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Nelson Esteban Hernández Ramos

Universidad Nacional de Colombia

SERPENTARIO Y SOBERANIA

“Reanimada por el calor, la víbora, recobró sus sentidos y mató a su bienhechor, el cual,
sintiéndose morir, exclamo:

- ¡Bien me lo merezco por haberme compadecido de un ser malvado!

(Esopo, 2000)

Tal como Derrida inicia el seminario de la bestia y el soberano a paso de lobo, este texto tendría
que iniciar con el paso del animal seleccionado para explorar los movimientos que lleva a cabo el
texto de Derrida. Sin embargo, el animal seleccionado tiene la particularidad de no dar pasos,
sino de arrastrarse por el suelo, deslizarse, reptar, serpentear. La serpiente es el animal que va a
deslizarse a través del texto. Sin embargo, esta ira mutando dependiendo de lo que se quiera
mostrar en el texto, es decir, no se tratara únicamente con una serpiente, sino con unas cuantas de
la literatura, e incluso de los comics. A través del texto se explorarán los movimientos del texto
de Derrida situándolos en el terreno de esta analogía… del soberano ya no como un lobo sino
como una serpiente.

La serpiente tal como el lobo se desplaza de una manera que no nos permite percibirla, es
sigilosa, tal como el lobo la serpiente caza sin hacer ruido. Y tal como este la serpiente traga y
engulle a su presa, la serpiente tal como el lobo es un depredador y así mismo es caracterizado
como un cazador voraz, cruel y peligroso la serpiente también es vista como un ser malvado,
cruel y peligroso (esto no es así en todas las culturas, tanto el lobo como la serpiente poseen
diversas representaciones positivas, sin embargo, para el análisis de la soberanía parecen ser
necesarias las representaciones antagónicas como las que usa Derrida en su texto). Sin embargo,
¿qué la diferenciaría del lobo? La serpiente a diferencia del lobo no usa una máscara, mientras
que distintas expresiones como “un lobo vestido de cordero” o “se le ven las orejas de lobo”
parecen dar cuenta de que el lobo en ocasiones se hace pasar por bueno mientras que la serpiente
no llega a esas instancias, la serpiente entonces nos es presentada como un ser malévolo que se
muestra como tal, que no se oculta tras una máscara.
Ya habiendo caracterizado a nuestra bestia podemos iniciar a comparar nuestra analogía con la
que hace Derrida. El punto del texto será entonces cuestionar las estructuras que critica Derrida
en el texto desde nuestro propio imaginario, en este caso un pequeño serpentario brindado por la
literatura de distintas culturas. Por lo que el texto se dividirá en distintos apartados que
corresponderán con los movimientos dados y como la analogía corresponde o no con estos.

El animal de Hobbes

“Se trata siempre de saber meter miedo, de saber aterrorizar el hacer saber. Y ese terror, a
ambos lados del frente es innegablemente efectivo, real, concreto, aunque esa efectividad
concreta desborde la presencia del presente hacia un pasado o un porvenir del trauma que no
está jamás saturado de presencia” (Derrida, 2010)

En la segunda sesión del seminario Derrida nos introducirá al saber hacer saber. ¿qué se pretende
hacer saber? Derrida nos habla de las fabulas como un relato que hace saber en dos sentidos, el
primero es llevar un conocimiento a otro y el segundo (que se presenta como el de mayor interés
en el texto) dar la impresión de que se sabe cuándo realmente allí no hay ningún saber. Así la
fábula puede prestarse para hacer creer algo al público en general a una comunidad, un pueblo,
entre otros. Ese saber hacer se presta entonces para generar miedo, mediante distintas narrativas
se puede someter a un pueblo mediante el miedo. Por lo tanto, el soberano tiene el poder de
someter al pueblo, pero ¿de qué tiene miedo el pueblo? Aquí es donde entra nuestra primera
serpiente.

