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1. Introducción
Nacer sordo en un mundo diseñado para oyentes es un reto que comienza con la
familia si ésta también es oyente. En el Ecuador existen 207 541 personas sordas, conforme
al censo del INEC realizado en el 2010. Sin embargo, de acuerdo con las estadísticas
registradas 67 929. De esta cifra no se cuenta con los datos exactos en el Ecuador acerca de
cuántas de estas personas son hijos de padres oyentes. Sin embargo, de acuerdo con Meyers
& Bertee (1992), alrededor del 90% de la población sorda tiene ambos padres oyentes.
Siendo este un contexto familiar repetitivo para la comunidad sorda representa un espacio y
una población relevante para analizar los procesos de socialización que rodean a las
desconocimiento, las percepciones y los discursos alrededor de la sordera, sobre todo desde
un enfoque de discapacidad, forman parte del bagaje sociocultural que los padres poseen
una vez que su hijo se incorpora a la familia. Esta socialización inicial como posterior
influye en la posición que los padres toman frente a su hijo y la modalidad del lenguaje que
Ecuatoriana (LSEC) como su lengua oficial, no todas las familias manejan la LSEC. De
hecho, de acuerdo con la Constitución del Ecuador del 2008, en su artículo 47 acerca de la
igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, el literal 11 reconoce “el
acceso a mecanismos, medios y formas alternativas de comunicación, entre ellos el
lenguaje de señas para personas sordas, el oralismo y el sistema braille”. En este punto, es
necesario añadir que existen otras opciones para las personas sordas que es el implante
coclear o el audífono dependiendo de su nivel de sordera. Para aquellas familias que por
el audífono desde temprana edad, el oralismo o la lengua de señas son las formas de
lengua de señas “formal o artificial” lo que llega a generar otras formas de comunicación
como la lengua de señas “hogareña”. En esta etnografía, los contextos familiares analizados
han incluido todos los mecanismos mencionados, desde optar por el implante coclear,
contexto específico de padres oyentes con hijos sordos y su interacción familiar, social y
lingüística. A través de una metodología comparativa que contempla las posiciones tanto de
padres como de hijos, se pretende recoger sus experiencias sobre este proceso de desarrollo.
Es así como se hace la hipótesis acerca de que la socialización inicial y posterior de los
padres va a ser un factor influyente para la modalidad de lenguaje que los padres van a
adoptar y desarrollar con hijos. Y a su vez, impacta en la dinámica familiar que pueda
surgir a raíz de esto creando varias dinámicas familiares. Asimismo, hay que tomar en
cuenta que en las familias con estas características suele formarse un ambiente que se lo
denomina bilingüe bimodal, por el hecho de manejar la lengua oral mayoritaria- español- y
lengua de señas. Es así como en esta investigación surge la pregunta sobre de qué manera
oyentes con hijos sordos. Siendo así que los objetivos más delimitados de esta investigación
recaen en identificar cuáles son los discursos y percepciones que influyen en el desarrollo
de la modalidad del lenguaje; así como diferenciar las dinámicas familiares que surgen en
2. Metodología
existe un vínculo de parentesco entre las dos familias. Las entrevistas fueron llevadas a
En las entrevistas con los hijos, excepto una, fue necesaria la presencia de un intérprete
Asimismo, es importante reconocer que al existir ya una relación y contacto con estas
familias contribuyó a crear un espacio de confianza que permitió la apertura para las
preguntas y varias conversaciones. De esta forma, se prestó también especial atención a las
conversaciones específicas. Esto brindó una oportunidad para percibir no solo sus espacios
y actividades cotidianas sino ciertas dinámicas familiares, así como la modalidad del
lenguaje.
