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UNIDADES 11 Y 12

El procedimiento administrativo es el conjunto de principios y reglas que sigue el Poder Ejecutivo, por medio de actos
preparatorios y actuaciones materiales, con el objeto de expresar sus decisiones. El procedimiento administrativo se
desarrolla ante la sede administrativa. A nivel de la Administración Publica Nacional y sus entes descentralizados rige la
LNPA 19.549, y su decreto reglamentario p.o. 2017. En el ámbito de la Provincia de Buenos Aires y sus entes
descentralizados, rige la Ley 7647. En el ámbito de los Municipios Bonaerenses, la Ordenanza General 267.
A su vez siendo nuestra forma de gobierno federal, tanto las normas de procedimiento, como las normas de proceso son
competencia de cada provincia dictarlas. Consecuentemente encontraremos tantas como provincias hay. Así mismo, en
cada una de ellas los municipios pueden dictar sus propias normas de procedimiento.
Estas normas rigen, en principio con carácter general en cada ámbito señalado y tienen carácter supletorio, es decir, de
existir una norma especifica prevista para determinada materia, en primer lugar, rige la específica y estas solo lo harán
supletoriamente para aquellas situaciones no contempladas en las mismas.
Ejemplos de esta supletoriedad lo tenemos en materia de procedimiento tributario, disciplinario, etc.-

Definición de Procedimiento Administrativo:

Existen o se han dado distintas definiciones del procedimiento administrativo.


Así Gordillo sostiene que es la parte del derecho administrativo que estudia las reglas y los principios que rigen para la
intervención de los interesados en la preparación e impugnación de la voluntad de la administración.
Para Botassi es la sucesión legalmente y ordenada de hechos y actos tendientes al nacimiento de una decisión final
materialmente administrativa.
En definitiva, es una sucesión actos y hechos interdependientes tendientes a posibilitar un control de la actividad
administrativa, dándole garantía a los administrados y medios para hacerlo efectivo. (por ejemplo, a través de los
recursos).
En el procedimiento, a diferencia del proceso no existe un tercero imparcial para dirimir una cuestión litigiosa.
En el procedimiento la ADMINISTRACION es parte y es quien aplica la ley. Tiene este doble rol.

Diferencia entre procedimiento y proceso:

Existen diferencias profundas que debemos marcar, fundamentalmente, cuál es el poder que resuelve el conflicto y —a
su vez— el carácter de sus decisiones. Así, en el procedimiento administrativo el órgano que resuelve el conflicto es el
propio Ejecutivo. Por su parte, en el proceso judicial el conflicto es resuelto por un tercero imparcial e independiente —
el juez—. Además, la decisión judicial tiene fuerza de verdad legal (es decir, reviste carácter definitivo); sin embargo, el
decisorio dictado en el marco del procedimiento administrativo no es definitivo, en el sentido de que puede ser revisado
posteriormente por el juez.

Principios:

El artículo 1 de la LPA establece los principios generales del procedimiento administrativo. Sus principios son:
1.- Economía, sencillez, celeridad y eficacia, El art. 1 de la LPA consagra como requisito general y básico del
procedimiento administrativo la "celeridad, economía, sencillez y eficacia en los trámites...". Sin embargo, la ley no
aclara cuál es el contenido de estos conceptos jurídicos.
El principio de celeridad supone rapidez e inmediatez en el desarrollo y resolución de las actuaciones y, en tal sentido,
las normas establecen dos herramientas. Por un lado, la incorporación de plazos breves respecto de las actuaciones del
Estado e, incluso, sanciones a los agentes responsables en caso de incumplimiento de tales términos. Por el otro, la
regulación del instituto del silencio, de modo que el vencimiento de los plazos debe interpretarse como rechazo de las
pretensiones de las personas.
1
A su vez, el principio de economía significa lograr los objetivos con el menor costo posible.
Estos aspectos son sumamente importantes porque plantean otras cuestiones relativamente novedosas en nuestro
razonamiento jurídico. Por ejemplo, debemos analizar no sólo el principio de legalidad en el procedimiento sino,
además, cómo es la gestión estatal en el trámite de sus actuaciones.
La sencillez —otro de los principios que prevé la ley— es la simplificación de los trámites. Es más, el concepto bajo
estudio supone que el procedimiento debe tener tales caracteres que cualquier sujeto pueda seguir y comprender los
pasos de éste y las decisiones estatales consecuentes.
Finalmente, el postulado de la eficacia consiste en el logro de los objetivos propuestos. En este contexto, es necesario
mencionar el proceso de incorporación del expediente administrativo en soporte informático y la firma digital. Así, sólo
es posible garantizar la eficacia de los trámites estatales con la inclusión de las nuevas tecnologías y mecanismos de
transparencia y publicidad de los expedientes y procedimientos administrativos.
2.- Legalidad, no puede la administración actuar sin que una norma jurídica lo autorice.
3.- Defensa en juicio (Art 18 CN), que comprende las garantías del debido proceso adjetivo, derecho a ser oído, a
ofrecer prueba, a que esa prueba sea producida, a alegar sobre el merito de la misma, Derecho a una decisión fundada.
La Constitución Nacional —igual que los tratados internacionales— garantiza el derecho de defensa de las personas. Este
derecho, en el marco del procedimiento administrativo, es conocido como el debido proceso adjetivo previsto en el
inciso f) del artículo 1 de la LPA.
El derecho a ser oído. El titular de un derecho o interés debe tener la posibilidad de exponer sus pretensiones y explicar
sus razones. Además, la expresión debe ser amplia y oportuna; es decir, sin restricciones y de carácter previo a las
decisiones estatales.
A su vez, el particular puede hacerse asesorar y representar profesionalmente y, luego de dictado el acto respectivo,
tiene el derecho de interponer los recursos correspondientes con el objeto de que se revisen las decisiones estatales por
otros órganos.
El patrocinio letrado no es —en principio— obligatorio en los trámites administrativos, aun cuando estén bajo discusión
los derechos de las personas. Sin embargo, según el texto normativo, si en el marco del procedimiento están
debatiéndose cuestiones jurídicas y una norma expresa permite que la representación se ejerza por quienes no sean
procuradores o abogados, el patrocinio letrado se vuelve obligatorio.
Finalmente, cabe agregar que el derecho a ser oído sólo puede ejercerse plenamente si es completado con el derecho
instrumental de conocer las actuaciones y las resoluciones que puedan
afectar los derechos.1
El derecho a ofrecer y producir prueba, y controlar la prueba producida. El particular puede ofrecer todos aquellos
medios probatorios de que intente valerse y el Estado, en su condición de instructor del procedimiento, debe resolver
sobre la procedencia o no de tales medios. A su vez, el rechazo de los medios probatorios por el instructor debe ser
justificado.2
El derecho a una decisión fundada. Una decisión fundada exige que el Estado resuelva los principales planteos del
interesado, previo análisis de sus argumentos —consintiéndolos o refutándolos— y, a su vez, explicite cuál es su decisión
y por qué decide de ese modo.
A su vez, las personas sólo pueden razonablemente impugnar las decisiones estatales si conocen cuáles son los
fundamentos de éstas.3
El derecho a una decisión en un tiempo razonable y oportuno. Las personas tienen derecho a una decisión en tiempo
oportuno, es decir, el Estado no sólo debe decidir y explicar cuáles son las razones de sus decisiones, sino que debe
hacerlo en plazos razonables.4
4.- Informalismo a favor del Administrado, el particular puede dejar de lado ciertas exigencias formales y es obligación
de la administración encauzar el procedimiento. Por ejemplo: se equivoca en la denominación de un recurso o lo
interpone ante un órgano equivocado.

