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Comentario al Diatessaron.

Textos español con notas 1

Nº de archivo: 413, capítulo I


Comentario al Diatessaron. Texto español con notas del cap. I.

[CAPITULO I]

Reflexiones sobre el misterio de la Encarnación


1. [Arm. ¿Por qué el Señor se revistió de carne? Para que la carne
misma pudiera gustar la victoria, y para que los que tienen
discernimiento1 pudieran conocer los dones de Dios. Si Dios hubiese
vencido sin la carne, ¿qué alabanza se le tributaría por ello?2

Además, el Señor quiso mostrar que al principio no había tenido


envidia alguna de que el hombre pudiese venir a ser Dios3. Porque el
hombre en el que el Señor se ha humillado es más grande que aquél en
que habitaba cuando Adán era grande y glorioso4. Y por eso dice (la
Escritura): yo he dicho: seréis dioses5.

Vino, pues, el Verbo y se revistió de la carne, para que lo


inaprensible pudiera ser aprehendido por medio de lo aprehensible, y
para que, gracias a lo inaprensible, la carne pudiera alzarse contra los que
la tenían presa6.

1
“Los que tienen discernimiento”. Leloir Arm.: “intelligentes (homines)”. El término
siríaco podría ser pÅrøfiæ.
2
Cf. Harris, Fragments, 24-25.
3
“Al principio”. Se refiere claramente al episodio de la tentación y la caída de Gn 3. Cf.
Gn 3, 5. Para un pensamiento análogo, cf. Virg. XLVIII, 15-18.
4
Esto es, “el segundo Adán” es superior al primero. Cf. 1 Co 15, 45-49. “Cuando Adán
era grande y glorioso”, es decir, antes del pecado.
5
Sal 82, 6.
6
Todo el párrafo está construido sobre un juego de palabras. “Lo inaprehensible” es la
divinidad, y “lo aprehensible”, el hombre. La idea es que, gracias a la Encarnación del
Verbo, la carne ha podido “prender” a Dios, y así liberarse de los que a ella “la tenían
presa”, es decir, de los demonios. Hay además una double entente, pues “aprehender”

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Convenía que Nuestro Señor fuese el puerto de todos los bienes,


en el que se reúnen los hombres; el término de todos los símbolos, que
corren hacia él de todas partes; y el tesoro de todas las imágenes7, para
que todos los hombres puedan elevarse como con alas, y hallar sólo en él
su reposo en la paz.

Mira la sabiduría de Dios: el hombre caído es levantado por el


hombre. El cuerpo de Adán era anterior a sus malas pasiones. Como eran
una especie de suplemento de enfermedad en una naturaleza sana, el
Señor no las ha asumido. El ha revestido sana la naturaleza que había
perdido la salud, para devolverle su salud primera.

Nosotros habíamos sido grave y cruelmente heridos. Pero


enseguida nos han vivificado los remedios de nuestro Bienhechor . El
hombre estaba atado por lazos injustos, y sus llagas eran inmerecidas. El
no había pecado contra Satán, que le golpeaba, igual que tampoco le
había dado nada por adelantado al Bienhechor que le curó.

Sansón, con una quijada de asno, había matado a muchos


hombres8; la serpiente, por medio de Eva9, había matado a todo el género
humano. Nuestro Señor tomó las mismas armas de que se había servido
el Adversario para vencer al mundo y provocar su condenación; bajó al
combate, y con la carne que había recibido de una mujer, venció al
mundo. Una vez vencido, el Adversario fue condenado.

tiene tanto el significado de “alcanzar (con el conocimiento)”, “comprender”, como el de


“prender”, “apresar”, “capturar”.
7
La idea de que los símbolos del AT y de la naturaleza conducen a Cristo y reposan en
él es un pensamiento muy querido de Efrén, cf., por ejemplo, Virg. , y también SdeDN.
Sobre la tipología en S. Efrén, cf. P. Yousif,. “Symbolisme christologique dans la Bible et
dans la nature chez saint Éphrem de Nisibe”, Parole de L'Orient 8 (1977/8), 5-66; T. Bou-
Mansour, La pensée symbolique de Saint Éphrem le Syrien, Kaslik, Líbano, 1988.
8
Jc 15, 15-16.
9
La apelación de S. Efrén a este episodio de la vida de Sansón, para que sea expresiva,
exige caer en la cuenta que Eva es “la costilla” de Adán.

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Oculta y silenciosa en un principio, la Iglesia fue anunciada por


medio de símbolos; una vez manifestada al fin, ella se ha puesto a
interpretar los símbolos, que antes la interpretaban a ella, y que ahora se
han quedado en silencio.

El Prólogo de S. Juan10
2. En el comienzo era el Verbo11. Igual que la palabra está con aquél
que la dice, así el Verbo es el compañero de Aquél que le engendra en
todas sus obras, tanto si están dentro de Él como fuera de El.]12 Sir. (f. 1
r.) Pues también la palabra existe [***]13 antes de que sea pronunciada.
Mira a Zacarías, que habló por escrito, sin necesidad de labios14. (El Señor
es llamado Verbo) también porque por Él se han revelado las cosas
ocultas, igual que por la palabra se dan a conocer los secretos del corazón.
Así lo atestigua Pablo: El misterio de Dios es Cristo, en quien se han revelado
todos los secretos de la sabiduría y de la ciencia15.

La palabra no puede pronunciarse si no es con una forma, porque


la naturaleza de la palabra consiste en ser engendrada. Y por eso declaró
de sí mismo que Él no era el Ser subsistente16, sino que era engendrado;
que no era Padre, sino Hijo. Dice, en efecto: A Dios, a quien nadie ha visto
jamás. El Hijo Único, que proviene del seno del Padre, lo ha mostrado17. Y

10
E. Beck, “Der syrische Diatessaronkommentar zu Jo. 1, 1-5.” Orines Christianus 67
(1983), 1-31, ha estudiado con detalle esta parte del Comentario, y encuentra diferencias
con los pensamientos de las obras auténticas de S. Efrén, lo que suscita en él dudas
acerca de la posibilidad de atribuir el Comentario a S. Efrén, por lo menos en la forma en
que lo tenemos hoy.
11
Jn 1, 1.
12
Aquí comienza el texto siríaco.
13
Hay una pequeña laguna en el MS, ilegible en este punto.
14
Cf. Lc 1, 63.
15
Esta referencia a S. Pablo es una combinación de distintas expresiones paulinas,
tomadas de Col 1, 26-27; 2, 2-3.
16
“El ser subsistente”, literalmente ƒitya; el término se emplea para designar la
divinidad, y es de origen gnóstico. Sobre este término, cf. Beck, Theologie, 7-13; Reden,
1-4.
17
Jn 1, 18.

