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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS


CARRERA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA

ASIGNATURA:
DISCAPACIDADES

INCLUSIÓN DE LA DISCAPACIDAD
PSICOSOCIAL

ESTUDIANTES:
GUAMÁN MARÍA FERNANDA
MALDONADO PANKARITA
REYES JONATHAN

SEMESTRE:
SÉPTIMO SEMESTRE

QUITO, 20 DE JULIO DEL 2018


CONTENIDO
OBJETIVO GENERAL........................................................................................................................ 1
OBJETIVOS ESPECÍFICOS .......................................................................................................... 1
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................. 2
MARCO TEÓRICO: INCLUSIÓN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
PSICOSOCIAL ..................................................................................................................................... 3
INCLUSION EN EL ÁMBITO LEGAL ......................................................................................... 3
 El respeto irrestricto a la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las
propias decisiones .......................................................................................................................... 5
 El reconocimiento pleno de la capacidad jurídica de las personas con discapacidad ..... 5
INCLUSION EN EL ÁMBITO LABORAL ................................................................................... 6
PRINCIPALES BARRERAS EN EL ÁMBITO LABORAL .................................................... 8
INCLUSIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO .............................................................................. 9
INCLUSIÓN SOCIAL E INCLUSIÓN FAMILIAR ................................................................... 11
INCLUSIÓN EN EL ÁMBITO DEPORTIVO ............................................................................. 13
PRINCIPALES BARRERAS DE LA INCLUSIÓN EN EL DEPORTE ............................... 15
CONCLUSIONES ............................................................................................................................... 16
RECOMENDACIONES ..................................................................................................................... 16
BIBLIOGRAFÍA:................................................................................................................................ 17
OBJETIVO GENERAL
Conocer las formas de inclusión en los ámbitos legales, laborales, educativos, sociales,
familiares y deportivos que se han ido dando para las personas con discapacidad psicosocial,
además de las diferentes barreras a las que han tenido que enfrentarse para la consolidación de
una verdadera inclusión en los diferentes ámbitos.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS
 Comprender el proceso por el que han tenido que pasar las personas con discapacidad
psicosocial para lograr una inclusión en los diferentes ámbitos.
 Analizar si existe actualmente una verdadera inclusión de las personas con discapacidad
psicosocial en los diferentes ámbitos.
 Identificar las principales barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad
psicosocial durante su inclusión a los diversos ámbitos.

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INTRODUCCIÓN
La discapacidad es considerada como un hecho inherente a la diversidad humana, que se hace
presente de diferentes maneras a lo largo del ciclo de vida de todas las personas. Las personas
con discapacidad constituyen un grupo vulnerado al que la sociedad debe ofrecer igualdad de
oportunidades. Hoy sabemos que “casi todas las personas tendrán una discapacidad temporal o
permanente en algún momento de sus vidas” (OMS, 2011).

Para que las personas con discapacidad tengan una igualdad de oportunidades, es necesario el
compromiso de actores de distintos ámbitos y, en especial, aquellos vinculados al mundo del
trabajo y educación, ya que el estudio y el empleo ofrece a todas las personas, y en especial a
aquellas con discapacidad, autonomía y dignidad. Por eso, estos lugares tienen el deber de
promover espacios propicios para la meritocracia, donde el talento y las habilidades de los
individuos sean los verdaderos protagonistas. Hablar de inclusión laboral, educativa, social y
familiar de personas con discapacidad psicosocial es brindar oportunidades tanto para la
persona con discapacidad como para el equipo humano. Entornos laborales abiertos, inclusivos
y accesibles favorecen un ámbito para el aprendizaje mutuo. En el ámbito educativo, es posible
que muchos técnicos, gestores y docentes piensen que no deben hacerse cargo de esta realidad.
Este tipo de prejuicios está haciendo que las personas con enfermedad mental y sus familias se
encuentren viviendo una situación que no se corresponde con el momento histórico en el que
nos encontramos.

Una revisión en otros espacios políticos y geográficos nos acercarían a realidades de una
crueldad que, a nuestro moderno sistema de pensamiento, le costaría asimilar; pues en los países
en desarrollo y con conflictos bélicos es donde se encuentran mayores y más graves índices de
enfermedad mental en la población. Sin embargo, abordar este tipo de discapacidad en el lugar
de trabajo, educativos y sociales en general, representa uno de los aspectos de la diversidad que
mayores complejidades presenta. En este sentido, es imperante valorar las diferencias y las
habilidades de cada individuo.

