocimientos y de los
hábitos culturales, campo cognoscitivo o intelectual. También en el rendimiento
intervienen aspectos de la personalidad que son los afectivos. Comprende
a) Rendimiento general. Éste se va a manifestar mientras el estudiante va al centro
de enseñanza, en el aprendizaje de las Líneas de Acción Educativa y hábitos culturales y
en la conducta del alumno.
b) Rendimiento específico. Por otra parte, este es el que se da en la resolución de
problemas personales, desarrollo en la vida profesional, familiar y social que se les
presenta en el futuro. En este rendimiento la realización de la evaluación es más fácil,
por cuanto si se evalúa la vida afectiva del alumno, se debe considerar su conducta
parceladamente: sus relaciones con el maestro, con las cosas, consigo mismo, con su
modo de vida y con los demás.
8) Rendimiento social. La institución educativa al influir sobre un individuo, no se
limita a éste, sino que a través del mismo ejerce influencia de la sociedad en que se
desarrolla. El primer aspecto de influencia social es la extensión de la misma,
manifestada a través del campo geográfico. Además, se debe considerar el campo
demográfico constituido, por el número de personas a las que se extiende la acción
educativa.
2.3. Causas del bajo rendimiento académico
El bajo rendimiento académico es un problema que enfrentan estudiantes y profesores
en todos los niveles educacionales. Su trascendencia para el individuo y la sociedad es
palpable a partir de 2 elementos fundamentales: primero, cuando el bajo rendimiento
académico afecta la autorrealización profesional de los educandos, y segundo, cuando el
nivel de conocimientos y habilidades que pueden adquirir, resulta limitado a las
exigencias de su práctica profesional.
Las causas del bajo rendimiento académico son muy variadas, de las cuales se pueden
enunciar: desintegración familiar, estilos de crianza, padres trabajadores, desinterés de
los padres, adicciones, hijos predilectos, hijos no deseados, por citar algunas. Dichas
causas pueden estar asociadas a variables pedagógicas y personales del alumno; entre
las pedagógicas se consideran: maestría pedagógica-personalidad, proceso didáctico,
acompañamiento pedagógico, clima de la clase y tamaño del grupo. De las variables
personales del alumno se han estudiado las sociodemográficas, las familiares,
motivacionales, cognoscitivas y emocionales. Específicamente las familiares requieren
del trabajo de la familia con el estudiante, sus problemas y los vínculos que establece
con la institución educativa.
3. ¿Qué es la depresión infantil?
La depresión ya ha dejado de ser una enfermedad solo de adultos. actualmente cada vez
más hay niños diagnosticados con trastornos depresivos. Durante un largo período de
tiempo la comunidad científica, por estrictas razones teóricas, sostenía que la depresión
infantil no existía coincidiendo con la poca importancia que se le daba a la salud mental
de los niños. La depresión va ser muy influenciada por el desarrollo que este pasando en
los niños. Es una enfermedad psiquiátrica bastante frecuente y seria en niños. Se trata de
una enfermedad clasificada dentro de los llamados trastornos del humor, y está descrita
desde hace siglos en distintas culturas.
Según Piaget Las operaciones concretas se producen entre los siete y los once años los
alumnos de los últimos años de la escuela primaria aprenden mejor a través del
aprendizaje práctico por descubrimiento, mientras trabajan con objetos tangibles. Los
métodos y enfoques de la enseñanza han estado muy influidos por las investigaciones de
Jean Piaget y Lev Vygotsky. Ambos han contribuido al campo de la educación
ofreciendo explicaciones sobre los estilos y capacidades de aprendizaje cognitivo de los
niños.
Es importante diferenciar la depresión de la tristeza. La tristeza es una emoción
universal de la condición humana y tiene una función adaptativa, mientras que la
depresión es una alteración grave del estado de ánimo, cualitativamente distinta de la
tristeza y que requiere tratamiento específico. Los niños pueden comunicar o mostrar
sentimientos de infelicidad, tristeza, desaliento, irritabilidad, pero la mayoría de ellos
serán reactivos a un suceso externo, servirán para adaptarse a las diferentes situaciones a
las que se enfrenta y el niño se recuperará progresivamente de estos estados de ánimo.
sin embargo, un pequeño porcentaje de ellos cursará con síntomas depresivos durante su
infancia. La depresión en niños puede ser severa y de larga duración y puede interferir
en todos los aspectos de su vida diaria, desde el rendimiento escolar hasta sus relaciones
con amigos y familiares.
