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Resumen
El presente ensayo desarrolla un breve acercamiento a una teoría general de los estados
plurinacionales. Parte problematizando el Estado como resultado de las relaciones de poder, la
formación del Estado-nación, y las posibilidades de pensar al estado plurinacional.
Abstract
The present essay has a brief approach to a general theory of plurinational states. It begins
problematizing the state as a result of power relations, the formation of the nation-state, and the
possibilities of thinking in the plurinational state.
1. Introducción
El Estado no es otra cosa que la suma conflictiva de las relaciones de poder históricamente
dispuestas en una forma singular de desarrollo, y que sólo puede comprenderse ex post, es
decir sólo puede comprenderse un tiempo o momento después. En este caso, cada Estado
retrata la particularidad de una situación concreta, determinada por su pasado, por sus
momentos constitutivos y su trayectoria. Cada Estado lo es sólo a condición de ser después.
No hay una fórmula que permita al Estado comenzar de cero. El Estado se levanta sobre su
pasado, sobre sus determinaciones, que si bien pueden ser siempre actuales, no dejan de ser
formas de presentar el pasado.
Lo que se pretende a continuación es dar algunos elementos para pensar una teoría general
del Estado plurinacional, se parte de la revisión de una teoría realista del Estado (priorizando
los enfoques de Michel Foucault) para luego ingresar a algunas reflexiones sobre el Estado
plurinacional en las exposiciones de Villoro, Caminal y Kymlicka, y en los acercamientos de
pensadores nacionales como Luis Tapia, Raúl Prada, Felix Patzi, entre otros. La idea de
"singularidad del Estado" ha sido tomada de Zavaleta Mercado (2009) y de Rojas (2018),
autores con los cuales se cierran estas notas para pensar al Estado plurinacional.
2. Métodología
Este breve texto es parte de una investigación mayor, que pretende analizar la formación del
Estado Plurinacional, para ello se redactó estos elementos para una teoría del Estado
plurinacional. Como señala Rossana Barragn: "la teoría informa sobre la relación que se busca
aclarar" (Barragán et al, 2001: 63).
Dar cuenta de la formación del Estado plurinacional, supone explorar las condiciones teóricas
de su enunciación, por ello se comenzó una pesquisa bibliográfica a partir de la sociología y la
etnografía del Estado, revisándose a distintos autores, desde los clásicos como Marx y Weber,
hasta otros más contemporáneos como Ernest Gellner, Luis Villorio y Will Kymlicka. Como se
trata de una reflexión del Estado plurinacional boliviano se revisó también a autores bolivianos
como Luis Tapia, Raúl Prada, Felix Patzi y Ximena Soruco.
La idea central ha sido contrastar la relación entre Estado y la ruptura del Estado-nación y el
devenir del Estado plurinacional.
Esta colección de categorías conceptuales fue el punto de partida para la elaboración de este
ensayo.
Las teorías del Estado2 han tratado, discursivamente, de justificar, de explicar y hasta de
caracterizar al Estado y su relación con el poder. Desde Max Weber (2007), que define al
Estado como una institución que se atribuye para sí, ya sea de forma justificada o injustificada,
el monopolio del uso legítimo de la fuerza3, hasta Gellner (2008) que aumenta al rol del Estado
la división del trabajo4, las teorías modernas solo han descrito y justificado la existencia del
Estado.
Es posible encontrar en la obra de Michel Foucault, desarrollada entre 1970 y 19795, algunas
de las reflexiones más ricas respecto a la manera en la cual se constituyen los Estados
modernos.
Para Foucault (2000) los Estados modernos se levantan sobre la ruina de las monarquías.
Éstas lograron desarrollar un monopolio de la riqueza y de las armas que permitieron generar
las condiciones para homogenizar a su población.
Como señala Foucault:
Decir que el problema de la soberanía es el problema central del derecho en las sociedades
occidentales significa que el discurso y la técnica del derecho tuvieron la función esencial de
disolver, dentro del poder, la existencia de la dominación, reducirla o enmascararla para poner
de manifiesto, en su lugar dos cosas: por una parte, los derechos legítimos de la soberanía y,
por la otra, la obligación legal de la obediencia. El sistema del derecho está enteramente
centrado en el Rey, es decir que, en definitiva, es la desposesión del hecho de la dominación y
sus consecuencias. (Foucault, 2000: 35)
En este sentido para Foucault (2000, 2001) el Estado es la condensación de las relaciones de
poder, síntesis que en ningún momento significa equilibrio, pues las relaciones de poder
suponen momentos de resistencia y desorden que permiten y posibilitan los intentos de
recomposición de las relaciones de dominación.
En palabras de Foucault:
[D]entro de esa paz civil, las luchas políticas, los enfrentamientos con respecto al poder, con el
poder, por el poder, las modificaciones de las relaciones de fuerza -acentuaciones de un lado,
inversiones, etc.-, todo eso, en un sistema político, no debería interpretarse sino como las
secuelas de la guerra. Y habría que descifrarlo como episodios, fragmentaciones,
desplazamientos de la guerra misma. Nunca se escribiría otra cosa que la historia de esta
misma guerra, aunque se escribiera la historia de la paz y sus instituciones. (2000:29)
En consecuencia, Michel Foucault (2000) propone los esbozos de una teoría del Estado que
privilegia las luchas e historias internas que dieron paso a la formación de este Estado. Sólo la
narración de lo que se ha puesto en juego en la lucha por el poder puede dar cuenta de la
estructuración de la identidad del Estado nacional y de los momentos constitutivos de la historia
de cada Estado en particular.
En este punto debe precisarse algunas críticas a la concepción del poder en Foucault, para
éste el poder fluye, no se encuentra ni aquí ni allá, sino disperso y generando constantemente
las subjetividades que posibilitan su tránsito. Entonces ¿cómo es posible hablar de
dominación?
Foucault no se cansa de repetir cómo el poder se constituye "desde abajo", cómo no emana de
una cima única: esta apariencia misma de una cima (el Monarca o alguna otra encarnación de
la Soberanía) emerge como efecto secundario de la pluralidad de microprácticas, de la
compleja red de sus interrelaciones. El problema real es, sin embargo, cómo hemos de
combinar esta problemática del micropoder con el modo como Foucault mismo (en Vigilar y
castigar) usa la noción de panóptico como matriz uniforme, como modelo estructurante que
puede aplicarse a distintos ámbitos, desde las cárceles hasta las escuelas, desde los
hospitales hasta los cuarteles, desde las fábricas hasta las oficinas. El único modo de evitar el
reproche de incoherencia es introducir la noción de fantasma como matriz común que le
confiere coherencia a la pluralidad de prácticas sociales. En otras palabras, las relaciones
sociales "reales" son plurales, consisten en la intrincada red de micro relaciones que van en
todas direcciones, hacia arriba y hacia abajo, hacia la izquierda y hacia la derecha... lo que
"reúne" esta pluralidad no es una esencia o fundamento subyacente, sino precisamente la
superficie pura del fantasma como "no-lugar" (Foucault a propósito del panóptico), como matriz
formal que aunque no se encuentra en ningún lugar en la "realidad", proporciona su principio
estructurante. (Zizek, 2003:294)6
Entonces, para Foucault el Estado supone un conjunto de relaciones de poder que se operan
en esta lógica de "fantasma", que posibilita la subordinación consentida del tejido social de un
Estado, y le da sentido de unidad a esa pluralidad de prácticas, pero a la vez posibilita la
resistencia de la subjetividad, es decir la resistencia misma del sujeto, entendido como blanco
del poder.
Seleccionaremos a algunos autores que han tratado el tema del Estado-nación desde la teoría
política, y han realizado algún acercamiento a Estados plurinacionales.
La idea de nación ha ido cambiando según el contexto histórico. Autores, como Gellner (2008),
coinciden en que la idea de nación ya estaba presente incluso antes de la época industrial
prescindiendo totalmente de un Estado, sin embargo es a partir del surgimiento del
pensamiento moderno en las sociedades post-agrarias que este concepto toma importancia
debido al interés de teorizar la nación como parte del Estado y es cuando se empieza a
extender la idea de que a cada Estado le debe corresponder una nación. Sin embargo,
actualmente la visión y por lo tanto la definición que se tiene de nación es más autónoma, en el
sentido de que ya no es entendida como un complemento necesario o parte del Estado.
Partiendo de esta misma línea de pensamiento es que Luis Villoro (1998) expone las
características de la nación, la misma que consta de cuatro criterios muy importantes para ser
considerada como tal.
Para definir un concepto tan lábil se han utilizado distintos criterios pero en estos suelen estar
presentes cuatro condiciones necesarias para poder aplicarlo a una asociación humana: 1)
comunidad de cultura; 2) conciencia de pertenencia; 3) proyecto común, y 4) relación con un
territorio (1998:13)
Pasamos a tratar cada una de estas condiciones.
Comunidad de cultura: significa tener una forma de vida compartida, que exprese la adhesión a
ciertos modos de vivir y el rechazo a otros, compartir la misma cosmovisión. Esto también
comprende elementos más objetivos como una lengua común, objetos de uso, tecnología, ritos,
creencias religiosas y saberes científicos. Asimismo, instituciones sociales, reglas
consensuadas y rituales cívicos, ámbito compartido de cultura, y finalmente una continuidad en
el tiempo para identificarse, pues es muy importante el modo en que ven y cómo cuentan su
historia.
Una nación es, pues, una entidad con la que se auto-identifican un conjunto de personas por
distintas que puedan ser sus características individuales o de grupo (Villoro, 1998:15)
Es un lugar de referencia que puede revestir muchas modalidades. Puede ser el territorio real
donde se asienta un pueblo, el 'hábitat' en que se desarrolla su cultura. (Villoro, 1998:15).
Basándose en estos cuatro criterios planteados y dependiendo del grado de énfasis en unos u
otros, es que existen dos tipos de naciones:
• Naciones históricas o naciones tradicionales: El origen y la continuidad cultural son los ejes
de la identidad nacional. Es decir, se basa en las costumbres, creencias colectivas que
devienen de una historia y se legitiman por la aceptación común.
Se dicen naciones proyectadas, porque en base a una visión de futuro común, se empiezan a
crear vínculos de identificación, para de esta manera crear un sentimiento de pertenencia en
los ciudadanos. Muchos autores afirman que este sentimiento de pertenencia está construido
en base a prácticas inventadas que sean capaces de cohesionar a un conjunto de individuos y
se constituyan como elementos fundamentales de su identidad. Por ejemplo, Eric Hobsbawm
(1994) en la introducción a su libro "La invención de la tradición" afirma que en este afán de
inculcar determinados valores o normas de comportamiento se intenta contactarse con un
pasado histórico que les sea adecuado para sus fines. También señala que muchos
movimientos ideológicos, como el nacionalismo presente en la sociedad moderna del Estado-
nación, crearon nuevos símbolos representativos de la nación, como banderas, himnos, etc.,
con el propósito de crear el sentimiento de pertenencia en la población. Hobsbawm (1994) hace
una diferencia entre las prácticas antiguas y las inventadas, señala que las antiguas eran
específicas y relacionaban fuertemente los lazos sociales, las inventadas eran más vagas y
tenían que ver con valores como "patriotismo", "lealtad", "deber", etc. Todos estos valores
cargados emocional y simbólicamente.
Miguel Caminal (2003) explica mediante diferentes acontecimientos históricos las causas que
originaron la sociedad moderna y propone tres tipos de naciones existentes actualmente: la
nación política, las naciones culturales y la nación jurídica.
• Nación política: en otros términos, la nación dominante, que se atribuye para si ser el sujeto
de soberanía. Plantea la necesidad de la idea de homogeneidad. Se fundamenta en un
conjunto de supuestos liberales que permiten llamar nación a un cuerpo de asociados que
viven sujetos a una ley común y representados por la misma legislatura alegando que la
identidad de los miembros de la nación nacería de la vinculación a la ley común que los rige
(Caminal, 2003).
• Naciones culturales: categoría presentada en plural, pues asume la posibilidad de que dentro
de un Estado puedan existir muchas naciones culturales. Estas naciones suponen raíces
históricas y culturales comunes.
Los denominados nacionalismos de oposición (Caminal, 2003) son aquellos que se desarrollan
desde las propuestas políticas de las naciones culturales, en contra de los agenciamientos de
la nación política y la nación jurídica. Estos nacionalismos de oposición son visibles en distintos
momentos de la historia política de cada Estado, sin embargo se hacen presentes, con mayor
fuerza y énfasis en procesos constituyentes, en los que se pueda recomponer la soberanía, y a
la vez reestructurar y redefinir la identidad nacional, o incluso descentrarla del Estado.
Para Caminal (2003) las relaciones entre las naciones culturales y la nación política y jurídica
son las que dan paso a lo que denominamos Estado Plurinacional. Dependiendo del tipo de
tensión entre estas naciones es que se puede hablar de un Estado Plurinacional estable y uno
inestable.
Buscando una definición de nación que sea válida en la coyuntura mundial actual8 se puede
recurrira la explicación de nación utilizada porGellner(2008), que afirma que se puede
reconocer a una nación cuando sus miembros, además de compartir la misma cultura se
reconocen mutuamente ciertos deberes y derechos ya que se ven entre ellos como miembros
de la misma nación. Desde esta perspectiva las naciones son construcciones del hombre
basadas en convicciones, fidelidades y solidaridades, es decir en lazos, redes y obligaciones.
