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LA SOCIEDAD ABORIGEN

Origen

Desde Siberia y a través de Alaska, grupos migratorios poblaron el continente americano


hace muchos años. Algunos quedaron en los bosques como tribus aisladas, otros crearon
ciudades espléndidas, como México y Cuzco.

Aunque el Asia parece ser la madre común de todos los amerindios, estas migraciones
pobladoras las efectuaron gente con una cultura estacionada en un remoto paleolítico. En
América, crearon su propia civilización, de grandes contrastes: México y Perú por un lado,
con su arquitectura y sus adelantos científicos, y por otro lado el resto de América y
principalmente el grosero primitivismo del habitante del bosque profundo

Los tainos o aborígenes procedían, según teorías, de los siguientes países:

*Venezuela *Cuba

*La Española *Puerto Rico

Cultura y creencias mágica-religiosas


Adoraban el fuego, el sol y la luna. Tenían un dios supremo, Loquo que vivía en el cielo o
Turey. Rendían culto a cemíes de piedra (dios menor), que ellos mismos tallaban. Creían
que los muertos van a un lugar llamado Coayban, cuyo señor era Maquetaurie.

De acuerdo con relatos recogidos por el fraile Ramón Pané, los mitos de los indios se
relacionan con el origen del Sol y la Luna, salidos de una cueva llamada Jovovava; con la
transformación de seres asexuados en mujeres, utilizando el pájaro iriri que agujereaba los
árboles; y con la fantástica creación del mar al romperse una calabaza desparramándose el
agua que contenía en proporciones tales que con ella cubrió la tierra.

Los mitos y otras creencias eran transmitidos de generación en generación por aquellos
ancianos más respetados de las familias, los clanes y las tribus.
Cultura

Se organizaban en unidades tribales que se regían diariamente y dedicados a una vida


sedentaria simple y rica en tradiciones religiosas y agricultoras, la expresión de su cultura
en nuestra isla era la más rica del área del Caribe.

Sin embargo, el descubrimiento y sus métodos de conquista exterminaron esta raza en un


período aproximado de 50 años, lo cual limitó el impacto de dicha cultura indígena sobre la
dominicana.

El sistema de colonización tuvo que traer al Continente Americano, personas más fuertes y
resistentes a las duras faenas de trabajo.

Aunque los dibujos rupestres son de una marcada puericia, como sus petroglifos, el taíno
trabajó primorosamente la piedra y la cerámica. En la cerámica pusieron arte e inquietud
espiritual, y a veces de complicadas formas de decoración.

Tenían excelentes trabajos en piedra y concha, y también trabajaron la madera. Los


Nitaínos gobernaban sobre las naborias. Los Naborias pescaban, cazaban, hacían él trabajó
en los conucos, generalmente el trabajo pesado.

Existen evidencias de que los taínos también practicaron actividades de cestería y


fabricación de vasijas, cucharas y vasos utilizando el fruto del higüero que ellos sembraban
con estos propósitos.

Jerarquía social y organización política

Los taínos vivían en pequeñas agrupaciones en torno a aldeas, vinculados por lazos de
parentesco.
Indígenas antillanos
Las aldeas eran el elemento básico de la organización tribal y territorial y no superaban las
600 personas. Eran gobernadas por caciques, vocablo antillano que designaba a los jefes y
que tras la expansión de los españoles se difundió por toda la América colonial. Entre los
caciques los había de distinto rango: desde quienes dirigían un poblado pequeño hasta
quienes dominaban vastas regiones en base a confederaciones con diverso grado de
estructuración.
Mujer taina
Entre los mayores y más consolidados cacicazgos de La Española sobresalían, a fines del
siglo XV, Marién, encabezado por Guacanagarí; Xaraguá, dominado por Behechio y
Anacaona; Maguana, dirigido por Caonabó; Maguá, zona muy fértil bajo el poder de
Guarionex y, finalmente, Higüey, gobernado por Higuanamá.
Mapa Cacicazgos
Las decisiones que afectaban a la comunidad eran tomadas por los caciques en un consejo
de carácter religioso, donde el cacique principal se limitaba a comunicar a los demás la
voluntad de los dioses taínos. Por lo tanto, la estructura política se podría calificar de
despótica incipiente.
La sociedad taína se dividía en dos grupos: los caciques y los campesinos. Esta
estratificación tenía un origen mítico, fuente del poder de los caciques. Sin embargo, en la
vida cotidiana las diferencias sociales se reducían a las funciones que cumplía cada grupo y
no poseían un fundamento económico.
En el orden jerárquico seguía el behique o buitío. Ocupaba una posición también
privilegiada y entre sus funciones se señalan: "organizar el culto, comunicar las tradiciones
tribales y curar a los enfermos" (Roberto Cassá). Estaban rodeados de una aureola de
misterio y poder sobrenatural que los hacía temibles y respetados. Los métodos curativos
eran mágico-animistas, pues concebían las enfermedades como obra de los espíritus, pero
además, eran grandes herbolarios: "y tenían conocidos las propiedades de muchos árboles e
plantas e hiervas

ARTE RUPESTRE Y ARTESANIA

El gran desarrollo alcanzado en las actividades artísticas y artesanales fue uno de los rasgos
más característicos de esta sociedad.

La confección de una extraordinaria cerámica para fines funerarios y rituales y la


fabricación de una enorme cantidad de ídolos, amuletos y otros artículos de lujos,
confeccionados en piedra, madera, concha, hueso y otros materiales no se han conservado
tanto, como los de algodón y otros (cuyo semi principal se encuentra en el Museo de Turín,
Italia).

Se han encontrado muestras del arte rupestre taíno en diferentes localidades de la isla como
en las cuevas de las Maravillas y del Pomier; también, al dar la vuelta al Lago Enriquillo se
pueden ver las famosas Caritas.

Otras cuevas conocidas por sus pictografías se encuentran en el Parque del Este y en los
Haitises.

Las piezas de alfarería taína halladas en nuestra isla son de superior calidad a las de otras
islas, al igual que los artefactos líticos y en madera que conformaron toda una parafernalia
para la realización de rituales mágicos religiosos taínos.

Los dos productos de cestería más importantes que quedan como herencia de esta cultura
precolombina son la hamaca y el macuto.

El arte de los indios taínos como el de todos los pueblos aborígenes refleja su particular
concepción del mundo. Los taínos creían en espíritus superiores que controlaban, a veces
caprichosamente, la naturaleza humana y el mundo. A estos espíritus el hombre debía
halagar, apaciguar o neutralizar por medio de ritos y ceremonias sagradas.

El arte taíno, encarnación de dichas creencias, se expresaba, con relativo o absoluto


dominio técnico en agradables formas convencionales, elaboradas con los más diversos
materiales. De algunos de sus ejemplares, ejecutados con materia perecedera, sólo nos resta
la descripción que de ellos nos dejaron los cronistas de Indias.

Pocos objetos de valor artístico se salvaron de la destrucción sistemática, llevada a cabo por
los misioneros y colonizadores, de todo lo que, para ellos, tenía significación mágico-
religiosa, es decir los ídolos y otros objetos de uso ceremonial. De la destrucción, que
obedecía a las ideas religiosas de la época, sólo se salvaron aquellas que se enviaron, como
objetos exóticos, a príncipes europeos renacentistas quienes los conservaron en sus
gabinetes de curiosidades, y aquellos que, a tiempo, lograron esconder los indios en cuevas
y otros lugares inaccesibles para los conquistadores, y que serían, siglos más tarde, re-
descubiertos por arqueólogos y campesinos.

Legados a la sociedad dominicana

Los Taínos nos dejaron una gran herencia social, podemos citar, por ejemplo: varias plantas
domesticadas como la yautía, el tabaco, el ñame, el maní, el maíz, el mapuey y ni decir la
yuca y la elaboración del cazabe, cuyo proceso se mantiene casi intacto hasta nuestros días.
Son herencia taína sobreviviente a la conquista.
Elementos importantes de la cultura taina que subsistieron y aparecen hoy incorporados a la
vida y actividad cotidianas del dominicano son:

a) instrumentos como la canoa, la hamaca, el caracol -usado como trompeta para dar
avisos- y la cuchara de higüero;

b) técnicas como el sistema de pesca denominado barbasco o "encandilamiento", el


ahumado para la conservación de las carnes, la cestería -especialmente mediante el empleo
de cuerdas de cabuya y la petaca de yagua-, el encendido de hornos de carbón, la utilización
de la piel de ciertos peces para limpiar y rayar vegetales, etc.;

productos agrícolas como la batata, la yautía, la jagua, el jobo, el maíz, el lerén, el maní,
etc. Todos ellos forman parte de la dieta dominicana.

El mundo espiritual del taíno apenas dejó huellas en la cultura criolla, y las pocas muestras
de ese mundo se hallan fuertemente sincretizadas con las creencias y ritos cristiano-
africanos. Podemos citar, al respecto, la sacralización de ciertos caciques taínos, elevados a
la categoría de luases o divinidades del panteón voduista; las supersticiones relativas a las
hachas indígenas, popularmente conocidas como "piedras de rayo" y el mito de la ciguapa,
entidad femenina que camina con los pies al revés.
La mayor aportación del taíno a la cultura dominicana hay que buscarla, sin duda, en el
lenguaje. Numerosos vocablos forman parte del habla criolla (Emiliano Tejera, 1935;
Emilio Tejera, 1977).

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