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Facultad de Medicina
Tecnología Médica
Tema
Profesor
Luis Navas
Estudiantes
Curso
Primer semestre
III año
1
Índice
Introducción……………………………………………………………………………3
Conclusión……………………………………………………………………………...13
Bibliografía……………………………………………………………………………..14
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Introducción
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Capítulo I
Causas y efectos de la desnutrició n
en el crecimiento
1.1 Concepto de desnutrición
Panamá es el cuarto país de América Latina con mayor desnutrición infantil, según el
Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018, que publicaron este mes
varias agencias de las Naciones Unidas, incluyendo la FAO.
Se trata de unos 68,000 niños menores de 5 años que no comen lo suficiente, lo que
representa el 19.1% de la población infantil panameña, una cifra solo por debajo de
Guatemala, Ecuador y Honduras, sin contar a Haití.
El informe de la FAO, realizado en conjunto con el Programa Mundial de Alimentos, la
Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud y Unicef,
indica que América Latina y el Caribe se aleja del cumplimiento del Objetivo de
Desarrollo Sostenible 2 (Hambre cero), ya que el número de personas subalimentadas
aumentó por tercer año consecutivo: en 2017 alcanzó 39.3 millones.
De ese total, en toda la región existen más de 5 millones de niños con desnutrición
crónica. Además, se afirma que en Panamá, al igual que en Guatemala, Honduras,
México, Nicaragua y Perú, más de la mitad de los menores que viven en zonas rurales
tiene acceso, de forma regular, a cantidades de comida que son insuficientes para su
desarrollo.
Solo en 2008, en el Istmo el 62% de los niños y niñas indígenas presentaban retraso en
su crecimiento, en comparación con el 19% de los niños no indígenas.
‘Se observa una estrecha relación entre desigualdad, el hambre y las distintas formas de
malnutrición', sostiene la FAO.
Esta desigualdad, que genera asimetrías en el acceso a bienes y servicios alimentarios y
no alimentarios se puede observar más claramente entre los grupos que tradicionalmente
presentan mayores grados de exclusión social o económica como lo son la población
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infantil, las mujeres, grupos indígenas y población que vive en situación de pobreza o en
áreas rurales.
1.2.1 Desnutrición y obesidad
La obesidad es otra forma de malnutrición que ha ido en aumento en la región. Hace un
año, el propio ministro de Salud, Miguel Mayo, publicó la cifra en Panamá: el 30% de
los niños en edad escolar tienen exceso de peso.
Ambos problemas de malnutrición han aumentado en la región
La FAO explica que lo que une al hambre y la obesidad —que reflejan un aumento dual
— es la transición nutricional que se observa a nivel mundial y regional.
‘Cambios demográficos, sociales y económicos rápidos han llevado a una mayor
urbanización y a cambios en los sistemas alimentarios, los estilos de vida y los hábitos
alimentarios. En consecuencia, los hábitos alimentarios se han volcado hacia un mayor
consumo de alimentos altamente procesados e hipercalóricos, con un alto contenido de
grasas saturadas, azúcares y sal y un bajo contenido de fibra', señala.
La organización resaltó que la región cuenta con los alimentos suficientes para cubrir
las necesidades energéticas de toda su población, por lo que en ese sentido la oferta de
alimentos no es una limitante.
‘La principal limitante para acceder a una cantidad y calidad suficiente de alimentos es
el nivel de ingresos de las familias', apunta la FAO.
Por eso, parte de la solución al problema de hambre y obesidad vendrá de conseguir que
las familias cuenten con un nivel de ingreso estable y que cubra sus necesidades de
alimentación sana y variada.
Asimismo, la organización recomienda potenciar los programas de alimentación
escolar, promover la agricultura familiar, aplicar impuestos selectivos a ciertos
alimentos dañinos, e identificar los territorios que son de difícil alcance para la política
pública para focalizar recursos y orientar acciones para la superación del hambre y la
pobreza
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En años recientes se ha sugerido que la infección, incluso asintomática, con parásitos
enteropatógenos puede repercutir negativamente en el estado nutricional y con ello en el
desarrollo físico y mental de los niños y niñas. En gran parte del distrito de Cañazas no
se conocen los datos actuales sobre la prevalencia de parasitosis intestinal en la
población infantil y su asociación con cuadros de malnutrición. El diagnóstico,
tratamiento oportuno y control de los enteroparásitos podría contribuir
significativamente en la lucha contra la malnutrición infantil y sus secuelas en regiones
rurales de Panamá.
