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Sorderas genéticas
S. Marlin, S. Achard, M. Serey-Gaut

Resumen: La sordera es la discapacidad sensorial más frecuente y su origen es gené-


tico en la mayoría de los casos. Decenas de genes son responsables de las formas pre o
poslocutivas de sordera aislada (no sindrómica) y se han descrito varios cientos de sín-
dromes con sordera. Hasta la fecha, se han identificado más de 100 genes responsables
de formas no sindrómicas de sordera y más de 200 son responsables de enfermeda-
des genéticas sindrómicas que incluyen una sordera. El asesoramiento genético forma
parte del tratamiento recomendado para las sorderas precoces y puede proponerse al
paciente y a su familia un diagnóstico molecular de rutina. Las sorderas sindrómicas más
frecuentes pueden presentarse al principio como una sordera aislada. Es fundamental
la evaluación clínica y mediante pruebas complementarias sistemática para orientar la
estrategia de diagnóstico molecular y el asesoramiento genético.
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Palabras clave: Sordera; Genética; GJB2; Sordera sindrómica; Etiología

Plan lidad, se estima que alrededor del 75% de las sorderas


precoces tienen un origen genético y las demás causas
■ Generalidades 1 son ambientales. Este cambio en la estimación del com-
ponente genético de la sordera se debe a que el desarrollo
■ Modos de transmisión 1 del diagnóstico molecular ha permitido vincular la mayo-
■ Sordera sindrómica 2 ría de los casos esporádicos de sordera, antes clasificados
Dos síndromes de herencia autosómica recesiva 2 como de «causa desconocida», a un origen genético.
Tres síndromes autosómicos dominantes 4 La sordera genética es, en la gran mayoría de los casos,
Síndrome ligado al cromosoma X 5 una enfermedad monogénica. Sin embargo, la relación
■ Sordera no sindrómica 5 entre genes, fenotipos clínicos y modos de transmisión
GJB2: gen que codifica la conexina 26 y es responsable de la sordera es compleja: dependiendo del tipo de varia-
de la sordera DFNB1 5 ción patogénica, un mismo gen puede ser responsable
SLC26A4: gen que codifica la pendrina y es responsable de una sordera de transmisión autosómica recesiva y/o
de la sordera DFNB4 5 autosómica dominante y/o de una sordera sindrómica.
STRC: gen que codifica la estereocilina y es responsable
de la sordera DFNB16 7
WFS1: gen que codifica la wolframina y es responsable
de la sordera DFNA6-14-38 7
 Modos de transmisión
POU3F4: gen que codifica la proteína POU3F4 y es La sordera genética se puede transmitir según distintos
responsable de la sordera DFN3 7 modos:
Neuropatía auditiva (NA) 8 • autosómico recesivo: ambos alelos del gen deben estar
Mutaciones del ADN mitocondrial implicadas en la mutados para que la persona sea sorda; es el modo de
sordera no sindrómica 8 transmisión más frecuente para la sordera congénita
■ Evaluación etiológica 8 aislada;
• autosómico dominante: las personas con un solo alelo
mutado (heterocigotas) son sordas; modo de transmi-
sión más frecuente de la sordera aislada progresiva
 Generalidades poslocutiva;
• ligado al cromosoma X: los varones son sordos, las
Desde 1995, los avances en genética humana han dilu- mujeres con un segundo cromosoma X no mutado son
cidado muchas de las causas de la sordera. Hasta ahora oyentes o tienen una pérdida de audición menos grave
se han identificado más de 100 genes responsables de y de aparición más tardía que los varones;
la sordera aislada y más de 200 de la sordera sindró- • mitocondrial: ambos sexos están afectados, pero la
mica (http://hereditaryhearingloss.org). La epidemiología transmisión es sólo materna (no hay transmisión del
es más conocida en el caso de la sordera congénita que ácido desoxirribonucleico [ADN] mitocondrial por los
en el de las formas progresivas en adultos; en la actua- espermatozoides).

EMC - Otorrinolaringología 1
Volume 52 > n◦ 1 > febrero 2023
http://dx.doi.org/10.1016/S1632-3475(22)47318-8
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Figura 1. Sordera debida a variaciones patogénicas de SLC26A4 (DNFB4 y síndrome de Pendred).


A. Acueducto vestibular normal en una tomografía computarizada (TC) de peñasco en corte axial.
B. Dilatación del acueducto vestibular en una TC en corte axial.
C. Gran dilatación de ambos acueductos vestibulares en una resonancia magnética de los conductos auditivos internos en corte axial.