Slytherin, según la leyenda, selló la Cámara de los Secretos para que nadie la pudiera abrir
hasta que llegara al colegio su auténtico heredero. Sólo el heredero podría abrir la Cámara de
los Secretos, desencadenar el horror que contiene y usarlo para librar al colegio de todos los
que no tienen derecho a aprender magia. (Rowling, 1998)

Esta fábula, una leyenda que proviene del mundo fantástico de Harry Potter, un hacer saber que
causa miedo ya que es una amenaza a un sector de la población que ya de por si sufre de varios
prejuicios (los muggles). Es una amenaza con un fin, el cumplimiento de una demanda hecha en
este caso por quien fungirá en esta analogía como el soberano. Pues es el soberano quien
mediante el miedo somete al pueblo.
Este miedo que genera el soberano nos lleva a Hobbes quien declara que el afecto esencial de la
ley es el miedo. Sin embargo, este miedo no nace de la figura del soberano como tal, sino que
como menciona Derrida respecto de Hobbes:

“Leviatán es el nombre de un animal-máquina para meter miedo o un órganon protético y


estatal, lo que apodo de una protestalidad que funciona con el miedo y reina mediante el
miedo” (Derrida, 2010)

Si bien es cierto que nuestra bestia (que no ha sido mencionada aun) no tiene el mismo propósito
que el Leviatán de Hobbes, pues el propósito del miedo que este ejerce es el cumplimiento de las
leyes con el fin de proteger a los ciudadanos (sin olvidar que en este modelo son los ciudadanos
los que se someten al leviatán por el miedo que les produce ser asesinados en el estado de
naturaleza). No quiere decir que no pueda pensarse en un estado que use el miedo al aparataje
estatal para conseguir un fin, ya que la obra de Rowling tiene muchos paralelismos con los
acontecimientos de la segunda guerra mundial en la Alemania nazi. Para tener en claro como
funcionaria el régimen del miedo que plantea la analogía con Harry Potter es necesario introducir
a este animal-maquina, nuestro Leviatán, el basilisco.

“De las muchas bestias pavorosas y monstruos terribles que vagan por nuestra tierra, no hay
ninguna más sorprendente ni más letal que el basilisco, conocido como el rey de las serpientes.
Esta serpiente, que puede alcanzar un tamaño gigantesco y cuya vida dura varios siglos, nace
de un huevo de gallina empollado por un sapo. Sus métodos de matar son de lo más
extraordinario, pues además de sus colmillos mortalmente venenosos, el basilisco mata con la
mirada, y todos cuantos fijaren su vista en el brillo de sus ojos han de sufrir instantánea muerte.
Las arañas huyen del basilisco, pues es éste su mortal enemigo, y el basilisco huye sólo del
canto del gallo, que para él es mortal” (Rowling, 1998)

Un estado gobernado por un soberano con el control del basilisco sería un gobierno tiránico,
totalitario. Pues, el basilisco cumple la función de abarcar todo el estado, pues, Rowling nos lo
presenta como un monstruo que mata a sus víctimas con la mirada, sin dejar rastro ya que esta se
mueve a través de los muros interiores del castillo. El basilisco se asemeja a una suerte de policía
secreta, que opera bajo las ordenes de un soberano y que aniquila a cualquiera que represente una
amenaza (real o no) para el soberano. El basilisco también resulta ser un animal prostético, pues
su concepción se da de manera artificial poniendo a un sapo a empollar un huevo de gallina. Así
mismo el basilisco no sigue sino las órdenes del soberano, en este caso el antagonista de la obra
lord Voldemort.

“Este modelo teológico de lo político excluye de lo político todo aquello que no es propio del
hombre, tanto dios como la bestia” (Derrida, 2010)

La relación con la divinidad que plantea Derrida en el texto no logra verse de manera tan clara en
esta analogía. Pues aquí la divinidad reposaría en el origen de la leyenda de la cámara de la que
sale el basilisco. Por lo que la divinidad la asociaríamos en la analogía a Salazar slytherin, quien
no es dejado de lado por el antagonista, sino que este parece encarnar dicha divinidad, tal como
diría Schmitt en la teología política (Schmitt.C., 2009) así pues, en un estado gobernado por lord
Voldemort mediante el basilisco, el soberano seria la imagen de la divinidad, por lo que no se
podría desobedecer sus órdenes en nombre de Dios, ni se podría desobedecer como la bestia sin
enfrentar las represalias.

