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Uno de los riesgos a los que se encuentra expuesta mucha gente es a sufrir un mal

hechizo que pueda perjudicar nuestra salud o nuestros proyectos en la vida.

Lamentablemente, existen personas dedicadas a realizar este tipo de daños; pero


para ello, te mostraremos un ritual bastante efectivo para poder combatir la
brujería con la que te hayan hechizado.

Según los gestores de este ritual, una vez realizado, se podrán eliminar las
ataduras amorosas que no te dejan alejarte de esa persona, así como también
podrás contrarrestar las envidias y maldiciones, haciendo que éstas se vuelvan
contra los que te intentaron dañar.

Para ello, necesitas tener:

 1 kilo de sal gruesa.


 Tres cabezas de ajo.
 Tres velas blancas.
 Una foto o imagen de un ser de luz que aprecies.
 Unas tijeras.

El ritual lo puedes llevar a cabo en cualquier momento del día, tomando un


recipiente con agua en el que verterás toda la sal removiendo de manera constante
hasta que la mezcla quede pareja.

Coloca las tijeras abiertas al fondo del recipiente con agua y sal, mientras que la
fotografía debe ser puesta bajo el recipiente; para luego colocar las velas y los ajos
alrededor de ellos. Durante todo un día, deberás dejar todo tal como está y evitar
que alguien lo toque o lo modifique.

Luego de este tiempo de espera, enciende las velas y reza por siete veces
consecutivas al ser de luz que te ha inspirado. Terminado todo esto, mientras se
siguen consumiendo las velas, coge un pequeño envase y llénalo de agua para
posteriormente ir regando algunas gotas del líquido por todos lados, poniendo
énfasis en el ingreso de la casa.

También puedes rociar esta agua sobre los seres queridos que viven contigo para
protegerlos igual que a ti, y evitar que la maldad o algún nuevo hechizo pueda
tocarlos.

Finalmente, al haber terminado puedes llevar a cabo una limpieza de aura para
complementar este sencillo ritual.
CÓMO ROMPER O ANULAR UNA MALDICIÓN

2º Crónicas
30:7 No seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos,
Que se rebelaron contra Jehová el Dios de sus padres,
Y él los entregó a desolación, como vosotros veis.
30:8 No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres;
Someteos a Jehová, y venid a su santuario,
El cual él ha santificado para siempre; y servid a Jehová vuestro Dios,
Y el ardor de su ira se apartará de vosotros.

Para romper la maldición de una vida, se necesita alguien que conozca y sepa de
asuntos espirituales. No cualquiera puede romper una maldición, se debe buscar
ayuda de alguien entendido y con autoridad espiritual para hacer frente a los
demonios, para que asesore en qué y cómo hacerlo. Asimismo la propia persona
deberá prepararse y fortalecerse espiritualmente para la batalla por su liberación y
de su familia (Hechos 16:31).

En pocas palabras: romper o anular una maldición tiene que ver con sacar los
demonios y cerrar las puertas atrás, para que no vuelvan a entrar.

-En este proceso hay que pedir perdón a Dios (con genuino corazón
arrepentido) por los pecados cometidos de uno mismo y de la familia, estén vivos o
muertos.
- No volver a pecar para que no suceda algo peor.
- Perdonar quienes nos hicieron daño y pedir perdón para ellos. Esto es más difícil
pero no imposible, hay que hacerlo. (San Mateo 6:15)
- Clamar por la liberación de las personas relacionadas.
- Probablemente habrá guerra espiritual, batallas con varios demonios que no
desean soltar la familia.
- Hay que fortalecerse en el Poder del Espíritu Santo, llenarse de su presencia y
dejarlo fluir.
- Seguir fielmente a Dios, sin desviarse a diestra ni a siniestra.