 Sordera sindrómica dera aislada durante muchos años. El bocio está asociado
al hipotiroidismo en el 50% de los casos [6] .
Sólo representan una pequeña proporción de la sordera La tomografía computarizada (TC) de los peñascos
en niños (alrededor del 10-15%) y una proporción poco revela de forma constante anomalías morfológicas bila-
conocida, probablemente menor, de la sordera en adultos. terales del oído interno [7] : dilatación del acueducto
Se han descrito varios cientos de síndromes con sordera [1] vestibular (Fig. 1A, B), a veces asociada a una dilatación
y hasta la fecha se han identificado más de 200 genes. cocleovestibular y cóclea incompleta de tipo «Mondini»
Sin embargo, es importante conocer y buscar los princi- o partición incompleta de tipo II [8] . La resonancia mag-
pales síndromes, ya que el tratamiento y la evaluación nética (RM) de los conductos auditivos internos muestra
etiológica son distintos a los de la sordera no sindrómica. una dilatación bilateral de los acueductos vestibulares
Debido al gran número de síndromes raros que cursan (Fig. 1C). Las anomalías de organificación del yodo pue-
con sordera, cualquier patología malformativa o discapa- den demostrarse mediante una gammagrafía tiroidea con
citante en los niños debería dar lugar a una evaluación una prueba de perclorato. Sin embargo, como esta prueba
auditiva sistemática. Además, en el caso de una sordera no es ni sensible ni específica y se ha desarrollado el diag-
sindrómica que incluya una malformación craneofacial, nóstico molecular de rutina, ahora rara vez se prescribe.
como la sordera se ve incrementada muy a menudo por El gen responsable del síndrome de Pendred fue locali-
una otitis crónica, se impone una vigilancia otológica zado en 1997 en la región 7q31 [9, 10] y clonado por Everett
regular. et al [2] . El gen SLC26A4 codifica la pendrina, que consta
Se ha optado por describir aquí seis formas de sordera de 780 aminoácidos. Hasta la fecha, se han identificado
sindrómica debido a su frecuencia y/o gravedad potencial. más de 250 variaciones patogénicas en los 21 exones de
este gen. Cuatro de ellas son bastante frecuentes, ya que
aparecen en el 74% de los cromosomas mutados [11] .
Hay un protocolo para el diagnóstico y los cuidados
Dos síndromes de herencia autosómica del síndrome de Pendred disponible para profesionales
recesiva y pacientes (www.has-sante.fr/upload/docs/application/
pdf/2021-03/syndrome de pendred pnds.pdf).
Se presentan al principio como sordera aislada y son
relativamente frecuentes entre las formas sindrómicas de
sordera: los síndromes de Pendred y de Usher.
Síndrome de Usher
Se da en uno de cada 25.000-40.000 niños y combina
la sordera con la distrofia retiniana. Existen tres formas
Síndrome de Pendred clínicas del síndrome de Usher:
Este síndrome fue descrito hace más de 100 años. Se • el tipo I, que representa un tercio de los casos, es
define por la asociación de una sordera coclear fluc- responsable la mayoría de las veces de sordera con-
tuante y a veces progresiva, prelocutiva o poslocutiva génita profunda bilateral, arreflexia vestibular bilateral
precoz, con un trastorno de la organificación del yodo causante de retraso motor y distrofia retiniana que apa-
que se manifiesta como un bocio tiroideo. Se transmite de rece durante la infancia. Las primeras manifestaciones
forma autosómica recesiva. El gen causal, SLC26A4 (antes visuales son los trastornos de la visión en la penumbra
llamado PDS), está implicado tanto en el síndrome de Pen- (ceguera nocturna), a menudo a partir de los 8-10 años
dred [2] como en una forma de sordera aislada, DFNB4 [3, 4] . de edad [12] . Mientras que el fondo de ojo (FO) sigue
La frontera entre el síndrome de Pendred y la forma de sor- siendo normal durante muchos años, el electrorreti-
dera aislada DFNB4 es a veces difícil de definir, ya que, en nograma es patológico desde el principio. El síndrome
las familias con Pendred, uno o más integrantes pueden de Usher de tipo I es una indicación para un implante
no desarrollar la lesión tiroidea [5] . La forma DFNB4 se dis- coclear bilateral precoz para lograr la comprensión del
cute en detalle en el parágrafo «Sordera no sindrómica». habla sin lectura labial en estos niños, que tendrán tras-
La prevalencia del síndrome de Pendred se estima en 7- tornos visuales considerables en la edad adulta. En la
10 casos por cada 100.000 nacimientos. La sordera tiene la práctica, la exploración oftalmológica con FO debe ser
particularidad, cuando no es muy profunda al principio, sistemática y repetida en los niños y adultos sordos, y en
de evolucionar en etapas de agravación brusca seguidas de cualquier sordera profunda congénita bilateral sin mal-
una recuperación que suele ser parcial. Estas fluctuacio- formación cocleovestibular con retraso en la marcha
nes son en extremo discapacitantes y angustiantes para el (>18 meses) debe efectuarse un electrorretinograma,
niño. aunque el FO sea normal;
La edad de aparición del bocio tiroideo es variable, la • en el síndrome de Usher de tipo II, en dos tercios de los
mayoría de las veces en la segunda década (el 70% de casos la sordera congénita bilateral es moderada o grave,
los pacientes no tienen bocio a los 10 años) [6] . Por lo a menudo progresiva, con predominio en las frecuen-
tanto, el síndrome de Pendred se presenta como una sor- cias altas, la distrofia de la retina se manifiesta más tarde