1
Casos Baena (2003) y Barbani Duarte (2011) de la CIDH.
2
Caso Machado (2011) CSJN.
3
Caso López Mendoza de la CIDH.
4
Casos Lociser (2012) CSJN, Navarrine (2012) de la Cámara Federal y Comunidad Indígena Yakye Axa de la CIDH.
2
Entonces:
a) el principio establece que el trámite es válido, aun cuando el interesado no cumpliese con las exigencias (formas no
esenciales);
b) el principio sólo comprende la actividad del particular en el marco del procedimiento administrativo, pero no el
desempeño del Estado; y, por último,
c) estas exigencias formales no esenciales deben cumplirse posteriormente.
¿Cuáles son los recaudos formales no esenciales? Éstos son: la calificación errónea de los recursos administrativos; las
presentaciones realizadas ante el órgano incompetente por error excusable; y los defectos formales insustanciales. Cabe
agregar también los defectos que deben ser salvados por el interesado, previa intimación del órgano competente y bajo
el apercibimiento del caso (por ejemplo, el incumplimiento de las obligaciones de denunciar el domicilio real o constituir
el domicilio especial).
5.- Oficialidad o impulsión de oficio, la impulsión o dirección del expediente le corresponde a la administración, quien
dirige el procedimiento y ordena las diligencias necesarias para llegar a la verdad. El Poder Ejecutivo debe instar el
trámite por sí mismo, impulsarlo, darle curso y avanzar hasta su resolución, aun cuando la parte interesada no lo hiciese.
No obstante, se pueden dar situaciones de caducidad del procedimiento por inacción del particular, cuando no se ve
afectado el interés público, no exista una irregularidad y sea solo en virtud de un interés privado.
El decreto reglamentario ordena que las actuaciones administrativas deben ser impulsadas por el órgano competente,
sin perjuicio de que el interesado también puede instarlas (artículo 4).
En Pcia. la Ley 7647 en su art. 54 establece: “Actuación de oficio. La Administración realizará de oficio, o a petición
del interesado, los actos de instrucción adecuados para la determinación, conocimiento y comprobación de los hechos o
datos, en virtud de los cuales deba dictarse resolución.”
6.- Búsqueda de la verdad material, no basta con lo alegado y probado en el expediente. La administración puede
actuar de oficio para obtener pruebas y averiguar hechos. El Estado por medio del procedimiento persigue el
conocimiento de la verdad real (es decir, la verdad objetiva o llamémosle material), y no simplemente de la verdad
formal, según los planteos, argumentos, hechos o derecho alegado por las partes y volcados en el expediente
administrativo.
7.- Gratuidad del procedimiento, no hay condena en costas ni el particular se encuentra obligado a tener patrocinio
letrado.

Los Procedimientos Especiales:

La existencia de múltiples procedimientos especiales en el ámbito del Poder Ejecutivo, trajo y trae innumerables
conflictos interpretativos que perjudican claramente el derecho de las personas, y la celeridad y racionalidad de los
trámites y decisiones estatales.
El procedimiento general que prevé la LPA es desplazado —en ciertos casos— por los procedimientos y trámites
especiales (por ejemplo, el procedimiento especial sumarial por el cual el Estado investiga los hechos supuestamente
irregulares cometidos por los agentes públicos en el ejercicio de sus funciones). Este procedimiento reemplaza al trámite
general de la LPA y su decreto reglamentario. Otro ejemplo claro es el trámite de las contrataciones del Estado.
El decreto 722/96, modificado de modo parcial por el decreto 1155/97, sólo reconoce como procedimientos
administrativos especiales a los siguientes:
a) los correspondientes a la Administración Federal de Ingresos Públicos (Dirección General de Aduanas y Dirección
General Impositiva);
b) los que regulan la actividad minera;
c) el régimen de contrataciones del sector público nacional;
d) los procedimientos que se aplican a las fuerzas armadas, seguridad, policiales e inteligencia;
e) los regímenes de los derechos de reunión y electoral;
f) los procedimientos sumariales y aquéllos relacionados con la potestad correctiva de la Administración Pública
Nacional;
g) los regímenes de audiencias públicas; y

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h) los procedimientos ante los tribunales administrativos.
En todos estos casos, la ley 19.549 y el decreto 1759/72 se aplican con carácter supletorio.
Por otra parte, el decreto 722/96 derogó todos los otros procedimientos especiales no reconocidos expresamente por él,
pero mantuvo la vigencia de ciertos aspectos propios de estos trámites, a saber: 1) el cumplimiento de los requisitos
previos a la interposición del recurso administrativo de que se trate; 2) la suspensión de los efectos del acto
administrativo recurrido; y 3) la existencia de los recursos judiciales directos.
Sin embargo, lejos de cumplirse el interés del legislador de que los procedimientos especiales desapareciesen o se
adaptasen al procedimiento general creado por la LPA, cierto es que se han creado y siguen creándose más y más
trámites.
Finalmente, entre los procedimientos especiales —casi innumerables— creemos importante destacar el de acceso y
participación de las personas (es decir, el cauce de participación de las personas en las decisiones estatales o sea la
democratización de las estructuras estatales).
Recordemos que el Poder Ejecutivo dictó el decreto 1172/03 que prevé: a) el reglamento general de audiencias públicas
para el Ejecutivo; b) el reglamento general para la publicidad de la gestión de intereses en el ámbito del Poder Ejecutivo;
c) el reglamento general para la elaboración participativa de normas; y, por último, d) el reglamento general de acceso a
la información pública.
Entendemos que este procedimiento especial sobre participación de las personas debe incorporarse en el marco de
cualquier otro procedimiento administrativo, sin perjuicio de los matices del caso.

El órgano competente
El órgano competente para conocer y, en su caso, resolver el trámite es aquel que indican las normas respectivas —
reglas atributivas de competencias—, sin perjuicio de las técnicas de delegación o avocación por el órgano jerárquico
superior en el marco de los casos concretos.
Sin embargo, en ciertos casos, el agente público —responsable de instruir, opinar o resolver el procedimiento
administrativo— puede verse impedido de hacerlo con ecuanimidad, objetividad e imparcialidad. En tal contexto, debe
ser sustituido por otro. Por eso, la LPA establece que el funcionario puede ser recusado y, a su vez, debe excusarse, en
los casos previstos en el Código Procesal Civil y Comercial.

El expediente administrativo

El expediente administrativo puede definirse como el conjunto de documentos, escritos, resoluciones y actuaciones
expuestos de modo ordenado y concatenado en el marco del trámite administrativo.
Así, el expediente es el soporte material del procedimiento administrativo que puede iniciarse de oficio o por pedido de
parte, y cuyo objeto es expresar las decisiones estatales.
En particular, el decreto reglamentario dice que el órgano competente debe identificar el expediente desde su inicio. A
su vez, el criterio de individualización debe conservarse hasta su conclusión, de modo que todo órgano tiene la
obligación de informar sobre el expediente, según su identificación original.
El decreto reglamentario (Art. 15°) dice, respecto de los escritos a presentarse en el marco del expediente
administrativo, que éstos: a) deben ser redactados a máquina o manuscritos; b) en la parte superior deben llevar un
resumen del petitorio e identificación del expediente; y c) contener el nombre, apellido y domicilio real y constituido del
interesado, la relación de los hechos y, en su caso, el derecho aplicable, la petición en términos claros y precisos, el
ofrecimiento de los medios de prueba y, además, acompañar la prueba documental en poder de quien suscribe el
escrito.
Según el decreto reglamentario, los escritos deben estar "suscriptos por los interesados, sus representantes legales o
apoderados".
Asimismo, las partes deben denunciar su domicilio real en la primera presentación que hagan en el expediente
administrativo, y constituir domicilio especial en el radio urbano del asiento del órgano competente, pudiendo coincidir
con el domicilio real.

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Por último, el decreto dice claramente que el domicilio constituido (especial), produce todos sus efectos sin necesidad
de resolución por parte del órgano competente y que, además, se reputa subsistente mientras no se constituya otro
domicilio.
Es importante aclarar las modificaciones incorporadas al decreto reglamentario en lo que respecta al expediente
electrónico (Art. 7° y concordantes Decreto 1759)

Las partes

En cuanto a las partes en el procedimiento, cabe señalar que el Estado es el instructor del trámite. Es decir, el órgano
estatal debe intervenir y dirigir el procedimiento. También es posible que, en ciertos casos, participen no sólo el órgano
competente para tramitar y resolver el expediente, sino también el órgano que dictó la resolución que es objeto de
controversia o revisión y otros órganos consultivos (esto es, en ciertos casos interviene más de un órgano estatal).
Si el trámite en el que sólo intervienen órganos o entes estatales es o no un procedimiento administrativo. No lo sería,
porque dicho trámite debe regirse por otros principios y reglas jurídicas.
Por otro lado, intervienen los particulares (esto es, las personas físicas o jurídicas que interactúan con el Estado). Las
partes en el trámite administrativo deben reunir dos condiciones:
a) capacidad y b) legitimación.
El trámite es plural cuando es parte no sólo el interesado originario sino, además, otros a quienes el acto afecte o pueda
afectar en sus derechos o intereses, y que se hubieren presentado en ese marco y con los siguientes matices: a) por
pedido del interesado originario; b) espontáneamente; o c) por citación del órgano instructor.
Finalmente, el procedimiento es triangular cuando existe pluralidad de partes con intereses contrapuestos. De tal modo,
es posible visualizar los intereses del Estado, de las partes, y de otras partes en términos de conflicto.