El devenir hombre serpiente

“el auténtico hombre lobo es en efecto aquel que como la bestia y el soberano, se sitúa o se
encuentra situado fuera de la ley, a distancia del régimen normal de la ley del derecho”
(Derrida, 2010)

En la tercera sesión Derrida nos presenta el devenir hombre lobo de la mano de Rousseau. Pues
en las confesiones dice este que era un “auténtico hombre lobo”. Pero ¿qué significa este devenir
hombre lobo? En el texto de Derrida se explica que es el amor por los libros lo que vuelve a
Rousseau un salvaje, su amor incontrolable por los objetos imaginarios que le presenta la lectura
lo lleva a aislarse de la sociedad, a estar fuera de la ley.

Teniendo esto en cuenta podemos dar paso, quizá de manera algo apresurada y siguiendo nuestra
analogía a nuestro hombre serpiente. Este personaje pertenece al manga escrito por masashi
kishimoto (si bien el manga no nos brinda más que una descripción parcial, el texto buscara
apoyarse en distintos artículos que comparan al personaje con otras criaturas mitológicas)
Orochimaru.

Orochimaru es un shinobi obsesionado con el conocimiento y el poder, que vive absolutamente


enfocado en conseguir aprenderlo todo para poder comprender el mundo Esta ambición, le
lleva a repudiar el envejecimiento y la muerte. Por ello, y aunque está prohibido comienza a
experimentar con otros shinobi, trasgrediendo así el tabú de la muerte del shintoísmo y creando
finalmente una técnica por la cual es capaz de traspasar su mente a otro cuerpo. Consigue por
tanto la inmortalidad y asumiendo la característica principal por lo que las serpientes son
ligadas a la inmortalidad en la mitología japones, el cambio de piel. (Neva, 2022)

Orochimaru se nos presenta como un personaje obsesionado con el conocimiento, y es por esta
pasión desmedida que llega a actuar de maneras atroces en la historia a la que pertenece.
Orochimaru es un personaje que se nos presentaría como la viva representación de un hombre
serpiente en nuestra analogía, un hombre que deviene en serpiente al volverse, cruel para
conseguir sus fines, además de aislarse de la sociedad.” Sin embargo, Orochimaru fue
consumido por la curiosidad de sus experimentos con personas y fue expulsado de la aldea
convirtiéndose en un renegado” (Peris, 2018) Tal como Rousseau Orochimaru es excluido de la
sociedad. Sin embargo, Mientras que en el caso de Rousseau este es visto por la sociedad como
un hombre lobo por ser considerado un hereje (abandonar el catolicismo) Orochimaru es
marginado por representar un peligro, pues en su búsqueda de conocimiento hiere, experimenta,
asesina a muchas personas, por lo que es considerado un peligro para los demás, a diferencia de
Rousseau que podríamos considerar que se encuentra en peligro de ser atacado por la sociedad
que lo desprecia.

El príncipe de este serpentario

“El príncipe humano debe conducirse como si fuese una bestia. Maquiavelo no dice que el
príncipe es hombre y bestia a la vez, que posee una naturaleza doble” (Derrida, 2010)

El príncipe que propone Maquiavelo posee una naturaleza quimérica, pues tiene tres
componentes que me gustaría analizar. El primero es el príncipe como tal, que se muestra como
un soberano diplomático que cumple con su palabra, de este no hay mucho que decir pues actúa
según los dos animales que lo componen. El segundo es el zorro, el zorro se encarga del engaño
por medio de su astucia y su inteligencia, por esta última es más cercano al ser humano, la parte
del zorro se encarga de ejercer el poder que tienen las leyes. Mientras que por último la tercera
parte el león es la parte más bestial y violenta, aquella que se encarga de reprimir mediante la
fuerza. Esta composición del príncipe presenta una jerarquía “hombre, zorro, león que va de lo
más humano, de lo más racional e inteligente a lo más animal, incluso a lo más bestial, si no a lo
más bobo” (Derrida, 2010) se nos presenta al príncipe como el que necesita de la astucia del
zorro para engañar y despistar y la fuerza del león para asustar y ahuyentar. ¿a quién se enfrenta
al príncipe? O una mejor pregunta ¿quién es el enemigo del príncipe? Maquiavelo pone como
ejemplo a los lobos, pues el príncipe debe ahuyentarlos, sin embargo el carácter de los enemigos
podría ser el de cualquier bestia, pues, como refiere Derrida a lo dicho por Schmitt “el enemigo
es tratado como una bestia” (Derrida, 2010). Por lo que el enemigo termina siendo el lobo, el que
es externo al estado y representa un peligro para este, por lo que esto último es excusa para
tratarlo de la manera más profundamente cruel mediante el engaño y la represión del príncipe.