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Cuadro 1.
Sorderas sindrómicas más frecuentes y/o graves. Todos estos síndromes pueden presentarse como sordera aislada: los signos del síndrome
pueden estar presentes en otros miembros de la familia en forma autosómica dominante con expresividad variable o pueden aparecer en
la infancia.
Nombre del síndrome Modo de transmisión Genes implicados Principales signos que hay Exploraciones
que buscar en las personas necesarias
sordas y/o en la familia
Waardenburg de tipo I Autosómico dominante PAX3 Mechones blancos o canicie Anamnesis ++
precoz Exploración física
Iris de distinto color o azul ++
porcelana Exploración
Despigmentación cutánea oftalmológica con
Despigmentación retiniana en FO
el FO
Distopia cantal
Waardenburg de tipo II Autosómico dominante MITF Igual que el tipo I sin distopia
Autosómico dominante SOX10 cantal
Autosómico dominante EDNRB
Waardenburg de tipo III Autosómico dominante PAX3 Igual que el tipo I
+ Malformaciones de las
extremidades
Waardenburg de tipo IV Autosómico EDNRB Igual que el tipo II
recesivo/dominante ± Enfermedad de
Autosómico recesivo EDN3 Hirschsprung
Autosómico dominante SOX10 ± Anomalías neurológicas
BOR Autosómico dominante EYA1 Anomalías del oído externo Anamnesis
SIX1 y/o medio Exploración física
Fístulas o quistes branquiales Ecografía renal sólo
Malformaciones renales con orientación
clínica
CHARGE Autosómico dominante CHD7 Malformaciones oculares Exploración física
Malformaciones cardíacas Exploración
Atresia coanal oftalmológica
Retraso motor, deficiencia Ecografía cardíaca
intelectual, anosmia, retraso Ecografía renal
puberal, retraso de crecimiento RM cerebral/bulbos
Malformaciones genitales olfatorios
Dismorfismo
Malformaciones del oído
externo y/o medio e interno
Usher 1 Autosómico recesivo MYO7A Distrofia retiniana Exploración
CDH23 Arreflexia vestibular oftalmológica con
PCDH15 (tipo 1 ± 3) FO
SANS Electrorretinograma
USH1C Pruebas vestibulares
Usher 2 Autosómico recesivo USH2A
VLGR1
WRHN
Usher 3 Autosómico recesivo USH3
Pendred Autosómico recesivo SLC26A4 Bocio hipo o eutiroideo Exploración física,
T4-TSH
Alport Dominante ligado al X COL4A5 Hematuria Tira reactiva de
Autosómico recesivo COL4A4 Insuficiencia renal orina
Autosómico recesivo COL4A3

BOR: branquiootorrenal; CHARGE: coloboma, defecto cardíaco, atresia coanal, retraso de crecimiento y desarrollo, hipoplasia genital, anomalías del
oído/sordera; FO: fondo de ojo; RM: resonancia magnética; T4: tiroxina; TSH: tirotropina.

en el inicio de la edad adulta y los signos vestibulares Hasta la fecha, nueve genes son responsables del sín-
están ausentes; drome de Usher: cinco para el síndrome de Usher de tipo
• en el tipo III, una forma muy poco frecuente, excepto I, cuatro para el de tipo II y uno para el de tipo III (Cuadro
en algunas etnias, la sordera bilateral es progresiva 1). En la gran serie francesa [13] , se encontraron variacio-
y a menudo poslocutiva; los signos vestibulares y nes patogénicas en el gen MYO7A en el 55% de los casos
la edad de inicio de la afectación de la retina son de síndrome de Usher de tipo I y en el gen USH2A en el
variables. 57% de los casos de tipo II. Las variaciones patogénicas
La evolución y la gravedad de la distrofia retiniana en en la mayoría de estos genes también pueden ser respon-
los tres tipos de síndrome de Usher son variables de un sables de formas aisladas de sordera, asociadas o no a la
paciente a otro, incluso dentro de la misma familia, lo que afectación vestibular.
hace difícil establecer el pronóstico visual. Hasta la fecha El análisis de todos estos genes puede plantearse de
no se ha establecido ninguna relación genotipo/fenotipo rutina. Como la sordera es durante mucho tiempo el único
retiniano. signo clínico, el síndrome de Usher puede diagnosticarse

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Figura 2. Síndrome de Waardenburg.


A. Con heterocromía del iris (ojos de distinto color) y distopia cantal (aumento de la distancia entre los cantos internos) en un tipo 1.
B, C. Heterocromía del iris e iris de color azul porcelana en un tipo 2.
D. Despigmentación de la piel.

