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La supervisión como grupos de conversaciones colaborativas 12

Sylvia London3 e Irma Rodríguez- Jazcilevich4

Abstract
The goal of this paper is to invite the reader to question his ideas and biases about the
implementation of postmodern ideas and practices in the supervisor’s-supervisee’s
relationships. A description of our work and the ideas that inform it will guide the reader
through the process of constructing and designing supervision processes that provide a
space for openness and newness.

Introducción
El objetivo de este trabajo es el de invitar al lector a cuestionar sus ideas acerca de la
implementación de la filosofía y las prácticas posmodernas en la relación supervisor-
supervisado. Una descripción de nuestro trabajo y las ideas que lo informan guiarán al
lector a través del proceso de construir y diseñar experiencias de supervisión que abran
espacios para la innovación.

Nuestra Filosofía
Nuestras ideas acerca de las relaciones humanas, la terapia, la enseñanza y la supervisión
se basan en propuestas de Harlene Anderson,(1997) Kenneth Gergen, Sheila McNamee
(1998), Tom Andersen (1987) y Donald Schön (1996) entre otros autores.
La filosofía de nuestro trabajo como terapeutas, consultoras y supervisoras está basada en
las ideas posmodernas. Éstas sitúan al lenguaje y al conocimiento como entidades en
movimiento así como en constante construcción y reinterpretación. El conocimiento,
desde esta perspectiva, no se descubre, se crea en el lenguaje e incluye múltiples
posibilidades de significados y entendimientos. Desde el construccionismo social se
considera al conocimiento como el producto comunal y contextual de un proceso social,
relacional, histórico, lingüístico y cultural.

1
A lo largo de este texto utilizaremos la palabra de supervisión, ya que es la conocida y consensuada para
hablar del tipo de relaciones y conversaciones a la que nos estamos refiriendo.
2
La idea original y partes de este trabajo fueron presentadas por las autoras, bajo el título: Experiencias
de Supervisión. Congreso Nacional de la FENAPSIME XII Asamblea. Diálogos con-sentido “Humor,
fantasía y compromiso social” Morelia, Michoacán, México, Octubre 2000,

3
Sylvia London, MA. LMFT Miembro fundador y docente de Grupo Campos Elíseos
4
Irma Rodríguez, MA. Docente Grupo Campos Elíseos

1
Nuestro Marco Conceptual
En nuestros grupos de trabajo, tenemos la intención de crear lo que Harlene Anderson
(1998a) llama comunidades de aprendizaje colaborativo. Según Anderson (ibid) una
comunidad de aprendizaje colaborativo tiene el objetivo de generar un espacio donde
todos los que participan sienten que pertenecen a la conversación, donde sus voces, ideas
y cuestionamientos son escuchados y valorados. Esto incluye la creación de espacios y
procesos de aprendizaje en los que las personas generan relaciones e intercambian ideas
en una atmósfera de confianza, que les permite acceder a su propios recursos para
compartir sus cuestionamientos y experiencias.. Además, se pretende que cada participante
adopte la posición de escucha y reflexione acerca de lo que oye para incorporarlo a su
repertorio de habilidades e ideas. Este intercambio tiene la finalidad de promover la
creatividad, el compañerismo, la colaboración y el sentido de pertenencia al grupo, además
de la confianza y la competencia profesional.
Una de las formas que podemos utilizar para explicar el proceso que se genera en nuestra
comunidad de aprendizaje es lo que John Peters llama aprendizaje colaborativo, (Peters &
Armstrong, 1998). El aprendizaje colaborativo parte de la idea de la colaboración definida
como la labor que la gente hace en conjunto para construir algo que no existía antes de
ésta, los miembros aprenden y el grupo aprende. La experiencia de aprendizaje del grupo
no es solamente la suma de las experiencias de cada uno de sus miembros, es a la vez “más
que” y “diferente a” la experiencia individual.
Otro concepto importante en nuestro trabajo es lo que McNamme y Gergen (1998)
llaman responsabilidad relacional. Desde una perspectiva socioconstruccionista la
responsabilidad es siempre relacional y se construye a través del diálogo.
Harlene Anderson (ibid) define el diálogo como:
Una conversación dinámica y generadora en la cual hay espacio para todas las
voces, cada persona está totalmente comprometida y presente, además se logra un
intercambio y entrecruzamiento de ideas, pensamientos, opiniones y sentimientos.
(p. 65) (Traducción de las autoras)

Basadas en estas ideas expresamos el reto que tenemos como supervisoras en la siguiente
pregunta::
¿Cómo podemos crear un espacio conversacional, que permita a todos los participantes
acceder a sus experiencias y conocimientos en un ambiente cómodo y seguro, que
favorezca la innovación, la multiplicidad, el respeto, la colaboración y la responsabilidad
compartida?.
Para responder a esta pregunta queremos compartir con ustedes el trabajo que hemos
hecho como supervisoras en distintas instituciones.