Sin embargo, es lógico que antes de dar nacimiento a la ficción del Estado, existan una
pluralidad de culturas, ya sea en comunidades pequeñas locales que se autogobernaban, en
imperios o en formas políticas fusionadas, lo que corrobora la idea de que no es imprescindible
la concordancia entre un Estado y una nación homogénea, por lo tanto, el Estado nación, como
ya se ha afirmado previamente, sería una forma política ficticia que surge en respuesta a las
necesidades del capitalismo. En este sentido Ernest Gellner (2008) afirma:
De hecho, las naciones, al igual que los estados son una contingencia, no una necesidad
universal. Ni las naciones ni los estados existen en toda época y circunstancia. Por otra parte,
naciones y estado no son una misma contingencia. El nacionalismo sostiene que están hechos
el uno para el otro, que el uno sin el otro son algo incompleto y trágico. Pero antes de que
pudieran llegar a prometerse, cada uno de ellos hubo de aparecer, y su aparición fue
independiente y contingente. No cabe duda de que el estado ha surgido sin ayuda de la nación.
También, ciertamente, hay naciones que han surgido sin las ventajas de tener un Estado
propio. Más discutible es si la idea normativa de nación, en su sentido moderno, no supuso la
existencia previa del estado. (2008:74)
Hoy, por diversas razones, que van desde los ciclos del capitalismo, la globalización y las
masivas migraciones, existe una crisis del Estado-nación. Esto explica el desmembramiento de
países, la aparición de nuevas naciones o las peticiones de autonomías dentro de los Estados
y las reivindicaciones étnicas, así como la necesidad de replantear las bases materiales y
territoriales del Estado, y poder pensar en Estados Plurinacionales.
Siguiendo esta línea de pensamiento, Villoro (1998) afirma que existen muchos Estados
nacionales que poseen varias etnias, regiones y culturas distintas. Por lo tanto una definición
tentativa y muy simple de lo "plurinacional" sería un Estado con una multiplicidad de naciones
en su interior en resistencia frente a la concepción de Estado-nación.
Will Kymlicka (1996) caracteriza a los Estados contemporáneos en: Estados multinacionales y
Estados poliétnicos. En los primeros (multinacionales) la diversidad cultural surge de la
existencia de culturas presentes desde hace muchos años, que previamente contaban con
autogobierno y que por lo tanto exigen diversas formas de autonomía o autogobierno para
seguir siendo sociedades distintas. En los segundos (poliétnicos), la diversidad cultural surge
de la inmigración individual y familiar.
Según el planteamiento de Villoro (1998) el Estado "plural" sería una asociación plural donde
todas las comunidades culturales participarían en el poder, un tratamiento muy cercano al de
un Estado Plurinacional.
Siguiendo la definición de Villoro (1998), la unidad de un Estado plural estaría basada en un fin
proyectado en base a las herencias recibidas de cada nación cultural.
Al ser una asociación consensuada debería contar con: respeto a la vida del otro; la aceptación
de su autonomía, en el doble sentido en capacidad de elección conforme a sus propios valores
y facultad de ejercer esta elección; la aceptación de igualdad de condiciones en el diálogo que
conduzca al consenso; y la ausencia de toda coacción entre las partes.
Autonomías: libre determinación con derechos propios para que los pueblos tengan la
posibilidad de gobernarse, pero aceptando formar parte de un Estado. La autonomía sería la
autodeterminación para las naciones. Las facultades de la autonomía según Villoro (1998)
serían: la educación en manos de las entidades autónomas pero con coordinación estatal; una
lengua predominante para uso administrativo, pero todas las demás lenguas tendrían validez
en los territorios donde se hablen; libertad de creencias y prácticas religiosas en los territorios
autónomos; derecho de participación y decisión sobre aspectos correspondientes del orden
jurídico, político y económico; participación en los beneficios obtenidos por la explotación de
recursos naturales, entre otros.
Una ciudadanía común a todos los miembros del Estado plural, una característica de esta
ciudadanía debería ser el derecho a la diferencia de las culturas que lo componen, además
ninguna de las características de dicha ciudadanía común deberían ir en contra de cualquiera
de los valores de los pueblos pertenecientes al Estado.
Es importante aclarar que un Estado plural, según Villoro (1998), no podría responder a la
estructura federal, ya que ésta es resultado de las divisiones administrativas pero que no refleja
la división de los distintos pueblos.
Cabe una anotación, para autores como Caminal (2003), el federalismo posee además una
historia previa de independencias o autonomías administrativas, elementos que no
necesariamente se encuentran en los estados plurales que describe Villoro (1998).
Por otro lado, Raúl Prada contrapone la lógica moderna capitalista interiorizada tanto en las
instituciones como en la superficie de las sociedades (Estado uninacional) con el Estado
plurinacional. Prada sostiene que el Estado colonial que representaba y estaba manejado por
una cultura dominante entró en crisis, que la relación entre Estado y sociedad se rompió, y a
partir de esta hipótesis define al Estado plurinacional no solamente como antagónico al Estado-
nación sino como aquel fenómeno en el que las funciones que corresponden al campo estatal
son absorbidas por las muchas prácticas emergentes y formas de organización sociales, las
muchas formas de ejercicio práctico de la política, la pluralidad y diversidad compuesta por
multitudes, entendiendo este proceso como una apertura democrática que forma parte de la
experiencia democrática radical, además de contener una revolución cultural en cuanto a las
significaciones del mundo, el orden de valores, las conductas y comportamientos humanos, que
funcionan mediante un mapa institucional complejo, puesto que recoge e integra las formas
institucionales alternativas, como aquellas indígenas, cosa que había negado y desechado el
modelo estatal anterior (Prada en García et al, 2010 y Prada en García et al, 2006). No debe
olvidarse que Prada es, en los años 2006 y 2007, parte de la Asamblea Constituyente en la
Comisión 1 (Visión de País).
El Estado Plurinacional para Prada supone una fusión de horizontes, partiendo de la relatividad
de los propios valores y prejuicios para de esta manera poder acceder a los valores y prejuicios
de los otros, todo esto en base a una relación de respeto que permitiría el intercambio de los
horizontes culturales, que a la vez crearía un horizonte mayor que contendría a todos sin
eliminar las diferencias (Prada en García et al, 2006).
no sólo se refiere a la existencia de diversos pueblos y culturas en Bolivia, sino, sobre todo
constitucionaliza la real posibilidad de la coexistencia de diversos modos de producción, es
decir, las diferentes prácticas económicas, políticas y jurídicas como instituciones de igual
jerarquía (Patzi en Miradas, 2010:250).
Es decir que para Patzi el Estado Plurinacional supone las dimensiones políticas, culturales y
sobre todo económicas, encontrando en la posibilidad de su realización las condiciones
necesarias para la descolonización. Siguiendo a Patzi "si en la colonialidad las oportunidades
fueron distribuidas en razón del color de la piel o la pertenencia étnica, la descolonización es la
superación de esa estructura" (Patzi en Miradas, 2010:243).
Esta aclaración trata de llamar la atención sobre la manera en la que el Estado podrá
condicionar la descolonización desde su aparato burocrático.
La nueva constitución boliviana plantea este proyecto que aun requiere una teoría política, una
ingeniería institucional, y lo más importante, la constitución de nuevas subjetividades políticas
del Estado Plurinacional (Soruco, 2010:131)
En este sentido, el Estado Plurinacional es una alternativa resultado de la relación entre pueblo,
Estado y pluralismo. Una alternativa que sería un horizonte a construir, que si bien debe tomar
en cuenta las determinaciones del pasado debe abrirse a un futuro inédito.
Pero si la memoria del pasado indígena y popular se reactiva en el presente como una potencia
capaz de paralizar el orden vigente el 2003, y constituir un nuevo Estado, el que propone la
constitución, aparece un ejercicio de creación de alternativas, que aquí pensamos como la
relación entre pueblo, Estado y pluralismo, que aunque toma como marco general el Estado-
nación, lo reconfigura porque piensa lo abigarrado desde la forma de organización social y
simbólica indígena, es decir desde un horizonte que no es el moderno" (Soruco, 2010:132).
Dicho de otro modo, la posibilidad de un Estado Plurinacional supone una reconfiguración del
Estado-nación desde un horizonte no moderno. Y esto se debe a que en el Estado nación la
comunidad indígena fue pensada como campesinos para su inserción, en tanto mestizos a la
idea de nación, bajo la condición de negar su origen y sus formas de vida. En un posible
Estado Plurinacional el sujeto indígena tiene que re articular la vertiente nacional-popular, pero
desde un horizonte indígena.
Por lo señalado, es el pueblo boliviano el que, para Soruco, logra desplazar (quitar del centro) a
la idea de nación y en consecuencia de Estado-nación. El pueblo es entonces múltiple, capaz
de ser el sustento de un Estado plurinacional.
Momento constitutivo es una categoría desarrollada por el boliviano René Zavaleta Mercado
(2009). Mediante la idea de momento constitutivo se trata de dar cuenta de aquel momento en
el que las cosas empiezan a ser lo que van a ser por un largo tiempo. Se trata de un momento
inicial, un momento que luego será reiterado, una y otra vez. Dicho de otra manera, estamos
delante de un momento constitutivo cuando se estructuran formas de vida social, económica y
política que se han de desplegar por un largo tiempo, hasta que llegue un nuevo momento
constitutivo (Rojas, 2018).
La estrategia de Zavaleta consistía en recorrer la historia hasta encontrar un cambio estructural
que daba cuenta del presente en que vivimos, entonces rastreaba las causas que producían
este momento constitutivo a partir de la revisión histórica, de los procesos políticos que lo
puedan explicar.
En este sentido, los procesos políticos deben ser pensados no coyunturalmente sino como
procesos de larga duración que determinan la acción política particular, que constituyen sujetos
políticos que posiblemente no existían antes. Esta estrategia nos parece la más plausible para
dar cuenta de las transformaciones del Estado boliviano los últimos años.
Los cambios y transformaciones que se llevaron a cabo en Bolivia son de una potente
singularidad y, en consecuencia, si bien podemos caracterizar jurídicamente al Estado como
plurinacional (Artículo 1 de la CPE), el desarrollo de lo que esta caracterización pueda suponer
es algo aún en desarrollo. El momento constitutivo del Estado plurinacional es algo que se
podrá analizar más adelante, por lo que nos queda sólo podemos elevar algunos elementos
que sirvan para la reflexión de una futura teoría del Estado plurinacional a formarse.
NOTAS
1 Las categorías conceptuales fueron construidas en base a las lecturas y análisis de los
autores mencionados.
2 Las distintas exposiciones de una teoría del Estado incluyen entre sus antecedentes a Jean
Bodin y sus discusiones sobre la soberanía; a Thomas Hobbes y su exposición sobre la
relación monarca-Estado; a Locke y Montesquieu y la división de poderes del Estado; y a
autores contemporáneos como Bobbio y el Estado de derecho; o Kriele y el Estado de
bienestar. Para una síntesis de la teoría del Estado moderno véase a D'Auria, 2012. Para un
análisis detallado de la teoría del Estado y en particular del Estado liberal y sus teóricos véase
a Valles, 2006. Cabe señalar que en la mayoría de las exposiciones de los pensadores y
autores mencionados se justifica al Estado desde argumentaciones que enfatizan en la
necesidad y legitimidad del mismo. Lógicamente toda teoría general del Estado pretende una
generalidad de sus características y no ingresan a un análisis de la singularidad de un Estado
concreto.
3 Para Weber (2007), la sociedad civil es un grupo de ciudadanos que acepta la dominación a
cambio de tener al Estado como el único garante de la justicia y la eficacia.
En palabras de Weber: "Es conveniente definir el concepto de Estado en correspondencia con
el moderno tipo del mismo ya que su pleno desarrollo es enteramente moderno [...] Carcateriza
hoy formalmente al Estado el ser un orden jurídico y administrativo -cuyos preceptos pueden
variarse- por el que se orienta la actividad -acción de la asociación- del cuadro administrativo y
el cual pretende validez no sólo frente a los miembros de la asociación -que pertenecen a ella
esencialmente por nacimiento- sino también respecto de toda acción ejecutada en el territorio a
que se extiende la dominación. Es, además, característico: el que hoy sólo exista coacción
'legítima' en tanto que el orden estatal la permita o prescriba. Este carácter monopólico del
poder estatal es una característica tan esencial de la situación actual como lo es de su carácter
de instituto racional y de empresa continuada" (Weber, 2014b:187).
4 Gellner (2008) afirma que históricamente, en las sociedades post agrarias o industriales, el
Estado pasa a cumplir un papel protagonista, ya que este tipo de sociedades son grandes y
dependen de una división del trabajo y de cooperación, necesitando de esta manera una
organización más compleja.
6 Bob Jessop ha esbozado una respuesta similar a la de Zizek en su trabajo sobre Foucault y
Poulantzas: "Acerca del poder y la estrategia". Para una mayor referencia puede revisarse a
Jessop en Lemke, Legrand, et.al. 2006. Marx y Foucault. Buenos Aires - Argentina: Ed. Nueva
Visión.
7 Pese a que Villoro (1998) rescata una visión liberal del Estado, como sustentado en la
voluntad de los individuos y no las relaciones fácticas de dominación que veíamos con
Foucault, es interesante cómo el discurso sostenido por Villoro, va a buscar fundamentar el
Estado plural como posibilidad de ampliar este contrato a otras naciones, no sólo a individuos,
como veremos más adelante.
11 Como señala Tapia "Hay un elemento de crisis que se podría llamar crisis de
correspondencia, que es en la que quiero poner énfasis. Se trata de una crisis de
correspondencia entre el estado boliviano, la configuración de sus poderes, el contenido de sus
políticas y del tipo de diversidad desplegada de manera auto-organizada, tanto a nivel de
sociedad civil como de asamblea de pueblos indígenas y otros espacios de ejercicio de la
autoridad política que no forman parte del estado boliviano, sino de otras matrices culturales
excluidas por el estado liberal desde su origen colonial y toda su historia posterior" (Tapia,
2015:31).
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LA IDENTIDAD CULTURAL
Dicho de otro modo, se trata de una forma de identificación colectiva, mediante la cual los
miembros de un determinado grupo social (entendidos como una cultura) se diferencian de
quienes no formen parte del mismo.