antes de la aparición de las manifestaciones clínicas oftal- malformación de los laberintos posteriores y de la agene-
mológicas durante una evaluación genética. sia de los bulbos olfatorios identificable en el estudio por
imagen [16] .
Tres síndromes autosómicos Síndrome branquiootorrenal
dominantes El síndrome BOR combina sordera, anomalías bran-
Son frecuentes y probablemente estén infradiagnos- quiales y renales. Las malformaciones renales pueden ser
ticados debido a su variabilidad fenotípica: síndrome mayores (agenesia o hipoplasia mayor), menores (reflujo
de Waardenburg, síndrome branquiootorrenal (BOR) y vesicoureteral) o estar ausentes (síndrome BO). La sor-
síndrome CHARGE (coloboma, defecto cardíaco, atresia dera de percepción, de transmisión o mixta se acompaña
coanal, retraso de crecimiento y desarrollo, hipoplasia de malformaciones del oído externo (orejas mal dobla-
genital, anomalías del oído/sordera). das, aplasia de la oreja, fibrocondromas, estenosis del
conducto auditivo) y/o del oído medio (aplasia menor
Síndrome de Waardenburg responsable del componente de transmisión en el audio-
grama) y/o del oído interno (diversas malformaciones
El síndrome de Waardenburg, que afecta a uno de cada cocleovestibulares). Suelen encontrarse fistulas preauricu-
40.000 niños, combina sordera de percepción con ano- lares y fístulas de la segunda hendidura branquial con
malías de pigmentación del cabello (mechones frontales residuos cartilaginosos asociados (Fig. 3A–C). Las ano-
blancos), de los ojos (iris de color azul porcelana, hete- malías pueden ser uni o bilaterales. En la práctica, en
rocromía del iris, despigmentación en el FO) y de la presencia de una sordera de percepción o mixta aso-
piel (grandes manchas cutáneas despigmentadas preco- ciada a una fístula branquial o a malformaciones del oído
ces) (Fig. 2A–C). Se han descrito cuatro tipos clínicos de externo, debe efectuarse una ecografía renal. Sin embargo,
síndrome de Waardenburg según los signos asociados: como las fístulas preauriculares y los fibrocondromas
• el tipo I se asocia a la distopia cantal (canto interno unilaterales son frecuentes en la población general, se
desplazado hacia fuera con longitud reducida de la hen- han establecido criterios diagnósticos para el síndrome
didura palpebral); BOR [17] . Los dos genes identificados: EYA1 (gen mayor)
• el tipo II es el más frecuente, sin distopia cantal; y SIX1 codifican factores de transcripción [18] .
• el tipo III (o Klein-Waardenburg) es un tipo I asociado
a malformaciones de las extremidades;
• el tipo IV (o Waardenburg-Shah) se presenta como un
Síndrome CHARGE
síndrome de Waardenburg de tipo II asociado a la enfer- El síndrome CHARGE, que afecta a uno de cada 10.000
medad de Hirschsprung y a veces a signos neurológicos. niños al nacer, es un síndrome polimalformativo que
La sordera de percepción es muy variable, inconstante, incluye:
uni o bilateral, de leve a profunda, con o sin malformación • malformaciones oculares, en particular un coloboma
del oído interno. Debido a la gran variabilidad de la expre- (C) de iris o de retina;
sión clínica, el diagnóstico puede pasarse por alto si los • malformaciones cardíacas variables (H);
signos de despigmentación están ausentes o son tempo- • atresia coanal (A);
rales. Se han identificado seis genes responsables (Cuadro • retrasos en el desarrollo (R): retraso constante de la
1) [14] . De ellos, el gen SOX10 [15] es responsable de una marcha (arreflexia vestibular congénita), deficiencia

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Figura 3. Síndrome branquiootorrenal (BOR).


A. Displasia del pabellón con fístula preauricular.
B. Residuo branquial cervical.
C. Fístula de la segunda hendidura branquial.

intelectual inconstante de gravedad variable, retraso Aquí sólo se comentan las formas más frecuentes
puberal, retraso de crecimiento; (cada forma sigue siendo una enfermedad rara). Para
• hipoplasia genital (G); una lista exhaustiva de los genes conocidos, véase
• malformaciones de las tres partes del oído externo https://hereditaryhearingloss.org.
(E) (pabellones auriculares pequeños y redondos sin
lóbulo), del oído medio (malformaciones osiculares) y
del oído interno (aplasia o hipoplasia casi constante de GJB2: gen que codifica la conexina 26
los conductos semicirculares laterales [Fig. 4A–C] que y es responsable de la sordera DFNB1
puede estar asociada a otras malformaciones cocleoves-
tibulares, sordera de percepción) [19] . Este gen, GJB2, está implicado en la forma mayoritaria
Otras malformaciones pueden estar asociadas a las men- de sordera congénita bilateral aislada. La mayoría de las
cionadas en el acrónimo, en particular la ausencia no veces se transmite de forma autosómica recesiva. También
constante pero frecuente de desarrollo de los bulbos es responsable de una forma rara de sordera autosómica
olfatorios y las hendiduras labiopalatinas. Los pacientes dominante y de formas de sordera asociadas a signos cutá-
presentan un dismorfismo característico con cara cua- neos (síndrome KID [queratitis, ictiosis, sordera]) [21] .
drada y displasia de las orejas. La asimetría facial se GJB2 está implicado en el 20-30% de las sorderas congé-
observa a menudo debido a la malformación del laberinto nitas bilaterales en Francia [22, 23] . En esta forma de sordera,
posterior. La gravedad y la expresividad de este síndrome la deficiencia auditiva es congénita, de cualquier nivel de
varían mucho de una persona a otra, desde un pronós- gravedad, pero en dos tercios de los casos es grave o pro-
tico vital comprometido hasta una sordera sindrómica funda, con curvas audiométricas planas o descendentes.
leve. Este síndrome está relacionado con variaciones pato- Si el déficit no es profundo al principio, puede producirse
génicas en un alelo del gen CHD7, ya sea de novo o una agravación progresiva a lo largo del tiempo [24, 25] . El
transmitidas por un progenitor afectado por una forma estudio por imagen de los peñascos y las pruebas vestibu-
leve. lares por calor son normales [26] .
En Francia, como en los países caucásicos, predomina
una variación de GJB2: 35delG. Los portadores heteroci-
Síndrome ligado al cromosoma X gotos (que llevan la mutación en un solo alelo del gen y
Síndrome de Alport son normooyentes) de esta mutación son numerosos en
Debe buscarse de forma sistemática en toda sordera pos- la población general: el 2,5-4% de la población en Fran-
locutiva que aparezca antes de la edad adulta. Una sordera cia, España e Italia, el 2% en Estados Unidos. En algunas
de percepción bilateral progresiva (1.a década) se asocia a poblaciones se encuentran otras variaciones patogénicas
una glomerulopatía que se manifiesta por hematuria, al mayoritarias: 167delT en la población judía asquenazí [26] ,
principio microscópica, durante varios años [20] . La evo- 235delC en Japón, China y Corea [27, 28] , R143W en África
lución hacia la insuficiencia renal es frecuente y precoz negra (Brobby 1998) (Figg. 5, 6).
en los varones (90% a los 40 años), menos frecuente y La demostración de variaciones patogénicas en los dos
menos grave en las mujeres. La sordera de percepción alelos de GJB2 en un caso esporádico de sordera congénita
sigue los mismos patrones de frecuencia y evolución. Se permite confirmar la naturaleza genética de la sordera y
han identificado varios genes que codifican distintos colá- atribuir a las parejas el 25% de riesgo de recurrencia.
genos responsables de este síndrome (Cuadro 1), de los Algunos pacientes sordos heterocigotos para una
cuales el más común es el gen COL4A5. variación patogénica intragénica de GJB2 también son
portadores de una deleción en el otro alelo que lleva un
elemento regulador de GJB2 y parte del primer exón del
 Sordera no sindrómica gen GJB6 localizado de forma adyacente en el cromosoma
13 [29, 30] .
Las formas autosómicas recesivas (DFNB) son las más
frecuentes (90%) y la sordera suele ser congénita. En las
formas dominantes (DFNA) (8%), la sordera es más a SLC26A4: gen que codifica la pendrina
menudo progresiva o de aparición tardía, durante la infan- y es responsable de la sordera DFNB4
cia o en la edad adulta. Hasta la fecha se han clonado
cinco genes responsables de la sordera aislada (1%) ligada El gen SLC26A4 es responsable de casi el 8% de las
al cromosoma X (DFN). sorderas aisladas en la infancia, así como de una forma
En las sorderas aisladas se han identificado hasta la sindrómica más infrecuente: el síndrome de Pendred, que
fecha 120 genes distintos. Una decena de ellos pueden combina la sordera con una disfunción tiroidea como el
transmitirse, según la mutación, tanto de forma domi- bocio con o sin hipotiroidismo (cf «Sordera sindrómica»).
nante como recesiva; 18 son responsables de formas La sordera de la forma aislada de transmisión recesiva,
aisladas y sindrómicas de sordera. DFNB4, se asemeja a la del síndrome en todos los aspectos

