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TEOLOGÍA

CONVOCADA

MANUEL GÓMEZ MEND OZA – PATRICIO MERINO BEAS


(Editores)

Colección Theologia et Philosophia / 4


Colección
Theologia et Philosophia

Theologia et Philosophia es una colección de la Facultad de Estudios Teológicos y


Filosofía de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
Alonso de Ribera 2850, Concepción, Chile
editorial@ucsc.cl (56-41) 2345022
www.ucsc.cl

Director de la colección:
Pablo Uribe Ulloa

Comité editorial:
Arturo Bravo
Soledad Aravena
David Solís
Carolina Lagos

Libro sometido a referato por pares evaluadores externos

Teología convocada
© Ediciones Universidad Católica de la Ssma. Concepción
Alonso de Ribera 2850, Concepción, Chile
editorial@ucsc.cl (56-41) 2345022
www.ucsc.cl
Registro de Propiedad Intelectual Nº 2023-A-10638

ISBN impreso 978-956-6068-55-6


ISBN digital 978-956-6068-56-3
DOI: https://10.21703/e9789566068563

Afiliación científica:
Manuel Gómez Mendoza es académico de la Facultad de Estudios Teológicos
y Filosofía de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
Patricio Merino Beas es académico de la Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía
de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.

1ª edición, noviembre 2023

Fotografía de portada:
“Otoño” (2019)
Óleo sobre tela, 110,5 x 90 cm, de Mons. Fernando Chomali Garib.
Impresión: Trama impresores, S.A.
Derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de la obra,
sin la autorización expresa del copyright.
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
ÍNDICE

Manuel Gómez Mendoza – Patricio Merino Beas


Prólogo..................................................................................................................... 7

Agostino Molteni – David Solís


Fundamentos para una teología con-vocada .................................................... 11

Pablo Uribe Ulloa


Hermenéutica Bíblica Latinoamericana. Caminos y prospectivas ............... 29

Juan Carlos Inostroza


La Teología convocada: Memoria(s), identidad(es) y compromiso
histórico en juego .................................................................................................. 49

Hernán Yesid Rivera Roberto


La teología como mediadora entre la cultura, realidad y fe del
ser humano ............................................................................................................. 75

Manuel Gómez Mendoza


Reflexiones sobre las bases epistemológicas de la Historia de la Iglesia ....... 99

Catherine Jaillier Castrillón


La Revelación en un mundo hiperconectado Ap 10 y 11.............................. 123

Leandro Bedin Fontana


El pentecostalismo como religión pública y los desafíos de una teología
política contemporánea ........................................................................................ 141

Carlos Arboleda Mora


La Encíclica Laudato si’ como propuesta de una teología armónica de la
cuaternidad ............................................................................................................ 155
Pedro Pablo Achondo Moya
Oración y relación entre tejuelas de alerce: Una lectura teológica
territorial de los vínculos humano-medioambiente .................................. 169

Edgar Enrique Velásquez Camelo


Ciberteología como quehacer: ¿legitimación de la técnica en el discurso
eclesial?............................................................................................................... 185

María del Pilar Mesa Beleño – Jonny Alexander García Echeverri – John
Edward Trujillo Ríos
La sinodalidad en el magisterio del Papa Francisco. Desafío eclesial
para América Latina ........................................................................................ 203

Colaboradores .................................................................................................. 215


