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DERECHO CONSTITUCIONAL

El Derecho constitucional es una rama del Derecho público cuyo campo de estudio
incluye el análisis de las leyes fundamentales que definen un Estado. De esta
manera, es materia de estudio todo lo relativo a la forma de Estado, forma de
gobierno, derechos fundamentales y la regulación de los poderes públicos,
incluyendo tanto las relaciones entre poderes públicos, como las relaciones entre
los poderes públicos y ciudadanos.

CONSTITUCIÓN: La Constitución es un texto de carácter jurídico-político fruto del


poder constituyente que fundamenta todo el ordenamiento, situándose en él como
norma que recoge, define y crea los poderes constituidos limitándolos al servicio de
las personas. Además, tendrá el carácter de norma suprema, de manera que
prevalecerá sobre cualquier otra que fuese posterior y contraria a ella (jerarquía
constitucional). Al decir de Kelsen, es la norma que da lógica a todo el sistema. El
derecho común surgirá de ella por mecanismos de derivación y aplicación.

OBJETO DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

El Derecho Constitucional, tiene por objeto el estudio de la Constitución Política


como representación del proyecto nacional de un Estado, es decir la organización
del Estado y su orden jurídico, lo cual logra con la aplicación de un conjunto de
normas con carácter de supremacía y las cuales señalan los deberes y los derechos
de los ciudadanos y al mismo tiempo determinan el procedimiento para hacer
efectiva la tutela de esos deberes y derechos.

OBJETO DE LA CONSTITUCIÓN

De manera general, se puede concluir que el objeto de la constitución consiste en


posibilitar y garantizar el funcionamiento de un Estado mediante la racionalización
del ejercicio y limitación del poder.

CLASIFICACIÓN CONSTITUCIONES

- En sentido material y en sentido formal


- Constitución rígida y constitución flexible
- Constitución escrita y constitución consuetudinaria
- Constitución ideológica y constitución utilitaria
- Constitución normativa, constitución nominal y constitución semántica

EN SENTIDO MATERIAL O DE FONDO: Está constituida por los preceptos que


regulan la creación de normas jurídicas generales y, especialmente, la creación de
leyes. Implica, el contenido de una Constitución. El conjunto de reglas relativas a la
organización y a la actividad del estado, las reglas como la forma de revestir el
estado, sistema de gobierno que lo regirá, los órganos del poder político,
conformación de derechos políticos y civiles. Además de la regulación de la norma
que crea otras normas jurídicas, así como los procedimientos de creación del orden
jurídico; también desde el punto de vista material, la Constitución contempla a los
órganos superiores del Estado y sus competencias. Todos los países tienen una
constitución desde éste punto de vista.

Otro elemento que contiene dicho concepto material, son las relaciones de los
hombres con el propio poder estatal y los derechos fundamentales del hombre. La
Constitución en su sentido material tiene tres contenidos:

1. El proceso de creación de las normas jurídicas generales.


2. Las normas referentes a los órganos del Estado y sus competencias, y
3. Las relaciones de los hombres con el control estatal.

EN SENTIDO FORMAL: La Constitución en sentido formal –dice Kelsen- es cierto


documento solemne, un conjunto de normas jurídicas que sólo pueden ser
modificadas mediante la observancia de prescripciones especiales, cuyo objeto es
dificultar la modificación de tales normas. La Constitución en sentido formal es el
documento legal supremo. Hay una distinción entre las leyes ordinarias y las leyes
constitucionales; es decir, existen normas para su creación y modificación mediante
un procedimiento especial, distintos a los abocados para reformar leyes ordinarias
o leyes secundarias

Desde el punto de vista material, por ejemplo, Inglaterra tiene una constitución,
desde el formal no. A veces se combina esa tradición con textos escritos, como en
el Canadá.

CONSTITUCIÓN RÍGIDA Y CONSTITUCIÓN FLEXIBLE: A la par del concepto de


constitución formal se forman dos conceptos diferentes como lo son el de
constitución flexible y rígida, esta última solo puede ser modificada por
procedimientos solemnes.

Estos procesos solemnes pueden consistir en una asamblea constituyente, un


referendo o un plebiscito; si se trata del órgano legislativo ordinario, puede exigirse
mayor votación, o aprobación en dos periodos o sesiones; en Colombia, según el
art. 375 de la Constitución de 1991, se llama acto legislativo el proyecto que
contempla una reforma constitucional.

La constitución es flexible cuando permite ser modificada por una ley ordinaria, o
sin mayores formalidades. Un ejemplo claro de constitución flexible es la
consuetudinaria, por que se puede modificar por costumbres o usos diferentes.

CONSTITUCIÓN ESCRITA Y CONSTITUCIÓN CONSUETUDINARIA: Las


primeras constituciones consuetudinarias de los tiempos modernos son de las
colonias americanas 1776 y con la de la Federación de Filadelfia 1787 que hasta el
día de hoy es la Constitución mas antigua y vigente del mundo, con la revolución
Francesa se imponen las constituciones escritas en especial en las nacientes
naciones Americanas, pero tal vez la más conocida y la cual da un aporte importante
en la historia son la Carta Magna de 1215, la Petición de los Derechos de 1629 y la
Ley de Derechos (Bill of Wright)de 1688. Son constituciones no unicodificadas.

Las constituciones escritas son una importante herramienta para la solución de


conflictos políticos, la vida política las costumbres constitucionales el conjunto de
decisiones de los jueces o jurisprudencias, adquieren un carácter complementario
muy importante.

En Colombia un precepto quita valor jurídico a la costumbre contraria a la ley. El art.


8 de Código Civil define que: “las costumbres en ningún caso tienen fuerza contra
la ley. No podrá alegarse el desuso para su inobservancia, o practica alguna por
inveterada y general que sea”.

CONSTITUCIÓN IDEOLÓGICA Y CONSTITUCIÓN UTILITARIA:

LAS CONSTITUCIONES IDEOLÓGICAS son aquellas en las que el aspecto


ideológico o filosófico se marca en su estructura y contienen un programa ideológico
definido de muy definida proyección. Como ejemplos podemos citar la constitución
soviética o cubana.