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Figura 4. Síndrome CHARGE (coloboma, defecto cardíaco, atresia de coanas, retraso del
crecimiento y del desarrollo, hipoplasia genital, anomalías del oído/sordera). Tomografía
computarizada de los peñascos en corte axial: conducto semicircular lateral normal (A);
aplasia (B) e hipoplasia (C) del conducto semicircular lateral.

Figura 5. Frecuencia de DFNB1 (variaciones patogé-


nicas de GJB2) entre las sorderas congénitas en distintas
poblaciones.

Figura 6. Prevalencia de portadores heterocigotos,


variaciones patogénicas recurrentes de GJB2 en distin-
tas poblaciones.

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Figura 7. Dos ejemplos de audiogramas de sordera por variaciones patogénicas de WFS1. Déficit auditivo bilateral moderado, de
percepción, predominante en las frecuencias bajas, con un timpanograma normal. OI: oído izquierdo; OD: oído derecho.

(prelocutiva, fluctuante y progresiva, dilatación bilateral WFS1: gen que codifica la wolframina
del acueducto vestibular) [3, 4] .
No hay relación entre el tipo de variación patogénica y es responsable de la sordera
y el carácter aislado o sindrómico de la sordera [30] . Esta DFNA6-14-38
falta de relación genotipo/fenotipo impone una vigilan-
cia tiroidea de los pacientes con variaciones patogénicas Las mutaciones recesivas en el gen WFS1 son respon-
de SLC26A4 hasta la edad adulta para tratar un posible sables de un síndrome muy infrecuente, conocido como
trastorno tiroideo de forma precoz y evitar el desarrollo síndrome de Wolfram, que da lugar a una patología
de un bocio. grave desde la infancia que asocia una deficiencia visual
Las variaciones patogénicas de SLC26A4 se identifican por atrofia óptica, sordera de percepción bilateral pos-
sólo en el 40% de las sorderas aisladas con acueductos locutiva precoz y evolutiva, diabetes mellitus y diabetes
vestibulares dilatados [31] , lo que indica la heterogeneidad insípida. En el curso de la enfermedad pueden aparecer
genética de esta forma clínica, pero en casi el 100% de los otras manifestaciones clínicas: disautonomía, trastornos
síndromes de Pendred [32] . psiquiátricos, etc. En este caso, el pronóstico vital puede
El reconocimiento de la sordera debida al SLC26A4 estar comprometido.
es relevante para el asesoramiento genético, pero tam- Las mutaciones dominantes en el mismo gen pueden
bién para el pronóstico, ya que su progresión previsible ser responsables de un continuo clínico que va desde la
puede ayudar a la orientación educativa, a las precau- sordera aislada [35] hasta un síndrome «seudo-Wolfram»
ciones contra los microtraumatismos (algunos deportes (sordera y atrofia óptica; sordera y diabetes). Sin embargo,
o barotraumatismos) y a la vacunación contra el neumo- los signos asociados a la sordera son menos graves y más
coco. tardíos que en el síndrome de Wolfram.
La sordera de percepción bilateral es precoz (1.a década),
pero rara vez congénita. Las frecuencias afectadas sue-
STRC: gen que codifica la estereocilina len ser las bajas o las conversacionales, con una curva
audiométrica en forma de U (Fig. 7). El déficit auditivo
y es responsable de la sordera DFNB16 evoluciona con una afectación de las frecuencias bajas que
puede conducir a una sordera profunda bilateral.
Las deleciones y variaciones patogénicas en ambos ale-
los del gen STRC causan una sordera aislada congénita
bilateral [33] que se asemeja a la causada por GJB2 (bilateral,
simétrica, sin malformación del oído interno ni afecta- POU3F4: gen que codifica la proteína
ción vestibular). Sin embargo, la sordera sólo es leve o POU3F4 y es responsable de la sordera
moderada y no progresa con el tiempo. Se cree que este
trastorno genético es responsable del 10% de las sorderas
DFN3
aisladas prelocutivas [34] . Algunas deleciones de STRC se Las variaciones patogénicas de POU3F4 son responsa-
asocian a una deleción del gen CATSPER2, localizado de bles de una forma infrecuente de sordera, el 0,9% de
forma adyacente en el cromosoma. En caso de deleción las sorderas aisladas prelocutivas, denominada «sordera
de ambas copias de CATSPER2, se asocian trastornos de la mixta ligada al X con gusher perilinfático» [36] o DFN3.
fertilidad en varones jóvenes sordos. Cuando el déficit no es profundo de inmediato, la sordera