dos puntos fundamentales. En primer lugar, se reconoce la existencia del sesgo y el reto que
representa no manejar fluidamente lengua de señas y necesitar de un intérprete, puesto que
incluso en la formulación de las preguntas para la entrevista, uno las enuncia desde su
bagaje cultural, educativo y por supuesto, lingüístico. De manera que, desde un punto
inicial, las preguntas las trabajé con el intérprete, haciendo énfasis en mi intención de la
pregunta y luego consultando cómo eso podría interpretarse en señas para saber si se dirigía
a mi propósito inicial. Segundo, en vista de mi relación con las familias y las experiencias
visuales de la lengua oral, así como el lenguaje escrito. En las etapas iniciales del niño se
familia. Este sistema denominado home sign que permiten a los padres comunicarse con sus
hijos antes del uso de lengua de señas formal o artificial, quienes en el caso de ser padres
oyentes usualmente no han tenido exposición previa a lengua de señas “Los niños sordos
desarrollan gestos que funcionan tal como lo hacen las palabras en los sistemas de niños
Entonces, estos sistemas ad hoc se desarrollan para satisfacer las necesidades específicas de
(Senghas & Monahan, 2002). De forma que, si bien resultan útiles en un ámbito hogareño
limitación, los sistemas “home sign” se ven eclipsados o remplazados cuando aparecen
otros tipos de modalidad de comunicación u opciones hacia la sordera del niño tales como
Por otra parte, en el caso de que las familias hayan adoptado lengua de señas como uno
oral creando un ambiente y desarrollo similar a las familias bilingües (lenguas orales).
Además, Ormel & Giezen (2014) afirman que en un contexto donde los padres sean
oyentes, los hijos sordos varían en sus habilidades en ambos lenguajes si se compara con
los hijos sordos de padres sordos. Asimismo, se habla de estos contextos bilingües
este sentido, los hijos sordos utilizan su lenguaje hablado y de señas dependiendo si
de lenguaje. El punto de partida se enfoca en la socialización que tuvieron los padres una
vez que sus hijos nacieron y los discursos o percepciones alrededor de la comunidad sorda
y su lengua. Se entiende por socialización al “mecanismo que permite al individuo
socialización tanto de padres como de hijos que podrían cambiar sus percepciones al
de los padres, tomando en cuenta que hay un quiebre en ver a la sordera como discapacidad
o ver a la comunidad sorda como una minoría lingüística y cultural. Durante años, la
sordera ha sido percibida como una patología por lo que el enfoque de los estudios
apuntaba a curas o mitigaciones para esta discapacidad. Entonces, bajo este modelo médico
médicos (Senghas & Monaghan, 2002). A pesar de este enfoque, educadores y lingüistas
han reconocido que las personas sordas, a diferencia de las personas ciegas, pertenecen a un
grupo socialmente distinto con su propio lenguaje y normas sociales (Parasnis, 1998).
Asimismo, este autor señala que la transmisión de la cultura se da más usualmente entre
pares antes que de padres a hijos al compartir esta conexión lingüística y cultural. Estos
enfoques no solo resultan útiles para comprender las decisiones de modalidad de lenguaje
de padres oyentes y sus hijos sordos sino también abren espacio a debates sobre conflictos
investigaciones.
Ahora bien, existe una ideología lingüística detrás del modelo médico hacia la
sordera, así como de modalidades oralistas. Según Del Valle & Meirinho (2016), es una
categoría lingüística construida sobre una definición del lenguaje como práctica social que
existencia de ideologías lingüísticas permea estas percepciones en relación con una lengua,
evidenciando las relaciones de poder subyacentes del lenguaje hablado que influye en las
preponderancia del lenguaje hablado de un grupo predominante, los oyentes (Senghas &
Monaghan, 2002).