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MARCO TEÓRICO: INCLUSIÓN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
PSICOSOCIAL
INCLUSION EN EL ÁMBITO LEGAL
La realidad en la que viven las personas con discapacidad mental (PCDM) es alarmante; de ahí
la importancia de informar, concientizar y sensibilizar a toda la población sobre su situación.
La mayoría de las personas en estas circunstancias son internadas en instituciones psiquiátricas
en contra de su voluntad y sin que medie un procedimiento judicial, quedando abandonadas por
años, y hasta de por vida, en condiciones infrahumanas.

El resultado: la perpetuación de la discriminación al prestarle a las PCDM servicios en un


ambiente segregado que impide su inclusión e incorporación en la comunidad, y al negarles el
derecho a una vida digna y a su integridad personal.

En suma, se puede decir que los instrumentos internacionales y regionales que abordan el tema
de la salud mental constituyen herramientas valiosas para promover el reconocimiento, respeto
y acceso efectivo al goce y ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad mental o
psicosocial.

Tanto el desarrollo de esta normativa como las acciones emprendidas por la comunidad
internacional de derechos humanos preocupada por el grupo social de las PCDM, han
impulsado la consecución de importantes experiencias para la transformación de los modelos
de su atención, que mayoritariamente se orientan a la descentralización de los servicios de salud
mental a través de mecanismos comunitarios como, por ejemplo, la promoción y protección del
derecho a vivir y a recibir atención a la salud en la comunidad. A continuación algunos
documentos internacionales que buscan conseguir un respeto e inclusión real para las personas
con discapacidad psicosocial:

 Declaración sobre los Derechos del Retrasado Mental (SIC).Si bien hace uso de un
vocablo per se discriminatorio, fue uno de los primeros instrumentos en la materia que
reconoce que las PCDM tienen los mismos derechos que otros seres humanos y que
éstos no pueden ser restringidos arbitrariamente.
 Declaración de Caracas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
 Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes.
 Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades para las Personas con
Discapacidad (PCD).

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 Guías de la OMS para la Promoción de los Derechos de las Personas con Trastornos
Mentales (1996)
 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
 Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra las Personas con Discapacidad.

Estas experiencias transformadoras transitan con distintas motivaciones, etapas y resultados,


algunos más destacables o más discutibles; pero lo claro e incuestionable es que no debe
soslayarse ningún esfuerzo en aras de modificar sustancialmente los modelos tradicionales de
atención: el modelo de internamiento y aislamiento y la privación de la libertad de persona con
discapacidad alguna e independientemente del tipo de discapacidad que la caracterice.

Son varias las premisas fundamentales, presentes en la Convención, a partir de las cuales se
debe reconstruir el andamiaje social, político, jurídico y filosófico en relación con las personas
con discapacidad psicosocial. Todas ellas se subsumen al complejo modelo de igualdad y no
discriminación que dicho instrumento logra formular, es decir, un modelo en el que intervienen
e interactúan distintas concepciones acerca de la igualdad y la no discriminación y que, en una
primera aproximación, se da, a decir de Christian Courtis, en tres niveles:

1. Un primer nivel se relaciona con la protección contra abusos, violencia o explotación


basadas en la condición de discapacidad o potenciadas por la suma de discapacidad y
otros factores de vulnerabilidad.
2. Un segundo nivel se refiere al aseguramiento de la igualdad de trato, es decir, que la
discapacidad no constituya un factor de diferenciación que tenga por efecto limitar,
restringir o menoscabar, para las personas con discapacidad, derechos reconocidos
universalmente.
3. Y un tercer nivel está relacionado con el aseguramiento de la igualdad de oportunidades,
y esto en dos sentidos: uno es el reconocimiento de la diversidad y de las características
y necesidades particulares de las personas con discapacidad como condición para el
goce de la igualdad de oportunidades; y el otro se refiere al reconocimiento de que el
status quo ha sido configurado de manera excluyente para las personas con
discapacidad, por lo que mantenerlo –o no transformarlo mediante la erradicación de
barreras– impediría asimismo el goce de la igualdad de oportunidades y, en
consecuencia, constituiría una forma de discriminación.