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Figura 8. Sordera debida a una variación patogénica de POU3F4 (DFN3).


A. Conducto auditivo interno y cóclea normales en la tomografía computarizada (TC) de peñasco en corte axial.
B, C. Dilatación del conducto auditivo interno con dilatación coclear y ausencia del modiolo óseo en una TC de peñasco en corte axial.

de percepción se acompaña de un componente de trans- ciliadas internas, por lo que la DFNB9 es una sinaptopatía.
misión significativo, con Rinne de 50-60 dB, lo cual, antes Hay dos fenotipos relacionados con las anomalías:
de que se conociera este síndrome, conducía a menudo a • una sordera de percepción bilateral que es profunda
la sospecha de una fijación estapedial y a la exploración desde el principio, prelocutiva, con OEA a menudo con-
del oído; la platinectomía provocaba entonces un gusher servadas durante los primeros meses de vida;
perilinfático y daba lugar a una cofosis. En efecto, una • una sordera de percepción bilateral prelocutiva o pos-
malformación característica de esta forma clínica es una locutiva precoz menos grave, a menudo fluctuante,
dilatación considerable del conducto auditivo interno con disociación de los umbrales en la audiometría
asociada a una dilatación cocleovestibular y a una ausen- tonal/vocal, OEA y productos de distorsión conser-
cia del modiolo óseo, que es claramente visible en la TC de vados, asociados a potenciales provocados auditivos
los peñascos o en la RM de las vías auditivas [8] (Fig. 8A-C). desincronizados.
Los varones afectados nacen con sordera profunda bilate- Una variación de OTOF, Q829X, es recurrente; parece
ral o con una pérdida de audición menos grave, que suele ser bastante frecuente en España [43] y se encuentra en
agravarse de forma repentina y precoz. La colocación del estado homocigótico en el 3% de las sorderas profundas
implante coclear puede ser difícil debido a la malforma- aisladas y congénitas en Francia. Otras variaciones del gen
ción coclear. Las niñas con una copia anormal del gen OTOF son responsables de una forma clínica particular
POU3F4 también pueden tener una sordera poslocutiva en la que el déficit auditivo se agrava durante episodios
progresiva menos grave con o sin malformación coclear. febriles [44] .
Los trastornos del neurodesarrollo pueden estar asociados
a algunos varones con sordera DFN3 [37] .
Mutaciones del ADN mitocondrial
Neuropatía auditiva (NA) implicadas en la sordera no sindrómica
Starr [38] fue el primero en usar la denominación de Aunque la mayoría de las variaciones patogénicas del
neuropatía auditiva para describir la sordera en adultos, ADN mitocondrial o de los genes nucleares de la función
a menudo bilateral, asociada a potenciales provocados mitocondrial son responsables de cuadros clínicos evolu-
auditivos alterados que contrastan con la presencia de tivos y complejos con afectación multivisceral (incluida
otoemisiones acústicas (OEA) normales [39] . En la NA, la la sordera), varias se han descrito en la sordera aislada:
alteración de la comprensión del habla suele ser mayor las variaciones A1555G y 961delT del ácido ribonucleico
que la alteración de la percepción de los sonidos puros. (ARN) ribosómico 12S y T7511C, A7445G y 7472insC del
Estas formas son ahora mejor conocidas y se sabe que la ARN de transferencia de la serina.
NA incluye causas muy distintas vinculadas a déficits loca- La variación A1555G del ARN ribosómico 12S es muy
lizados en las células ciliadas internas, en la sinapsis con frecuente en poblaciones de origen hispano y asiático [45] .
las células ciliadas (sinaptopatía) o en el nervio auditivo. La sordera de percepción bilateral puede ser de cualquier
Se cree que la NA es responsable de alrededor del 10% de grado y producirse a cualquier edad. La penetrancia de
la sordera congénita y de una proporción aún desconocida la sordera se acerca al 60% de las personas mutadas y
de la sordera en adultos. La frecuencia de estas sorderas es aumenta hasta el 100% tras la toma de aminoglucósi-
muy elevada, hasta el 25% de las sorderas detectadas en dos. En efecto, la forma de ARN ribosómico 12S con
los recién nacidos hospitalizados en neonatología [40] , lo la mutación A1555G se une a los aminoglucósidos con
que justifica la detección precoz de la sordera mediante una afinidad anormalmente alta, lo que puede explicar la
potenciales provocados en lugar de las OEA en esta pobla- aparición de la sordera con dosis normales de aminoglu-
ción. cósidos.
Algunos síndromes combinan la NA con signos neuro- La frecuencia de esta mutación en la sordera aislada
lógicos que afectan sobre todo a los nervios ópticos y a de transmisión materna es heterogénea de un estudio a
los nervios periféricos: síndrome de neuropatía auditiva- otro. En Francia, la prevalencia de las mutaciones del
atrofia óptica [41] , síndrome de Mohr-Tranebjaerg, enfer- ADN mitocondrial puede estimarse en el 1% de las sor-
medad de Charcot-Marie, enfermedad de Friedreich, etc. deras aisladas [46] . Las formas esporádicas siguen siendo
Sin embargo, la mayoría de los pacientes tienen una NA excepcionales.
aislada y hasta la fecha se han aislado cinco genes distintos
en este marco clínico.