LAS CONSTITUCIONES UTILITARIAS son aquellas que son neutrales ya que


estas simplemente hacen énfasis en la organización y reglamentación del poder del
Estado.

Sin embargo podríamos decir que gran parte de las constituciones demo-liberales
contemporáneas tienen características de ambos tipos ya que contienen reglas
acerca de la organización del Estado y por otro lado contienen principios
ideológicos, ejemplos de estas constituciones son la Colombiana y el de todos los
países Latinoamericanos.
CONSTITUCIÓN NORMATIVA, CONSTITUCIÓN NOMINAL Y CONSTITUCIÓN
SEMÁNTICA:

Para que una constitución sea NORMATIVA se necesita que este plenamente
ligada en la sociedad estatal, ser aceptada por todos los integrantes del estado, ser
vivida, que sus normas dominen todos los procesos políticos y debe estar adaptado
y sometido a las normas constitucionales.

Una constitución NOMINAL es aquella que es valida jurídicamente pero no


concuerda con el contorno social político y económico y es gracias a esto que no se
puede llevar a cabo el cumplimiento de estas normas constitucionales y el ejercicio
del poder, las constituciones de América Latina entre ellas Colombia se ve esta
clase de situación.

Por ultimo las constituciones SEMÁNTICAS son aquellas que se utilizan para
favorecer un grupo o individuo que ha tomado el poder por las vías de hecho
regímenes de facto- , por lo general para darle cierta legitimidad y hacer mucho más
duradera su presencia en el poder, como estas constituciones están la fascista
algunas islámicas de países africanos y un claro ejemplo es de la chilena durante la
dictadura militar.

PARTES DE LA CONSTITUCIÓN

Se trata de establecer qué partes son las que componen una constitución.

Tradicionalmente se ha dicho que la Carta Política está conformada por una parte
orgánica y otra dogmática. No obstante, a partir de un ejercicio pragmático de
asunción de las constituciones contemporáneas es posible establecer otro tipo de
divisiones, más o menos extenso, y que puede cruzarse con el tradicional.

Pues bien, por la PARTE DOGMÁTICA de la Constitución (de las constituciones),


se habla de aquella parte que consagra valores superiores de una sociedad, que
postula los principios y fines estatales, y las libertades a proteger principalmente por
el ordenamiento jurídico. En síntesis: : se trata de un conjunto de normas que
establecen los principios básicos que orientan la vida del Estado y los derechos de
las personas.

LA PARTE ORGÁNICA, determina la estructura del Estado, jerarquías,


procedimientos y las competencias de los diversos órganos que integran el poder
público. Por consiguiente tiene un énfasis instrumental y mecánico en el buen
sentido de estas palabras pues organiza los poderes, sus funciones, competencias
y hasta procedimientos.
No obstante esta composición básica que presentan las Constituciones se hace un
listado de los temas objeto de tratamiento que en ellas encontramos:

• Preámbulo: se trata de una especie de introducción al texto constitucional


que proclama cual es la fuente de legitimidad del poder constituyente, los
valores, principios y fines del estado. No obstante, más adelante se definirá
de manera más extensa y precisa, pues constituye una unidad especial de
este texto
• Principios fundamentales: en los que se sustenta el orden constitucional:
se especifican cuales son los principios, valores y fines trazados para el
Estado y ellos sirven de normas orientadoras para la interpretación y
aplicación constitucional.
• Catálogo de derechos y mecanismos de protección de los mismos: el
documento que integra los diversos derechos reconocidos a la población
vinculada con la Constitución. Además se establece cuáles son los
instrumentos con los que cuentan las personas para hacer valer sus
derechos.
• Estructura institucional del Estado: enseña como se organiza el poder
público en el respectivo Estado, teniendo en cuenta que las Constituciones
modernas normalmente incorporan el principio de separación de poderes, se
dice como tiene desarrollo orgánicamente. Se trata de un organigrama de
instituciones oficiales, sus relaciones, funciones, competencias y
procedimientos para la toma de decisiones importantes de lo nacional,
regional y municipal.
• Control Constitucional: para que la Constitución efectivamente sea la
norma básica y superior del sistema jurídico se requiere que en ella misma
se contemplen los mecanismos a través de los cuales ello se garantice su
superioridad, es decir, debe indicarse cómo se hace efectiva la guarda de la
Constitución.
• Procedimientos de reforma constitucional: con el fin de que la
Constitución pueda adaptarse a los cambios que supone la vida social y
estatal sin que se presenten rupturas es necesario que se prevea de que
manera puede modificarse el texto constitucional y por quién o quiénes.
• Disposiciones transitorias, que van como anexo y después de las
disposiciones permanentes, que permiten el paso pacifico del antiguo
régimen al nuevo, por el cambio de las constituciones.

La Constitución Política de Colombia de 1991, en su parte final, a manera de anexo,


trajo 59 artículos de carácter transitorio, agrupados en ocho capítulos. Las
disposiciones estaban dirigidas a permitir un tránsito menos dificultoso del régimen
proscrito al nuevo. Para el efecto los constituyentes entre otras materias revistieron
de funciones legislativas protémpore al Presidente de la República para expedir
normas en las cuales se pusieran en funcionamiento las nuevas instituciones
creadas y para que se adelantaran procesos de paz. Se crearon además, por la
Constituyente algunos organismos de existencia temporal y con funciones muy
precisas; fundamentalmente una comisión especial (de ayuda legislativa al
Presidente de la República) y la Veeduría del Tesoro Público. Se establecieron
limitaciones a los propios constituyentes para que en los primeros años no pudieran
hacer parte de los organismos creados; se expidieron normas sobre las elecciones
que debían realizarse.

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL ESTADO

El Título primero de la Constitución de 1991 está dedicado a establecer los principios


fundamentales sobre los cuales descansa la organización política (social,
económica, cultural, etc.) que quiere sustentar la propia carta como expresión de la
voluntad soberana de este pueblo, o estos pueblos, que se llaman Colombia.