Todos poseemos una identidad cultural, que en gran parte está determinada por las
condiciones de nacimiento y por la cultura hegemónica (mayoritaria) recibida. Sin embargo,
también influyen los subgrupos a los que se pertenece dentro de su cultura.
Así, dentro de una cultura “oficial” (generalmente coincidente con la cultura o identidad
nacional), existen distintas subculturas o subgrupos que, a pesar de formar parte de la
mayoritaria, presentan rasgos diferentes.
Las identidades culturales, sin embargo, no son monolíticas o totales. Una persona puede ser
más o menos tradicional en su manera de entender y ejercer su identidad y su cultura, o puede
tender al multiculturalismo, o sea, a la convivencia más o menos armónica de elementos
provenientes de diferentes culturas humanas.
La identidad cultural puede ser muy relevante en el trato con los demás, especialmente cuando
ésta se construye en oposición a otros, o en resistencia a otros. Por otro lado, también puede
ser un aliado a la hora de experimentar la sociedad desde un punto de vista más abierto.
La identidad cultural forma parte de quien uno es y de la propia historia. Constituye un legado
importante que los migrantes llevan consigo y aportan a la sociedad que los recoge, tanto como
esta última les ofrece una nueva. Al final, como todas las identidades, la cultural es porosa,
móvil, no necesariamente estricta.
Toda identidad cultural está definida, a grandes rasgos, por algunos de los siguientes
elementos:
Religión. La religiosidad y las tradiciones morales, éticas y místicas de una cultura pueden ser
similares o sustancialmente distintas a las de otra, dependiendo de patrones históricos, y ello
juega un papel fundamental en la identidad cultural, incluso si se trata de personas ateas. Por
ejemplo, los occidentales tendemos hacia una moral cristiana (católica o protestante), dado que
fue la religión mayoritaria durante muchos siglos.
Etnia. Los orígenes raciales y étnicos suelen incidir importantemente en la identidad cultural,
dado que tradicionalmente las comunidades se han agrupado en torno a ideas comunes de
raza, cultura y geografía. Por ejemplo, la identidad cultural afroamericana en los Estados
Unidos es de las más intensas y combativas, dentro de la identidad nacional estadounidense.
Clase social. Los estratos sociales de una comunidad también comparten rasgos de identidad
cultural que pueden ser exclusivos, o que les permiten identificar entre sí a sus miembros. Una
forma de habla, de baile o un imaginario compartido, suelen distinguir las clases obreras de las
adineradas.
Los indígenas goajiros. Pertenecientes a la etnia Wayuu, uno de los pocos pueblos caribes que
sobrevivió más o menos entero a la conquista y colonización española, estos habitantes tanto
de Colombia como de Venezuela poseen una fuerte identidad cultural que los separa de ambas
naciones latinoamericanas, a pesar de ser ciudadanos formales de éstas. Los Wayuu hablan su
propia lengua (el wayuunaiki) y se rigen, hasta donde el Estado lo permite, por códigos de
justicia propios y ancestrales, razón por la cual suelen ser temidos.
La identidad cultural no es algo inmutable, ni fijo, sino que puede cambiar, reformularse y verse
influenciada por otras culturas. Este intercambio puede darse de manera amable y pacífica, a
través de relaciones sociales, culturales o comerciales, en las que ambos partícipes
intercambian prácticas, formas de pensar y se influencian recíprocamente.
Aculturación. Cuando se sustituyen elementos de la propia cultura por los provenientes de otra,
como consecuencia de actos de violencia: conquista, invasión, colonización, etc.
Conclusiones
Las principales transformaciones en la identidad cultural que presentan los jóvenes que migran
del campo a la ciudad con motivos de estudios universitarios son:
a) La adaptación al cambio tecnológico que resulta bastante fuerte respecto a las exigencias
que se tienen en este aspecto en el colegio del área rural, en comparación con una Carrera
Universitaria, basta con poner el ejemplo del examen de admisión que se lo rinde frente a una
computadora, lo cual resulta nuevo para estos jóvenes al momento de ser evaluados. Lo
tecnológico entonces afecta de forma determinante su forma de actuar y es fundamental para
un buen desempeño académico y una deseable aceptación social.
c) El idioma, la música y la vestimenta también son aspectos que han sido modificados, y se
consideran, en muchos casos, como condicionantes para lograr una adaptación social en el
ámbito universitario urbano. El relacionarse en un idioma originario como por ejemplo el
quechua, o escuchar la música autóctona de su comunidad, al igual que el utilizar poncho,
abarcas, pollera o acsu, que utilizan normalmente en su lugar de procedencia, puede
convertirse en una limitante al momento de buscar una aceptación social dentro del medio
social universitario, es por este motivo principalmente que se produce una modificación y
alteración en cuanto a estos aspectos que forman parte de su identidad cultural.
d) Si bien las creencias, la religión y las ceremonias teológicas tradicionales que se realizaban,
no han sufrido cambios determinantes, también se ha podido evidenciar que lo que se ha visto
afectado es el aspecto ritualístico, el cual se lo deja de lado pues generalmente se lo realizaba
con los miembros de su familia o de su comunidad, y al no estar ellos presentes, prácticamente
los rituales antes realizados quedan olvidados.
e) El estilo de vida a nivel alimenticio, de distracción y del cuidado de su salud, también sufre
cambios, pues la fruta, vegetales o la carne, antes disponible de forma fresca y a bajo costo,
ahora en la ciudad, muchas veces, llegan con conservantes y los precios hacen que estos
productos sean inaccesibles para el limitado poder adquisitivo de un estudiante.
Aspectos como la contaminación ambiental son una constante que puede afectar a su salud, y
hasta los hábitos de distracción, deporte y entretenimiento van cambiando, pues son
modificados de acuerdo al nuevo entorno social en el que están inmersos.
LA JUSTICIA INDIGENA
Resumen
En este artículo se trabaja una quincena de publicaciones sobre Justicia Indígena en Bolivia,
publicadas entre 1999 y 2013, que se consideran emblemáticas o fundamentales en esta
materia. Fundamentalmente, se discute la posibilidad de crear representaciones generales de
la justicia indígena y se debate el carácter ficcional que tiene la bibliografía especializada en
esta materia. Finalmente, se cuestiona la posibilidad real de determinar la calidad de la Justicia
Indígena como espacio de administración de justicia a partir de los textos analizados.
Abstract
This article analyzes fifteen academic works considered emblematic or fundamental regarding
Indigenous Justice in Bolivia published between 1999 and 2013. Fundamentally, the possibility
of creating general representations of indigenous justice is disputed, and the fictional nature of
the specialized bibliography on this matter is discussed. Finally, the possibility of determining
“for real” the quality of Indigenous Justice as a space for the administration of justice from the
published work is put into question.
Introducción
La misma denominación del objeto de estudio se convierte en un primer elemento del debate,
utilizándose denominaciones como derecho informal, derecho consuetudinario o folk law –en el
mundo anglosajón– que tienden a calificar las normas indígenas como costumbres[6]. En
contraste, investigaciones más recientes tienden a referirse a estas como sistemas jurídicos[7],
justicia comunitaria[8], justicia indígena[9], derecho indígena[10] o, más recientemente,
jurisdicción indígena[11] (García-Tornel, 2019, pp. 17-18).
Cada una de estas denominaciones se aplican por diferentes corrientes autores al mismo
fenómeno (o incluso, a su manera, crean el fenómeno), pero debe notarse que no son
sinónimos exactos entre sí, pues más allá de la perspectiva y presupuestos que traen, tienen
alcances diferentes: por ejemplo ciertas prácticas sociales como los linchamientos o las
prácticas de las zonas periurbanas pueden ser –y con frecuencia lo son– incluidos en los
estudios sobre justicia comunitaria, pero quedan fuera de aproximaciones que se concentran
en la jurisdicción.
En este sentido es que la presente investigación no tiene como finalidad mostrar cómo sería la
justicia indígena, sino únicamente dar cuenta de cómo esta es mostrada, representada o
narrada en la bibliografía, partiendo del presupuesto de que la realidad cultural sería un
indiscernible de densidad compleja y que tan sólo ciertos elementos de ésta son recogidos, a
través de observaciones más o menos rigurosas, en los estudios de antropología jurídica para
determinar inicialmente cuales son las posiciones de sujeto que se encuentran en juego en
dichas narrativas.
Esto no implica afirmar un relativismo, sino concebir que los textos de antropología jurídica
construyen narrativas y relatos fundados en trabajos de campo y recolección de datos en
cuadernos de campo, anotaciones etnográficas, etc. que son, en definitiva, textos y al
presentarse como textos son, por tanto, analizables como tales. Es por esto que analizar la
verosimilitud de estas descripciones se debe fundamentar en la denominada carga teórica de
los textos, esto es en “que los hechos constituyentes de la narrativa escrita son lo que son en
virtud de la narrativa como un todo y la narrativa como un todo es lo que es en virtud de las
descripciones constituyentes” (Tozzi, 2009, p. 158), sin embargo debe notarse que esta carga
teórica y los hechos constituyentes se presentan en el texto en sí y no son una referencia a
hechos exteriores, sino a cómo estos hechos son narrados; es decir que la verosimilitud de la
descripción se encuentra en el texto en sí pues el acceso directo al pasado que la narración
encierra es imposible.
De esta forma sería posible no sólo identificar la forma en la que la bibliografía sobre justicia
indígena describe las prácticas, autoridades y normas, sino también intentar determinar en qué
narrativa general se insertan estas descripciones.
La bibliografía sobre justicia indígena es muy amplia, sobre todo si se toma en cuenta que ésta
es tratada de diferentes formas y perspectivas en un extenso periodo de tiempo. Es además
muy diversa, por encontrarse estudios que se vinculan a una diversidad compleja, en ocasiones
tratando ésta desde una aproximación general y en otros a partir de estudios en comunidades
concretas.
Ante esta situación se ha optado por delimitar el universo de los textos tratados: En primera
instancia, bajo un esquema geográfico y temporal optando por trabajar textos relativamente
recientes con la finalidad de mostrar la narrativa contemporánea respecto a la justicia indígena
en Bolivia. En segundo lugar se ha delimitado los textos a partir de su importancia e impacto a
partir de referencias cruzadas y su influencia en el campo de estos estudios, bajo el
presupuesto de que toda selección es arbitraria.
Luego de la delimitación mencionada de los textos tratados, se han identificado una quincena
de publicaciones y colecciones que tratan estudios respecto a la Justicia Indígena, con la
finalidad tanto de determinar cómo describen éstos estas prácticas de justicia y también de
identificar cuáles son los casos de estudio reiterados o más citados en la literatura
especializada:
2. La investigación “La ley del Ayllu”, realizada por Marcelo Fernández Osco (2004),
publicada por el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), describe tres
situaciones de derecho indígena: el cantón Sica Sica, la marka Yaku y el ayllu Laymi-Puraka.
8. La colección “Detrás del cristal con que se mire: mujeres indígenas, órdenes
normativos e interlegalidad” publicada el 2009 por la Coordinadora de la Mujer incluye ocho
publicaciones: siete investigaciones de estudios concretos y un texto que discute género y
orden normativo de forma transversal a todas las investigaciones.
15. El “Mapa Jurídico Indígena y tipologías jurisdiccionales”, coordinado por Ramiro Molina
R. (2013), publicado por la fundación Construir, realiza una descripción esquemática de justicia
indígena (cuatro municipios: San Pablo de Huacareta, Villa Vaca Guzmán, San Buenaventura y
Guanay), justicia originaria (tres municipios: Salinas de Garci Mendoza, San Pedro de Totora y
Curahuara de carangas) y justicia campesina (dos municipios: Mizque y Aiquile)
Se debe notar que en las últimas décadas del siglo XX, progresivamente la academia ha
cambiado su perspectiva sobre la temática indígena en general y de la justicia indígena en
particular. Esta transformación ha partido de considerar que la historia oficial omitía
artificialmente el lado indio o campesino[14] a un aparente consenso intelectual en el cual lo
indígena sería automáticamente considerado como algo bueno o positivo[15].
Estas posiciones pueden evidenciarse en muchos de los textos e investigaciones analizados:
Por ejemplo, en La ley del Ayllu, Marcelo Fernández afirma que “desde la memoria oral
indígena, los derechos se hallan sustentados en el pasado. La historicidad crea la legitimidad
jurídica” (Fernández, 2004: 2) y considera que existe un carácter cuasi-sagrado al vincularse “el
mundo ritual-religioso y su imbricación con el pasado profundo” (ibíd.) en tanto se relacionaría
el concepto de justicia con el de pecado. Estas concepciones simbólicas de la justicia
encuentran un correlato con concepciones históricas al respecto, el mismo Fernández afirma:
“En el afán de racionalizar las continuidades jurídicas organizativas de las pervivientes
estructuras de poder indígena de los ayllus y comunidades, es necesario mirar lo que fue la
administración de justicia antes de la conquista y durante la colonia” (Fernández, 2004, p. 3),
en cuyo periodo coincidiría el patrón religioso como base del sistema gubernativo, político y
social. Estas narrativas pueden encontrarse en varios autores, como forma de ejemplo
Chuquimia (2012) hace énfasis en las descripciones de Guamán Poma de Ayala a principios
del siglo XVII para mostrar la severidad de los castigos que habría tenido el incario.
