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TOMA DE DECISIONES PARA LA ACCION

MODULO 1

Unidad 1.1. Conceptos elementales para


la toma de decisiones
1.1.1 La toma de decisiones

Cuando hacemos referencia al concepto de toma de decisiones, nos referimos al proceso a


través del cual elegimos un curso de acción en lugar de otro, entre distintas alternativas para
elegir. Este proceso se encuentra presente en todos los ámbitos de la vida, como el laboral, el
familiar, el empresarial o el sentimental. Las decisiones se encuentran presentes en todo nuestro
accionar diario. Cuando debemos definir hasta la más mínima situación, nos encontraremos
tomando decisiones.

Algunos ejemplos concretos de toma de decisiones (ordenados de menor a mayor complejidad)


son:

 Definir a qué hora citar una reunión de trabajo.


 Definir qué almorzar.
 Definir las finanzas mensuales del hogar.
 Elegir el destino de nuestras próximas vacaciones.
 Decidir entre dos opciones laborales.
 Decidir sobre el futuro de los hijos de un matrimonio.
 Decidir entre un tratamiento u otro para resolver un tema de salud
complicado.

A través de la toma de decisiones, podemos resolver situaciones futuras de dos maneras:


Toma de decisiones proactiva:

Cuando iniciamos el proceso de toma de decisiones anticipándonos a cualquier tipo de


situación problemática u oportunidad, estaremos tomando decisiones de manera
anticipada. Un ejemplo de ello es cuando resolvemos la planificación de nuestras
actividades importantes en nuestras agendas semanales o mensuales.

Ejemplos de toma de decisiones proactivas pueden ser:


 Decidir sobre la ampliación de un equipo de trabajo.
 Decidir sobre un presupuesto de gestión para un área de una organización.
 Decidir cómo organizarás tu semana laboral.
 Decidir sobre los objetivos que establecerás para los colaboradores que dirigís.
 Decidir cómo organizarás tu speech de venta para entablar conversaciones
con nuevos potenciales clientes.

Toma de decisiones reactiva


Cuando debamos iniciar el proceso de toma de decisiones para resolver una situación
urgente o problemática, estaremos aplicando una toma de decisiones reactiva.

Ejemplos de toma de decisiones reactivas pueden ser:


 Decidir si ir en taxi, colectivo o subte si se nos descompone el auto antes de
salir al trabajo.
 Decidir un cuadro de reemplazo ante la ausencia de uno de los colaboradores
de tu equipo.
 Decidir sobre la solución que deberás brindarle a un cliente que presentó un
reclamo ante el servicio que ofrece la organización para la que trabajás.

1.1.2 Eficacia y eficiencia

Para refrescar las ideas sobre eficacia y eficiencia, vamos a pensar la analogía de la diana: esta
representa los objetivos de una organización, y dar en el blanco representa la eficacia y el
cumplimiento de los objetivos (Figura 3).

Figura 3: Analogía de la diana: eficacia

En cambio, en la Figura 4 se representa la eficacia. Aquí dar en el blanco tiene que ver con
cumplir el objetivo. Sin embargo, hacerlo con un solo dardo (en lugar de tres) es sinónimo de
mayor eficiencia.

Figura 4: Analogía de la diana versus los objetivos organizacionales


En definitiva, mientras que la eficacia se refiere a hacer las cosas bien y de manera correcta
para alcanzar los resultados, la eficiencia se refiere a obtener un máximo rendimiento de los
recursos utilizados para lograrlos.

 La eficacia hace foco en los fines.


 La eficiencia en los medios.

Figura 5: La eficiencia

Fuente: elaboración propia.


Luego de este repaso y refuerzo de conceptos, será fundamental que puedas apropiarlos y
capitalizarlos para lo que aprenderemos a lo largo de esta materia, de la siguiente manera:
 Serás eficaz en la toma de decisiones cuando hayas resuelto la situación
problemática (en la toma de decisiones reactiva) o hayas logrado cumplir
con tus expectativas (en la toma de decisiones proactiva).
 Una toma de decisiones será más eficiente cuando utilices menos tiempo
para optar por la mejor alternativa posible.
 Una toma de decisiones será más eficiente cuando involucres menos
colaboradores en el proceso decisorio.
A lo largo de esta materia, verás que fomentamos un proceso de toma de decisiones racional que
implicará todo tipo de recursos (por ejemplo, el tiempo para llevarlo a cabo y el
involucramiento de colaboradores para que la solución sea lo más representativa posible). En
ese marco, los dos grandes desafíos para lograr una gestión eficiente en la toma de decisiones
serán:

 Lograr el óptimo equilibrio costo-beneficio ante cada nueva situación que


demande implementar el proceso de toma de decisiones.
 Capitalizar al máximo cada proceso para poder replicar lo posible ante
nuevas situaciones.

