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¿Quiénes fueron los indígenas Tairona?

Los taironas, fueron una familia de indígenas americanos que habitaron el norte de la actual República
de Colombia, entre los años 200 d.C y 1.700 d.C. Durante este tiempo la historia de esta cultura se
dividió en dos periodos. El primero conocido como Nahuange que va hasta el año 900 d.C y después los
conocidos Tairona desde los años 900 d.C hasta 1.700 d.C.

Tayrona significa “Hijos del tigre”, una familia indígena que honraba con sus acciones a cada ser de la
naturaleza en la que privilegiadamente fueron puestos y que, a la llegada de los españoles, recurrieron a
su carácter guerrero para frenar sus imposiciones. Superados en número y armas, los Tayrona debieron
adentrarse más hacia la sierra y el litoral, una zona de altas cumbre que desanimó a los invasores y que
de alguna manera resguardó a las tribus del exterminio total, pero lo que no hicieron las armas, lo
lograron las enfermedades traídas desde Europa por milicianos sedientos de oro y destrucción.

La efectiva resistencia indígena y la poca penetración de los españoles en sus territorios durante el siglo
XVI significaron, a diferencia de otras áreas de Sur América, la ausencia de descripciones detalladas
sobre la sociedad y la vida diaria. Sin embargo, un resumen de las descripciones más confiables y las
investigaciones arqueológicas nos presenta una sociedad altamente jerarquizada, con líderes políticos y
religiosos, alfareros, orfebres y talladores de piedra especializados, y lo que parecía ser una elite
guerrera.

La civilización Kogui que actualmente habitan en la parte alta de la Sierra Nevada; fueron los únicos que
lograron sobrevivir a la persecución y asesinatos de los españoles durante la conquista.

Los indígenas tairona fueron conocidos por su pericia en la artesanía y la metalurgia, especialmente en
la orfebrería. Dejaron abundante evidencia arqueológica de su estilo de vida, que era
sorprendentemente moderno visto desde la perspectiva de su aislamiento relativo respecto a
civilizaciones más desarrolladas.

UBICACIÓN GEOGRAFICA

La cultura tairona se asentó en los departamentos de Magdalena, Guajira y Cesar, al norte de la sierra
Nevada de Santa Marta, pertenecientes a la Región Caribe de Colombia. Una zona que actualmente
constituye uno de los parques naturales más importantes de la nación sudamericana. Los taironas
acogieron tanto las bondades que les brindó la Sierra Nevada de Santa Marta como sus restricciones. De
esta manera, lograron una combinación que les garantizo su permanencia en la región por casi dos mil
años.

ECONOMIA

La principal actividad económica de los taironas era la agricultura, principalmente de alimentos como el
maíz, yuca, frijol, aguacate, ahuyama, ají, piña, guayaba y guanábana.

Además de aprovechar los diferentes climas de su extenso terreno, los taironas usaron la irrigación
artificial de los suelos. Los ríos eran la fuente que alimentaban los canales para el riego.

Los cronistas españoles también mencionan la cría de abejas usando ollas de barro a manera de
contenedores para las colmenas, y el uso de la cera para el vaciado de piezas de oro. En los pueblos
costeros, la pesca y recolección de sal marina eran actividades especialmente importantes, puesto que
se secaba y salaba el pescado para ser llevado a las partes altas de la Sierra como bien de intercambio.

Entre tribus, también practicaban el trueque, los que se ubicaron más adentro de la Sierra intercambian
oro y mantas por pescado y sal con las tribus que se encontraban cerca de la costa. El trueque se
extendió con la cultura Muisca, pero con objetos de bisutería y orfebrería con piedras semipreciosas y
oro.

Arquitectura y urbanismo

En cada uno de los territorios taironas había aldeas y ciudades comunicadas por caminos de piedra. A lo
largo de esos caminos había pozos en los que se recolectaba el agua de las lluvias o del deshielo de las
montañas.

Las viviendas tenían forma circular y estaban construidas sobre terrazas artificiales apuntaladas por
muros de contención, a las que se accedía a través de escaleras de piedra. Los techos eran cónicos y
estaban hechos de paja, mientras que las paredes eran de adobe y no tenían ventanas.

Dos de las ciudades taironas más importantes fueron Pueblito y Teyuna.

Pueblito, a orillas del mar, estaba formada por 254 terrazas y tuvo una población aproximada de 3.000
habitantes. Teyuna, también conocida como Ciudad Perdida, estaba situada a 1200 metros sobre el nivel
del mar y tenía 184 casas construidas sobre terrazas pavimentadas con piedra. Los arqueólogos estiman
que entre 1.500 a 2.400 habitantes vivían allí. En ambas ciudades había templos o centros ceremoniales
y depósitos de utensilios y alimentos.