LA ENCÍCLICA LAUDATO SI´ COMO PROPUESTA DE UNA
TEOLOGÍA ARMÓNICA DE LA CUATERNIDAD

Carlos Arboleda Mora1


Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia

Introducción

E s bastante conocida la crisis ecológica actual y ya son muchos los


balances y estudios que se han hecho sobre ella, entendiéndola no sólo
en el campo de la naturaleza sino también en sus relaciones con el sujeto
humano, con la sociedad, con la tecnología y con los problemas del sen-
tido. Acá no se centrará la reflexión sobre los diagnósticos, sino que se irá
directamente a los diversos esfuerzos de comprensión y solución que se han
dado. Estos tienen en común ciertas propuestas como una nueva manera
de pensar que sobrepase la visión tecnoproductiva del mundo actual, el
individualismo capitalista del lucro y el logos hedonista del consumo, que
tantos problemas originan en cuanto a las posibilidades de permanencia del
planeta. Siguiendo con estas mentalidades no habrá futuro.
Teniendo en cuenta el papel que el cristianismo puede jugar en dicho
escenario, se ve urgente una nueva manera de hacer teología que pueda
responder integralmente a los problemas desde una visión evangélica de
la realidad. La visión tradicional metafísica de la teología cristiana afirma-
da en 1879 cuando el papa León XIII publicó la encíclica Aeterni Patris,
dedicada completamente a la filosofía escolástica que con el nombre de
neoescolástica predominó y predomina todavía en algunos grupos de los
ambientes católicos, no permite hoy una vivencia adecuada y responsable
del Evangelio. No se trata de desvalorizarla, sino de indicar que su método y
sus conclusiones no son adecuados para el momento actual por su lenguaje
muy deudor de categorías griegas, sus modos de deducción y su concep-
tualización ontoteológica.
La metodología seguida en este escrito es de tipo analítico-documental.
Se revisan autores y obras relacionados con el tema de la ecología integral,
1
https://orcid.org/0000-0002-9817-0707

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Teología convocada / M. Gómez Mendoza – P. Merino Beas (Editores)

con la teología relacional, con la nueva fenomenología francesa y se mira


la encíclica Laudato Si’2 para encontrar en ella una maravillosa síntesis
creativa de una Ética ecológica integral, que se entiende desde una teología
relacional. Se tiene como idea base que la fenomenología de la donación
es un socio importante hoy para la teología como lo fue en el pasado la
filosofía neoescolástica.

1. La preocupación por una ecología integral

Las dificultades ecológicas, sociales, personales y de sentido que se ven en


el mundo de hoy han preocupado, desde hace unos años, a pensadores que
han comenzado a hacer propuestas conocidas como ecologías integrales.
Estas nacen en el contexto del rechazo a las miradas dominadoras e impe-
riales sobre la naturaleza y al avance de una nueva conciencia frente a la
naturaleza. Edgar Morin, con mirada interdisciplinar, sugiere observar la
complejidad integrando filosofía, ciencias, antropología… conectando lo
distinto sin disolver las diferencias3. Hay un camino hacia una conciencia
planetaria cuando se reconozca que los hombres están interconectados entre
sí y con toda la tierra. Esa solidaridad planetaria se ha de construir, aunque
es difícil, “un imposible posible” aún en medio de la incertidumbre. Su obra
influye en Bruno Latour4 y Félix Guattari; el primero, por su propuesta de
una ecología política, y, el segundo, por su tesis pionera de las tres ecologías5.
El término ecología integral es usado por primera vez en los años noventa
por Thomas Berry6, Ken Wilber7 y Leonardo Boff8.
Boff entiende la ecología integral como una teoría evolutiva que reúne
tres enfoques: el ambiental (toda la comunidad de la tierra), el social (las

2
Francisco, Carta encíclica Laudato Si’. (Vaticano 4 de Mayo de 2015) https://www.vatican.
va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.
html. Citado 1 de octubre 2021. (En adelante LS).
3
E. Morin, Homeland Earth: A manifesto for the new millennium, Hampton Press, Cresskill,
NJ 1999, 106, 108, 114, 116, 130.
4
B, Latour, Politiques de la nature, comment faire entrer les sciences en démocratie, La Dé-
couverte. Paris 1999.
5
F. Guattari, Las tres ecologías, Pretextos, Valencia 1989.
6
T. Berry, The sacred universe: Earth, spirituality, and religion in the twenty-first century,
Columbia University Press, New York 2009.
7
K. Wilber, Sex, ecology, spirituality: The spirit of evolution, Shambhala, Boston 2000.
8
L. Boff y V. Elizondo, (1995). “Ecology and poverty: Cry of the earth, cry of the por”
En Concilium 5 (1995) ix-xii.