Cómo se forman los grupos de supervisión


La formación de los grupos de supervisión depende del contexto académico en el que
éstos se desarrollen. Si los grupos pertenecen a un contexto universitario, éstos se asignan
de acuerdo a la secuencia de materias a cursar. En el caso de Grupo Campos Elíseos, que

2
es un instituto privado de entrenamiento y supervisión, los participantes de los grupos son
terapeutas que solicitan supervisión de manera personal con un supervisor. Cada grupo
crea su reglamento de trabajo en el cual se cuidan aspectos como la asistencia, la
puntualidad, el compromiso, la confidencialidad y la ética.

Cómo trabajamos 5
La supervisión puede ser narrada o en vivo. Cuando la supervisión es narrada se invita a
cada uno de los terapeutas participantes a compartir con el grupo alguna situación de su
práctica clínica para la que deseen generar ideas, cuando es en vivo el terapeuta invita a
un cliente a conversar con el grupo, explicando la forma de trabajo y las reglas de respeto
y confidencialidad que lo rigen.
En ambas situaciones, la narración y la entrevista se llevan a cabo respetando el estilo
personal de cada terapeuta. La presentación se organiza alrededor de la pregunta:
¿Qué tendría que pasar en ésta sesión para que sientan que valió la pena compartir este
caso con nosotros?
Las conversaciones por parte del grupo se puede hacer de muchas maneras dependiendo
de la petición especifica del terapeuta y del contenido del caso, siempre y cuando
recordemos como grupo que la intención de nuestro trabajo va ligada a generar ideas.
Inspiradas en las ideas y lineamientos del equipo de reflexión de Tom Andersen y el grupo
de Tromso,(1987), hemos elaborado algunas variaciones con el fin de adaptarlo a las
necesidades de nuestro grupo de supervisión y de sus participantes. Una de las maneras
como utilizamos el equipo de reflexión es invitando a los miembros del grupo a
permanecer en silencio, como escuchas, mientras se narra el caso o se entrevista al
terapeuta-consultante o al cliente. Al finalizar, los participantes del equipo tienen una
conversación entre ellos acerca de la situación en cuestión. Esta conversación tiene como
finalidad dar voz a las ideas que se han generado al escuchar y co-construir nuevas ideas a
través del diálogo. El terapeuta-consultante escucha la conversación del grupo y
selecciona las ideas que le son relevantes. La sesión puede terminar allí o en ocasiones el
terapeuta y el grupo intercambian ideas.

Otra modalidad que empleamos es un ejercicio propuesto por Harlene Anderson (1997)
llamado “as if” (como si), en este ejercicio se invita a cada uno de los miembros del equipo
a escuchar la narración o la entrevista desde la postura de algún miembro relevante del
“sistema” y a dar su opinión desde ese lugar. Esta forma de escuchar y de hablar da la
posibilidad de acceder y enfatizar diferentes puntos de vista, además de generar una
multiplicidad de voces y opiniones.

5
Una descripción del trabajo de supervisión que hacemos en Grupo Campos Elíseos y de las diversas
maneras en las que empleamos los equipos de reflexión se encuentra en el artículo Fernández, London,
Tarragona (2003) Las conversaciones reflexivas en el trabajo clínico, el entrenamiento y la supervisión. en
Voces y más voces El Equipo Reflexivo en México. Editado por Alinde

3
Cómo se describe lo que hace el supervisor
El supervisor promueve un clima de respeto, apertura, curiosidad, diversidad y confianza,
además es responsable de cuidar que todas las voces y las necesidades de los participantes
del grupo sean representadas, escuchadas y consideradas.
Es importante señalar que el supervisor no cree que sus ideas tienen más peso, ni más
importancia que las ideas de los participantes del grupo, el supervisor ofrece su
experiencia en la práctica clínica, así como sus habilidades para acceder a sus propios
recursos y los recursos de los participantes y maximizar la diversidad en ideas, estilos y
contextos.
Como supervisores, a veces somos maestros, a veces escuchas y a veces alumnos de los
participantes que acuden a nuestros grupos. Nos enriquecemos de sus conocimientos, sus
visiones del mundo y sus experiencias, pero sobre todo nos transformamos a través de las
relaciones que se van construyendo al compartir con ellos y ellos con nosotros nuestras
experiencias y nuestro trabajo.

