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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE

MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA

-TRANSICIÓN NUTRICIONAL EN MÉXICO-


Materia:

Epidemiología

Alumno(a):

León Santiago Vania Monserrat

Profesora:

Gabriela Olvera

Grupo:

3351
Transición nutricional en México

En este texto se presenta un recuento breve sobre la situación alimentaria y nutricional de


los mexicanos. El primer tema que se aborda es la desnutrición y se menciona que esta
enfermedad fue llamada así a partir de los primeros 45 años del siglo XX, tiempo después
se descubrió que era la misma enfermedad que en África llamaban Kwashiorkor. La
desnutrición en México ha tenido cambios radicales con el pasar del tiempo, se comparan
datos obtenidos de los años 1940, 1970 con los últimos datos obtenidos de 2006-2012 y
se ha notado un decremento destacable; en Mezquite en los años 1940, el 53% de niños
de 1-3 años presentó un cuadro de desnutrición severa, mientras que en zonas rurales en
2006 esta prevalencia era de 23.9%. Estos resultados se pueden explicar con base a los
registros de la dieta que se tenían, en algunas comunidades lo único que se consumía
eran 4 grupos de alimentos debido a la escasez de recursos por ser una comunidad
pobre. En 2016 y el dato más actual indica que la prevalencia de desnutrición en México
es de < 4%, lo cual es un logro, pero los aumentos recientes sugieren un deterioro y la
señal de que no se ha logrado aún erradicar la desnutrición en la población infantil en
nuestro país.
Los registros y encuestas realizadas a lo largo del tiempo han dejado ver los cambios que
ha tenido la dieta en la población mexicana. Se realizo una comparación de la dieta a lo
largo de 50 años (1969-2016) en zonas urbanas y se observó que desafortunadamente,
hemos empobrecido la calidad de nuestra dieta pues ha habido una disminución en el
consumo de alimentos tradicionales (maíz, verduras, frutas, etc) y se han remplazado por
productos procesados y bebidas azucaradas, esto podría explicar el aumento en
enfermedades crónicas relacionadas con la dieta como DM, HTA, etc.
La calidad de la dieta también se ha visto alterada en niños y recién nacidos, pues se
tienen datos de que actualmente el tema de LM aún es un tema que falta mucho por
mejorar, pues, aunque las estadísticas han ido en aumento con el pasar del tiempo, aún
no se tiene el consumo esperado. Algo también alarmante es la inadecuada alimentación
complementaria, esta se suele acompañar del uso de fórmula materna y bebidas
azucaradas que tendrán un impacto en la salud del niño. La alimentación en menores es
preocupante; el porcentaje de niños <2años que consumen botanas y productos a base
de cereales con azúcar es alto, entre 8 y 16% consumen este tipo de alimentos; mientras
que en población de 5-19 años el consumo de bebidas azucaras es del 86%. Esto arroja
resultados en estadísticas de obesidad, obteniendo que aprox el 7.8% de <5años
presentas casos de obesidad y sobrepeso, mientras que en mujeres de 12-19años hay
una prevalencia de sobrepeso y obesidad del 26.4% y 15% respectivamente mientras que
en hombres del mismo grupo de edad la prevalencia fue del 23 y 21.5%. Sin embargo, la
epidemia de obesidad no se debe solo al consumo de energía. En México, una antigua
tradición alimentaria equilibrada cambió debido a una profunda transformación cultural,
impulsada por la urbanización, presiones del mercado y consumismo. Factores sociales y
comerciales también influyen en la alimentación y salud, contribuyendo a la epidemia de
obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles en México y el mundo.
Tras analizar estos resultados y observar los cambios que ha sufrido la dieta en México,
expertos crearon una guía llamada dieta saludable y sostenible para México (DSSM),
donde se plantean recomendaciones de consumo de grupos de alimentos para llegar a lo
que sería una dieta ideal. Derivado de la comparación de ambas dietas se puede concluir
en estas recomendaciones a seguir para lograr tener una dieta más equilibrada y
saludable: aumentar el consumo de verduras, frutas, leguminosas, nueces, semillas y
cereales de granos enteros; reducir el consumo de carnes y cereales refinados; restringir
sustancialmente o evitar azúcares añadidos. Finalmente hay que recalcar que, para lograr
un cambio en la alimentación, se requiere de una adecuada planeación estratégica y el
desarrollo y financiamiento de un paquete de políticas multisectoriales y multisistémicas
dirigidas a conseguir un sistema alimentario saludable y sustentable.

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