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La Encíclica Laudato Si’ como propuesta de una teología... / C. Arboleda M.

implicaciones sociales) y la ecología profunda (cuestiones de interioridad,


ética y religión)9 y todo situado en la evolución general del cosmos. Ellos se
apoyan en Thomas Berry y su “principio cosmogenético” donde los procesos
se dan por diferenciación, subjetividad y comunión10. Proponen la diferen-
ciación en lo ambiental, la subjetividad en la interioridad y la comunión
en la búsqueda de unión solidaria entre los humanos, lo que interconecta
humanos, tierra y cosmos.
Como se observa, el término de ecología integral apareció hace unos 25
años en varios contextos, pero fue la encíclica Laudato Si´ (LS) del papa
Francisco la más reciente llamada de atención en forma global. Hay un
desarrollo progresivo cuya historia la presenta el libro editado por Sam Mic-
key, Sean Kelly,y Adam Robbert11. Allí se mencionan los más importantes
autores como Félix Guattari, Edgar Morin, Sean Esbjörn-Hargens, Michael
Zimmerman, Ken Wilber, Thomas Berry, Leonardo Boff, Brian Swimme,
Bruno Latour, Donna Haraway, así como los programas académicos que se
han establecido para estudiar la relación religión-ecología.
Ante la profusión de autores, con Sean Kelly, se podrían resumir así
los cinco principios compartidos de las diversas ecologías integrales: estar
situado en un contexto evolutivo, tener un alcance planetario, ir más allá de
los límites disciplinarios, afirmar un carácter sagrado o universo encantado,
y estar comprometido con compromisos prácticos12.

2. La armonía de la cuaternidad. La cuaternidad en Heidegger

Un aporte que no se puede olvidar es el de Heidegger con su idea de la


armonía de la cuaternidad (cuarteto, Foursome, Geviert, cuadrante, cuater-
nidad…),13 y de su reflexión extraer consecuencias enormes para una ética
ecológica integral fundamentada en el amor. Se puede hacer una lectura
teológica de la Cuaternidad. El cruce se da en la vida de forma dinámica,

9
M. Hathaway – L. Boff, The Tao of liberation: Exploring the ecology of transformation,
Orbis Books,Maryknoll 2009.
10
M. Hathaway – L. Boff, The Tao of liberation…, 66-78.
11
S. Mickey, S. Kelly, A. Robbert (Ed). The Variety of Integral Ecologies Nature, Culture, and
Knowledge in the Planetary Era, SUNY, New York, 2017.
12
S. Kelly, “Five Principles of Integral Ecology” En S. Mickey, S. Kelly, A. Robbert (eds).
The Variety of Integral Ecologies Nature, Culture, and Knowledge in the Planetary Era. SUNY,
New York, 2017, cap 8.
13
M. Heidegger, Construir, habitar, pensar, en: M. Heidegger, Conferencias y artículos.
Ediciones del Serbal, Barcelona 2001, 107-120.

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Teología convocada / M. Gómez Mendoza – P. Merino Beas (Editores)

es decir, venir del ocultarse al aparecer; es un desvelamiento aletheico de la


verdad. Es un evento de revelación, pues ahí el Ser-ahí se da cuenta de su
ser que unifica en sí mismo cielo y tierra, Dios y humanos.
La armonía de la cuaternidad no permite separar los elementos. Mirar-
los por separado es quebrar la unicidad de la manifestación, y reducirlos a
objetos. Estar en el cruce de los cuatro es sentir la revelación del ser, que
es lo que se hace al habitar genuino, donde se construye, se vive, se piensa,
se recuerda y se agradece. Cuando se unen en la vivencia auténtica, es ser
consciente de ser hombre y no se pierde el mundo.
Es un habitar poético y ético, es decir, plenamente humano. La unidad
de los cuatro no es algo sujeto a una ciencia exacta, conceptual y clasifi-
catoria, sino simplemente expresable en forma ético-poética que forma la
humanitas. Un estado de cosas que privilegie uno de los cuatro puede caer
en el fundamentalismo (teocrático, totalitario, ambiental o individualista).
La unión de los cuatro favorece la vida plena en cuanto se da la danza, la
perichoresis de la comunidad. Esto es lo que se refleja en la encíclica LS.

