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ESCUELA DE POSTGRADO

BASES ANATÓMICAS DEL SUEÑO

CURSO:

Neuropsicología

DOCENTE:

Carmen Cristina Campos Maza

INTEGRANTES:

Guevara Araujo, Mery Concepción

Montalvo Caballero, Rocío Leonor

Sanchez Bacilio, Rosa Elvira

Trujillo – Perú

2023
I. INTRODUCCIÓN

El sueño es una necesidad fisiológica que juega múltiples roles en los seres
humanos y presenta características especiales que van variando con la edad y
el medio ambiente. Es regulado mediante neurotransmisores cerebrales y a
través de ritmos biológicos intrínsecos de carácter periódico (ritmo circadiano),
que se manifiestan con intervalos de 24 horas y que regulan el ciclo vigilia-sueño.
Asimismo, la exposición a la luz artificial por la noche, así como el acelerado
ritmo de la vida moderna contribuyen al aumento de la prevalencia de los
trastornos de sueño, que podrían afectar las funciones cognitivas mediante
diversos mecanismos fisiopatológicos, en diferentes periodos etarios, en
especial en niños pequeños y en adultos mayores. El sueño es un proceso
fisiológico complejo, de vital importancia para la salud integral del ser humano,
que responde a mecanismos fisiológicos y a un sustrato neuroanatómico
complejo (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris y Magaña-Vázquez, 2013).

El sueño es periódico y en general espontáneo, y se acompaña en el hombre de


una pérdida de la conciencia. Sin embargo, aun cuando el hombre tenga sueño,
puede, voluntariamente, no dormir. Así también, el sueño tiene distintos grados
de profundidad, y se presentan modificaciones fisiológicas concretas en cada
una de las etapas del mismo. Para el estudio de los cambios funcionales que se
dan durante el sueño se atiende a unas variables que se denominan indicadores
del sueño: el electroencefalograma (EEG), los movimientos oculares y el tono
muscular (la polisomnografía es el registro de los tres indicadores) (Velayos, et
al., 2007).

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, se evidencia la gran


importancia que tiene el sueño en la vida del ser humano, definitivamente cumple
un rol sumamente importante al momento de la regulación fisiológica de nuestro
cuerpo; es por ello, que a través de este trabajo mostramos información
relevante con respecto a las bases biológicas del sueño que permitirá estudiar
esta necesidad fisiológica del ser humano y su función en la vida diaria.
II. DESARROLLO
2.1. ¿QUÉ ES EL SUEÑO?

La palabra sueño deriva del latín “somnum”, por lo que su originalmente se


conserva bajo el significado de somnoliento, somnífero y sonámbulo. El sueño,
a diferencia de lo que se podría concebir, es un estado dinámico donde grupo
de neuronas siguen activas desempeñando un papel diferente al de la vigilia y
es, además, de vital importancia para la salud en general para el organismo, por
sus propiedades de consolidar las distintas formas de la memoria, regular la
temperatura y la función de ciertos neurotransmisores, así como de almacenar
energía y mantener la inmunocompetencia (Silber, Krahn y Morgenthaler, 2011).

2.2. CARACTERÍSTICAS DEL SUEÑO

Silber, Krahn y Morgenthaler (2011), menciona que las características del sueño
varían de una persona a otra, describiendo las características conductuales que
se asocian al sueño en el ser humano, a continuación:

✓ Disminución de la conciencia y reactividad a los estímulos externos.


✓ Se trata de proceso fácilmente reversibles (lo cual lo diferencia de otros
estados patológicos como el estupor y el coma)
✓ Se asocia a inmovilidad y relajación muscular.
✓ Suele presentarse con una periodicidad circadiana (diaria)
✓ Durante el sueño los individuos adquieren una postura estereotipada
✓ La ausencia de sueño (privación), induce a distintas alteraciones
conductuales y fisiológicas, además de que genera una "deuda"
acumulativa de sueño que eventualmente deberá recuperarse.

