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BASES ANATÓMICAS
Y FISIOLÓGICAS
DEL SUEÑO
1. INTRODUCCIÓN
El sueño es un estado fisiológico en el que el nivel de vigilancia está disminuido
y el individuo reposa o descansa. Pero esta apariencia externa de depresión
funcional es engañosa (Bradley, 2005, 1977). En realidad, la fisiología del sueño
es tan compleja como la de la vigilia en su regulación neurológica, endocrina,
metabólica o cardiorrespiratoria. El estado de sueño puede sufrir alteraciones por
motivos físicos o psíquicos, que ocasionen trastornos potencialmente graves.
Se cree que el sueño está producido por un proceso inhibidor activo. Una de
las primeras teorías del sueño proponía que las áreas excitadoras del tronco
encefálico, el sistema reticular activador, se fatigaban a lo largo del día de vigilia y
por tanto se inactivaban: TEORÍA PASIVA DEL SUEÑO (Bremmer, 1935).
Un experimento cambió este punto de vista por la creencia de que el sueño
probablemente está producido por un proceso inhibidor activo. Se descubrió que la
sección de tronco encefálico por la región protuberancial media crea un cerebro
cuya corteza nunca duerme (Moruzzi et al, 1949). En otras palabras, parece existir
un centro del sueño debajo del nivel protuberancial medio que inhibe otras partes
del cerebro.
Fig. 1. Esquema de los EEF característicos de cada una de las fases del sueño y la proporción en la que se dan (Belmar) .
El proceso del ciclo vigila-sueño está regulado por una red neuronal compleja
en la que intervienen diversas zonas del sistema nervioso central, a base de
activaciones y de inhibiciones, cuyo resultado es la vigila o el sueño. Dentro del
sueño, la fase de sueño REM es regulada por una complicada red neural en la que
intervienen diversos neurotransmisores. (Velayos et al., 2007, 8).
Una explicación simplificada no es posible (Fig. 3).
Fig. 3. Resumen de los mecanismos celulares implicados en el sueño y la vigilia (Anales sistema sanitario Navarra, 2008) .
Todos estos fenómenos están regulados por diferentes núcleos del tronco
cerebral: (Rouvieère, 2005, 255)
Una subpoblación de grandes neuronas reticulares mesencefálicas activan
el EEG.
La activación del núcleo perilocus coeruleus estimula a su vez al núcleo
reticular magnocelular, potente inhibidor que, por la vía reticulospinal, actúa
sobre las neuronas motoras del asta anterior de la médula y es responsable
de la hipotonía muscular característica del sueño REM.
El núcleo pontis oralis produce los ritmos theta del hipocampo.
Las neuronas reticulares de la protuberancia adyacentes al pedúnculo
cerebeloso superior y al núcleo abducens son responsables de los
movimientos oculares rápidos y de la aparición de puntas periódicas que
se recogen en la protuberancia, el núcleo geniculado y la corteza occipital
(Rodes et al., 2004, 269) .
Aún se ignora en gran medida cuál es la finalidad fisiológica última que impone
la necesidad que tienen todos los animales de dormir a pesar de que ello los
expone a múltiples riesgos. El sueño es una necesidad absoluta y su supresión
total durante suficiente tiempo produce graves trastornos e incluso la muerte en
los animales de experimentación.
Una supresión total de sueño en el hombre se tolera sólo si es breve, de 1-2
noches. Si persiste más tiempo aparecen trastornos progresivamente graves de la
atención, la concentración y la memoria, rritabilidad, alucinaciones e incluso
convulsiones (Pocock et al., 2005, 205). Una supresión parcial de sueño puede
tolerarse mucho tiempo, a veces a costa de fatiga crónica.
Fase I, 5 %
Fase II, 25 %
Fases III y IV, 45 %
Fase REM, 25 %
Fig. 4. Distribución estándar del sueño fisiológico (Belmar)
El niño recién nacido duerme casi todo el día, con una proporción próxima
al 50 % del denominado sueño «activo», que es el equivalente del sueño
REM. A lo largo de la lactancia los períodos de vigilia son progresivamente
más prolongados y se consolida el sueño de la noche; además, la
proporción de sueño REM desciende al 25-30 %, que se mantendrá durante
toda la vida. A la edad de 1-3 años el niño ya sólo duerme una o dos
siestas. Entre los 4-5 años y la adolescencia los niños son hipervigilantes,
muy pocos duermen siesta pero tienen un sueño nocturno de 9-10 horas
bien estructurado en 5 ciclos o más. Por lo que se refiere a los individuos
jóvenes, en ellos reaparece en muchos casos la necesidad fisiológica de
una siesta a mitad del día.
La necesidad de sueño en un adulto puede oscilar entre 5 y 9 horas.