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Entre las disposiciones fundamentales en la Convención cuyo cumplimiento estaría
encaminado al logro de la igualdad sustantiva y la no discriminación de las personas con
discapacidad mental o psicosocial –y habida cuenta de las características de universalidad,
indivisibilidad, integralidad e interdependencia de los derechos humanos, a la vez que su
carácter de inalienables– destacan las siguientes:

 El respeto irrestricto a la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las


propias decisiones
La autonomía es uno de los principios universales en los que se cimientan los derechos
humanos. El concepto de autonomía o de libre determinación exige que la persona sea el centro
de todas las decisiones que le afecten. Aunque en muchos casos la capacidad de ejercer
autonomía de quienes presentan discapacidad intelectual, mental o discapacidades múltiples o
severas pueda encontrarse en efecto limitada, la Convención demanda garantizar el pleno
desarrollo del grado de autonomía potencialmente existente en la persona, por mínimo que éste
sea.

Prevé, para ello, que la persona con discapacidad sea provista de todos los apoyos que requiera,
y cómo y cuándo los requiera, tanto para su autonomía e independencia en la toma de sus
decisiones como para el ejercicio pleno de sus derechos. Con ello, la Convención desafía
estereotipos sociales aún presentes en muchos contextos nacionales, y desafía igualmente los
sistemas jurídicos que, con base en la supuesta incompetencia de las personas con discapacidad
o de algunas personas con discapacidad para tomar sus propias decisiones.

La declaración de incapacidad deriva de un prejuicio arraigado que tiende a asociar la


discapacidad –especialmente las de tipo intelectual, cognitivo y psicosocial– con la carencia de
capacidad para el ejercicio de la libertad, individual y moral. Durante el proceso de
negociaciones de la Convención, las personas con discapacidad psicosocial desafiaron de
manera contundente los prejuicios sobre su capacidad y su autonomía individual frente al Pleno
de la Asamblea General, lo que definitivamente logró un impacto sobre la esencia y el contenido
del instrumento

 El reconocimiento pleno de la capacidad jurídica de las personas con


discapacidad
Al establecer en su artículo 12 que los Estados Parte “reconocerán que las personas con
discapacidad tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones con las demás en todos los
aspectos de la vida,” la Convención significa el término que es común para el derecho
internacional de los derechos humanos, y que busca lograr la autonomía, la toma directa de

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decisiones y la plena inclusión social de las personas con discapacidad, dentro del contexto del
propio instrumento. Este reconocimiento implica que todas las personas con discapacidad,
incluyendo aquellas con discapacidad intelectual, mental o severa, deben tener la misma
capacidad para ejercer sus derechos, y consecuentemente, el sistema legal que asegure el
ejercicio de la capacidad jurídica de las personas con discapacidad debe reconocer y respetar la
voluntad y preferencias que exprese la persona con discapacidad.

En este sentido, el artículo 12 de la Convención es de grandes y profundas implicaciones para


las personas con discapacidad intelectual y con discapacidad mental, pues es aquí donde se
puntualiza el principal cambio de paradigma que introduce la Convención, esto es, pasar de un
modelo tutelar o de sustitución de la persona con discapacidad a un modelo de apoyo de la
persona con discapacidad. Este último modelo demanda garantizar para la persona con
discapacidad los apoyos que le fueran necesarios, en virtud de su condición particular y de sus
requerimientos personales, con el fin de que pueda ejercer plenamente y por sí misma su
autonomía y todos sus derechos.

Por último, conviene señalar otros artículos de la Convención que son relevantes para un
ejercicio pleno y sin discriminación de todos los derechos por las personas con discapacidad
mental o psicosocial:

1. El derecho de las personas con discapacidad a elegir dónde y con quién vivir, a hacerlo de
forma independiente y a ser incluidas en la comunidad (artículo 19).

2. El reconocimiento de toda medida o práctica coercitiva como una vulneración, real o


potencial, de los derechos fundamentales de las personas con discapacidad (artículos 12, 13,
14, 15, 16, 17 y 25).

3. La obligación de erradicar los prejuicios y estereotipos vigentes, en tanto son éstos los que
arraigan y reproducen las actitudes y prácticas discriminatorias (artículo 8).

INCLUSION EN EL ÁMBITO LABORAL


Empleo con apoyo

El Empleo con Apoyo consiste en un conjunto de servicios y acciones centradas en la persona,


fundamentalmente individualizadas, para que la persona con discapacidad y con especiales
dificultades pueda acceder, mantenerse y promocionarse en una empresa ordinaria en el
mercado de trabajo abierto, con el apoyo de profesionales y otros tipos de apoyos.

