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Procrastinación y Engagement académico en estudiantes

universitarios de Lima Metropolitana

INTRODUCCIÓN

1.1 Planteamiento del problema

Ante la emergencia sanitaria y el posterior establecimiento de aislamiento social obligatorio


por efecto del covid-19, se incrementaron las cifras de procrastinación académica a nivel
mundial con una estimación de 80% y 95% de los estudiantes universitarios adoptaron en
algún momento comportamientos procrastinadores, y un alto porcentaje (75 %) se consideran
procrastinadores, mientras que el 50 % aplaza con frecuencia la entrega al estudio (Corrales
et al. 2022).

La procrastinación representa un problema frecuente dentro de la realidad educativa


universitaria, siendo uno de los principales factores que afecta en el rendimiento académico y
tiene como consecuencias negativas el estrés, ansiedad y demás afecciones al bienestar
integral del estudiante que comprometen su rendimiento académico de forma negativa.

Según el modelo motivacional los estudiantes procrastinan al encontrarse desmotivados y


aplazan sus responsabilidades cuando se desaniman, donde la autodeterminación se ve
afectada por la falta de compromiso a base de la desmotivación. Asimismo el modelo
conductual enfatiza en que esta conducta existe a base de lo aprendido en su infancia y
reforzado a través del tiempo. (Elliot, 1999)

Quizás la teoría con mayor certeza acerca del engagement académico es la sugerida por
Salanova et al. (2005) los cuales mencionan un estado de motivación constante que los
alumnos perciben en relación a su actividad académica y que implica 3 dimensiones: El vigor
señala elevados índices de energía durante el estudio, una alta firmeza y un constante anhelo
de esmerarse en las actividades académicas.
El Engagement podría amortiguar los efectos de la procrastinación académica, por su
asociación a un estado mental positivo hacia el trabajo, en sus dimensiones de vigor,
dedicación y absorción (Schaufeli et al., 2002).

En el ámbito educativo, con la finalidad de una mejora del rendimiento académico se


considera al Engagement como un constructo óptimo de realizarse. Así los estudiantes
pueden utilizar estrategias más efectivas en su proceso de aprendizaje relacionadas con
estrategias de autorregulación bien conocidas como son el establecimiento de objetivos y
metas, la planificación, la organización y la monitorización de sus estudios. Al tiempo, estos
estudiantes también se esfuerzan, persisten, se retan a sí mismos y disfrutan de estos retos y
del propio proceso de aprendizaje (Brooks et al., 2012)

1.2 Justificación

Desde el punto de vista Teórico, el engagement se define como “un estado mental positivo
con el trabajo y caracterizado por vigor, dedicación y absorción” (Schaufeli, Salanova,
González-Romá y Bakker, 2002, p. 79). Se presenta como una posible solución de
prevención o amortiguación de la procrastinación que se define como la tendencia a retrasar
intencionalmente el inicio o la terminación de actividades.

Desde el punto de vista Metodológico, la procrastinación podría ser debidamente controlada


con la implementación de programas y estrategias en el ámbito educativo, así como por parte
de los estudiantes, en donde haya una oportuna intervención en el proceso y motivación
complementando con estrategias de autorregulación, planificación, organización y
supervisión, además del establecimiento de metas, objetivos que permitan potenciar su
aprendizaje.

Desde el punto de vista social, un alto nivel de engagement académico promueve un


aprendizaje significativo y un rendimiento mejorado, además contribuye a la formación de
ciudadanos informados y comprometidos. Por otro lado, la procrastinación académica puede
obstaculizar el progreso educativo, afectando negativamente la eficacia del sistema educativo
y generando consecuencias sociales, como la falta de habilidades y conocimientos necesarios
para enfrentar los desafíos futuros.
Desde el punto de vista de la Práctica Profesional, podemos comprender qué factores
influyen en el engagement, y con ello diseñar intervenciones específicas para fomentar un
ambiente educativo más motivador y estimulante. Por otro lado, la procrastinación
académica, un fenómeno que a menudo tiene raíces psicológicas, puede ser un obstáculo para
el rendimiento académico y el bienestar emocional de los estudiantes. Investigar las causas y
manifestaciones de la procrastinación brinda oportunidades para desarrollar estrategias de
intervención personalizadas, abordando aspectos emocionales, cognitivos y conductuales que
pueden contribuir a este comportamiento.

1.3 Objetivos

Objetivo general:

● Comparar los niveles de procrastinación y engagement académico en estudiantes


universitarios de Lima Metropolitana, según los criterios sociodemográficos de sexo,
rango de edad, situación económica familiar, ocupación, año y ciclo académico,
actividades extracurriculares y lugar de procedencia.