Para iniciar sea señalar que existen una cantidad de propósitos enunciados desde
el propio preámbulo, el mismo que apenas si se estableció textualmente en el
pasado capítulo. Pues bien, esos propósitos, también llamados fines, los podemos
referir como todas aquellas realidades que el país anhela, todas aquellas
realizaciones que deberá llegar a materializar. Así, el preámbulo enumera los
siguientes fines (metas a alcanzar) con la vigencia de la Constitución Política de
1991: Fortalecer la unidad de la Nación, asegurar a los integrantes de la nación
colombiana los bienes de la vida, la libertad, la convivencia, el trabajo la justicia, la
igualdad, el conocimiento y la paz. Para lograr tales loables propósitos creyó el
constituyente que era menester establecer una estructura adecuada para el efecto
y para ello refiere que para alcanzarlos requería de un marco jurídico, democrático
y participativo, pues con él garantizaría que el nuevo orden fuese política,
económica y socialmente justo.

Otro de los fines, un poco diferente por su especificidad, es el compromiso de trabajo


por la unidad latinoamericana.

Los fines o metas a alcanzar, dijimos, se encaminan de acuerdo con el preámbulo,


que en la enumeración de fines por conseguir, podría servir como diagnóstico de la
situación vivida por la república y que la llevó, entre otras muchas causas, a realizar
un cambio en la normativa superior mediante la tentativa de refundación del Estado.

En el Título primero de la Carta Política de 1991 esos fines mencionados se van a


ver reflejados a través de desarrollos importantes y van en forma de principios a
sentar los cimientos sobre los cuales se establecerá el Estado Colombiano. Este
título consta de 10 artículos y sus contenidos deben informar en adelante toda la
preceptiva constitucional. Sea ocuparse de ellos.
Colombia es un Estado Social de Derecho

El artículo 1 establece el tipo de Estado que es Colombia. De manera textual el


artículo reza:

"Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de república


unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática,
participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo
y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés
general".

A continuación el ejercicio consistirá en establecer las significaciones de los


conceptos allí referidos. En efecto ¿Qué significa que Colombia sea un Estado
social de derecho? La expresión significa que los constituyentes en representación
del pueblo decidieron una forma específica de estado con exclusión de otras. ¿Pero
qué lo caracteriza? Bien, se trata de un tema supremamente rico y lleno de
implicaciones, que aunque darían para escribir textos enteros, se presentará de
manera sintética intentando reunir todos los elementos importantes de la discusión
a su alrededor.

En la filosofía política se conoce una vieja discusión que se refiere a la concepción


del ser humano frente al estado y el tipo de relación existente entre ellos, tipo de
relación (o de relaciones mejor) que los acercan o los alejan. Las implicaciones son
muchas: en lo social, lo económico, lo moral, etc. Al efecto conocemos la dupla entre
liberalismo y socialismo. De corte netamente individualista el uno, de corte
netamente colectivista el otro. Al uno le interesa el sujeto libre del Estado, al
segundo, el Estado, mientras deba existir le ha comprometido en su desarrollo.
Cada tipo de estado de estos tiene como se insinuó antes sus núcleos de
concepciones en los órdenes moral, político, social y económico. Para mediar entre
estos dos extremos se creo una tercería que es precisamente el Estado
Socialdemócrata, situado en el centro. No obstante pueden imaginarse cantidades
de gradaciones según la decisión de los pueblos se incline hacia la derecha o hacia
la izquierda, hacia una definición liberal o hacia una definición de corte socialista.
En el centro, o en el intermedio (más amplio) entre estos extremos se establecen
una cantidad de formas concretas de Estado. La calidad de la intervención del
Estado y el tamaño del mismo se debilita o se fortalece. Al liberalismo le interesa el
sujeto fundamentalmente como individuo económico y en su consolidación la
representación del mercado es fundamental. Para el socialismo, no concebir las
relaciones con un matiz meramente individualista, le proporciona la posibilidad de
caracterizarse como solidarista, como colectivista y por ello poder pensar las
relaciones entre los individuos comprometiendo su desarrollo de manera
equilibrada. Al respecto también el tipo de derechos que cada posición enarbola, se
presenta antagónico: los individuales del hombre, con una predominancia muy
fuerte del derecho de propiedad privada y una visión de desigualdad entre los seres
humanos, a su turno que la izquierda cree y defiende los derechos para todos,
sociales, económicos, culturales, de orden colectivo y pensando en la propiedad
colectiva, fundamentalmente en cabeza del Estado y con una concepción
igualitarista de los seres humanos. La derecha, el liberalismo (el conservadurismo
incluido) no tiene idea de actuación estatal más que para pocas cosas y cree que la
sociedad está guiada por el mercado, la mano invisible; mientras la izquierda, el
socialismo, establece la idea de la planeación, aparejada a la intervención del
Estado en todos espacios de la vida social.

Se había mencionado, que el Estado social estaba en medio, que estaba


representado por las ideas socialdemócratas que son las que le corresponden. En
realidad existe en la explicación un salto que merecería una explicación importante.
Se ha dicho socialdemocracia: es nuevo lo de democracia, no se ha dicho
socialliberalismo, ni se ha dicho social individualismo, ni liberalismo social, ni
liberalismo socialista. Estas denominaciones bien podrían caracterizar diversas
gradaciones de lo intermedio, de la combinación entre esos extremos de que se
viene hablando. Quizás al surgimiento de la democracia habrá referencias al hablar
de la idea de la soberanía popular; en tanto permítase dejar el tema planteado.

Uno de esos posibles medios, estados intermedios es el estado social de derecho,


que es un estado de tipo democrático, caracterizado por el reconocimiento de
derechos de índole tanto individualista como de derechos de orden colectivista
(económicos, sociales, culturales), con una idea de propiedad privada, pero sumada
a la existencia de su función social, con una importante labor interventora del Estado
en todos los niveles, fundamentalmente en el orden económico, que no puede serle
válidamente velado, con una idea de igualitarismo con intervenciones necesarias y
no siempre obligatorias.