Aproximadamente un 5%, o uno de cada 20 niños y adolescentes, tendrá un episodio
depresivo antes de cumplir los 19 años. La realidad es que menos de la mitad de estos
niños reciben un tratamiento adecuado. Los estudios muestran que los padres suelen
subestimar seriamente la intensidad de la depresión de sus hijos. Investigaciones
recientes muestran que los niños y adolescentes padecen depresión con síntomas a veces
parecidos a los de los adultos, y también con otros síntomas específicos y diferentes
según la edad.
3.1. Tipos de depresión infantil
Existen varios tipos de depresión infantil:
a) Distimia: un tipo de tristeza leve que se prolonga durante un largo periodo de
tiempo.
b) Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo: es una forma menos
severa que la anterior y, para ser diagnosticada como tal, debe estar presente
durante un periodo inferior a los seis meses.
c) Depresión grave/mayor: interfiere significativamente en las actividades de la
vida diaria: en la escuela, en la vida social, en las relaciones familiares, etc. El
niño presenta un estado de ánimo depresivo o irritable y/o falta de interés o
placer en casi todas las actividades por un período mínimo de dos semanas. En
algunas ocasiones, puede llevar a intentos autolíticos (las tentativas autolíticas
son actos suicidas cuyo resultado no implica la muerte), aunque estos son muy
poco comunes en los niños pequeños.
3.2. Sintomatología de la depresión infantil
Los síntomas que deben alertarnos sobre la posibilidad de que un niño esté sufriendo un
estado depresivo son los siguientes:
 Tendencia al aislamiento: rechazo o mínimo interés en el juego, aislamiento y
pérdida de la relación con los compañeros.
 Cambios en la dinámica habitual: dificultades escolares, fatiga matinal, pérdida
de la vivacidad y de la espontaneidad en el intercambio con el otro, falta de
concentración, etc.
 Expresiones somáticas: problemas para conciliar el sueño, dolores de cabeza /
barriga, enuresis y pérdida del apetito.
 Agitación psicomotriz y comportamientos agresivos y de enfado: este
comportamiento puede convertirse en una forma habitual de defenderse de los
sentimientos depresivos.
 Búsqueda inconsciente para exponerse a situaciones de riesgo: a menudo son
niños que padecen caídas u otros accidentes por falta de cuidado y atención, y
que pueden responder a tendencias autopunitivas.
 Apreciaciones subjetivas (rara vez expresadas directamente por el niño):
sentimiento de aburrimiento y vacío, tristeza, preocupaciones, poca esperanza,
sentimientos de impotencia, imagen negativa de sí mismo y/o culpabilidad.

3.3. Causas de la depresión infantil


 Factores genéticos: no hay constancia alguna de que la depresión sea
hereditaria, aun cuando en la mitad de los casos de depresión infantil al menos
uno de los padres sea depresivo. Lo que sí determinan los estudios realizados es
que los hijos de padres con depresión tienen entre tres y seis veces más
probabilidades de desarrollarla que los niños de padres sanos. Pero aun así, este
factor no es determinante; y a ello habrá que sumar otros factores, como el
ambiente familiar, sus relaciones sociales o sus habilidades personales.
 Factores socio familiares: la depresión infantil tiene en el ambiente familiar y
la interacción social del niño con sus padres uno de los factores más
determinantes. Relaciones conflictivas entre los padres, distanciamiento entre
ellos, malos tratos, problemas de comunicación, divorcio o separación,
sobreprotección (generalmente materna) del niño, escasa implicación de uno de
los progenitores (el padre, con mayor frecuencia), actitudes agresivas o de
irritabilidad, comportamientos autoritarios y abusivos… son alguno de los
factores que pueden estar en el origen de una depresión infantil.
 Factores sociales: aunque la relación del niño con sus padres pueda
considerarse una actividad social y, al mismo tiempo, condicionen el modo en el
que éste se va a relacionar fuera del hogar familiar, hay otros factores
psicosociales ajenos al entorno familiar que pueden aumentar el estrés
emocional y favorecer la depresión infantil. Entre ellos podrían citarse la pérdida
de un ser querido, el bullying o acoso escolar, o las limitaciones impuestas desde
la propia familia para relacionarse socialmente.