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El Empleo con Apoyo se fundamenta en un sistema de apoyo individualizado, consistente en la
provisión de la ayuda imprescindible proporcionada a la persona para que pueda desarrollar por
ella misma una actividad laboral, en un momento determinado de su trayectoria vital.

El empleo con apoyo responde a un enfoque "colocar y luego entrenar".

En el proceso interviene un profesional del EcA, denominado también PREPARADOR


LABORAL, y los pasos que sigue son:

 Conseguir una empresa ordinaria dispuesta a contratar a una persona con discapacidad

 Analizar el puesto de trabajo a cubrir

 Acoplar bien al candidato a su puesto y ejecutar el correspondiente Plan individualizado


de formación en el mismo puesto de trabajo

 Realizar un control diario hasta que, después de la obligada evaluación y pronóstico, se


considere suficientemente garantizada la autonomía, con lo que se puede pasar al
programa de seguimiento periódico.

Los objetivos del Empleo con Apoyo son:

1. Conseguir para la persona con discapacidad un lugar de trabajo integrado en el mercado


ordinario.

2. Promover la inserción social de las personas con discapacidad a través de la realización


de un trabajo, como medio para la incorporación plena del individuo en la comunidad.

3. Mejorar la calidad de vida y la independencia y autonomía de las personas con


discapacidad.

El modelo de colocación y apoyo individual (Individual Placement and Support - IPS)

Es una forma ajustada de empleo con apoyo implementada en el área de salud mental en los
Estados Unidos y en Canadá desde 1990 (Kinoshita & cols., 2013). Es muy similar al modelo
tradicional de empleo apoyado, y se basa en seis principios: el usuario determina la elegibilidad,
el servicio de empleo con apoyo está integrado con la atención de salud mental, el empleo
competitivo es el objetivo, la búsqueda de un trabajo comienza rápidamente, el trabajo se ajusta
los apoyos individuales y el seguimiento no tienen límite de tiempo

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PRINCIPALES BARRERAS EN EL ÁMBITO LABORAL
Las barreras más importantes relacionadas con la inclusión laboral son organizacionales, por
ejemplo, discriminación en el lugar de trabajo (actitudes negativas, prejuicios y
comportamiento estereotipado), entorno laboral inadecuado, preocupaciones del empleador
sobre los costos y la productividad, junto a una cultura corporativa excluyente.

Las principales barreras para las personas con discapacidades psicosociales para el empleo
pueden agruparse en estas categorías: déficits en los sistemas de empleo con apoyo y
discriminación en el lugar de trabajo.

Desconocimiento sobre la discapacidad

Para incluir a PCD en las empresas, el desconocimiento se presenta como una barrera junto con
la falta de experiencia, factores que sustentan y alimentan los diversos prejuicios respecto de
esta población. Las empresas manifestaron tener desconocimiento sobre cómo trabajar el tema,
la normativa vigente, los beneficios impositivos, las formas de relacionamiento con las PCD,
entre otras cuestiones. En la mayoría de las empresas también prevalece el desconocimiento
sobre los diversos tipos de discapacidad.

Preconceptos sobre el desempeño y habilidades de las PCD

Uno de los preconceptos más arraigados en las empresas refiere a las competencias de las PCD,
y alude a que tienen bajo desempeño y se ausentan o se enferman más que el resto de los
colaboradores, lo que pone en cuestión que puedan competir en el mercado laboral en igualdad
de condiciones. Otro preconcepto refiere a la falta de habilidades interpersonales de las PCD,
que puede actuar en su contra durante el proceso de selección y durante su relación laboral.

Dificultades en los procesos de selección

Durante el proceso de selección pueden surgir una serie de dificultades. Es probable que las
empresas, antes de la inclusión, no contemplen algunos ajustes en los procesos de selección en
caso de que se postule una PCD. A su vez, no contar con selectores capacitados puede llevar a
que la información obtenida en la entrevista laboral esté incompleta, lo que tiene consecuencias
futuras en la vida laboral de la PCD, así como en el equipo de trabajo.

Resistencia de las PCD a declarar la discapacidad

A la hora de querer contar con mayor información sobre la discapacidad de las personas
postulantes para un puesto de trabajo, y de los colaboradores, las empresas pueden encontrar

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resistencia por parte de estos a declarar la discapacidad, sobre todo en aquellos casos en los que
no es visible. Esto se puede explicar por el temor a ser discriminados.