Además, debe caracterizarse este tipo de estado desde otro punto de vista. Cuando
se dice estado de derecho, se puede estar hablando de muchos tipos de estados.
Decir Estado de derecho, es introducir una categoría en la que ha sido introducida
otra característica importante del estado moderno. Se habla de la introducción de la
problemática de lo que se ha denominado como el gobierno de las leyes, en
contraposición al gobierno de los hombres. Es decir no gobiernan los individuos, no
gobiernan los seres humanos, lo hacen de acuerdo con lo establecido en las
normas. El estado de derecho se sujeta a la propia normatividad que emite, en tanto
las autoridades, los gobernantes lo hacen supeditados a esas mismas normas. El
Estado se sujeta al Derecho. Es una concepción eminentemente liberal que permea
la concepción sobre otro tipo de estados que puedan concebirse, fundamentalmente
situados en ese intermeso entre los extremos. Podría pensarse en una monarquía
sujeta y respetuosa de las normas que se han establecido, no pensando aún en la
idea del pacto. Podría pensarse en un socialismo en que las autoridades
colectivistas sujetan todas sus decisiones al derecho que se ha establecido. Es que
el liberalismo y el socialismo clásicos aunque representan dos extremos también
comparten o pueden compartir una serie de ideas: por ejemplo, los dos son
permeados por la idea de la democracia, los dos han creído en la idea del progreso
humano, entre otras. No es el espacio para hacer una completa explicación al
respecto y establecer todos los detalles filosóficos e históricos de estos extremos.
Bien, a esa concepción intermedia, que es más o menos, equilibrada le asiste una
concepción de sometimiento al derecho.

Se denomina social porque es intervencionista, porque no se interesa sólo por el


individuo, sino también por la colectividad y sus contenidos y acciones en los
distintos campos de la vida social se dirigen desde allí. Habrá un eco de esta
caracterización cuando el final del artículo que se analiza diga que prevalece el
interés general sobre el particular. El estado social hoy es por antonomasia
democrática y pluralista, pero podría pensarse lo social de una manera diferente.
Tal cuestión ocurrió con motivo de la expedición de la Constitución de 1886, o con
la expedición de la Constitución de Rojas Pinilla en 1957, donde la idea de la Nación,
de la soberanía en la Nación, prevaleció sobre una concepción de la soberanía
popular. Ello naturalmente trajo y trae sus consecuencias. Por ello pudo ser tenida
la iglesia católica como el centro de la nacionalidad, con los partidos políticos
tradicionales, como ordenadores del destino (mal destino, mas bien desatino) de
nuestra república. Allí se uniformó la sociedad, se la homogeneizó. La discusión se
filtra a un tipo de antropología filosófica, donde se pregunta y responde por la
concepción que se tiene acerca del ser humano (de los hombres y mujeres, de los
sujetos individuales) y de la sociedad misma, es decir de la reunión de aquellos. El
tipo de estado que pensó nuestro constituyente era el estado benefactor, que es
social y democrático, pero que venía cayendo en desgracia ante el empuje del
neoliberalismo en el mundo. Hoy, conforme se establece en muchos lugares de la
Carta de 1991 se tiene una concepción pluralista, democrática que hace parte de la
caracterización del Estado Social de derecho, que la entiende allí mismo expresada.
Se dijo, esta caracterización habrá de informar toda la preceptiva constitucional.

Colombia es una república unitaria, descentralizada y con autonomía de sus


entidades territoriales

Ese Estado social de derecho de que se viene hablando, para caracterizar a


Colombia tiene otras particularidades: está organizado en forma de república
unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales.

Las repúblicas, es decir los Estados democráticos, se organizan de una manera


centralista, que llaman unitaria, o de una manera federalista, confederalista (o
autonomista). En la primera el poder se organiza con fundamento en la centralidad
del poder, de las consideraciones fundamentales del poder; se centralizan las
decisiones más importantes, la unidad se piensa frente al centro. En la concepción
federalista los entes que forman la república se reservan ciertas decisiones de
carácter importante. V.g. en los Estados Unidos, cada Estado federal decide si en
su territorio se aplica o no la pena de muerte, mientras que la federación, los Estados
Unidos de Norteamérica no toman una decisión en un sentido u otro para toda la
Nación. No obstante, conforman un gobierno de corte nacional. Una de las
diferencias se establece fundamentalmente frente a la existencia o no de órganos
con capacidad legislativa. En la Federación hay un parlamento central y tantos
parlamentos cuantos estados conforman la federación. En el estado unitario sólo
existe un legislativo y él dicta las leyes a las que está sujeta toda la república. Entre
nosotros existen órganos que se parecen al legislativo, pero conforme a nuestra
definición centralista, son órganos que hacen parte de la administración, igual ocurre
con los concejos municipales, que se definen como entidades corporativas
administrativas.

Nuestro Estado no siempre ha sido centralista. Baste recordar que es una discusión
histórica que costó la realización de muchas guerras y que todavía hoy está vigente.
Una posibilidad de mirar la historia de Colombia es por la tensión entre centralismo
y federalismo que, entre otras causas, originó las guerras civiles en el siglo XIX
(entre otras causas), y que se plantea hoy como discusión vigente. Al respecto, tema
que atañe al fin de la Unidad de la Nación, piénsese si es la forma más adecuada
el centralismo para manejar la idea de pluralidad y la cantidad de fenómenos que
se establecen por el reconocimiento y necesidad de garantizar la pluralidad y la
plurietnicidad, que indefectiblemente deviene en Colombia en multinormatividad,
acaso y cómo sujeta o reunida por la Carta Política.

Colombia como república está conformada por unidades menores sin capacidad
legislativa, fundamentalmente por departamentos y municipios. No obstante, existen
otras figuras de organización políticas administrativas, pero no del todo desarrollado
o subsidiario; ellas serán objeto de estudio en el aparte correspondiente a la
organización político administrativa o de ordenamiento territorial propiamente dicho.
Para resaltar, como novedoso en este campo, el reconocimiento como entidades
territoriales, homólogas a los municipios, a las entidades territoriales indígenas, que
aunque existían no eran valoradas y distinguidas de manera positiva.