A esta concepción que vincula los modos originarios de resolución de conflictos de las
comunidades a un carácter histórico ancestral, otras concepciones afirman la idea de que los
rasgos culturales de éstas prácticas tienen un origen múltiple. Por ejemplo Molina y Arteaga
afirman que éstas “están constituidos por un conjunto de elementos provenientes de distintos
orígenes culturales, tanto de las civilizaciones precolombianas como por la europea” (Molina y
Arteaga, 2008, p. 19). Estas afirmaciones se vinculan a concepciones que consideran que se
han construido alrededor de experiencias históricas diversas, por lo que sería importante
“comprender que lo que llamamos derecho consuetudinario tiene una historia colonial y
republicana constitutiva de la justicia comunitaria.” (Molina, 1999, p. 39). Otras concepciones
afirman tradiciones más recientes, como que también se encuentran cruzadas por diversas
prácticas, como por ejemplo la sindical agraria[16] sobre todo en la construcción de los
esquemas de autoridades en algunas poblaciones (Molina y Arteaga, 2008; Fernández, 2004).
Respecto a esta situación y concepciones, Calla (1999) advierte que se deben evitar dos
fundamentalismos comunes: por un lado el fundamentalismo de la modernización bajo el cual
todo lo tradicional sería arcaico y bárbaro y por tanto no valioso y, por otro, el fundamentalismo
innovacioncita para el cual la única novedad es el pasado bajo el cual todo lo tradicional sería
idealizado.
Además del contexto histórico, las investigaciones de justicia indígena tienden a afirmar la
complejidad de las prácticas de administración de justicia en las comunidades, conformado por
múltiples factores.
Este tipo de definiciones implicaría considerar que las prácticas de justicia indígena no se
encuentran en el vacío, sino que por el contrario se presentarían de forma contextualizada en
una comunidad de la que forma parte constitutiva. De acuerdo a esta visión éste sería uno de
los carácter diferenciadores de estas prácticas de justicia frente a la jurisdicción ordinaria: Se
concibe desde este punto de vista a la comunidad como parte esencial de este sistema, en
tanto todos los miembros de la comunidad conocen y participan del sistema, lo que según
Bazurco y Exeni (2012) es un diferencia fundamental de la justicia indígena respecto a los
sistemas estatales, pues estos “requieren de especialistas a los cuales se les delega la
administración de justicia, de interpretación de normas, de elaboración y aplicación de
procedimientos, en fin, son los llamados a definir, por delegación y especialización, lo que
implica la ‘justicia’ para el conjunto de la sociedad” (Bazurco y Exeni, 2012, p. 53-54), mientras
que lo “lo que caracteriza al derecho consuetudinario es precisamente que se trata de un
conjunto de costumbres reconocidas y compartidas por una colectividad [...] el derecho
consuetudinario es propio de sociedades que carecen de Estado, o simplemente opera sin
referencia al Estado” (Stavenhagen, 1990, pp. 29-30), lo que no significa que no operen en
ciertos casos en vinculación al Estado, sino que su referente central no sería el Estado sino la
comunidad, ya que en muchos casos el Estado –a través de sus representantes y autoridades–
se haría presente en la justicia indígena, pero con un carácter en ocasiones secundario como
en los casos de remisión de casos demasiado complejos o, en otras, de intervención directa,
usualmente percibida como negativa o conflictiva por los investigadores.
Si bien desde esta perspectiva algunos autores como los citados intentan generalizar algunas
características comunes de las diferentes jurisdicciones indígenas, al reproducir estos listado
se debe tomar en cuenta que, por un lado, se han tomado los indicadores de forma arbitraria,
pudiendo haberse dejado de lado otros indicadores que podrían ser relevantes y, por otro, que
estas características parecen ser identificadas de acuerdo a cierto carácter positivo, es decir,
en base a los elementos de la justicia comunitaria que son tomados como valiosos en contraste
con la jurisdicción ordinaria, dejando aparentemente de lado las características que podrían
considerarse criticables. Estos listados de características permite mostrar un elemento bastante
común respecto a las investigaciones sobre justicia indígena: que se presentan ante un
contexto teórico y político ante el cual intentan defender esta jurisdicción y justificar su
reconocimiento por parte el derecho oficial.
Por esta subjetividad latente se han provocado una serie de acusaciones –que los antropólogos
culturales intentan superar– respecto a que las investigaciones etnográficas no serían neutras
sino que estarían más bien fuertemente interesadas, lo que provocaría una distorsión en la
credibilidad de las narraciones resultantes, tanto por los intereses en juego que pueden tener
los sujetos investigadores como por los intereses que tienen los sujetos investigados que se
convierten en la fuente de información. Estas críticas, más allá de sus posibles respuestas, no
desaparecen al tratarse de estudios fuertemente vinculados a estas metodologías, como es el
caso de las investigaciones de antropología jurídica. Esto no implica que la verosimilitud del
texto –o su veracidad, a este efecto– sea negada, sino simplemente que se debe tener en
cuenta al tratarse de este tipo de investigaciones que tienen límites en las condiciones de
posibilidad de recrear el objeto descrito.
Este tipo de comentarios hacen referencia a un evento más estudiado en disciplinas cercanas a
la historiografía[25], pero que sin embargo son aplicables a las descripciones etnográficas o
antropológicas, que giran en torno a que el pasado –o en este caso la realidad social– es
incognoscible, y solamente es posible acercarse a los datos recogidos en archivos –en este
caso cuadernos de investigación o similares– sobre los que el investigador realiza su narración
con un fuerte carácter de ficcionalización para unir y dar sentido a los datos que de otra forma
se encontrarían sueltos y dispersos.
“Se trata de formas administrativas de justicia distintas, diferentes, que se mueven bajo otros
valores, otra ética, otra lógica, que son arrancadas al sistema de la administración de justicia
imperante, de corte liberal. Cuando hablamos de normas y procedimientos propios lo hacemos
desde la actualización de prácticas ancestrales, retomadas en el presente, en mezcla, en
sincretismo, en simbiosis con prácticas que se han venido cristalizando desde la Colonia,
pasando a los periodos republicanos, con sus deformaciones modernizadoras. Cuando
hablamos de instituciones propias, nos referimos a estructuras y organizaciones comunitarias
resistentes a las desterritorialización y a la descohesión comunitaria. (Prada, 2012, p. 426)
Esta segunda cita muestra que en las investigaciones contemporáneas de justicia indígena
existe un rechazo a las aproximaciones anteriores por considerarlas políticamente sesgadas
contra la justicia indígena, siendo válido preguntarse si estas nuevas investigaciones no se
encuentran más bien sesgadas a favor de ésta.
¿Podemos determinar la Calidad del Espacio de Justicia Indígena desde esta bibliografía?
En este tipo de análisis puede observarse que si bien la bibliografía tiende a mostrar una
amplia aceptación de espacio indígena de justicia, este tipo de afirmaciones se enmarcan en
posiciones teóricas o políticas pre-constituidas, en el peor de los casos de romantizaciones
abstraídas de la realidad y, en el mejor, de abstracciones construidas a partir de la
ficcionalización producida necesariamente por el tipo de descripciones y narraciones
analizadas supra en el subtítulo a las ficcionalizaciones de éste tipo de literatura, sostenido
además por el carácter oral de la justicia indígena, cuyos elementos se constituyen en “un
método analítico y al mismo tiempo narrativo” (Fernández, 2004, p. 330).
Sin embargo, más allá del carácter ficcionalizado que puedan tener este tipo de afirmaciones,
es indudable que la bibliografía se presenta bastante uniforme en el sentido de mostrar la
justicia indígena como un espacio de justicia altamente aceptado por sus receptores, incluso al
punto de afirmar su existencia en el contexto de las luchas sociales por reconocimiento cultural
y étnico de las comunidades indígenas –institucionalidad propia y autodeterminación– en un
proceso histórico de subalternidad y subordinación, en el cual este espacio no debería medirse
por su calidad, sino más bien comprenderse éste, de acuerdo a Calla (1999), que al ser parte
de su realidad viva presente su reconocimiento. Esto implica no sólo practicar sus tradiciones
sino también las innovaciones e iniciativas de ajuste que se incorporan a sus sistemas de
justicia, los que les permiten mantener vigencia y operacionalidad frente a una realidad
cambiante. Este tipo de criterios se fundamentan no tanto en un carácter de calidad del espacio
de justicia sino en componentes de tipo histórico, social, político e, incluso, ético.
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LA RACIONALIDAD ANDINA
1. Introducción
del modelo económico o, de manera más explícita, que el comportamiento de los agentes
Esta sospecha nos condujo a revisar la literatura que se produjo sobre el tema, lo cual
nos dio como resultado que, evidentemente, podíamos esperar conductas distintas o, con
mayor precisión, que la conducta económica de los agentes que provenían de la cultura
andina era distinta a la que se presenta en nuestro modelo económico. En forma breve está
grupos humanos estudiados, es decir a hogares con jefes de hogar originarios y hogares con
jefes de hogar no originarios, tomando como universo de estudio a los hogares de las
ciudades de La Paz y El Alto. Por último, con base en la Encuesta de Hogares del Instituto
Nacional de Estadística para el año 2012, construimos ciertos modelos que puedan corroborar
2. Racionalidades Distintas
Hace casi dos décadas el profesor Huntington (1996) nos sorprendía con su libro: The
Clash of Civilizations and the Remaking of Word Order", y decimos que nos sorprendía no
por el haber realizado algún invento prodigioso, sino por haber sido capaz de mostrar algo
que muchos no podían o no querían ver, como discutiremos brevemente en este acápite.
El derrumbe del socialismo, con la caída del Muro de Berlín en 1989, dio paso a la idea
o, con mayor precisión, la esperanza del fin de los enfrentamientos y la transición hacia un
mundo basado en la democracia liberal, tal como fue presentado por Fukuyama (1992); sin
embargo, pocos años después Huntington nos ponía en alerta, señalando que después de la
Harvard, destacaba que ahora las banderas y los otros símbolos de identidad cultural se
lucha no será para conquistar el mundo, sino por la búsqueda de la valoración de cierta
1 El presente trabajo fue realizado como Idea de pequeño proyecto en el marco del concurso
auspiciado por el Vicerectorado Académico Nacional de la Universidad Católica Boliviana \San
Pablo". Los autores agradecen los comentarios
masas en el quehacer político, no fue un proceso que rompiera la estructura política vigente,
como lo destaca Dunkerley (1987) cuando señala: La extraordinaria falta de rompimiento con
el estilo político y la vida cultural anteriores reflejó asimismo el carácter gradual de los
cambios introducidos por el gobierno". De forma más dramática y desde una perspectiva
marxista, Zavaleta (1992) señala que las masas que vencieron en las jornadas de abril de
1952no era verdaderamente proletariado pues al mismo tiempo era una clase tan victoriosa
como impotente".
Revolucionario, tuvo como objetivo incorporar a las masas, especialmente a las masas
campesinas, a la lógica de los mercados urbanos, sin considerar sus valores culturales y las
formas de reproducción económica presentes en estos grupos humanos, sino, por el contrario,
su objetivo fue el de sobreponer la lógica del mercado, en un proceso cuyo resultado fue un
esquema donde los vencidos serán quienes impusieran las condiciones a los vencedores.
Ciertamente la realidad es más fuerte que los deseos y, como resultado de este proceso,
en 1980, no fueron lo suficientemente lúcidos para ver que la Revolución de 1952 no había
sido capaz de eliminar las contradicciones entre dos cosmovisiones distintas. Si bien había
logrado morigerar los factores de conflicto, no había cerrado las brechas de distanciamiento
entre los diferentes grupos humanos que constituyen la sociedad boliviana. Las reformas
económicas de la década del ochenta y las posteriores reformas de los noventa tuvieron corta
vida, lo cual se constituye en la fundamental explicación de su fracaso, pero esta corta vida
fue el efecto de las contradicciones sociales no resueltas, más allá de la poca capacidad de
Todo este contexto fue leído adecuadamente por un grupo de intelectuales de izquierda
liderizados por Alvaro García Linera y el Movimiento al Socialismo de Evo Morales Ayma.
Así, el 18 de diciembre del 2005, Evo Morales ganaría las elecciones nacionales con un
algunos elementos que puedan testearla, es que la lógica económica, lo que se denomina la
En dicho marco, ciertos valores de la denominada visión occidental se contradicen con las
concepciones andinas, lo que conduce, desde un determinado punto de vista, a establecer
mundo somos tributarios, se asienta en tres pilares: La lógica aristotélica, como manera de
ordenar los fenómenos que rigen el mundo; la religiosidad Judea - Cristiana, como el
conjunto de valores o código de ética, que regula las acciones entre los hombres; y el
comportamiento de los individuos en sus intercambios de valores, data de más de dos siglos y
complejidad matemática la hace casi inentendible para quienes han desarrollado cierta grima
en contra de la abstracción matemática, cabe destacar que este desarrollo ha servido para
explicitar los supuestos e hipótesis que están detrás de las distintas interpretaciones de los
fenómenos económicos.
complicación matemática, no es otra cosa que el desarrollo lógico partiendo de este único
supuesto. Este supuesto, que en realidad es un verdadero axioma para entender la teoría
económica, es que cuando a un individuo se le presenta más de una alternativa, éste escogerá
Cabe anotar que han sido muchos los intentos, fallidos por cierto, por cuestionar el
modelo económico.
que en su momento recibiera amplia difusión. En todas estas críticas se destacan los
siguientes elementos. Se dice que los individuos, limitados por las relaciones de explotación
del sistema o limitados por su condición de pobreza, no son capaces de elegir la mejor
alternativa cuando tienen que hacer una elección; sin embargo, ésta crítica es falaz, ya que si
las alternativas no estarían al alcance de los individuos, cualquiera que sea la razón para ello,
economista está buscando empleo, seguramente entre sus alternativas no estará la posición de
Otro de los elementos con lo que se ha querido criticar el modelo económico, es que
cuando los individuos hacen sus elecciones están afectados por problemas de insuficiencia o
asimetrías de información, es decir que los mercados no son transparentes y que ello
determinaría que los individuos no puedan obtener la máxima utilidad al realizar sus
intercambios de valores, como lo explicaran varios autores, entre ellos Stiglitz (2002); sin
embargo, el modelo no supone, en ningún momento, que no existan estas desviaciones, sino
que las mismas, al igual que cualquier otra mercancía, tienen un costo. Este costo
corresponde a lo que se debe pagar por la información o los costos en que se incurren cuando
Un tercer elemento de crítica, aunque de menor solidez teórica, se reére a que los
maximizar la utilidad de los recursos que entregan a cambio. En este caso, la crítica parte del
supuesto de que un tercero, tal el caso de quien formula la crítica, tiene la capacidad de
evaluar o medir de mejor manera la utilidad de los individuos que ellos mismos, lo cual,
Racionales, está referido a las acciones de sustitución intertemporal que realizan los
en el siguiente punto.
