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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD

JUÁREZ
INSTITUTO DE CIENCIAS BIOMEDICAS
MATERIA: PSICOLOGÍA MEDICA

Medicina psicosomá ca

ALUMNO:_Chris an Arredondo_____
MATRÍCULA: 171450______________
GRUPO: D

TITULAR: LIC. EN PSIC. ROSALINDA RODRIGUEZ AVILA

CD. JUÁREZ, CHIH. MÉXICO, FECHA: 7/11/22

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INTRODUCCIÓN

La medicina grecorromana, la forma más antigua de medicina “naturalista” que

conocemos, era radicalmente somática, algo que era del todo nuevo y opuesto a las

creencias supranaturales previas. Por lo tanto, en los trabajos de Hipócrates y sus

seguidores se hallan muy pocos elementos psicosomáticos. Los textos hipocráticos

apenas contienen algunos comentarios sobre el alma y la enfermedad. Así, por ejemplo,

la ira “contrae” y los buenos sentimientos “dilatan” el corazón; cada sentimiento gobierna

un órgano; si el alma se enciende, el cuerpo se consume simultáneamente; en el

tratamiento es muy importante la confianza; la alegría siempre es buena (Hipócrates).

Por supuesto que existe la historia de Estratónica, referida por primera vez por Erasístrato

y más tarde a Galeno, Avicena y Foresto. El diagnóstico de “enfermedad del amor” por la

aceleración del pulso y otros síntomas vegetativos demuestra una cierta perspicacia

psicológica. Del mismo modo, también hay algunas insinuaciones psicoterapéuticas en

Asclepíades, luego llegó Galeno, a pesar de estar tan mentalizado somáticamente como

sus predecesores, en su gran sistema creó unos rudimentos de psicogénesis y

psicoterapia; un concepto de medicina psicosomática que, al dirigir la atención al papel

que desempeñan las “pasiones” en la patogenia y en el tratamiento, ejerció una profunda

influencia hasta bien entrado el siglo XIX. Las pasiones, fruto del espíritu vital y

previamente discutidas por Platón y Aristóteles, serían en el sis- tema galénico la sexta de

las seis causas no naturales de la enfermedad. Todas las discusiones médicas sobre las

pasiones, tan frecuentes en los siglos XVII y XVIII.

En la Edad Media los árabes fueron los primeros en mantener y enriquecer parcialmente

el legado de los griegos. Razes, confesado seguidor de Galeno en su preocupación por

dominar las pasiones, recomendaba el juego de damas y las ofrendas teatrales como

métodos terapéuticos.

Durante el Renacimiento, que fue algo más que una recuperación de la medicina antigua,

ya que durante él se tendió a emancipar de la religión a la nueva medicina y a la ciencia,

se introdujo un nuevo concepto que llegaría a ser importante para la psicosomática: la

idea de “imaginación”, capaz de producir y curar la enfermedad, y que es precursora del

concepto moderno de sugestión. Varios médicos destacados del Renacimiento, como

Cornelio Agripa, de la Porta, Cardano, Paracelso, Johannes Weyer, Pietro Pomponnazi,

Libavius y Pico de la Mirandola, la utilizaron en contraposición con las explicaciones

generales sobre la causa de la enfermedad (brujería), o con las curas “milagrosas” en

términos sobrenaturales. El siglo XIX fue testigo de muchos y nuevos enfoques científicos,

grandes cambios en la nomenclatura, así como grandes progresos en el conocimiento del

funcionamiento del cuerpo y en las causas de las enfermedades; pero la teoría y la

práctica de la psicosomática continuaron sin desarrollarse.