Ahora bien, las dinámicas familiares que van surgiendo de estos procesos de
socialización y desarrollo de lenguaje están vinculados con los roles y vínculos que se
genera con la familia nuclear, así como también se considera a la comunicación con la
familia extendida. Gregory & Knight (1998) detallan que “el problema en curso” para un
infante sordo es la relación con sus pares dentro de los primeros ámbitos educativos, la
relación se forjará una vez que la familia ha tomado una decisión en base al lenguaje que se
usará. Esta primera parte es importante puesto que, en un inicio, los que determinan el
lenguaje son los padres quienes harán su elección en base a varios factores que se
determinan socialmente. Esto, en base a Gregory & Knight (1998) genera una encrucijada
puesto que optar por un lenguaje hablado potenciaría la comunicación entre la familia
extendida; pero, para la mayoría de los niños sordos es difícil desarrollarlo. Y, por otro
paso para su desenvolvimiento futuro. El peso que los padres asumen se lo puede
denominar el involucramiento que tienen y que, en muchas ocasiones, trasciende todos los
espacios de la vida de sus hijos. Huiracocha, Orellana, Brito & Blume (2017) relata que
principalmente por la idea de vulnerabilidad que muestran. Este ejemplo funciona para
recalcar la noción de involucramiento parental dentro de una familia con hijos sordos sobre
la educación de sus hijos. De tal forma que los padres asumen un mayor peso en la
educación de hijos sordos puesto que, en varios casos, tanto la madre como el padre se
efectivos (Gregory & Knight ,1998). De esta forma, cumplen un papel de intermediario o
4. Discusión y análisis
discursos y percepciones que parten del desconocimiento, los prejuicios y se alinean bajo
un modelo médico. Esta serie de posturas e ideas son las que rodean y acompañan a los
padres desde el nacimiento de su hijo y su crecimiento. De tal forma que cuando se enteran
de que sus hijos son sordos enfrentan sus propias percepciones hacia la sordera, la de su
círculo social y los criterios médicos sobre todo cuando se trata de padres oyentes que no
han tenido ningún acercamiento con personas sordas. Es decir, las reacciones iniciales de
los padres respondían a la socialización que habían tenido con respecto a la comunidad
asimilar lo que habían escuchado, visto y percibido sobre la sordera para poder enfrentar a
sus hijos. En este sentido, los padres de familia a los que se entrevistó afirmaron el total
desconocimiento que tenían sobre la comunidad sorda y cómo no sólo los tomó por
sorpresa, sino que les afectó enormemente descubrir que su hijo era sordo. “Era un castigo,
marzo del 2020). En relación con el desconocimiento, Jorge mencionó: “No tenía idea. Te
juro que no sabía que existía eso, el momento que me enteré de mis hijos, recién ahí vi que
hay muchas personas con esa deficiencia” (Comunicación personal, 14 de abril del 2020).
Siguiendo esta misma línea Diego P.1 me supo expresar que “en mi época a los niños
Asimismo, los discursos de sus círculos sociales afectaban a los padres en su manera
de cómo manejaban la situación desde sus inicios. Si bien en ambas familias se comentó
que recibieron apoyo más adelante, la reacción inicial de sus familiares o amigos fue de
tristeza y pena. “En mi casa fue un mar de llanto, en la casa de mi esposo igual, todos
sufrían […] era como oh que pena, como si mis hijos se hubieran muerto” (Lucy,
comunicación personal, 18 de abril del 2020). En este punto es necesario resaltar que la
explicaría las reacciones negativas tanto de padres como del círculo social. Esto
frente a las discapacidades. De igual forma, se puede identificar que este discurso parte
1
Para evitar confusiones más adelante, Diego P. se refiere a al padre, mientras Diego H. se refiere al hijo.
desde la concepción de la sordera desde la visión de los oyentes. Sobre esto, Fernández-
Mostaza (2003) explica que la definición de sordo, desde el enfoque oyente, se ha basado
de minoría porque se basa en las evidentes diferencias entre una persona sorda y una
oyente. En contraste, las personas oyentes, según los hijos, no conocen que ser sordo es
parte de su identidad y que en general, reconocen que los oyentes no saben acerca de la
socialización que ellos también tienen manejan frente a su sordera y cómo es percibida de
otros. “Cuando nos veían, veía que murmuraban, imagino cosas negativas, como tontos,
yo imagino que creen que somos sordos mudos que usamos lenguaje de señas porque
