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HIPERCOLESTEROLEMIA FAMILIAR
Es una enfermedad de receptor, porque es consecuencia de una mutación del gen que codifica el receptor para LDL, que está
implicada en el transporte y metabolismo del colesterol. Se pierde el control mediante retroalimentación y aumentan las
concentraciones de colesterol, lo que determina ateroesclerosis prematura, con un riesgo aumentado de IM.
Los homocigotos desarrollan xantomas cutáneos y ateroesclerosis coronaria, cerebral y vascular periférica en edades tempranas.
Un 7% aproximadamente del colesterol circula en plasma, sobre todo en forma de LDL. La cantidad de colesterol plasmático
depende de la síntesis y catabolismo. Las partículas de LDL provienen de las de IDL y son ricas en colesterol. Existen 2
mecanismos para la extracción de LDL del plasma, uno mediado por el receptor para LDL y el otro por un receptor para LDL
oxidada. Un 70% del LDL plasmático se elimina en el hígado.
El primer paso es la unión de LDL a los receptores de superficie celular, que se acumulan en regiones especializadas de la
membrana plasmática denominadas fositas revestidas. Se internalizan mediante invaginación y dan lugar a las vesículas
revestidas, tras lo cual migran de la célula y se fusionan con los lisosomas. En ellos, la LDL se separa de su receptor y sufre una
degradación enzimática; la parte apoproteína se hidroliza a aminoácidos, mientras que los esteres de colesterol se degradan a
colesterol libre. Este colesterol libre atraviesa la membrana lisosómica, entra en el citoplasma y se emplea para la síntesis de
membrana y como regulación de la homeostasia del colesterol. La salida del colesterol del lisosoma necesita de la acción de dos
proteínas, llamadas NPC1 y NPC2.
Cuando hay mutaciones en el gen que codifica el receptor para LDL se producen alteraciones del catabolismo de LDL, por vías
dependientes del receptor y se produce un incremento aproximadamente al doble de las concentraciones plasmáticas de LDL.
Además, se sintetizan más LDL. Se produce un aumento del desplazamiento de colesterol LDL mediado por receptores
barredores al interior de las células del sistema mononuclear fagocítico. Este aumento es responsable de la aparición de
xantomas y también participa en la patogenia de la ateroesclerosis prematura.
Se han descripto más de 900 mutaciones en el gen del receptor de LDL que se dividen en 5 grupos:
Los lactantes parecen normales al nacer, pero a los 6 meses se produce un deterioro motor y mental imparable. Comienza con
incoordinación motora, retraso mental y culmina con flacidez muscular, ceguera y demencia progresiva. Casi todos los pacientes
presentan una mancha ocular de color rojo cereza. En 1-2 años quedan en estado vegetativo completo y fallecen alrededor de
los 2-3 años.
ENFERMEDAD DE NIEMANN-PICK
TIPOS A Y B:
Son dos trastornos relacionados que se caracterizan por la acumulación en los lisosomas de esfingomielina, debido a una
deficiencia hereditaria de esfingomielinasa. La enfermedad de tipo A es una forma grave de lactantes, con extensa afectación
neurológica, importantes acumulaciones viscerales de esfingomielina y atrofia progresiva con muerte precoz en los 3 primeros
años de vida. Por el contrario, la enfermedad de tipo B se asocia a organomegalia, pero en general no se afecta el SNC y estos
pacientes llegan a adultos. El gen de la esfingomielinasa ácida se localiza en el cromosoma 11p15.4.
Las manifestaciones clínicas del tipo A son evidentes a los 6 meses. Los lactantes pueden aparecer con abdomen protuberante
por la hepatoesplenomegalia. El proceso evoluciona con un retraso del crecimiento progresivo, fiebre, vómitos y adenopatías
generalizadas, además del deterioro progresivo de la función psicomotora. La muerte se produce a los 1-2 años.
TIPO C:
Las mutaciones de dos genes relacionados, NPC1 y NPC2, son responsables de este cuadro. NPC1 es responsable del 95% de los
casos. La NPC se debe a un defecto primario en el transporte de lípidos no enzimático. NPC1 está unida a la membrana, mientras
que NPC2 es soluble, ambas participan en el transporte del colesterol libre desde los lisosomas al citoplasma.