A primera vista tal entidad surge en Francia, centro internacional de la medicina en la

primera mitad del siglo XIX. Aunque el interés principal de la nueva escuela de París

estaba en la anatomía patológica y en el diagnóstico físico, sus representantes se

preocuparon por muchos problemas psicosomáticos. El principal trabajo de su padre

espiritual, Cabanis, fue un “informe sobre la naturaleza física y moral (psicológica, por

ejemplo) del hombre”. Philippe Pinel, el destacado clínico de París que promovió el

“tratamiento moral” (la psicoterapia), también se ocupó con cierta amplitud de las

pasiones, a las que repartía entre las enfermedades psicosomáticas del corazón y del

aparato digestivo con el nombre de neurosis o “hipocondriasis”. También consideraba a

las erisipelas, la gota y la epilepsia como enfermedades psicosomáticas, afirmando que

en ellas existiría una transición desde la anomalía funcional hasta la lesión anatómica.

DESARROLLO

La Medicina Psicosomática relaciona la mente y el cuerpo; es una parte de la

medicina y de la psicología clínica que tiene como objetivo la identificación de

trastornos orgánicos que no tienen una lesión antinómica, sino psicológica. El

propósito de la Medicina Psicosomática es comprender la influencia que las

emociones ejercen sobre el cuerpo y sus afecciones. Por lo tanto, la medicina

psicosomática estudia los fenómenos psicosomáticos, así como las relaciones

sociales, psicológicas y de comportamiento vinculadas con los procesos físicos y

el estilo de vida de la persona. Este campo incluye diversas especialidades, como

la psiquiatría, la psicología, la neurología, la cirugía, la alergología, la dermatología

y la medicina interna. La medicina psicosomática comienza con los griegos, halla

un lugar en el sistema galénico en forma de enfermedades de la pasión, un

concepto que estará en boga hasta mediado el siglo XIX. Todos los grandes

clínicos franceses y alemanes de ese siglo estuvieron familiarizados con las

enfermedades psicosomáticas. En el siglo XX ese campo fue monopolizado

durante algún tiempo por los psicoanalistas. El especialista psicosomático es en

esencia el médico que escucha al paciente. El término "psicosomático" se ha

usado, con frecuencia, para hacer referencia a fenómenos distintos, denotando o

generando así cierta ambigüedad en su significado. A veces se ha usado para

aludir a un movimiento renovador en Medicina; otras, para referirse a la

investigación sobre factores psicológicos implicados en la etiología de las

enfermedades físicas, para clasificar enfermedades en las que se hipotiza que los

factores psicológicos jueguen un papel crucial o, incluso, como etiqueta genérica

para denominar todos aquellos síntomas somáticos para los que no se dispone de

una explicación médica demostrada. Ninguna de estas acepciones es, sin


embargo, completa o, al menos, ninguna refleja el concepto de Medicina

Psicosomática (MP) que se ha desarrollado en los últimos años (Fava & Sonino,

2010). La ambigüedad del término "psicosomático" deriva, probablemente, de la

identificación de la MP con algunos de los marcos teóricos y/o métodos de

investigación particulares de entre los que han formado parte de su evolución

histórica, lo cual ha dado lugar a importantes malentendidos sobre su definición y

sus objetivos. Heinroth (1818) introdujo el término "psicosomático", si bien la

moderna MP se desarrolló durante la primera parte del s. XX como resultado de la

confluencia de dos conceptos que tienen una antigua tradición en la Medicina y en

el pensamiento occidental: el de psicogénesis y el de holismo (Lipowski, 1986). El

primero caracterizó ampliamente la primera fase de desarrollo de la MP

(1930-1960) y desembocó en el concepto de "trastorno psicosomático" -

enfermedad cuya causa es atribuida a factores psicológicos. A pesar de las críticas

iniciales (Halliday, 1948), el postulado psicogénico ejerció una considerable

atracción, particularmente en el seno del Psicoanálisis. Así, mediante la

observación clínica propia del Psicoanálisis y de la Psicología Dinámica posterior,

varias enfermedades de origen desconocido recibieron la denominación de

"trastornos psicosomáticos" para enfatizar con ello una (hipotética) patogénesis

intrapsíquica.

Los “Factores psicosociales que influyen en la vulnerabilidad individual”Se cree

que algunas enfermedades físicas poseen un componente derivado de la tensión

producto de la vida cotidiana. Por ejemplo, ello sucede en la lumbalgia y la

hipertensión arterial, condiciones donde el estrés parece ser un agravante.

