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VENCIENDO LAS TENTACIONES

Mat 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la
carne es débil.

La Palabra de Dios nos enseña a vivir en obediencia todos los días de nuestra vida y separados del
pecado. Los hijos de Dios somos semejantes al Maestro Jesús y queremos ser santos como Él es Santo. Es
por ello que el cristiano todos los días tiene que librar una batalla contra el diablo y sus asechanzas; de las
cuales una de sus estrategias favoritas y más antiguas son las tentaciones. Debido a esto la Biblia lo llama el
tentador.
En la tierra los cristianos somos los enemigos número uno de satanás y de sus demonios; por eso es
que siempre procura hacernos caer en pecado a toda costa. Dichos enemigos analizan la forma de vivir de los
creyentes, identifican sus debilidades y es por donde atacan posteriormente para despertar el deseo carnal en
la humanidad, (además que desde su creación conoce al hombre) quien cediendo cae en pecado y como
consecuencia bajo el dominio del enemigo obteniendo finalmente la muerte.
La realidad es que satanás y sus demonios no nos pueden forzar a pecar, pero sí ponen las
circunstancias necesarias para inducir a los creyentes al pecado. El enemigo sabe que por la situación
pecaminosa en la que vivieron nuestros antepasados y en la que fuimos concebidos se puede despertar en
nosotros el deseo de nuestra propia concupiscencia. Así que cuando caemos en pecado no le echemos la culpa
a nada ni a nadie y mucho menos digamos que Dios nos tentó. Ya que somos nosotros los únicos responsables
de ceder o resistir el pecado.

La gestación del pecado


Existe una gran diferencia entre ambas palabras. La tentación: es una solicitación al pecado inducida
por el enemigo, y la prueba: proviene de Dios para comprobar las aptitudes de sus hijos. Normalmente la prueba
lleva consigo el depender completamente de Dios y finalmente brinda una gran bendición (madurez espiritual,
bendición material, salud, dones, forjar el carácter, etc.). La palabra del Señor dice:

Stg 1:12-16 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es
tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno
es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que
ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos míos,
no erréis.

De acuerdo a esta cita Bíblica podemos comprender la forma cómo el pecado se intenta originar y cómo
se desarrolla hasta que llega a suceder en la vida del ser humano. Podríamos entonces decir que el pecado es
un proceso que comienza con un simple mal pensamiento, originado por una situación determinada planteada
por satanás, al cual la Biblia llama “tentación”. Es muy importante explicar que la resistencia a la tentación es
batallar en contra de ella.

Los que realmente aman a Dios resisten la tentación y no ceden; para tales existe la vida eterna si
perseveran hasta el final. Dios no tienta, claro está, porque dicha tentación no proviene de Él, pero puede
permitir que está suceda para bien de sus hijos. La Palabra dice que a los que aman a Dios todas las cosas
ayudan a bien (Romanos 8:28). En relación a la enseñanza del apóstol Santiago, Jesucristo enseñó que todos
los malos pensamientos se originan en el corazón.

Mat 15:19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las
fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

El corazón y la mente tienen una estrecha relación, tanto que el corazón manda los deseos como estímulos
a la mente para que ésta procese pensamientos, sean buenos o malos. Jesucristo no dijo que se piensa con el
corazón, si no que el origen de los pensamientos es en el corazón. Los impulsos y deseos del corazón
difícilmente pueden ser controlados, pero los pensamientos sí los podemos dominar y por consiguiente someter
la carne.
Jer 17:9-10 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que
escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Muchas de las veces no hay que hacer caso a los impulsos del corazón ya que estos pueden provocar
que maquinemos malos pensamientos. Nuestra propia concupiscencia nos puede desviar del camino del Señor
y de vivir en santidad como a Él le agrada. Dios conoce nuestros pensamientos y sabe si vivimos bajo malas
acciones y da a cada uno la recompensa según sus acciones. Recuerde Dios no puede ser burlado, que el
hombre cosecha todo lo que ha sembrado (Gálatas 6:7). Si sembró pecado cosechará la muerte.

Cómo vencer los malos pensamientos


Los malos pensamientos pueden venir por el propio deseo carnal y también por satanás y sus demonios.
Recuerde quién tentó a Eva y quien tentó al Señor Jesucristo. Pero independientemente de donde provengan,
es muy importante cancelar todo pensamiento que nos quiera orillar al pecado. El apóstol Pablo nos aconseja
a qué hacer en dicho momento:

Flp 4:8-9 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo
lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo
que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

No solamente tiene que reprender en el nombre de Jesucristo los malos pensamientos, sino que también
se deben ignorar dichos malos pensamientos y en ese preciso momento “pensar en todo lo bueno, todo lo que
proviene de Dios”, lo que nos ha dado a través de su Santo Espíritu; ponga en una balanza a que le quiere dar
más peso. Dicho de manera más clara si cambiaría las señales, los dones, la guianza, la salvación y la vida
eterna por el placer de la carne que es el pecado.

