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Uno de los juegos tradicionales por equipos más conocidos es el pañuelo. En él, se
enfrentan dos grupos con la misma cantidad de niños, asignándosele a cada uno de
ellos un número. Cada jugador está emparejado con el del equipo contrario que
tenga la misma cifra que él.
Este juego se realiza en grupo, pero cada niño compite de manera individual. Se
tiene que realizar en una pista lisa y sin obstáculos, preferiblemente de suelo blando
ya que la mayoría de las veces se producen algunas caídas.
Los niños tienen que meter los pies dentro de un saco, que sostienen con las
manos; y dando saltos, tendrán que competir para llegar los primeros a la meta. En
todo momento, deben mantenerse dentro del saco, por lo que moverse a gran
velocidad puede ser muy difícil y provocar las risas de los jugadores.
Se trata de un juego muy beneficioso para la salud, ya que obliga a los participantes
a realizar ejercicio de una manera fácil y divertida. Además, puede mejorar la
coordinación y capacidad de movimiento de los niños.
Este juego es uno de los mejores para realizar en fiestas de cumpleaños o eventos
similares en los que haya muchos participantes. La mecánica es muy sencilla: se
colocan en círculo tantas sillas como niños haya jugando menos una, poniendo
todos los respaldos hacia el interior.
Los participantes se ponen alrededor de las sillas, mientras una persona externa
pone música en un reproductor. Mientras la música esté sonando, los niños deben
dar vueltas alrededor del círculo; pero en cuanto pare, tienen que sentarse lo más
rápido posible. El que se quede sin asiento es eliminado.
Al acabar cada ronda, se quita una silla para que el número de estas sea siempre
menor que el de participantes. El ganador del juego es el que consiga ganar la
última ronda.
4-. Balón prisionero
Este juego es una de las estrellas de la mayoría de clases de educación física, pero
puede practicarse en otros contextos. La mecánica es la siguiente: los niños se
dividen en dos equipos, y cada uno de ellos se coloca en la mitad de un campo
delimitado previamente. Cada uno de los grupos elige a uno de sus jugadores (al
que se le llama “delegado”), que se colocará por detrás del equipo contrario.
Utilizando una sola pelota, los participantes tienen que conseguir capturarla y
golpear con ella a uno de los jugadores del equipo contrario. Cuando un niño sea
alcanzado, se dirigirá también detrás del equipo contrario donde se encuentra su
delegado. Los participantes que están en este área también pueden intentar
capturar la pelota y eliminar a los jugadores enemigos.
El objetivo del juego es eliminar a todo el equipo contrario de esta manera. Las
partidas tienden a ser muy intensas, y son una gran manera de hacer que los niños
hagan ejercicio de una forma divertida.
5-. Tulipán
Este juego es una versión del tradicional “pilla – pilla”, pero con un elemento extra
que lo vuelve más divertido para los más pequeños. Antes de empezar una partida,
se escoge a un niño que la “liga”; es decir, que tendrá que capturar al resto de
participantes.
Los demás tienen que conseguir escapar de quien la liga. Para ello, su principal
arma es correr; pero cuando le ven muy cerca, también pueden gritar “tulipán” y
quedarse quietos con las piernas abiertas y los brazos en cruz. Cuando se
encuentran en esta posición, no pueden ser capturados. Sin embargo, hasta que un
compañero no les pase por debajo de las piernas, no podrán moverse y se les
considera fuera del juego.
La partida termina o bien cuando todos los jugadores han sido capturados, o bien
cuando no queda ninguno jugando que no esté en “tulipán”. Se trata de un juego
que fomenta la colaboración entre los niños de una forma amena y divertida.
6-. El escondite
El escondite es uno de los juegos más simples que existen pero, a la vez, uno de los
que más les gusta a los niños. En él, uno de los participantes tiene que contar hasta
un número determinado con los ojos cerrados, mientras todos los demás buscan un
lugar donde esconderse.
Cuando el que la liga llega hasta el número previamente acordado, avisa a los
demás de que va a buscarles y sale en su captura. Cuando encuentra a alguno de
los otros participantes, tiene que tocarle para eliminarlo y continuar con su
búsqueda.
El juego termina o bien cuando el que la liga ha conseguido eliminar a todos los
demás niños, o bien cuando uno de estos ha logrado llegar hasta la base (el lugar
donde el buscador había estado contando con los ojos cerrados) sin que le hayan
capturado.
Este juego es uno de los más sencillos de practicar que existen pero, al mismo
tiempo, es también uno de los favoritos de los niños. La premisa es muy simple:
mientras dos participantes hacen girar una comba, otro tiene que ir dando saltos en
ella al ritmo de la canción.
Lo interesante de este juego tradicional para niños es que existen muchas variantes:
con varios jugadores saltando a la vez, con varias cuerdas, en solitario… Lo
importante es que todas ellas son un ejercicio físico extraordinario, lo que hace que
los niños se mantengan sanos y en forma mientras se lo pasan bien.
8-. La cuerda
Este juego es uno de los pocos que todavía practican muchos adultos, debido a que
es muy popular en las fiestas tradicionales. Dividiendo a los participantes en dos
equipos, cada uno de ellos agarra un extremo de una cuerda, dejando un espacio
entre ambos grupos.
Se trata de un juego excelente para mejorar la fuerza de los niños y sus habilidades
de equipo, ya que tirando en solitario es imposible ganar a los contrincantes. Sin
embargo, hay que tener en cuenta que los grupos deben estar compensados en
cuanto a edad, tamaño y altura.