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“Aportes y retos a la teología en diálogo ante el fenómeno humano en el mundo

contemporáneo en Colombia”
Introducción
Ubicación del problema antropológico contemporáneo
Reflexiones y retos a la teología, en la interpretación del ser humano contemporáneo en
la sociedad de consumo
1. La superación del antropocentrismo y la búsqueda de una ecología integral
2. Reconocimiento de la espiritualidad de la materia en oposición al dualismo
y al consumismo. El misterio de la naturaleza
Conclusión y preguntas para el diálogo
Fuentes consultadas

Introducción

En general, es claro que en nuestro país se invierte poco en educación, en


investigación científica y además no se tiene un desarrollo tecnológico para
resolver nuestras propias necesidades; lo cual implica, entre otros, adaptar
tecnologías y sobrecostos que se reflejan en la producción económica; y que en
últimas se trasladan a los llamados consumidores de bienes y servicios. También,
percibimos en el creciente deterioro ambiental, en la desigualdad social, en la
política económica sin límites, unos retos. Tales desafíos, en el camino del
desarrollo sostenible, están articulados puesto que implican dimensiones
económicas de fondo. Una central es la del crecimiento verde, de las cuatro
analizadas por José Antonio Ocampo, visto como un proceso de cambio estructural
que involucra trasformaciones en la estructura de producción y consumo,
impulsadas en gran medida por el cambio tecnológico (Ocampo, 2021, p. 3). Lo
anterior, demanda el concurso de nuevos paradigmas que replanteen los
existentes; proceso en el cual es importante la transformación de la teología,
frente a su aporte en la interpretación del fenómeno humano en el mundo
contemporáneo.

En el ámbito educativo teológico, en el propósito general de trabajo que realizo de


interpretación y de actualización de algunas prácticas culturales contemporáneas
con sus raíces tradicionales; me permito explicitar el objetivo de esta
comunicación como parte de la contextualización: enfrentar el problema
antropológico contemporánea, en relación con la crisis ambiental y sociocultural.
Esto, desde una perspectiva teológica abierta, en diálogo con disciplinas y saberes,
para contribuir en la interpretación y cuidado del ser humano, de la identidad
cultural y del medio ambiente, en el contexto colombiano.

Ubicación del problema antropológico contemporáneo


En la ubicación del problema antropológico contemporáneo y reflexiones en la
interpretación de este, traigamos algunos autores a manera de puente
interdisciplinar. Para lo cual, nos ayudaremos de la pregunta: ¿qué aportes
fundamentales en la ubicación e interpretación del ser humano tecnológico nos
dejan tales autores?

Un punto de encuentro entre la antropología, la ciencia y la teología, la podemos


vislumbrar en el diagnóstico y prospectiva de la antropología posmoderna con
Antonio Arellano Hernández, quien menciona varios portavoces de los que subrayo
dos: Marc Eugé, que reconoce que la comprensión del mundo contemporáneo
pasa por la reivindicación de la unicidad y pluralidad del mundo; con lo cual pide a
la antropología tener presente tres mundos nuevos, el individuo, la religión y la
ciudad. Y, en el caso mexicano Krotz, que diagnosticó en 1991 el opacamiento del
perfil profesional en ciertos dominios de la antropología y también avizoró en la
coyuntura del momento, el desarrollo de nuevos conocimientos importantes para
el destino de las masas populares (Arellano, 2014, p. 26, nota 40).

Arellano, como resumen del marco antropológico contemporáneo, en el aparte


final, “Por una renovada antropología de la hominización: Matriz antropológica,
tecnociencia y etnografías heterogéneas”, concibe la antropología contemporánea
como una teoría del hecho social total, donde se articulan de manera integrada: la
observación etnográfica de los laboratorios, las observaciones heterogéneas
sociales, materiales, naturales, simbólicas e intersubjetivas en las que se
desenvuelve la vida contemporánea entre los hombre y en relación con entidades
no humanas (Arellano, 2014, pgs. 32-33).

Lo anterior, se ratifica en una de las conclusiones, en la propuesta del metamarco


de una epistemología política contemporánea, donde ubica el debate de la
antropología contemporánea como teoría del saber del fenómeno del hombre en
el mundo (Arellano, 2014, pgs. 35-36).