 Factores biológicos: las alteraciones en la secreción de serotonina que se
producen en los pacientes con depresión es un hecho biológico constatado,
aunque no se ha podido establecer con claridad si es una causa o una
consecuencia de la depresión infantil. En cualquiera de los casos, siempre puede
tenerse como un factor facilitador y que contribuye a mantener la depresión.

4. ¿Cómo afecta la depresión en el rendimiento académico de los niños?


Como se pudo ver anteriormente, la depresión en niños puede ser severa y de larga
duración y puede interferir en todos los aspectos de su vida diaria, desde el rendimiento
escolar hasta sus relaciones con amigos y familiares. También puede ser causa y
consecuencia de un deficiente rendimiento escolar según las circunstancias. Los
estudios muestran que los niños deprimidos presentan dificultades para atender en clase,
para ejecutar tareas de clase y presentan más muestras de fatiga y tristeza que sus
compañeros no deprimidos.
Se han encontrado relaciones significativas entre el rendimiento académico deficiente y
los trastornos por abuso de substancias, trastornos de déficit de atención, trastornos por
estrés postraumático y trastornos depresivos. Sorprende que no sean muchos los
estudios y más aún cuando gran número de dispositivos asistenciales de psiquiatría
infantil reconocen que uno de los motivos más frecuentes de consulta es precisamente el
bajo rendimiento escolar.
No cabe duda que todas las personas implicadas de forma consciente o inconsciente
consideran que el niño con fracaso escolar tiene fuertemente disminuidas sus
posibilidades de integrarse de forma satisfactoria en el mundo socio-laboral y esto, de
forma directa o indirecta se le es transmitido continuamente al niño.
Ahora bien, hay que aclarar que el rendimiento académico puede verse afectado por el
cambio en diferentes variables, pero en este caso nos enfocaremos en la depresión. Para
ello debemos entender que es la depresión, es un trastorno mental caracterizado
fundamentalmente por un bajo estado de ánimo y sentimientos de tristeza, asociados a
alteraciones del comportamiento, del grado de actividad y del pensamiento. Ahora bien,
antes se creía que la depresión no era algo que ocurra en niños, sin embargo está idea
quedó en el pasado. Un niño deprimido presenta desinterés, dificultades en la
concentración y en la atención que pueden influir en el rendimiento académico cuando
su duración se prolonga en el tiempo.
Entre los síntomas típicos de la depresión está la falta de concentración, que puede estar
relacionada con la pérdida de interés y el insomnio, también característicos de este
trastorno. La persona con depresión centra su atención en su malestar, olvidándose del
trabajo y obligaciones.
Las variables de estudio son depresión y rendimiento académico. La depresión es un
trastorno del estado de ánimo. Habitualmente la persona muestra abatimiento, tristeza e
infelicidad, estos síntomas pueden ser transitorios o permanentes, también puede
identificarse como otro de los síntomas irritabilidad o trastorno del humor, que puede
disminuir las actividades habituales de la persona, ya sea que se conozca o no las
causas. En los niños la depresión puede tener importantes consecuencias sociales y
personales, desde la incapacidad al relaizar actividades habituales, en el colegio, hasta el
suicidio. Los niños con depresión por lo general ven todo más negativamente y son
incapaces de imaginar que cualquier problema o situación se puede resolver de un modo
positivo.
El Rendimiento Académico se conceptualiza como el nivel de conocimiento demostrado
en un área o materia comparado con la norma de la edad y nivel académico. También
supone la capacidad para responder a los estímulos educativos. En este sentido, el
rendimiento académico está vinculado a la aptitud; no obstante el estado de ánimo es un
factor determinante que debe tomarse en cuenta.
Se ha tenido una evolución significativa, ya que en un inicio se preocupó por trabajar
sólo con adultos, posteriormente, empezó a ocuparse de la infancia y adolescencia; en el
trabajo con niños, los problemas de comportamiento, emocionales y afectivos, ameritan
una comprensión de las causas que los determinan, y así mismo, se intenta dar respuesta
a estas problemáticas (Rodríguez, 1998).
La presencia de un episodio depresivo mayor es un importante factor de riesgo de
suicidio en todas las etapas del desarrollo.
Los niños, igual que los adultos, pueden presentar depresión y esta puede manifestarse
de distintas formas. Pues los grados y la variación se alteran de acuerdo al sujeto. Pero
en general, en un niño deprimido, la tristeza es mayor, más frecuente y duradera
(Rodríguez, 1998).