Hasta hace poco a la psiquiatría le ha sido difícil distinguir los desórdenes

somatomorfos, desórdenes en los cuales los factores mentales son la única causa

de la enfermedad física, de los desórdenes psicosomáticos, desórdenes en los

cuales los factores mentales tienen un rol significativo en el desarrollo, expresión,

o resolución de una enfermedad física. Por ejemplo, mientras que anteriormente

se pensaba que la úlcera péptica era causada únicamente por el estrés,

investigaciones posteriores han encontrado que la Helicobacter pylori causaba el

80% de las úlceras. Sin embargo 4 de cada 5 personas colonizadas con

Helicobacter pylori no desarrollan úlceras, y un panel de expertos organizado por

la Academia de Investigación de Medicina del Comportamiento llegó a la

conclusión que las úlceras no son una mera enfermedad infecciosa y que en

cambio los factores mentales tienen un rol significativo en su desarrollo. Una

explicación podría ser que el estrés debilita al sistema inmune, por lo tanto las

tensiones promueven la infección del cuerpo por parte de la Helicobacter pylori.

Aun en la actualidad resulta difícil clasificar a los desórdenes como puramente

físicos, psicosomático mixtos, o puramente somatofmorfos. Un ejemplo es el

Síndrome de intestino irritable (SII) el cual antiguamente se consideraba tenía

causas exclusivamente mentales, sin embargo investigaciones posteriores han

encontrado diferencias significativas en el comportamiento del intestino en los

pacientes con SII. Por otra parte, no existen cambios estructurales en los

pacientes con SII y las investigaciones muestran que el estrés y las emociones

son factores significativos en la ocurrencia del SII. Sin embargo, si bien es

necesario identificar si una determinada enfermedad posee una base física, cada

vez existe un mayor consenso que el esfuerzo para identificar los desórdenes
como puramente físicos o psicosomáticos mixtos está quedando obsoleto ya que

casi todas las enfermedades físicas poseen factores mentales que afectan su

comienzo, presentación, mantenimiento, susceptibilidad al tratamiento, y

resolución.

Dentro de todas estas psicopatologías, una muy importante es el Burnout, el cual

es un síndrome de un agotamiento nervioso, este es un síndrome frecuente en

profesionales de la medicina, enfermería y enseñanza. Caracterizado por la

ausencia de alicientes en el trabajo, el desencanto, deterioro en la calidad del trato

con el paciente o alumno, descenso en el rendimiento en el trabajo, absentismo

laboral, etc. Está producido por la falta de expectativas laborales, el aumento de la

presión en el trabajo,la rutina, la burocratización, la indefinición de roles, etc.

El término "Burnout" no existe en español, ni hay ninguno que pueda sustituirle. Se

trata de una palabra que se utilizaba frecuentemente por los deportistas, para

describir una situación en la que, en contra de las expectativas favorables, un

atleta no lograba obtener los resultados esperados por más que se hubiera

preparado y esforzado para conseguirlos. La traducción al castellano podría

significar algo así como "estar quemado". En el contexto de la medicina, fue

utilizado por primera vez en 1974 por Herbert Freudeberger, un psiquiatra que

trabajaba como asistente voluntario en una clínica para toxicómanos de Nueva

York, y que debía ser muy buen observador, ya que se percató de que sus

compañeros de trabajo, la mayoría jóvenes idealistas, repetían con mucha

frecuencia el mismo proceso. Al principio llegaban llenos de ilusión, con ganas de

cambiar el mundo en forma de entregarse a los demás de una forma altruista. Sin

3 embargo, poco a poco, esas ilusiones se iban perdiendo al contacto con la

realidad del mundo de la droga y, aproximadamente al año, un porcentaje

importante de ellos tenían trastornos emocionales. Se sentían tristes y con otros

síntomas de cansancio emocional. Además mostraban conductas poco

comprensivas hacia los pacientes y, en algunos casos, mostraban distintos grados

de hostilidad hacia ellos, a los que tendían a culpar de su estado. Eligió el nombre