En principio en la construcción del puente interdisciplinar, podemos resumir con


Arellano que el debate de la antropología contemporánea gira en torno a teoría
del saber del fenómeno del hombre en el mundo; en tal debate es pertinente el
aporte de la teología, con su contribución en la antropología como teoría del
hecho social total donde se incluye el ámbito de las religiones.

Otra autora, que nos aporta en el puente interdisciplinar que queremos hacer, es
Paula Sibilia, quien enfatiza la tesis antropológica contemporánea: la característica
que mejor define al ser humano es su indefinición, entendida como la proverbial
plasticidad del ser humano (Sibilia, 2006, p. 10).

Inspirados con Sibilia, mencionemos algunas preguntas que se plantean en el


contexto contemporáneo de la era digital: ¿En qué nos estamos convirtiendo?
¿Qué es lo que realmente queremos ser? ¿Las ciencias sociales y humanas entre
ellas la teología, al servicio de qué y de quien se emplean? Y, ante la tarea esquiva
que tienen las artes, las ciencias y la filosofía de abrir grietas en la seguridad de lo
ya pensado ¿qué preguntas nuevas han de atreverse a imaginar y a formular?
(Sibilia, 2006, pgs. 13-14).

También nos acompaña en la conformación del puente interdisciplinar Diego


Pineda, quien en su comentario a la encíclica Laudato Si´ plantea que el problema
antropológico se ubica en conexión con la problemática ambiental. El Papa
Francisco se ocupa de uno de los problemas contemporáneos que más nos
preocupa: la crisis ecológica. Nos ofrece una interesante descripción de los
problemas ambientales desde una perspectiva técnica e intenta aportar sentido,
desde la teología, al hecho de que compartimos una casa común con otras
especies, animales y vegetales, y desde la opción ética de que nuestro trato con la
naturaleza que habitamos debe estar, como el trato con las personas, centrado en
el cuidado -entendido como la conservación, el trato respetuoso, la comunión y el
uso responsable- de un universo creado por Dios del que nosotros, creados a su
imagen y semejanza, participamos y somos parte necesariamente (Pineda, 2015,
pgs. 65-66).

Reflexiones y retos a la teología, en la interpretación del ser humano


contemporáneo en la sociedad de consumo

Sigamos con Pineda en esta parte que desarrollaremos en dos puntos, con la
pregunta de fondo ¿Cuáles son los aportes y retos fundamentales a la teología, en
la interpretación del ser humano tecnológico en la sociedad de consumo?

Nuestro comentarista, aclara algunos presupuestos, respecto a la sensibilidad,


formación y reflexión del Papa: Francisco es el primero en dedicar una atención
prioritaria e integral al “desafío urgente de proteger nuestra casa común” (LS 13);
el Papa además de una especial sensibilidad por los problemas ambientales que
afectan a nuestro planeta, muestra un conocimiento bien logrado de los mismos,
como podemos corroborarlo en el primer capítulo de la encíclica titulado “Lo que
está pasando a nuestra casa”. Al respecto, cabe destacar la buena formación
técnica, científica y humanista que ha tenido. Se formó como técnico en química;
como jesuita; ha mantenido una actitud de diálogo con las ciencias desde la cual
elabora su propia visión de las cosas; y, desarrolló una particular preocupación por
los asuntos ecológicos derivada de su propia reflexión espiritual y teológica como
queda claro ya en su primera exhortación apostólica Evangelii Gaudium, en el
siguiente pasaje:

“[…] Los seres humanos no somos meros beneficiarios, sino custodios de las demás
criaturas. Por nuestra realidad corpórea, Dios nos ha unido tan estrechamente al
mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad
para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una
mutilación. No dejemos que a nuestro paso queden signos de destrucción y de
muerte que afecten nuestra vida y la de las futuras generaciones.” (EG 215)

(Pineda, 2015, p. 68, nota 3).1

En lo anterior, encontramos la primera reflexión sobre el ser humano donde se


plantea que nuestro cuerpo es punto de enlace entre lo ecológico-antropológico.
Y, se propone el primer reto en particular para los creyentes: un motivo de vida
para los cristianos, en el cual se incluye el Papa Francisco, ser custodios de las
creaturas, inspirados en san Francisco de Asís.