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también: yo he salido del Padre, he venido18. Si afirmas, pues, que aquello


que es (como subsistente) no puede ser engendrado, acusas de falsedad a
la Escritura, que dice: (En el principio) era19; y dice también que fue
engendrado de su seno20.

3 . En el principio era el Verbo21. No entiendas el término “Verbo”


como si se refiriera a una simple palabra, ni lo rebajes a ser sólo un
sonido. El sonido no existía en el principio, porque antes de fuese
pronunciado no era, ni es tampoco después de haber sido pronunciado22.
No era, por tanto, un mero sonido Aquél que era la semejanza de su
Padre. Ni era la voz del Padre, sino su imagen. Si un hijo tuyo,
engendrado por ti, se parece a ti, ¿acaso Dios iba a engendrar sólo una
voz, y no a Dios? Igual que el hijo de Isabel, que fue llamado “voz”, era
un hombre23, así también Dios fue llamado “Verbo”, pero era Dios. Y si
dices que es al revés, que es a la palabra a la que se le ha dado el nombre
de hijo sábete que también Juan, que fue llamado “voz”, era una
persona24; así también Dios, que es llamado “Verbo”, y “Dios Verbo”25,

18
Jn 16, 28.
19
Jn 1, 1.
20
Cf. Jn 1, 18. El pasaje responde a dificultades de los arrianos.
21
Jn 1, 1.
22
Efrén alude a la primera palabra pronunciada por Dios, según la Escritura, que es la
de la creación. Si el Verbo fuese sólo el sonido de esa palabra, no habría existido antes, y
habría cesado de existir después. El tema de si el Verbo comenzó a existir en el momento
de la creación, o existía ya antes, es un tema muy vivo en la reflexión teológica del siglo
II, y vendría luego a ser central en la controversia arriana.
23
Se refiere a Juan Bautista, a quién los evangelistas llamaron “voz”, aplicándole el
pasaje de Is 40, 3, que habla de la “voz” que clama en el desierto. Cf. Mc 1, 3 p.
24
“Era una persona”, ƒ^taw(hy) ba-qnøma. El término qnømå vino, con el tiempo, y a
partir de las controversias teológicas de los siglos IV y V, a ser usado en siríaco como
equivalente del término griego “hypostasis”. Sin embargo, en la lengua de Efrén no
tiene aún ese significado técnico. Más bien significa “ser propio”, “subistente” [verificar
y dar biografía, o citar otros pasajes de San Efrén]. Aquí, por tanto, habría que traducir
“existía como un ser propio”. “tenía una subsistencia propia”. Pero eso equivale a decir
que “era una persona”, y no sólo una voz. Si esta interpretación es correcta, tendríamos
aquí un pasaje en que el uso del término en S. Efrén se aproxima y da pie al uso de la
teología siríaca posterior. Lo mismo puede decirse del uso de qnømå en los apartados
siguientes.

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es Dios. Y si piensas que el Hijo es sólo el pensamiento del Padre, ¿acaso


es que el Padre piensa sólo una vez? Pero si tienes muchos pensamientos,
¿dónde queda lo de “Único”?26 Y si es un pensamiento, que permanece
en el interior, ¿como es que está “a la diestra”?27

4. En el principio era el Verbo28. El Verbo, pues, [no] es esa palabra


que está sometida a tener un principio29. Aquella, en efecto, como hay un
tiempo en el cual no [está] / (f. 1 v.) quien la pronuncia, hay un tiempo
en el que tampoco ella existe. En cambio, con el Verbo verdadero no
sucede que en un tiempo existe y en otro no existe, o que en un tiempo no
existe y luego en otro empieza a existir sino que existe siempre, desde la
eternidad, porque también quien la pronuncia existe en todo tiempo y
siempre. La palabra que uno pronuncia se parece a quien la pronuncia. Y
por eso dijo: En el principio era el Verbo30, para mostrar que su revelación31
era superior a todo principio y a todo límite temporal.

25
La denominación “Dios Verbo”, o “Dios el Verbo” (melltå ƒallÅhå), fue una
denominación común en la teología cristiana de lengua siríaca [verificar en Payne
Smith, pero me parece muy común].
26
San Efrén alude de nuevo a la expresión yi™^då, de Jn 1,18.
27
El tema de Cristo exaltado “a la diestra” de Dios es un tema central de la predicación
apostólica, que expresaba así la resurrección y la ascensión de Cristo, su triunfo sobre el
pecado y la muerte, frecuentemente, sirviéndose también para ello del Sal 110, 1: “Dijo el
Señor a mi Señor: siéntate a mi diestra”. Cf., por ejemplo, Hch 2, 33-35; 7, 55-56; Mt 22,
44p.; 26, 64p.; etc. El razonamiento de San Efrén es simple: si Cristo está “a la diestra” de
Dios, no puede ser sólo el pensamiento de Dios.
28
Jn 1,1.
29
Leloir, en su traducción de SC, interpreta esta frase en el sentido de que el Verbo no
es la palabra pronunciada en el comienzo (de la creación): “Le Verbe dont il s'agit ici
n'est pas la pensée qui fut dite au commencement, mais celle qui est au-dessus du
commencement”. Esta interpretación le obliga a forzar la traducción de la frase
siguiente, pues es evidente que San Efrén no podía decir que hubo un tiempo en que no
existía aquel que pronunció la palabra al principio de la creación. Así traduce: “Il y a eu
un temps où n'existait pas la parole dite au commencement.” El texto de San Efrén no
contrapone la palabra pronunciada por Dios en la creación y el Verbo, sino la palabra
humana, que está sometida a la ley del comienzo y el fín, y el verbo de Dios. Todo el n. 4
está dirigido a los arrianos. Tras las palabras de San Efrén se oye el eco de la famosa
expresión de Arrio: “Hubo un tiempo en que (el Verbo) no era”. Cf. --------------
30
Jn 1,1.
31
”Su revelación”, la del Verbo, gelyÅnah. El sufijo femenino sólo puede referirse a
melltå, que en siríaco es femenino.

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5. Dijo que estaba junto a Dios32. y no “en” Dios, y en la expresión


junto a Dios nos indicó claramente que, de la misma manera que existía
Aquél que “era”, así también el Verbo era junto a Dios. En el principio era el
Verbo33. Con esto nos dio a conocer dos cosas, a saber, su naturaleza y su
generación. Y para no dejar el término “Verbo”, sin explicación, dijo que
el Verbo estaba junto a Dios34. También aquí proclama dos cosas acerca del
Verbo, a saber, una, que no es como la palabra humana, pues él estaba
junto a Dios35, y la otra, su esencia divina. Y el Verbo era Dios36. Enseña tres
cosas: la divinidad, la hipóstasis y la generación.