Del mismo modo, si se percibe a la sordera bajo el modelo médico, los doctores son
la fuente primaria de información que tienen los padres y buscan en ellos soluciones o
respuestas para cómo actuar con su hijo. En ambas familias, los padres se mostraron
disgustados con cómo había sido su experiencia con los médicos puesto que alegaban el
sufrimiento que les causaron más adelante por escuchar sus comentarios. En esta misma
dirección fue la opinión de un hijo que cuestionaba el rol del médico en la decisión que sus
Cuando van a poner el implante, los padres de familia no saben, ni el médico sabe lo que
está haciendo. Con el pasar del tiempo, los papás se dan cuenta, cuando ven a sus hijos
sordos, aprenden, ahí se dan cuenta que se han equivocado. (Diego H., comunicación
personal,18 de abril del 2020)
Por consiguiente, los criterios médicos daban como solución a la sordera de sus hijos optar
por el implante o el audífono, una opción que en ambas familias se adoptó. Esta solución va
de la mano con lo que afirmaba Senghas & Monhagan (2002) afirmando que estas
respuestas van para solucionar la falta de audición y por lo general, son opciones
No hay doctor que diga su hijo es sordo y debe enseñarle lengua de señas […] Todos los
padres van a ir en busca de doctores y cada uno le manda exámenes diferentes, y no se pone
en la mano en el corazón. Nuestra familia aparte de estar destrozada, también nos quieren
sacar más dinero, no hay ética profesional. (Silvia, comunicación personal, 30 de marzo del
2020)
Luego de la socialización primaria que tienen los padres fruto de los discursos y
sordera de sus hijos. Durante este camino, tanto padres como hijos se encuentran en un
como rupturas totales” (Fernández-Mostaza, 2003, p.154). En el caso de los padres van a
interiorizar los aspectos del nuevo mundo que están reconstruyendo en base a esas
terminación del periodo de duelo estaría vinculado con el alcance de esta resocialización.
En base a lo analizado con estas familias, este proceso de duelo puede tardar años. Dentro
de este periodo, es cuándo se experimenta con los diversos mecanismos de lenguaje: “home
sign”, oralismo o implante. En ambas familias, varios años se mantuvieron con métodos
oralistas que demandaban de constantes terapias de lenguaje, así como se puso implantes y
audífonos a sus hijos. En los casos analizados en esta etnografía, los padres llegan al punto
de quiebre de su duelo cuando se acoge a la lengua de señas. En relación con esto, Diego P.
me mencionó: “hay un proceso de duelo, ese duelo dura años por la no aceptación. Mas aún
cuando no se sabe cómo enfrentarlo. Yo no podía decir que mis hijas eran sordas en esa
época, usar sordera se me hacía difícil” (comunicación personal, 18 de abril del 2020).
Años donde no les dejé yo vivir bien a mis hijos. Entre mí, mis hijos eran felices, luego
me di cuenta de que no era así, lo que yo asumía que era felicidad, llevarles al cine, hot
dogs, era darles un mundo feliz, no es eso, la vida de las personas no solo es en el ámbito
familiar sino el social, con los amigos, y eso no tenían, terapias, profesores, clases, no
era una vida feliz para mis hijos. Eso lo entendí ya tarde. (Silvia, comunicación personal,
30 de marzo del 2020)
A ellos les ha servido muchísimo (lengua de señas), para tener una identidad,
anteriormente no tenían una identidad, de llevarlos yo a terapias de lenguaje, yo no
enviarles al colegio, cogerles profesor para que les explique, les hice perder, uno o dos
años, yo tratando de darles lo mejor a ellos, el momento que me di cuenta, fue algo que
me dolió el alma, no haberme dado cuenta desde un comienzo (Jorge, comunicación
personal, 14 de abril del 2020)
De igual forma, la socialización de sus hijos tomó un rol importante en este cambio.
Conforme sus hijos crecían, sus deseos, opiniones y experiencias adquirían más peso para
mencionaba la etapa de negación hacia el implante coclear que en el caso de ambas familias
se les implantó cuando ya estaban en la pubertad. En el caso de Diego H., me contó su papá
en la entrevista que él quiso cambiarse al colegio para sordos y comenzó a llenar de papeles
todos los sitios con el nombre del colegio para que su papá acceda. El momento que
accedió fue el momento que supo que lo había superado y en sus palabras “fue un alivio”.
En este punto, su hija mayor, Diana, también influyó en esta decisión quién les dijo: “No le
hagas lo mismo a Diego, déjenlo ser” (comunicación personal, 18 de abril del 2020).