OTOF: gen que codifica la otoferlina y es


 Evaluación etiológica
responsable de la sordera DFNB9 La búsqueda de la etiología de la sordera de percepción
Esta forma de sordera recesiva se debe a variaciones se basa sobre todo en una anamnesis y una exploración
patogénicas en el gen OTOF [42] . La otoferlina está impli- física muy detalladas. Salvo casos particulares, es acon-
cada en el tráfico vesicular presináptico de las células sejable disociar la investigación etiológica del anuncio

8 EMC - Otorrinolaringología
Sorderas genéticas  E – 20-191-A-10

Cuadro 2. [2] Everett LA, Glaser B, Beck JC, Idol JR, Buchs A, Heyman M,
Estudio etiológico de una sordera de percepción. et al. Pendred syndrome is caused by mutations in a putative
sulphate transporter gene (PDS). Nat Genet 1997;17:411–22.
Anamnesis dirigida:
[3] Li XC, Everett LA, Lalwani AK, Desmukh D, Friedman RB,
causas extrínsecas (infección prenatal por CMV, ototóxico, Green ED, et al. A mutation in PDS causes non-syndromic
meningitis); recessive deafness. Nat Genet 1998;18:215–7.
antecedentes familiares: [4] Usami S, Abe S, Weston MD, Shinkawa H, Van Camp G,
– sordera, Kimberling WJ. Non-syndromic hearing loss associated with
– anomalía branquial (BOR, etc.), enlarged vestibular aqueduct is caused by PDS mutations. Hum
– mechones blancos, heterocromía del iris (Waardenburg), Genet 1999;104:188–92.
– patología renal (BOR, etc.), [5] Van Hauwe P, Everett LA, Coucke P, Scott DA, Kraft ML, Ris-
– bocio (Pendred), etc. Stalpers C, et al. Two frequent missense mutations in Pendred
Exploración cervicofacial completa (fístulas branquiales, syndrome. Hum Mol Genet 1998;7:1099–104.
distopia cantal, glándula tiroidea, dismorfismo, etc.) [6] Reardon W, Coffey R, Chowdhury T, Grossman A, Jan H, Britton
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Exploración oftalmológica con FO (Usher, Stickler, etc.) disease in Pendred syndrome. J Med Genet 1999;36:595–8.
Búsqueda de hematuria-proteinuria en caso de sordera [7] Phelps PD, Coffey RA, Trembath R, Luxon L, Grossman A, Brit-
poslocutiva evolutiva (Alport) ton KE, et al. Radiological malformations of the ear in Pendred
Estudio por imagen de los peñascos: TC (sordera de syndrome. Clin Radiol 1998;53:268–73.
transmisión o mixta) y/o, sobre todo, RM del oído y cerebral [8] Sennaroglu L, Saatci I. A new classification for cochleovestibu-
con visualización de los bulbos olfatorios, corte del conducto lar malformations. Laryngoscope 2002;112(12):2230–41.
auditivo interno (sordera de percepción) [9] Coyle B, Coffey R, Armour JA, Gausden E, Hochberg Z,
Grossman A, et al. Pendred syndrome (goitre and sensori-
Serología CMV en el niño y la madre o, si es posible, PCR neural hearing loss) maps to chromosome 7 in the region
CMV en Guthrie containing the nonsyndromic deafness gene DFNB4. Nat Genet
Audiogramas de los hermanos ± progenitores 1996;12:421–3.
[10] Sheffield VC, Kraiem Z, Beck JC, Nishimura D, Stone EM, Sala-
CMV: citomegalovirus; BOR: branquiootorrenal; FO: fondo de ojo; meh M, et al. Pendred syndrome maps to chromosome 7q21-34
PCR: reacción en cadena de la polimerasa; TC: tomografía compu- and is caused by an intrinsic defect in thyroid iodine organifica-
tarizada.
tion. Nat Genet 1996;12:424–6.
de la sordera y esperar unos meses para iniciar el trata- [11] Coyle B, Reardon W, Herbrick JA, Tsui LC, Gausden E, Lee
miento audioprotésico, logopédico y educativo. Tras este J, et al. Molecular analysis of the PDS gene in pendred syn-
drome (sensorineural hearing loss and goitre). Hum Mol Genet
período inicial de diagnóstico y tratamiento de la sordera,
1998;7:1105–12.
el papel del otorrinolaringólogo es fundamental para ini- [12] Khateb S, Mohand-Saïd S, Nassisi M, Bonnet C, Roux AF,
ciar la investigación etiológica. Este enfoque permite a las Andrieu C, et al. Phenotypic characteristics of rod-cone dys-
familias estar mejor informadas, en colaboración con un trophy associated with myo7a mutations in a large french cohort.
genetista, y controlar las posibles patologías asociadas. Retina 2020;40(8):1603–15.
El principio de la evaluación etiológica es, en primer [13] Bonnet C, Grati M, Marlin S, Levilliers J, Hardelin JP, Parodi M,
lugar, buscar una causa extrínseca de la sordera (en parti- et al. Complete exon sequencing of all known Usher syndrome
cular, una infección prenatal por citomegalovirus [CMV], genes greatly improves molecular diagnosis. Orphanet J Rare
gracias a la anamnesis, la RM cerebral, las pruebas vesti- Dis 2011;6:21.