Una vez explorado el buen príncipe de Maquiavelo podemos entonces explorar nuestra analogía,
sin embargo, siguiendo el hilo de la analogía de remplazar el papel del lobo en el texto por el de
la serpiente, un buen príncipe será aquel que pueda ahuyentar a la serpiente. Mientras que en el
análisis del príncipe de Maquiavelo va de la parte más bestial a la más humana, el animal que
tiene la fuerza para ahuyentar a la serpiente no es un animal grande y corpulento, pues las
serpientes poseen venenos que pueden acabar rápidamente con el más grande de los animales
presentes en la naturaleza, es fuerte frente a la serpiente quien no sufre los efectos de su veneno,
este no es otro animal que la mangosta, un pequeño mamífero que es inmune a los efectos del
veneno de las serpientes. Por lo que puede enfrentarse de manera feroz con las serpientes. La otra
parte, el animal astuto, que miente no podría ser otro que la propia serpiente, La serpiente es un
animal solitario que no guarda compasión en ocasiones incluso con sus propios semejantes,
como es el caso de una serpiente particular llamada cobra real la cual llega a recurrir al
canibalismo. La serpiente es un animal que en muchas fabulas como el labrador se nos presenta
como capaz de traicionar tal como el zorro. Por lo que un buen príncipe es bajo nuestra analogía
es aquel capaz de ser tan traicionero como la serpiente y tan resistente al veneno como la
mangosta con el fin de ahuyentar a la serpiente.

El lenguaje como soberano

“el animal se caracteriza por la incapacidad de fingir que finge y de borrar sus huellas por lo
que no podría ser sujeto, es decir, sujeto del significante” (Derrida, 2010)

A lo largo del texto pasamos por distintos movimientos que hace Derrida en el texto, se nos
presentaban distintas bestias (el animal-maquina, el hombre lobo, el príncipe) que podíamos
hacer encajar en la analogía con distintas serpientes, literarias o de la naturaleza, sin embargo, en
este apartado dedicado a lo que es propio del hombre en Lacan puede que tenga que recurrir a
animales por fuera del serpentario, pues si bien hay ejemplos de fingimiento, relación con el
significante, crueldad y demás en el mundo de las serpientes en algunos casos, algunos ejemplos
resultaran más claros al ilustrarlos con otros animales.

En la cuarta sesión Derrida se mueve a través de distintos textos de Lacan con el objetivo de
encontrar aquello que es “propio del ser humano”. Sin embargo, esto se torna en una tarea
bastante compleja. Pues parte de decir que la crueldad es lo propio del ser humano y termina
explorando la relación que este tiene con el otro mediante el lenguaje, la representación en los
animales, así como la imposibilidad (según Lacan) de acceder a un registro simbólico, el
fingimiento del fingimiento y borrar la huella. Así como Derrida será preciso desplazarnos a
través de dichas cuestiones.

Para empezar con el apartado acerca de la crueldad podemos retomar la fábula que da inicio a
este texto el labrador y la serpiente, en esta fábula se nos dice que la serpiente es cruel pues ha
traicionado a quien la había salvado, sin embargo, si lo pensamos con cierto detenimiento no
podríamos predicarle a la serpiente el adjetivo de ser cruel, pues la serpiente simplemente actúa
por instinto, mientras que el ser humano al poseer un superyó se encuentra inmerso en la ley y es
libre de acatarla o desobedecerla. Por lo que, si bien puede parecernos malvado de parte de la
serpiente morder al labrador, esto no la hace ni criminal, ni malvada. Además, para Lacan
además de esta “pecabilidad” que solo tiene el ser humano, Lacan también afirma que esta
crueldad, transgresión de la ley, maldad está dirigida hacia el semejante.