Éste estaba en el principio junto a Dios37. El evangelista emplea sus


expresiones cuidadosamente para que no se pensara que su predicación
hablaba de una sola persona. Éste estaba en el principio junto a Dios38.
Habla, pues, en primer lugar, de su generación; en segundo lugar, dice
que esta junto a Él; en tercer lugar, que era Dios; y en cuarto lugar, que
estaba junto a Él siempre.

6. Todo ha sido hecho por Él39, porque por medio de Él fueron


creadas las obras de la creación, según aquello del Apóstol: Por Él hizo los
mundos40, Y sin Él no hizo nada41: Es lo mismo que: Cuanto existe, existe en
Él, y Él es la vida, y esta vida era la luz de los hombres42, porque con su

32
Jn 1,1.
33
Jn 1,1.
34
Jn 1,1. Aquí melltå (=Verbo) está acompañado de un pronombre masculino (h¤).
35
El texto siríaco dice sólo “junto a él”.
36
Jn 1, 1.
37
Jn 1, 2.
38
Jn 1, 2.
39
Jn 1, 3.
40
Hb 1, 2.
41
Jn 1, 3.
42
Jn 1, 3-4. Esta me parece la traducción que corresponde mejor al texto del MS, y a su
puntuación. Leloir traduce: “Et illa res quae facta est per eum, et illa vita est, et illa vita
est lux hominum”. Verificar la tradición textual.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 7

aparición se ha desvanecido el error que había antes. Y la luz brillaba en las


tinieblas, y las tinieblas no se apropiaron de ella43, como aquello de que vino a
los suyos y los suyos no le recibieron44.

7. Y la luz brillaba en las tinieblas45. Mira qué son estas tinieblas / (f.
2 r.) que se oponen a la luz de los hombres, y entiende cómo ya desde
antes brillaba en ellas. No has de pasar por alto que dijo: “brillaba”. Y del
hecho de que no dijo “brilla en las tinieblas”, has de entender que llamó
“tinieblas” al tiempo que precedió a su manifestación divina46, dando a
entender que (el Verbo) brillaba en él. De estas tinieblas, en efecto,
podemos también oír lo que dice el Evangelio, repitiendo cosas que ya
habían sido dichas por los profetas: ¡Tierra de Zabulón y de Neftalí, camino
del mar, allende el río Jordán, Galilea de los gentiles! El pueblo postrado en
tinieblas vio una luz47. Y estas tinieblas que menciona que había en ellos, es
porque eran tribus dispersas, que habitaban a orillas del mar, y estaban
lejos de la disciplina y la enseñanza de la Ley. Por eso los llama: el pueblo
postrado en tinieblas. A éstas es a las que se refiere el evangelista cuando
dice que de esta luz, es decir, la enseñanza de su sabiduría, las tinieblas que
había antes, es decir, el error, no se apropiaron de ella48. Comenzó, pues, a
proclamar el comienzo de la economía del Verbo encarnado49. Y comenzó
diciendo que Aquél de quien las tinieblas no se apropiaron vivió en los días

43
Jn 1, 5. “no se apropiaron de ella”, la ƒadrkeh. Podría traducirse tanto por “no la
vencieron”, “mo pudieron con ella”, como dar al texto el sentido de “no la
aprehendieron”, “no la comprendieron”. La versión armenia dice “no la vencieron”, y el
Diat. persa “Y la oscuridad no extinguió la luz”. Para la combinación de esta cita con la
que sigue inmediatamente, cf. Afraat 21, 20-24. 3/8.24-42. (verificar y homologar el
modo de citar), donde también Jn 1, 5 se explica con Jn 1, 11.
44
Jn 1, 11.
45
Jn 1, 5.
46
“Su manifestación divina”, La Encarnación del Verbo. Tal vez en esta insistencia de
que “ya antes” de la Encarnación, el Verbo “brillaba” en las tinieblas hay una intención
antimarcionita.
47
Mt 4, 15-16; Is 8, 23; 9, 1.
48
Jn 1, 5.
49
Literalmente, el texto siríaco dice: “de su economía por medio del cuerpo”.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 8

de Herodes, rey de Judea50.

8. Y después de que terminó el relato acerca del Verbo, mostrando


en qué forma, y hasta dónde, y por qué se rebajó, dice en otro lugar: El
Verbo se hizo carne, y habitó en nosotros51. Por tanto, todo lo que vas a oír
después del fin del pasaje que trata del Verbo, no debes entenderlo como
referido estrictamente al Verbo, sino al Verbo que se vistió de carne. Es
decir, que los pasajes tienen mezcladas las dos perspectivas. Todos son
divinos, en efecto, y a la vez humanos, excepto aquel que es el primero y
el principio de todos ellos52.

Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista


9. Hubo, en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote, de nombre
Zacarías. Y su mujer (era) Isabel53. / (f. 2 v.) Y aquello de que eran
irreprochables en toda su conducta54, (está escrito) para que no digan que no
tenían hijos por causa de algún pecado, sino que permanecieron sin hijos
en función del prodigio. Será para tí un gozo55, no el hecho de dar a luz,
sino el dar a luz a semejante hijo. Pues no hay nadie mayor que Juan entre los
nacidos de mujer56. Y no beberá vino, ni licor fermentado57, igual que los

50
Cita combinada de Jn 1, 5 y Lc 1, 5. En la versión armenia, las dos citas están
separadas, de modo que la edición de Leloir hace que el § 7 termine en el texto armenio
con la cita de Jn 1, 5, y el § 8 comience con Lc 1, 5.
51
Jn 1, 14. Sobre el verbo que usa aquí el texto, y que hemos traducido por “habitar”,
ƒaggen, cf. S. P. Brock, “The Lost Old Syriac at Luke 1, 35 and the Earliest Syriac Term for
the Incarnation”, en W. L. Petersen (ed.), Gospel Traditions in the Second Century, Notre
Dame, Indiana: University of Notre Dame Press, 1989, 117-131.
52
El pasaje a que se refiere es el Prólogo de San Juan, que es el único de los evangelios
que habla del Verbo independientemente de la Encarnación, en los primeros versículos.
En el resto de los evangelios, se habla del Verbo encarnado, a la vez Dios y hombre.
53
Lc 1, 5.
54
Lc 1, 6.
55
Lc 1, 14.
56
Mt 11, 11; Lc 7, 28.
57
Lc 1, 15.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 9

nazireos, hijos de la promesa58, para indicar que era de la misma familia


(que ellos).59

10. Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo60, porque el Espíritu
estaba en el niño, y también en el anciano61. E irás delante del Señor62,
ocupando el lugar de los profetas, heraldos de su fama. Para dar el
conocimiento de la vida perfecta63, es decir, para que pudieran distinguir
los símbolos transitorios de la verdad que no pasa. Pues la gracia –dice–
(nos vino) por medio de Jesus.64 Y (sigue): para prepararle el camino.65 ¿Que
camino? Aquel por el que iba a destruir el pecado, y anular la
maldición66, y dar el conocimiento de Dios, y la promesa de la
resurrección, y el Reino de los cielos. A este camino se refería cuando
dijo: Preparad67. Es decir, “no dejéis en él nada que sea opuesto a él.
Preparad vuestros oídos y disponed vuestros corazones”.