¿Super/ Visión?: Implicaciones filosóficas y relacionales6


Esta postura filosófica y las formas de trabajo que se derivan de ella, nos lleva
forzosamente a retar el concepto tradicional de supervisión. El diccionario Larousse define
la palabra Supervisión como “ Revisión, Inspección General”; Supervisar, de acuerdo al
mismo diccionario es “Revisar un trabajo/ Hacer la inspección general o superior de algo”
y el Supervisor/ a es definido por “el o la que supervisa”. Jugando un poco con el
lenguaje, la palabra supervisión la podríamos partir en Super y Visión lo que nos hace
pensar en el Supervisor como aquella persona que tiene una visión más completa o más
correcta o más sabia acerca de lo que el supervisado (mirado desde arriba) debería de
hacer, de saber o de pensar. Desde una tradición sistémica se habla del supervisor como
de aquella persona que está en un meta-nivel al sistema terapeuta-cliente y esa posición le
da una visión más amplia y por lo tanto más completa. Además tradicionalmente el
supervisor y el supervisado se encuentran en una relación jerárquica en la que el
supervisado paga por el servicio de supervisión, o en el caso institucional el supervisor es
responsable del trabajo del supervisado. El supervisado, por lo general, escoge a un
supervisor con mayor experiencia clínica que él y que además confía en él como persona y
como terapeuta para establecer con él una relación parecida a la relación maestro-alumno
en la que se espera que uno enseñe y otro aprenda.
A lo largo de este artículo, utilizamos el término Supervisión por convención social,
basada en la forma tradicional como se ha empleado en psicología y psicoterapia, es más,
la invitación que nos hizo Alinde fue a escribir sobre supervisión y este espacio nos da la
oportunidad de plantear nuestros dilemas y cuestionamientos que conducen a nuevas
propuestas.

6
La idea de partir la palabra en Super y Visión es de nuestra colega Diana Carleton del Houston
Galveston Institute, quién presentó un taller en el Congreso de la Asociación Tejana de Terapia Familiar
“What is so Super about Supervision?” Enero 2002

4
Sin embargo, creemos que este término no representa lo que hacemos y generamos en
nuestros grupos. Nuestro trabajo está centrado como lo definíamos anteriormente, en
generar espacios de conversación y por eso preferimos llamar al proceso y a las reuniones
“grupo de conversaciones colaborativas” en las que “el consultante” utiliza al equipo
como “consultor” y al supervisor como “facilitador” de los procesos conversacionales.
El rol del facilitador consiste en promover un proceso conversacional que tiene el
objetivo de maximizar el número de ideas y de voces e invita a los miembros del grupo a
fungir como consultantes y consultores unos de otros de acuerdo a las circunstancias. Es
a partir de este proceso como nos convertimos en aprendices de vida y generamos, como
diría Gregory Bateson, ideas novedosas a partir de ideas familiares.
En un grupo de conversaciones colaborativas, ¿qué hace un facilitador para promover la
colaboración, la innovación y la multiplicidad de voces e ideas?
Basado en nuestra filosofía de aprendizaje colaborativo y partiendo de la idea de que el
alumno es el experto en su proceso de aprendizaje, así como el cliente es el experto en su
vida (Anderson 1997), iniciamos en colaboración con Harlene Anderson en 1998 una
investigación en varios países para conocer cuáles son las ideas que tienen los
supervisados acerca de las características de un buen supervisor, presentando los
resultados preliminares en Houston, Texas (Anderson, London, Rodríguez-Jazcilevich,
2000).