2.3. SUSTRATO ANATOMICO DEL SUEÑO:

Según Díaz-Negrillo (2013), menciona que desde el punto de vista funcional se


conceptualiza que en la regulación global del sueño participan tres subsistemas
anatómico-funcionales:

❖ Un sistema homeostático que regula la duración, la cantidad y la


profundidad del sueño, en este sistema se ha involucrado especialmente
el área preóptica de hipotálamo.
❖ Un sistema responsable de la alternancia cíclica entre el sueño REM y no
REM que ocurre en cada episodio de sueño, en el que se ha involucrado
primordialmente al tallo cerebral rostral.
❖ Un sistema circadiano que regula el momento en el que ocurre el sueño
y el estado de alerta, en el cual se ha involucrado el hipotálamo anterior.

2.4. ETAPAS DEL SUEÑO: ASPECTOS ANATÓMICOS GLOBALES.

Una herramienta tecnológica que ha sido de vital importancia para el estudio de


la fisiología del sueño es el electroencefalograma (EEG). De forma muy
simplificada, el EEG es la representación gráfica y digital de las oscilaciones que
muestra la actividad eléctrica del cerebro, al ser registrada mediante electrodos
colocados encima de la piel cabelluda en distintas regiones de la cabeza
(Carrillo-Mora, 2010).

Para Díaz-Negrillo (2013), durante el sueño ocurren cambios característicos de


la actividad eléctrica cerebral que son la base para dividir el sueño en varias
fases. El sueño suele dividirse en dos grandes fases que, de forma normal,
ocurren siempre en la misma sucesión: todo episodio de sueño comienza con el
llamado sueño sin movimientos oculares rápidos (No MOR) que tiene varias
fases, y después pasa al sueño con movimientos oculares rápidos (MOR).

a) Sueño NO MOR

Fase 1: (ahora denominada N1): esta fase corresponde con la


somnolencia o el inicio del sueño ligero, en ella es muy fácil despertarse,
la actividad muscular disminuye paulatinamente y pueden observarse
algunas breves sacudidas musculares súbitas que a veces coinciden con
una sensación de caída (mioclonías hípnicas), en el EEG se observa
actividad de frecuencias mezcladas, pero de bajo voltaje y algunas ondas
agudas (ondas agudas del vértex).

Fase 2: (ahora denominada N2): en el EEG se caracteriza por que


aparecen patrones específicos de actividad cerebral llamados husos de
sueño y complejos K; físicamente la temperatura, la frecuencia
cardiaca y respiratoria comienzan a disminuir paulatinamente.
Fases 3 y 4: o sueño de ondas lentas (en conjunto llamadas fase N3):
esta es la fase de sueño No MOR más profunda, y en el EEG se observa
actividad de frecuencia muy lenta.

b) Sueño MOR.

Ahora es llamado fase R y se caracteriza por la presencia de


movimientos oculares rápidos; físicamente el tono de todos los músculos
disminuye (con excepción de los músculos respiratorios y los esfínteres
vesical y anal), así mismo la frecuencia cardiaca y respiratoria se vuelve
irregular e incluso puede incrementarse y existe erección espontánea del
pene o del clítoris.

Durante el sueño MOR se producen la mayoría de las ensoñaciones (lo


que conocemos coloquialmente como sueños), y la mayoría de los
pacientes que despiertan durante esta fase suelen recordar vívidamente
el contenido de sus ensoñaciones.

2.5. IMPORTANCIA DEL SUEÑO EN EL APRENDIZAJE Y LA MEMORIA.

Según Quevedo-Blasco (2011), se ha discutido mucho acerca de la importancia


del sueño, antes se consideraba que las horas de sueño, eran horas perdidas e
improductivas; sin embargo, actualmente conocemos que el sueño cumple
variadas funciones de acuerdo a la edad y al individuo; en niños pequeños el
crecimiento y la maduración neurológica se realizan durante el sueño; a lo largo
de toda la vida el sistema inmunitario se repara durante las horas de sueño.