Puede comenzar con una hidropesía fetal o con muerte neonatal, pero también es causa de hepatitis fetal o, más
frecuentemente, puede adoptar un curso crónico caracterizado por lesiones neurológicas progresivas. Esta ultima comienza en
la infancia con ataxia, parálisis de la mirada vertical supranuclear, distonía, disartria y regresión psicomotora.
ENFERMEDAD DE GAUCHER
Son un conjunto de trastornos autosómicos recesivos secundarios a mutaciones en los genes que codifican la
glucocerebrosidasa, una enzima que normalmente separa el residuo de glucosa de la ceramida. Se acumula glucocerebrósido,
principalmente en los fagocitos y también en el SNC. Los cambios patológicos de la enfermedad de Gaucher no se deben solo a
la carga que genera el material de depósito, sino también a la activación de os macrófagos y la secreción de citosinas. Se
distinguen 3 subtipos clínicos:
1. Tipo I: es la más frecuente. Llamada forma crónica no neuropática. La acumulación de glucocerebrósido se limita a los
fagocitos mononucleares de todo el cuerpo, pero no afecta el encéfalo. Principalmente hay afectación esplénica y
esquelética.
2. Tipo II: llamad aguda neuropática. Es la forma aguda del lactante. No se detecta ninguna actividad glucocerebrosidasa
en los tejidos. Se reconoce hepatoesplenomegalia y afectación progresiva del SNC que culmina con la muerte a
temprana edad.
3. Tipo III: muestran una afectación sistémica propia del tipo I, pero también sufren una afectación progresiva del SNC,
aunque comienza en la adolescencia o en los primeros años de vida adulta.
MUCOPOLISACARIDOSIS (MPS)
Las MPS son un grupo de síndromes muy relacionados que se deben a deficiencias de origen genético en las enzimas implicadas
en la degradación de los mucopolisacáridos (glucosaminoglucanos). Los glucosaminoglucanos que se acumulan en las MPS
incluyen sulfato de dermatano, sulfato de heparano, sulfato de queratano y sulfato de condroitina.
Se describen varias variantes clínicas de MPS, de MPS I a VII. Todas, salvo una, se heredan de forma autosómica recesiva. La
excepción es el síndrome de Hunter, que es un rasgo ligado al cromosoma X. En general, las MPS son procesos progresivos,
caracterizados por rasgos faciales toscos, opacidad corneal, rigidez articular y retraso mental.
1. Formas hepáticas: una deficiencia hereditaria de las enzimas hepáticas implicadas en la degradación del glucógeno no
solo determina un almacenamiento de glucógeno a nivel hepático, sino también una reducción de la glucosa en sangre.
La deficiencia de la enzima glucosa-6-fosfatasa (enfermedad de Von Gierke) es un ejemplo. La clínica es dominada por
la hepatomegalia y la hipoglucemia.
2. Formas miopáticas: si las enzimas que alimentan la vía glucolítica son defectuosas, se produce depósito de glucógeno
en los músculos, lo que se asocia a debilidad muscular. Dentro de este grupo se incluye la deficiencia de la fosforilasa
muscular (enfermedad de McArdle). Los pacientes presentan calambres musculares tras el ejercicio y, tras el mismo,
no se producen aumentos de las concentraciones de lactato en sangre por el bloqueo de la glucólisis.
3. Las glucogenosis asociadas a: 1) deficiencia de α-glucosidasa (maltasa ácida), y 2) ausencia de la enzima ramificante no
se incluyen dentro de las formas anteriores. Se asocian a depósitos de glucógeno en muchos órganos y muerte precoz.
La maltasa ácida es una enzima lisosómica y su deficiencia condiciona el depósito de glucógeno en los lisosomas de
todos los órganos (enfermedad de Pompe). Hay cardiomegalia.
ALCOHOLISMO
Después de la ingestión, el etanol se absorbe sin alteración en el estomago y el intestino delgado. Después se distribuye a todos
los tejidos y líquidos del organismo. Menos del 10% se excreta sin cambios con la orina, el sudor y la transpiración. La mayor
parte del alcohol en la sangre se oxida hasta acetaldehído por tres sistemas enzimáticos consistentes en alcohol
deshidrogenasa, sistema oxidativo microsomal del alcohol y catalasa . La alcohol deshidrogenasa se localiza en el citosol de los
hepatocitos.