Asimismo, una vez que el hijo tiene acercamiento a sus pares, el hijo se desenvuelve con
mayor facilidad, haciendo evidente para los padres el sentimiento de cohesión, comunidad
Dios nos da la capacidad para rectificar los errores. En una ocasión, amigos de los
gemelos que estuvieron con ellos en la escuela les invitaron a un festejo, cuando mis
hijos llegaron, ahí realmente vi la felicidad, tenían un brillo especial, eran felices, yo me
puse llorar, porque dije, me di cuente yo, como mamá, que mis hijos eran sordos y ahí
pertenecían. (Silvia, comunicación personal, 30 de marzo del 2020)
la sordera. Esta aceptación no necesariamente va más encaminada a ver a sus hijos parte de
una minoría lingüística o cultural puesto que ya se habla de lengua de señas como lengua
materna. En este sentido, Silvia resume esta posición: “la mayoría de las personas es que
pena, pobrecitos, que pena, no es así, son personas que hablan otro idioma, a los chinos
no se les dice que pena porque hablan otro idioma.” (Comunicación personal, 30 de
marzo del 2020). A la par, Diego P. manifestó: “la cultura va de la mano con la lengua
del 2020). En el caso de Diego P. y Lucy, tuvieron la oportunidad de asistir a una charla
dictada por un lingüista que distó completamente de los discursos médicos que había
presenciado hasta entonces puesto que les habló de la necesidad de que sus hijos
desarrollen su lenguaje. Luego de esto, reflexionaron sobre lo que ellos dijeron como
“qué les estamos haciendo a nuestros hijos por falta de conocimiento”. De forma que
podemos ver lo que Parasnis (1998) hablaba acerca de la ver a la comunidad sorda como
un ente forjador de cultura y, por ende, también la lengua de señas forma parte
importante de la identidad de sus hijos. Así como estaban viendo a la lengua de señas
bajo la lógica oyente, evidenciando así ese sesgo propio de la ideología lingüística de la
En esta parte se puede contemplar el proceso de lenguaje que han manejado las familias
y cómo llegan a la lengua de señas. La modalidad vista transcurre desde “home sign”, el
oralismo y la etapa del implante y, por último, lengua de señas. Tal como lo estudiaron
Mylander & Goldin-Meadow (1991), el sistema “home sign” satisface las necesidades
iniciales de comunicación, pero como lo afirma Senghas & Monaghan (2002) llega a ser
muy limitado. En este aspecto, Silvia comentaba que utilizaron estas señas inventadas por
ellos mismo desde los 1 a los 5 años, además expuso que “nuestro lenguaje era básico, de
pedir cosas y nada más, sentimientos no, era bastante complicado de explicar
(comunicación personal, 30 de marzo del 2020). Por tal motivo, en la etapa de la niñez se
vio que en ambas familias existía poca comunicación que iba mejorando ciertamente
cuando se incorporaron los métodos oralistas, pero no eran del todo satisfactorios.
Antes: no había comunicación. hablábamos un poco, tenía que ser lento, al leer los labios las
palabras cortan eran más fáciles baño, vaso, que se vea como se movía la boca, pero era muy
reduccionista, papá, oralista, como se sentía las vibraciones y como se sentía la garganta”
La etapa oralista es el de los períodos más largos puestos estos incluyen terapias de
lenguaje entre otras cosas. La relevancia de los métodos oralistas pueden ser explicados por
la ideología lingüística Del Valle & Meirinho (2016), donde se considera mejor que las
con esto Lucy comentó: “mis hijos toda la vida pasaron con terapistas […] es el precio que
se paga, mi hija vio pasar su niñez por la ventana” (comunicación personal, 18 de abril del
Recuerdo cuando mis padres me llevaban siempre a terapia de lenguaje en ese tiempo siempre
tenía que repasar mis oraciones a pronunciar bien las palabras trabajaba con mi mami, mi padre
estaba empeñado que yo hable y nunca usará la lengua de señas. (comunicación personal, 18 de
Asimismo, se evidenció que en esta etapa optó por el implante coclear y los audífonos.
Frente al implante surgieron opiniones diversas sobre todo de parte de los hijos. Sin
embargo, todos coincidían que el implante generaba conflictos con la comunidad sorda y no
es bien visto. Unos mencionaban por temas identitarios, otros por temas socioeconómicos.