Que haya descentralización administrativa en Colombia significa que a las entidades


territoriales mencionadas (departamentos, municipios y ETI´S) el constituyente les
ha otorgado poderes, funciones, atribuciones, que les son propias, que no van a
depender del gobierno central. Es decir se vienen entregando responsabilidades a
las entidades territoriales en materias específicas, porque no es en todos los
órdenes. Las autonomías existen para gobernarse, administrar los asuntos de los
territorios específicos, parcialmente en relación con los impuestos, para la
planeación y el desarrollo, para la participación en los ingresos corrientes de la
Nación y para el manejo de los asuntos de recursos naturales de la zona. No existe
autonomía legislativa, ni judicial, ni de organización armada, por ejemplo, éstas
están en cabeza de la autoridad central, entre otras muchas. Excepción manifiesta
a lo anterior se aplica a las entidades indígenas, si las hacemos coincidir con las
comunidades indígenas, a las que la Constitución les ha dado la facultad expresa
de desarrollar su jurisdicción, y sin duda también la legislación.

La descentralización se establece sobre las funciones del ejecutivo, que tiene


entonces representación popular en todos los niveles: nacional, departamental,
municipal y hasta por comunas y corregimientos, en la teoría. Existe
descentralización de funciones cuando el Gobernador delega a los Alcaldes
funciones que le son propias para que las desarrollen en sus municipios, previo el
cumplimiento de ciertos requisitos. El gobierno, en sentido restringido, se desarrolla
descentralizadamente. No ocurre lo mismo, como se dijo, en el ejercicio de los
demás poderes del orden nacional, que no encuentran correspondencia en este
sentido y que se manejan con una idea de centralidad y de cierta jerarquización, por
la cual para las entidades territoriales se establecen delegaciones, unidades
menores que dependen para muchas cuestiones del centro, sobretodo de
administración, aunque las funciones (competencias) deben estar establecidas para
cada organismo desde la misma ley, o en su defecto por los reglamentos o
manuales de funciones. Es que debe ser dicho, en concordancia con un principio
de responsabilidad, también con uno de separación de poderes y de funciones, se
establece qué pueden hacer o no las entidades y los funcionarios. Por delegación,
las entidades territoriales también pueden desarrollar funciones o competencias de
la nación, pero bajo su estricta vigilancia y con la posibilidad de retomarlas cuando
lo estime conveniente.

Un hito importante en la idea de la descentralización administrativa en el país la


constituyó la elección popular de alcaldes (y luego de gobernadores) que se instauró
a partir de 1986, mediante reforma a la Constitución entonces vigente.

Colombia es una república democrática, participativa y pluralista.

Decir que la república es democrática, participativa y pluralista es en principio un


gran pleonasmo. Las definiciones son tautológicas y si las realizamos
encontraremos que para definir república tendremos que acudir a términos
equivalentes y entre ellos estarán democracia, participación, pluralidad. Para
explicar estos mismos términos ocurrirá otro tanto. No obstante, la aparente
reiteración tiene algún sentido. Decir democrática entraña reconocer que la
soberanía reside en el pueblo (no en la Nación), es decir que el pueblo es el
detentador de los poderes, es el fundamento de los mismos. Se habla de
democracia participativa con motivo de la nueva Constitución. Se ha introducido un
tercer tipo de democracia, pues tradicionalmente se reconocían la directa y la
representativa. La democracia participativa es una tentativa de mediación entre las
dos nombradas.

La primera la directa, caracterizaba las democracias antiguas (Grecia y Roma) y se


distinguía por el ejercicio del poder por aquellos que eran ciudadanos, los
ciudadanos se ocupaban de las cuestiones del manejo de lo público, de la ciudad,
de la polis; era la libertad de los antiguos, se trataba de participar. La idea en la
modernidad es retomada por Rousseau y hoy es de nuevo importante.

Con la complejización de la vida social, y la estatal por contumacia, la democracia


directa se ha hecho imposible, a todas horas no pueden todos los ciudadanos estar
tomando todas las decisiones importantes del Estado donde viven, y de su ciudad,
y de su departamento y de su Estado, por ello se impone la necesidad de que
profesionales de la política representen a los demás. Pero en el decurso de la
representación se ha visto la limitación de la figura, fundamentalmente porque no
existe un nexo de responsabilidad entre los representantes y los representados, y
por ello, aquellos se apartan de los intereses de estos y en últimas se desvirtúa la
idea de la democracia y también la de la soberanía popular. Surge la tercería:
Continúa la representación pero en casos importantes todo el pueblo puede entrar
a tomar decisiones y para el efecto se establecen mecanismos de participación
popular. La idea ha sido constituida como una de las variables, constantes, que
recorren la expedición de toda la normatividad que surge en el país. La participación
se entiende de diversas formas y a ellas se les abren espacios.

Podría pensarse este segmento desde la perspectiva de la democracia como


principio fundamental y primordial. A su alrededor podía estructurarse toda la teoría
de la Constitución. La idea contemporánea de Constitución, de república, de Estado
pluralista, etc., se establecen a partir de la idea de la democracia. La democracia es
en principio una forma de gobierno que responde a la pregunta cuántos gobiernan,
con la respuesta todos gobiernan, contra las respuestas de pocos o de uno
gobiernan. La idea se desarrolla a partir de la detentación del poder e históricamente
puede reconocerse así en el concepto de soberanía, aunque la discusión data de la
antigüedad.

Los fines esenciales del Estado Colombiano

En el artículo segundo de la Carta Política de 1991 aparece la referencia a los fines


esenciales del Estado. Dicha norma enumera una cantidad importante, que se
reproducen a continuación: servir a la comunidad, promover la prosperidad general,
garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes (que aparecen en la
Carta), facilitar la participación de todos los miembros de la comunidad colombiana
en los asuntos que le competen (económicos, políticos, administrativos y culturales),
defender la independencia nacional, mantener su integridad territorial, asegurar la
convivencia pacífica y asegurar la vigencia de un orden justo. Los enunciados
mismos son demasiado contundentes y claros. No obstante aparecen otros fines en
toda la Carta que son integrables a las finalidades del Estado, tales los fines sociales
y los expresados en el preámbulo, y otros más que aparecen en el recorrido por la
preceptiva constitucional, v.g. el 334.