Los plazos. La suspensión e interrupción

El principio básico es el carácter obligatorio de los plazos para los interesados y el propio Estado. Así, el artículo 1 de la
LPA dice que los plazos "serán obligatorios para los interesados y para la Administración".
Las reglas comunes. El principio general es que los trámites deben realizarse y los actos dictarse, en días y horas hábiles
administrativas. A su vez, los plazos se cuentan en esos mismos días y horas, salvo disposición legal en sentido contrario
o cuando el órgano competente habilite días y horas inhábiles.
Por su parte, los días y horas hábiles administrativos son aquellos en que el Estado atiende al público.
Otro de los principios generales nos dice que el plazo para la realización de trámites, notificaciones y citaciones, y el
cumplimiento de intimaciones o citaciones y contestación de traslados, vistas e informes, es de diez días; salvo cuando
las normas hubiesen establecido un plazo especial.
Por último, la LPA reconoce el poder de la Administración de prorrogar los plazos antes de su vencimiento —de oficio o a
pedido de parte— por un tiempo razonable, según las circunstancias del caso y siempre que no se perjudiquen derechos
de terceros.
Los plazos propios del Estado y sus reglas. Así, el decreto 1883/91 establece cuáles son los plazos que rigen en el trámite
interno de los expedientes. Por ejemplo, una vez recibida la documentación en la jurisdicción, ésta debe remitirla a la
unidad competente en el término de tres días hábiles. Por su parte, la realización de informes y todo otro
diligenciamiento de documentación deben hacerse en el orden de llegada y en el plazo máximo de cinco días. Otro
ejemplo: los plazos específicos que tiene el órgano competente para resolver los recursos administrativos de
conformidad con el Título VIII del decreto reglamentario de la LPA.
Los plazos de los interesados; cuyo incumplimiento muchas veces les hace perder su derecho, de acuerdo al art. 1, inc.
e), puntos 6 y 8 de la LPA. Por caso, los plazos para la interposición de los recursos administrativos. Así, "una vez
vencidos los plazos establecidos para interponer recursos administrativos se perderá el derecho para articularlos".
¿Los trámites suspenden o interrumpen los plazos obligatorios con los que debe cumplir el particular?
Por un lado, los plazos plausibles de suspensión o interrupción son los siguientes:
1. el plazo propio de cualquier pretensión y su trámite consecuente; y
2. el plazo específico para impugnar y recurrir en sede administrativa y judicial.
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Por el otro, la ley regula por separado los supuestos de suspensión o interrupción de los plazos que detallamos en el
párrafo anterior.
Así, en el primer caso, el artículo 1, inciso e), apartado 9 de la ley dice que "las actuaciones practicadas con intervención
de órgano competente producirán la suspensión de plazos legales y reglamentarios, inclusive los relativos a la
prescripción, los que se reiniciarán a partir de la fecha en que quedare firme el auto declarativo de caducidad".
Por su parte, el artículo 1, inciso e) del apartado 7 de la LPA establece que "la interposición de recursos administrativos
interrumpirá el curso de los plazos".
Por ende, quedaría configurado de la siguiente forma: (1) cualquier actuación ante el órgano competente suspende los
plazos y, consecuentemente, una vez concluido ese trámite debe reanudarse el cómputo del plazo transcurrido
originariamente; (2) en el caso de la interposición de los recursos, es claro que el plazo debe interrumpirse y, luego,
volver a contarse desde el inicio. (3) Por último, cabe recordar que el pedido de vista, con el fin de articular recursos
administrativos o interponer acciones judiciales, suspende el plazo para recurrir en sede administrativa y judicial.

La prueba

Las pruebas son las herramientas de que intentan valerse las partes para sustentar sus pretensiones y derechos.
Por su lado, el Estado también puede, en el trámite del procedimiento administrativo, ordenar la producción de las
pruebas que considere pertinentes para aprehender la verdad material, tal como surge del artículo 1, inciso f), apartado
2 de la ley 19.549.
De modo que las pruebas pueden ser ofrecidas por las partes u ordenadas directamente de oficio por el órgano
instructor como medidas para mejor proveer.
¿Cuál es el principio rector sobre la carga de las pruebas en el ámbito del procedimiento? Es decir, ¿quién debe ocuparse
de probar los hechos controvertidos en el trámite administrativo? En principio, el particular es quien debe probar los
fundamentos fácticos de sus pretensiones.
Pero este postulado debe matizarse con otros presupuestos, esto es: a) el criterio de las pruebas dinámicas; b) el
principio de la instrucción de oficio del procedimiento; y, por último, c) el interés colectivo comprometido en el caso (es
decir, la búsqueda de la verdad material).
Sin embargo, según el texto del decreto —y más allá de los matices que intentamos introducir—, no es posible afirmar
que la carga de la prueba en el trámite administrativo sea concurrente entre el Estado y las partes, pues el decreto
establece graves consecuencias cuando el particular no es diligente en su producción. Así, si el interesado no impulsa la
producción de las pruebas testimoniales, periciales e informativas decae —consecuentemente— su derecho de valerse
de tales medios probatorios.
¿Cuál es el plazo y oportunidad en que la parte debe ofrecer las pruebas? El interesado —en el escrito de inicio— debe
ofrecer todas las pruebas y, en particular, acompañar la documentación en que intente apoyarse y que esté en su poder.
A su vez, la ley dice que la parte tiene derecho "de ofrecer prueba y que ella se produzca, si fuere pertinente, dentro del
plazo que la Administración fije en cada caso".
Entonces, ¿cuál es el momento en que el particular debe ofrecer las pruebas? Pues bien, el interesado debe:
1. Acompañar la prueba documental que obre en su poder y ofrecer el resto de los medios probatorios en su primera
presentación en el trámite administrativo.
2. Ampliar e incorporar nuevas pruebas —no necesariamente sobre hechos nuevos o desconocidos al momento de su
primera presentación—, según nuestro parecer, una vez que la Administración ordene la apertura a prueba y en el plazo
que fije con este objeto.
3. Finalmente, ¿qué ocurre si ya venció el plazo? En tal caso, el particular igualmente puede ofrecer nuevos medios
probatorios, pero su aceptación depende de la decisión discrecional del órgano instructor de incorporarlos como
medidas para mejor proveer.
Por su parte, el órgano debe hacer lugar a las pruebas ofrecidas cuando fuesen conducentes para dilucidar la verdad
sobre los hechos y, consecuentemente, resolver el conflicto.
El decreto reglamentario prevé todos los medios probatorios comunes al derecho privado, con excepción de la prueba
confesional. Veamos los distintos medios por separado.

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La prueba documental
Este medio de prueba está constituido por aquellos documentos de que intente valerse la parte en apoyo de sus
pretensiones. Éstos deben acompañarse, en principio, junto con el escrito de inicio. Si la documentación no estuviese en
poder del interesado, éste debe individualizarla "expresando lo que de ella resulte y designando el archivo, oficina
pública o lugar donde se encuentren los originales".

La prueba de informes
La prueba de informes consiste en comunicar o hacer saber los actos o hechos que resulten de la documentación,
archivo o registro —a pedido de parte— y en poder del sujeto informante.
El órgano que dirige el trámite debe solicitar los informes y dictámenes cuyo requerimiento sea obligatorio, según las
normas. Pero, además, puede solicitar, según resolución fundada, los informes y dictámenes que considere necesarios
para el esclarecimiento de la verdad jurídica objetiva.
Los informes pueden ser requeridos a terceros u otros órganos administrativos.
El plazo para contestar los informes o dictámenes es de veinte o diez días, según se trate de informes técnicos o no
respectivamente, y siempre que el trámite haya sido abierto a prueba. Por último, cabe agregar que el término de
contestación puede ser ampliado por el órgano competente.
Los informes (técnicos o no) requeridos a órganos de la Administración nacional deben ser contestados en razón del
deber de colaboración establecido en el art. 14, RLPA.
Si los terceros no contestasen los informes en el plazo correspondiente o se negaren a hacerlo, el órgano competente
prescindirá de este medio probatorio.

La prueba testimonial
La prueba testimonial consiste en la declaración de personas que hubiesen presenciado o tomado conocimiento cierto y
directo de los hechos.
La parte proponente es quien tiene a su cargo asegurar la presencia de los testigos, y éstos deben prestar declaración
ante el agente que se designe a ese efecto. Sin embargo, la participación de la parte proponente no es obligatoria en el
marco de la declaración testimonial y, consecuentemente, su ausencia no impide u obstaculiza el interrogatorio.
En caso de inasistencia de los testigos a la audiencia principal y a la supletoria —se fijan y notifican conjuntamente—, el
interesado (es decir, el proponente), pierde el derecho respectivo.
A su vez, la parte puede presentar el interrogatorio hasta el momento mismo de la audiencia; sin perjuicio de que los
testigos pueden ser libremente interrogados por el órgano competente sobre los hechos relevantes del caso. Finalizada
la audiencia, debe labrarse el acta en donde consten las preguntas y las respuestas.
Finalmente, el artículo 53 del decreto reglamentario señala que es de aplicación supletoria — entre otras disposiciones
— el artículo 491, CPCC, que establecía que los testigos no podían exceder de cinco por cada parte. Sin embargo, este
último precepto del Código fue derogado por la ley 25.488. En consecuencia, cabe seguir —según nuestro parecer— el
actual artículo 430, CPCC, que establece que los testigos no pueden exceder de ocho por cada parte.