Por último, y probablemente ésta sea la crítica más sólida a la racionalidad económica
que sustenta la teoría económica, es aquella que sostiene que los hombres no solamente
actúan movidos por sus propios interese individualistas, sino que en ellos reside un
sentimiento de solidaridad, el cual los diferencia de los otros animales. Es evidente que si
entendemos el egoísmo al que se refirió Adam Smith como un actuar en los intercambios de
valores en mercados sin justicia y sin valores éticos, la crítica tendría validez; sin embargo,
esta lectura maliciosa del interés propio, será un verdadero agravio al propio Smith (1759),
más egoísta que se pueda suponer al hombre, existe evidentemente en su naturaleza algunos
principios que le hacen interesarse por la suerte de los otros, y hacen que la felicidad de éstos
le resulte necesaria, aunque no derive de ella nada más que el placer de contemplarla".
distinta a la occidental o, más propiamente, a la racionalidad que sirve de base para la teoría
económica convencional, datan de la década del sesenta y la década del setenta del pasado
siglo. Los trabajos de Mauss (1971) y Sahlins (1977) probablemente pueden ser considerados
como los embriones de esta reflexión, aunque evidentemente el trabajo de Temple (1986)La
Dialéctica del Don" (1986) fue el que mayor repercusión tuvo a la hora de discutir la
En estos primeros trabajos si bien se logra identificar ciertas especificidades del modelo
parten del hecho de que la redistribución, ligada al consumo colectivo, será quien ordena a la
esfera de la producción; sin embargo, independientemente en que parte del ciclo iniciemos el
formas de mercado, es decir la lógica del intercambio. A objeto de eludir este resultado, es
decir el intercambio entre individuos y sus propios intereses, Temple y otros, han intentado
ubicar al don en los objetos antes que en la acción humana, lo cual evidentemente es forzar el
nostálgica, han venido a proponer la idea de la existencia de una racionalidad andina, distinta,
como un individuo ligado a la naturaleza o, para ser más precisos, como colectividades
distingue entre la racionalidad, como actuar lógico de los individuos, y sus concepciones
míticas.
Platón (370-347), a pesar de la visión romántica que tenía el filósofo griego, claramente
se puede ver que el relativismo cultural no hace a la racionalidad o actuar lógico de los
individuos, sino que los individuos, determinados por su naturaleza, asumen ciertos valores
culturales y optan por una u otra en correspondencia a sus intereses, lo que, evidentemente,
está fuertemente influenciado por los grupos dominantes que buscan subsumirlos al interior
de su concepción.
El trabajo de Peña Cabrera (1993), también desde una visión romántica y mítica,
distribución proporcional de sus frutos, en el marco de una concepción holística que no altera
Así, el control de varios pisos ecológicos no era otra cosa que la organización de la
probablemente más práctica, intenta no solamente contrastar las distintas visiones del proceso
productivo y la racionalidad económica de los individuos que conforman los distintos grupos
impulsar acciones en busca de sinergias para el desarrollo del país. De este trabajo es que
Blacutt destaca como un principio, al que él considera podría ser un axioma, que la
individuo no será nada si no está relacionado con la comunidad y, como corolario de ello, se
ello, la poca valoración de la ontología en la visión andina será reemplazada por la red de
relaciones entre las cosas, tanto animadas como inanimadas, que conforman la realidad.
El trabajo del profesor Blacutt es un buen intento para comprender esta cosmovisión
material, tienen una relación de correspondencia biunívoca que explica su existencia. Esta
correspondencia no es una relación causa - efecto, sino será una relación armoniosa de
existencia. Una correspondencia entre el todo y las partes, entre la realidad material y la no
material, entre lo inmaterial y lo humano, entre lo bueno y lo malo y entre todo con todo.
sino como parte del todo, de allá se deriva que el individuo separado “no es". Este principio
El principio del tercero excluido, literalmente explicado por Blacutt, señala: Este
lógica occidental, contrariamente, establece que algo no puede ser y no ser al mismo tiempo,
andina, aunque reconoce la existencia de contrarios, afirma que ambos pueden existir como
El principio de reciprocidad, según lo explicado por Blacutt, señala: Los eruditos dicen
esto es, a cada acto le corresponde, complementariamente, un acto recíproco. Esta relación de
correspondencia no se circunscribe solamente a los actos humanos, sino a los naturales entre
si y a los humanos y naturales, por lo que la ética no está limitada al hombre, pues tendría
que lo interesante de este principio es que establecería una especie de justicia cósmica entre
los intercambios.
tiempo. La visión occidental del tiempo es lineal, existe un pasado al que no se puede
retornar, un presente efímero y un futuro que llegará. En ese contexto, el hombre camina
mirando hacia el futuro, camina hacia adelante, viviendo el futuro ante el fugaz presente y la
bien es también lineal, se camina hacia atrás, es decir de espaldas al futuro y solamente
viendo el pasado. La lógica de este caminar de espaldas es que como el pasado es incierto, no
se lo puede ver, es mejor caminar aprendiendo del pasado para no caminar a ciegas.
De acuerdo con Blacutt, la concepción andina del tiempo no será lineal, sino circular o,
con mayor precisión, cíclica. El pasado será también futuro, como el futuro será pasado, sin
existir una regularidad cronológica entre ambos. La concepción andina estaría basada en un
espacio - tiempo en el sentido de que aquello que da realidad al espacio - tiempo será la
actividad humana.
3. Discriminación Étnica
referencia a una manera de ordenar o clasificar ciertos fenómenos u objetos; sin embargo, en
igualdad entre los seres humanos. Igualdad que no debe ser entendida como igualdad en todo,
grupo de personas, una institución o un gobierno, tiene una actitud adversa en contra de
ciertas personas o grupo de personas por alguna característica que los hace diferentes,
característica que puede ser su sexo, su origen étnico, su nacionalidad, su posición política,
denominada discriminación racial, es una de las más importantes y será la que tratemos en
derechos a las personas por su raza, color de piel, costumbres culturales o ascendencia étnica,
siendo que esta actitud se traduce en un trato inferior. Generalmente se piensa que la
fundamentales en las esferas económica, social, cultural, política y en cualquier otro ámbito
de la vida en sociedad.
pre-mercado, se presenta cuando ciertas personas han sido excluidas o marginadas de las
posibilidades de acceso a inversiones en capital humano que les permitan ingresar al mercado
adquiridas por los individuos antes de insertarse al mercado laboral, el indicador sobre los
años de educación recibidos será nuestro instrumento de medición; sin embargo, cabe
estar presente en la realidad boliviana. Es mucho más probable que exista una discriminación
por ingresos, denominémosla discriminación indirecta, es decir que los ingresos de los
hogares de ciertos niños en edad escolar sean reducidos, lo que condicionaría a que los niños
trabajen desde temprana edad dejando de estudiar o colocando sus estudios como segunda
Participación es del 64.78 %, lo cual estaría dando cuenta de la presencia de esta situación.
hogares de elegir el centro de educación para sus hijos, está la calidad educativa de los
centros de educación.
De acuerdo con el trabajo de Mercado, Andersen, y Muriel (2003) existe una marcada
será uno de los factores más importantes para las diferencias que se presentan en la inserción
al mercado laboral. Los datos trabajados en el estudio referido fueron tomados del Mapa
investigación.
Por otra parte, pueden existir otros factores que influirían sobre los incentivos a invertir
en educación, entre ellos estarían las expectativas de ingreso al mercado laboral, es decir la
valoración que hace el mercado laboral del capital humano. De acuerdo con un estudio
realizado por Hernani y Villarroel (2011) los retornos de la educación en Bolivia entre 1999
los retornos a la educación entre 1999 y 2009 habría sido de un 45 por ciento. La caída de los
retornos en el nivel secundario del 58.9 por ciento, mientras que a nivel superior la caída será
que deben realizar en la educación de sus hijos. Esta posible racionalidad económica distinta
desde la perspectiva de la visión andina respecto a la visión occidental o, para ser más
Tomando a todas las personas de sexo masculino con una edad mayor o igual a 30 años
hablar.
Allá claramente se puede observar que los “No originarios” presentan mayores niveles
de educación respecto a los Originarios". Si tomamos a los individuos que tienen un nivel de
educación menor a 8 años, veremos que son los Originarios" quienes se encuentran
mayormente representados en este grupo, mientras que si se toman a los que tienen niveles
10
superiores a los 12 años de educación, se observa que son los “No originarios” quienes
Lo que está dando cuenta este gráfico es que los “No Originarios” tienen niveles de
educación superiores a los “Originarios”, aspecto que puede ser el resultado de varios
mismo ejercicio para el caso de las mujeres. Tal como se puede observar, el patrón es el
mismo, es decir que las mujeres “Originarias” presentan menores niveles de educación que
las “No Originarias”, aunque claramente se ve que en el caso de las mujeres las diferencias se
hacen mucho más pronunciadas que para el caso de los hombres. Este último aspecto
Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta de Hogares 2012 (Ver anexo 1).
mismas pautas de comportamiento que otros mercados, es decir que los intercambios o
mismos.
Sin embargo, como veremos con los datos que se procesan en este trabajo, los
actividades o son remunerados con salarios más bajos. Evidentemente que estos resultados no
son del todo concluyentes, en tanto que existen otros factores, aparte de los años de
educación, que podrían influir en la productividad de los trabajadores, entre ellos estaría por
valores culturales de las personas, ciertas características requeridas para ciertos tipos de
trabajo y otros.
contra de ciertos grupos, digamos los “Originarios”, estaría explicada por lo que Becker
(1971) denomina el gusto por la discriminación (taste for discrimination). Este fenómeno será
11
la expresión de ciertos prejuicios que tienen los empleadores en contra de los trabajadores
Originarios", prejuicio que evidentemente tendría un costo, por el cual los empleadores
En la Figura 3, bajo el supuesto que existe una relación positiva y lineal entre los años
En la Figura 4, bajo el supuesto de que la calidad educativa sea homogénea para los
grupo originario, los individuos reciben una remuneración menor a los “No originarios”,
aunque ambos tengan la misma productividad marginal. Esta discriminación estaría mostrada
por la brecha entre ambas funciones y se espera que la misma se vaya ampliando con el
siguiente gráfico, donde claramente se puede observar que, evidentemente, existe una
discriminación étnica en el mercado laboral en estas dos ciudades. Las brechas a primera
12
vista parecen no ser muy significativas, sin embargo conviene recordar que son medidas en
Es importante destacar dos elementos que, de alguna manera, morigeran las posibles
conclusiones a las que se puede arribar con la información presentada. Primero, que una parte
calidad de la educación, es decir que dadas las restricciones de ingreso, los “Originarios”
transparencia de este, dado que no existe un ranking de instituciones educativas, hace que los
actitudes de los trabajadores que van a contratar, y si bien los años de educación y la
experiencia laboral les brindan ciertas pautas, son variables que adolecen de las deficiencias
que afectan la productividad y sobre los cuales ni los empleadores ni los investigadores
largo de los diferentes grupos poblacionales, no debería existir discriminación. Sin embargo,
con diferencias sistemáticas en los niveles de productividad entre los grupos, se podría
ciertos grupos clasificados por etnia, género o religión que presentan peor desempeño o
Claramente se observa que los salarios de los “No originarios” están por encima de los
13
referencia a sus años de educación, controlando los datos por sexo y por pertenencia a un
determinado grupo étnico, se realizó una regresión Mincer, cuyos resultados se presentan en
la Tabla 2. Para la construcción de esta regresión se tomaron a los asalariados de las ciudades
de La Paz y El Alto.
“Originarios”
Porcentaje
“No Originarios”
37.56
58.51
3.26
0.45
0.12
0.10
0.00
0.00
0.00
0.00
28.44
62.97
6.80
1.10
0.46
0.15
0.04
0.00
0.00
0.04
Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta de Hogares, 2012 (Ver Anexo 3).
El retorno por un año adicional de educación es igual a 7.57 por ciento por año sobre
la tasa salarial por hora. La variable años de educación explica un 14.81 por ciento de la
Un año adicional de experiencia incrementa el salario por hora del trabajador en 2.48
por ciento, sin embargo este efecto es decreciente por el parámetro estimado para la variable
experiencia al cuadrado.
Ser mujer reduce el salario por hora en un 20.79 por ciento y esta variable explica un
hora en un 3.43 por ciento, aportando un 0.27 por ciento a la explicación de la variable
dependiente.
racionalidades distintas entre los grupos de estudio, fue señalado por Mercado (2014) en los
siguientes términos:
14
Tomando a los jefes de hogar de las ciudades de La Paz y El Alto, se preguntó cuál
había sido el idioma en el que aprendieron a hablar. 36% respondió que lo había hecho en un
idioma originario, de lo que podríamos inferir que este porcentaje corresponde a personas de
hipótesis de que nadie desearía ser identificado con el grupo discriminado, se esperaría que
este porcentaje debería ser bastante menor al 36 %; no obstante, los datos nos muestran que
R-cuadrado: 0.1731
Años de educación
Experiencia
Experiencia al cuadrado
Dummy mujer
Dummy originario
Término constante
0.0757
0.0248
-0.0003
-0.2079
-0.0343
1.1058
18.62
8.37
-6.23
-6.73
-0.88
15.75
0.1481
-0.0467
0.0499
0.0191
0.0027
Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta de Hogares 2012 (Ver Anexo 4).