1
Respecto al subrayado y a la imagen de Francisco en la plaza de San Pedro, Diego Pineda
nos invita a ver la nota de página 3.
Ser custodios o cuidadores desde nuestra vulnerabilidad, se refuerza en otro
numeral de la exhortación apostólica: “Pequeños pero fuertes en el amor de Dios,
como san Francisco de Asís, todos los cristianos estamos llamados a cuidar la
fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos.” (EG 216)

Complementemos la comprensión y retos en los dos siguientes puntos.

1. La superación del antropocentrismo y la búsqueda de una ecología


integral

Una de las principales novedades que destaca Diego Pineda en la encíclica Laudato
SI´, es la superación del antropocentrismo y la búsqueda de una ecología integral
(Pineda,2015, pgs. 70-72).

Vamos por partes, primero veamos la interpretación fundamental de la raíz


humana de la crisis ecológica. Según el comentarista, estamos ante el núcleo
fundamental del mensaje de Francisco: la crisis ecológica tiene una raíz humana
que es preciso desentrañar para dar paso a una nueva ecología. Se trata de una
ecología que integre en sí los problemas ambientales, sociales, económicos y
culturales en orden a una nueva convivencia en la vida cotidiana, una sociedad
donde prime el bien común y una justicia que piense en el mundo que queremos
dejar a los otros (Pineda, 2015, p. 70).

La raíz humana de la crisis ecológica se fundamenta en una interpretación


antropocéntrica donde al ser humano le corresponde “dominar” la naturaleza. Sin
pretender sustituir la lectura reflexiva del texto papal, Diego Pineda destaca el
cambio de paradigma en la relación del ser humano con la naturaleza. Según el
Papa a la base de la crisis ecológica se encuentra un paradigma de dominio: la idea
que al hombre le corresponde “dominar” la naturaleza, como si a ésta se le
debiera entender como un enemigo; ni mucho menos que la veamos como un
depósito de materiales que debemos expoliar tanto y tan pronto como sea posible.
Tal paradigma de dominio es fruto de una visión de mundo antropocéntrica propia
del mundo y pensamiento moderno; y, además dicho antropocentrismo es fruto
de la ruptura entre el Creador, la creación y las creaturas como se relata en el libro
del Génesis (Pineda, 2015, pgs. 70-71).

Podemos resaltar de la visión antropocéntrica de “dominio”, interpretación que ha


de reorientarse y que tiene a la base la ruptura de la relación del ser humano con
la naturaleza desde dentro, desde el corazón del ser humano. Retomemos la
interpretación conjunta del Papa y de quienes contribuyeron en la elaboración de
la encíclica: Los relatos de la creación en el libro del Génesis contienen, en su
lenguaje simbólico y narrativo, profundas enseñanzas sobre la existencia humana y
su realidad histórica. Estas narraciones sugieren que la existencia humana se basa
en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios,
con el prójimo y con la tierra. Según la Biblia, las tres relaciones vitales se han roto,
no solo externamente sino también dentro de nosotros. Esta ruptura es el pecado.
[…] (LS 66)

Volvamos con Diego Pineda para avanzar en la propuesta del reto de la ecología
integral y la visión antropológica que implica. En la interpretación del paradigma
tecnocrático Francisco afirma que la interpretación textual del mandato de
“dominar” la tierra (Gn. 1,28) debe ser superada por ser incorrecta, además se ha
utilizado para justificar la explotación salvaje de la naturaleza. Entonces propone,
en contra de la globalización del paradigma de domino, poner a funcionar un
nuevo paradigma: el del cuidado del mundo entendido como una “casa común”
(Pineda, 2015, p.71). Lo cual está en consonancia con la interpretación del
mandato de “dominar” entendido como administrar la tierra; y, de “labrarla y
cuidarla” (Gn 2,15).

En pocas palabras nos proponen una transformación interior, pasar de la


interpretación antropológica de dominio absoluto o despótico, a la interpretación
del ser humano, en la relación responsable con la naturaleza, desde la ecología
integral.