bulares, la reacción en cadena de la polimerasa [PCR], la [14] Pingault V, Ente D, Dastot-Le Moal F, Goossens M, Marlin S,
Bondurand N. Review and update of mutations causing waar-
prueba de Guthrie o la serología CMV infantil y materna)
denburg syndrome. Hum Mutat 2010;31(4):391–406.
mediante la anamnesis, una exploración física completa [15] Bondurand N, Dastot-Le Moal F, Stanchina L, Collot N, Baral
y algunas pruebas complementarias (Cuadro 2), así como V, Marlin S, et al. Deletions at the SOX10 gene locus cause
una forma sindrómica. Esta evaluación también debe Waardenburg syndrome types 2 and 4. Am J Hum Genet
incluir de forma sistemática el estudio por imagen del 2007;81(6):1169–85.
oído interno (RM de los conductos auditivos internos, [16] Elmaleh-Bergès M, Baumann C, Noël-Pétroff N, Sekkal A,
del cerebro y de los bulbos olfatorios en caso de sordera Couloigner V, Devriendt K, et al. Spectrum of temporal bone
de percepción; TC de los peñascos en caso de sordera de abnormalities in patients with Waardenburg syndrome and
transmisión) y una exploración oftalmológica con FO. SOX10 mutations. Am J Neuroradiol 2013;34(6):1257–63.
Otras pruebas complementarias se solicitan sólo en fun- [17] Krug P, Moriniere V, Marlin S, Koubi V, Gabriel HD, Colin E,
ción del contexto clínico y anamnésico (Cuadro 2). Tras la et al. Mutation screening of the EYA1, SIX1, and SIX5 genes in a
large cohort of patients harboring branchio-oto-renal syndrome
consulta de genética clínica, el médico suele sugerir aná-
calls into question the pathogenic role of SIX5 mutations. Hum
lisis genéticos. La elección de éstos depende de cada caso; Mutat 2011;32:183–90.
los más frecuentes son el análisis de un gen específico, [18] Kochhar A, Orten DJ, Sorensen JL, Fischer SM, Cremers CW,
un panel de genes, la búsqueda de anomalías en la estruc- Kimberling WJ, et al. SIX1 mutation screening in 247 branchio-
tura cromosómica mediante microarreglos de hibridación oto-renal syndrome families: a recurrent missense mutation
genómica comparativa y los análisis pangenómicos. Los associated with BOR. Hum Mutat 2008;29(4):565.
resultados de estos análisis deben basarse en una estre- [19] Sanlaville D, Verloes A. Charge syndrome: an update. Eur J
cha colaboración clinicobiológica y en la experiencia en Hum Genet 2007;15(4):389–99.
sordera genética. En Francia, por ejemplo, muchos gene- [20] Kimberling WJ, Borsa N, Smith RJ. Hearing loss disorders asso-
tistas se han formado en este campo particular de la ciated with renal disease. Adv Otorhinolaryngol 2011;70:75–83.
[21] Denoyelle F, Lina-Granade G, Plauchu H, Bruzzone R, Chaïb
genética de la sordera (red de centros de competencia
H, Lévi-Acobas F, et al. Connexin26 gene linked to a dominant
adscritos al Centre de Référence des Surdités Géné- deafness. Nature 1998;393:319–20.
tiques, www.maladiesrares-necker.aphp.fr/surdites/). En [22] Denoyelle F, Marlin S, Weil D, Moatti L, Chauvin P, Garabédian
todos los casos es conveniente una consulta de genética EN, et al. Clinical features of the prevalent form of childhood
clínica, que debe proponerse al paciente sordo (sordera deafness, DFNB1, due to a connexin26 gene defect: implications
congénita o aparecida antes de los 30 años) y/o a su fami- for genetic counselling. Lancet 1999;353:1298–303.
lia. [23] Denoyelle F, Weil D, Maw MA, Wilcox SA, Lench NJ, Allen-
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EMC - Otorrinolaringología 9
E – 20-191-A-10  Sorderas genéticas

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S. Marlin (sandrine.marlin@aphp.fr).
Service de médecine génomique des maladies rares, UF morphogenèse et développement, Hôpital Necker, AP–HP.CUP, 149, rue de Sèvres,
75015 Paris, France.
Centre de recherche en audiologie, Hôpital Necker, AP–HP.CUP, 149, rue de Sèvres, 75015 Paris, France.
Embryologie et génétique des malformations, Inserm UMR-1163, Institut Imagine, 24, boulevard du Montparnasse, 75015 Paris, France.
S. Achard.
Service d’ORL pédiatrique et de chirurgie cervicofaciale, Hôpital Necker, AP–HP.CUP, 149, rue de Sèvres, 75015 Paris, France.
M. Serey-Gaut.
Centre de recherche en audiologie, Hôpital Necker, AP–HP.CUP, 149, rue de Sèvres, 75015 Paris, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Marlin S, Achard S, Serey-Gaut M. Sorderas genéticas. EMC -
Otorrinolaringología 2023;52(1):1-10 [Artículo E – 20-191-A-10].

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