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Apuntes El texto y sus propiedades

EL TEXTO Y SUS PROPIEDADES: ADECUACIÓN, COHERENCIA Y COHESIÓN

1. EL TEXTO. DEFINICIÓN

Se entiende por texto una unidad de carácter lingüístico intencionadamente emitida por un
hablante en una situación comunicativa concreta y con una finalidad u objetivo determinados.

Se trata de la unidad comunicativa máxima. Teniendo en cuenta que el enunciado es la


unidad comunicativa mínima, podemos definir el texto como una secuencia estructurada de
enunciados de muy variable extensión (desde un solo enunciado: “No lo sé”, hasta, por ejemplo,
una novela).

La gramática textual es la disciplina que estudia cómo se forman los textos mediante la
articulación de distintos enunciados. El texto no es una mera cadena de oraciones, frases o
palabras. Está construido a partir de varios niveles de organización:
a) Posee una estructura semántica, pues consta de una serie organizada de ideas que el
emisor pretende transmitir al receptor.
b) Posee una estructura sintáctica: los enunciados que lo constituyen mantienen entre sí
relaciones formales y funcionales de distinto tipo que será necesario estudiar.
c) Tiene también una estructura comunicativa o pragmática, en el sentido de que en él están
implícitas las relaciones entre los elementos que intervienen en el acto de la comunicación.
Los elementos de la comunicación determinan diferentes maneras la forma y el significado
de los textos, por lo que habrá que tenerlos en cuenta tanto a la hora de producirlos como
a la interpretarlos.

2. LAS PROPIEDADES DEL TEXTO

Para que una secuencia de elementos lingüísticos constituya un texto es necesario tener en
cuenta tres principios de construcción o propiedades de los textos: adecuación, coherencia y
cohesión. Cada una de estas propiedades está relacionada con uno de los diferentes niveles de
estructuración del texto:
a) La adecuación es la característica de los textos que están bien construidos desde el punto
de vista comunicativo.
b) La coherencia es la propiedad inherente a todo texto (entendido como entidad con
significado) que hace que pueda ser percibido como una unidad con sentido.
c) La cohesión es la manifestación sintáctica de la coherencia: un texto está bien cohesionado
si hay mecanismos lingüísticos que revelan al receptor la relación coherente de sus partes.

Estas propiedades están presentes tanto en la producción como en la interpretación del


mensaje. A ellas tendríamos que añadir la corrección, que se da por supuesta en la construcción
de textos, ya que deberían respetarse unas normas ortográficas que, por lo general, emisor y
receptor conocen y dan por supuestas.

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3. LA ADECUACIÓN: EL TEXTO COMO ESTRUCTURA COMUNICATIVA.

La adecuación es la característica de los textos que están bien construidos desde el punto de
vista comunicativo. Es el resultado de una serie de elecciones que el hablante o autor ha de llevar
a cabo teniendo en cuenta las características concretas de los diferentes factores o elementos que
intervienen en la comunicación:

a) Función del lenguaje: el emisor ha de elegir la función del lenguaje (referencial, expresiva,
conativa, fática, poética y metalingüística) que va a predominar en su texto dependiendo
fundamentalmente de cuál sea la intención comunicativa del emisor. Este hecho determina el
uso de los recursos comunicativos pertinentes, la organización y la estructura del texto.
Por ejemplo, si el texto que se va a producir es un examen, la intención comunicativa es
mostrar los conocimientos de una asignatura, por lo que lo adecuado sería producir un texto
donde predomine la función referencia. El emisor debe seleccionar los recursos lingüísticos
mediante los cuales se realiza cada función. En el ejemplo del examen: oraciones de
modalidad enunciativa, con verbo en indicativo, léxico denotativo claro y preciso, ausencia de
elementos que impliquen subjetividad, etcétera.

b) Situación comunicativa: es la circunstancia concreta en la que se produce un texto y la que


permite que este resulte relevante o no. Dependiendo de ella, el emisor efectúa una serie de
elecciones acerca del:

 Canal comunicativo adecuado: el emisor ha de elegir la elección del canal comunicativo


adecuado. Dependiendo de la situación comunicativa se elegirá una comunicación oral o
escrita; se elegirá el código verbal o no verbal, etc.
En el ejemplo del examen, se elegirá la comunicación escrita y el código castellano y
quedará excluida la utilización de códigos no verbales: gestos, etc.