Te invitamos a que veas el siguiente video y reflexiones sobre la eficiencia encontrada en cada
uno de los ejemplos:

Video 1: Eficiencia en el trabajo (2016)


Fuente: [Señor Atiyo] (2016) Eficiencia en el trabajo. Recuperado de https://bit.ly/2lVIBNv

1.1.3 Importancia y urgencia


Para recordar:
Son urgentes
aquellas actividades que requieren nuestra inmediata atención, ya que no fueron
abordadas con tiempo por una inadecuada o inexistente planificación.

Son importantes
aquellas actividades o tareas que son fundamentales llevar a cabo para tener un futuro
en el mediano y largo plazo. No hacerlas puede traer graves consecuencias.
Es fundamental distinguir entre ambos conceptos y aplicarlos al tipo de toma de
decisión que estés afrontando en un momento determinado de tu gestión.
Recordá que, si estás tomando una decisión de manera proactiva, estarás trabajando con una
menor urgencia, debido a que vos elegís cuándo tomar la decisión y cuándo implementarla.

Al momento de tomar una decisión reactiva, es más probable que tengas un plazo acotado para
tomar la decisión debido a que la contingencia ya se encuentra tocando la puerta de tu oficina.
La matriz de Covey

El autor Steven Covey (1989) indica que este mundo, hiperestimulado por los avances
tecnológicos, nos hace vivir permanentemente en lo que él denomina el paradigma de lo
urgente, mientras que deberíamos transitar más tiempo bajo el paradigma de lo importante.

Queda claro que, cuando se actúa bajo la presión del tiempo (urgencia), se tomarán decisiones
con un menor nivel de análisis, por lo que habrá una mayor probabilidad de que seamos menos
eficaces. El objetivo, entonces, es lograr dedicarle más tiempo a lo importante para poder tomar
decisiones mejor fundamentadas y más consistentes.

Covey (1989) nos presenta una metodología denominada matriz de los cuadrantes del
tiempo, que nos permite trabajar sobre estos conceptos. La presentamos a continuación.

Figura 6: Los cuadrantes de la matriz de Covey

Fuente: elaboración propia.

En el primer cuadrante, podemos observar lo que es importante y urgente a la vez. Las tareas
aquí requieren atención inmediata; por ejemplo, un reclamo de un cliente importante que
podríamos perder si no solucionamos su urgencia. Estas tareas requieren un hacer inmediato.

El cuadro siguiente incluye los quehaceres que son importantes, pero no necesitan que los
atendamos ya mismo, no son urgentes; por ejemplo: planificar una estrategia o realizar una
capacitación. Tienen que ver con tomar una decisión para accionar después.

Lo no importante pero urgente se ubica en el tercer cuadrante. En general, son tareas que
involucran a otras personas o no van con el propósito propio. Son las actividades que se pueden
delegar, como llamadas, pagos sin vencimiento, etcétera.
Por último, encontramos lo que no es ni urgente ni importante. En general, son tareas que
implican una pérdida de tiempo, no nos aportan nada ni a nosotros ni a los demás. Se pueden
eliminar completamente y no implicarían una baja.

Figura 7: Ejemplos de situaciones ubicadas en los diferentes cuadrantes de la


metodología

Fuente: elaboración propia.

Pensá en las tareas que realizaste en la última semana, en todos los ámbitos de tu vida (el del
trabajo, el académico y el del hogar) y tratá de medir qué porcentaje de tu tiempo o qué cantidad
de tareas ubicás en cada cuadrante. ¿A cuál le dedicás más o menos tiempo?

Si la respuesta es al cuadrante 1, seguramente estás apagando el fuego permanentemente, es


decir, no estás pudiendo anticiparte a los problemas y planificar o identificar oportunidades a
futuro. Esto hace que surjan problemas de última hora todo el tiempo que producen desgaste y
estrés por no poder controlar ciertas situaciones.

Para salir del círculo vicioso del cuadrante 1, es necesario identificar y eliminar lo que no es
importante. Lo que está en el cuadrante 4 será lo más sencillo de suprimir, pues se trata de
distracciones y tiempo desperdiciado. Las del 3 tampoco tienen demasiado valor, salvo para
otros. En ese caso, podemos dejar la responsabilidad en otros, de modo tal que tendríamos más
tiempo para poder dedicarnos a las situaciones importantes sin que estas se conviertan en
urgentes. Dicho de otra manera, podríamos empezar a cambiar el paradigma de la urgencia por
el paradigma de lo importante, gracias a lo cual se podría lograr un considerable incremento de
la productividad y la eficiencia laboral.

Figura 8: ¿Qué emociones representa cada uno de los cuadrantes?


