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"La esfera de lo privado se agranda al mismo tiempo que lo público cede paso en
un sentido real y material, sin embargo, en el ciberespacio se vive un régimen
totalitario de los público, de la exhibición, en ese entorno virtual no existe la
privacidad, pues hasta cuando se apagan las cámaras, se apagan los micrófonos
y se hacen las cuentas digitales “privadas”, se está siendo vigilado, no
necesariamente por personas, sino por algoritmos.".
Este breviario carente del momento hippie, fue solo el pretexto para ejemplificar
que las contraculturas no son, ni tienen por qué que ser agentes revolucionarios
y que estas mismas, pueden actuar desde un impulso egocéntrico en el que, el
beneficio al otro, es un efecto secundario de la persecución de mi propio
bienestar individual, estar contra el sistema, o al margen del mismo, no
necesariamente implica cambiarlo, pues cambiarlo, al menos en este enfoque,
significa que la propia contracultura pierde su razón de ser. En el caso de los
hippies, el desenlace es la propia integración de los sujetos al sistema, a través
de un mercado que se abría a la diferencia y que expresaba a las personas a
través de la identificación de estas con productos personalizados, pero también
con políticas públicas.
Si bien Horckheimer y Adorno dieron un trazo de la sociedad tecnocrática e
industrializada y a pesar de que esta industria pesada continúa existiendo en
nuestros días, el capitalista continua ejerciendo su poder sobre las demás clases,
la división de trabajo continúa vigente y las maquilas y ensambladoras son un
tema político y económico principal en regiones como América Latina, África y
el Sudeste asiático, en definitiva, la industria pesada es más fuerte y eficiente
que antes, los avances técnicos acortan el tiempo y las distancias de producción
y de traslado, se abastece diariamente un enorme mercado hecho para el
consumo acelerado, un mercado de esta naturaleza demanda de industrias
capaces de abastecer las demandas al mismo tiempo que las crea, vivimos en un
capitalismo hiperacelerado, uno que ni siquiera durante la pandemia mostró
síntomas de desgaste en el sentido productivo –pues en el sentido político el
sistema fundado en el capitalismo se ha cuestionado duramente- la expansión
tan grande de industrial de los servicios digitales como lo es Amazon o Alibaba,
dan muestra de que el capitalismo y su producción no se detuvieron ni se
detendrán, claro que se puede cuestionar quiénes realmente tienen acceso a esta
clase de productos y servicios y quienes son los que han sido integrados al
modelo, no obstante, una aproximación al sistema nos revela que este, si bien,
durante algunos meses se desaceleró en algunos sectores, se aceleró en otros
más.
humana sufriría debido este mismo. Como dice Roger Burrows en Imaginig
cities:
Bibliografía
Curtis, A (Mundo equilibrio). 25 de noviembre del 2017. El siglo del yo/ Cap.3/
Un policía en nuestras cabezas que debe ser destruido. Sitio web:
https://www.youtube.com/watch?v=CvppZroQ1bI&t=489s