El acetaldehído producido por el metabolismo del alcohol se convierte en acetato por la acetaldehído deshidrogenasa. El
sistema de oxidación microsómica incluye las CYO, particularmente la CYP2E1, localizada en el REL. La oxidación del etanol
produce metabolitos tóxicos y altera algunas vías metabólicas, las más importantes son las siguientes:
El acetaldehído, el producto directo de la oxidación del alcohol, tiene muchos efectos tóxicos.
La oxidación del alcohol por la alcohol deshidrogenasa causa una reducción de NAD a NADH, con la disminución de NAD
y el aumento de NADH. El NAD se requiere para la oxidación de los AG en el hígado y para la conversión de lactato en
piruvato. Su deficiencia causa una acumulación de grasa en el hígado y acidosis láctica.
El metabolismo del etanol en el hígado por CYP2E1 produce EROs, causantes de peroxidación lipídica de membranas de
los hepatocitos.
EFECTOS ADVERSOS
Se pueden clasificar en agudos o crónicos
AGUDOS:
Esteatosis hepática
Gastritis y ulceraciones agudas
Depresión del SNC
CRÓNICOS:
La fenilcetonuria (FCN) es un trastorno autosómico recesivo causado por carencia grave de la enzima fenilalanina hidroxilasa
(PAH) y la consiguiente hiperfenilalaninemia. Los lactantes en pocas semanas sufren un aumento de las concentraciones
plasmáticas de fenilalanina, que altera el desarrollo cerebral. El retraso mental grave se hace evidente a los 6 meses.
El retraso mental en niños no tratados se suele asociar a convulsiones , otras alteraciones neurológicas, disminución de la
pigmentación del pelo y piel y eccema. La hiperfenilalaninemia y el consiguiente retraso mental se evitan limitando la ingesta de
fenilalanina desde el principio de la vida.
La alteración bioquímica de la FCN es la incapacidad de convertir la fenilalanina en tirosina. Se activan vías de derivación, dando
lugar a diversos productos que son excretados por la orina y el sudor, lo que confiere a los lactantes un olor a moho. La falta de
tirosina, precursor de la melanina, es responsable de la falta de pigmentación de pelo y piel.
Aunque el 98% de los casos de FCN son causados por mutaciones en la PAH, un 2% se deben a alteraciones en la síntesis del
cofactor tetrahidrobiopterina (BH4). Estas variantes no pueden ser tratadas con el control de la dieta.
Es un trastorno hereditario del transporte de iones que afecta a la secreción de líquido en las glándulas exocrinas y el
revestimiento epitelial de los aparatos respiratorio, digestivo y reproductor. Los rasgos clínicos del cuadro son neumopatía
crónica secundaria a infecciones a repetición, la insuficiencia pancreática, la esteatorrea, la malnutrición, la cirrosis hepática, la
obstrucción intestinal y la infertilidad masculina. La FQ se transmite de forma autosómica recesiva.
El defecto principal de la FQ se relaciona con una función anormal de una proteína de los canales de cloro epiteliales, codificada
por el gen regulador de la conductancia transmembrana de la FQ (CFTR) en el cromosoma 7q31.2. CFTR regula múltiples canales
iónicos y procesos celulares más, sobre todo a través de sus interacciones en las que participan sus NBD. Entre ellos se incluyen
los canales de extracción de cloruro rectificado, los canales de introducción de potasio rectificados, el canal epitelial de sodio
(ENaC), los cabales de las uniones en hendidura y los procesos celulares implicados en el transporte de ATP y secreción de moco.
El ENaC se inhibe por el CFTR que funciona con normalidad, por lo tanto, en la FQ la actividad del ENaC aumenta, lo que
incrementa mucho la captación de sodio a través de la membrana apical. En los conductos sudoríparos humanos, la actividad del
ENaC disminuye como consecuencia de mutaciones en el CFTR, por lo que se forma un líquido hipertónico que contiene mucho
cloruro de sodio. La patogenia de las complicaciones respiratorias e intestinales en esta enfermedad parecen deberse a una capa
de líquido superficial isotónica, pero de escaso volumen.
CFTR regula el transporte de bicarbonato, en algunas variantes mutantes de CFTR el transporte de cloruro está preservado
mientras existen alteraciones en el de bicarbonato. Los líquidos ácidos (por ausencia de bicarbonato) son secretados por los
epitelios que albergan estas mutaciones. La acidez de las secreciones reduce el pH luminal, lo que produce efectos adversos
como el aumento de la precipitación de mucina y formación de tapones en los conductos, así como incremento de la unión de
bacterias a estos tapones de mucina.