Asimismo, varía notablemente el horario de sueño entre noctámbulos y
madrugadores. En épocas de mucha actividad intelectual o de crecimiento
o durante los meses del embarazo, puede aumentar la necesidad de sueño,
mientras que el estrés, la ansiedad o el ejercicio físico pracricado por la
tarde pueden reducir la cantidad de sueño. Los estudios efectuados en
individuos aislados de influencias exteriores han mostrado que la tendencia
fisiológica general es a retrasar ligeramente la fase de sueño con respecto
al ciclo convencional de 24 horas y a dormir una corta siesta «de mediodía»
(Vallejo, 2006, 232).
En los ancianos se va fragmentando el sueño nocturno con frecuentes
episodios de despertar y se reduce mucho el porcentaje de sueño en fase
IV y no tanto el de sueño REM, que se mantiene más constante a lo largo
de la vida. Las personas de edad avanzada tienen tendencia a aumentar el
tiempo de permanencia en la cama. Muchas de ellas dormitan fácilmente
durante el día varias siestas cortas.
5. RELOJES BIOLÓGICOS
El sueño es un estado dinámico, en el que se activan e inhiben distintas zonas
del encéfalo, con las repercusiones funcionales que se han indicado. Obedece a
un ritmo biológico, circadiano (cada 24 horas), relacionado con el ritmo día- noche,
nictemeral, al que se ajusta el proceso (Pocock, 2005, 206).
También se sueña durante la fase de sueño profundo, pero estos sueños son
más bien de tipo abstracto.
El procesamiento de las imágenes de los ensueños, según los hallazgos
clínicos, se hace de forma preferente en la corteza occipitotemporal.
En el sueño REM habría una activación del sistema reticular activador del
tronco del encéfalo y del prosencéfalo basal, estructuras que también están
activas en la vigilia. Estructuras como los núcleos talámicos relé, que son los que
reciben la estimulación sensorial, quedarían activados, lo que contribuiría a la
aparición de las diversas modalidades psicológicas que aparecen en los sueños
(Hobson, 1995, 1375).
Fig. 7. Estructuras encefálicas implicadas en los ensueños tales como la amígdala, el hipocampo y el cerebelo entre otros
(Depresiones, 2008).
En el sueño NREM, en cambio, hay una inhibición de las zonas que están
activadas en el sueño REM y activación de las inhibidas, lo que puede explicar
que en tal sueño NREM haya ensoñaciones más de tipo abstracto que en el sueño
REM (Bradley, 2005, 1981). El despertar en esta fase da lugar a estados
confusionales y un rápido retorno al sueño.
7. CONCLUSIÓN
Se puede resumir que el sueño es un estado fisiológico activo, en que
participan diversas estructuras encefálicas, formando una red neuronal, en que se
dan activaciones e inhibiciones complejas, con una regulación cíclica, y sobre la
que puede actuar la voluntad, modulando y estableciendo determinadas actitudes,
comportamientos.
Por ejemplo, cada persona tiene su "liturgia", sus hábitos para dormir: unos
necesitan leer un poco antes de conciliar el sueño; otros han de tomar un vaso de
agua; otros, precisan de una oscuridad total; otros, de cierto grado de luminosidad,
etc.
Los sueños son distintos de unas personas a otras; así por ejemplo, las
personas creativas tienen sueños particularmente ricos, mientras que las más
simples, los tienen más elementales. Por tanto, la impronta personal también deja
su huella en estos procesos.
8. BIBLIOGRAFÍA
Aserinsky E; Kleitman N. Regularly occurring periods of eye motility, and
concomitant phenomena, during sleep. Science 1953; 118: 273-274.
Bremer F. Cerveau "isolé" et physiologie du sommeil. C.R. Soc. Biol. 1935; 118:
1235-1241.
Moruzzi G; Magoun HW. Brain stem reticular formation and activation of the EEG.
1949. J Neuropsychiatry Clin Neurosci 1995; 7: 251-267.
Ojeda Sahagún J. L. et al. 2004. Neuroanatomía humana. Barcelona: Elsevier
España.
9. APÉNDICE LÉXICO
Apnea
Cese del flujo respiratorio durante un periodo superior a 10 segundos.
Cataplejía
Pérdida súbita del tono muscular, generalmente precipitada por una
respuesta emocional.
Cronobiología
Estudio de los ritmos fisiológicos naturales.
Diurno
Variable conductal o fisiológica relacionada con el día.
Hipersomnia
Somnolencia excesiva. Propensión a quedarse dormido.
Hipopnea
Reducción del flujo aéreo menor del 50 % y de duración mayor a 10
segundos.
Insomnio
Dificultad para iniciar o mantener el sueño.
Mioclono
Contracción brusde de un grupo muscular.
Parasomnia
Proceso conductual o fisiológico adverso que ocurre durante el sueño.
Polisomnograma
Registro electrofisiológico durante el sueño.
Ritmo circadiano
Patrón regular de fluctuación en la fisiología o en la conducta de 24 horas
de duración.