La distribución por edad y género resultó muy homogénea en el grupo estudiado de 182
niños y niñas (Figura 2). Los estudios microscópicos revelaron que el 30.2% (55/182)
de las muestras presentaba parásitos intestinales (Tabla I). Las prevalencias mayores
fueron para la ascariasis y giardiasis con un 12.2% (22/182) y 29.2% (53/182)
respectivamente (Tabla I). Mediante la técnica de ELISA fue posible determinar 53
muestras positivas a la infección con G. lamblia, 28 más (15.4%) que las encontradas
mediante la técnica de formolacetato de sodio.
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Este estudio confirma que la parasitosis intestinal y la malnutrición son importantes
padecimientos de la población infantil en el corregimiento de Cañazas, distrito de
Veraguas. El parásito enteropatógeno más frecuente fue G. lamblia, el cual ha sido
asociado en estudios previos con deficiencias en el desarrollo cognitivo aun en ausencia
de diarrea. De igual manera se reportan retardos en el crecimiento de poblaciones
infantiles infectadas con este protozoario. Resulta urgente que las autoridades de salud
del país refuercen los programas tendientes al diagnóstico, manejo y prevención de
estos problemas de salud en el distrito de Cañazas y otras regiones rurales del país.
Capítulo II
Impacto de la desnutrició n en el
rendimiento escolar
2.1 La alimentación y el desarrollo cognitivo
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de las células sanguíneas y el desarrollo del sistema nervioso central, entre otras
funciones.
A su vez, en función de los nutrientes que reciba, su actividad será diferente. Es decir, la
composición de cada comida tiene un efecto directo en la producción de las señales
químicas del cerebro. Estas sustancias, responsables de la transmisión de información a
lo largo del sistema nervioso, son los llamados neurotransmisores, y pueden modularse
en parte por la alimentación. Por medio de ella se influye sobre el humor y
comportamiento, ayuda a aliviar la depresión, la ansiedad, la neurosis y los trastornos
del sueño.
Por otra parte en el caso de los niños con una alimentación inadecuada, con carencias de
nutrientes y una inminente desnutrición el cerebro no se desarrolla correctamente y el
individuo manifiesta síntomas o sensaciones como apatía, desgana, irritabilidad,
nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria, de concentración e incluso
depresión, que le afectan su rendimiento escolar. Por ello una adecuada nutrición es
necesaria para el desarrollo eficiente del cerebro.
Descubrieron que el retraso del crecimiento y el bajo peso corporal, ambos indicadores
de malnutrición, se asociaron con un menor rendimiento académico, mientras que el
desgaste no tenía una correlación directa.
Esta investigación no está aislada, Save the Children, una organización sin fines de
lucro del Reino Unido, descubrió que los niños desnutridos en todo el mundo tienen
tasas más altas de analfabetismo. Los niños desnutridos tienen un 20% menos de
probabilidades de leer y escribir que los niños que reciben una nutrición adecuada.
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a corto, mediano y largo plazo, a largo plazo la desnutrición afecta la capacidad
de trabajo físico, el desempeño intelectual y escolar durante la adolescencia y
edad adulta.
En el campo escolar algunos efectos que se han presentado son los siguientes:
Por las consideraciones señaladas, es de las más alta relevancia para la educación, poder
analizar las interacciones entre estado nutricional, desarrollo cerebral,
inteligencia y rendimiento escolar, considerando que los problemas nutricionales
afectan a todos los estratos socioeconómicos, en especial, a los sectores más
desprotegidos de nuestra sociedad, los cuales han estado sometidos a condiciones
de una mala alimentación crónica, con consecuencias negativas para el desarrollo
económico; en la edad escolar, traduciéndose en altos índices de deserción
escolar, problemas de aprendizaje y bajo ingreso a la educación superior.