La prueba pericial
La prueba pericial consiste en la opinión de personas especializadas en ciencias, artes, industrias o actividades técnicas,
sobre la apreciación de los hechos controvertidos.
Los particulares pueden proponer la designación de peritos, junto con el cuestionario sobre las cuestiones a opinar.
Por su parte, el Estado no puede nombrar peritos de oficio, pero sí puede recabar informes de sus agentes, oficinas
técnicas y terceros; salvo que resulte necesaria su designación para la debida sustanciación del procedimiento.

La prueba confesional
La confesión es la declaración de las partes sobre los hechos desfavorables; pero, en el marco del procedimiento, la
parte interesada y los agentes públicos no pueden ser citados para prestar confesión.
No obstante ello, la declaración voluntaria tiene los efectos que establece el CPCC. Es decir, la confesión de carácter
voluntario y expreso constituye plena prueba, salvo que: a) esté excluida por ley respecto de los hechos que constituyen
el objeto del procedimiento; b) incida sobre derechos irrenunciables; c) recaiga sobre hechos cuya investigación esté
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prohibida por ley; o d) sea contraria a las constancias que surjan de instrumentos fehacientes de fecha anterior,
agregados al expediente. A su vez, en caso de duda, la confesión debe interpretarse a favor de quien la hace.
Por último, cabe aclarar que si bien las partes no pueden citar a los agentes, en los términos y en el marco de la prueba
confesional, sí pueden hacerlo como testigos, informantes o peritos.

Los alegatos
Una vez sustanciadas las actuaciones, el órgano competente debe dar vista de oficio y por el término de diez días a las
partes, para que éstas opinen sobre el valor de la prueba producida en el procedimiento.
A su vez, luego de presentado el alegato, el órgano instructor puede disponer la producción de otros medios probatorios
como medidas para mejor proveer, o por pedido de la parte si ocurriese o llegare a su conocimiento un hecho nuevo.
Tras la producción de esta prueba, el órgano instructor debe correr vista por otros cinco días a las partes con el fin de
que aleguen sobre su mérito en relación con el caso.
La parte pierde el derecho de alegar si no presenta el escrito o, habiendo retirado el expediente, no lo devuelve en
término.
Por último, tras la presentación de los alegatos o vencido el plazo para hacerlo y producido el dictamen jurídico —si éste
correspondiese—, el órgano competente debe dictar el acto que resuelve y pone fin a las actuaciones.

La dirección del procedimiento

El órgano competente es el responsable de impulsar, instruir, dirigir y resolver el trámite administrativo.


En este contexto, el órgano debe, entre otras medidas: a) impulsar y tramitar los expedientes según su orden, y
decidirlos cuando estén en condiciones de ser resueltos; b) adoptar las medidas necesarias para remover los obstáculos
que impidan avanzar en el procedimiento; c) proveer en una sola resolución todos los trámites siempre que ello fuere
posible, y realizar en una misma audiencia todas las diligencias o medidas de prueba; d) disponer la comparecencia de
las partes para que den explicaciones, y acercar posiciones sobre cuestiones de hecho y derecho; y e) disponer medidas
provisionales para asegurar la eficacia de la resolución.
Por otra parte, el órgano instructor ejerce el poder disciplinario en el marco del trámite.

Las vistas y notificaciones en el procedimiento administrativo

La parte interesada, su representante y su letrado pueden tomar vista de las actuaciones (esto es, acceder y conocer el
expediente y sus anexos), con excepción de aquellos actos, informes y dictámenes que sean reservados o secretos.
El pedido de vista puede ser escrito o verbal, y se otorga sin necesidad de resolución expresa y en la oficina en que se
encuentre el expediente, aun cuando no sea la mesa de entradas del organismo instructor. Por su parte, el particular
puede solicitar, a su cargo, fotocopias de las piezas
de las actuaciones.
A su vez, si el solicitante requiere un plazo, éste debe fijarse por escrito. Si no se establece plazo, debe entenderse que
es de diez días.
Un comentario propio merece el instituto de la vista en el marco de los recursos administrativos, ya que si la persona
interesada decide pedir vista de las actuaciones, el plazo para recurrir debe suspenderse durante el tiempo en que el
órgano competente otorgó la vista, sin perjuicio de que la sola presentación del pedido de vista ya suspende por sí el
curso de los plazos.

La notificación es el conocimiento de determinadas piezas o actuaciones de modo cierto y fehaciente, dando certeza de
que el particular conoce el contenido del acto, que es objeto de notificación, y cuál es la fecha de tal comunicación.
Los medios de notificación, según el decreto reglamentario, son: (Art. 41 Decreto 1759) a. Por acceso directo de la parte
interesada, su apoderado o representante legal al expediente, dejándose constancia expresa y previa justificación de
identidad del notificado; se certificará copia íntegra del acto, si fuere reclamada; b. Por presentación espontánea de la
parte interesada, su apoderado o representante legal, de la que resulten estar en conocimiento fehaciente de acto
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respectivo; c. Por cédula, que se diligenciará en forma similar a la dispuesta por los artículos 140 y 141 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación; d. Por telegrama con aviso de entrega; e. Por oficio impuesto como certificado
expreso con aviso de recepción; en este caso el oficio y los documentos anexos deberán exhibirse en sobre abierto al
agente postal habilitado, antes del despacho, quien los sellará juntamente con las copias que se agregarán al
expediente; f. Por carta documento; g. Por los medios que indique la autoridad postal, a través de sus permisionarios,
conforme a las reglamentaciones que ella emite; h. Por medio de la plataforma electrónica de trámites a distancia (TAD),
que se realizarán en la cuenta de usuario que es la sede electrónica en la cual el particular ha constituido su domicilio
especial electrónico. La notificación oficial se dará como perfeccionada cuando el contenido de la misma esté disponible
en la cuenta de usuario de destino. A dichos efectos, se considerará al usuario notificado el primer día hábil siguiente al
de la fecha de ingreso de la notificación a su cuenta, momento en el que comienzan a correr los plazos
Finalmente, el decreto admite la notificación verbal cuando el acto administrativo no fuese escrito.
Las notificaciones que no cumplan con los recaudos que establece la ley carecen de valor y, consecuentemente, no tienen
efectos jurídicos. Sin embargo, si del expediente resultase que la parte interesada recibió el instrumento de notificación,
entonces, a partir del día siguiente se debe iniciar el plazo perentorio de sesenta días para deducir el recurso
administrativo que resultase admisible o el cómputo del plazo de noventa días para deducir la demanda judicial (art. 44).
Es decir, el precepto normativo prevé la ampliación de los plazos por notificaciones irregulares, siempre que el
interesado haya recibido el instrumento de notificación —según las constancias del expediente—. En tal caso, debe
prorrogarse el plazo para interponer el recurso administrativo respectivo y el plazo de presentación de las acciones
judiciales.
Pues bien, el término para interponer el recurso administrativo (comúnmente de diez o quince días) debe reemplazarse
por el de sesenta días. Así, el decreto establece que "a partir del día siguiente se iniciará el plazo perentorio de sesenta
días, para deducir el recurso administrativo que resulte admisible".
Por su lado, cabe preguntarse, tal como está redactado el artículo 44 del decreto reglamentario ("se iniciará el plazo
perentorio de sesenta días... para el cómputo del plazo previsto en el artículo 25", LPA), si el plazo de sesenta días
sustituye o, en su caso, extiende el plazo para iniciar la demanda judicial. Creemos que, entre las dos interpretaciones
posibles, debemos inclinarnos por aquella que resulte más beneficiosa en términos de derecho, de modo que cabe
interpretar que ese plazo —es decir, los sesenta días— debe sumarse al de noventa días que prevé el artículo 25 de la
LPA con el objeto de impugnar judicialmente el acto.
A su vez, el acto de notificación debe indicar si el acto objeto de discusión agotó las vías administrativas y, en su caso, los
recursos que deben interponerse para agotarlas y el plazo en el cual debe hacerse. Ahora bien, ¿qué sucede si el acto de
notificación no cumple con tales recaudos?
En particular, en caso de omitirse en el acto de notificación la indicación del recurso que debe interponerse y el plazo
para hacerlo, debe comenzar a contarse el término de sesenta días para la interposición del recurso respectivo a partir
del día siguiente al de la notificación. Es decir, en caso de incumplimiento de estos recaudos, el plazo de impugnación de
diez o quince días debe reemplazarse por el de sesenta días.
Por su parte, si el acto de notificación omitió indicar que el acto objeto de impugnación agotó las instancias
administrativas, entonces, el plazo de caducidad del artículo 25 de la LPA (es decir, el plazo para iniciar la acción judicial
contra el acto estatal) debe comenzar a contarse luego de transcurridos sesenta días desde el acto de notificación.