Si tiene problema con pensamientos impuros y sueños ilusorios examine lo que esté dejando entrar en
su mente a través de la televisión, los libros, la conversación, la música, las películas y las revistas. Reemplace
los materiales dañinos con materiales útiles. Sobre todo, lea la Palabra de Dios y ore. Pídale a El que le ayude
a concentrarse en lo que es bueno y puro. Requiere práctica, pero puede lograrse.

2Co 10:5-6 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando
cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia,
cuando vuestra obediencia sea perfecta.

En el momento de la tentación, cuando se den los malos pensamientos y no está en el lugar apropiado
para orar en voz alta, “ore en la mente reprenda todo pensamiento contrario” que puede provenir de la carne o
puede que el enemigo esté tratando de meterlo en su mente. El que vive en obediencia identifica rápidamente
cuando los pensamientos que no agradan a Dios y que quieren conducirle al pecado. Mientras mayor sea el
ataque mental, mayor tiene que ser el sometimiento de la carne a la obediencia. Ahora si usted constantemente
lucha con los malos pensamientos y siente que no puede más; existe una forma poderosa y efectiva de castigar
y someter a la carne; esto es metiéndose en ayuno y oración.

El Espíritu Santo nos anticipa la tentación


Antes de que entremos en la tentación “El Espíritu Santo ya con anterioridad nos habrá advertido” de lo
que está por venir para que nos preparemos y estemos firmes dependiendo totalmente de Dios. La anticipación
o advertencia puede venir de varias formas: por un sueño, por una visión, por discernimiento o entendimiento
que nos dé el Espíritu Santo; el tiempo de la anticipación depende de Dios.

Jua 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Rom 8:14-15 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no
habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de
adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

Todos los que han recibido a Jesucristo como único y suficiente Salvador de sus vidas son hijos de Dios
y son ellos a los cuales el Espíritu Santo les advierte de las cosas tanto buenas como malas que han de venir.
Es el Espíritu Santo quien nos animará a que practiquemos la justicia y santidad; pero recordemos que dentro
de la gran soberanía de Dios Él nos da el libre albedrío y está en nosotros la decisión de hacer lo bueno o lo
malo.

Pedro antes de ser tentado fue anticipado por El Espíritu y el mismo Jesucristo se lo advirtió:

Luc 22:31-32 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a
trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

El apóstol Pedro debió haberse metido en profunda oración para depender completamente de Dios; pues el
Señor tenía la última palabra si permitiría que fuera éste tentado. Pero Pedro flaqueó, porque cuando el
momento se acercaba, el Señor le recordó que velara y orara para no entrar en tentación (junto con Jacobo y
Juan) más no lo hizo y volviendo los encontró durmiendo y les preguntó que por qué no habían podido velar y
orar una hora. Nuevamente les indicó lo mismo (orar y velar) pero estos no pudieron contener el sueño y el
cansancio y finalmente el Señor Jesús los encontró dormidos a lo que les indicó que durmieran.

Pedro no hubiese cedido a la tentación si se hubiera fortalecido en Dios orando. “En la oración el creyente
se previene para no caer o no entrar en tentación”.

Los que cedieron y los que vencieron a la tentación


La Biblia muestra claramente muchos ejemplos de los que decidieron ceder a la tentación y los que
vencieron a la tentación. Ambas situaciones fueron escritas para aprender lo que no debemos hacer y lo que
debemos hacer; así como las consecuencias y las bendiciones. Aquí solamente retomaremos algunos de los
casos:

Gén 3:1-6 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho;
la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a
la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del
huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer:
No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual
comió así como ella.

Eva de cierta manera decidió enredarse con la tentación ya que la serpiente como era astuta hizo una
pregunta para obtener información de lo que el hombre no debía de hacer y ésta le dio a conocer lo que Dios
había prohibido, entonces esa era la parte por la cual debería hacer caer al hombre y por la cual sedujo a la
mujer. Además hay que tomar en cuenta que la serpiente ya había analizado la debilidad de la mujer ya que
esta puede ceder a la seducción auditiva.

Sabía bien que el hombre es visual y que si convencía a Eva ésta convencería a Adán. Tanto amaba
Adán a Eva que una sola mirada bastaba para decirle que sí. Entonces prefirió Adán la consecuencia del pecado
que es la muerte que despreciar a su mujer.

Mat 26:14-16 Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y
les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde
entonces buscaba oportunidad para entregarle.

Judas fue tentado por la ambición al dinero; satanás conocía su debilidad y fue en esa parte por donde
atacó. Fue tan grande y cegadora dicha debilidad que decidió caer en la tentación y una vez que pecó, satanás
lo manipuló al grado de seguirlo seduciendo para que se quitara la vida y no alcanzara perdón. La Palabra de
Dios es perfecta y siempre se cumple; es por ello que nos dice que los que quieren enriquecerse caen en
tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición
(1Timoteo 6:9).
Todo pecado tiene consecuencias, la Biblia dice que el resultado de éste es la muerte, como lo hemos
aprendido en los dos ejemplos anteriores. Usted tiene la decisión si participará del pecado cediendo a la
tentación o si la soportará evitando caer. Pero recuerde que no todos se levantan de dicha caída, muchos
quedan atados al pecado y finalmente se desvían hasta perderse; como vimos que le ocurrió a Judas.

