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Clínica Integral I
Unidad Médica De Alta Especialidad
Hospital General Doctor Gaudencio González Garza
C.M.N. La Raza
Arteriosclerosis y ateroesclerosis
Equipo A:
Alamilla Mosso Lilith
Arroyo Quintana Lizeth
● Introducción
● Definiciones
● Fisiopatología
● Cuadro clínico
● Estudios de laboratorio
● Estudios de gabinete
● Consecuencias de la ateroesclerosis
● Tratamiento
● Conclusión
● Anexos
● Referencias
Introducción:
La patología vascular ocasiona más morbimortalidad que cualquier otra categoría de
enfermedades humanas, las lesiones de mayor importancia clínica afectan a las arterias, dos
de los principales mecanismos básicos de las patologías vasculares son: el estrechamiento
(estenosis) u obstrucción completa de luz vascular, sea progresivo (p. ej., por ateroesclerosis)
o repentino (p. ej., por trombosis o embolia) y el debilitamiento de las paredes vasculares,
que causa dilatación o rotura.
La aterosclerosis puede afectar a todas las arterias grandes y medianas, como las coronarias,
las carótidas y cerebrales, la aorta y sus ramas y las arterias principales de los miembros. Es
la causa principal de morbimortalidad en los Estados Unidos y en la mayoría de los países
desarrollados. La tasa de mortalidad relacionada con la edad atribuible a la aterosclerosis ha
ido reduciéndose, aunque en 2019, la enfermedad cardiovascular, sobre todo la
aterosclerosis coronaria y la cerebrovascular, aún produjo casi 18 millones de muertes en
todo el mundo (> 30% de todas las muertes). En los EE. UU., alrededor de 558.000 personas
murieron de enfermedad cardiovascular en 2019. La prevalencia de la aterosclerosis está
aumentando rápidamente en los países de bajos y medianos ingresos, y a medida que las
personas vivan más tiempo, su incidencia aumentará. La aterosclerosis es la causa principal
de muerte en todo el mundo.
Desarrollo:
Definiciones:
Arteriosclerosis: La denominación se basa en las palabras griegas que significan “arteria”
(arterio) y “endurecimiento” (esclerosis). La arteriosclerosis es un proceso
patológico causado por el engrosamiento y pérdida de elasticidad de las paredes arteriales.
Ateroesclerosis (OMS): Una acumulación de placa grasosa que se espesa y endurece en las
paredes arteriales, que puede inhibir el flujo de sangre por las arterias a órganos y tejidos y
puede conducir a un ataque al corazón, dolor de pecho (angina) o derrame cerebral.
Ateroma o placa aterosclerótica: acumulación de lípidos, células del músculo liso,
inflamación y tejido conectivo dentro la capa más interna (capa íntima arterial) de una arteria.
Fisiopatología:
El término Arterioesclerosis significa literalmente «endurecimiento de las arterias». Se trata
de una denominación genérica aplicada al engrosamiento de la pared arterial, con la
consiguiente pérdida de elasticidad.
Estudios de laboratorio
Perfil lipídico:
Las enfermedades cardiovasculares (ECV), que incluyen la cardiopatía coronaria y el accidente
cerebrovascular, siguen siendo la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. En
nuestro país son la primera causa de muerte, por delante de los tumores y de la COVID-19
incluso en el año de su mayor expresión clínica.
La arteriosclerosis, como proceso patológico subyacente a la mayoría de las enfermedades
cardiovasculares, es una enfermedad que se desarrolla durante décadas y cuyos principales
factores de riesgo están bien caracterizados. Uno de los factores de riesgo cuyo tratamiento
ha demostrado ser capaz de reducir la morbimortalidad cardiovascular es la dislipidemia.
La determinación del perfil lipídico es necesaria para conocer el riesgo de presentar
enfermedad cardiovascular de la población aparentemente sana o en condiciones clínicas de
especial riesgo, incluidos los pacientes que van a ser sometidos a cirugía cardiaca.
Los documentos de consenso de la Sociedad Europea de Arteriosclerosis y la Sociedad
Europea de Medicina de Laboratorio recomiendan también la estimación de partículas
remanentes. La Lp(a) elevada confiere un aumento del riesgo vascular, por lo que su
determinación es también aconsejable al menos una vez en la vida del paciente dado que los
niveles están determinados sustancialmente por la genética.
Estudios de gabinete:
Los pacientes con enfermedad documentada en un sitio (p. ej., arterias periféricas) deben
someterse a pruebas para identificar la misma enfermedad en otras regiones (p. ej., arterias
coronarias y carótidas).
Las técnicas de diagnóstico por imágenes no invasivas que pueden evaluar la morfología y
características de la placa incluyen
Debido a que no todas las placas ateroscleróticas tienen un riesgo similar, se están estudiando
diversas tecnologías de diagnóstico por imágenes (p. ej., tomografía por emisión de
positrones) como una forma de identificar placas especialmente vulnerables a la rotura; sin
embargo, estas técnicas aún no se utilizan clínicamente.