Las medidas cautelares en el marco del procedimiento

Hemos visto en los capítulos anteriores que los actos estatales gozan de presunción de legitimidad y fuerza ejecutoria de
modo que —como ya sabemos— el Ejecutivo puede hacerlos cumplir, aun mediando oposición del particular, y sin
intervención judicial.
En tal sentido y en este contexto, el legislador prevé que, en principio, la interposición de los recursos administrativos e,
incluso, las acciones judiciales, no suspende el carácter ejecutorio de los actos. En otras palabras, el Estado puede
ejecutar sus decisiones, incluso cuando el interesado hubiese recurrido el acto mediante los recursos correspondientes;
salvo que una norma expresa hubiese establecido el criterio contrario.

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Así, el artículo 12, LPA, dice que "el acto administrativo goza de presunción de legitimidad: su fuerza ejecutoria faculta a
la Administración a ponerlo en práctica por sus propios medios... e impide que los recursos que interpongan los
administrados suspendan su ejecución y efectos, salvo que una norma expresa establezca lo contrario".
De todos modos, en el procedimiento administrativo el Ejecutivo —de oficio o a pedido de parte— puede, con carácter
preventivo, suspender los efectos del acto.
El segundo párrafo del artículo 12 de la LPA nos dice cuáles son las pautas que debe seguir el órgano instructor. En
efecto, "la Administración podrá, de oficio o a pedido de parte y mediante resolución fundada, suspender la ejecución
por razones de interés público, o para evitar perjuicios graves al interesado, o cuando se alegare fundadamente una
nulidad absoluta".
Es decir, la ley no exige el daño de imposible o difícil reparación ulterior, sino que éste sea grave.
Finalmente, cuando la nulidad planteada es absoluta y manifiesta —es decir grave y patente, pues el conocimiento del
vicio no depende de la investigación por parte del órgano competente— , entonces, es razonable que el Ejecutivo
suspenda el acto hasta tanto se resuelva el fondo del asunto. Sin perjuicio de ello, en los otros casos de nulidades
relativas y absolutas —pero no manifiestas—, el órgano instructor también puede y debe, según las circunstancias del
caso, suspender los efectos del acto.

La conclusión del procedimiento. Los modos normales y anormales. El desistimiento, la renuncia y la caducidad

El procedimiento puede concluir de un modo normal (es decir, mediante el dictado de la resolución que le pone fin) o de
modo anormal por desistimiento, renuncia o caducidad.
La conclusión normal puede ser por resolución de carácter expreso o tácito. La resolución expresa debe hacer
consideración de las cuestiones, planteos y argumentos expuestos por las partes o de los asuntos traídos por el propio
Estado.
Por su parte, la resolución tácita es el caso de silencio —en los términos del artículo 10 de la LPA— y en los trámites de
impugnación de los actos.
Por su lado, el desistimiento es la declaración de voluntad del interesado para dejar sin efecto la petición que dio origen
al procedimiento y debe hacerse de modo cierto y fehaciente. El desistimiento del procedimiento no importa dejar de
lado el derecho del interesado, que puede intentarlo en otro trámite posterior; salvo el supuesto de desistimiento del
trámite de los recursos.
A su vez, en caso que hubiese varios interesados en el marco del trámite respectivo, el desistimiento de unos no incide
sobre los otros. Por otra parte, en los supuestos de desistimiento, el órgano puede continuar con el trámite si mediase
un interés colectivo.
La renuncia es el abandono no ya del trámite sino del derecho o pretensión de fondo del interesado; de modo que obvio
es decir que éste ya no puede intentar otro reclamo con posterioridad, salvo que se trate de derechos irrenunciables.
Vale aclarar que tanto el desistimiento como la renuncia deben ser expresos, y sólo tienen efectos a partir del acto
administrativo que hace lugar al planteo.
La caducidad es otro de los modos anormales de conclusión del procedimiento y tiene lugar cuando transcurren más de
sesenta días desde que se paralizó el trámite por causas imputables al interesado, y el órgano competente hace saber
que si transcurren otros treinta días más y la parte no impulsase el trámite, archivará el expediente.
La caducidad tiene un alcance sumamente limitado porque sólo procede en los trámites iniciados por las partes —no por
el propio Estado—, y en donde el interés comprometido es básicamente el del particular —interés privado—, pues en el
resto de los procedimientos el centro de discusión es el interés colectivo, en cuyo caso el Ejecutivo debe
obligatoriamente y por mandato legal impulsarlo y resolverlo.

Tipos de Decisiones Recurribles:


Ello así, para que, cuando vayan al texto de la reglamentación de la Ley 19549, de la ley 7647 o de la Ord. Gral.
267, entiendan porque vía recursiva puede ser atacada, cada una de ellas.

DECISIONES DEFINITIVAS, son aquellas que en una instancia cualquiera deciden sobre el FONDO DEL ASUNTO. -
Ejemplo: Un particular solicita a la autoridad competente autorización para el desarrollo de una actividad y ésta emite el
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acto administrativo que la autoriza o que la rechaza, por los fundamentos que exterioriza. Está resolviendo sobre el
fondo del planteo.

DECISION INTERLOCUTORIA O DE MERO TRAMITE como opuesta a la anterior, no resuelve la cuestión de fondo
planteada. Ejemplo. En un procedimiento disciplinario sumarial se deniega una prueba ofrecida, ésta es una cuestión
incidental o de mero trámite. No está resolviendo sobre la situación del agente sumariado. -

DECISIONES O RESOLUCIONES QUE CAUSAN ESTADO: son como un "estado de clausura" en sede administrativa por
haber sido recurrido todas las instancias en la escala jerárquica y agoto la instancia administrativa. Este acto me habilita
la instancia judicial.

ACTO FIRME a diferencia del anterior es aquel que, una vez notificado no es recurrido en tiempo y forma. Obviamente si
no recurro en sede administrativa y el acto adquiere firmeza, este tipo de decisión no habilita la instancia judicial. Sin
embargo, tengan presente este concepto, porque en el texto de LNPA, hay un recurso extraordinario, en sede
administrativa, para supuestos taxativos. También está presente esta posibilidad en la ley 7647 de procedimiento
administrativo de la Provincia de Buenos Aires y en la Ordenanza General 267, en el ámbito de las municipalidades
bonaerenses

ACTO FIRME Y CONSENTIDO, puede producirse esa firmeza por el propio consentimiento del administrado que con su
comportamiento realiza lo que el acto le ordena o autoriza. Esto puede darse aún, antes de transcurrido el plazo para
recurrir. -

ACTO FINAL: La ley 7647 utiliza esta terminología generalmente como sinónimo de definitivo, pero en rigor no son lo
mismo. El acto puede ser definitivo en cualquier instancia, al resolver sobre el fondo del asunto. En tanto solo es FINAL
cuando la decisión proviene de la máxima autoridad del ente u órgano para decidir. -

Ahora que hemos visto los distintos grados o situaciones jurídicas subjetivas que legitiman nuestra posibilidad de
recurrir y además los distintos tipos de decisiones recurribles, veremos la enumeración de los recursos, en el orden
nacional, provincial y municipal.

RECURSO DE RECONSIDERACION en LNPA –

RECURSO DE REVOCATORIA (LEY 7647 y ORD. GRAL 267)

RECURSO JERARQUICO- CON IDÉNTICA DENOMINACION EN EL ORDEN NACIONAL, PROVINCIAL Y MUNICIPAL

RECURSO DE ALZADA De. Regla LNPA)

RECURSO DE APELACION en ley 7647 y Ord. Gral. 267)

RECURSO DE REVISION (ARTÍCULO 22 LNPA ÚNICO PREVISTO EN SU TEXTO- TODOS LOS DEMAS ESTAN PREVISTOS EN SU
DECRETO REGLAMENTARIO.)

REVISION - Ley 7647 y Ord. Gral. 267

QUEJA (¿RECURSO O RECLAMO?) Veremos la diferencia entre ambos

Vamos a comenzar hablando de aquellas decisiones que no son susceptibles de ser recurridas. De tal forma iremos
despejando el camino.

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Las decisiones IRRECURRIBLES son los informes, dictámenes o las medidas preparatorias para la emisión del acto
administrativo.
Son en cambio RECURRIBLES LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS DE ALCANCE INDIVIDUAL Y GENERAL.