Organización política

Los tairona tenían un sistema de gobierno basado en la religión. Sus gobernantes eran una parte de la
élite chamánica que afirmaba ser capaz de controlar las fuerzas de la naturaleza, el cosmos y todos los
pensamientos y acciones humanas.

En la Sierra Nevada la cultura Tairona se dividía en varias tribus. Cada una organizada e independientes;
pero con un gobernador que se le conocía como el cacique que ejercía funciones ejecutivas,
ceremoniales y judiciales.

Sin embargo, dentro de la pirámide organizacional, por encima del cacique estaba el sacerdote o naoma,
que no tenían autoridad, pero eran los más respetados e influyentes. Cada luna nueva, los sacerdotes
eran los encargados de realizar las ceremonias y rituales para honrar a los dioses.

Debajo de los caciques estaban los manicatos o guerreros, eran los encargados de defender a la tribu de
posibles ataques y procurar la paz de la tribu.

Finalmente, en la pirámide se encuentra el pueblo conformado principalmente por los agricultores,


mercaderes y artesanos.

VESTIMENTA

Documentos de principios del siglo XVI describen a los indígenas de la zona como especialmente
cuidadosos con la apariencia personal, por lo que los adornos y estética corporal parecen haber sido de
suma importancia. Los hombres utilizaban narigueras y orejeras en oro, adornos labiales –bezotes-, y
pectorales semilunares, además de collares con cuentas en concha, hueso, dientes, cornalina, cuarzo
cristalino, jaspe, esmeralda, nefrita, y calcedonia. También era muy importante el arte plumario y se
criaban aves específicamente para utilizar sus plumas en la confección de coronas, mantas y chalecos, o
para engastarlas en adornos de oro o convertirlas en flores.

Los cronistas también coinciden en que aparte de estos adornos corporales el vestido en hombres y
mujeres era bastante sencillo. Se menciona que los hombres usualmente andaban desnudos, a
excepción de un cubre pene en concha, o una manta de algodón terciada sobre los hombros. Las
mujeres utilizaban mantas de algodón alrededor de la cintura o de los hombros para cubrirse, además
de grandes cantidades de cuentas alrededor del cuello, pantorrillas, tobillos y muñecas. Los documentos
resaltan que las mantas eran de algodón finamente tejido, teñidas con varios colores y/o diseños, y que
las usadas por personajes de más alto rango eran también adornadas con plumas y cuentas en oro y
piedra.

LENGUA

Los taironas hablaban una lengua perteneciente a la familia lingüística chibchense, que se extendía
desde el sur de Costa Rica hasta el noroeste de Venezuela.

La lengua tairona (teiyuna) se hablaba en Magdalena, Colombia, pero está extinguida, aunque se dice
que está en uso entre los kogis con propósitos chamanísticos.

ARTE Y RELIGION

Las creencias religiosas de los tairona, como en muchas de las tribus en aquel período, influenciaban
mucho su metalurgia y arte. Como el “hombre murciélago”, muchos de sus pendientes y corazas
abundaban en figuras de hombres que aparentemente se transformaban en temibles criaturas,
especialmente aves de presa, cocodrilos y serpientes. Estos ornamentos no solo representaban el
estatus de quien los llevaba, también eran símbolos de sus supuestos poderes.

En aquellos tiempos, la transformación era un concepto en el que todas las tribus de la familia chibcha
creían y se esforzaban en llevarlo a cabo. Los murciélagos eran considerados como uno de los animales
más poderosos entonces, los tairona hicieron todo lo posible para parecerse a ellos. Se han encontrado
vestimentas usadas para simbolizar dicha transformación en las tumbas de los dignatarios líderes del
período tairona. Según los investigadores del Banco de la República, Colombia: “la ornamentación de sus
viseras metálicas era una alusión a las membranas dentro del oído del murciélago, las narigueras
cilíndricas elevaban la nariz para hacerla parecida a los orificios nasales de ciertas especies de
murciélagos y los ornamentos sublabiales imitaban la carnosidad del labio inferior del animal.”

Armas Cultura Tayrona

Sus principales armas eran arcos, dardos, flechas, carcajs y macanas; también tensores de arco, flechas
silbantes y flechas incendiarias con las puntas envueltas en algodón que disparaban ardiendo. Las
puntas de los dardos eran de madera o de espina de raya y estaban generalmente envenenadas.
Empleaban también piedras como proyectiles.

Eran tan buenos tiradores que, teniendo que alcanzar un blanco a distancia, arrojaban las flechas a lo
alto para que al caer se clavaran en su enemigo. Tenían cerbatanas curiosísimas que, con sutiles flechas,
mataban toda clase de aves.
GASTRONOMIA

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