de burnout, el mismo que utilizaban para referirse a los efectos del consumo

crónico de drogas sobre sus pacientes, para definir un estado de fatiga o de

frustración que se produce por la dedicación a una causa, forma de vida o de

relación que no produce el esperado refuerzo Creía que las personas idealistas,

optimistas e ingenuas y que se entregaban en exceso al trabajo para conseguir

“una buena opinión de sí mismos” tenían más riesgo de desarrollarlo. Este tipo de

características podían producir una alta motivación y compromiso profesional al

principio, pero también una pérdida posterior de los elevados y costosos ideales

en forma de mal rendimiento laboral, baja autoestima, diversos tipos de

perturbación emocional y un aislamiento en las relaciones. Lo fundamental sería

un trastorno adaptativo por desgaste y agotamiento de los recursos psicológicos

para el afrontamiento de las demandas del trabajo con personas. Habría un

fracaso en la búsqueda del sentido existencial personal a través del trabajo y se

produciría un desequilibrio prolongado, habitualmente no reconocido y mal

resuelto entre unas excesivas exigencias laborales (que generan un esfuerzo

crónico) y una falta de refuerzos adecuados.


CONCLUSIÓN

La medicina psicosomática es una entidad muy joven, con no más de algunas décadas de

existencia. Sin embargo, cuando se la define en términos del reconocimiento de una

psicogénesis parcial, o a veces total, de la enfermedad, una consideración tomada de las

posibilidades de la psicoterapia, los orígenes de la medicina psicosomática son mucho

más antiguos. Lo que esbozaremos en este artículo es la historia de ese último concepto.

Un problema muy discutido, pero que en este trabajo consideraremos irrelevante, es

saber si el espíritu y la mente son esencialmente materiales, o no. En la medida de

nuestros actuales conocimientos todavía concebimos el cuerpo y la mente como dos

entidades separadas. Eran diferentes en los pasados sistemas de creencias, y en las

culturas primitivas no podemos hablar de medicina psicosomática ya que en ellas las

enfermedades eran interpretadas básicamente no como la consecuencia de alteraciones

somáticas, sino de influencias sobrenaturales como, por ejemplo, demonios o brujas. No

obstante, algunas de las medidas terapéuticas utilizadas entonces, hoy nos parecen de

naturaleza psicoterapéutica, posteriormente, entre los médicos medievales occidentales,

Constantin estaba también a favor del empleo de la música.

Hoy en día, el pensamiento psicosomático pretende superar las visiones parciales clínicas

buscando la integración de las manifestaciones biológicas, psicológicas y sociales para

alcanzar la comprensión unitaria del ser humano A pesar de su importancia, su ámbito

resulta difícil de definir, ya que no existe el “psicoma” como órgano ni tampoco las

enfermedades psicosomáticas. No obstante, si encontramos con frecuencia situaciones

en las que el proceso psicosomático, presente en muchas enfermedades, alcanza tal

magnitud que es necesaria una intervención de carácter específicamente psicológico.

Adicionalmente, algunos trastornos médicos y quirúrgicos producen una alteración

emocional, cognitiva y conductual, que precisan además una intervención

psicoterapéutica y farmacológica especializada. Esta Medicina considera que existen


muchos pacientes cuyas manifestaciones de enfermedades no se deben a causas físicas

sino que son el reflejo de un sufrimiento psíquico, emocional, depresivo, ansioso, etcétera,

entonces es importante empezar a darle la importancia que se merece lo que no es

tangible ni observable físicamente, si no ver más allá e interpretar de manera correcta

todo el padecimiento desde la mente.


BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIA
• Stainbrook, E. (1952). Psychosomatic medicine in the 19th century.
Psychosomatic Medicine 14, 211-226.
• De la fuente. R. (1959). Psicología médica
• Wise, T.N. (2000). Consultation liaison psychiatry and psychosomatics:
strange bedfellows. Psychotherapy & Psychosomatics, 69, 181-183

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