Esta disposición y las concordantes pueden presentarse de una manera bastante


sugestiva, a través de una pregunta, asumiendo la segunda parte del artículo que
dice que las autoridades en Colombia están para proteger a todos los residentes en
el país en su vid, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades, y para
asegurar el cumplimiento de los deberes sociales. La pregunta podría ir
transformándose para el efecto. Comenzaría por preguntarse ¿para qué son las
autoridades?, pasaría a preguntarse ¿para qué es el Estado? Y terminaría
cuestionando ¿para qué es el poder en Colombia?. Bien, el poder en Colombia, el
Estado, las autoridades están para hacer cumplir y cumplir todos los fines del
estado. Es interesante en cuanto cuando se fórmula la pregunta por el poder la
respuesta es pesimista, alterada, dado que se comparte más bien una idea bien
peyorativa, bien negativa del poder. Pues, bien, el poder en esta nueva Colombia
debe ser para cumplir esos enunciados que referimos como finalidades o propósitos
del poder, del Estado.

La Soberanía Popular

El artículo 3 establece el principio de la Soberanía Popular. En correlación directa


con el preámbulo, el canon 3 de la Carta establece la legitimidad política histórica
actual como fundamento de la existencia del estado y su forma, la social y
democrática. La pregunta que se responde en este aparte es quién tiene el poder.
Lo tiene el pueblo, la totalidad de los habitantes, por lo menos en teoría, porque en
tratándose de un ente inorgánico, complejo, es difícil su organización y por tanto el
ejercicio del poder que posee. La idea de soberanía popular se corresponde con la
idea de la democracia, en principio ejercida de forma directa, pero transformada en
la democracia de corte representativo y lo que hemos venido llamando democracia
participativa.

La soberanía es un concepto equívoco, cuyo contenido ha venido llenándose por


metonimia. En principio el soberano era uno, el monarca. Cuando el monarca tiene
que pactar o cae en desgracia y son varios o muchos los que mandan, su calidad
de poder, su soberanía (su poder mismo) pasan a esos pocos o a todos. La calidad
del soberano se representaba en la soberanía, en su calidad de poderoso, que pasó
considerando las formas de gobierno a esas otras diferentes de ella.

El ejercicio de ese poder existente en Colombia, que le pertenece al pueblo, se


desarrolla de manera directa, de manera representativa y a través de la participación
en los diferentes espacios abiertos para el efecto. Los poderes públicos, a través de
las distintas denominaciones que reciben, representan el poder del pueblo. No
obstante, la expresión más clara de esa soberanía es el poder constituyente y su
resultado: La Carta Política de 1991. Son ellas dos las expresiones más caras, más
importantes, que haya podido desarrollar el pueblo colombiano dentro de sus
limitaciones, referidas a su atraso político, económico y social en el mundo., es decir
en consideración a lo que como pueblo ha sido capaz de obtener en su condición
de ente inorgánico y desorganizado, en atención a su estado de ánimo. La Carta
debe representar, como se expresará más adelante, esa meta por construir
necesario y que requiere ser defendido, en tanto la propia sociedad sea capaz de
depurarse y realizar una Carta mejor y una mejor realidad.
La Constitución es norma de normas

Este principio se encuentra en el artículo cuarto, es el establecimiento de la


Constitución como norma de normas. Se trata de la supremacía constitucional.
Establece ella que es la norma, como norma, más alta entre todas aquellas que
pueda haber en la República. Y no tendría por qué ser de otra forma: se trata de la
expresión directa del Constituyente, de su voluntad y mal podrían hacer los poderes
constituidos, delegados crear normas que estuvieran por encima; mal harían las
autoridades en tomar medidas, en realizar actuaciones no acordes con la Carta.
Hacerlo sería tanto como subvertir el régimen y entonces desconfigurar
completamente el Estado social de derecho y democrático. En la historia del
constitucionalismo se presentó que la ley estuvo por encima de la Constitución en
lo que se conoce como El imperio de la ley, donde gracias a la idea que se tenía del
legislador como depositario de la soberanía popular la Constitución misma sólo llegó
a tener un criterio, un valor de validez de las demás normas jurídicas, habiendo
perdido todo su valor material. La historia misma nos ha hecho entender el error que
significa y significó haber confiado en los legislativos; sin duda, las constituciones
modernas son más la representación del querer popular que de los legisladores. Así
pues las normas que se creen y las actuaciones a realizar se establecen en orden
al respeto de la preceptiva constitucional.

Con esta primera parte se ha fundado lo que se conoce como excepción de


inconstitucionalidad o excepción de inaplicabilidad, conforme a la cual cualquiera
autoridad al momento de aplicar una norma o desarrollar una actuación puede no
hacerlo si encuentra que ellas son contrarias a la preceptiva constitucional, superior.

La segunda parte del artículo se refiere a la obligación de todos los habitantes de la


república, nacionales o extranjeros de acatar en Colombia la normativa jurídica,
partiendo desde la Constitución, y además de obedecer y respetar a las autoridades
legítimamente constituidas. Es una obligación necesaria aceptando que un tipo de
orden es justo y realiza los valores apreciados por la comunidad. Por siempre las
autoridades como correlato, estarán sujetas ellas mismas a las normas y su ejercicio
se circunscribirá a lo que les está permitido y es de su competencia.