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Considerando que la educación es la principal herramienta, mediante la cual se
puede mejorar la calidad de vida de los pueblos y, que en términos absolutos el
número de desnutridos ha aumentado en el mundo, es de la más alta relevancia para la
educación analizar los efectos a largo plazo de la desnutrición acaecida a edad
temprana y ejecutar estrategias para disminuir este problema que acarrea consecuencias
a futuro como un aumento de la pobreza y por ende de la mala nutrición.
Capítulo III
Desnutrició n infantil en Panamá
La desnutrición infantil en Panamá y en cualquier otro país, es el resultado de la
interacción entre el consumo inadecuado de alimentos y las infecciones frecuentes. Es
decir, el niño padece hambre y se enferma a menudo. Estos resultan ser consecuencias
de pobreza, logros educativos insuficientes, acceso inadecuado a alimentos, servicios de
salud y saneamiento insuficientes o ausentes.
De acuerdo al MINSA, las cifras de desnutrición infantil en Panamá, datan del 2008. La
entidad prepara una encuesta para conocer el estado nutricional de los panameños pero
esta no se ha puesto en marcha. Pero, utilizando datos antiguos; el documento
“Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018”, publicado al final del año
pasado por varias agencias de las Naciones Unidas (FAO, OPS/OMS, PMA, UNICEF),
nos llama la atención sobre la desnutrición infantil en Panamá., al informar que el 19%
de los niños panameños menores de cinco años padecen de desnutrición (68,000
infantes), superando en esta penosa estadística, a países con un crecimiento económico
muy inferior al nuestro.
Por otro lado, de acuerdo con el IPM-Panamá 2017, el 19.1% de los panameños
(777,752 personas) se encuentran en una condición de pobreza multidimensional.
Por lo tanto, no parecen estar en capacidad de protegerse contra el hambre y, muy
probablemente, la están padeciendo de forma ocasional o permanente,
ocasionando desnutrición infantil en forma aguda y crónica.
Como era de esperarse, en las comarcas indígenas fue en donde se presentó las mayores
proporciones de personas pobres multidimensionales: en la Comarca Ngäbe Buglé
(93.4%), Comarca Guna Yala (91.4%) y Comarca Emberá (70.8%). El promedio de
estos tres valores supera en 4.5 veces el valor del promedio nacional, lo que evidencia
también con esta medida una la disparidad existente y que ya era previamente conocida.
En cuanto a las provincias, las tres con mayor porcentaje de personas en condición de
pobreza multidimensional y por encima del promedio nacional, fueron: Bocas del Toro
(44.6%), Darién (40.0%). En estas dos, habitan una amplia población indígena (62.6%).
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La desnutrición crónica incrementa, además, la propensión a enfermedades como
obesidad, diabetes, hipertensión, dislipidemias e incapacidades. Igualmente, la
desnutrición durante los primeros años de vida, a través de sus efectos adversos en el
crecimiento durante la infancia de las mujeres, tiene efectos negativos en el peso al
nacer de la siguiente generación.
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Bibliografía
13
Jorge Prosperi. (Junio 18, 2019). Desnutrición infantil en Panamá: grave
problema de salud pública. Julio 15, 2019, de El blog de Jorge Prosperi Sitio
web: https://elblogdejorgeprosperi.com/2019/06/desnutricion-infantil-en-
panama/
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https://www.farmaceuticonline.com/es/familia/472-cerebro-y-alimentacion?
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Nelly Chablé García. (2009). La desnutrición y su impacto en el rendimiento
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http://laestrella.com.pa/panama/nacional/desnutricion-infantil-panama-numeros-
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http://www.gorgas.gob.pa/wp-content/uploads/2014/04/Prevalencia-de-Par
%C3%A1sitos-Intestinales-Y-Malnutrici%C3%B3n-en-Menores-de-Cinco-A
%C3%B1os-de-Comunidades-del-Corregimiento-de-Ca%C3%B1azas-Azael-
Salda%C3%B1a.pdf
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