Plazos:

Los PLAZOS para la interposición de los recursos se computan en días hábiles administrativos.

Dicho cómputo comienza a partir del día siguiente al de la notificación, si se trata de un acto de alcance individual o
dentro de aquel que disponga cada ordenamiento jurídico en el caso de ACTOS DE CARÁCTER GENERAL (PLURALIDAD
INDETERMINADA DE SUJETOS) a partir de su PUBLICACION. -
Los plazos pueden ser suspendidos, si para su interposición es necesaria la VISTA previa de las actuaciones.

Quiénes están legitimados para interponerlos, sobre esto ya hemos hablado y lo reitero, son los titulares de derechos
subjetivos e intereses legítimos. -
Constituyen un mecanismo de control del administrado respecto de la actividad administrativa.

Se puede a través de ellos revisar la legitimidad, mérito, oportunidad y conveniencia de sus decisiones.

El principio general del agotamiento de las vías administrativas: el reclamo administrativo previo. Las excepciones.

La ley establece como principio general el agotamiento de las vías administrativas. Es decir, cuando cualquier particular
intente cuestionar las decisiones estatales debe hacerlo primero ante el Poder Ejecutivo —a través de los mecanismos
que prevé la propia ley y su decreto reglamentario—, y sólo luego ante el juez.
El camino de impugnación ante el Ejecutivo, que es el autor de la conducta objeto de cuestionamiento, es conocido
como el instituto del agotamiento de las vías administrativas y es —claramente— un privilegio del Estado de carácter
exorbitante en comparación con el Derecho Privado.
Así, el interesado no puede ocurrir ante el juez, si antes no interpuso los recursos o reclamos del caso y,
consecuentemente, no recorrió los carriles administrativos.
Sin embargo, este privilegio no puede hacernos caer en el error de creer que el juez interviene como simple revisor del
procedimiento administrativo porque —en verdad— el único límite al debate en el ámbito judicial es el objeto o
pretensión de los recurrentes. Es decir, el juez debe controlar las pretensiones expuestas ante el Poder Ejecutivo en el
trámite de impugnación, pero no está limitado por las cuestiones de hecho ni de derecho, ni por los medios probatorios,
más allá de su planteo o no en el trámite administrativo.
El principio en el ámbito federal nace del artículo 30 de la LPA que dice textualmente que: "el Estado nacional o sus
entidades autárquicas no podrán ser demandados judicialmente sin previo reclamo administrativo dirigido al Ministro o
Secretaría de la Presidencia o autoridad superior de la entidad autárquica, salvo cuando se tratare de los supuestos de
los artículos 23 y 24".
Pues bien, los supuestos que están excluidos del artículo 30, LPA, son los casos de impugnación de los actos de alcance
particular y general; el silencio; los hechos; y las vías de hecho. Y, a su vez, otros que están regulados en el artículo 32 —
LPA—, entre ellos, el reclamo por daños y perjuicios por responsabilidad estatal extracontractual.
En síntesis:
a) el principio es el agotamiento de las vías administrativas, por medio del reclamo administrativo previo (artículo 30,
LPA);
b) en otros casos es necesario agotar, pero a través de otras vías, a saber: los actos administrativos de alcance particular
por recursos administrativos (artículo 23, LPA); y los actos de alcance general por reclamo (artículo 24, LPA),
c) las excepciones respecto del agotamiento de las vías administrativas son las siguientes (es decir, no necesidad de ir
por las vías administrativas): 1) el reclamo por responsabilidad extracontractual (artículo 32, LPA); 2) cuando se trate de
repetir lo pagado al Estado en virtud de una ejecución o repetir un gravamen pagado indebidamente (artículo 32, LPA);

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3) los hechos (artículo 25, inciso d) y artículo 32); 4) las vías de hecho (artículo 23, inciso d) y artículo 25, inciso d); y 5) el
silencio (artículo 23, inciso c).
Cabe agregar que la Cámara Federal en el fallo plenario "Córdoba" (2011) aceptó el ritualismo inútil como otra de las
excepciones al agotamiento de las vías administrativas (esto es, cuando medie una clara conducta estatal que haga
presumir la ineficacia cierta de acudir a las instancias administrativas previas).
En consecuencia, el criterio básico es el agotamiento de las instancias administrativas con alcance previo y obligatorio.
Veamos con mayor profundidad cuál es el régimen de la vía del artículo 30 de la LPA que comúnmente llamamos vía de
reclamación y que constituye el principio general —sin perjuicio de las vastas excepciones—.
En primer término, cabe preguntarse cuál es el objeto de impugnación del reclamo administrativo previo. Es decir, ¿qué
debe impugnarse por medio del reclamo? Creemos que las omisiones estatales, con las excepciones del artículo 32 de la
LPA.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre las omisiones del artículo 30, LPA, y el silencio del artículo 10, LPA? Las
omisiones suponen la preexistencia del deber estatal, el derecho del particular y el incumplimiento del Estado respecto
de esas obligaciones (tal es el caso, por ejemplo, del otorgamiento de un subsidio reglado o las prestaciones de un
servicio ya predeterminado normativamente y, en ambos casos, omitido por el Estado). Cuando no existe deber y
derechos claramente configurados, el particular debe peticionar ante el Estado en los términos del artículo 10, LPA, con
el objeto de obtener la decisión estatal (silencio).
En segundo término, es importante destacar que en el reclamo administrativo previo —artículo 30, LPA—, no existe
plazo de interposición.
En tercer término, la ley establece un plazo para su resolución. Así, el pronunciamiento respectivo debe hacerse dentro
de los noventa días hábiles administrativos desde el planteo y, tras el vencimiento de este plazo, el particular debe
requerir un pronto despacho. Luego, si transcurriesen otros cuarenta y cinco días desde el pedido de pronto despacho y
el Ejecutivo no responde, entonces, el particular puede iniciar directamente las acciones judiciales.
La ley agrega que el plazo para resolver puede extenderse por decisión del Poder Ejecutivo, a pedido del organismo que
interviene, hasta ciento veinte y sesenta días, respectivamente.
A su vez, cuando el Estado resuelve el reclamo mediante el dictado de un acto expreso de rechazo no es razonable exigir
que, en tal caso, el particular agote las instancias administrativas por medio de los recursos contra dicho acto. En este
sentido, el nuevo texto dice claramente que "la denegatoria expresa del reclamo no podrá ser recurrida en sede
administrativa".
En cuarto término, el plazo perentorio para recurrir judicialmente tras el reclamo es de 90 días hábiles judiciales.
Téngase presente que antes de la reforma de la ley 19.549, introducida por la ley 25.344, el legislador no exigía plazo
alguno, más allá de la prescripción, para recurrir judicialmente en este supuesto.
Además, cuestión más que controvertida y criticable, el régimen actual establece —según el texto normativo y su
literalidad— que el plazo judicial de noventa días debe contarse, aún en caso de silencio del Estado, en el trámite del
reclamo.
En verdad, el postulado básico y razonable, según nuestro criterio, es el siguiente: el plazo judicial de caducidad —
noventa días en que el interesado debe cuestionar judicialmente las conductas estatales— debe contarse en caso de
rechazo expreso, pero no en el supuesto de rechazo tácito —silencio estatal—.
Sin embargo —como ya adelantamos— en el caso del reclamo previo, la ley lamentablemente no distingue entre
rechazo expreso y tácito, sino que exige que la demanda judicial se inicie "en los plazos perentorios y bajo los efectos
previstos en el artículo 25".
Entonces, en el caso del reclamo administrativo previo —impugnación de conductas estatales— no existe plazo de
interposición, pero sí de resolución por el órgano competente y, a su vez, de impugnación judicial.
Por su lado, la Corte sostuvo que el plazo de 90 días sólo debe contarse en caso de rechazo expreso ("Biosystems"), pues
en el supuesto de rechazo tácito corre el plazo de prescripción.
En quinto término, el trámite del reclamo es el siguiente: por un lado, éste debe presentarse ante el ministro, secretario
de presidencia, o autoridad superior del ente autárquico. Por el otro, el órgano competente debe resolverlo.

Recursos:

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RECURSO DE RECONSIDERACION está previsto en el Decreto Reglamentario de la LNPA 1759/72 TO 2017 por decreto
894/17. (véase artículo 64). Por esta vía se pueden recurrir decisiones definitivas, interlocutorias y de mero trámite. Se
interpone ante el órgano que produjo el acto y el mismo resuelve. No requiere dictamen jurídico obligatorio ni
sustanciación. Es de carácter optativo (puedo prescindir del e ir por la vía del recurso jerárquico ante el superior)
excepto que se trate de actos dictados de oficio, es decir sin intervención previa del interesado, en cuyo caso, puede
tornarse obligatorio para habilitar la instancia judicial.