Juan, el heraldo del Señor de la mano derecha68, fue anunciando a

58
“Hijos de la promesa”, es decir, llamados a heredar la promesa, herederos de la
promesa. La expresión “hijos de la promesa” podría también traducirse como “los
consagrados”, “los que han hecho una promesa.”.
59
”De la familia”, baytÅya. Probablemente quiere decir que era de la misma familia que
los nazireos, o, mejor aún, heredero de la promesa igual que ellos.
60
Lc 1, 76.
61
“El anciano”, se refiere a Zacarías. Lc 1, 7 dice que tanto Zacarías como Isabel eran
“entrados en años”, y Lc 1, 18 llama explícitamente a Zacarías “anciano” (sÅbå),
usando el mismo término que aquí usa San Efrén. Lc 1, 15 que “el niño se llenará del
Espíritu Santo desde el seno de su madre”; y Lc 1, 67 que Zacarías “se llenó del Espíritu
Santo”, al nacimiento del niño, cuando proclamó el “Benedictus”.
62
Lc 1, 76.
63
Cf. Lc 1, 77. La versión española litúrgica del Benedictus, que es la más familiar, dice:
“para anunciar la salvación a su pueblo”, pero el texto griego dice literalmente: “para
dar el conocimiento de la salvación a su pueblo”. La Pfi^†tå, en cambio, dice : “para dar el
conocimiento de la vida (madd≈å d-hayyæ)”. El adjetivo “perfecta” podría ser una
adición de San Efrén, o hallarse ya en el texto del Diatessaron.
64
Jn 1, 17.
65
Lc 1, 76. Cf. Mc 1, 2-3.
66
“Anular la maldición”. que fue consecuencia del pecado, cf. Gn 3, 14-19.
67
Mc 1, 3.
68
“El Señor de la mano derecha”. Es una expresión idiomática que alude al Sal 110, 1:
“Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha”. El texto de este salmo fue ya usado por

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 10

la derecha del altar69. Y fue anunciado durante el servicio divino70, para


mostrar que Juan ponía fin a aquel culto primero. Y Zacarías se quedó
mudo dentro del santuario71, para mostrar que ya se iban a quedar
silenciosos los símbolos del santuario, porque venía el que daba
cumplimiento a los símbolos72. Y como Zacarías no creyó que la
esterilidad de su mujer iba a ser desatada, fue atado en su palabra73.

11. Zacarías fue hasta donde estaba el ángel, para que se viera que
su hijo era menor que el ángel74. En cambio, el ángel vino hasta María,
para que se supiera que el hijo de María era el Señor del ángel75. Y el
ángel vino hasta el Templo, para que no tengan pretexto los que andan
siempre buscando pretextos para hablar de un Dios extraño76. El ángel no

la predicación cristiana primitiva para aplicarlo a la exaltación de Cristo, cf. Hch 2, 34-
35, y también por el mismo Cristo en sus disputas con los judios, cf. Mc 12, 35-37 p. El
Texto de San Efrén puede referirse, por tanto, simplemente al hecho de que Jesús,
exaltado, está sentado a la diestra de Dios. Pero cabe también otra posibilidad. La
literatura siríaca, inspirándose en la parábola del Juicio final de Mt 25, 31-46, llama a los
justos “hijos de la derecha”, y a los condenados, o a los impíos, los hijos de la izquierda”,
es decir, los llamados a heredar la izquierda o la derecha de Dios. En este contexto, la
expresión “Señor de la derecha”, puede referirse a Cristo en cuanto que distribuye los
puestos a la derecha o a la izquierda, esto es, como el Juez en el juicio final. En realidad
estas dos interpretaciones no son incompatibles, ya que las dos presentan a Cristo
compartiendo el poder y la gloria de Dios, y ejerciendo el oficio divino de juzgar a los
hombres.
69
Cf. Lc 1, 11.
70
Cf. Lc 1, 8-10.
71
Cf. Lc 1, 20.
72
De nuevo aparece el motivo de Cristo cumpliendo y dando plenitud a los símbolos
del AT, cf. supra, nota 7.
73
“Desatada”, es decir, en este contexto, curada. Pero hemos preferido respetar la
imagen, para poner de relieve el juego de palabras.
74
En el evangelio no se dice explícitamente que Zacarías fue a donde estaba el angel;
pero sí que el ángel “estaba a la derecha del altar”, en el santuario, y que Zacarías entró
en el santuario, cf. Lc 1, 9-11.
75
Cf. Lc 1, 26-28.
76
“De un Dios Extraño”, n¤krÅy¤tå, literalmente, “de la extrañeza”. Es una alusión a la
doctrina gnóstica de Marción, que distinguía entre “el Hacedor”, ≈Åbødå, que era el Dios
de la Creación y del Antiguo Testamento, inferior en poder y en dignidad, caracterizado
por la justicia, y un Dios bueno, “extraño”, es decir, absolutamente trascendente y
desconocido, a quien sólo conoce el Hijo, y aquellos a quienes el Hijo se lo quiere
revelar. El Hijo ha venido al mundo para predicar la misericordia y el amor de su Padre,
y para apartar a los hombres del Dios justiciero del AT. Efrén reacciona
apasionadamente contra esta enseñanza, que falsea el cristianismo, sobre todo en los
himnos CH. En el Comm. Diat., además de este pasaje, cf. infra, XI,23; XIII,11; XIV,9; XV,6.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 11

vino a Isabel, porque Zacarías es el padre de Juan. Pero Gabriel no vino a


José, porque sólo María es la madre del Primogénito. No vino / (f. 3 r.)
Gabriel a Isabel, porque Isabel tenía marido. Vino, en cambio, a María,
para ocupar, por medio de su nombre de Gabriel, el lugar de un símbolo
del marido77.