Objetivos específicos:

● Describir los niveles de procrastinación académica según sexo, rango de edad,


situación económica familiar, ocupación, año y ciclo académico, actividades
extracurriculares y lugar de procedencia en estudiantes universitarios de Lima
Metropolitana.
● Describir los niveles de engagement académica según sexo edad situación económica
familiar, ocupación, año y ciclo académico, actividades extracurriculares y lugar de
procedencia en estudiantes universitarios de Lima Metropolitana.
● Describir los niveles de procrastinación académica según sexo edad situación
económica familiar, ocupación, año y ciclo académico, actividades extracurriculares y
lugar de procedencia en estudiantes universitarios de Lima Metropolitana.
● Describir los niveles de engagement académica según sexo edad situación económica
familiar, ocupación, año y ciclo académico, actividades extracurriculares y lugar de
procedencia en estudiantes universitarios de Lima Metropolitana.
1.4 Hipótesis

● La presencia de procrastinación es mayoritaria en las universidades privadas de Lima


Metropolitana.
● Los niveles de engagement académico en estudiantes mujeres en universidades
públicas son mayores según año académico.
● Existe mayor presencia de procrastinación en varones universitarios de Lima
Metropolitana del rango de edad de 20 a 25 años y un bajo nivel socioeconómico
familiar.
● Las estudiantes universitarias de Lima Metropolitana presentan mayor nivel de
“dedicación” según su situación económica familiar y el rango de edad de 19 a 23
años.

1.5 Antecedentes

En Estados Unidos, aquellos que más sufren de procrastinación constante son los estudiantes
de educación superior. Cerca del 40% de la población universitaria se considera como
personas que procrastinan de forma crónica (Sánchez, 2010).

Según un estudio llevado a cabo en una universidad de Lima, se descubrió que la mayoría de
los estudiantes de la muestra (87.12%) admiten que hacen sus tareas justo antes de
entregarlas (Marquina-Luján, Gómez-Vargas, Salas-Herrera, Santibañez-Gihua & Rumiche-
Prieto, 2016). En otro estudio, se encontró que más del 50% de los estudiantes universitarios
(62.3%) obtuvieron puntuaciones altas o muy altas en las subescalas de procrastinación al
realizar actividades académicas universitarias en general (Vallejos, 2015).

Según González et al. (2018), los estudiantes que dedican empeño y esfuerzo al realizar las
actividades propias del estudio, así como los que están inmersos en atender los objetivos
conceptuales, procedimentales y actitudinales, mostrando persistencia y perseverancia por
alcanzar el logro académico; tienden a evidenciar menores conductas asociadas a la
postergación de los deberes u obligaciones académicas.
Según Nava (2018), el 60% de los estudiantes en Perú tienen un nivel medio de
procrastinación académica, mientras que el 34% presenta un nivel alto. Este comportamiento
tiene repercusiones negativas, tales como dificultad para manejar adecuadamente los
estudios, participación en prácticas inmorales y abandono de la carrera (Hussain & Sultan,
2010).

1.6 Marco teórico

El concepto de engagement ha estado en constante evolución, inicialmente surge como una


contraparte del síndrome de burnout o desgaste profesional. Es Freuderberger (1974),
psicólogo estadounidense, quien define al burnout como síndrome que se manifiesta con
fatiga física, agotamiento emocional y desinterés laboral. Contrario a este desgaste, aparece el
engagement (‘compromiso’/ ‘involucramiento’ en español) definido como estado de bienestar
emocional constante en contextos laborales y académicos. En dicho inicio gana notabilidad
debido a su característica como variable predictora del desempeño y rendimiento en el área
laboral (Espinoza, 2017; Mendoza & Gutierrez, 2017, siendo, uno de los constructos más
relevantes y de interés en el ámbito académico, ya que se compone de aspectos cognitivos,
emocionales y conductuales que encarnan y desarrollan aún más la motivación para el
aprendizaje (Christenson, 2020)

La procrastinación es definida como una tendencia irracional a postergar tareas que deberían
realizarse (Lay, 1986). Se sugiere que procrastinar infiere de las manifestaciones
conductuales, así como en las intenciones de realizar las actividades Schouwenburg et al.
(2004). A lo largo de los años se ha convertido en un tema de interés en la psicología y
educación, debido a que puede afectar significativamente el rendimiento académico de
estudiantes. Algunos factores que pueden contribuir a la procrastinación incluyen la falta de
habilidades de autorregulación, el miedo al fracaso, la falta de interés en la tarea, la ansiedad,
la falta de metas claras y la falta de motivación intrínseca. La motivación engagement, en el
contexto educativo, se refiere a la disposición de un estudiante para participar activamente en
el proceso de aprendizaje, mostrando entusiasmo, compromiso y dedicación. Los estudiantes
que experimentan altos niveles de motivación y compromiso están más dispuestos a
involucrarse en las tareas académicas, a asumir la responsabilidad de su aprendizaje ya
persistir en situaciones desafiantes.
II. METODOLOGÍA
2.1. Sujetos

La muestra está conformada por 200 (100%) estudiantes de diferentes universidades de Lima
Metropolitana, contando con un 54% (108) de varones y el 46% (92) mujeres. Las edades
fluctúan entre 19 a 28 años. Las universidades asociadas en este estudio se comprenden entre
públicas y privadas, como, UPN, UPC, UTP y UNFV.