Por último, otro dato interesante, que de alguna manera hace referencia a la
racionalidad de los grupos en estudio, es aquel que tiene que ver con la integración entre
ellos. En un estudio realizado por Mercado, Leitón, y Ríos (2004) se muestra que la
integración entre los “Originarios” y los “No originarios” es bastante baja, Así, del total de
matrimonios un 39.39 por ciento se dan entre individuos que pertenecen al grupo originario,
denominado indígena en el estudio, un 52.19 por ciento entre individuos “No Originarios” y
solamente un 8.42 por ciento son los matrimonios entre un originario con un no originario.
Los datos de este estudio son de la MECOVI 1999-2002, por lo que probablemente a la fecha
se hayan modificado.
4. Racionalidades Distintas
distintos mercados o, con mayor precisión, las reacciones de los individuos frente a las
señales de los mercados, éstas responderían a la manera en que los individuos conciben la
fenómenos que gobiernan las relaciones económicas es distinta entre la visión andina y la
visión occidental, entendiéndose esta última como aquella que está reflejada en el modelo
económico convencional; sin embargo, intentar medir este tipo de comportamientos requiere
lamentablemente no se cuenta con dicha información. Ante ello, lo que nos queda es buscar
algunas variables proxi que puedan dar cuenta del fenómeno y Así poder testear la hipótesis
15
Un primer aspecto que se buscó indagar es si existe alguna diferencia por sexo entre
quienes son los jefes de hogar, en los hogares cuyo jefe de hogar es originario y los hogares
donde no es originario.
Como puede verse en la Figura 6, las diferencias son muy pequeñas y probablemente
Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta de Hogares 2012 (Ver Anexo 5).
El siguiente aspecto que se buscó indagar es si los hogares con jefe de hogar originario
son distintos de los hogares con jefe de hogar no originario, en términos de la composición
del hogar. Los resultados de este ejercicio se presentan en la Tabla 3, donde se observa que
“Originarios”
Porcentaje
“No Originarios”
Pareja Nuclear
Hogar Unipersonal
Hogar Extendido
43%
19%
9%
10%
19%
47%
17%
7%
12%
17%
Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta de Hogares 2012 (Ver Anexo 5).
Siguiendo con este análisis demográfico, para la Tabla 4 se ha tomado a todas las
personas de las ciudades de La Paz y El Alto mayores a 18 años, clasificadas por originario y
Es probable que esta diferencia se explique por la edad a la que los individuos forman
pareja, siendo más temprano para los originarios que para los no originarios. Para testear esta
estado civil y reduciendo la edad a los 15 años para tratar de captar este fenómeno. Como se
“Originarios”
Porcentaje
“No Originarios”
Soltero
Casado
Conviviente
Separado
Divorciado
Viudo
9%
60%
15%
5%
1%
10%
38%
41%
12%
4%
2%
3%
Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta de Hogares 2012 (Ver Anexo 5).
Edad
“Originarios” “No Originarios”
De 15 a 20 años
De 20 a 25 años
De 25 a 30 años
De 31 a 40 años
más de 40 años
87%
44%
23%
7%
19%
13%
49%
77%
87%
75%
0%
7%
0%
6%
6%
95%
75%
53%
20%
17%
5%
24%
45%
72%
73%
0%
1%
2%
8%
10%
Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta de Hogares 2012 (Ver Anexo 5).
Por último, para cerrar este acápite de los indicadores demográficos que pueden dar cuenta de
los jefes de hogar clasificados bajo este criterio, se ha procesado el número de hijos en los
hogares
importantes en el número de hijos, contrario al prejuicio de que los hogares originarios tienen
más
hijos.
Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta de Hogares 2012 (Ver Anexo 5).
interrogante pasa por la inversión y, tratándose de hogares, está referida a inversión en capital
17
De acuerdo con los datos procesados para las ciudades de La Paz y El Alto, casi un 100
por ciento de los niños en edad escolar, hasta los 18 años, asisten a un centro educativo,
hogar no originario, Así como también independientemente del sexo del jefe de hogar. La
diferencia, aunque no es muy alta, se presenta cuando se indaga sobre cuántos de estos niños
remuneradas.
Así tenemos que en el caso de los hogares cuyo jefe de hogar es originario, un 9 por
ciento de los niños en edad escolar trabajan y estudian el mismo tiempo; mientras que en el
caso de los hogares cuyo jefe de hogar es no originario, ésta proporción se reduce al 4 por
ciento. En el Anexo 10 se puede ver el detalle de estos datos y la ocupación de los niños
trabajadores.
Evidentemente estos datos no son suficientes para concluir que los hogares con jefes
originarios den menor prioridad a la educación de sus hijos, ello en tanto que esta variable
estará influenciada por los menores ingresos de los jefes de hogar originarios, tal como se vio
en la tercera parte de este trabajo. Es decir, cuando el ingreso del jefe del hogar y de su
cónyuge no son suficientes para cubrir las necesidades mínimas del hogar, los niños deben
salir al mercado laboral para complementar el ingreso del hogar, de allá que la tasa global de
participación sea alta. Por otra parte, los niños en edad escolar que salen a trabajar, por su
reducido capital humano, perciben ingresos inferiores, lo cual se traduce en la baja del
Como se puede observar en los datos consignados en el Anexo 11, los gastos en
canasta de consumo del hogar, el doble de los gastos de los hogares cuyo jefe de hogar es
originario. Esta es una diferencia importante y será un indicador adecuado para diferenciar a
los hogares respecto a la inversión en capital humano y las expectativas futuras; sin embargo,
este resultado debe ajustarse mediante otros datos complementarios, por ejemplo, el costo de
las pensiones escolares. Dado que los hogares con jefe de hogar originario, en promedio
tienen ingresos menores, es de esperar que la gran mayoría envíen a sus hijos a centros
educativos públicos (gratuitos), mientras que una parte representativa de los hogares cuyo
jefe de hogar es no originario, envíen a sus hijos a centros educativos privados, algunos de
los cuales representan un costo muy elevado. Junto a ello están las exigencias de los colegios
Porcentaje de Gasto
del Hogar
1 2 3 4 +de 5
Menos del 5%
De 5% al 10%
De 10% al 20%
Total
142
153
142
11
164
93
13
112
46
52
36
2
2
42
459
11
18
35
523
porcentaje de gasto en educación según grupo étnico al que pertenece el jefe del hogar,
controlando por el número de hijos en edad escolar. Evidentemente que estos datos refuerzan
18
lo expresado en el párrafo anterior aunque, de la misma forma, requieren ser corregidos por
Porcentaje de Gasto
del Hogar
Total
1 2 3 4 +de 5
Menos del 5%
De 5% al 10%
De 10% al 20%
Total
280
27
321
274
19
26
38
357
137
14
15
24
190
37
49
30
44
758
46
59
98
961
5. Modelizando la Racionalidad
aún cuando se tienen que utilizar variables proxis a falta de investigaciones específicas y un
panel de datos que pueda seguir a los individuos y hogares al menos por unos años. También,
como señalamos, tratamos de indagar la racionalidad a través de la inversión en capital
reproducción de los hogares y al hecho de que la encuesta a los hogares nos brinda
información.
A pesar de las limitaciones anotadas, realizamos varios ejercicios que nos permitan
que los hogares con jefes de hogar originarios no priorizan, en la misma medida, la educación
de sus hijos en comparación con los hogares con jefes de hogar no originarios, en tanto que
permiten que sus hijos trabajen paralelamente a realizar sus estudios. Controlado el modelo
con los ingresos per cápita de los hogares y los años de educación de los padres, los
constituyen en una prueba de que exista tal comportamiento, es decir, que los padres
originarios (Jefes de hogar) no priorizan la educación de sus hijos en edad escolar, no parece
ser cierto.
El siguiente ejercicio realizado fue buscar un modelo que pueda explicar el rezago en la
educación de los niños en edad escolar, indagando si el hecho de provenir de un hogar cuyo
jefe de hogar es originario puede causar este rezago. Tomando a todos los hogares con niños
en edad escolar de las ciudades de La Paz y El Alto, definimos como rezago en la educación
de los hijos entre 6 y 18 años de edad como la diferencia entre los años de educación que
debería tener una persona de una edad determinada y los años de educación que
efectivamente tiene.
rezago en la educación en función a que los padres sean originarios o no originarios, los años
decir que si el padre es originario por lengua materna, disminuye la probabilidad de que sus
19
Muestra 1323
estándar Z P>|Z|
Padre originario
Madre originaria
Constante
-0.5309128
0.5055916
-0.0318931
-0.00548482
-0.0000391
0.5274581
0.242759
0.257086
0.017524
0.165851
0.000071
0.188422
-2.09
1.97
-1.82
-3.31
-0.55
2.81
0.037
0.049
0.069
0.001
0.583
0.005
La variable Años de educación del padre" tiene un coeficiente negativo, lo cual muestra
que a medida que aumentan los años de educación del padre, el rezago en la educación de los
que la probabilidad de que los niños tengan un rezago en su educación, disminuye si los años
La variable Ingreso per cápita del hogar" tiene un coeficiente estimado negativo, dando
cuenta que a medida que el ingreso del hogar aumenta, la probabilidad de que los hijos
esperada.
estándar Z P>|Z|
Padre originario
Madre originaria
-0.126675
0.1234304
-0.0077407
0.0133246
-9.50e-06
0.0592
0.06268
0.00426
0.00403
0.00002
-2.14
1.97
-1.82
-3.31
-0.55
0.032
0.049
0.069
0.001
0.583
20
Ingreso per cápita del hogar: Un aumento en el ingreso per cápita del hogar disminuye la
6. Conclusiones
Evidentemente no es sencillo o, para ser más precisos, cómodo, escribir las
con las que se partió, pero es más incómodo hacerlo cuando los resultados ni siquiera son los
intelectual, podemos comenzar concluyendo que esta idea de investigación no generó los
permitió probar nuestras hipótesis, aunque sabemos que ello tiene el tono de un consuelo
insuficiente. Lo que si nos proporcionó esta primera indagación es que debemos profundizar
económica andina era distinta, hasta contraria, a la racionalidad económica del modelo
desarrollada sobre el tema, como se puede observar en los primeros puntos de este informe
de investigación, refuerza esta percepción; sin embargo, cuando estas ideas se convierten en
datos y se busca corroborar empíricamente las hipótesis, los resultados no son suficientes
para ello.
Entonces, se concluye no fue posible corroborar que la racionalidad andina sea distinta
económico convencional; sin embargo, por los resultados obtenidos, pensamos que ello será
forzar una conclusión que requiere mayores investigaciones. Esperamos que este primer
esfuerzo de indagar sobre este tema se constituya en un estímulo para que otros
21
Referencias
Fundación Milenio, . (2012). Informe nacional de coyuntura no. 161. Fundación Milenio.
Hernani, W., y Villarroel, P. (2011). >la educación todavia paga?. la disminución en los retornos
a la
Huntington, S. P. (1996). The class of civilizations and the remaking of world order. Penguin
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McConnell, C. R., y Brue, S. L. (2005). Contemporary labor economics. USA McGraw Hill /
Irwin, 7
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Mercado, A., Andersen, L., y Muriel, B. (2003). Discriminación étnica en el sistema educativo y
el
Mercado, A., Leitón, J. G. M., y R_ós, F. (2004). El mercado matrimonial: Un nexo entre la
Smith, A. (1759). The theory of moral sentiments, ed. A. Millar, A. Kincaid & J. Bell. AM
Stiglitz, J. E. (2002). Information and the change in the paradigm in economics. American
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Temple, D. (1986). La dialéctica del don: Ensayo sobre la economía de las comunidades
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Hisbol, La Paz.
Zavaleta, R. (1992). 50 años de historia. Los Amigos del Libro, La Paz - Bolivia.
Ética jurídica. -
Interculturalidad. -
Topic 2
Ética Intercultural
Text
Para precisar la finalidad de la ética intercultural, se puede
indicar como:
la contribución, desde las actitudes y la decisión de
conductas, a la convivencia en la diversidad, de manera que
se haga posible este requisito tan esencial a la democracia
pluralista.
Derecho Natural
Pictures
El derecho natural es el conjunto de reglas, normas y
situaciones que los seres humanos deducen o que establecen a
partir de su propia conciencia y son aquellos que se determinan
como un tipo de justicia en un momento determinado de la
historia, cambiando dependiendo de la etapa de la vida en la
que esté viviendo una sociedad.
Title
Teoría Egológica del Derecho
Incorpora entre sus preceptos para definir el derecho, la teoría
de los valores que creemos desde nuestro propio análisis
Title
Derecho Positivo - Estado de Derecho y su virtud.
Topic 3
Bobbio: “El Estado moderno se fue formando por medio de un
proceso que se podría llamar de monopolización de la
producción jurídica. La formación del Estado moderno corre
paralela a la formación de un poder coactivo cada vez más
centralizado, lo que tuvo como consecuencia la eliminación de
todo centro de producción jurídica que no fuera el mismo
Estado”.
Title
Derecho alternativo
Se trata de analizar si existe incompatibilidad o conflicto entre
los modelos. Para el primer caso, se presenta la simultaneidad
de sistemas. La coexistencia de ambos y su relación puede
presentarse de forma diversa:
Title
La intercuturalidad
Es por tanto un desafío la búsqueda de un mecanismo que
interrelacione al Estado con todas sus nacionalidades a partir
de integrar los sistemas jurídicos existentes a modo de respeto,
complementación y de cumplimiento a lo establecido en nuestra
Ley de leyes; es donde puede ingresar la interculturalidad,
Title
* Desde la ética y los valores sociales, la identidad e interculturalidad se las promueve como el
reconocimiento y respeto de la diversidad social, con acciones sobre la dignidad y derechos de
las personas y colectivos sociales, para que éstos se constituyan en factores sustanciales de
sociedades integradas, ...