 Variedad idiomática: el emisor ha de elegir la variedad idiomática (lengua culta o vulgar,


registro formal, estándar o coloquial, etc.) según la situación comunicativa.
En el ejemplo del examen debe elegir la lengua culta en su registro formal.

 Variedad del discurso: el emisor ha de elegir la variedad del discurso que va a emplear:
narración, descripción, exposición, etc.
Lo adecuado en un examen es el texto expositivo o, en su caso, argumentativo.

 Género: relacionada con la forma del lenguaje está la elección del género concreto que
el emisor vaya a utilizar. El emisor debe ceñirse al género que impone la situación
comunicativa y seleccionar los mecanismos y recursos textuales adecuados a ello.
Será inadecuado, en un examen, responder a un test con un desarrollo extenso o
hacer un esquema cuando se pide una respuesta breve.

c) El grado de información y la aceptabilidad del receptor: se relaciona con las expectativas del
receptor y con la previsibilidad o imprevisibilidad que un texto tiene para él. Si le aporta
conocimientos, conecta con su entorno, con sus conocimientos previos… sin exigirle un
esfuerzo desmedido de interpretación.
Respecto al ejemplo del examen, sería inadecuado responder a contenidos de 2º de
Bachillerato con definiciones de conceptos propias de 6º de primaria, pues no es lo que se
espera ni exige de un estudiante a punto de acceder a la universidad.
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4. LA COHERENCIA TEXTUAL: EL TEXTO COMO ESTRUCTURA SEMÁNTICA.


Llamamos coherencia a la propiedad que tienen aquellos textos que pueden ser percibidos
por su receptor como un todo estructurado, es decir, como una unidad de contenido cuyas partes
intervienen de manera relevante en el significado global. Viene determinada, pues, por la
estructura semántica —es decir, del contenido— y se manifiesta en diferentes niveles: la totalidad
del texto (coherencia global), sus partes constitutivas (coherencia lineal) y los diversos enunciados
(coherencia local).

a. Coherencia global
Para que pueda decirse que una sucesión de enunciados constituye un texto, tiene que
poseer un núcleo informativo fundamental, que denominamos asunto.
Llamaremos tema, por otra parte, a la idea que resume el sentido de cuanto se dice en el
texto. Así pues, el tema incluye tanto aquello de lo que trata el texto (es decir, el asunto) como la
intención que el autor tiene al producir el discurso y su actitud ante los hechos de los que habla.
Cuando se rompe la coherencia global del discurso, es decir, cuando el conjunto de
enunciados carece de un tema general capaz de relacionar sus significados parciales, el texto deja
de ser comprensible. La comunicación entonces no se produce y, en último término, la secuencia
de enunciados acaba convirtiéndose en un no-texto.
A modo de ejemplo, veamos un texto: “Me gusta la música clásica y mañana tengo un
examen de Lengua. El euro es la moneda de la Unión Europea. La ballena es un mamífero y a mí
me encanta la pizza y montar en bicicleta.” Esta serie de enunciados NO constituye un texto, pues
carecen de unidad temática y cambian de un asunto a otro continuamente.
He aquí otro texto: “Me gusta la música clásica. Mi compositor favorito es Beethoven.
Precisamente el próximo viernes la Orquesta Nacional interpreta la novena sinfonía en el auditorio
municipal. Pienso asistir con mi amigo Marcos. Ya tenemos las entradas.” Sin embargo, esta serie
de enunciados SÍ forma un texto, pues se relacionan entre sí, subordinándose a una idea principal
o tema (la afición del emisor a la música clásica)