3. Una teología relacional necesaria para una ecología integral

Ética ecológica integral es la expresión para hablar de una teología armó-


nica de la cuaternidad que reúna la teología del sentido, de tierra, de la
vida en sociedad y del ser humano. O aún mejor, que sea una reflexión
sobre la totalidad de lo dado. No es simplemente interdisciplinariedad
sino una teología mística con metodologías fenomenológicas, contextuales,
policéntrica-interculturales, sinodales, colaborativas, ecuménicas, recepti-
vas. Una nueva forma de hacer teología se va vislumbrando en el mundo
de hoy. Han aparecido diversas teologías que insisten en mirar desde algún
punto de vista hermenéutico la reflexión: teologías feministas, de género,
contextuales, indias, negras, LGBTI, de la liberación, etc., que contribuyen
a tener en cuenta todas las perspectivas de la realidad vivida y eso está bien.
Pero, en el fondo, lo que se necesita es una teología relacional que aúne los
propósitos de todas las teologías regionales y dé un peso epistemológico,
filosófico y evangélico a la tarea teológica sobre la base de un fundamento
común y originario. Una especie de teología primera que se encuentra en la
donación de un Dios relacional (trinitario) como fuente de toda revelación
y en el testimonio trinitario del donatario como manera de mostrar ese don
al mundo. La propuesta de Jean Luc Marion es importante, especialmente

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La Encíclica Laudato Si’ como propuesta de una teología... / C. Arboleda M.

con la fenomenología de la donación y la fenomenicidad del fenómeno


saturado que abre las puertas a una concepción de la revelación que empa-
renta con la revelación cristiana. A pesar de las críticas a Marion, como son
las de Dominique Janicaud que denuncia a Marion porque no se queda en
el método fenomenológico sino que introduce supuestos de la teología en
la filosofía14; Benoist que argumenta que la finalidad de Marion es hacer
una “teología no metafísica”;15 o Emmanuel Falque que dice que Marion
olvida la finitud humana, 16 la fenomenología de la donación aparece como
un socio importante para la teología en una época postmetafísica, pues da
cuenta de la realidad humana como realidad donada que responde con amor
al llamado. Se presenta, como dice Roggero, una “vía fenomenológica que
busca “destituir la metafísica”, y que opera en un diálogo de ida y vuelta
con la teología, pero sin abandonar el campo estrictamente filosófico”17. Es
la “destitución pascaliana” que opera en el “ordo amoris”, donde la meta-
física no tiene lugar, pues está por encima del orden material y del orden
racional18. Es la donación del amor que quiere establecer un diálogo con
la humanidad en su finitud, en la carne, para abrirle a las posibilidades de
la relación, la comunicación y la misma superación de la finitud. La dona-
ción de la trinidad se revela en la carne del hombre en el mundo, sufriente,
intersubjetiva y pasible de redención. Además, la revelación del fenómeno
saturado, que la fenomenología no puede asegurar, sí la puede hacer efectiva
la mística cristiana19.
Es precisamente la fenomenología de la donación la que permite hablar
de una ontología trinitaria relacional, pues lo que se revela es una comu-
nión que hace comunión, una trinidad que crea sujetos trinitarios, pues
abre las conciencias en una economía de salvación en la historia real de la
humanidad. En la entrega de Jesús en la carne «se da» la donación del amor