Dios ha escuchado la voz de tu súplica78. Si Zacarías tenía la certeza de


que iba a suceder (lo que pedía), entonces había pedido bien; pero si no
creía que pudiera suceder, entonces había suplicado mal. Estaba a punto
de suceder, y dudó, (pensando) que no sucedería. Y por eso, con razón,
cuando ya estaba a punto de suceder lo que había pedido, se alejó de él la
palabra. Primero había pedido esto; pero cuando ya su petición estaba
siendo escuchada, cambió y dijo: ¿Cómo puede ser esto?79

12. Ya que la boca dudó de su oración, fue privada del uso de su


palabra80. (Ésta, la palabra,) sirvió a sus (dos) voluntades (divididas)81. Es
decir, Zacarías, mientras el suceso estaba lejos, pedía; pero cuando estaba
ya tan cerca como para serle anunciado, no creyó. Y por eso, mientras
creyó, hablaba; y cuando no creyó, se quedó mudo. Creyó y habló. Dice
(la Escritura): Creí, y por eso hablé82. Como despreció la palabra (que le era

En este pasaje, el argumento de San Efrén contra Marción es que el ángel Gabriel, que
anuncia el nacimiento del percusor y el de Cristo, no tiene reparo en venir al Templo, lo
que indica que el Dios del Antiguo Testamento y el del Nuevo son el mismo y único
Dios.
77
El nombre de Gabriel significa, en hebreo, “Dios es mi héroe”, pero Efrén juega
aquí con el nombre de Gabriel y el término gabrå en siríaco, que significa “marido”.
78
Lc 1, 13. La forma de esta cita se aproxima más a la de la versión Syr. Sin., o a la del
TM del Sal 66,19, que a la del texto griego o la Pfi^†tå de Lc 1, 13, que tienen una forma
pasiva: “Tu oración ha sido escuchada”.
79
Lc 1, 18.
80
El término siríaco que hemos traducido en un caso por “dudó” , y en otro por “fue
privada”, es el mismo, ƒetpleg, que tiene los dos sentidos de “ser dividido, separado de”,
y “estar dividido, dudar”.
81
El texto siríaco dice claramente “sus voluntades” (en plural). Como el sujeto del verbo
“sirvió” ha de ser femenino y ha de referirse, por tanto, a la palabra, lo razonable es
pensar que seguimos aquí bajo la influencia del verbo ƒetpleg, “estar dividido”, “dudar”.
La palabra sirve a la voluntad creyente cuando pide, y a la voluntad que dudaba cuando
calló y guardó silencio.
82
Sal 116, 10; 2 Co 4, 13.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 12

anunciada), la palabra le hizo sufrir, para que honrase con su silencio la


palabra que había despreciado. En efecto, convenía que la boca que había
dicho: ¿Cómo puede ser esto?83, se quedase muda, para que aprendiera que
algo así podía suceder. Y la lengua que estaba suelta fue atada, para que
aprendiera que también un seno que estaba atado y era estéril podía ser
desatado y volver a ser fecundo. Así supo que Aquél que ata la boca
puede también desatar y librar de la esterilidad al seno.

13. La experiencia, pues, instruyó a aquel que no quería dejarse


enseñar por la fe. Quiso hablar y experimentó que no podía, y así
aprendió que Aquel que puede cerrar una boca abierta, puede también
abrir un seno que está cerrado. Por el hecho mismo de que se quedó
mudo justamente, pudo saber lo injustamente que había hablado. ¿Por
qué manda la ley lo de ojo por ojo84, sino para que el malo aprenda por la
pérdida de su ojo lo hermosa que era la obra que ha destruido? Así
también Zacarías pecó con la palabra, y fue castigado en la palabra, para
que gustara, por la retribución que le correspondía a su deuda, cual era el
saldo de su deuda85. Se quedó / (f. 3 v.) sin palabra, porque pensó que
no podía suceder la palabra que le había sido dicha. Por el hecho de que
perdió el uso de la palabra, aprendió lo mal que había obrado al
considerar sin efecto la palabra de la promesa. La palabra de Zacarías
menospreció la palabra del ángel; pero fue también su palabra la que
recibió el castigo de parte del ángel. Aunque es verdad que todos los
miembros sufren cuando un miembro sufre86, era justo, sin embargo, que
recibiera el castigo el miembro que había causado la ofensa. Y si bien su

83
Lc 1,18.
84
Ex 21, 24; Lev. 24, 20; Dt 19, 21.
85
La traducción de esta frase es sólo tentativa. Leloir ofrece como paralelo Rm 1,27,
“recibiendo en sí mismos el pago merecido por su extravío”, pero el texto siríaco de este
pasaje tiene un vocabulario diferente. McCarthy cree que hay un juego de palabras entre
™¤blå, “deuda”, “transgresión”, y ™¤bbÅlå, “destrucción”, y traduce: “that he might
experience the imposition of the destruction [of his sight] in payment for his
transgression”.
86
Cf. 1 Co 12, 26.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 13

padecimiento iba a alcanzar a los demás miembros, sin embargo, era


propiamente la lengua la que iba a saborear el sufrimiento. Era tal el
delito, que reclamaba inmediatamente su retribución, para que no se
repitiera.

14. Era conveniente que Zacarías, después de salir del santuario,


fuese el heraldo del anuncio que le había hecho el ángel. Como no creyó,
de modo que no podía anunciarlo con su palabra, fue castigado para que
lo anunciara con su silencio. Por el hecho de que tuvo la visión en el
santuario, el pueblo supo que era digno de una cosa así; pero al verle
atado con el silencio, supieron que necesitaba un guardián para sus
labios87. El golpe lo recibió la lengua, pero fue para que se enmendara la
mente, para que la mente sujetara las riendas de los labios. Como no puso
guardianes a su boca88, la puerta de su boca fue condenada al silencio.
Por el hecho de haber recibido un mensaje en el Santo de los Santos, el
pueblo comprendió que allí le habían sido dichas cosas buenas. Pero
cuando le vieron incapaz de hablar, supieron también lo mala que había
sido su respuesta. Como tuvo una visión en el tiempo de la oración,
cuando se hacen las súplicas, supieron que se le había concedido algún
don. Pero cuando no hallaron en su boca la acción de gracias, supieron
también que no había acogido el don. Aunque Zacarías dudó de la
palabra del ángel, nadie dudó de su silencio. Aquel que no creyó en la
promesa que se le hacía por medio / (f. 4 r.) del ángel, hizo que todos
creyeran en la promesa por medio de su silencio. El silencio de Zacarías,
en efecto, hizo de profeta y de juez para los demás. Como profeta, sirvió
para que aprendieran la promesa; y como juez, sirvió para que temieran
despreciar la promesa. También para el mismo Zacarías, el ángel había
sido profeta y juez. Como profeta, le manifestó las cosas ocultas; y como
juez le aplicó el castigo.