b. Coherencia lineal o estructural


Un segundo nivel de coherencia lo constituye la coherencia estructural o lineal. Si el texto es
suficientemente extenso, el tema aparece articulado en diferentes secuencias de significado (o de
ideas), cada una de las cuales adquiere sentido en relación con el significado general. Estas
secuencias de significado, que a menudo se corresponden con partes más o menos definidas del
texto (capítulos, episodios, párrafos…), mantienen relaciones de significado unas con otras y
tienen unidad también en sí mismas por lo que es posible descomponerlas en otras más pequeñas
y más concretas. Así, suele decirse que el contenido de un texto forma una estructura.
El concepto de progresión temática, fundamental para la coherencia estructural del texto,
está relacionado con la unidad temática y con la estructura del contenido. Cada uno de los
enunciados que componente el texto introduce información relacionada con su tema. Por eso
decimos que el tema está presente, de manera explícita o implícita, en todos los enunciados del
texto. Pero ello no significa que contengan la misma información: al contrario, cada enunciado
implica — y, en parte, repite— información anterior y añade alguna información nueva.

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Veamos un ejemplo que conecta la coherencia global con la lineal: “El mundo fascinante de
la mitología clásica impresiona al hombre renacentista por su desbordante vitalismo, su
sensualidad y su belleza. Los mitos clásicos cumplen, pues, una función estética, ornamental. Pero
no sólo eso: cuando acude a ellos para inspirarse, el poeta escoge aquellos episodios cuyo
significado mantenga alguna relación con su propio conflicto sentimental. De ese modo, la historia
de Dafne, transformada en laurel cuando el dios Apolo, enamorado de ella, la perseguía, simboliza
el amor inalcanzable; el viaje del músico Orfeo a los Infiernos en busca de su amada esposa
Eurídice (muerta por la mordedura de una serpiente), representa la inquebrantable fidelidad
amorosa, que es capaz de vencer a la propia muerte.”
Este texto es coherente porque presenta un tema claro y definido: la función de la mitología
en la literatura renacentista (coherencia global). Pero además, este tema se desarrolla en una
serie de apartados y subapartados, que están conectados entre sí en cuanto a las ideas, formando
una estructura (coherencia lineal o estructural):
 Función estética. Los mitos clásicos resultan atractivos por su vitalismo, sensualidad y
belleza.
 Función simbólica. Los episodios mitológicos representan los conflictos sentimentales del
poeta. Ejemplos: El mito de Dafne y Apolo: el amor inalcanzable. El mito de Orfeo y
Eurídice: la fidelidad amorosa.

También se pueden producir rupturas de la coherencia estructural o lineal que amenacen la


comprensibilidad del texto y, en consecuencia, el éxito de la comunicación.
 Errores en la selección de las ideas:
o Exceso de informaciones (bien porque sean reiterativas y no permitan la progresión
temática, bien porque constituyan digresiones que se alejan innecesariamente del
tema,) pueden restar coherencia al texto.
Un ejemplo de exceso informativo lo encontraríamos en un texto como este:
“Carlos, hay que echarle aire a las ruedas del coche; recuerda que la presión de los
neumáticos se mide en bares, una unidad de presión equivalente a un millón de barias,
aproximadamente igual a una atmósfera (1 atm). Su símbolo es «bar». La palabra «bar»
tiene su origen en «báros» (βάρος), que en griego significa «peso».”
[En este caso, se trata de una digresión que se aleja innecesariamente del tema.]
o Escasez de información, de modo que se escatime la información fundamental para la
comprensión del texto.
Un ejemplo de escasez informativa lo encontraríamos en un texto como este: “Creo
que en algún sitio había un gato grande y oscuro, quizá en el maletero o por el garaje”
[En este caso, no se concreta si existía o no el gato, ni si era hidráulico para elevar un
coche o si era un animal.]

 Inadecuada organización y jerarquización de las ideas principales y secundarias, incluso


aunque estas estuvieran bien seleccionadas. Existen ciertos principios de ordenación lógica
que es necesario mantener en el texto, y que tienen que ver, en unos casos, con nuestra
manera de percibir las cosas y los hechos y, en otros, con los principios de construcción que
afectan a determinados géneros o tipos de textos.
Un ejemplo de inadecuada organización de las ideas lo encontraríamos en un texto
como este: “Escribió las Rimas. Pertenece al llamado Posromanticismo. Bécquer nació en
Sevilla en 1836. También es autor de las Leyendas. El Romanticismo es un movimiento
cultural y artístico que afecta a toda Europa. Trabajó en un periódico en Madrid y siempre
tuvo una salud frágil que le llevó a visitar balnearios y lugares de retiro en Soria, Toledo…”
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c. Coherencia local.
Hay un tercer nivel de coherencia: la coherencia local. Entre los distintos enunciados, y
también dentro de cada uno de ellos y de sus constituyentes sintácticos, los elementos lingüísticos
establecen entre sí relaciones de significado. Estos elementos han de ser coherentes unos con
otros si se quiere que el texto pueda ser entendido en todas sus partes por el oyente o lector, es
decir, si se quiere que la comunicación tenga éxito.

