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BIENVENIDOS A TODOS…

Universidad Pontificia de México


 
z Y ECOLOGÍA: C L A S E D E L 1 3 D E
MORAL
OCTUBRE 2020
 
Repaso sobre lo ya visto en el curso:
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I. Introducción
1.1 Ubicación del estudio de Ecología en la Teología Moral

II. ¿Qué es la ecología?


2.1 Terminología y evolución de una ciencia
2.2 El giro antropológico

III. La crisis ecológica y respuesta a estos problemas


3.1 La técnica moderna
3.2 Los grandes problemas ecológicos
3.3 Algunas acciones mundiales
3.4 La sociedad mexicana y acciones ambientales

IV. La preocupación filosófica


4.1 Hans Jonas: Principio de responsabilidad
4.2 Paul Ricoeur: Reflexión sobre la identidad y acción del agente
4.3 Emmanuel Lévinas: la otredad
4.4 Karl-Otto Apel: cooresponsabilidad y ética del discurso
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 V. Fundamentación
z Bíblica de la ecología
 Introducción

 Antiguo Testamento

 5.1 Los relatos de la creación en el libro del Génesis

 5.2 Significado de la Tierra en el libro del Génesis

 5.3 Literatura sapiencial

 Nuevo Testamento
 5.4 Evangelio Juanico y el corpus paulino

 5.5 El actuar de Jesús frente a los elementos de la Naturaleza

 5.6 El Cristo cósmico


INTRODUCCIÓN
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En pleno siglo XXI la conciencia sobre la crisis ecológica es ineludible, podemos incluso
percibirla en carne propia en todos los niveles. Por esta razón se acentúa la conciencia de
que no podemos seguir en la misma dirección (no return), es urgente buscar una nueva
forma de gestionar el sentido de desarrollo y necesitamos crear una nueva cultura.

Ante esta alarma generalizada surgen la pregunta: ¿Cuál es el lugar donde debe asumirse
las decisiones
z pertinentes para paliar esta grave crisis?
Opciones:
1. La tecnocrática
2. La política
3. La economía
4. La educación
5. La ONU
Hoy en día, quizás existen más opciones que se han implementado para superar el
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problema medioambiental, pero lo cierto, es que todo apunta a una nueva actitud del
hombre ante la naturaleza, en cuya gestación, la moral y las religiones están jugando
un papel sumamente importante, pues las anteriores opciones manifiestan ya un
condicionamiento por intereses económicos, intereses partidistas o a corto plazo. Otro
pensador que comulga con esta idea fundamental es Boff: “El siglo XXI o será religioso
o no será. El fenómeno del regreso de lo religioso y de lo místico refuerza esta
convicción: el siglo XXI será. Ojalá con las realidades con las que sueñan las religiones:
la justicia, la paz, la benevolencia, la acogida del extraño, el perdón, la convivencia con
los contrarios, la unión y el amor entre los humanos y Dios” .

Las religiones y su sentido de trascendencia, en su ser y hacer, son las que más logran
integrar la máxima ecológica surgida desde la preocupación filosófica de la época
moderna para el futuro: << piensa globalmente y actúa localmente>>.
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El paradigma
z ecológico en la
Teológico Cristiana
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En el camino por responder ¿cómo ha sido posible que hayamos llegado a

la situación actual de estado de guerra declarado entre el ser humano y la


naturaleza? Algunos de los aportes de científicos y ecólogos lanzan la
acusación directa al pensamiento judeocristiano, como Lynn White que en
1967 escribió un artículo titulado “Las raíces históricas de nuestra crisis
medioambiental”, en la revista Science, él sostenía esta tesis: «El responsable
de la apropiación de la naturaleza por parte de los hombres y de la desmesura
de su voluntad de poder».
 Lois Ann LORENTZEN, Ética Ambiental, UIA GolfoCentro, Puebla 2001, p., 21; Cfr., Ian BRADLEY, Dios es verde, Sal Terrae, Santander 1993, pp., 29-33.
 Según él, el cristianismo ha heredado del judaísmo el rechazo del tiempo cíclico (supone la renovación del
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cosmos cada cierto tiempo), y ha admitido una concepción liberal de la historia (que tiene un inicio y un final), por
tanto, la seguridad de un progreso ilimitado.

 Todo esto favorece una visión radicalmente antropocéntrica, que se deriva de la categoría “ homo imago Dei”

(hombre imagen de Dios), que sitúa al hombre como el centro del cosmos y por lo cual usa y abusa de él hasta llegar a
manifestar su mínimo en el nombre de Dios, de igual forma como lo señala Boff hablando de White.

 White viene a concluir que la ciencia y la técnica moderna están impregnadas de aquélla arrogancia cristiana, y

que incluso, ya no se puede contar con ellas para aminorar la crisis. Esta idea es testifica da por J. W. Forrester, quien
menciona que el cristianismo es la religión del crecimiento exponencial. Román Flecha también describe ésta
especulación del problema:

 “A esa animada discusión sobre el respeto al medio ambiente, la teología ha llegado un poco tarde, bien por su
decidido antropocentrismo, bien a causa de su añeja insensibilidad a las dimensiones sociales del comportamiento
humano individual, o bien a causa de una cierta beatería ante los logros técnicos de nuestro mundo, que no ha
evaluado con suficiente pereza”.
 Cfr., Leonardo, BOFF, Grito de la tierra, grito de los pobres, Dabar, México 2002 2 , pp., 125-128.