“Todas las violencias, y las más crueles, y las más humanas, se han desencadenado contra seres
vivos, bestias u hombres, y hombres en particular, a los que justamente no se les reconocía la
dignidad de semejantes” (Derrida, 2010)

Esto nos presenta un problema, dado que si la crueldad está dirigida exclusivamente hacia un
semejante (el semejante es solamente humano) podemos hacer daño a una gran cantidad de
animales sin ser considerados crueles. Esto se da en muchos ámbitos, ya sea la caza
indiscriminada por pieles, marfil, recreación. (actos crueles llevados a cabo en la época de
Derrida y que aún hoy en día se llevan a cabo masivamente) así mismo, podemos no reconocer a
ciertas personas como semejantes. Debido a esto se llega a hacer apología a muchos discursos de
odio como el racismo, la xenofobia, entre otros.
Esta problemática ética nos lleva hacia una subversión del sujeto en Lacan. Para Lacan el sujeto
es “sujeto del significante” quiere decir, el sujeto se desenvuelve en un mundo de sentido que da
el lenguaje, es decir que lo que el sujeto piensa no es proveniente de sí mismo sino del lenguaje.
Por lo que esta relación del humano con el otro(lenguaje) es exclusiva del ser humano. “El
animal se caracteriza por la incapacidad de fingir que finge y de borrar sus huellas, por lo que
no podría ser “sujeto”, es decir, “sujeto del significante” (Derrida, 2010) ¿Qué finge el ser
humano? Finge en primera instancia como un sujeto cartesiano que afirma que el pensamiento
proviene de sí mismo y no del lenguaje, y finge en segunda instancia como una especie de sujeto
kantiano que afirma que antes de él había un mundo que solo puede ser percibido a través de su
razón.

Si el fingimiento del fingimiento es algo exclusivo del hombre es lo que Derrida va a cuestionar,
pues esto no parece ser exclusivo del ser humano. Lacan afirma que el animal reacciona mientras
que el humano responde. Es decir que el animal es como un autómata que lleva a cabo una
acción específica dependiendo del estímulo que este reciba, mientras que el humano al tener una
relación con el lenguaje decide que hacer frente a una situación, es decir que no tendrá una
respuesta determinada a alguna situación. Esto se debe a que el animal solo tiene registro de las
representaciones, es decir de las impresiones sensibles dadas por el entorno, mientras que el ser
humano tiene un registro simbólico el que permite la construcción de un mundo de sentido a
través del lenguaje.

Pero si es cierto que el animal no posee un registro simbólico, esto implicaría que todos los
animales no serían sino maquinas orgánicas, sometidas a una programación innata que los ataría
a actuar de la misma manera siempre. Sin embargo, en la naturaleza se nos pueden presentar
distintos casos en los que esta línea se desdibuja, aquí es donde dejamos de lado a las serpientes
y damos paso a el cuervo.

“Para romper la dura cáscara, las suelen tirar desde el aire para que se rompa contra el suelo.
Algunas no se rompen por muy alto que suban para estrellarlas, así que la solución que han
encontrado en las concurridas carreteras japonesas consiste en tirar las nueces entre el tráfico
para que algún coche les pase por encima y las rompa.
Este comportamiento de por sí resulta sorprendente, pero hay más: para recuperar la nuez rota
sin riesgo de ser atropellados, dejan las nueces cerca de un paso de peatones y esperan a que la
luz se ponga en verde para poder ir a buscarlas de forma segura. (Pereyra, 2014)

Estos casos particulares podrían indicarnos que animales como el cuervo no están totalmente
sujetos a esta programación innata, sino que tal como los humanos los cuervos construyen
sentido en su entorno y los cambios que este sufre, pues el cuervo no solo recibe el estímulo de
que hay un poste que brilla (el semáforo), sino que este entiende que hay una relación entre los
autos que pasan y la luz de este. Por lo que, si bien no el cuervo no entiende que eso es un
semáforo, que hay una convención social que determina que los autos se detienen con la luz roja
y que reanudan su andar con la luz verde. El cuervo sabe que debe dejar caer la nuez donde hay
un semáforo que está en verde (o podría ser que la deje caer cuando los carros estén transitando)
y recogerla cuando se ponga en rojo. Por lo que podríamos decir que hay animales que tienen
una relación con el lenguaje distinta a la humana.