Volvamos a la encíclica a tal relación del ser humano con la naturaleza: […] hoy
debemos rechazar con fuerza que, del hecho de ser creados a imagen de Dios y del
mandato de dominar la tierra, se deduzca un dominio absoluto sobre las demás
creaturas. Es importante leer los textos bíblicos en su contexto, con una
hermenéutica adecuada, y recordar que nos invitan a “labrar y cuidar” el jardín del
mundo (cf. Gn. 2,15). Mientras “labrar” significa cultivar, arar o trabajar, “cuidar”
significa proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar. Esto implica una relación
de reciprocidad responsable entre el ser humano y la naturaleza. Cada comunidad
puede tomar de la bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero
también tiene el deber de protegerla y de garantizar la continuidad de su fertilidad
para las generaciones futuras (LS 67). Y, tal relación se complementa en el
siguiente numeral: […] la Biblia no da lugar a un antropocentrismo despótico que
se desentiende de las demás creaturas. (LS 68)

Resumamos una segunda reflexión y reto fundamental a la interpretación


liberadora teológica sobre el ser humano en la época contemporánea: reorientar,
en amor responsable, la visión del ser humano en función del “dominio” de la
naturaleza. Al respecto, Diego Pineda comenta que el Papa Francisco nos invita,
basado en los textos bíblicos y en el magisterio de la Iglesia, de manera radical a
superar la interpretación de “dominar” como contribución a “un antropocentrismo
despótico” indiferente al destino de las diversas creaturas y que solo valora la
tierra por su valor de cambio (Pineda, 2015, p.72). Interpretación de “dominio”
que está a la base del paradigma tecnocrático y de la crisis ecológica.

2. Reconocimiento de la espiritualidad de la materia en oposición al


dualismo y al consumismo. El misterio de la naturaleza

Hemos dicho que, en contraposición al paradigma tecnocrático, el Papa nos invita


a la búsqueda de una ecología integral en la cual todas las creaturas están en
interrelación y deben ser objeto de cuidado por parte del hombre; ecología que
encuentra su base en la noción de la creación divina que, además de ser
perfectamente compatible con las preocupaciones ecológicas actuales, implica un
compromiso ineludible con la búsqueda de la justicia social (Pineda, 2015, p.72).

La ecología tiene a la base un nuevo paradigma que es el del cuidado de la


naturaleza y del ser humano. Y, el reconocimiento de la espiritualidad de la
materia en oposición al dualismo y al consumismo. Es decir, una interpretación del
misterio del ser humano en relación de reciprocidad con la naturaleza.

La integralidad de la materia, como interpretación de la naturaleza en cuanto


misterio y sus implicaciones son fundamentales para la transformación del
paradigma tecnoeconómico. Además, el misterio de la naturaleza es un punto de
encuentro pertinente en nuestro puente entre las ciencias, la ecología, la estética y
la teología; y, es paso previo en la implantación del nuevo paradigma del cuidado.

Veamos el aporte de la teología en la interpretación del misterio desde la encíclica:


“Para la tradición judío-cristiana, decir “creación” es más que decir naturaleza,
porque tiene que ver con un proyecto del amor de Dios donde cada creatura tiene
un valor y un significado. La naturaleza suele entenderse como un sistema que se
analiza, comprende y gestiona, pero la creación sólo puede ser entendida como un
don que surge de la mano extendida del Padre de todos, como una realidad
iluminada por el amor que nos convoca a una comunión universal.” (LS 76)

Además, de entender que en el misterio de la creación se expresa el amor de Dios,


es necesario reconocer los límites de la naturaleza como nuestra libertad y
responsabilidad para cuidarla. Lo cual, ayuda a finalizar con el mito moderno del
progreso material ilimitado que está a la base del paradigma depredador
tecnoeconómico.
En el sentido anterior, vamos a la encíclica: “el pensamiento judío-cristiano
desmitificó la naturaleza. Si reconocemos el valor y la fragilidad de la naturaleza, y
al mismo tiempo las capacidades que el Creador nos otorgó, esto nos permite
terminar hoy con el mito moderno del progreso material sin límites. Un mundo
frágil, con un ser humano a quien Dios le confía su cuidado, interpela nuestra
inteligencia para reconocer cómo deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro
poder.” (LS 78)

Con Pineda avancemos en la interpretación teológica del misterio de la naturaleza;


en esta manera de entender la creación es posible reconocer, lo que Teilhard de
Chardin en su bellísimo “Himno a la materia”, denominaba “espiritualidad de la
materia”. Se trata ante todo de comprender que materia y espíritu no son dos
principios opuestos, sino que, la realización de toda vida espiritual requiere de un
soporte material; y, toda realización material, es una expresión del Espíritu
(Pineda, 2015, p.73).