“En el implante coclear si puede ayudar pero que no quite su cultura de las personas sordas
personal, 18 de abril del 2020). Germán explicó: “mis amigos cuando yo iba con el
llevaron a que tanto Germán, Matheo y Diego H. dejaran de utilizar sus implantes. Ahora,
sólo Germán y Matheo afirmaban que sí volverían a utilizar el implante para que les ayude
a entender mejor el español, Diego H. tenía una postura más reacia hacia el implante. En el
caso de Diana, ella mencionó que estaba agradecida con sus padres porque ya se había
abril del 2020). Diana es la única de los hijos sordos entrevistados que habla con fluidez.
establecen, la lengua de señas es la modalidad de lenguaje oficial, por decirlo así, de estas
familias. Como vimos anteriormente, esto representó el quiebre para la aceptación, pero
responde también a una necesidad para mejorar la comunicación entre la familia y para el
propio aprendizaje de los hijos que con los métodos oralistas no estaban dando resultado.
“Antes copiaba la palabra auto, lo hacía por hacer, pero no entendía, pero después cuando
aprendí señas, entendí la palabra y sabía que eso era auto, más fácil” (Matheo,
comunicación personal, 5 de abril del 2020). En este aspecto, Diego P. mencionaba sobre la
pensamiento y el razonamiento, así como nosotros pensamos en español, los sordos piensan
18 de abril del 2020). Asimismo, ya hay una apropiación de la lengua de señas como parte
importante, como los indígenas tienen su idioma, para los sordos, nuestro idioma natural”
Hay varios puntos relevantes por analizar dentro del contexto familiar. El primer punto es
el del rol de los padres y el involucramiento que mantienen en la vida de sus hijos.
Yo creo que la única diferencia son las ganas que ponemos los padres para sacar adelante a
nuestros hijos. La comunicación, aprender lengua de señas […]. Yo te digo por el colegio,
no todos los padres de familia saben lengua de señas, y es un impedimento para el
desarrollo familiar y social para las personas sordas […] Yo creo que por la cultura no
aprenden señas y este es un obstáculo para comunicarse con sus hijos. (Silvia,
comunicación personal, 30 de marzo del 2020)
Así como Silvia, Gregory & Knight (1998) concluyeron en sus investigaciones que el
experiencias en familia han hecho que los padres dupliquen su esfuerzo en ellos, tanto a
fundamental. En la primera familia entrevistada, donde existen dos hijos sordos gemelos y
un hermano mayor oyente, recalcan, tanto hijos como padres, la conexión con el hijo mayor
por su dominio en lengua de señas. Esto ha facilitado llevar una relación más horizontal que
a veces es difícil establecerlo con los padres. “Sordos me cuentan cosas que son verdades,
yo dudo que eso sea cierto, converso con mi hermano y me dice que dude de lo que me
familia, donde todos los hijos tienen una discapacidad auditiva, el vínculo que tienen entre
hermanos es grande, puesto que sus características en común hacen que compartan ciertas
experiencias similares. Gregory & Knight (1998) de forma similar acercaban el papel de los
este caso, se observa que toda la estructura familiar es importante para este traspaso de
información, debido a que también los hermanos mayores ocupan un rol de mediadores.
familia nuclear como la extendida. Cabe recalcar que se ha encontrado muchas más
semejanzas que diferencias en cómo las familias entrevistadas se han estructurado en base a
la comunicación con sus hijos. En la familia nuclear había mejor comunicación por su
manejo en lengua de señas, cosa que no llegaba a pesar en relación con su familia
extendida. “Me siento aburrido, todos conversan. Miro el celular, no entiendo de qué
que mantiene uno de los hijos sordos acerca de las reuniones familiares. De esta forma,
podemos ir viendo el contexto bilingüe bimodal del que nos hablaba Swanwick (2015) y
Levesque, Brown, & Wigglesworth (2014), puesto que, si bien no existe tan buena
comunicación con la familia extendida, los hijos alternan a su conocimiento del lenguaje
hablado para estas situaciones específicas. Tanto Matheo como Germán me comentaban
que para comunicarse con sus abuelos intentaban vocalizar y leer los labios. Incluso, con su
papá quien no maneja muy bien lengua de señas, procuraban hablar o vocalizar más.