87
Cf. Sal 141, 3.
88
Ibid.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 14

15. Un anuncio bueno fue enviado en aquel tiempo a los hombres.


Pero como el primero que lo oyó dudó de él, Dios puso en él un signo,
para que los demás que quedaban no le imitaran. Hizo así que aquel
anuncio que no fue creído cuando el ángel lo pronunció de viva voz,
fuese creído cuando Zacarías lo hizo saber por señas. Y cuando Zacarías
vio que todo el mundo creía por sus señas, supo que había hecho mal en
dudar de la voz del ángel. Y así, justamente, el mudo abrió los oídos a los
demás. Como él no creyó al ángel, que era la boca de Dios, Dios hizo que
la suya callara, para que la tablilla de escritura fuese la que hablara por
él89.

16. Cuando oyó la promesa de Juan de la boca del ángel, y no


creyó, se quedó mudo. Pero cuando vio a Juan, que salía del seno
materno, volvió a hablar. La palabra que salió del ángel, pasó sobre la
boca y la cerró, y llegó hasta el seno y lo abrió. Luego, cerró el seno que
había abierto, de modo que no volviese a dar a luz, y también volvió a
abrir la boca que había cerrado, para que no se volviese a cerrar.
Convenía, en efecto, que se cerrase la boca que no había creído que un
seno estéril se podía abrir. Y también convenía que se cerrase el seno que
había dado a luz a Juan, de modo que no volviese a dar a luz, para que el
heraldo del Unigénito fuese también unigénito90. Y aunque el que dudó
fue sólo Zacarías, sin embargo, con la duda suya quitó la duda de todos.

17. Por su incredulidad, en efecto, / (f. 4 v.) hizo que todos


adquirieran la fe. Cuando Juan nació en una promesa, de la boca de un
ángel vivo, su padre no creyó en este nacimiento espiritual; pero cuando

89
Cf. Lc 1,63.
90
Sobre el significado y las connotaciones del término yi™^dÅyå en el vocabulario del
ascetismo antiguo en las Iglesias de lengua siríaca, cf. Griffith, S. H. “«Singles» in God's
Service”, 145-159; idem, (1993); idem, “Asceticism in the Church of Syria”, 220-245.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 15

nació de un seno muerto, entonces creyó en su nacimiento corporal.


Como no había creído a una boca viva, su boca muerta se convirtió en
palabra. Y como creyó a un seno estéril más que al ángel, sus labios se
volvieron estériles, incapaces de engendrar palabra. La gente vio que se
había quedado mudo, y por ello se apresuraron a creer, obrando bien, al
ver lo que le había sucedido al que había dudado, obrando mal. Los
labios que, por su precipitación, habían ofendido con sus palabras, fueron
entregados al silencio, para que aprendieran a no precipitarse, de modo
que no cayeran de nuevo por su precipitación. Y como Zacarías dudó de
su Señor y de su oración, justo es que se quedara mudo, para que no
dudase de nuevo, ni de Dios, ni de la oración.

Comparación entre la Escritura y la fuente


18. ¿Quién será capaz de abarcar hasta el final todo lo que es
posible hallar en una sola de tus palabras? Es mucho más lo que dejamos
que lo que tomamos, igual que los sedientos que beben en una fuente.
Los rostros de tu palabra son tantos como los de quienes la estudian. El
Señor ha pintado su palabra con multitud de bellezas, para que cada uno
de los que la estudia pueda adentrarse por aquella que más le place. Y ha
escondido en su palabra toda clase de tesoros, para que cada uno de
nosotros, sea por donde sea que meditemos en ella, podamos
enriquecerse con ella. Su palabra es el árbol de la vida, que extiende hacia
ti por todos los lados los frutos benditos91. Y como aquella piedra que
fue rasgada en el desierto, que fue para todos, por todos los lados, bebida
espiritual. (Comieron)un alimento espiritual –dice (la Escritura)–, y bebieron
una bebida espiritual92.

91
Acerca del árbol de la vida, cf. Gn 2, 9, y Parad. III, 2; XII. 15-17; HdF VI,14; LXVII,21;
LXXXIV,1; Nat. I,8; I,32; VIII,4; Virg. XXIV,4; LI,8; Eccl. XLIX,16; L,7-8; Ieiun. III,3; Sog
I,22. Cf. también, Comm. Gen. II,5; II,17 (ed. Tonneau, 35,1-11); II,22 (ed. Tonneau,
38,28-39,7); II,23 (ed. Tonneau, 39,8-9); II,31 (ed. Tonneau 44,5-18). Efrén no se detiene a
exponer la localización del árbol de la vida, porque ya Gn 2,9 decía que estaba en el
centro del Paraíso. Para las ideas rabínicas sobre el árbol de la vica, cf. Kronholm, “The
Trees of Paradise”; idem, Motifs, 73 s. (n. 92).
92
1 Co 10,4.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 16

19. Aquel que encuentra una sola de sus riquezas, no piense que
eso es lo único que hay en ella. Más bien, que eso es lo único que él fue
capaz de encontrar de las muchas cosas que hay en ella. Y (no crea) que,
porque ella le ha enriquecido, él la ha hecho a ella más pobre, sino que
esté agradecido a su grandeza por no haber podido alcanzarla. Alégrate
porque te has saciado, y no te entristezcas por lo que te ha quedado. El
sediento se alegra de haber bebido, pero no se entristece por no haber
sido capaz de agotar la fuente. Que el manantial venza a tu sed, y no
venza tu sed a la fuente. Pues si tu sed termina y la fuente no disminuye,
podrás beber de nuevo todas las veces que tengas sed. Pero si con tu
saciedad se agota la fuente, esa victoria tuya sería para tu mal. Da gracias
por lo que te has llevado, y no murmures de lo que ha quedado de más.
Lo que te llevaste al irte es tu parte, lo que se quedó es tu heredad. Lo que
no pudiste tomar en un momento por tu debilidad, lo irás tomando a su
debido tiempo con tu perseverancia. Y no decidas en tu maldad que, o
tomas de una vez lo que no puede ser llevado en una sola vez, o desistes
de aquello que podrías irte llevando poco a poco93.