En la interpretación teológica del universo encontramos una integración de la


materia y del espíritu en oposición al dualismo. Como creyentes, la creación del
universo material es manifestación del amor de Dios; y, al participar de tal
creación, al reconocer nuestra vocación en relación con la creación, alabamos a
Dios por las condiciones físicas para nuestra existencia y lo alabamos al promover
nuestras potencialidades como al suscitarlas responsablemente en el conjunto de
la obra de la creación.

Permítanme complementar con Diego Pineda y por supuesto con el Papa


Francisco, en una de las implicaciones fundamentales de la interpretación de la
espiritualidad de la materia. Se trata de una crítica al consumismo desbordado de
la sociedad contemporánea.

Nos dice al respecto nuestro autor, es innegable que la causa última de la crisis
ecológica está en la demanda irracional y desbordada de bienes y materiales,
propia de la sociedad en que vivimos. Detrás de cada desastre ambiental -la
desaparición de un bosque, la extinción de una especie animal, la escasez de un
soporte vital como el aire y el agua- hay un afán de alguien por incrementar, más
allá de ciertos límites naturales, su producción y consumo. En las reiteradas
menciones al consumismo, en la encíclica se señala como clave, la del capítulo
“Educación y espiritualidad ecológica”, con el llamado “apostar por otro estilo de
vida” menos centrado en el consumismo obsesivo de medios de satisfacción y más
claramente orientado hacia los fines de realización humana (Pineda, 2015, p. 74).
En palabras de los autores de la encíclica veámoslo concretamente el reto
formativo integral a enfrentar: “Dado que el mercado tiende a crear un mecanismo
consumista compulsivo para colocar sus productos, las personas terminan
sumergidas en la vorágine de las compras y los gastos innecesarios. El consumismo
obsesivo es el reflejo subjetivo del paradigma tecnoeconómico. […] Tal paradigma
hace creer a todos que son libres mientras tengan una supuesta libertad para
consumir, cuando quienes en realidad poseen la libertad son los que integran la
minoría que detenta el poder económico y financiero. En esta confusión, la
humanidad posmoderna no encontró una nueva comprensión de sí misma que
pueda orientarla, y en esta falta de identidad se vive con angustia. Tenemos
demasiados medios para unos escasos y raquíticos fines.” (LS 203)

En la anterior crítica al paradigma tecnoeconómico de la sociedad de consumo


vamos desenmascarando la falsa libertad que vivimos los seres humanos, lo cual es
otro reto formativo en la interpretación teológica del ser humano posmoderno que
se suma a la transformación interior; y, consecuente acción de todos en el cuidado
de la naturaleza y de las capacidades de quienes integramos la sociedad. En este
aspecto social, en la encíclica vemos que: “La desaparición de una cultura puede
ser tanto o más grave que la desaparición de un especie animal o vegetal. La
imposición de un estilo hegemónico de vida ligado a un modo de producción
puede ser tan dañina como la alteración de los ecosistemas.” (LS 145)

Se trata de un reto complejo para la teología contribuir en la transformación de


todo el ser humano, de su acción, de su pensamiento y de su corazón. En tal
sentido, pasemos con el pontífice, a la carta encíclica Fratelli Tutti, en el capítulo
“La mejor política”: “Todo esto podría estar colgado de alfileres, si perdemos la
capacidad de advertir la necesidad de un cambio en los corazones humanos, en los
hábitos y en los estilos de vida. Es lo que ocurre cuando la propaganda política, los
medios y los constructores de opinión pública persisten en fomentar una cultura
individualista e ingenua ante los intereses económicos desenfrenados y la
organización de las sociedades al servicio de los que ya tienen demasiado poder.
Por eso, mi crítica al paradigma tecnocrático no significa que solo intentando
controlar sus excesos podamos estar asegurados, porque el mayor peligro no
reside en las cosas, en las realidades materiales, en las organizaciones, sino en el
modo como las personas las utilizan. El asunto es la fragilidad humana, la
tendencia constante al egoísmo humano, que forma parte de aquello que la
tradición cristiana llama ¨concupiscencia¨: […] Pero es posible dominarla con la
ayuda de Dios.” (FT 166)

La transformación desde el corazón, de todo el ser humano que participa del


misterio de la naturaleza implica la libre apertura al misterio de Dios. Es en este
complejo reto a la teología abierta, que esperamos los profesores aportar a la
formación integral de los estudiantes, en los cursos del Centro de Formación
Teológica en la Javeriana.

Veamos en la encíclica Laudato Si´ en el aparte “El misterio del universo”, está
interpretación teológica del fenómeno humano e implicación del misterio
transcendente: “El ser humano, si bien supone también procesos evolutivos,
implica una novedad no explicable plenamente por la evolución de otros sistemas
abiertos. Cada uno de nosotros tiene en sí una identidad personal, capaz de entrar
en diálogo con los demás y con el mismo Dios. La capacidad de reflexión, la
argumentación, la creatividad, la interpretación, la elaboración artística y otras
capacidades inéditas muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y
biológico. La novedad cualitativa que implica el surgimiento de un ser personal
dentro del universo material supone una acción directa de Dios, un llamado
peculiar a la vida y a la relación de un Tú a otro tú. A partir de los relatos bíblicos,
consideramos al ser humano como sujeto, que nunca puede ser reducido a la
categoría de objeto.” (LS 81)

Se resalta en la encíclica la realidad no explicable plenamente del ser humano por


los procesos evolutivos, es decir la singularidad del misterio humano presente en
sus capacidades y expresiones. Por ejemplo, Rodolfo Eduardo De Roux 2 manifiesta
que en la creatividad artística el ser humano gracias a la conciencia puede entrar
en relación con el misterio de la vida, de la naturaleza y con el misterio de lo
divino:

“Tal es en definitiva el campo fértil de la conciencia humana, en donde germinan y


convergen, se funden o entrechocan, la experiencia de fe y la creatividad artística.
En un Mesías de Handel, y un Cristo de Velásquez; en la Pietá de Miguel Angel”; en
la agonía espiritual del diario de un cura de aldea, de Bernanos, o el ateísmo
polémico de un Evangelio según Jesucristo de José Saramago;” (De Roux, 2002 p.
477).

Como cierre del segundo punto, es pertinente en nuestra interpretación del


misterio trascendente del ser humano en relación con la naturaleza y con lo divino,
reconocer la posibilidad de nuestra relación con el misterio de Jesucristo de
manera abierta y libre; desde la perspectiva de Teilhard de Chardin vemos en la

2
“Entiendo por consciencia una auto-presencia a nosotros mismos, concomitante a todos nuestros estados
y operaciones de vigilia; en todo el ámbito de nuestro ¨ser afectado¨ (expertere) por el mundo entorno
(personas, sucesos, naturaleza); y no menos por la presencia fundante y abrazadora de Dios” (Nota 5. p.
475).
encíclica Laudato Si´: “El fin de la marcha del universo está en la plenitud de Dios,
que ya ha sido alcanzada por Cristo resucitado, eje de la maduración universal. Así,
agregamos un argumento más para rechazar todo dominio despótico e
irresponsable del ser humano sobre las demás creaturas. El fin último de las demás
creaturas no somos nosotros. Pero todos avanzan, junto con nosotros, hacia el
término común, que es Dios, en una plenitud trascendente donde Cristo resucitado
abraza e ilumina todo.” (LS 83)

Conclusión y preguntas para el diálogo

A la propuesta y reto complejo del paradigma de cuidado se integra, como parte


del proceso, la interpretación teológica contemporánea del ser humano. El ser
humano se entiende en relación con la naturaleza; como un sujeto indeterminado
que participa de la dimensión de misterio en el mundo; y, que en el ejercicio de su
libertad puede abrirse al misterio de Dios para liberarse, desde dentro, de su
propio egoísmo. Desde tal concepción abierta, podemos contribuir al diálogo entre
disciplinas y saberes, sobre la interpretación del fenómeno humano en el mundo
contemporáneo. Y, con la crítica al paradigma tecnoeconómico, aportamos
también, al replantear la visión reduccionista del ser humano de la sociedad de
consumo. Lo cual implica, encaminar la tecnología no en función del consumismo
sino del cuidado en la reciprocidad.