14
D. Janicaud, “Le tournant théologique de la phénoménologie française” en: D. Janicaud,
La phénoménologie dans tous ces états, Gallimard, Paris 2009, 101-102.
15
J. Benoist, “Le ‘tournant théologique’”, en: J. Benoist, L’idée de phénoménologie, Beauchesne,
Paris, 2001 89-93.
16
E. Falque, Passer le Rubicon. Philosophie et Théologie: essai sur les frontières, Lessius, Bruxelles,
2013, 150-151.
17
J.L. Roggero, “Filosofía y teología en la “vía fenomenológica” de J.L. Marion”, en: Nuevo
Pensamiento. IX, 13 (2018) 3.
18
J.L. Roggero, “Filosofía y teología…”, 5.
19
S. Vargas Andrade, Jesús Abandonado, Don de amor, Donación de la Trinidad en las viven-
cias y comprensiones de Chiara Lubich. La fenomenología de la donación de Jean-Luc Marion como
método para la teología. Ciudad Nueva/ Universidad Católica de Córdoba, Buenos Aires, 2021.

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Teología convocada / M. Gómez Mendoza – P. Merino Beas (Editores)

trinitario. La superación de los paradigmas del individualismo, el consumo,


el colectivismo, el lucro, sólo se da en la vivencia de la trinitariedad donada
y asumida20.
Un teólogo interesante en este campo es Klaus Hemmerle que desarrolla
una ontología relacional haciendo uso de la fenomenología en un movi-
miento que va de la fenomenología de lo sagrado a la fenomenología de la
fe y de ésta a una fenomenología del amor o de la donación.
Para él, hay consonancia entre filosofía y teología, pues defiende la tesis
de la unidad del pensar como dice su conferencia “Apertura del pensamiento
en la fe y apertura de la fe en el pensamiento”,21 dando a entender que la
fenomenología sirve como contenido y método de la filosofía de la religión
(fenomenología de lo sagrado) y de la teología (fenomenología de la fe y
del amor). Fenomenología como apertura radical a la realidad que se nos
da en plenitud, dación que muestra el límite del conocimiento humano y
que exige abrirse a la realidad que se da. Esa unidad del pensar es relacional,
no puede existir el pensamiento sin la teología y viceversa. Y así se puede
pensar la Trinidad como un misterio que es clave de comprensión de toda
la realidad. Entenderla como una donación donde se da relación, intercam-
bio, perikoresis e inhabitación (es decir, amor) resuelve el problema de la
pluralidad, de la unidad y de la vida.
En la ontología trinitaria tienen importancia el movimiento y la relación,
pues el fundamento es el amor que llega a ser participación y dinámica hacia
el otro estableciendo el encuentro con él. Es toda una fenomenología del
amor que se expresa radicalmente en el revelarse total del ser en el ente, de
una manera que el estar el uno en el otro se revela como ser uno para el
otro22. La analogía del ser como amor llega a ser la analogía de la Trinidad
como misterio agápico, donde la distinción de las personas nace del amor
(que es relacional) y que asume forma de amor fuente del Padre, amor
receptivo del Hijo y amor reciprocante del Espíritu Santo.

20
C. M. Galli. Del don al “don”. Un nuevo diálogo con Scannone acerca de la teología del
don y la filosofía de la donación. Nuevo Pensamiento. Volumen X, Número 16, Año 10, 2020,
182. Cf. J.C. Scannone, La ontología de la unidad replanteada desde la fe trinitaria. http://www.
sophiauniversity.org/it/wp-content/uploads/2019/11/6.-JC-Scannone-ES.pdf . Citado 10 de
diciembre 2021.
21
K. Hemmerle, “Weite des Denkens im Glauben”, in: L. Wensler (ed), lMut zum Denken,
Mut zum Glauben. Bernhard Welte und seine Bedeutung für eine künftige Theologie, Katholische
Akademie der Erzdiözese Freiburg, Friburgo, 1994, 222-239.
22
K. Hemmerle, Tesi di ontologia trinitaria. Per un rinnovamento del pensiero cristiano, Città
Nuova, Roma 1996, 6162.

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La Encíclica Laudato Si’ como propuesta de una teología... / C. Arboleda M.