Desconexión entre la oferta y la demanda laboral competitiva

El sistema laboral competitivo ha excluido hasta el momento a las PCD, lo que puede explicar
que muchas de ellas no busquen insertarse laboralmente en empresas. Puede suceder que las
PCD:

 No se enteren de las oportunidades laborales que surgen en el ámbito privado.


 Desconozcan que, por sus habilidades y conocimientos, califican para acceder al
mercado competitivo.
 Supongan que no son elegibles para un puesto si no está explícitamente aclarado que
está abierto a PCD.
 Que, luego de varias experiencias fallidas en la búsqueda de un empleo en el ámbito
laboral competitivo, puedan desanimarse

INCLUSIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO


Escuelas promotoras de salud mental

Proporcionar la salud mental a través de programas y servicios en los centros docentes,


incluidos diferentes contextos de mejora: formación y promoción social y emocional;
aprendizaje y desarrollo de habilidades para la vida; la prevención emocional y dificultades de
conducta; la identificación e intervención en la problemática de la salud mental desde el inicio
y proporción de la intervención en las problemáticas establecidas.

Atención educativa domiciliaria

De las alternativas para la atención educativa a población con enfermedades de larga duración,
entre las que se encuentran las personas con enfermedades mentales, señalamos la «atención
educativa domiciliaria». Conscientes de que esta situación puede provocar retrasos en la
adquisición de conocimientos, destrezas y habilidades, baja autoestima y el consiguiente
fracaso escolar, se plantean los siguientes objetivos para este programa

 Garantizar una atención educativa individualizada al alumno enfermo durante el período


de convalecencia domiciliaria, con el objetivo de asegurar la continuidad de su proceso
de enseñanza y aprendizaje y evitar el posible desfase escolar que pudiera derivarse de
su situación.

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 Asegurar la comunicación y la coordinación entre el centro docente, las familias y, en
su caso, con otras administraciones, para facilitar la adaptación a la nueva situación y la
pronta y adecuada reincorporación al centro docente.
 Proporcionar, al alumnado que precisa atención educativa domiciliaria, los medios y los
instrumentos necesarios para alcanzar una mejor calidad de vida y prevenir la ruptura
del proceso escolar.
 Prevenir el aislamiento que se pudiera producir del alumno, creando para ello un clima
de participación e interacción con la comunidad educativa.
 Facilitar la reincorporación del alumnado a su centro, una vez concluido el periodo de
convalecencia, a fin de favorecer su integración socioafectiva y escolar.
 Prestar asesoramiento a las familias para mantener la comunicación del alumno con su
entorno escolar, social y familiar, así como para fomentar el uso formativo del tiempo
libre.

Escolarización en centro ordinario

El alumno o la alumna se escolariza en un centro ordinario (en cualquiera de las Etapas), con
las adaptaciones necesarias y los apoyos específicos para asegurar la respuesta educativa
correcta.

Escolarización en centro de educación especial

Esta modalidad educativa va dirigida al alumnado con necesidades educativas especiales graves
y permanentes, que requieren adaptaciones curriculares muy significativas. Son cada vez menos
los alumnos y alumnas con trastornos generalizados del desarrollo escolarizados en estos
centros. – Escolarización en aulas abiertas en centros ordinarios. Es una modalidad de
escolarización emergente, mediante la cual se habilitan o crean administrativamente aulas que
están ubicadas en centros ordinarios, y que permiten al alumnado con trastornos generalizados
del desarrollo beneficiarse de interacciones sociales, lúdicas y de aprendizaje con alumnado
con desarrollo normal y, a la vez, disfrutar de condiciones adaptadas e individualizadas de
aprendizaje. Recientemente (el 3 de junio de 2010), la Consejería de Educación de Educación,
Formación y Empleo ha publicado la Orden de 24 de mayo, por la que se regulan la autorización
y el funcionamiento de las aulas abiertas especializadas en centros ordinarios públicos y
privados concertados de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

Escolarización combinada

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En este tipo de escolarización el alumnado asiste de forma simultánea al centro ordinario y al
centro de educación especial, siendo su centro de referencia aquel en el que se encuentra
matriculado. Supone el desarrollo de un currículo elaborado conjuntamente por ambos centros
y requiere coordinación por parte de todos los profesionales implicados. Con esta modalidad se
garantiza la respuesta a las necesidades de atención más individualizada que presenta el
alumnado con autismo o con otros trastornos generalizados del desarrollo y, al mismo tiempo,
se beneficia de la interacción en contextos normalizados. Cada vez es menor el alumnado
escolarizado en esta modalidad educativa.