La idea de los mecanismos de supremacía constitucional se patentiza en otros


artículos, que se referirán adelante en el trabajo que se desarrolla, pero se anuncia
que además de este cuarto artículo, se trata del establecimiento obligatorio del
estudio de la Constitución (artículo 41) y del establecimiento del artículo 5, pues la
primacía de los derechos se corresponde con el tipo de Constitución que se tiene,
si ellos tienen primacía la tiene también la Constitución, y del establecimiento de
órganos encargados de guardar esas supremacías de la constitución y de los
derechos. Sea citar entre otros los artículos 86, 239 a 245 de la Carta de 1991.
Primacía de los derechos inalienables

El artículo 5 de la Constitución establece, como se dijo, la primacía de los derechos


inalienables de la persona, los reconoce, sin discriminación. Y ampara la familia
como institución básica de la existencia de la sociedad. Sea aclarar algunos pocos
conceptos, toda vez que en el Título II de la Carta se refieren de manera específica
los derechos, con todas sus divisiones, y que allí mismo se establecen los derechos
de la familia y su status jurídico.

La concepción de derechos inalienables es una concepción de corte iusnaturalista,


que reconoce que los derechos son propiedades del ser humano, es decir, le son
propios, están en el y por ello deben protegerse. Además ha de decirse de una vez,
los derechos son limitaciones al Estado, al ejercicio de su poder (y de todas
autoridades). Lo inalienable es inajenable, no sujeto a negocio. Las dos
características se predican como anteriores al surgimiento del Estado.

Cuando se habla de personas se refiere una categorización no muy bien realizada,


pero ya tradicional y convencional en derecho, que proviene de antiguo. Me refiero
a esa división entre personas naturales y personas jurídicas. Por las primeras se
entiende a los seres humanos; por las segundas a aquellas creaciones de los seres
humanos para el desarrollo de los fines o propósitos que quiere desarrollar y por
ficción se les otorga lo que se denomina personería jurídica, dotando esos empeños
de deberes y obligaciones. Así las entidades políticas (desde los estados y sus
divisiones) hasta el ejercicio del derecho de asociación en cualquiera de sus formas
(con ánimo de lucro o con fines no lucrativos, con fines científicos, culturales,
económicos, sindicales, etc., etc.), como los capitales destinados a un fin social (las
fundaciones) constituyen personas jurídicas. Los derechos de los seres humanos
se deslizan, se extienden a las personas (más amplio) y a los pueblos.

Principio de responsabilidad

El artículo sexto de la carta establece como principio la responsabilidad. Lo hace en


dos órdenes: frente a los particulares y frente a los servidores públicos.

Sirve este artículo de sustento de los tipos de responsabilidades que se desarrollan


en las leyes: de tipos penales, civiles, fiscales, disciplinarios, etc.
Se establece que los particulares responden por infringir la Constitución y las leyes,
que los servidores públicos responden por infringir la constitución, las leyes, por
omisión en el ejercicio de sus funciones o por extralimitación en ellas. Se ha dicho,
siguiendo la tradición, que conforme a estos principios la racionalidad que opera al
interior permite pensar que los particulares pueden hacer todo lo que no está
expresamente prohibido y los servidores públicos pueden hacer sólo aquello que
les está expresamente autorizado. En la Constitución misma existen fórmulas que
lo expresan así directamente. No obstante la idea del estado social mengua la
severidad del postulado expresado para las autoridades y ello se hace cuando se
admite la existencia de competencias implícitas. De manera muy sintética, por
competencias se entiende, en el campo jurídico, el conjunto de funciones y
atribuciones que una autoridad debe desarrollar. Se trata de aquellas cuestiones
para las que está alguna autoridad investida. Como ejemplo de competencias sea
mencionar que el Presidente de la República tiene la competencia para nombrar y
remover los Ministros de Despacho y los Jefes de Departamentos Administrativos;
también las de sancionar las leyes o las de objetar los proyectos de ley o de actos
legislativos, que es la manera como llamamos las reformas constitucionales. Del
Congreso es competencia hacer las leyes y reformar la Constitución y hacerlo
conforme a derecho.

El artículo 90 de la Carta habla de la responsabilidad del Estado y la posibilidad de


repetición contra el funcionario responsable, ayudando a completar el principio. El
artículo 121 establece que ninguna autoridad puede realizar funciones diferentes a
aquellas que le atribuyen la Constitución y la ley, y se debe complementar con el
artículo 122 que habla de la existencia legal del cargo y de la necesidad de que el
mismo tenga siempre funciones asignadas. De este modo se sienta el principio
fundamental del Estado de Derecho de que el propio estado está sujeto a
responsabilidad y las autoridades que lo componen también.

Diversidad étnica y cultural de la Nación Colombiana

El artículo 7 de la Carta Política reconoce y protege la existencia de la diversidad


étnica y cultural de la Nación Colombiana. Se trata de una de las innovaciones
constitucionales más importantes. Quizás las etnias diferenciadas existentes en
Colombia fueron los conglomerados o grupos humanos que más ganaron con la
expedición de esta Carta, particularmente los indígenas.

Ahora bien, el acontecimiento de celebración o renegación del llamado encuentro


de dos mundos o mal llamado descubrimiento de América, los quinientos años,
suscitaron en el mundo entero una cantidad importante de reflexión, y la fecha sirvió
de motivo para el desarrollo de reconocimientos que aunque postreros, no dejan de
ser importantes. El evento permitió el encuentro de etnias provenientes de
diferentes lugares del mundo. La situación y la existencia de las etnias presentes en
Colombia son producto del desarrollo histórico de aquel encuentro (o desencuentro).
Al interior hay miles de historias que no se conocen.

En la actualidad fuera de los blancos (aunque en realidad de los colombianos


producto del mestizaje), en el país se reconoce la existencia de etnias indígenas,
de negros y de raizales. En la Constitución cantidad de artículos desarrollan el
principio y en los espacios específicos se desarrollara lo pertinente.

No obstante, la existencia de indígenas, con culturas propias, en los países


occidentales constituye una aporía de difícil resolución. El artículo noveno reconoce
los derechos de los pueblos y suscita la pregunta acerca si ellos mismos los
constituyen y si la cuestión genera una posibilidad de desmembración de la unidad
de la nación aplicándoles este principio.