La depresión en los niños es diferente a la observada en la persona adulta. El niño
desarrolla una actitud negativa, desafiante y agresiva. Se enfurece permanentemente,
principalmente a lo concerniente con los adultos ya sean padres, maestros y diferentes
familiares; es inestable y su humor tiende a ser voluble (Méndez, 2002).
El concepto de bajo rendimiento académico varía según la perspectiva bajo el cual se
analiza. Portellano (1989) distingue entre rendimiento suficiente y rendimiento
satisfactorio; el rendimiento suficiente es una medida de ap-titud pedagógica evaluada
mediante las calificaciones escolares. Cuando se toma como punto de referencia la
capacidad intelectual del niño, se puede hablar de rendimiento satisfactorio; de acuerdo
con lo planteado por este autor, se podría decir que el rendimiento suficiente está en
función de los conocimientos escolares adquiridos por el niño, en cambio el rendimiento
satisfactorio tiene que ver más con la relación entre las capacidades intelectuales y el
aprovechamiento que de ellas realice el niño; en este sentido, el fracaso escolar
implicaría un desfase entre la capacidad real del niño y su rendimiento en las
asignaturas escolares.
La depresión infantil puede definirse como un problema psicológico complejo cuyas
características principales son, por un lado, un estado de ánimo irritable y/o disfórico,
por otro, falta de motivación y disminución de la conducta instrumental adaptativa. Se
caracteriza también por alteraciones del apetito, del sueño, de la actividad motora,
cansancio, especialmente matutino, pobre concepto de uno mismo, baja autoestima,
sentimientos de culpa, dificultades para pensar o concentrarse, indecisión, ideas de
muerte y/o suicidio e intentos de suicidio (Caballo, 2002).
Psicosocialmente, la escuela y los estudios son factores frecuentemente estresantes para
la vida del niño, tanto por las expectativas sociales y familiares que se forjan entorno a
las notas sobre el rendimiento, como por las excesivas demandas escolares.
Las notas escolares son el elemento por el que el niño es más valorado: esestimado
socialmente, admirado por sus compañeros y premiado por el profesorado y la familia.
Al contrario, el alumnado que suspende es rechazado, ridiculizado ymuchas veces
castigado. Estas circunstancias otorgan al niño una excesiva responsabilidad,
acompañada generalmente de estados estresantes, posibles generadores de depresión.
En el ámbito escolar, el niño que fracasa reiteradamente se automargina, descendiendo
con ello su autoestima y el nivel de sus aspiraciones, evita reunirse con chicos que
tienen mejores calificaciones, inhibiendo con ello su comportamiento social, etc. Todo
ello supone un debilitamiento en su motivación y un fuerte desvalimiento frente a las
situaciones. En consecuencia, lo que inicialmente es un fracaso ocasional, transitorio,
puede mutarse en un hábito comportamental, que moldea y configura la aparición de un
estilo cognitivo depresógeno torno al ámbito familiar, al ser las notas escolares la causa
por la que los niños son más premiados/regañados, un descenso de éstas suele
engendrar en ellos miedo a ser rechazados afectivamente por sus padres y a perder la
aceptación y admiración que de ellos esperan y necesitan. Esta situación por si sola es
ya suficientemente agobiante, pero además, suele suceder, que los que suspenden
asocian cualquier problema familiar, como discusiones o separaciones, a su «mala»
conducta y a sus malas notas, apareciendo entonces depresión por culpa. Por ello un
niño que fracasa en las tareas escolares se sentirá responsable de las disputas familiares
y de todo lo negativo que a su alrededor sucede.
Los autores atribuyen un debilitamiento de habilidades cognitivas e intelectuales parejo
a la emergencia de cuadros depresivos (Beck, 1983; Kaslow, 1985; Beer, 1991). Por
otro lado, sugieren que los niños con niveles intelectuales bajos suelen presentar
pobreza de afecto, dificultades para establecer relaciones sociales y timidez,
características que refuerzan el síndrome depresivo. Beer (1991), realiza un estudio
sobre la prevalencia de síndrome depresivo en niños superdotados, y encuentra que,
estos presentan puntuaciones bajas en la medida depresión caracterizándose por, poca
rigidez mental, habilidades para pensar positivamente y resistencia emocional, rasgos
que les preservan de la depresión.

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