El animal al tener una relación distinta con el lenguaje despierta una inquietud. ¿el animal puede
fingir que finge? Lo cual es asunto complicado. Por una parte, Lacan reconoce que el animal
tiene acceso al primer fingimiento. Sin embargo, el segundo le resultaría imposible, esto
resultaría muy difícil de comprobar, Derrida busca en la dimensión fenoménica y concluye que
diferenciar un fingimiento de un fingimiento del fingir es una tarea imposible, que Lacan está
siendo dogmático y privilegiando al ser humano frente al animal:

“Pero sin duda hay aquí una motivación disimulada a ese dogmatismo humanista o
antropocéntrico y es el sentimiento sin duda oscuro pero irrecusable de que es muy difícil,
incluso imposible, discernir entre un fingimiento y un fingimiento del fingimiento, entre la
aptitud para el fingimiento y la aptitud para fingir el fingimiento” (Derrida, 2010)

Nos resulta imposible saber quién finge que finge, incluso en los humanos es casi imposible
saber si se finge o si se finge que se finge en distintos ámbitos, en el alarde sexual, por ejemplo,
pues no se puede saber cuándo alguien finge un orgasmo, o si alguien finge que le da pena hablar
en clase, pues nunca sabremos si en realidad le da pena o si no participa por otras causas. Así
mismo con el animal, como un perro que parece fingir no haber hecho nada, tener hambre, ganas
de salir, no podemos estar seguros de que la intención del animal sea fingir o fingir que finge. El
animal que hace cara de yo no fui puede estar fingiendo que no hizo nada o puede estar fingiendo
que finge y pensar que realmente si es culpable de hacer algo (esto suponiendo que el perro tiene
una mente tan parecida a la del ser humano) por lo que no es posible saber cuándo se finge que
se finge.

Al final para cerrar este análisis, el soberano en la sesión dedicada a Lacan termina siendo el
lenguaje, podría pensarse que es soberano en el sentido en que determina al sujeto. Pero no
solamente lo es en ese sentido. Pues la relación con el lenguaje que tiene el ser humano le
permite situarse por encima del animal y someterle de manera violenta, el lenguaje también le
permite al soberano ser violento, pues mediante el discurso se “justifica” que el hombre está por
encima de los animales, así mismo, le permite no reconocer como semejantes a poblaciones que
quiera oprimir o eliminar como por ejemplo el discurso antisemita en la Alemania nazi.

A modo de conclusión

Este análisis de la soberanía y la animalidad pretendía ser un recorrido por los movimientos
hechos por Derrida en su texto por medio de una bestia, en este caso la serpiente. La serpiente
fue cambiando a través de los distintos conceptos de soberano y de bestia, tal como Derrida con
su lobo se cuestionaron distintas concepciones de la soberanía y la animalidad que está ligada a
esta, a diferencia del ejercicio deconstructivo de Derrida que posee un imaginario distinto, el
ejercicio llevado a cabo en este texto se sitúa en un contexto distinto llega a tener una visión del
soberano quizás más brutal que la de Derrida, pues en mi imaginario no solo están los libros
fantásticos, los mangas, animes, películas, documentales de animales que veía con mi familia.
Sino que también está el vivir en un país y en un continente completamente diferente a la Francia
del año 2000. Lo que resulta en ideas si bien muy parecidas a las que tiene Derrida, resulta en
algo más propio de nuestra situación como colombianos.

Bibliografía
Derrida, J. (2010). Seminario la bestia y el soberano. Buenos aires: Manantial.

Esopo. (2000). Fabulas de esopo. San Jose: Educacion y desarrollo contemporaneo S.A.

Neva, B. (2022). Los mitos japoneses en la construcción narrativa del anime Naruto. sevilla: universidad
de sevilla.

Pereyra, J. (14 de marzo de 2014). ciencia de sofa. Obtenido de


https://cienciadesofa.com/2014/03/cuervos-parlantes.html
Peris, A. R. (2018). Referencias mitológicas sintoístas en la serialidad animada japonesa. valencia:
universidad politecnica de valencia.

Rowling, J. (1998). Harry Potter y la camara de los secretos. Barcelona: Emecé editores .

Schmitt.C. (2009). Teologia politica. Madrid: Trotta.

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