2.2. Instrumentos de recolección de datos

PASS (Escala de Procrastinación para Estudiantes) de Solomon y Rothblum

La prueba PASS (Solomon y Rothblum, 1984) consta de 44 ítems y se divide en dos


secciones.
La primera parte de la prueba tiene 18 ítems que se dirigen a determinar la frecuencia de la
procrastinación y el grado en el cual ésta culmina en ansiedad. Divide la procrastinación por
actividades académicas (por ejemplo, preparar un examen o un trabajo) y, a su vez, indaga
sobre cuánta molestia o tensión le genera al estudiante el aplazar cada una de estas
actividades. Las opciones de respuesta se presentan en una escala Likert con valores de 1 a 5
con descriptores de 1 (nunca), 2 (casi nunca), 3 (a veces), 4 (casi siempre) y 5 (siempre).
La segunda sección del PASS abarca del ítem 19 al 44. Estos ítems indagan sobre las razones
cognitivo-conductuales para procrastinar. Las opciones de respuesta se presentan en un escala
Likert con valores de 1 a 5 donde 1 significa “no refleja mis motivos en absoluto”, 3 significa
“los refleja hasta cierto punto” y 5 significa “los refleja perfectamente”. El estudio inicial de
Solomon y Rothblum (1984) encontró dos claros factores que agrupaban las razones para
procrastinar: (1) razones de ansiedad, perfeccionismo y baja autoconfianza, que explicaba el
49,4% de la varianza y (2) razones de aversión a la tarea y pereza, que explicó el 18% de la
varianza.

UWES (Schaufeli y Bakker) Utrech Work Engagement Scale-Student-17.

En cuanto al Cuestionario de Engagement Académico (UWES-S). El Utrech Work


Engagement Scale (UWES), es un cuestionario auto-administrado desarrollado inicialmente
para evaluar el engagement en el contexto laboral. Posteriormente Schaufeli y Bakker (2003)
desarrollaron una versión para estudiantes (UWES-S) la cual fue traducida al español por
Salanova. Dicho instrumento cuenta con 17 ítems que permiten medir tres dimensiones del
engagement. 1) Vigor (6 ítems, por ej., “continúo haciendo mis tareas como estudiante
aunque esté muy cansado”; 2) Dedicación (5 ítems, por ej., “Mis estudios me inspiran cosas
nuevas”; y 3) Absorción (6 ítems, por ej., “El tiempo pasa volando cuando realizo mis tareas
como estudiante”). Los estudiantes deben responder a cada ítem utilizando una escala de 7
posiciones, desde 0 “nunca” hasta 6 “siempre”.

2.3. Procedimiento

La selección de participantes se realizó a través de un muestreo no probabilístico


estratificado.

La presente investigación comprende un estudio de tipo cuantitativo, dado por la recolección


de datos numéricos sobre procrastinación y engagement académico en estudiantes
universitarios con el empleo de pruebas psicométricas, con un diseño no experimental y de
corte transversal, con un alcance descriptivo y comparativo, conforme a la descripción de las
variables y su comparación de acuerdo a las dimensiones que corresponde a cada uno.

2.4. Análisis de datos

2.5. Aspectos éticos

Se solicitó el consentimiento informado a los participantes para realizar la recolección de


datos, además se demuestra la originalidad del estudio y asegurando la confidencialidad de
este.
Se otorgó atribución a los conceptos y teorías relacionados con los principios de respeto y
responsabilidad de acuerdo con las normas APA de la séptima edición, mediante el uso de
citas y referencias, con el fin de garantizar el respeto a los derechos de propiedad intelectual.

Por último, se llevó a cabo la investigación de manera honesta, siguiendo los principios de
transparencia y probidad. Se presentaron los resultados de manera precisa y se divulgaron de
manera que otros puedan replicar la metodología, lo cual permitirá verificar la validez de los
resultados.
REFERENCIAS

Corrales-Reyes, I., García-Raga, M., Villegas-Maestre, J., Valdés-Gamboa, L., Vitón-


Castillo, A., Tusell-Hormigó, D., & Mejia, C. (2022). Factores asociados a la
procrastinación académica en estudiantes de Estomatología de siete universidades cubanas.
Revista Cubana de Medicina Militar, 51(2), e02201972. Recuperado de
https://revmedmilitar.sld.cu/index.php/mil/article/view/1972/1349

González-Brignardello, M. P. y Sánchez-Elvira-Paniagua, A. (2013). ¿Puede amortiguar el


engagement los efectos nocivos de la procrastinación académica?. Acción psicológica,
10(1), 117-134.
http://dx.doi.org/10.5944/ap.10.1.7039

Palacios-Garay, J., Belito Hilario, F., Bernaola Peña, P. G., & Capcha Carrillo, T. (2020).
Procrastinación y estrés en el engagement académico en universitarios. Revista Multi-
Ensayos, 45–53.
https://doi.org/10.5377/multiensayos.v0i0.9336

Salanova, M., Schaufeli, W., & Bresó, E. (2005). Hacia un modelo espiral de las creencias
de
eficacia en el estudio del «burnout» y del «engagement». Ansiedad y estrés, 11(2-3),
215- 231

Díaz-Morales, J. (2019). Procrastinación: una revisión de su medida y sus correlatos.

https://www.redalyc.org/journal/4596/459661106005/html/#:~:text=El%20t

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