Resumen
En la presente investigación nos planteamos realizar una revisión y contraste teórico para
determinar la importancia de la Ética Intercultural para la formación de una ciudadanía
cosmopolita. Partimos del concepto de ciudadanía desde un contexto de globalización
creciente donde el significado adquiere nuevos matices, se trata de concebirla ya no como una
condición local, regional o nacional, sino como una condición global. Es decir, hacemos
referencia a la “ciudadanía global” o termino Kantiano a la “ciudadanía cosmopolita”, que
presupone ser sujeto de derecho inserto en una comunidad supraestatal. Como resultados de
la investigación, consideramos la necesidad de vincular la educación al desarrollo de una
nueva ética global, una ética intercultural la cual concebimos como un eje de valores que da
cabida a la diversidad cultural. En tal sentido, precisamos abordar prácticas educativas para
formar reales ciudadanos que antepongan a cualquier situación económica, social, política,
religiosa, el respeto por los derechos y la dignidad del hombre, en su singularidad y en su
diversidad. Esto implica una ética en donde “el otro”, desde su diferencia sea considerado un
interlocutor valido. Requerimos una educación que asuma el desafío de formar ciudadanos
éticos, capaces de reflexionar sobre sus prácticas morales y que a su vez sea capaz de
comprender las del “diferente”.
1. Introducción
Los múltiples cambios que se están generando a nivel mundial, nos obligan a repensar el
concepto de ciudadanía bajo los términos de la ética intercultural. Es decir, implica la búsqueda
de una respuesta a los desafíos de estos tiempos, cuyos fundamentos se construyen en la
ética imprescindible para un mundo globalizado y a la vez diverso.
En tal sentido, el propósito de la ética intercultural es aportar una ética al proceso dirigido a la
superación del monoculturalismo; ser consecuente con la diversidad de valores coadyuvando a
la integración de valores de forma talque sirva al entendimiento social.
¿Pero es posible pensar en una ciudadanía global? ¿En una ciudadanía cosmopolita?; de ser
así ¿Cuál es la vía? ¿Cuál es el instrumento o herramienta, que nos facilitaría alcanzarla?
En el presente artículo nos proponemos efectuar un contraste teórico, cuyo objetivo es
determinar la importancia de la ética intercultural en la formación de una ciudadanía
cosmopolita.
Para el autor, la diversidad cultural, indica que diversas culturas coexisten en un mismo espacio
público, implica interrelaciones tanto conflictivas como no conflictivas de intercambio entre las
culturas. Partiendo de este contexto, el interculturalismo plantea el reconocimiento de esta
diversidad admitiendo las semejanzas a pesar de las diferencias y poniendo énfasis en la
reciprocidad entre las culturas, acepta el relativismo en la cultura, es un multiculturalismo
integrado, no diferenciado ni exclusivo, como es por ejemplo, el diferencialismo.
La ética intercultural parte de concebir que las culturas nunca son “impermeables” unas con las
otras, es decir, nunca son inconmensurables entre sí, y que por tanto siempre hay, o debemos
saber encontrar, algún punto u otro en que son comparables. En este aspecto del análisis
coincide Cortina (2002:4), cuando dice: “las culturas han estado en diálogo desde siempre, no
hay culturas separadas e independientes”. Es decir, que las culturas están mezcladas y desde
esas culturas es desde donde se pretende que todo ser humano tiene derecho al ejercicio de
su libertad.
Explica además, como este proceso representa la expansión de las interdependencias de todo
género en todo el planeta, pero también, un incremento de la conciencia de los problemas,
entre estos: el creciente desequilibrio económico mundial, la degradación del medio ambiente y
los comportamientos caracterizados por el racismo y la falta de aceptación de la diversidad
cultural en un mismo espacio de convivencia. Entorno al tema, Ugalde (1998) considera a la
globalización como una manera de acceder al mundo post-moderno, como modelo económico
que permite la uniformidad del mercado, la informática, el deporte, entre otras alternativas, sin
distinciones de lenguas, religión o nacionalidad.
En este orden de ideas, existen otras posturas para interpretar tan importante proceso social,
entre estas, la seguida por Touraine (1996) al explicar que éste es un constructo ideológico del
neoliberalismo y no una rigurosa descripción de un nuevo entorno económico. Igualmente,
desde la filosofía intercultural Fornet (2000:2): expresa que:
“el contexto del proceso de globalización nos confronta así con una ideología totalitaria que
roba a las culturas de la humanidad el eje estructural básico para cualquier desarrollo ulterior
propio, a saber, el derecho a determinar las formas de dominio sobre su tiempo y espacio”.
Ante esta realidad social, el Grupo de Porto Alegre niega y rechaza el actual proceso de
globalización y propone considerar a la globalización como un proceso mundial de
homogenización del modo de modo de producción capitalista, de mundialización de los
mercados y de las transacciones financieras, de entrelazamiento de las redes de comunicación
y del control mundial de las imágenes y de las informaciones. Este proceso es definido por
Leonardo Boff (2004) como un fundamentalismo del pensamiento único que expresa el modo
de producción capitalista con su mercado globalizado y la ideología política del neoliberalismo
con su democracia electoral y delegativa como única forma razonable de organizar el mundo.
De acuerdo con esta postura, “el que esté en el mercado competitivo, vence y existe, o es
derrotado, desiste y no existe”. Entre las víctimas de esta lógica se encuentra casi la mitad de
la humanidad, condenada, según la postura referida, a la exclusión despiadada y desprovista
de cualquier sostenibilidad.
Ante esta realidad social, niegan al proceso de globalización bajo las características descritas y
proponen otra globalización que pasa por la solidaridad desde la base, por una globalización de
los derechos humanos, por la socialización de la democracia como valor universal, por el
control de los capitales especulativos, por la universalización del cuidado para con la Tierra y
con los ecosistemas y por la valoración de la dimensión espiritual del ser humano y del
universo.
Por otra parte, desde la perspectiva de la ética de la modernidad critica, se plantea la
necesidad de orientar el proceso globalizador hacia metas voluntariamente queridas y se
pregunta: ¿hacia dónde debería encaminarse la globalización? Hacia el ideal de una
ciudadanía cosmopolita, hacia un mundo en que todas las personas se sepan y se sientan
tratadas como ciudadanas. Ante este requerimiento, la autora sugiere a los movimientos
antiglobalización, que “en vez de limitarse a la manifestación y repulsa de lo que hay,
presentaran alternativas moralmente deseables y técnicamente viables. Que en lugar de decir
<<globalización, no>>, dijeran: <<queremos que la globalización se oriente de esta y esta
manera>>” (Cortina, 2004:1).
Adela Cortina explica que si la meta principal de la globalización es construir una ciudadanía
cosmopolita, para ello se deben reformar las instituciones internacionales, crear otras nuevas y
asegurar comunidades transnacionales que se unan mediante acuerdos, pero ante todo, es
indispensable educar en el cosmopolitismo, entendiendo que es a través de la educación como
el hombre puede llegar a ser hombre.
La educación en su sentido más amplio juega papel preponderante ante los cambios de estilos
de vida y comportamientos que caracteriza la sociedad actual, convirtiéndose en un
instrumento fundamental para poder enfrentar la complejidad creciente de nuestro mundo. La
educación no es la única responsable de la formación del ciudadano ni de solucionar los
problemas sociales, pero lo habitual de lo humano en las sociedades interculturales es la
ciudadanía en democracia, y la educación debe educar para la ciudadanía en democracia.
La ciudadanía bajo esta perspectiva, adquiere nuevas dimensiones, requiere de nuevos roles
de los ciudadanos y ciudadanas ante los retos de la sociedad globalizada. Todos estos
elementos son imposibles de lograr si no es empezando desde la educación, empezando a
educar ciudadanos auténticos, verdaderos sujetos morales, dispuestos a obrar bien, a pensar
bien y a compartir con otros acción y pensamiento. El ciudadano cosmopolita es alguien capaz
de hacer su propia vida, pero con sus iguales; hace su viada no se la hacen, pero no la hace en
solitario, sino en la polis, en la ciudad. (Cortina, 2003). En este sentido, se requiere educar
ciudadanos que puedan ofrecer y construir nuevas alternativas al actual proceso de
globalización como ideología neoliberal. Para enfrentar estos retos resultan imprescindibles los
profesionales y los expertos para orientar la globalización de otra manera, proponiendo
alternativas moralmente deseables, tomando en cuenta que las nuevas dimensiones de la
ciudadanía cosmopolita están sustentadas en ciudadanos habilidosos, prudentes y en saber
buscar una vida de calidad.
En atención a esto la ciudadanía global solo puede ser ejercida por un ciudadano
desterritorializado, aún por encima del ejercicio cívico que lo une a una colectividad política
predefinida.
Para Filmus (s.f.: 2) “una de las paradojas centrales de la época consiste en que el avance
tecnológico está siendo acompañado de alarmantes tendencias hacia la marginación de
importantes sectores de la población”. De acuerdo a esto, la compleja realidad del mundo
actual, plantea desafíos para quienes no tienen la posibilidad de acceder a los saberes que les
permitan comprender y participar en los nuevos procesos sociales que genera la globalización.
De esta forma es imposible lograr ciudadanía sin contar con los conocimientos que genera el
sistema educativo.
Por estos motivos, la educación tiene un rol central en el proceso de la globalización, como
espacio de transmisión de una nueva mirada y de reflexión en torno a sus implicaciones.
Cortina (2004), nos trae un interesante planteamiento sobre la educación cosmopolita, el cual
consideramos esencial, si pretendemos educar para la formación de ciudadanía; señala que la
educación cosmopolita debe fundamentarse en el conocimiento, la prudencia y la sabiduría
moral.
“una sociedad bien informada tiene mayor capacidad de aprovechar sus recursos materiales,
es menos permeable al engaño que una sociedad ignorante, y puede ofrecer alternativas al
actual proceso de globalización” (op. cit:1).
No es desde la ignorancia desde donde se puede lograr un mundo más humano, por ello es
imprescindible que la sociedad cuente con suficientes profesionales que pongan sus
conocimientos al servicio de la construcción de alternativas humanizadoras y viables.
Esto presupone una condición: la necesaria comprensión entre las personas. Para Morín
(2000), allí se encuentra la misión espiritual de la educación, es decir, enseñar la comprensión
entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la
humanidad. Por su parte Hoyos (s/f: 20), plantea que una educación comprensiva reflexiva y
dialogal en valores, prepara mejor para superar el autoritarismo, la intolerancia y la frivolidad,
gracias a un mayor compromiso y pluralismo.
Siguiendo este orden de ideas, no basta tener conocimientos, la educación cosmopolita
requiere la formación de un hombre fundamentado en la prudencia (fronesis), como una virtud
que le permitirá discernir lo que es bueno para él y para la sociedad. Aristóteles (2004), en su
ética a Nicomaco, planteaba que, necesariamente, la prudencia es una disposición racional
verdadera y práctica respecto de lo que es bueno para el hombre.
Se observa que el sentido Aristotélico de la filosofía práctica tiene que ver con el logro de una
vida buena, alcanzable solo a través de la praxis del ciudadano virtuoso.
Ahora bien, debemos aclarar que la calidad de vida que la modernidad ha generado, es la
calidad instrumental, es decir, significa perfección tecnocrática y sofisticación de medios,
independientemente de su contenido político y su relevancia cultural. Se identifica con la
competición desenfrenada e interesada, que tiende a acumular bienes materiales
independientemente de los valores éticos de validez intercultural. Sander (1990) refiere que la
calidad sustantiva de vida humana refleja una condición ética e intrínseca del ser humano como
actor individual y social, políticamente engranado en la sociedad.
Calidad sustantiva significa calidad de vida construida históricamente por la sociedad, y en tal
sentido se refiere a dar prioridad a la definición y a la satisfacción de las necesidades básicas y
a la promoción colectiva de toda la población en su medio cultural. Se trata de preocuparse por
la distribución equitativa de los bienes materiales producidos, se identifica con promoción
abierta de todos los individuos y grupos en las decisiones que afectan el bien común, así como
el respeto a las instituciones y a los valores endógenos. Está condicionada a la inclusión, la
diversidad y el pluralismo y por sobre todo a la libertad.
La calidad de vida o buena vida está asociada al logro de buena salud, de emotividad positiva,
nobleza, espiritualidad.
Respecto a esto Cortina (2004) considera que tener prudencia significa saber que es lo que le
conviene en la vida. La persona prudente trata de conservar las riendas de su existencia, no se
deja impresionar por lo material, que al cabo lo subyuga sino que selecciona las actividades
que por sí mismas producen libertad
La prudencia conlleva al buen obrar, y al respecto es necesario reorientar los saberes hacia el
logro de una vida buena para todos los ciudadanos. Nussbaum (1998) en su disertación hacia
una teoría del bien humano refiere que la vida humana consiste en la lucha constante contra
las necesidades y los límites que la constriñen. Por ello la ocupación del gobierno desde el
punto de vista aristotélico, es no cesar hasta que se hayan eliminado todos los impedimentos
que se oponen entre el ciudadano y su cabal funcionamiento en tanto que ser humano. Ello
implica consecuencialmente lograr que todos los ciudadanos tengan la posibilidad de lograr
obtener calidad de vida. Ante esto la ética, tiene que ser ante todo una ética de los fines y de
las maneras de alcanzarlos. No puede renunciar a aclarar a la gente cuáles son los fines de la
vida, la “vida buena”, en el contexto de una vida buena en general.
Se trata de lograr mínimos éticos irrenunciables, unas exigencias innegociables de justicia, que
se conviertan en el sentir común de los ciudadanos.