Ahora aprendamos otra de las formas de cómo enfrentar y vencer la tentación:

Gén 39:7-12 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.
Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa,
y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha
reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?
Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella,
aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió
por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

José fue tentado por la seducción física de una mujer, como ya vimos es una estrategia antigua que
satanás conoce como debilidad en el hombre por ser visual. Pero José amaba a Dios y por lo tanto tenía temor
de Dios. Sí le importaba ser leal a su amo y no defraudarlo y más que nada por los privilegios que éste había
puesto en sus manos, pero lo más importante para él era no pecar contra Dios. El ser justo le costó el
encarcelamiento a José ya que después la mujer manchó su reputación y lo acusó, pero todo obró para bien
dentro de los propósitos de Dios, ya que gracias a ese encarcelamiento Él lo premió nada más y nada menos
que con ser gobernador de Egipto. “Muchas veces durante la tentación es muy sensato huir”.

Ahora aprendamos de la Obra Maestra. La forma de enfrentar las tentaciones de parte nuestro Señor
Jesús:

Mat 4:1-11 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de
haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de
Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso
sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles
mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo:
Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró
todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces
Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo
entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.

La tentación siempre será seductora y casi siempre estará disfrazada. Pero cuando la descubrimos y
podemos identificar al enemigo controlándola, entonces hay que atacar con la Palabra, tal y como lo hizo nuestro
Señor Jesús. Es por ello que el creyente debe leer diariamente la Biblia, escudriñarla y memorizarla; para
emplear esta arma poderosa (espada de dos filos) antes, durante y aún después de la tentación. Recuerde, “la
tentación se vence con la Palabra de Dios”.

Si Dios lo permite es porque puedes


Dios conoce que tanto podemos resistir y de acuerdo a la medida de nuestra resistencia permitirá que
menor sea la tentación para poderla vencer. Es importante volver a resaltar que la tentación no proviene de
Dios. Él puede permitir la tentación para probar a sus hijos (Job 1:6-12). Recuerde que en dicha prueba se
están evaluando sus aptitudes

1Cor 10:13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la
salida, para que podáis soportar.

Dios conoce nuestras capacidades y de acuerdo a éstas será el tamaño de la tentación que Él permitirá.
Así que por más que la tentación pudiera aparentar dominarnos, siempre tendremos las posibilidades de
vencerla. La misma palabra dice que Dios no pone carga que no podamos llevar. Toda tentación se puede
soportar, toda tentación tiene una salida, pero la actitud es importante ya que esta demuestra si el creyente está
firme o apto para resistir.

2Pe 2:9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el
día del juicio;
Una persona que tiene amor hacia el prójimo siempre logra salir victorioso de la tentación y encuentra
más rápido la salida a ésta, ya que El Señor lo sustenta y fortalece con su Santo Espíritu.

Soluciones a la tentación
 Prevenirse: No es casualidad que el punto número seis de la oración perfecta que Jesús nos dejó
como guía, sea la tentación. Y en ésta se nos enseña a que siempre pidamos al Padre que no la
permita en nuestras vidas:

Mat 6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria,
por todos los siglos. Amén.
Mar 14:38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la
carne es débil.
Luc 22:40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.

Al pedir todos los días que Dios aparte la tentación de nuestras vidas Él nos ayuda y no la permite. De
esta forma usted se está previniendo.

 Apartarse: Cuando El Espíritu le anticipe la tentación prepárese, dependa del Señor y evite el
riesgo:

Jua 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Por supuesto que El Espíritu Santo siempre le dirá ¡no lo hagas! Él le invitará siempre a no hacer lo malo.

 Cautivar los pensamientos: Si está en tentación domine sus pensamientos:

Flp 4:8-9 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo
lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo
que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

En ese momento piense en todo lo que el Señor le ha dado. No cambie la Unción por nada.

 Huir: Cualquiera que sea la tentación, si cree que lo más adecuado es no correr el riesgo o cree
no soportar la tentación, huya:

Gén 39:12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de
ella, y huyó y salió.
1Co 6:18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el
que fornica, contra su propio cuerpo peca.
2Ti 2:22 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de
corazón limpio invocan al Señor.

 Enfrentar: Si se cree estar realmente firme y maduro espiritualmente, se ha prevenido en oración,


ha cautivado sus pensamientos, conoce, lee y memoriza la Palabra entonces ataque
declarándola.

Adelante pues agrandando con nuestro testimonio al Dios Todopoderoso, presentando nuestros cuerpos
en sacrificio vivo, santo, agradable delante de Él. ¡Amen!

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