No existe maldición que no se pueda cortar o romper, pues quien da la última


palabra es Dios y no hay nada mayor ni más fuerte que el Poder y la Soberanía de
Dios. Toda persona (cuál sea su espiritualidad y credo), puede y debe recurrir al
Poder de Dios para ser libre. Cuánto más cercanos somos a Dios, más lejos estarán
las maldiciones (esto es, los demonios) de nuestra vida.
Lo más indicado es buscar la ayuda de las autoridades espirituales (apóstoles,
evangelistas, profetas, pastores, maestros) para asesoramiento y ministración, y
contar con la oración intercesora del cuerpo de guerreros cristianos. Dios, con su
Infinito Amor y Poder, puede hacer libre de maldiciones a una persona en un
instante, con un sólo milagro, pero eso depende de cada caso y de su Divina
Voluntad. También es muy posible que alguien reciba revelación directamente del
Espíritu Santo, asimismo deberá recurrir al apoyo espiritual de la iglesia para
resolver el caso. Las batallas solitarias de gran magnitud no existen, nadie será
súper-héroe-cristiano, todos necesitamos apoyo y respaldo de la oración de
nuestros hermanos.

PRIMEROS PASOS PARA LIBERACIÓN DE MALDICIÓN

Santiago 4:7
Someteos, pues, a Dios;
Resistid al diablo,
Y huirá de vosotros.

Todo efecto tiene una causa y ya sabemos que toda maldición tiene una causa
(Proverbios 26:2). Lo primero que hay que hacer es identificar y definir el
problema, esto se logra examinando detalladamente los efectos y las
consecuencias, todo lo visible y todo lo palpable pero con el discernimiento
espiritual muy aguzado, bien despierto para no caer en engaños de los demonios.

Estas son apenas algunas de las tantas preguntas que se pueden hacer (el ministro
o a uno mismo) para definir una situación y tener por dónde comenzar:
- ¿qué está sucediendo con la persona?
- ¿qué síntomas presenta?
- ¿qué circunstancias acostumbran repetirse?
- ¿qué carácter y características tienen los demonios que se manifiestan?
- ¿qué otras personas están involucradas?
- ¿existen elementos, lugares, situaciones relacionados?
- ¿la persona sueña o recuerda algo especialmente?

A partir de aquí ya habrá varios puntos concretos para comenzar a identificar las
causas. Según los síntomas y los demonios que se están tratando, se hará un
examen emocional y una investigación de la vida de esa persona para tratar de
identificar dónde y cuándo se abrieron las puertas del alma.
Difícilmente se hará un diagnóstico breve y fácil, a menos que ocurra una liberación
tipo milagro, instantáneo... el proceso de descubrir los detalles, identificar los
demonios y romper todas las cadenas puede llevar días y hasta meses pues los
demonios de maldiciones actúan desde lo más profundo del alma y están en su
mayoría escondidos o disfrazados, de tal forma que muchas veces ni la propia
persona es capaz de identificarlos ni saber que están allí dentro suyo.

Todo el proceso de la consejería y ministración de la persona que desea ser libre de


las maldiciones debe estar respaldado todo el tiempo de la comunión y la
revelación del Espíritu Santo, esto significa que un trabajo espiritual jamás se
puede hacer basado en la carnalidad, ni en el mundo físico, ni en la psicología, ni
estudios solamente, el Espíritu Santo es quien hará la obra y dará las indicaciones,
nosotros los ministros sólo somos sus colaboradores, intermediarios e intérpretes.
Los ministros deben poner todo su conocimiento y preparación espiritual a los
servicios del Espíritu Santo, para que él haga la obra como corresponde. Asimismo
cada persona que desea alcanzar esta libertad y victoria en Dios, también debe
colaborar con sus instrucciones y ser fieles al mandamiento. A Dios sea la Gloria.
Amén.

Génesis 17:7
Y estableceré mi pacto entre mí y ti,
Y tu descendencia después de ti en sus generaciones,
Por pacto perpetuo, para ser tu Dios,
Y el de tu descendencia después de ti.

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