Los rasgos fundamentales de esa ontología trinitaria son:

–Fenomenología del amor como fenomenología del ser, pues esta feno-
menología del amor expresa un original mostrarse del ser y del ente.
–La nueva palabra clave es el verbo, no el sustantivo. Si el término prin-
cipal de la nueva ontología es el verbo, entonces en lugar de un solo
sujeto se da la plurioriginariedad.
–Analogía del lenguaje como analogía del ser que es precisamente tran-
sición, comunión, darse. La múltiple relacionalidad, esa conexión de
unión y distinción se ha de entender como analogía. En síntesis, se
puede decir que “El misterio de este misterio se llama amor, darse a sí
mismo”23.

Las reflexiones de Hemmerle sobre la ontología trinitaria reproponen el


camino del encuentro, la relación y la comunión. La Trinidad no es ajena y
distante de la creación y del sujeto. Hay una danza, una perichoresis trinitaria,
en la que intervienen Dios, mundo, sujeto y sociedad. Así se mantienen
unidos los polos de la inmanencia y la trascendencia, pues el primero es el
lugar de la manifestación y el segundo el lugar de lo manifestado. Hay una
gratuidad en la donación de Dios a la criatura y hay consistencia donada
en el mundo creado que con libertad puede emprender el camino hacia la
comunión24. Pero, además, esa ontología relacional trinitaria está constitui-
da por el amor, lo que permite pensar la convivencia humana en la caritas
como radical donación de sí mismo. La relación y el encuentro no son
construcciones éticas mentales sino estructuras universales de lo humanum
entendido como dado. La Trinidad no es una conclusión especulativa, sino
la manifestación de un gran Otro en la experiencia de la donación que per-
mite captarla como amor de comunión. Esa manifestación es la dación de
la realidad misma de la divinidad, pues, como dice Ricardo de San Víctor,
para cada una de las personas de la trinidad es lo mismo su persona que
su amor25.
La teóloga Catherine Mowry Lacugna también sugiere pensar el misterio
de la Trinidad a partir de la concepción de una ontología relacional. Esta
tiene su base en un fundamento ontológico agápico que, a su vez, se apoya

23
K. Hemmerle, Tras las huellas de Dios. Ontología trinitaria y unidad relacional. Sígueme,
Salamanca 2005, 49- 64.
24
K. Hemmerle, Tras las huellas de Dios…, 11-12.
25
Ricardo de San Víctor. De Trinitate, V. 20.

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Teología convocada / M. Gómez Mendoza – P. Merino Beas (Editores)

en la kénosis del amor. Ese amor agápico no es solamente un adjetivo que


se aplica a Dios ni una acción entre otras de Dios, sino que la relación (éx-
tasis) es la esencia de Él. LaCugna afirma que el amor ágape es el predicado
ontológico supremo26. Una metafísica de la sustancia no permite aclarar
bien esta concepción, pues indica que los seres no se relacionan sino sólo
accidentalmente, mientras que el ágape que está en la base de las relaciones
de Dios trinidad constituye un ser relacional, el ser no es en sí, cerrado,
abierto a un amor relacional. Mirar en forma independiente el ser de Dios y
la comunicación de Dios no es la posición de la Escritura. La teología trini-
taria, según esta autora, concibe la revelación como continua manifestación
de Dios en la historia y, por tanto, tiene una connotación práctica que ella
define como “la vivencia continua de la vida de Dios con los otros”27. Si
Dios es donación se da y manifiesta en creación, tiempo, espacio, historia y
personalidad. La imposibilidad de separar teología y soteriología es lo que
lleva a criticar una metafísica de la sustancia y a desarrollar una ontología
relacional. La economía revela lo que es Dios ontológicamente y es una
ontología soteriológica.