Consecuencias de la ateroesclerosis.
El infarto de miocardio (ataque cardíaco), el infarto cerebral (accidente cerebrovascular), los
aneurismas aórticos y la enfermedad vascular periférica (gangrena de las piernas) son las
principales consecuencias de la aterosclerosis.
En la mayoría de los casos, la enfermedad aterosclerótica sintomática se desarrolla con mayor
frecuencia en las arterias que irrigan el corazón, el encéfalo, los riñones y las extremidades
inferiores.
Es importante conocer los rasgos de las lesiones ateroscleróticas, que suelen ser responsables
de las manifestaciones clínico-patológicas:
Estenosis aterosclerótica. En las pequeñas arterias, las placas ateroscleróticas pueden
obstruir gradualmente las luces vasculares, afectando al flujo sanguíneo y produciendo una
lesión isquémica. En las fases iniciales de la estenosis, la remodelación externa de la media
vascular tiende a preservar el tamaño de la luz. Sin embargo, hay límites para la extensión de
la remodelación y, en última instancia, el ateroma en expansión comprime la luz del vaso
hasta un punto en el cual el flujo de sangre se ve comprometido.
Los cambios en el estilo de vida incluyen modificaciones de la dieta, cese del tabaquismo y
práctica regular de actividad física. Con frecuencia deben indicarse fármacos para el
tratamiento de la dislipidemia, la hipertensión arterial y la diabetes. Estos cambios en el estilo
de vida y los fármacos mejoran directa o indirectamente la función endotelial, disminuyen la
inflamación y posibilitan una mejor evolución clínica. Las estatinas pueden reducir la tasa de
morbimortalidad asociada con la aterosclerosis, incluso aunque la colesterolemia sea normal
o algo elevada. Los antiagregantes plaquetarios son beneficiosos en todos los pacientes con
aterosclerosis. Los individuos con enfermedad coronaria pueden beneficiarse más con
inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA) y beta-bloqueantes.
Dieta: Varios cambios son beneficiosos: menos grasas saturadas, no consumir grasas trans,
menos hidratos de carbono refinados, más frutas y verduras, más fibra, consumo moderado
(o nulo) de alcohol.
Se recomienda una reducción significativa del consumo de grasas saturadas y de hidratos de
carbono refinados y procesados y un aumento del consumo de carbohidratos con fibras (p.
ej., frutas, verduras). Estos cambios en la dieta se consideran un prerrequisito para el control
lipídico y la reducción del peso y son fundamentales en todos los pacientes. La ingesta calórica
debe limitarse para mantener el peso dentro del rango normal.
Las frutas y las verduras (5 porciones al día) parecen disminuir el riesgo de aterosclerosis
coronaria, pero no se comprobó si este efecto es producido por fitoquímicos o por un
descenso proporcional de la ingesta de grasas saturadas y un aumento de la ingesta de fibras
y vitaminas. Los fitoquímicos denominados flavonoides (presentes en las uvas verdes y
rosadas, el vino tinto, el té negro y la cerveza negra) confieren una protección notable; las
concentraciones elevadas en el vino tinto pueden ayudar a explicar la incidencia
relativamente baja de aterosclerosis coronaria en los franceses, a pesar de que consumen
más tacaco y grasas que los estadounidenses. Sin embargo, no hay datos clínicos que
confirmen que la ingesta de comidas ricas en flavonoides o suplementos en lugar de alimentos
sea eficaz para prevenir la aterosclerosis.
Actividad física regular: (p. ej., entre 30 y 45 minutos de caminata, carrera, natación o
cliclismo 3 a 5 veces a la semana) reduce la incidencia de algunos factores de riesgo
(hipertensión arterial, dislipidemia, diabetes), de enfermedad coronaria (p. ej., de infarto de
miocardio) y de muerte, todas complicaciones asociadas con la aterosclerosis en pacientes
que experimentaron o no eventos isquémicos previos. No pudo definirse si la asociación es
causal o sólo indica que las personas sanas tienen más probabilidades de ejercitarse en forma
regular.
Tampoco se estableció la intensidad, la duración, la frecuencia y el tipo óptimo de ejercicio
que debe realizarse, pero la mayor parte de la evidencia sugiere una relación lineal inversa
entre la actividad física aeróbica y el riesgo. La caminata regular aumenta la distancia que los
pacientes con enfermedad vascular periférica pueden recorrer sin experimentar dolor.
Se comprobó que el diseño de un programa de ejercicio con componente aeróbico resulta útil
para prevenir la aterosclerosis y promover la pérdida de peso. Antes de comenzar un nuevo
programa de ejercicios, tanto las personas mayores como las que tienen factores de riesgo
para desarrollar aterosclerosis o que experimentaron eventos isquémicos en etapa reciente
deben someterse a un examen médico. Examen médico, con anamnesis, examen físico y
evaluación del control de los factores de riesgo.