INCLUSIÓN SOCIAL E INCLUSIÓN FAMILIAR


En la Discapacidad Psicosocial no es conocido ni ha sido difundido con propiedad, por lo tanto,
aún se considera la reclusión como la única solución. Sin embargo, es indispensable el contacto
social y la ayuda entre pares para la rehabilitación

Para evitar que estas conductas afecten el desempeño académico y la participación social del
alumno, se debe favorecer un ambiente familiar y escolar de convivencia seguro y positivo que
le brinde un clima de relaciones interpersonales cordiales, sentimientos de pertenencia a un
grupo social y de valoración, apoyar sus iniciativas personales y brindarle confianza e
independencia.

En todos los casos, se deben evitar castigos físicos, conductas que puedan provocar accidentes
y actitudes de discriminación.

Para romper con las barreras que la sociedad impone a las personas con discapacidad
psicosocial, se debe tener en cuentas procesos de intervención donde las personas con dicha
patología se incorporen fácilmente a la sociedad y como primera medida dentro de los procesos
de intervención el trabajo tiene como objeto principal la generación de un empleo es fuente de
ingresos económicos, facilita la adquisición de una identidad propia, ayuda a mantener la
actividad física y mental, contribuye a estructurar el tiempo, y genera y potencia las relaciones
y la comunicación interpersonal.

En definitiva, para quienes padecen discapacidad psicosocial es importante sentirse cómodos y


aceptados por los demás quienes juegan un papel determinante en la aceptación de la persona
con dicha patología mental y de su misma percepción, mejorando tanto su bienestar general
como el de su familia quienes son fundamentales en el proceso. Para un miembro de la familia
o un cuidador puede ser muy positivo ver que su familiar o amigo interactúa con otros miembros
de la familia y sus pares, y que a su vez disfruta nuevamente de las actividades cotidianas como

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trabajar, libre disfrute de las recreaciones óseas, relaciones interpersonales, educativas,
recreacionales, del deporte, entre otras.

Las familias al optimizar recursos, principalmente los intangibles como son los lazos que
sostienen, ayudan, acompañan y proveen a las personas para afrontar de mejor manera los
acontecimientos y buscar nuevas soluciones a los problemas que surgen en la cotidianidad y de
esta manera mejorar la calidad de vida. Así, “las dotaciones capitales que sostiene la familia
son evidenciadas en hábitos y campos de fuerza que dan una trayectoria determinada, la cual se
evidencia en las dinámicas e interacciones que se dan en el contexto familiar”. De esta manera
aquellos que tienen parentesco, y los que no, (amigas, vecinas, terapeutas) hacen parte de la red
de cuidadores y conforman el entramado de las redes de apoyo.

En este sentido, lo relevante es que las familias reconozcan su entorno inmediato (parientes,
vecinos) y su entorno social (comunidad–sociedad, representada por organizaciones y actores
específicos) con el fin de identificar alternativas de solución en pro de satisfacer sus
necesidades. Las familias construyen y consolidan redes sociales de apoyo (familiares,
vecinales, de amistad y vinculadas con profesionales), fundamentales para abrir un abanico de
posibilidades para la inclusión social de las personas con discapacidades. Por consiguiente, la
familia da cuenta de la pluralidad —su modus vivendi— y las formas de interrelación, de
organización e intercambios que promueva la calidad de vida.

En este proceso de adaptación para la intervención y cuidado de parte de la familia se puede


notar varios modelos sobre la enfermedad mental, entre ellas los más relevantes son:

Modelos de vulnerabilidad: se engloban todo todos los factores biológicos, psicológicos y


sociales, ya que el individuo a través del apoyo de la familia, amigos, puede tener una mayor
capacidad para el afrontamiento de enfermedad, pues el individuo se encuentra sumergido en
un ambiente en la cual no sabe cómo reaccionar ante ciertas situaciones, desencadenando estos
los trastornos.

Modelos de competencia: A partir de haber concebido la enfermedad, buscar estrategias en las


cuales el individuo asuma nuevos roles y competencias.