Las mutaciones en el gen de CFTR se dividen en seis clases en función de su efecto sobre la proteína CFTR:
Fibrosis quística clásica: insuficiencia pancreática, infecciones sinopulmonares y síntomas digestivos. Se producen dos
mutaciones graves (por ej., una combinación de mutaciones de clase I, II o III) que determinan la virtual ausencia de CFTR en la
membrana.
INSUFICIENCIA HEPÁTICA CRÓNICA Y CIRROSIS
La insuficiencia hepática de las hepatopatías crónicas se suele asociar a cirrosis, una situación caracterizada por la
transformación difusa de todo el hígado en nódulos parenquimatosos regenerativos rodeados por bandas fibrosas y grados
variables de comunicaciones vasculares. La cirrosis indica una enfermedad crónica grave.
Aproximadamente el 40% de los cirróticos están asintomáticos hasta las fases más avanzadas de la enfermedad. Cuando están
sintomáticos presentan: anorexia, pérdida de peso, debilidad y, en estadíos avanzados, síntomas y signos de insuficiencia
hepática. La encefalopatía hepática, el sangrado de las várices esofágicas y las infecciones bacterianas son frecuentes episodios
terminales.
La ictericia crónica puede producir prurito. La alteración del metabolismo de los estrógenos con la consiguiente
hiperestrogenemia en los hombres con insuficiencia hepática crónica puede ser origen de eritema palmar y de angiomas en
araña cutáneos. En los hombres, esta hiperestrogenemia puede ser causa de hipogonadismo y ginecomastia. El hipogonadismo
puede aparecer también en las mujeres por alteración en la función del eje hipotálamo-hipofisario.
HEMOCROMATOSIS
Es causada por una absorción excesiva de hierro que se deposita en su mayoría en los órganos parenquimatosos, como el
hígado y el páncreas, seguidos del corazón, las articulaciones y los órganos endócrinos. Si es consecuencia de la administración
parenteral de hierro, se denomina hemocromatosis secundaria. En las formas más graves de hemocromatosis, se pueden
acumular más de 50 g de hierro, de los cuales más de la tercera parte se localizan en el hígado.
En la hemocromatosis hereditaria, la regulación de la absorción de hierro de la dieta es anómala y permite la acumulación neta
de 0,5-1 g de hierro anual. La enfermedad se manifiesta cuando se han acumulado 20 g. Entre los mecanismos de lesión hepática
se encuentran:
1. Peroxidación lipídica a través de las reacciones de los radicales libres catalizadas por el hierro.
2. Estimulación de la formación de colágeno mediante la activación de las células estrelladas hepáticas.
3. Interacción de las EROs y el propio hierro con el ADN, lo que provoca lesiones mortales en las células y predisponen al
desarrollo de un CHC.
ENFERMEDAD DE WILSON
Es un trastorno autosómico recesivo causado por una mutación del gen ATP7B, localizado en el cromosoma 13, que provoca una
alteración en la excreción de cobre hacia la bilis y la incapacidad para incorporar el cobre a la ceruloplasmina. Se caracteriza por
la acumulación tóxica de cobre, sobre todo en el hígado, el encéfalo y los ojos.
El gen ATP7B codifica una ATPasa transmembrana transportadora de cobre, expresada en la membrana del canalículo del
hepatocito. La deficiencia de la proteína ATP7B determina una reducción del transporte de cobre hacia la bilis, altera su
incorporación a la ceruloplasmina e inhibe la secreción hacia la sangre. Estos cambios conducen a la acumulación hepática de
cobre y reducción de la ceruloplasmina circulante.
El trastorno se suele manifestar entre los 6 y los 40 años. La presentación inicial puede ser una hepatopatía aguda o crónica. La
afectación neurológica debuta con trastornos del movimiento o distonía rígida. Los pacientes pueden tener síntomas
psiquiátricos como depresión, fobias, etc. La demostración de anillos de Kayser-Fleischer en los ojos favorece el diagnóstico.
DIABETES MELLITUS
DIAGNÓSTICO
Glucemia plasmática en ayunas ≥ 126 mg/dl.
Glucemia plasmática ≥ 200 mg/dl luego de 120 minutos post prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG).
Glucemia plasmática ≥ 200 mg/dl en cualquier momento del día, sumada a la presencia de síntomas.
CLASIFICACIÓN
La diabetes de tipo I es una enfermedad autoinmunitaria caracterizada por destrucción de las células β del páncreas y por una
deficiencia absoluta de insulina. Supone alrededor del 5-10% de todos los casos y es el subtipo más frecuente en los pacientes
menores de 20 años.
La diabetes de tipo II está causada por una combinación de resistencia periférica a la acción de la insulina y de respuesta
secretora inadecuada por parte de las células β pancreáticas (deficiencia relativa de insulina). La mayoría de estos pacientes
tienen sobrepeso y suele iniciar en la vida adulta.
Predisposición genética: actualmente se conocen más de 30 loci de predisposición para la DBT de tipo I. El más
importante es el grupo de genes HLA en el cromosoma 6.21. CTLA4 y PTPN22 están vinculados también a la propensión
para DBT tipo I.
Factores ambientales: los antecedentes de infecciones víricas se han propuesto como desencadenantes de la
enfermedad.
Las manifestaciones clásicas de la enfermedad (hiperglucemia y cetosis) aparecen tarde en la evolución, después de la
destrucción de más del 90% de células β.
Predisposición genética: los parientes de primer grado tienen un riesgo de 5 a 10 veces más alto de desarrollar DBT tipo
II.
Factores ambientales: el factor de riesgo más importante de la DBT tipo II es la obesidad, en especial central o visceral.
Un estilo de vida sedentario es otro factor de riesgo.
Respuesta alterada de los tejidos periféricos a la insulina, en especial los del músculo esquelético, tejido adiposo e
hígado (resistencia a la insulina).
Secreción inadecuada de insulina en presencia de resistencia a la insulina e hiperglucemia (disfunción de las células β).
La resistencia a la insulina precede a la hiperglucemia y suele estar asociada a una hiperfunción compensadora de las células β
del páncreas e hiperinsulinemia en las fases iniciales de la evolución de la DBT. Con el tiempo, la incapacidad de las células β
para adaptarse al aumento de las necesidades de secreción para mantener un estado euglucémico da paso a hiperglucemia
crónica y a las consiguientes complicaciones a largo plazo.
FORMAS MONOGÉNICAS DE DIABETES
a) Defectos genéticos de la función de las células β:
MODY: Es una diabetes de inicio juvenil, aparece generalmente antes de los 25 años. Es una DM no cetogénica, de herencia
autosómica dominante. Hay un defecto primario en la función de las células β con alteración de la secreción de insulina. Tiene
una prevalencia del 1 al 5%. Cada tipo está asociado a cambios genéticos en diferentes cromosomas:
LEPRECHAUTISMO: mutación del receptor de insulina. Se acompaña de retardo en el crecimiento intrauterino, hipoglucemias en
ayunas y fallecimiento entre el 1er y 2do año de vida.
SÍNDROME DE RABSON- MENDENHALL: se asocia con baja estatura, abdomen prominente, alteraciones de dientes y uñas e
hiperplasia de la glándula pineal.
Síndrome hiperosmótico hiperosmolar: principalmente en DBT de tipo II. La hiperglucemia suele tener niveles de entre 600 y
1200 mg/dl.
Hipoglucemia: es la más frecuente en ambos tipos. Los pacientes se presentan con confusión, mareo, sudoración, palpitaciones
y taquicardia. Si persiste, puede llegar a perder el conocimiento.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LA DIABETES CRÓNICA
Las complicaciones macrovasculares, como el infarto de miocardio, la insuficiencia vascular renal y los ACVs son las causas más
frecuentes de mortalidad en la DBT de larga evolución. La HTA afecta al 75% de las personas con DBT. Se da también
dislipidemia.
La nefropatía diabética causa insuficiencia renal terminal. La primera manifestación de la nefropatía diabética es la aparición de
pequeñas cantidades de albúmina en la orina.
El deterioro visual en ocasiones se da con ceguera completa. La lesión fundamental de la retinopatía es la neovascularización.
Los diabéticos son más propensos al glaucoma y a la formación de cataratas.
En relación a la neuropatía diabética, el trastorno más frecuente es la polineuropatía simétrica distal en las extremidades
inferiores que afecta a la función motor y sensitiva. Otros tipos son la neuropatía autónoma y la mononeuropatía diabética.
Los diabéticos son más propensos a las infecciones cutáneas y tuberculosis, la neumonía y la pielonefritis. La causa de la mayor
propensión es multifactorial y comprende un deterioro de la función de los neutrófilos y una alteración de la producción de
citocinas por los macrófagos.
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