El desarrollo del principio ha encontrado muchas dificultades que se explican en el


mismo estado de la cultura y el imaginario de nuestro pueblo y en particular en la
posición de las clases dirigentes del país. El reconocimiento de la diversidad étnica
representa para los sectores económicos del país (y para algunos
gubernamentales) una contradicción a la posibilidad de desarrollo (en el sentido de
progreso tradicional) para el país.

De igual manera se han generado tensiones con respecto a las compañías


extranjeras. Es que los grupos étnicos en la actualidad tienen el 29 % del territorio
del país; porción de territorio que es ahora importante para la sociedad nacional y
para grupos económicos y gobiernos extranjeros.

Este principio es un desarrollo específico y necesario de una concepción de la


democracia y de la igualdad real integrada a través del reconocimiento de la
diferencia, del reconocimiento de la unidad en la diversidad. La pluralidad y la
participación son posibles de materializar mediante este principio específico.

Las culturas de estos pueblos, de las etnias, constituyen valores de la nacionalidad


colombiana y como correlato concuerda con el artículo siguiente que establece
como principio esencial la obligación para los particulares y para el estado de
proteger las riquezas naturales y culturales de la Nación. A propósito, los territorios
ecológicamente más valiosos, más valorados, más importantes para el desarrollo
del país y apetecidos por empresas y gobiernos extranjeros, son precisamente esos
territorios en poder de los grupos étnicos.

Principio de protección de las riquezas naturales y culturales

Como se dijo el artículo 8 de la Constitución de 1991 establece como principio la


obligación de proteger las riquezas naturales y culturales de la Nación. Se funda en
este espacio el principio que luego se manifestará mediante la consagración del
derecho al ambiente sano y de todas las disposiciones que desarrollan lo que
podemos denominar una concepción verde plasmada en la Carta, por lo que se ha
dicho que la Carta de 1991 es una carta verde, una constitución ambiental o
ecológica. Con motivo del capítulo de los derechos, se desarrolla de manera
especial este principio.

La UNESCO definió la Cultura como "el conjunto de rasgos distintivos, espirituales


y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad, y que engloba,
además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al
ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias". (Declaración
de Méjico).

La existencia de cultura es connatural a la existencia de toda sociedad humana. Hoy


se discute la posibilidad de la existencia de una cultura global, tentativa de occidente
que es totalizante y excluyente. No obstante a pesar de la globalización económica
y de la creación de sistemas globalizantes, del desarrollo hegemónico y colonizador
de las grandes potencias, fundamentalmente de Estados Unidos de Norteamérica,
como contrapeso se presenta un resurgimiento de la exigencia de reconocimiento y
respeto de las culturas, de las nacionalidades y de las etnias. El artículo anterior es
buena muestra de esta tensión pulsional del mundo actual.

Ahora bien, la determinación de lo que constituye la cultura de la Nación es una


tarea importante. El patrimonio ambiental del país parece estar más determinado.
Existen en el derecho una cantidad de disposiciones en uno y otro sentido capaces
de dar cuenta de la existencia de esos patrimonios cultural y ecológico y contribuir
a su establecimiento y preservación.

En consonancia con el principio de protección cultural, la propia Carta Constitucional


establece algunos preceptos de desarrollo. Así el artículo 70 es de capital
importancia dentro de una concepción antropologista de la nacionalidad. Dice la
norma que la cultura es una de las manifestaciones de la nacionalidad. El artículo
72 se refiere al patrimonio cultural de la Nación. En el país es enorme este
patrimonio y dentro de él el llamado patrimonio arqueológico, que representa las
manifestaciones y es parte de la historia no sólo nuestra sino principalmente de esa
porción indígena que pobló el continente y que aún susbsiste en el país.

Para ilustrar este principio podríamos pensar en cantidad de categorías y a través


de su establecimiento actualizar en nuestro imaginario todas esas riquezas de uno
y otro tipo. Así intentar definir los conceptos y establecer cuales figuras de esa índole
se presentan en el país. Por ejemplo, en materia ambiental definir los parques
nacionales naturales (en general todo el sistema de parques nacionales naturales),
las especies animales endémicas existentes en el país, el problema de aguas, el
problema que se genera frente a la biopatentación, la biodiversidad y el biochocó o
biopacífico. Frente a lo cultural la definición de patrimonio arqueológico, la de
patrimonio nacional, la de patrimonio de la humanidad, la de museo, etc. Al respecto,
en tanto que formación cultural, la escuela (la universidad), debería proporcionar
una formación para una nueva cultura que fomentará los valores de la nacionalidad
con base en el conocimiento de la historia, la arquitectura, la biología, la geografía
del Estado.

Los idiomas oficiales

Como principio fundamental los constituyentes establecieron lo relativo al idioma


oficial. El idioma hace parte de la cultura. El lenguaje determina muchos contenidos
culturales. Históricamente el castellano ha sido el idioma de nuestra república y ha
sido tenido como uno de los sustentos de la nacionalidad, del alma del pueblo (junto
con la religión y todo el resto del legado hispánico). A pesar de ello, a fuerza de
realidad se ha venido a reconocer, en consonancia con los dos artículos anteriores,
que en Colombia existen culturalmente otros idiomas diferentes al impuesto. Así en
los lugares donde hay idiomas naturales se han tenido como idiomas cooficiales.

La existencia de las etnias indígenas significa entre otras cosas la existencia de


aproximadamente ochenta idiomas distintos, aunque muchos pueden pertenecer a
las mismas familias lingüísticas. En lo que hace a los negros parece que las
negritudes del país no conservan los idiomas de su procedencia y la cultura recoge
expresiones, nombres, en fin, segmentos de los idiomas de los lugares de origen
africano. Quizás en los palenques más tradicionales, fundamentalmente San
Basilio, haya posibilidades de reconstrucción de algún idioma especial.

Los raizales, pobladores nativos de San Andrés y Providencia, tienen por idioma el
Inglés, pues sus raíces e historia están muy unidas a la Centroamérica antillana,
donde quedan ubicadas las islas y allí los ingleses hicieron mucha historia. Por la
ubicación de estos territorios y de algunos cayos y de bancos de arena es que
Colombia es un país también centroamericano, del Caribe, antillano.

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