En la Ley 7647 de Procedimientos administrativos en Provincia de Buenos Aires y en la Ordenanza General 267, con
idéntica finalidad y contra las mismas decisiones recurribles el recurso, se denomina REVOCATORIA y está regulado en el
art. 89.
Art. 89. Procedencia. El recurso de revocatoria procederá contra todas las decisiones administrativas que reúnan los
requisitos establecidos en el art. 86. Deberá ser fundado por escrito e interpuesto dentro del plazo de diez días
directamente ante la autoridad administrativa de la que emane el acto impugnado.
Art. 90. Resolución. El recurso de revocatoria deberá resolverse sin sustanciación por el órgano que produjo el acto, salvo
medidas para mejor proveer.
Sólo podrá denegarse si no hubiese sido fundado, o si la resolución fuere de las previstas en el art. 87 y, en este caso, en
la duda se estará en favor de su admisión.

RECURSO JERARQUICO. Con idéntica denominación, a nivel nacional, provincial o municipal.


Es el recurso por antonomasia, ya que posibilita ir agotando la instancia administrativa y acceder, de resultar necesario
ello, a la vía judicial. -
Se interpone ante el mismo órgano que produjo el acto y éste debe elevarlo al superior, para que en el ejercicio de la
supervisión y fiscalización que ejerce el superior sobre el inferior (jerarquía), puede éste revisar lo actuado por el
inferior.
Puede ser interpuesto en forma autónoma o bien en forma subsidiaria del recurso de reconsideración en Nación o de
revocatoria en Picia de Bs. As. Procede solo contra decisiones definitivas o asimilables a definitivas, quedando excluidas
las interlocutorias o de mero trámite. (véanse artículos 89 ssgtes De ley Nacional, artículo 92 sestes Ley 7647 y Ord. Gral.
267). -

Resuelve en definitiva Jefe de Gabinete de la Presidencia. Sin perjuicio a mi entender de la posibilidad del ejercicio de la
avocación por parte de láser. Presidente. Eso a nivel nacional.

En el orden provincial y municipal, podemos llegar hasta la máxima autoridad de cada ámbito para obtener una decisión
final. - (Gobernador, Intendente).
Art 91. Jerárquico en subsidio. El recurso de revocatoria lleva implícito el jerárquico en subsidio, únicamente en los casos
de las decisiones en el art. 92. Cuando hubiere sido rechazada la revocatoria, deberá elevarse las actuaciones, y dentro
de las 48 horas de recibido el expediente por el superior, el interesado podrá mejorar o ampliar los fundamentos de su
recurso.
Art. 92. Procedencia. Recaudos. El recurso jerárquico procederá contra los actos administrativos finales y los que
resuelvan las peticiones del interesado, excepto las que originen providencias de mero trámite. Deberá ser fundado por
escrito cuando no se hubiere deducido recurso de revocatoria e interponerse dentro del plazo de diez días ante la
autoridad que emitió el acto impugnado, elevándose las actuaciones al superior.

Es de carácter obligatorio `para ir agotando la instancia administrativa. Requiere dictamen jurídico obligatorio, previo a
su resolución y en el orden nacional está prevista la intervención de la Procuración del Tesoro si resulta menester
unificar criterios o jurisprudencia administrativa. -

RECURSO DE ALZADA. Está previsto con esta denominación en el ordenamiento nacional Decreto Reglamentario
1759/72 TO 2017.- Se dirige contra las decisiones provenientes de los entes descentralizados, incluyendo las
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provenientes de las Universidades Nacionales. Es optativo. Puedo interponer éste y luego ir a la instancia judicial. Lo que
no puedo hacer es a la inversa, es decir, ir primero a la instancia judicial y si ésta me dice que no, luego volver, vía
recurso a la instancia administrativa. -

En este recurso encontramos lo que se conoce como CONTROL DE TUTELA, ejercido por la Administración
central respecto de sus entes descentralizados.
La amplitud de ese control dependerá si el ENTE ha sido creado por ley o por decreto. En el primer supuesto se controla
la legitimidad y en el supuesto segundo, además de ella el mérito, oportunidad y conveniencia de la decisión.
La administración central podrá anular lo actuado por el ente y devolver las actuaciones al mismo para que dicte uno
nuevo ajustado a derecho.

Ahora bien, el nuevo texto ordenado del 2017, prevé que por razones de INTERES PUBLICO COMPROMETIDO
puede llegar a la sustitución., situación, antes no prevista-

En Provincia de Buenos Aires y a nivel de los municipios bonaerenses, (ley 7647 y Ord. Gral. 267) el recurso que
cumple una finalidad similar al de ALZADA en Nación, se denomina RECURSO DE APELACION. Procede contra las
decisiones finales de los entes autárquicos que no dejen abierta la acción contencioso-administrativa. Rigen las
formalidades del recurso jerárquico. Está previsto en el artículo 94 de ambos ordenamientos citados. Resuelve en
definitiva el titular del Departamento Ejecutivo o del Poder Ejecutivo, en su caso. Este podrá anular por ilegitimo el acto
proveniente del ente autárquico, pero no modificar o sustituirlo, como si vimos, que sucede en TO nacional, en su actual
redacción.
Art. 94. Contra las decisiones finales de los entes autárquicos, que no dejen abierta la acción contencioso-administrativa,
procederá un recurso de apelación con las formalidades establecidas en el art. 92. El conocimiento de este recurso por el
Poder Ejecutivo está limitado al control de la legitimidad del acto, el que podrá anular, pero no modificar o sustituir.
Anulado el acto procederá la devolución de las actuaciones para que el ente autárquico dicte nuevo acto administrativo
ajustado a derecho.

Hay que tener en cuenta que tanto el Recurso ALZADA en Nación o el APELACION, en provincia y municipio
bonaerenses, están estrechamente vinculados al CONTROL MITIGADO Y DE TUTELA que las respectivas administraciones
centrales pueden ejercer respecto de entes descentralizados y, en consecuencia, recuerden, a los efectos de su estudio
la TECNICA DE ORGANIZACION ADMINISTRATIVA, PERMANENTE, denominada DESCENTRALIZACION. - (creación de una
nueva persona jurídica). -

RECURSO DE REVISION. éste es el único que a nivel nacional se encuentra legislado. Es decir, está en el propio texto de
la ley -en su artículo 22 - y no en su reglamentación, como los anteriores.
Procede contra decisiones definitivas FIRMES, consecuentemente contra las taxativamente allí previstas. Razón por la
cual es de carácter extraordinario y para las situaciones expresamente previstas en el texto (véase artículo citado, por
ejemplo, cuando se recupera una documentación extraviada o perdida que puede hacer a la administración cambiar su
decisión, entre otros de ese número cerrado de decisiones contempladas).

Hay que tener presente que si el ACTO QUEDO FIRME ES PORQUE LO CONSENTÍ O PORQUE DEJÉ TRANSCURRIR EL
PLAZO PARA RECURRIRLO. Por eso es extraordinario, excepcional, esta posibilidad que ofrece el procedimiento
administrativo.

Está previsto en la Ley 7647 y Ordenanza General 267 en el artículo 118.


Art. 118. Revisión: casos. Podrá pedirse la revisión de las decisiones definitivas firmes cuando:
a) se hubiera incurrido en manifiesto error de hecho que resulte de las propias constancias del expediente administrativo;
b) se hubiera dictado el acto administrativo como consecuencia de prevaricato, cohecho, violencia o cualquier otra
maquinación fraudulenta, o graves irregularidades comprobadas administrativamente;

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c) la parte interesada afectada por dicho acto, hallare o recobrare documentos decisivos ignorados, extraviados o
detenidos por fuerza mayor o por obra de un tercero.
Este es un recurso extraordinario que va contra la firmeza del acto en sede administrativa. La inexistencia del plazo legal
hace que la revisión pueda pedirse dentro del plazo de prescripción de la declaración de nulidad de los actos
administrativos. Y toda vez que los actos nulos pueden declararse tales sin límites de tiempo, solo cabe tener por
extinguida la posibilidad de reclamar la revisión respecto de los actos anulables. A su vez, la Suprema Corte Provincial en
causa B. 48.173, ha entendido que la revisión es un recurso aunque no tenga la amplitud de los otros recursos
administrativos, por cuanto significa solamente la reapertura de la investigación aunque exista un acto administrativo
definitivo, confirmado y consentido y no, como los ordinarios, que pueden plantearse en todos los casos.

QUEJA: está previsto en el artículo 71 del De-Reglamentario 1759/72 P.o. 2017 en el artículo 71. Procede contra
defectos de tramitación o incumplimientos de plazos. Se interpone ante el inmediato superior, quien debe resolver en el
plazo de los 5 días, sin otra sustanciación que el informe circunstanciado que se requerirá si fuere necesario.
Su naturaleza jurídica es de un recurso o de un reclamo.