Los factores ambientales son muy importantes durante el proceso de inclusión ya que de éstas
va a depender paraqué la evolución del individuo progrese satisfactoriamente, permitiéndole
así tener independencia y autonomía, esto a través de la motivación, donde el propio sujeto
pueda ver sus potencialidades y conocimientos que posee algunas de estas son:

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 Las oportunidades a las que pueda acceder
 Las actitudes sociales
 La accesibilidad y calidad de tratamientos

Cuidados: Dentro de los cuidados es de suma importancia identificar los siguientes signos en
donde se debe tener más observación y cuidado:

Diagnóstico oportuno, apego al tratamiento, conocer e identificar los signos de alarma (por
ejemplo, no duermen durante días)

INCLUSIÓN EN EL ÁMBITO DEPORTIVO


Cuando se habla sobre discapacidad y deporte suele hacerse desde una perspectiva sanitaria o
haciendo alusión al esfuerzo y a la superación. Se trata de dos perspectivas importantes pero
insuficientes. No cabe duda que la práctica deportiva, bien realizada, es beneficiosa para la
salud física y psicológica de cualquier persona y, como no, de las personas con discapacidad.
En la actualidad solemos diferenciar cuatro grandes situaciones de discapacidad: la física, la
sensorial, la intelectual y la psicosocial. Cada una de ellas presenta singularidades propias y
ello dificulta en muchas ocasiones tanto un tratamiento unitario de la discapacidad cuanto una
respuesta coherente a las cuestiones sociales que estas situaciones plantean.

Estas diferencias de enfoque se proyectan, en la práctica del deporte. Así, mientras que para la
discapacidad física o la intelectual la práctica del deporte es, además de un tema de salud, un
asunto de inclusión y de lucha contra la discriminación, para la discapacidad psicosocial es,
sobre todo, una actividad rehabilitadora en términos de salud. El término discapacidad
psicosocial sirve para identificar a aquellas personas que están en una situación de discapacidad
fruto de una enfermedad mental que interacciona con barreras sociales. Así como las otras
situaciones de discapacidad no suelen utilizar el término enfermedad para definirse, la
discapacidad psicosocial sí que lo hace.

Existen importantes estudios que relacionan el deporte con la estabilidad emocional, el


funcionamiento intelectual, la memoria o la autoestima. Y es que la práctica deportiva
proporciona no solo ventajas físicas sino también psicológicas, siendo así importante en la
prevención y el tratamiento de diferentes trastornos psicológicos.

Esto, en el ámbito deportivo provoca que el acceso a la práctica deportiva de las personas con
discapacidad psicosocial sea visto no tanto como una actividad inclusiva, que es lo que ocurre
en las otras situaciones de discapacidad, sino más bien como una actividad predominantemente

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rehabilitadora. No obstante, es importante mantener también la referencia a la inclusión, sobre
todo si tenemos en cuenta la situación de estas personas y la visión social que se maneja sobre
ellas.

También nos referimos habitualmente al deporte y la discapacidad para dar cuenta de la


superación, de la perseverancia y del esfuerzo, no se debe valorar los éxitos deportivos de las
personas con discapacidad solamente en términos de superación de sus posibles deficiencias
sino también, y, sobre todo, en términos de superación de barreras sociales y actitudinales.
Todos los deportistas superan barreras personales pero los deportistas con discapacidad tienen
además que superar barreras sociales. Esto les hace singulares respecto al resto de deportistas
y este es su gran éxito.

En las personas con discapacidad psicosocial existe un ocultamiento en cuanto al ámbito


deportivo y la cobertura del mismo, dado que las personas con discapacidad psicosocial a
diferencias de las personas con discapacidad física son normalmente invisibles ante la sociedad
de forma general. A pesar de las barreras a las que esta población se enfrenta en el ámbito
deportivo, un tipo de práctica que se da en el deporte es el deporte inclusivo, los términos
deporte inclusivo se emplean para identificar la práctica deportiva realizada conjuntamente por
personas con y sin discapacidad. Esta práctica deportiva puede ser muy variada, si bien
normalmente se realiza desde modalidades deportivas adaptadas o singulares. El deporte
inclusivo es, por lo general, desconocido e incluso, para algunos, no es estrictamente una
práctica deportiva.