Los seres humanos al nacer tienen una necesidad elevada de número de horas
de sueño, se estima que un recién nacido necesita dormir unas 16 – 18 horas
por día; las mismas que van disminuyendo progresivamente con el paso del
tiempo hasta estabilizarse en alrededor de 8 horas al día en los adultos normales
y reduciéndose conforme se envejece, hasta terminar en alrededor de 6 horas
diarias de sueño. Asimismo, el sueño es diferente de acuerdo a la edad en que
es evaluado, los adultos mayores tienen más número de despertares, se
despiertan más temprano y tienen en general menos proporción de sueño REM
que los jóvenes (Quevedo-Blasco, 2011)

Asimismo, Diekelmanm (2010), sostiene que estudios han demostrado que la


retención de la memoria era mucho mejor después de una noche de sueño que
después de un intervalo de descanso similar manteniéndose alerta. Sin
embargo, en esta época se pensó que el efecto positivo observado era en
realidad inespecífico, por lo que no llevó a concluir que en realidad el sueño en
sí mismo pudiera tener un papel en el proceso de aprendizaje y memoria. En la
actualidad diversos estudios tanto experimentales como clínicos han demostrado
que el sueño tiene efectos positivos sobre distintos tipos de memoria.

De todos los sistemas de memoria, la evidencia más consistente respecto al


efecto positivo del sueño se ha observado en 2 tipos de memoria: la memoria
declarativa (memoria que es fácilmente expresada verbalmente: información de
hechos y eventos), y la memoria procedimental (memoria acerca de
habilidades y destrezas motoras). Hasta el momento prácticamente no existe
ninguna evidencia que sugiera lo contrario (es decir, que el sueño favorezca el
olvido o la alteración de la memoria previa (Aviñó, et al, 2018).

2.5.1. FASE DEL SUEÑO QUE SE CONSIDERA MÁS IMPORTANTE


PARA LA MEMORIA

Evidencias experimentales y clínicas sugieren que el sueño No MOR


principalmente favorece la consolidación de la memoria declarativa
(dependiente de la participación del hipocampo), mientras que el sueño
MOR parece favorecer la consolidación de la memoria procedimental
(independiente del hipocampo). Sin embargo, también existe evidencia que
sugiere que este efecto es independiente de la fase de sueño y el tipo de
memoria. De forma interesante un estudio reciente sugiere que el
rendimiento de la memoria declarativa se correlaciona con la cantidad de
husos de sueño que se presentan en la fase N2 del sueño No MOR (Carrillo-
Mora, 2010).

2.5.2. ¿CÓMO FAVORECE EL SUEÑO A LOS PROCESOS DE


MEMORIA?

La forma en la que participa el sueño promoviendo la consolidación de la


memoria no se conoce con precisión (consolidación en este contexto se
conceptualiza como el proceso mediante el cual la información de corto
plazo —lábil y limitada— pasa a convertirse en información de largo plazo
—más resistente e ilimitada. Sin embargo, la observación de que las mismas
áreas cerebrales que se ven activadas durante el aprendizaje de una tarea
son nuevamente activadas durante el sueño (principalmente durante el
sueño No MOR) e incluso siguiendo la misma secuencia de activación, ha
llevado a proponer que durante el sueño se realiza una recapitulación o
reactivación de la información previamente aprendida, con lo cual se
favorece la consolidación. En apoyo a esta hipótesis se ha demostrado que
la reactivación de la memoria durante el sueño No-MOR a través de la
exposición a estímulos aromáticos que previamente se habían presentado
durante aprendizaje mejora significativamente el recuerdo de la misma,
además de que la hace más resistente a la interferencia
(Diekelmanm, 2010).

2.5.3. EL PROCESO DE APRENDIZAJE Y MEMORIA SE PUEDE


AFECTAR POR NO DORMIR BIEN

Reynolds & Banks (2010), mencionan que existen diversas formas de


pérdida de sueño:

a) La privación de sueño, que quiere decir la suspensión total del sueño por
un periodo > 24 h.

b) La restricción del sueño, que significa una disminución del tiempo habitual
de sueño, generalmente de forma crónica.

c) La fragmentación del sueño, que significa la interrupción repetida


(despertares) de la continuidad del sueño14. Todos estos tipos de
alteraciones del sueño han demostrado afectar distintas funciones cognitivas
y variedades de memoria en mayor o menor grado La modalidad de
alteración del sueño que más se ha estudiado es la privación total del sueño,
sin embargo, en la práctica clínica la restricción crónica del sueño, así como
su fragmentación son las formas más comunes.