Retorno al episodio de la anunciación de Juan el bautista


20. Los dedos escribieron en la tablilla: “Juan”94, un nombre que
apunta a la necesidad de misericordia. Los dedos, pues, pedían
misericordia de la bondad divina, en lugar de los labios, que habían sido
cerrados por la divina justicia. Dice: Dios ha escuchado la voz de tu súplica95.
Ya que la divinidad había concedido tal cosa, y ésa era precisamente la

93
Es posible que esta reflexión sobre los límites de nuestra comprensión de la Escritura
(y de la revelación, por tanto), tenga como trasfondo la pretensión del racionalismo
arriano de abarcar, “medir” y agotar con la razón humana todo el misterio, incluida la
generación del Verbo. Sin embargo, sobre todo la última frase, da la impresión de el
texto admite que el tesoro de la Escritura, con el tiempo y “poco a poco”, puede ser
abarcado por el hombre, lo que contrasta con el radicalismo con que S. Efrén niega esta
posibilidad a la inteligencia humana. Sin embargo, también es posible que el pasaje no
esté discutiendo la capacidad radical del hombre de abarcar la Escritura, sino sólo la
necesidad de tiempo para apropiarse de algunas de sus riquezas.
94
Cf. Lc 1, 63.
95
Lc 1, 13.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 17

que la oración había pedido, con razón fue privado96 del habla aquél de
quien antes se había retirado la inteligencia. Pues si él había pedido en su
oración suplicando a Dios, él mismo venía a ser testigo en relación con la
oración, de que la oración podía pedir, y de que Dios podía dar. Pero
cuando estaba para suceder lo que había pedido que sucediera, dijo:
¿Cómo puede ser esto?97 Así le sucedió allí / (f. 5 v.) lo que no quería que
sucediese, porque había tenido en menos lo que quería que sucediese. Le
sucedió algo nuevo, de lo que no tenía experiencia, porque fue hallado
ignorante de aquello que le había sido enseñado durante mucho tiempo.
Y como sus oídos no habían prestado atención a lo que sus labios habían
dicho en la oración, se secó su boca, la fuente de las palabras, de modo
que no enviase su bebida a los oídos.

21. El que no permitió que crecieran frutos en su oído, ¿cómo


podría hacer crecer frutos en el oído de otro? Zacarías, en efecto, daba
ánimo a los estériles con Abraham su padre. Y a las mujeres que carecían
de hijo las consolaba con Sara, su madre, como también se situaba a sí
mismo y a su mujer a semejanza de ellos. Pues Abraham y Sara eran una
referencia de paternidad común a todos, que estaba puesta en medio de
todos como un espejo común, en el que se miraban los hombres y las
mujeres estériles para recibir consuelo, (pensando que podría suceder con
ellos) como (sucedió) con Isaac, que a los noventa y nueve años se dibujó
en él (en el espejo)98. (Zacarías) había mirado en él debido a la fe, pero
había dudado de él por su ancianidad. Como dudó de quien puede
cambiar la naturaleza, quiso hablar y no pudo, para que aprendiera quién
es el que todo lo puede. Como aquél que no creía necesitaba un signo
para creer gracias a él, (Dios) le dio un signo en su boca, en relación con la
duda que había en su corazón, para que supiera que quien puede reducir

96
La traducción sigue la corrección que se propone en el texto siríaco.
97
Lc 1, 18.
98
Para la imagen de la Escritura como un espejo, el comienzo de la Carta a Publius,
donde San Efrén se refiere específicamente al Evangelio. Sobre la imagen del espejo en
general en la obra de S. Efrén, cf. E. Beck, “Das Bild vom Spiegel bei Ephraem”,
Orientalia Christiana Periodica 19 (1953), 5-24.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 18

al silencio una naturaleza dotada de palabra, [también] puede renovar un


seno muerto. Y de este modo, al no poder los labios engendrar la palabra,
[creyó] que su ancianidad podría generar un hijo.

22. Dice: Dios ha escuchado la voz de tu súplica99. La oración pidió, la


divinidad dio, la libertad rechazó. Aquí se ha puesto de manifiesto que la
oración puede hacer toda clase de peticiones, y que la divinidad puede
dar toda clase de dones, y que la libertad puede recibirlo o rechazarlo
todo. Pero no conviene poner [faltas]100 a aquellos que eran [irreprochables
en toda su conducta101.] / (f. 6 r.) Como temió del resplandor del ángel,
(Zacarías) fue perturbado sólo en su lengua, y no en su corazón, según
aquello de: Amargaron su espíritu, y habló con sus labios102. Por eso el ángel
le condenó (sólo) en su boca. Pero si hiera dudado en su corazón, habría
sido castigado en su corazón. Pero cuando estas cosas vinieron a su
cumplimiento, también el sacerdote [se arrepintió]103 del error.

23. Dice: Convertirá el corazón de los padres [hacia] los hijos104. Porque
habían apostatado del judaísmo al paganismo, y se habían segregado [a sí
mismos]105 de la alianza de su Dios, dijo: convertirá [su corazón,]106 para
que sirvan al Señor del universo en la verdad, como sus padres. Y lo de
que preparará para el Señor un pueblo perfecto107, es a semejanza de Elías,
que con su celo [trajo de nuevo]108 a muchos al temor de su Señor. Y si

99
Lc 1, 13.
100
A partir de aquí, hasta la laguna del MS tras el f. 7 v., hay un cierto número de
palabras ilegibles en el MS, que está dañado. Cuando es posible, Leloir ha intentado
reconstruir el texto a partir del armenio. En otros casos esto no es posible, y entonces la
laguna se indica con asteriscos. Para esta reconstrucción, cf. Arm. CSCO 145, 11.
101
Lc 1, 6. Para el texto, cf. Arm. CSCO 145, 11, y supra, § 9.
102
Sal 106, 33.
103
Texto reconstruido según Arm. CSCO 145, 11. El sacerdote es, naturalmente,
Zacarías.
104
Lc 1, 17, citando Ml 3, 24.
105
Texto reconstruido según Arm. CSCO 145, 12.
106
Texto reconstruido según Arm. CSCO 145, 12.
107
Lc 1, 17.
108
Texto reconstruido según Arm. CSCO 145, 12.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 19

dicen que esto es algo que habrá de suceder en el futuro, mira cómo los
padres no están separados de los hijos, ni los hijos de los padres, y cómo
ya tampoco adoran los ídolos109.

24. [Isabel] se mantenía oculta110, por la tristeza de [Zacarías]111. O


también (puede entenderse) que se mantenía oculta porque le daba
vergüenza [el hecho de haber retomado la relación matrimonial; y así,]112
por su edad avanzada se mantenía oculta Isabel. Pero el caso es que ni
siquiera sobre Sara escribió (Moisés) que se ocultara, cuando llevó en su
seno a Isaac teniendo noventa años; ni tampoco sobre Rebeca, que llevaba
gemelos. Isabel, en cambio, que se mantuvo oculta cinco meses113, (estuvo
así escondida) hasta que el feto estaba ya formado en sus miembros, para
que pudiera saltar de gozo ante su Señor114, y porque también maría
estaba a punto de recibir la anunciación.