Los alumnos hacen referencia al tipo de relación que prefieren establecer con su
supervisor describiéndola como: horizontal, colaborativa, de interacción y protección y,
describen al supervisor como un facilitador, un compañero, como alguien que reta sus
ideas, que conoce la teoría y es capaz de comunicarla.
Desde nuestra experiencia de docencia y supervisión y escuchando las sugerencias de los
participantes en la investigación, Harlene Anderson y Sylvia London (1998) ofrecen los
siguientes elementos para promover una supervisión que genere posibilidades: 7
1.- El supervisor enfrenta cada sesión como una situación única.
2..- El supervisor asume la responsabilidad de crear un clima y un proceso conversacional
que invita a la mutualidad y a la colaboración de todos los participantes en la conversación
y en el proceso.
3.- El supervisor permite que el supervisado permanezca en el centro del escenario y que
cuente su historia de la manera que la quiere contar, sin ser guiado por lo que el supervisor
cree que es importante.
4.- El supervisor hace preguntas e invita al grupo a hacer preguntas dentro de los
parámetros de los problemas, tal y como los describe el supervisado.
5.- El supervisor contempla e invita al grupo a contemplar simultáneamente ideas
contradictorias.
6.- El supervisor fomenta una actitud respetuosa.

7
Se usa el término supervisión para respetar el texto original. Traducción y adaptación de las autoras

5
7.- El supervisor y el grupo ofrecen preguntas, especulaciones y opiniones que ayuden al
supervisado a cuestionar, ampliar, redefinir y encontrar explicaciones novedosas al dilema
en cuestión.
8.- El supervisor es un escucha respetuoso, activo y responsivo que muestra que valora lo
que el supervisado considera importante.
9.-.- El supervisor intenta no asumir ni entender demasiado rápido
10.- El supervisor elabora preguntas conversacionales, que sus respuestas evocan nuevas
preguntas, y abren nuevas maneras para hablar de lo familiar.
11.- El supervisor asume la responsabilidad de crear un contexto conversacional que
permita una colaboración mutua en el proceso de definir y disolver el problema
12.- El supervisor mantiene un conversación dialógica consigo mismo.
Estos elementos constituyen solamente una guía para promover una supervisión que
genere posibilidades.
Comentarios finales
Este artículo refleja nuestra constante búsqueda por un lenguaje que represente nuestra
filosofía y nuestras formas de trabajo como supervisoras y aprendices a lo largo de la
vida. En base a nuestras experiencias e inquietudes proponemos por el momento hablar del
proceso de supervisión como grupo de conversaciones colaborativas en las que un
facilitador junto con su grupo de consultantes y consultores desarrollan formas de trabajo
que sean útiles y relevantes para ellos.
.
z

6
Referencias
Andersen, T. (1987). The reflecting team: Dialogue and meta-dialogue in clinical work.
Family Process, 26, 415-428.

Anderson, H. (1998). Conversation, language and possibilities: A postmodern approach


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(Eds.), Relational Responsibility. Newbury Park, CA: Sage Publications.

Anderson, H. & S. London (1998) Supervision as a Collaborative Inquiry: A Postmodern


Approach. Taller presentado en TAMFT (Congreso Anual de la Asociación Texana de
Terapia Familiar).

Anderson, H. (2000) Supervision as a Collaborative Learning Community: Supervision


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Anderson ,H., London, S, & Rodriguez-Jazcilevich, I. (2000) Supervision: Postmodern


Experiences in Two Countries. Taller presentado en el Congreso v Anual de la Asociación
Texana de Terapia Familiar. Houston, Tx.

Fernández, E., London, S, & Tarragona, M. (2003) Las Conversaciones reflexivas en el


trabajo clínico, el entrenamiento y la supervisión. En Licea, G, Paquetín, I & Selicoff, H.
(eds) El Equipo Reflexivo en México. Editorial Alinde.

García Pelayo y Gross, R. (1997) Diccionario Manual Ilustrado. Editorial Larousse,


México.

London, S. & Rodríguez-Jazcilevich, I. (2000) Experiencias de Supervisión. Congreso


Nacional de la FENAPSIME XII Asamblea. Diálogos con-sentido “Humor, fantasía y
compromiso social” Morelia, Michoacán, México, Octubre 2000,

McNamme, S & K. Gergen (1998) Invitation to Relational Responsibility en McNamee &


K. Gergen (Eds.), Relational Responsibility. Newbury Park, CA: Sage Publications.

Peters, J & Armstrong, J. L. (1988). Collaborative learning : People laboring together to


construct knowledge. In I. M. Saltiel, A. Sgroi, and R. Brockett (Eds.), The power and
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Schön, D.(1988) El Profesional Reflexivo: Cómo piensan los profesionales cuando


actúan. Buenos Aires, Paidos.

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