 En las personas con esquizofrenia se recomienda la actividad deportiva como una


estrategia para mejorar déficits cognitivos y sociales, la actividad física que predomina
en esta población son los aérobicos, con una duración de 150 minutos por semana. Aquí
se observa el deporte inclusivo dado que se recomienda practicarlo en conjunto con
personas sin discapacidad.
 En personas que tienen trastornos de ansiedad se recomienda ejercicios de tipo aeróbico,
como correr, nadar o ciclismo, además de actividades físicas que permitan la liberación
de endorfinas, estos mismos ejercicios se recomiendan para personas con trastornos
depresivos. Al igual que en el caso anterior estas prácticas deportivas son de carácter
inclusivo.

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 En personas con trastorno bipolar se recomienda actividad física como las caminatas
largas o trote, actividad realizada bajo una rutina diaria que contribuye a la salud de las
personas, no solo física sino especialmente psicológica.

No se tiene información referente a las competencias de alto rendimiento en el ámbito deportivo


de personas con discapacidad psicosocial, pero por lo anterior mencionado podemos ver que en
este tipo de discapacidad el deporte es principalmente una herramienta de rehabilitación,
además de permitir que las personas superen distintas barreras.

PRINCIPALES BARRERAS DE LA INCLUSIÓN EN EL DEPORTE


Las personas con discapacidad psicosocial deben superar varias barreras a nivel general en los
diferentes ámbitos debido a la invisibilización de la que son objeto, sin embargo, las principales
barreras en el ámbito deportivo son las siguientes:

Barreras actitudinales: Las barreras de actitud son las más básicas y contribuyen a otras
barreras. Los ejemplos de barreras de actitud incluyen:

 Estereotipos: Las personas a veces estereotipan a aquellas personas con discapacidad, al


asumir que su calidad de vida es mala o que no están “sanos” debido a sus deficiencias.
 Estigma, prejuicio y discriminación: Dentro de la sociedad, estas actitudes pueden provenir
de las ideas que las personas tienen acerca de la discapacidad. Las personas pueden ver la
discapacidad como una tragedia personal, como algo que se tiene que curar o prevenir,
como un castigo por haber hecho algo malo, o como una indicación de la falta de capacidad
para comportarse en sociedad del modo que se espera.

Barreras sociales: Estas barreras tienen que ver con las condiciones en que las personas nacen,
crecen, viven, aprenden, trabajan y envejecen —o con los determinantes sociales de la salud—
que pueden contribuir a reducir el funcionamiento entre las personas con discapacidades.

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CONCLUSIONES
1. Tras el diagnóstico de la Discapacidad, tanto el paciente como la familia, sufren de
múltiples muestras de rechazo, estigma social y familiar que de manera significativa
desfavorecen la integración e incluso la posible recuperación, afectando de manera
directa la percepción que tiene el paciente de sí mismo.
2. Frente a los comportamientos discriminatorios a la población que posee este tipo de
Discapacidad se observa que la discriminación es uno de los componentes que más
afecta a las personas que padecen una enfermedad mental, además del estigma que se
tiene alrededor de este tema ha fomentado la desigualdad, el miedo, la incomprensión
de los demás y pone en evidencia la ignorancia de quienes lo manifiestan.
3. Una persona que padece una enfermedad mental que deriva a una discapacidad
psicosocial, en la mayoría de ocasiones llega a ver en la sociedad un factor de riesgo en
los aspectos personales, familiares, laborales y ante su proceso de adaptación al medio
social percibiendo a sí mismo como una persona que no merece ser aceptada o admitida
ante la sociedad.

RECOMENDACIONES
1. Se sugiere que las personas que sientan cambios repentinos en su estado de ánimo
acudan con un psiquiatra o con un psicólogo, sin miedo a que nadie los juzgue, con
el fin de efectuarles un diagnóstico oportuno y encontrar soluciones, además que la
involucración de los familiares es esencial ya que así pueden identificar los signos
de alarma.
2. Difundir la formación mediante talleres psicoeducativos, hacer lo posible para que
los familiares comprendan que su ser querido puede rehabilitarse dentro de la
comunidad y no internado de por vida, que el tratamiento donde se involucra la
familia es un modo de rehabilitación e inserción social.

3. Hace falta una mayor sensibilidad por parte de la sociedad, ya que es indispensable
que la sociedad, los medios de comunicación, los médicos, los educadores, los
estudiantes y la población en general, conozcan que la Discapacidad Psicosocial
existe, y que no es motivo de discriminación ni de exclusión dentro de la sociedad
para las personas que lo padecen.

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