Esta es una ética de unos mínimos de justicia, libertad y responsabilidad por debajo de los
cuales no es posible una convivencia social pacífica, digna y plenamente humana. Esos
mínimos suelen ser, entre otros, valores como la libertad, la igualdad, la solidaridad, el respeto,
la tolerancia.
“Es preciso «educar en» y «hacer política desde» una mayor comprensión, respeto y
cooperación que trasciendan las fronteras nacionales y de cualquier otro tipo, puesto que las
sociedades deben encontrar respuestas colectivas a unos desafíos que, como las crisis
ecológicas, las guerras o las epidemias, no respetan tales fronteras” (Nussbaum, 2004: 1).
De acuerdo a esto, la vida en convivencia con otros, requiere fuertes sentimientos orientados
hacia la justicia en un mundo injusto y hacia la ayuda en un mundo donde muchos viven sin
aquello que necesitan.
Para Cortina (2004), educar para el cosmopolitismo conlleva no solo a tener ciudadanos bien
informados y prudentes en sus elecciones de vida buena; sino también ciudadanos con un
profundo sentido de la justicia y la solidaridad.
6. Algunas Reflexiones
De la misma manera que el mundo ha cambiado, también los problemas a los que nos
enfrentamos han cambiado.
Hemos visto como la nueva realidad social, está obligando a la educación a desarrollar nuevas
prácticas, nuevos discursos, que estén en sintonía con los cambios. Siempre se ha habla de los
retos del siglo XXI, de allí la necesidad de generar un nuevos espacios para la convivencia
humana.
Estamos entonces ante la necesidad de vincular la educación al desarrollo de una nueva ética
global, una ética intercultural, la cual concebimos como un eje de valores que da cabida a la
diversidad cultural.
Se precisa el desarrollo de una ética en donde “el otro”, desde su diferencia sea considerado
un interlocutor válido. Para ello es necesario que la educación asuma el desafío de formar
ciudadanos éticos, capaces de reflexionar sobre sus prácticas morales y que a su vez sea
capaz de comprender las del “diferente”.
Esta nueva ética global es importante e indispensable para rescatar los valores y principios que
la humanidad necesita para sobrevivir en un mundo que quiere obviar esos valores en aras de
crear un individualismo que excluye a millones de seres humanos en el globo. La ética
intercultural no es excluyente, sino más bien incluyente.
Para finalizar, la educación para una ciudadanía cosmopolita es siempre una construcción
colectiva y esta construcción sólo se puede dar si todos los implicados reconsideran capaces
de hacerlo.
Por ser una construcción colectiva significa que el resultado es producto de la relación entre los
actores que participan del proceso de enseñanza, es algo que está en la trama de las
relaciones humanas. Es el producto de un autentico diálogo, de una ética dialogica, y cuando
hay dialogo la verdad no está en uno ni en otro de los que participan en el diálogo, sino que
está entre ellos.
Educar para una ciudadanía cosmopolita, implica facilitar este proceso de construcción
dialògica, generar las condiciones, animar a la acción, a la participación, a la creación; y
fomentar la vivencia de valores como la solidaridad y el desarrollo humano equitativo.
Lista de Referencias
3. BILBENY, Norbert. Por una causa común. Ética para La diversidad. Editorial Gedisa.
Barcelona. España. 2002. [ Links ]
6. CORTINA, Adela. El vigor de los valores morales para la convivencia. 2003. [ Links ]
10. FORNET, Raúl. Supuestos filosóficos del dialogo intercultural. www.file://A:/Raul Fornet
Betancourt.htm (Con acceso: 10-4-04) 2004. [ Links ]
14. MORÍN, Edgar. Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. Ediciones
FACES /UCV. Caracas. 2000. [ Links ]
15. NUSSBAUM, M y Sen, A. La calidad de vida. Fondo de cultura económica. México. 1998.
[ Links ]
18. TOURAINE, A. La sociedad post-industrial. Citado por: Joyanes, L. Cibersociedad. Pp. 40-
46 Barcelona. Ariel. 1996. [ Links ]
19. UGALDE, L. Desafíos de la globalización. En: Revista SIC. Centro Gumilla. No. 603.
Caracas. Venezuela. 1998. [ Links ]
Resumen
El presente documento pretende justificar que el enfoque intercultural del derecho promueve la
convivencia en la diversidad basada en el diálogo, respeto, interacción e inclusión de las
diferencias culturales lo que contribuye a la construcción de ciudadanía. Para su mejor
comprensión se ha dividido en cuatro apartados: A) La parte introductoria, que describe el
problema y los objetivos que se persiguen, todos encaminados fundamentalmente hacia la
construcción de una ciudadanía participativa. B) Interculturalidad y derecho, para subrayar la
trascendencia de ese enfoque en lo jurídico, su desarrollo y perspectiva tomando como
referente el contexto de los pueblos originarios de Chiapas. C) Construcción de ciudadanía
intercultural en Chiapas, donde se definen algunos de los elementos que se consideran
trascendentes en la formación de ciudadanía en el contexto chiapaneco y se precisan los
componentes que el enfoque intercultural del derecho puede aportar en el tema. D) Por último
se presentan las conclusiones y propuestas.
Abstract
The present document aims to justify that the intercultural approach of the law promotes the
coexistence in the diversity based on the dialogue, respect, interaction and inclusion of the
cultural differences which contributes to the construction of citizenship. For its better
understanding it has been divided in four sections: A) The introductory part, which describes the
problem and the objectives that are pursued, all aimed mainly at the construction of a
participatory citizenship. B) Interculturality and law, to underline the importance of this approach
in the legal, its development and perspective taking as a reference the context of the indigenous
peoples of Chiapas. C) Construction of intercultural citizenship in Chiapas, where some of the
elements that are considered to be relevant in the formation of citizenship in the Chiapas
context are defined and the components that the intercultural approach of the law can contribute
to the subject are specified. D) Finally, the conclusions and proposals are presented.
Hoy día, la construcción de ciudadanía demanda que los miembros de la sociedad estén
informados y de su compromiso para desempeñar un papel activo en la política. Aún y cuando
el desarrollo tecnológico del siglo XXI ha proporcionado al ser humano sofisticadas
herramientas tecnológicas, acceso a bases de datos y redes sociales, que son fuente de
información en tiempo real y que bien pueden contribuir a la formación del ciudadano, esto
parece no ocurrir. La ciudadanía se ha relegado a una simple relación política estéril frente al
Estado, que se resume en el derecho a votar. El sentido de pertenencia al pueblo, comunidad,
municipio, estado, nación tiende a desaparecer bajo escenarios de bienestar económico
individual. La ciudadanía se queda encerrada, en las Constituciones Federal y locales, en la
mera descripción de los requisitos para adquirirla.
Ante estas problemáticas, el enfoque intercultural del derecho se presenta como una alternativa
para construir nueva ciudadanía en Chiapas, como una filosofía basada en la convivencia en la
diversidad cultural, mediante la promoción del diálogo, el respeto, la interacción y la inclusión
entre los diferentes, el aprendizaje de los saberes diversos y la cosmovisión de los pueblos y
comunidades, puede contribuir en la formación de ciudadanas y ciudadanos comprometidos
con sus pueblos y comunidades originarias, promoviendo la enseñanza de sus derechos y
obligaciones políticas.
La interculturalidad en el Derecho, combate la visión monista del sistema jurídico, es decir la
postura que defiende la existencia de un solo sistema normativo, que por tanto no toma en
consideración a las diferentes culturas, grupos, comunidades y pueblos que interaccionan en la
sociedad. El enfoque Intercultural es una nueva forma de construcción del conocimiento
jurídico, que parte de los destinatarios de la norma, de las entrañas de las comunidades, del
día a día, del reconocimiento de la existencia de una sociedad plural y del respeto a las
diferencias.
Ahora bien, esta nueva forma de construir el derecho también genera un efecto en la
construcción de ciudadanía, pues si la visión de lo jurídico debe ser incluyente y promover el
dialogo y el respeto a las diferencias, las y los ciudadanos tendrán más alternativas de
participación, lo que puede traducirse en retomar la confianza hacia las autoridades electorales.
Desde una perspectiva intercultural los contenidos de los derechos políticos de los ciudadanos
deben repensarse si se pretende vivir en una democracia participativa.
Interculturalidad y Derecho
La interculturalidad permite un diseño jurídico integral que incluye la identidad de los pueblos y
comunidades originarios; propicia el respeto, la interacción y el diálogo en la diversidad. En el
discurso intercultural se fomenta la democracia, la ciudadanía y la convivencia en la diversidad;
conocer y entender la visión intercultural en el derecho es provechoso, pues aporta elementos
de diversas culturas como el dominio de una lengua diferente, los saberes diversos y la
cosmovisión de los otros.
Las identidades étnicas, las dinámicas migratorias y la diversidad cultural son temas que dan
contenido a los derechos humanos que protegen la Constitución Federal y las de los Estados.
La interculturalidad resalta la necesaria interacción para la pervivencia de las culturas, es decir,
analiza el tipo de relaciones y no quién forma parte de cada uno de los grupos, pretende
fomentar un análisis relacional con la ayuda de la sociedad, las instituciones y la educación. El
discurso intercultural pretende que el diálogo y la comunicación entre las culturas permitan
reconocer los derechos de las diversidades culturales (Romero Diaz, 2011).
La Cultura Jurídica Mexicana al estar fuertemente influenciada por la cultura jurídica occidental
se apega a la conciencia de la existencia de un solo orden normativo, por lo que sólo remite a
los sistemas normativos de otras culturas por la vía de la costumbre, la ética y la situación
social e histórica. Sin embargo, una cultura no evoluciona si no es a través de los contactos: lo
intercultural es constitutivo de lo cultural (Todorov, 1991).
El sistema jurídico Mexicano es de tradición monista y todas sus instituciones son
argumentadas desde esa perspectiva, fue diseñado siguiendo los pasos de la dominación
española: primero, la convicción de la superioridad ante el Otro, para conocerlo y adaptarse a
él, con el fin de transformarlo y asimilarlo a su cultura. Segundo, el conocimiento e
interpretación casi etnográfica del Otro, considerando que la buena información es la mejor
forma de imponer el poder. Y tercero, la superioridad en el aspecto tecnológico, especialmente
en la comunicación: esto permitió al colonizador infligir una derrota (Todorov, 2007).
El respeto a la diversidad, la inclusión, los derechos igualitarios, la buena vida, los saberes
diversos, la cosmovisión, los derechos lingüísticos, son expresiones de este nuevo enfoque del
derecho que genera un nuevo modelo de construcción en donde el dialogo entre los diferentes
es el común denominador. Para que el derecho sea intercultural debe reconocer la existencia
de diferentes sistemas de normas, que coexisten dentro de la organización estatal y pensar en
el dialogo como la principal alternativa de solución a los conflictos sociales que esa diversidad
puede generar.
El sistema político es el que debe generar las competencias básicas que se requieren para
desempeñarse como un ciudadano o ciudadana ejemplar, como por ejemplo el cultivar valores
como la solidaridad, el bien común, la justicia, la paz, la libertad, la democracia, el respeto a las
diferencias, la no discriminación, la inclusión, la igualdad, pero además conocer los derechos y
deberes que la Constitución Federal, la Convención Americana de los Derechos Humanos y la
Constitución del Estado de Chiapas, reconocen, promueven y protegen a la ciudadanía.
Propiciar la reflexión sobre el contenido de los considerados de índole político, las formas de
participación ciudadana, las características de la democracia representativa, la estructura de
los partidos políticos, los delitos electorales, la división del poder público, las autoridades en
materia electoral, los mecanismos de defensa de los derechos fundamentales, los derechos
culturales reconocidos a los pueblos originarios incluyendo sus sistemas normativos y de
solución de conflictos.
En lo que se refiere a los derechos políticos de las ciudadanas y los ciudadanos de Chiapas, es
decir en general para todos los que adquieran la ciudadanía Chiapaneca2, la ley fundamental
establece derechos y deberes que se adquieren con ella y las causas de su perdida, y por
separado dedica un título al ejercicio democrático de ese derecho. En este sentido, cabe
mencionar que el enfoque intercultural del derecho se ha desarrollado notablemente en materia
electoral, en buena medida debido a las resoluciones que bajo esa perspectiva ha emitido el
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, tan es así que ha generado una guía de
actuación para Juzgadores en materia de Derecho Electoral Indígena, cuyas recomendaciones
y criterios se ponen a consideración de las autoridades de los tres niveles de gobierno y de las
tradicionales de los pueblos y comunidades (TEPJF, 2014).
Para aceptar y defender que dentro del Estado de Chiapas coexisten diferentes culturas, cada
una con su propia lengua, tradición, religión, cosmovisión y sistema normativo; así como el
derecho que cada pueblo o comunidad tiene de contar con esquema propio de valores que
debe preservarse, es necesario que las ciudadanas y los ciudadanos primero reconozcan su
identidad cultural para después entender la identidad cultural de los otros, es decir practiquen el
respeto a las diferencias, elemento que solo mediante la filosofía intercultural puede entenderse
su real dimensión (CGEIB & Fornet Betancour, 2007).
La ciudadanía no debe ser entendida solamente como una relación política con el Estado, sino
como un compromiso social que implica entre otras cosas la defensa del patrimonio cultural de
los pueblos originarios, de sus conocimientos prácticos, experimentales y reflexivos que se
transmiten por generaciones y de su cosmovisión.
Entender que al lado de los distintos procedimientos que constituyen el sistema jurídico
Chiapaneco existen otros sistemas normativos de sus pueblos originarios que emplean otras
técnicas para solucionar conflictos. De igual forma y en ejercicio del derecho al autogobierno,
cada comunidad puede contar con mecanismos para designar a sus autoridades.
Conclusiones
Los derechos culturales y los derechos políticos especiales de los ciudadanos de pueblos
originarios se agrupan en un título de la constitución de Chiapas quizá con la intención de
visibilizarlos como grupo vulnerable.