2.5.4. ONTOLOGIA DEL SUEÑO

Para Malabou, C. (2022) el sueño, siendo un evento cotidiano y presente en


muchos organismos, ha llamado la atención de los estudiosos desde la
antigüedad hasta nuestros días. Es un fenómeno vital sin el cual la
sobrevivencia del individuo se ve amenazada y que, al menos en los
mamíferos altricios, evoluciona y se modifica durante el ciclo de vida;
identifica 4 estadios de sueño según las atapas de vida humana:
➢ El sueño durante la etapa fetal y neonatal.

Desde 1960 varios trabajos han demostrado que el SMOR es


predominante en el neonato de las especies altriciales y el primero
en aparecer durante la segunda mitad de la gestación de las
especies precoces. Estos datos sugieren que el SMOR está
relacionado con el desarrollo y organización del cerebro. La
mielinización es un marcador importante de la maduración del
Sistema Nervioso y ésta empieza de la médula espinal hacia el
tallo cerebral en dónde se encuentran las estructuras relacionadas
con los mecanismos de generación del SMOR. La cantidad de
SMOR relativamente alta en el cerebro inmaduro, sugiere un
papel importante de este estado en el desarrollo encefálico.

➢ El sueño en el Recién Nacido

El recién nacido duerme aproximadamente de 16 a 18 horas por


día, y su sueño se distribuye alrededor de las 24 horas del día. Se
ha asumido que esta gran necesidad de sueño se debe a una
demanda no específica como resultado del crecimiento rápido que
se presenta en esta etapa. Esta demanda de sueño se mantiene
relativamente constante durante el primer año de vida.

➢ Sueño del infante. (2 a 10 años)

La cantidad de sueño disminuye lentamente de manera lineal


desde las 26 semanas y durante los primeros cinco años de vida,
así niños de seis meses a un año promedian una duración de
sueño de 13.9 horas mientras que para los niños de tres a cuatro
años el promedio es de 12.2 horas y para los cuatro y medio a
cinco años el promedio es de 11.5 horas, con una disminución de
aproximadamente media hora por año. Hasta aproximadamente
los 10 años de edad, el sueño en el infante tiene un promedio de
10 horas, sin importar el género. A partir de este periodo se
continúa una desaceleración de alrededor de 20 minutos por año,
hasta alcanzar la edad prepuberal y la adolescencia.

➢ Sueño en la pubertad y adolescencia.


La cantidad de sueño continúa disminuyendo durante la
adolescencia hasta que se alcanza el patrón del sueño adulto.
Paralelamente a esta disminución en la cantidad del sueño se
produce un aumento en la tendencia de dormir durante el día.

Durante la adolescencia (entre los 10-20 años de vida) se registra


una disminución abrupta del sueño lento de aproximadamente un
50%. Por ello se ha sugerido que la disminución de sueño lento
durante este periodo es un componente importante en el proceso
generalizado de maduración cerebral.

➢ Sueño en la senectud

Durante el envejecimiento normal la latencia al MOR se acorta,


indicando un “avance de fase” del ciclo ultradiano del sueño MOR,
lo que produce una contracción y una eventual “insuficiencia” del
primer ciclo de sueño (23). Esto es probablemente secundario al
debilitamiento del sueño de onda lenta en el primer tercio de la
noche. El número de despertares que exceden un minuto de
duración se incrementa dramáticamente en los ancianos, aunque
la cantidad de sueño MOR disminuye únicamente después de los
85 años de edad.
III. CONCLUSIONES

✓ Un sueño eficaz ayuda a nuestro cerebro a estar más receptivo a nuevas


experiencias y conocimientos, y a retener mejor la información.
✓ Existen dos procesos claramente determinados; uno, que favorece el sueño, y
que es el denominado homeostasis del sueño; y el otro, que se contrapone y
favorece el estado de vigilia, que se ha denominado el proceso circadiano del
despertar.
✓ El sueño adecuado, contribuye a que la memoria operativa se realce frente a
otras memorias, ayudando a eliminar información que ya no necesitamos,
dejando así lugar para que la información que necesitamos esté disponible más
fácilmente.
✓ Tanto el sueño como la memoria son dos procesos fisiológicos de vital
importancia para el correcto desarrollo de la persona, así como para su
rendimiento diario y la formación de su propia identidad.
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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