Fuente: elaboración propia
Figura 9: Las recomendaciones sobre las situaciones en los distintos
cuadrantes de la matriz de los cuadrantes del tiempo

Fuente: elaboración propia.

Te recomendamos destinar un tiempo de tu gestión diaria para analizar qué situaciones


requerirán de tus decisiones y para poder planificar el desarrollo del proceso que compartiremos
con vos en esta materia con suficiente tiempo.

Trabajar las decisiones en el terreno de lo importante te permitirá analizarlas con un mayor


detenimiento y lograrás mejores resultados, por lo que se minimizarán las decisiones reactivas y
proliferarán las proactivas.

Figura 10: Los pasos necesarios para lograr una gestión más productiva y
eficiente
Fuente: elaboración propia.

Además, te invitamos a ver este video sobre la ley de Pareto y el principio 80/20 para aumentar
la productividad y eficiencia a la hora de tomar decisiones:

Video 2: Principio del 80/20. Ley de Pareto (2016)


Fuente: [Ideas en tinta] (2016, diciembre, 27) Principio del 80/20. Ley de Pareto. Vilfredo Pareto y Richard Koch.
Recuperado de https://bit.ly/2m0tanp

1.1.4 El costo de oportunidad


A la hora de hablar de toma de decisiones, el concepto económico de costo de
oportunidad nos brindará otra herramienta para profundizar en el análisis al momento de
seleccionar entre distintos cursos de acción.
Básicamente, el costo de oportunidad intenta medir el costo asociado a no elegir otro
camino alternativo al que seleccionamos. Este concepto nos permite poner en la
balanza consecuencias inmediatas de nuestra forma de proceder entre posibles
cursos de acción y, así, poder realizar balances entre los costos y beneficios de cada
alternativa. Esta idea también puede aparecer aun cuando no estemos haciendo nada.
El costo de oportunidad de tomar esa actitud podrá ser generar mejores ingresos o
mayores utilidades por estar en actividad laboral.
Figura 11: El costo de oportunidad permite considerar el costo de no elegir
determinadas alternativas a la hora de tomar una decisión

Fuente: elaboración propia.

Unidad 1.2. Conceptos fundamentales


sobre la toma de decisiones
Lección 4 de 10
1.2.1 Elementos de la toma de decisiones
Abordar responsablemente el proceso de toma de decisiones con el principal objetivo de ser lo
más eficientes posible y de tomar las decisiones con el mejor balance costo/beneficio implica
conocer los elementos que componen este proceso. Ellos son:
Decisiones: Son los actos de elegir entre un curso de acción u otro.

Incertidumbre: Se trata de la falta de certeza que se tendrá al tomar una decisión.


Tiene una relación inversa con la experiencia, es decir, mientras más experiencia se
tenga sobre una temática, menor será la incertidumbre sobre las consecuencias de
tomar una decisión.

Preferencias: Se trata de las tendencias sobre tomar una decisión en lugar de otra en
función de aspectos subjetivos tales como los gustos personales. También pueden
basarse en hechos más objetivos, como la experiencia. En este caso las preferencias
oportunas tienen una relación directa con la experiencia.

Resultados: Son las posibles situaciones que pueden suceder a la hora de tomar
diferentes decisiones. Se encuentran en el marco de lo posible y de lo hipotético.

Consecuencias: Son los resultados concretos que son consecuencia de haber


tomado determinadas decisiones. Es un concepto bastante subjetivo, en función de lo
positivos o negativos que pueden considerarse los hechos una vez sucedidos.

Juicio: Hacemos referencia a la acción de evaluar los resultados concretos de la


decisión abordada.

1.2.2 Contextos sobre la toma de decisiones

Como comentamos anteriormente, las decisiones se toman permanentemente en todo tipo de


ámbitos. En este apartado, distinguiremos con mayor precisión los distintos contextos
organizacionales en los que se toman las decisiones, a los efectos de avanzar sobre el contenido
de la materia con ejemplos y situaciones concretos en algunos de ellos.

Figura 12: Los principales contextos organizacionales en donde se toman


decisiones
Fuente: elaboración propia.

En esta materia nos enfocaremos en el tipo de decisiones estratégicas. Veamos el siguiente


video para seguir comprendiendo las decisiones estratégicas.

Video 3: ¿Cuáles son las decisiones más estratégicas?


Fuente: [Rogger Enriquez] (2013) ¿Cuáles son las decisiones más estratégicas? Recuperado de https://bit.ly/2ktyQG5

1.2.3 Condicionantes en la toma de decisiones


Existen varios factores que condicionan al ser humano a la hora de tomar decisiones. Es
importante tenerlos presentes para poder neutralizarlos conscientemente, si es que alguno de
ellos no juega a favor de una decisión eficiente e inteligente para el futuro del implicado o de
los implicados:
El factor humano: No todos los seres humanos somos iguales; contamos con una
carga genética, emocional, racional y de experiencias pasadas que seguramente
condicionará los análisis de la situación con cierta subjetividad, adicionando
preferencias sobre determinados cursos de acción.

El factor experiencia: Nuestras experiencias pasadas condicionarán nuestras


decisiones futuras. Si bien contar con experiencia puede ser importante para poder
tomar decisiones adecuadas con menor incertidumbre, también debemos aislar su
efecto cuando se trate de situaciones que no resulten en igualdad de condiciones.
Aquí es preciso que nos hagamos la pregunta: ¿es la misma situación sobre la cual
debemos decidir? Hacernos esta pregunta nos obligará a no tomar a la ligera
determinadas situaciones que creemos dominar.

El factor miedo: Dentro de los factores intrínsecos que condicionarán nuestras


decisiones se encuentra el factor del temor a las consecuencias. Cada uno de
nosotros, como individuos, tiene mayor o menor predisposición a los riesgos y a la
equivocación. Si bien la teoría de la administración afirma que, a mayores riesgos,
mayores son los beneficios, será necesario aislar el efecto temor de las consecuencias
para tomar decisiones eficientes y productivas. Para ello es importante basarse en el
proceso objetivo de toma de decisiones, que veremos más adelante.

El factor entorno: El entorno es el principal condicionante exógeno. La toma de


decisiones se encontrará condicionada por la situación política, económica, cultural y
social.

El factor presiones externas: Uno de los principales factores condicionantes


exógenos es el de las presiones externas. Vivimos en un mundo en el que la
inmediatez prima muchas veces por sobre la calidad. A través de la toma de
conciencia sobre la importancia de lograr eficiencia sobre las decisiones (en lugar de
priorizar la urgencia), podremos priorizar los resultados sobre la inmediatez. Para
lograr esto, debemos priorizar abordar el proceso de toma de decisiones de manera
sistemática y planificada.

1.2.4 Beneficios de la toma de decisiones efectiva


Vimos en el apartado anterior que todos los seres humanos somos diferentes y que dicha
realidad es un condicionante importante para la toma de decisiones objetiva. Es en ese marco
que aferrarse a un proceso de toma de decisiones trae beneficios muy importantes para la
eficiencia organizacional. Algunos de ellos son los siguientes:

Decisiones fundamentadas: las decisiones que se toman en el marco de un proceso


de toma de decisiones permiten contar con un bagaje de hechos observables y datos
cuantitativos que respaldan las decisiones abordadas.

Aprendizaje continuo: Tener trazabilidad sobre el proceso de toma de decisiones


permite analizar los fundamentos de las decisiones y capitalizar los razonamientos
exitosos o evitar repetir los razonamientos erróneos en futuros procesos decisorios.

Permite el trabajo colaborativo: Abordar un proceso de toma de decisiones claro y


sistemático (con roles y etapas claros) permite la interacción entre múltiples
colaboradores, lo cual beneficia la robustez del análisis y, por ende, de las alternativas
y decisiones tomadas.

Facilita el manejo de objeciones: Otro beneficio de las decisiones trazables a través


de un proceso claro de toma de decisiones es que, al contar con documentación
respaldatoria, podrás manejar cualquier tipo de objeciones sobre las consecuencias
que pudo traer aparejado dicho proceso.

Mejora el clima organizacional: La participación de una mayor cantidad de


colaboradores en un proceso colaborativo de toma de decisiones, gracias a un
proceso con roles y etapas claras de trabajo, permitirá que el equipo de trabajo mejore
su satisfacción laboral al sentirse incluido en las decisiones operativas o estratégicas
de la organización.

Fomenta una cultura de innovación: El hecho de abrir espacios de participación en


los equipos de trabajo permite desarrollar el espíritu creativo de los colaboradores,
instaurando una manera de trabajar en el día a día. Esto fomenta que la cultura de la
organización se encuentre con un espíritu creativo latente ante todo tipo de
situaciones. Esto es muy oportuno y valorado en el contexto competitivo
organizacional actual, en el que el cliente de todo tipo de organizaciones se encuentra
permanentemente en la búsqueda de mayor valor agregado en sus productos y
servicios.

Facilita la implementación de las decisiones: Otro de los beneficios de lograr una


cultura colaborativa es que, al haber tomado participación los diferentes integrantes de
un equipo de trabajo en la búsqueda de la solución de un problema, serán los primeros
en poner empeño en implementar las decisiones, incluso más allá de los esfuerzos
necesarios ante los cambios definidos para lograr los mejores resultados.

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