 José Román, FLECHA, El respeto a la creación, BAC, Madrid 2001, p., 5.


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 Por otra parte, para López Azpitarte, hay dos acusaciones: una que se refiere a olvidarse de las

realidades terrenas, es decir, el cristianismo se ha ocupado del destino y fin último del creyente, relativizando
todo lo demás y no hay un compromiso con las necesidades terrenas; y otra que tiene su origen en la
desacralización de la naturaleza, afirmado en el libro del Génesis,.

 Todas estas acusaciones tienen algo en común: un antropocentrismo exagerado manifestado en el

desarrollo de la ciencia y la tecnología, donde no se reconocen los límites de los valores humanos.

 Sí esto es verdad, entonces el cristianismo es la causa de la crisis y, por consecuencia, tiene que promover
una reconversión de las mentalidades que la acusan. Por eso, muchos de los críticos de la Lynn White
rebaten su tesis, diciendo que su postura no presenta un análisis de las influencias económicas, sociales y
políticas sobre la ciencia y la tecnología modernas. Dicen que es buena retórica pero mala historia.

 Cfr., Eduardo, LÓPEZ ASPITARTE, «Exigencias ecológicas y éticas cristianas», en Selecciones de Teología,
48 (2009), p., 125.

 Cfr., Juan L., RUIZ DE LA PEÑA, Teología de la creación, Sal Terrae, Santander 19885, pp. 176- 179.
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Por ejemplo, durante la Edad Media existieron muchas actitudes positivas

sobre la naturaleza y que durante el Renacimiento florecieron muchos ideales


centrados en pro de la naturaleza. Según estos pensadores, el cristianismo
muchas veces quería poner algunos límites a la expansión del desarrollo
económico y científico.

Por esa razón, algunos teólogos afirman que sería conveniente apostar por

un teocentrismo, pero lo cierto es que sería regresar a concebir a Dios como el


omnipotente, aquel que reconstruirá lo que hemos destruido .
 Cfr., Lois Ann, LORENTZEN, Ética Ambiental, UIA GolfoCentro, Puebla 2001, p., 21

 Cfr. Javier, GAFO, 10 Palabras claves en ecología, o. c., pp., 316-317.


Además, se prestaría a un malentendido que ofendería a la legítima sensibilidad de aquellos
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grupos e instituciones seculares que intentan solucionar la crisis ecológica, por tanto, ni
antropocentrismo, ni teocentrismo, ni ecocentrismo, más bien, confiamos, en que «la crisis
ecológica viene a revelarnos que no puede haber una ciencia sin conciencia, sería una ciencia
inconsciente y desalmada».  

En tal sentido, urge revalorizar la ciencia con principios éticos como la igualdad y la justicia,
principios, que subyacen en la fe cristiana. Pero ¿por qué una ética a partir de la fe cristiana y no
una ética civil? Román Flecha nos dice que:
 La misma historia demuestra, sin necesidad de fáciles recursos apologéticos, hasta qué punto la
fe ha suscitado sacrificios heroicos por atender las necesidades humanas. En cuanto al tema que
nos ocupa, no deja de ser curioso constatar que los países que oficialmente han rechazado el
espíritu de la Biblia no son los que más se han distinguido por la defensa del medio ambiente
[…] sin pretender introducir un proceso de causalidad en el fenómeno.
 Juan L., RUIZ DE LA PEÑA, Teología de la creación, Sal Terrae, Santander 19885, p. 193

 José Román, FLECHA, El respeto a la creación, BAC, Madrid 2001, pp. 11-12.
Es válida la propuesta siempre y cuando se maneje como una alternativa, ya que la
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labor de los movimientos civiles y que a través de instituciones no gubernamentales, han
trabajado y han aportado para el respeto de la naturaleza, así como proteger una vida
digna para el ser humano.
 No obstante, para los creyentes el imperativo es optar por Cristo, que supera el
antagonismo Dios-hombre-mundo. Román Flecha sensibiliza al relata que Jesús de
Nazaret parece haber sido un atento observador de la naturaleza, pues de ella extrae
muchas de sus lecciones. Ha observado con frecuencia los montes y el mar y habla de
fuentes cuyas aguas saltan hasta la vida sin término. Conoce la víbora y la gallina que
acoge a sus polluelos, las ovejas y los lobos, los perrillos y los peces, las palomas y las
serpientes, los cuervos y las polillas. Distingue las higueras y las zarzas, el trigo y la
cizaña, la mostaza y los cedros. Habla de mosquitos y camellos, de la menta y del
comino, de cardos y de lirios, de uvas y de higos, del sol y de la luna.
 Cfr., Lois Ann, LORENTZEN, Ética Ambiental, UIA GolfoCentro, Puebla 2001, p. 28.

 Cfr., Bernardo, PACHECO ESCOBEDO, «Ecología», en Signo de los tiempos 232 (2012) pp. 3-6.

 Cfr., José Román FLECHA, El respeto a la creación, BAC, Madrid 2001, p. 23.
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Trascendencia de la creación:
el sentido de lo creado.
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