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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

CENTRO UNIVERSITARIO DEL NORTE

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

“ASIGNATURA”
Funciones cerebrales básicas.
TEMA:
Neuropsiquiatría.

NOMBRE DEL ALUMNO:


Valeria Guadalupe Lozano Orozco

MTRO. Francisco Abelardo Robles Aguirre.


Colotlán, Jalisco. 13 noviembre del 2023
En la primera situación descrita, la comprensión de las enfermedades mentales se
vinculaba al “pensamiento mágico”, donde la explicación intuitiva las asociaba a
factores no científicos como la religión. La perspectiva orgánica, en contraste, las
equiparaba a otras enfermedades, fundamentando su explicación en procesos
anatómicos y fisiológicos regidos por las leyes de la física y la química. Por último,
la visión psicosocial atribuía la causalidad de estas enfermedades a procesos
mentales, tanto conscientes como inconscientes, y a la interacción con eventos
biográficos y vitales. Alexander, en calidad de psicoanalista, abogaba por esta
última concepción como la más avanzada, capaz de profundizar en las causas
reales de estas patologías. A lo largo de la historia, estas tres tendencias han
coexistido, y en la actualidad, vemos pacientes que combinan medicación
psicofarmacológica con visitas a psicólogos, creando un tándem terapéutico
integral. Este enfoque se conecta con el Corpus Hipocraticum, que influyó en la
medicina hasta el siglo XVIII.

En el siglo XIX, la psiquiatría estableció fundamentos para la clasificación y


nosología psiquiátrica, allanando el camino para los actuales sistemas DSM e ICD.
Griesinger, en ese periodo, postuló que las enfermedades mentales surgían del
funcionamiento morboso del cerebro, incluso cuando la anatomía patológica no
revelaba lesiones evidentes. Este cambio conceptual representó un hito después de
24 siglos de localización de las enfermedades mentales en el organismo.
Posteriormente, la psiquiatría se centró en la clínica, evitando debates etiológicos y
compitiendo con las perspectivas psicoanalíticas y sociales durante la primera mitad
del siglo XX.

La psicopatología, como ciencia que estudia la mente y el comportamiento enfermo,


y la psiquiatría, como disciplina médica aplicada, actualmente reflejan fuertemente
la concepción organicista centrada en el cerebro como el órgano responsable de la
mente y el comportamiento. Sin embargo, la psicología clínica, por definición, no se
orienta hacia terapias biológicas, manteniendo su foco en las intervenciones
mentales y psicosociales.
Las neurociencias, agrupando conocimientos, técnicas de investigación y modelos
de intervención, se centran en el sistema nervioso central y sus productos. No
obstante, no deben confundirse con la concepción organicista en general. La
investigación organicista de las enfermedades mentales se nutre principalmente de
la genética y la bioquímica, especialmente con avances significativos en el estudio
de neurotransmisores y su aplicación a la psicofarmacología desde la década de los
cincuenta. Recientemente, se exploran conexiones prometedoras entre la genética
y las neurociencias puras, como la relación de marcadores genéticos con
respuestas neuropsicológicas y la terapéutica en enfermedades del estado de
ánimo. La esquizofrenia, paradigmática en esta nueva concepción, absorbe una
porción importante de recursos y literatura en este ámbito, destacando su historia
como un ejemplo ilustrativo del cambio de enfoque en las enfermedades mentales.

Bibliografía

Ramos Zuniga, R. (2014). Guía básica en Neurociencias (2a ed.). Elsevier.

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