Finalmente, y adoptando la última idea del párrafo anterior, se debe tomar en cuenta
la influencia que tiene la comunidad sorda y el círculo social de sus hijos dentro de las
Diego P. quien mencionaba si las familias no aprenden señas, el niño sordo termina
fácil absorbido por la comunidad sorda donde puede haber una trastocación de valores con
moneda está lo que sus hijos consideran como en el caso de Germán, quien afirma que
prefiere pasar con sus amigos porque puede seguir conversando de un montón de cosas y
mantiene el mismo discurso. La comunidad de personas sordas es positiva para sus hijos,
pero termina por alejarlos y prefieren pasar más tiempo con las personas de su círculo
social. Este punto puede ser relacionado con lo dicho en Huairacocha et al (2017) en el que
los padres sienten ansiedad por la vulnerabilidad que sus hijos aparentemente presentan. Se
puede comprender la preocupación de los padres por la educación de sus hijos, incluyendo
la de valores e independencia.
5. Reflexiones finales
elección y desarrollo de una modalidad del lenguaje, así como produce determinadas
dinámicas familiares en un contexto de padres oyentes con hijos sordos. Si bien la hipótesis
mantenida daba más peso a la socialización inicial y posterior de los padres en esta elección
y dinámicas familiares, se vio que los hijos asumen un rol más participativo en esta
decisión por sus propias socializaciones y afectan la perspectiva de los padres. Esto se
sino también es lugar de sus propias percepciones y discursos que también afectan a los
hijos y, por ende, a la relación con sus padres. Cabe recalcar que esta socialización también
subyacentes sobre la sordera recaen en dos campos: el modelo médico de la sordera como
posicionamiento que, en el caso de los padres, han tomado hacia sus hijos. Y desde estas
posiciones, han ido tomando decisiones sobre la modalidad del lenguaje. Siendo así que la
modalidad a la que se concluye por estas familias es la lengua señas. Además, la lengua de
señas representa el punto de quiebre de aceptación de la sordera de los hijos puesto que
para estas familias ha representado un alivio verla como su lengua natural a pesar de que
también reconocen su discapacidad auditiva. Entonces, se podría hablar sobre una
más amplio que abre aún más el campo de investigación a futuro. Las acciones que se
toman para dar frente a un tema de discapacidad distan de las que se tomaría si se los
considera como minoría lingüística y cultural. Puesto que, analizándolo desde el segundo
campo, los métodos oralistas, así como el implante y los audífonos podrían ser vistos como
predominante, la oyente. Esta visión, como hemos visto aquí, la comparten algunas
personas sordas. Y, por otro lado, los métodos oralistas, así como el implante podían ser
vistos como herramientas para comunicarse en este caso con la otra lengua predominante,
cualquiera de los dos paradigmas. Aun así, en la sociedad actual predomina ver a las
cultura y su lenguaje.
diferencias. El rol de liderazgo asumido por los padres va de la mano con las experiencias y
que les permitía en algún punto optar por terapistas o incluso el implante que tiene un costo
muy elevado. Asimismo, se constató la red de apoyo que generaban los hermanos en estas
dos familias puesto que en las dos había al menos un hermano sordo con el que podían
compartir experiencias y en ambas, el hermano mayor era el intermediario con sus padres.
De forma que se puede establecer que las dinámicas familiares dependen también de la
conformación de sus miembros, así como su nivel de manejo de lenguaje. En relación con
este punto, se puede decir que la conexión fuerte de la familia nuclear responde
precisamente a su bilingüismo bimodal que les permite comunicarse mejor de lo que harían
Bibliografía
https://www.consejodiscapacidades.gob.ec/estadisticas-de-discapacidad/
Gregory, S., & Knight, P. (1998). Social development and family life. Issues in Deaf
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Parasnis, I. (Ed.). (1998). Cultural and language diversity and the deaf experience.
Senghas, R. J., & Monaghan, L. (2002). Signs of their times: Deaf communities and the
Lista de entrevistados
Familia 1:
Familia 2:
PADRES
HIJOS