El anuncio del nacimiento de Jesús


25. Y lo de que al sexto mes115, hace referencia a la concepción de
Isabel116. Fue enviado –dice– el ángel a la Virgen117, y le dijo: He aquí que,

109
El sentido de estas últimas consideraciones parece responder a alguna objeción,
proveniente quizás de la comunidad judía, que interpretaba el pasaje de Malaquías
citado por Lc 1, 17 como referido a los tiempos mesiánicos, y por lo tanto, al futuro. La
argumentación del comentarista parece ser que el problema al que alude Malaquías está
resuelto en su tiempo, y por lo tanto la profecía se ha cumplido ya. Si esta interpretación
fuese correcta, tendríamos aquí otro rasgo no efrémico en el Comm.Diat., ya que S. Efrén
apela en muchísimos pasajes –en su polémica con el judaísmo– al corazón y la mente
paganas de las comunidades judías de su tiempo, en referencia, por ejemplo, al becerro
de oro y al rechazo de la nueva alianza en Cristo. Cf., por ejemplo, los Himnos Contra
Julianum o los Himnos de Crucifixione.
110
Lc 1, 24.
111
Texto reconstruido según Arm. CSCO 145, 12. Se entiende que la “tristeza” es la
tristeza por lo que le ha sucedido a Zacarías, de haber perdido el habla.
112
La traducción aquí es muy tentativa, siguiendo el texto de Arm. CSCO 145, 12. Los
restos de texto siríaco que hay en el MS tampoco parecen encajar bien en la construcción.
113
Lc 1, 24.
114
Se refiere a cuando Juan reconoce a Cristo estando aún en el seno de su madre, cf. Lc
1, 41.
115
Lc 1, 26.
116
A partir de aquí y hasta el comienzo de la cita de Lc 1, 32 está omitido en la versión
armenia.
117
Cf. Lc 1, 26-27.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 20

siendo virgen118, vas a concebir y a dar a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús119. Dijo esto sobre aquél que había de aparecer en el cuerpo. No le
dijo: “ese nombre que se lee Jesús”, sino que le pondrás por nombre Jesús. Y
esto deja manifiesto que este nombre pertenece al designio de la
encarnación120. “Jesús” , en efecto, significa en hebreo “salvador”. Le
podrás por nombre Jesús, es decir, “salvador”, porque él salvará a su pueblo de
los pecados121. Este nombre, pues, no designa su naturaleza, sino sus
obras. Le dice María: ¿Cómo será esto? Pues ningún hombre tiene relación
conmigo122. (El ángel) le dijo: El Espíritu Santo vendrá y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra123. ¿Y por qué (el ángel) no le dijo el nombre del
padre, sino el nombre de su poder y el nombre del Espíritu Santo?
Porque convenía que viniese el Arquitecto de las obras (de la creación), y
levantase el edificio que se había caído, y que el Espíritu que da vida
santificase los edificios que se habían vuelto impuros124. Si su Padre le ha
dado el juicio futuro125, es patente que también ha realizado por su mano
la creación de los hombres y la resurrección. Él ha sido el ascua

118
“siendo virgen”, ba-bt¤lÅtek(y), literalmente, “en tu virginidad”. Este inciso
afirmando a la concepción virginal no se halla en el texto griego de Lc ni en la Pfi^†tå, y
en los fragmentos de la VS que se nos conservan no se halla este pasaje de S. Lucas.
¿Podría ser una de las adiciones de tendencia encratita de Taciano en el Diatessaron?
119
Lc 1, 34.
120
Literalmente, “a la economía que (tiene lugar) por medio del cuerpo”.
121
Lc 1, 34.
122
Ibid. Nótese el cambio de sujeto, ya que en la versión más conocida el texto, incluido
el de la Pfi^†tå, el texto es: “yo no conozco –no tengo relación marital– con hombre
alguno”. Aquí el sujeto es el hombre.
123
Lc 1, 35. cf. el artículo de Brock “The Lost Old Syriac of 1, 35” (supra, n. 51).
124
En la interpretación del Comm.Diat., por tanto, “el poder del Altísimo” al que hace
referencia Lc 1, 35, se refiere al Verbo, que es llamado aquí “Arquitecto de las obras (de
la creación)”. El texto es, pues, interpretado en términos de lo que la teología posterior
llamaría las “misiones” del Verbo y del Espíritu. En la frase “el Espíritu que da vida”, la
expresión “que da vida” no traduce ma™yÅnå, adjetivo que también se usa en conexión
con el Espíritu Santo, sino que traduce un tanto libremente mra™™pÅn^tå, “la que incuba
(los huevos bajo sus alas)”, expresión que se aplica al Espíritu Santo ya en la obra de la
creación, cf. Gn 1, 2. No hace falta recordar que el término r¤™å “Espíritu”, es femenino
en siríaco.
125
La idea de que el Padre ha dado al Hijo “el juicio futuro” es una idea frecuente en el
evangelio de S. Juan. Cf. Jn 5, 21: “El Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha
entregado al Hijo”. Jn 5, 26-27: Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así
también la ha dado al hijo tener vida en sí mismo, y le ha dado poder para juzgar,
aunque es un hijo de hombre” (las modificaciones a la traducción habitual del texto son
mías). También Jn 3, 35: “El padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano”.

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Comentario al Diatessaron. Textos español con notas 21

encendida, que ha venido a quemar las zarzas y las espinas126. Habitó en


el seno, y lo purificó, y santificó el lugar de los dolores de parto de y las
maldiciones127. Si la llama que vio Moisés humedecía la zarza128, y de su
fuego destilaba una grasa, y aparecía en la zarza como oro refinado129,
que entra al fuego y no es consumido (por él), (esto sucedió) para dar a
conocer el fuego vivo, que ha venido al final (de los tiempos), ha irrigado
y humedecido el seno de la Virgen, y lo ha revestido, como el fuego a la
zarza130.

Y lo de el Señor le dará el trono de David131, esto es (para que se


cumpla) lo de que no [se apartará] el cetro hasta que venga132. Y cuando el
ángel le enseñó que a Dios le es fácil hacer cualquier cosa133, por medio
de aquello de que también a Isabel, [tu] pariente134 le ha dado concebir en
su vejez, dijo María: “Si eso es así para ella, he aquí que yo soy la sierva de
Dios, que se haga en mí tal como has dicho”135. Si bien, por lo que el ángel
dijo a María, lo de Isabel, tu pariente, podría pensarse que María era de la
tribu de Leví, sin embargo, la profecía se prueba verdadera sólo hasta la
imagen del marido136

126
Cf. Is 9, 17-19; Gn 3, 18.
127
Cf. Gn 3, 16.
128
Cf. Ex 3, 2-3.
129
Una mano posterior escribió aquí en el margen del MS: “Explicación del Evangelio
del Maestro Mar Efrén”.
130
A partir de aquí continúa de nuevo el texto armenio.
131
Lc 1, 32.
132
Gn 49, 10.
133
Lc 1, 37.
134
Lc 1, 36.
135
Lc 1, 38.
136
El pasaje es verdaderamente oscuro, y los diversos intentos de traducción de Leloir y
de McCarthy tratan de resolver como pueden la dificultad.

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