Antiagregantes plaquetarios: se consumen por vía oral son fundamentales porque la mayor
parte de las complicaciones son secundarias a la fisura o a la rotura de la placa, que llevan a
la activación plaquetaria y la trombosis. Pueden indicarse los siguientes fármacos:
Aspirina
Medicamentos derivados de la tienopiridina como clopidogrel, prasugrel y ticagrelor
La aspirina es el antiagregante plaquetario empleado con mayor frecuencia, aunque a pesar
de sus beneficios documentados, sigue sin indicarse en todos los pacientes que la necesitan.
Se indica para la prevención secundaria y podría recomendarse para la prevención primaria
de la aterosclerosis coronaria en todos los pacientes con riesgo muy elevado (p. ej., diabetes
con aterosclerosis o sin ella, pacientes con un riesgo ≥ 20% de desarrollar eventos cardíacos
en los siguientes 10 años en los cuales el riesgo de sangrado no contraindica el tratamiento,
y en los pacientes con riesgo intermedio que tienen un riesgo de 10 a 20% de eventos
cardíacos en los siguientes 10 años y probabilidad baja de sangrado). La evidencia reciente
sugiere que el beneficio neto de la aspirina en la prevención primaria es cuestionable,
especialmente en individuos con menor riesgo, y que se necesita una selección cuidadosa de
los pacientes, que debe basarse en sus preferencias personales y en la consideración de los
riesgos y beneficios potenciales de la aspirina para cada individuo (es decir, daño potencial en
pacientes > 70 años o con mayor riesgo de sangrado).
Ezetimiba también reduce el colesterol LDL al bloquear la absorción de colesterol del intestino
delgado a través de la inhibición de la proteína semejante a la proteína de Niemann-Pick C1-
like 1. Se ha demostrado que la ezetimiba, agregada al tratamiento estándar con estatinas,
reduce los eventos cardiovasculares en pacientes con eventos cardiovasculares previos y
colesterol LDL > 70 mg/dL (1,8 mmol/L).
Los inhibidores de PCSK9 son anticuerpos monoclonales que impiden que PCSK9 se una a los
receptores de LDL, lo que lleva a un mayor reciclado de estos receptores a la membrana
plasmática, y a su vez a una mayor eliminación del colesterol LDL en el plasma hacia el hígado.
El colesterol LDL se redujo en un 40 a 70%. Los ensayos clínicos a largo plazo han demostrado
una reducción en la aterosclerosis y los eventos cardiovasculares. Estos medicamentos son
más útiles en pacientes con hipercolesterolemia familiar, pacientes con eventos
cardiovasculares previos cuya LDL no alcanza el nivel objetivo a pesar del tratamiento médico
máximo con estatinas, y pacientes que requieren disminución de lípidos pero que tienen
evidencia objetiva documentada de intolerancia a estatinas.
El inhibidor del factor Xa rivaroxabán a una dosis de 2,5 mg por vía oral 2 veces al día
disminuye el riesgo de eventos cardiovasculares (muerte cardiovascular, accidente
cerebrovascular o infarto de miocardio) en pacientes con enfermedad vascular
aterosclerótica estable cuando se agrega a la aspirina en dosis de 100 mg al día. El riesgo de
hemorragia significativa fue mayor en pacientes que consumían rivaroxabán y aspirina que
en pacientes con aspirina sola (2).
Se ha demostrado que el icosapentiletilo, una forma altamente purificada del ácido
eicosapentaoico, un ácido graso omega-3 clave, reduce los eventos cardiovasculares, además
de las estatinas, en pacientes con enfermedad cardiovascular previa y triglicéridos elevados.
El mecanismo parece multifactorial (p. ej., disminución de la inflamación, reducción de la
reactividad plaquetaria, efectos antiaterógenos directos).
Las terapias basadas en RNA, una nueva clase de fármacos, bloquean la producción de
proteínas clave a nivel del mRNA, a menudo en los hepatocitos. Inclisiran (bloqueante de
PCSK9), pelacarsen (bloqueante de LPA), olpasiran (bloqueante de LPA) y volanesorsen
(bloqueante de apoC3) son ejemplos de estos fármacos que se están evaluando actualmente
en ensayos clínicos aleatorizados para determinar su papel en la prevención cardiovascular.
Conclusiones:
La Aterosclerosis es una enfermedad sistémica lentamente progresiva que, aunque afecta a
diferentes territorios y tiene distintas formas de presentación, tiene una misma patogenia,
mismos factores de riesgo, una misma aproximación diagnóstica y un mismo tratamiento.
Es caracterizada por endurecimiento arterial que trae graves consecuencias, como por
ejemplo: enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares e insuficiencia arterial periférica
entre otras muchas, las cuales llevan a la muerte del paciente, ubicándose entre las tres
primeras causas directas de muerte en nuestro país y en el mundo, como ocurre con las dos
primeras mencionadas. Es de gran importancia la prevención, tomar acción en los estilos de
vida y disminuir así los factores de riesgo aterogénicos contribuyendo a la disminución de la
morbilidad y mortalidad por aterosclerosis.
Anexos:
Anexo 1
Anexo 2
Anexo 3
Anexo 4
Anexo 5
Anexo 6
Referencias: