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El usufructo es un derecho real que permite el disfrute de una cosa ajena de la que no se tiene la
propiedad. Dicho de otra forma, cuando una persona posee el usufructo de un bien tiene derecho
a su uso y disfrute, pero no tiene su propiedad. Una persona posee el usufructo de un bien cuando
tiene derecho a usarla, pero no posee su propiedad.
Para entender el concepto de usufructo es preciso introducir otros conceptos relacionados sin los
cuales el usufructo carece de sentido.
En primer lugar, lo que generalmente se entiende como concepto de propiedad hace referencia al
pleno dominio, que es el derecho a disfrutar de un bien del que se es propietario.
Nuda propiedad: es el derecho de una persona (nudo propietario) a ser dueño de un bien con la
limitación de no poder gozar o disfrutar de él.
Usufructo: es el derecho de goce, uso y disfrute de una persona (usufructuario) sobre el bien que
pertenece al nudo propietario.
Así, la plena propiedad se tendrá cuando usufructo y nuda propiedad coinciden en la misma
persona.
¿Qué es el usufructo?
El usufructo da derecho a disfrutar los bienes ajenos con la obligación de conservar su forma y
sustancia, a no ser que el título de su constitución o la ley autoricen otra cosa.
Ejemplo: Si una persona tiene el usufructo de una vivienda podrá vivir en ella o, incluso, alquilarla
y recibir las rentas. En ningún caso podrá vender la vivienda (porque no es de su propiedad), pero
sí su derecho de usufructo sobre ella. En ese caso el comprador adquiere el derecho de usufructo y
tiene los mismos beneficios y obligaciones que el usufructuario vendedor.
El objeto del usufructo no forma parte del patrimonio del usufructuario si no del patrimonio del
nudo propietario.
Es un derecho temporal
El usufructo nunca puede ser indefinido, tiene que tener una duración.
Entre los pactos más habituales que se dan entre tenedores de la nuda propiedad y usufructuarios
están la expiración del derecho: el usufructo tiene un carácter temporal; la condición resolutoria:
la circunstancia que se ha pactado previamente; o la destrucción o inhabilitación de la cosa sobre
la que se ejerce el derecho de usufructo: no cabe reclamar daños al propietario por la pérdida.