4. Una invitación a una relacionalidad integral:


el llamado de la Laudato Si’

En el fondo de la LS, navega una visión relacional que se puede conectar


con la fenomenología de la donación de los autores del Giro teológico de
la fenomenología francesa. Hace una invitación a un desarrollo sostenible e
integral (LS 13) que supone una conversión ecológica marcada por cuatro
actitudes (LS 220): a) Reconocer la gratuidad del don de Dios y vivirlo
con gratitud; asumir un estilo de vida que reconoce en el don el centro de
la experiencia existencial del hombre y que sobre este centro construye un
camino de búsqueda de una relacionalidad que tenga su foco central en la
comunión con los seres vivos y con toda la realidad; b) Reconocer que se
es parte de un todo, que la misma realidad invita a entendernos como una
red, en la cual todos estamos conectados (visión armónica y comunional
de la creación); c) responder creativamente a los problemas no en forma

26
C. M. Lacugna, God for us. The Trinity and Christian life. Harper Collins, San Francisco
1993, 263.
27
C. M. Lacugna, God for us…, 231.

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La Encíclica Laudato Si’ como propuesta de una teología... / C. Arboleda M.

imperial o dominante, sino con responsabilidad y donación; d) Tener una


mirada relacional (interconexión, armonía y comunión) que supere el an-
tropocentrismo (LS 101, 136, 158).
La inspiración última de esta mirada es la misma Trinidad que en sí
misma contiene y unifica estas tres categorías:

El Padre es la fuente última de todo, fundamento amoroso y comunica-


tivo de cuanto existe. El Hijo, que lo refleja, y a través del cual todo ha
sido creado, se unió a esta tierra cuando se formó en el seno de María. El
Espíritu, lazo infinito de amor, está íntimamente presente en el corazón
del universo animando y suscitando nuevos caminos (LS 238).

Desde la Trinidad trae su origen toda la realidad, que, por esto, se carac-
teriza por tener una dimensión fuertemente relacional:

Las Personas divinas son relaciones subsistentes, y el mundo, creado según


el modelo divino, es una trama de relaciones. Las criaturas tienden hacia
Dios, y a su vez es propio de todo ser viviente tender hacia otra cosa, de
tal modo que en el seno del universo podemos encontrar un sinnúmero
de constantes relaciones que se entrelazan secretamente (LS 240).

El hombre, entonces, está llamado a leer la realidad en esta clave relacio-


nal, para emprender un camino de relacionalización asumiendo en su propia
existencia ese dinamismo trinitario que Dios ha impreso desde su creación,
pues todo está conectado, y eso nos invita a madurar una espiritualidad de
la solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad (LS 240).
Esta ontología abre el camino a la fundación de una sociedad nueva en-
tendida como sociedad de comunión donde cada individuo es considerado
en su ipseidad pero que no se encierra en sí mismo, sino que es una ipseidad
abierta, del sujeto a la totalidad de lo otro y de los otros, y de éstos hacia el
sujeto personal, en el camino de una búsqueda y una construcción comu-
nes. Una sociedad de comunión donde se es interpersonal en una dialéctica
de diferencia y reconocimiento, de persona y comunidad; comunión que
significa complejidad, multiplicidad, diferencia, reconocimiento, inclusión,
encuentro, mutua responsabilidad.
Lo que hace la encíclica Laudato Si´ es simplemente volver a hacer pensar
sobre la realidad desde lo que se experimenta: un mundo en relación, la
comunión como vocación inicial y primigenia de toda la naturaleza. Es lo
que se puede entender y vivir como armonía de la cuaternidad: persona,

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Teología convocada / M. Gómez Mendoza – P. Merino Beas (Editores)