Art. 71. Podrá ocurrirse en queja ante el inmediato superior jerárquico contra los defectos de tramitación e
incumplimiento de los plazos legales o reglamentarios en que se incurriere durante el procedimiento y siempre que tales
plazos no se refieran a los fijados para la resolución de recursos.
La queja se resolverá dentro de los cinco días, sin otra sustanciación que el informe circunstanciado que se requerirá si
fuere necesario. En ningún caso se suspenderá la tramitación del procedimiento en que se haya producido y la resolución
será irrecurrible.
La queja es un reclamo administrativo que las partes interesadas en un procedimiento administrativo pueden interponer
durante su curso o sustanciación, con el objeto de lograr que se cumplan trámites omitidos o demorados o se realicen
bien cumplidos defectuosamente.

Participa más de las características de un RECLAMO (no hay acto administrativo, va contra hechos u omisiones de la
administración por ejemplo el incumplimiento de un plazo, una bonificación que no se ha liquidado en el recibo de
haberes de un agente) y no hay plazo de interposición, típico de los recursos. Rige el plazo de prescripción de la cuestión
de fondo planteada. Así volviendo al ejemplo del recibo de haberes, lo advierto mucho después de los diez o quince días
que tengo para interponer un recurso, frente a que, a un defecto en la tramitación, en este caso omitieron en la
liquidación incluirme una bonificación. Puedo RECLAMARLO durante el período de prescripción durante el cual procede
hacer vales esos derechos, dos años, cinco en otros.

Tengan en cuenta que por regla general (véanse artículos 89, 90 de la reglamentación a nivel nacional, una vez
producido el vencimiento de los plazos que, el órgano tiene para resolver, no lo hace, se lo tiene por tácitamente
denegado, sin ser necesario, para esa configuración, el PEDIDO DE PRONTO DESPACHO. -
RECURSOS CONTRA ACTOS DE ALCANCE GENERAL (DIRIGIDOS A UNA PLURALIDAD indeterminada de sujetos)
El órgano competente para resolver es aquél que dictó el acto.

Su presentación debe ser efectuada ante la autoridad de aplicación, quien deberá elevarlo dentro de los cinco días
(nación)
Tengan en cuenta que la eficacia de este tipo de Actos se produce a partir de su PUBLICACION.
EN LEY 7647 -pcia Bs. As. y Ord. Gral. 267, RESPECTO DE ESTE TEMA, TENGAN EN CUENTA LOS ARTICULOS 95,96 112,
120 A 126 DE LAS MISMAS. (recursos, publicación y actos de alcance general).

PUEDE pedirse en cualquier momento la RECTIFICACION DE LOS ERRORES MATERIALES O, DE HECHO, en la medida que
a través de los mismos no se produzca una modificación sustancial en el acto (por ejemplo, se consigna por error
numérico un numero de identidad que no corresponde al destinatario de la medida. (artículo 101 De. Reglamentario
1759/72 T.O 20'17)

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También puede pedirse según el artículo 102 del Reglamento Nacional de la LNPA T.O. 2017 una ACLARATORIA dentro
de los cinco días cuando exista contradicción entre la motivación y la parte dispositiva, del acto administrativo, es decir
entre los fundamentos que se dan y lo que se resuelve. -

A fin de dar por finalizado el tema de los mecanismos de impugnación, corresponde recordar una vez más que, aquí rige
el PRINCIPIO DEL INFORMALISMO EN FAVOR DEL ADMINISTRADO.
En tal orden de ideas, los recursos deben proveerse y resolverse cualquiera sea la denominación que el interesado les
de, cuando resulte indudable su impugnación o disconformidad con el acto administrativo (artículo 88 Ley 7647
Procedimiento administrativo Pcia de Bs. As).
Art. 88. Resolución. Los recursos deberán proveerse y resolverse cualquiera sea la denominación que el interesado les dé,
cuando resulte indudable su impugnación o disconformidad con el acto administrativo.
La omisión de cumplir con alguno de los requisitos formales o sustanciales indicados no implica que deba rechazarse el
recurso. Siempre que surja claramente la voluntad del particular de recurrir el acto, la Administración debe considerar
interpuesto el recurso y efectuar una intimación para que se subsanen los defectos, si ella misma no puede hacerlo, bajo
apercibimiento de darle por decaído el recurso.
Esto es, recae, sobre la administración la obligación de su encausamiento e impulsión de oficio. Circunstancia
que se extiende también a su interposición ante órgano, que no resulta competente.
Como una prolongación de este principio de Informalismo en favor del administrado, podemos incluir también,
teniendo en cuenta , la no obligatoriedad del patrocinio letrado, en el procedimiento administrativo, a la llamada
DENUNCIA DE ILEGITIMIDAD: el plazo para interponer recursos, es el establecido en cada norma de procedimiento.
Ahora bien, aún vencido, si éste fuera interpuesto fuera de término la administración a través del órgano superior lo
considerará y si importa una DENUNCIA DE ILEGITMIMIDAD, SE SUSTANCIARÁ PUDIENDO REVOCAR O ANULAR EL ACTO
IMPUGNADO (ARTÍCULO 74 LEY 7647).
Art. 74. Recursos. Exceptúese de lo dispuesto en los artículos anteriores los plazos establecidos para interponer recursos
administrativos, los que una vez vencidos hacen perder el derecho a interponerlos.
No obstante, todo recurso interpuesto fuera de término será considerado por el órgano superior y si importa una
denuncia de ilegitimidad se sustanciará, pudiendo éste revocar o anular el acto impugnado.
Los plazos para interponer recursos son perentorios. Una vez vencidos aquellos, los actos quedaran firmes. La denuncia
de ilegitimidad no es un recurso autónomo, sino que debe considerarse como un recurso extemporáneamente
interpuesto. En la Provincia, los recursos que habilitan el planteamiento de la denuncia de ilegitimidad es irrecurrible
tanto en sede administrativa como judicial.5
La Suprema Corte ha decidido que la interposición de un recurso fuera de termino no obliga a tramitarlo como denuncia
de ilegitimidad. Si lo tramita debe resolver sobre el fondo de la cuestión.
La cuestión pasa aquí por entender que, si la autoridad llega a la conclusión que no se advierte ninguna ilegitimidad, en
la decisión la rechazará. Entonces no quedará abierta la posibilidad de ir a la instancia judicial ya que recordemos, quien
la interpone actúa como mero DENUNCIANTE, esto es, reviste un status jurídico de INTERES SIMPLE, tema sobre el cual
ya hemos hablado y seguidamente volveremos.

OTROS MEDIOS DE IMPUGNACION

Además de los RECURSOS que van contra los actos o decisiones administrativas tenemos RECLAMOS O
RECLAMACIONES. Un ejemplo de ellos lo hemos visto cuando hablamos de la QUEJA en el orden nacional, que versaba
sobre incumplimientos en los plazos o defectos en las tramitaciones y sobre cuya naturaleza jurídica explicamos, por qué
participaba mas de los caracteres de un reclamo que de un recurso.
En el ordenamiento provincial y municipal procedimental no lo encontramos desarrollado. Sin embargo,
podemos configurar como tal, en su articulado al PEDIDO DE PRONTO DESPACHO de las actuaciones (véase artículo 79
ley 7647). Procede contra hechos u omisiones también en el procedimiento.

5
Fallo Boldt (13/5/80) de la SCBA, B. 47.963.
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DENUNCIAS. Toda persona que tuviere conocimiento de la violación de leyes, decretos o resoluciones administrativas,
por parte de órganos de la administración, podrá denunciarlo a la autoridad administrativa.
El denunciante no es PARTE EN LAS ACTUACIONES, salvo cuando por la denuncia se pretenda o reclame algún
derecho.
Obviamente esto es así, porque como ya dijimos y reiteramos su legitimación para actuar, está amparada en el
status del INTERES SIMPLE. Ese interés, en concurrencia con todos los ciudadanos, en que se respeten las normas que
habilita a denunciar cuando por acción u omisión, se transgreden, pudiendo configurarse una IRREGULARIDAD.
Tras su presentación, con los requisitos y contenidos exigidos para ello (relación del hecho, con las circunstancias
de tiempo y lugar, modo, indicación de sus autores, partícipes, damnificados etc.), la administración a través de sus
órganos deben elevarla a la autoridad superior de la dependencia y se deberán diligenciar las medidas preventivas
necesarias, dando oportuna intervención al órgano competente. Aquí vemos, otra vez, un ejemplo de los principios de
impulsión de oficio y de búsqueda de la verdad material. Ahora bien, si no se advierte violación o irregularidad, se
rechazará.

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