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TEORÍAS EXPLICATIVAS

DE LA INTERVENCIÓN
DE LOS GOBIERNOS
La interdependencia entre la
política y la economía esta
orientada a tratar de entender
desde una perspectiva teórica la
acción pública que los gobiernos
han realizado bajo diferentes
planteamientos

La teoría electoralista
La base de este planteamiento teórico
deriva de los trabajos de Nordhaus y de
Lindbeck, desarrollados a mediados de
los años setenta bajo los siguientes
supuestos fundamentales:

a) Ámbito económico
Los gobiernos actúan bajo la restricción
económica de no poder maximizar
simultáneamente los objetivos de
estabilidad de precios y pleno empleo,
teniendo que adoptar soluciones de
intercambio en el corto plazo.
Los votantes prefieren crecimiento a inflación y desempleo
Los gestores de la política económica controlan de forma
determinista la economía a través del uso de instrumentos
por el lado de la demanda

b) Ámbito político
Los partidos políticos con tareas de
gobierno están desideologizados y se
mueven únicamente por el objetivo de
permanecer en el poder el mayor tiempo
posible.
En cada elección hay que considerar la
existencia de dos partidos políticos que
compiten por el poder: el gobernante y el
de oposición.
Cuando tienen que emitir su voto, los
electores apoyan al partido en el
gobierno si los resultados económicos son
buenos en términos de mayor crecimiento,
menor inflación y menor desempleo durante
el período de gobierno, y le retiran su
confianza cuando los registros de estas
variables económicas son adversos.

Bajo este planteamiento, debería cumplirse que los partidos


en el poder siguen diferentes reglas como:

1. Una expansión económica en el año actual o en


el año anterior a la elección, con un crecimiento
del PIB mayor que el normal y una tasa de
desempleo por debajo de la media.
2. La tasa de inflación comienza a
incrementarse inmediatamente antes o
justo después de la consulta electoral.
3. Una recesión o desaceleración
económica después de la elección, con
una gradual reducción de la inflación.
La teoría partidista
La base de este planteamiento se
encuentra en los trabajos pioneros de
Hibbs, iniciados a fines de los
setenta, en los que al examinar cómo
en un conjunto de países de la OCDE
los gobiernos utilizaban la política
económica para influir en los
resultados electorales.

Los supuestos básicos de la teoría


partidista (TP)
Los votantes tienen diferentes
preferencias en relación con el
crecimiento, la inflación y el desempleo,
pero siguen siendo no racionales y
descontando mal el tiempo.
Los partidos políticos están ideologizados,
comportándose según su adscripción
ideológica.

Los votantes difieren también en sus


preferencias con respecto a los
principales objetivos de la política
económica, pero, como no son racionales,
los de izquierdas optarán por apoyar a
partidos que tengan una mayor
preocupación por el pleno empleo,
mientras que los de derechas se
inclinarán por los partidos conservadores

La teoría partidista racional


La formulación de la Teoría Partidista
Racional (TPR) se encuentra en los trabajos
realizados por Alesina. En ellos se adopta el
siguiente punto de partida:

Los supuestos de partida de esta


formulación teórica son pues
parecidos a los de la TP, aunque
ahora se acepta que los agentes
económicos formulan sus expectativas
de inflación de manera racional.
La incertidumbre de las actuaciones de
política económica originada por la
incertidumbre de los resultados electorales
interactúa con las expectativas racionales.
Los votantes difieren en sus preferencias
respecto a los principales objetivos de la
política económica, pero dado que son
racionales, su decisión de voto está
condicionada por la maximización de su
utilidad.
Por tanto, votarán por el partido que les
reporte la utilidad esperada más alta, que
estará relacionada con una tasa de
inflación más elevada, crecimiento
económico más alto y desempleo más bajo

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