sociedad, naturaleza y sentido. Se está y se vive en una naturaleza dada, un


yo dado, una sociedad dada y un sentido dado: todo es donación, pero esto
es lo que fastidia al hombre moderno muy consciente de su yo pensante y
constructor. Todo es don: la persona, los otros, la naturaleza y el sentido. La
respuesta al don es una ética ecológica integral que incluye espiritualidad,
ética, cultura de la vida y estética. En síntesis: una ética del cuidado que se
expresa con ternura.
Las ciencias insisten hoy en el paradigma de un mundo relacionado
donde las entidades tienen integridad, pero están conectadas unas con otras,
el mundo es relacional, evoluciona y cambia. Todo es relación. Lo que se da
se da en relación. La fenomenología, por su parte, enseña que el ser humano
nace y se hace en relación con su ambiente, su cultura, su sociedad. Todas
esas relaciones son relaciones constitutivas, tanto en la cuántica, como en
las ciencias de la sociedad, en las ciencias de la naturaleza y en el estudio
filosófico del ser humano. De ahí que en todos los ámbitos (físicos, metafí-
sicos, biológicos, socio-culturales) se descubren relaciones constitutivas de
lo real. La relacionalidad es la categoría que sucede a la sustancialidad. En
el campo filosófico, se va dejando atrás la concepción fixista de los entes
para pasar a una visión fenomenológica para la cual la alteridad es la que
constituye a la persona y ésta como ser en el mundo está en relación con el
otro, la naturaleza y el sentido, pues es histórica y espacialmente situada.
La teología se ha visto beneficiada por la ciencia y la filosofía en cuanto
éstas aportan elementos para una comprensión actualizada del misterio de
Dios. Hoy se va entendiendo que Dios es relación y relación de amor. No
es que esto sea nuevo, sino que la iglesia, en determinado momento de la
historia, optó por una metafísica sustancialista, esencialista, quietista, que
comprendía a Dios como un Ente superior, inmutable e impasible; enten-
día a la naturaleza como una cantera para dominar y al otro como objeto
intelectual de la caridad. Hoy se recupera de nuevo la relacionalidad como
atributo divino tal como aparece en los libros sagrados, en la teología de los
padres de la iglesia y en la concepción mística del cristianismo.

Conclusión

Una teología relacional que viva en el cruce de los cuatro (Dios, sujeto,
sociedad y naturaleza) es lo que se ha querido reflexionar en este trabajo
indicando los aportes de Martín Heidegger, Jean Luc Marion, Klaus Hem-

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La Encíclica Laudato Si’ como propuesta de una teología... / C. Arboleda M.

merle y Catherine Lacugna principalmente. Luego, se ha indicado que la


Encíclica Laudato Si´ es una invitación a la relacionalidad total de manera
que esa ontología conduce a una ética ecológica integral que exige el cuidado
de sí, el cuidado del otro, el cuidado de la naturaleza y el cuidado de Dios.
Las críticas, propuestas y desafíos de la encíclica Laudato Si´ no son
sólo afirmaciones piadosas de un humanismo débil, sino resultado de una
reflexión filosófica y teológica seria, realizada por juiciosos pensadores.
Desde los orígenes mismos de la modernidad, y aún antes, se consideraba
la relación y el encuentro como categorías fundamentales para expresar
la vida en su totalidad incluyendo los elementos inmanentes y los tras-
cendentes. Sólo que, en determinada época, en las reflexiones filosóficas
y teológicas, se consideró al Ser como inmutable y separado de la rea-
lidad de la vida. Un Dios conceptual pero no un “Dios con nosotros”,
a pesar de los testimonios de la misma Escritura. La encíclica Laudato
Si´ tiene, en el fondo, la concepción de un Dios que no se autocontiene
en forma egoísta, sino que se mueve, sale de sí mismo y se manifiesta amo-
rosamente deseando unirse a todo lo que ha creado. La respuesta amorosa
del hombre es abrirse también amorosamente hacia toda la cuaternidad
(sentido, sociedad, naturaleza y sí mismo) cuidando de ella. Mantener la
armonía de la cuaternidad es la respuesta del hombre, pues es una relación
vulnerable, y ahí es donde la humanidad entera tiene una responsabilidad
grande, realizar una ética ecológica integral.
El camino de una teología relacional es la ruta del cristianismo en el siglo
XXI tanto para vivir y comprender mejor el misterio de Dios como para
vivir una ética ecológica integral que sea una fructífera colaboración para el
sostenimiento de la Casa común. La fenomenología puede ser un método
eficaz y un compañero de camino de la reflexión teológica, trabajando en
diálogo con las ciencias, las culturas y las religiones, lo que sugiere también
lograr la unidad del pensar teológico dividido todavía en disciplinas regio-
nales que defienden a capa y espada su territorio.

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