Las preguntas, el proceso de cuestionamiento crítico a una visión del ser humano
tecnológico determinista y reduccionista como consumidor ilimitado, desde las
disciplinas y saberes, son pertinentes en el contexto de la crisis socioambiental con
raíces antropológicas e implicaciones económicas y tecnológicas. Crisis, que se
expresa a nivel mundial en la pandemia del covid 19; en el calentamiento global
que amenaza las condiciones de vida del planeta; y, en Colombia, se manifiesta en
el creciente deterioro ambiental y social; entre otros, en la deforestación en la
Amazonía, en el asesinato de líderes sociales, en las víctimas en la reciente
protesta nacional; y respecto a las alternativas, en las insuficientes políticas desde
lo público y lo privado, adelantadas por los “custodios” de los demás y de la
naturaleza, entre ellas las políticas educativas.

Preguntas para el diálogo:


 ¿Cuáles son los aportes y los retos fundamentales a la praxis teológica
en diálogo con otras disciplinas y saberes, en la interpretación del ser
humano tecnológico contemporáneo en el contexto colombiano?
 Ante la tarea esquiva que tienen las artes, las ciencias, la filosofía y la
teología de abrir grietas en la seguridad de lo ya pensado ¿qué
preguntas nuevas han de atreverse a imaginar y a formular respecto al
ser humano tecnológico en el mundo contemporáneo en el contexto de
Colombia?
Sergio Antonio Adarme Rodríguez.
Enero de 2022

Fuentes consultadas

Arellano Hernández, Antonio (2014). Epistemología antropológica como conocimiento del


hombre: el papel de la antropología de la tecnociencia. En, Acta Sociológica Núm. 63,
enero-abril, pp. 15-39. México.

De Roux, S.J., R. (2002). Experiencia de fe y creatividad artística. Theologica Xaveriana,


(143). Recuperado a partir de
https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/teoxaveriana/article/view/20911

Iracheta, Alfonso (2020) Otra ciudad es posible: Los retos del desarrollo urbano en América
Latina. En documentos de consulta/Fuente: FES-Transformación. Cátedra: Repensar el
futuro de América Latina y el Caribe. Alternativas para la transformación socio-ecológica.
Consultado 30 de agosto del 2021. https://www.foronacionalambiental.org.co/wp-
content/uploads/2019/12/Otra-ciudad-es-posible.pdf

Ocampo, José Antonio (2021) Políticas económicas para la sostenibilidad ambiental. En


Apuntes de la Cátedra: Repensar el futuro d América Latina y el Caribe. Alternativas para la
transformación socio-ecológica. Número 6, abril, 9 p. Consultado el 22 de abril de 2021.
https://catedra-tse.foronacionalambiental.org.co/sesionesypanelistas/

Papa Francisco. Exhotación apóstolica Evangelii gaudium. Librería Editrice Vaticana. 6ª


reimpresión 2020. Editorial San Pablo. Bogotá.

Papa Francisco. Carta encíclida Laudato Si´. Librería Editrice Vaticana. 1ª reimpresión 2017.
Editorial San Pablo. Bogotá.

Papa Francisco. Carta encíclida Fratelli Tutti. Librería Editrice Vaticana. 1ª edición 2020,
Editorial San Pablo. Bogotá.

Pineda, Diego (2015) De un antropocentrismo despótico a una ecología integral: algunos


comentarios en torno a la Encíclida Laudato Si´ del Papa Francisco. En, Revista Javeriana.
Enlace: SEPARATA_LAUDATOsi.pdf Descargar SEPARATA_LAUDATOsi.pdf

Sibilia, Paula (2006). Capitalismo. En, El hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y


tecnologías digitales. Fondo de Cultura Económica.

Imágenes:
Los doce apóstoles Australia Australian Landmarks: The Twelve Apostles - WorldAtlas

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