De lo que enunciamos el receptor deduce implicaciones y establece presuposiciones:


 Las presuposiciones de un texto son el conjunto de proposiciones implícitas, es
decir, aquellas que el emisor supone que su receptor conoce.
Por ejemplo, en el libro de texto de nuestra asignatura existen presuposiciones
sobre los conocimientos que debe poseer un alumno de 1º de Bachillerato. El
profesor de bachillerato puede presuponer conocimientos que los y las estudiantes
no poseen y emitir un enunciado coherente desde su perspectiva, pero incoherente
para el destinatario. Ocurriría en el caso de que el profesor dijera: “Las consonantes
obstruyentes sordas del castellano son algo diferentes a las del noruego pues la
duración entre la oclusión de la consonante y el comienzo de la vocal, o sea, del
comienzo de la vibración de las cuerdas vocales resulta diferente.”
[Obviamente este nivel de conocimientos no corresponde a Bachillerato y es
incoherente pensar que los receptores conocen de qué está hablando el profesor.]

 Las implicaciones lógicas son las informaciones adicionales de un enunciado.


Por ejemplo, si alguien dice “Cierra la puerta”, implica que a) hay una puerta; b)
está abierta, y c) el receptor puede cerrarla. Si no, el enunciado sería incoherente.

En la coherencia de un enunciado influyen otros dos factores:


 Conocimiento del mundo. El emisor y el receptor poseen un determinado
conocimiento de la realidad.
Así por ejemplo, un enunciado como “Amsterdam es la capital africana más
poblada” contradice el conocimiento compartido del mundo o conocimiento
enciclopédico ya que Amsterdam no es una ciudad africana.

 Marco del discurso. Engloba el tipo de texto, la finalidad y la situación comunicativa


en que se emite un texto.
Así por ejemplo, la incoherencia del enunciado anterior podría neutralizarse si
el emisor se refiriera irónicamente a que en Amsterdam hay muchos inmigrantes
africanos o si el enunciado perteneciera a un texto literario narrativo de ciencia-
ficción en el que en el año 2347 Europa como continente hubiera sido absorbido
físicamente por África. En ambos casos el marco determinaría la interpretación del
enunciado y lo dotaría de coherencia.

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5. LA COHESIÓN TEXTUAL: ESTRUCTURA SINTÁCTICA DEL TEXTO.

Se denomina estructura sintáctica del texto a la red de relaciones entre los distintos
elementos y mecanismos formales que manifiestan lingüísticamente la coherencia global y lineal
de las ideas del discurso, y cohesión textual a la propiedad característica de los textos que hacen
suficientemente explícita esa coherencia interna. El análisis de los temas nos permitirá percibir el
tema, las relaciones entre las ideas y la estructura interna de los textos.

a. Procedimientos de cohesión textual

Existen numerosos procedimientos de cohesión textual. Estudiaremos sólo los más frecuentes:

i. RECURRENCIA: La repetición de un elemento lingüístico a lo largo del discurso es uno de los


mecanismos fundamentales que dota de unidad al texto. Se pueden distinguir distintos tipos
de recurrencia:

a) Recurrencia léxica: repetición de una determinada palabra en diferentes enunciados. En


ocasiones no se repite la misma palabra, sino otra relacionada léxicamente con ella (una
palabra derivada o compuesta, por ejemplo). Veamos un par de ejemplos:
“Había un hombre sospechoso en la puerta. El hombre llevaba gabardina y un sombrero
calado hasta los ojos.”
“No seas nunca violento. La violencia no lleva a ninguna parte.”

b) Recurrencia semántica: aparición reiterada de términos que están relacionados por su


significado. Esta relación puede ser de distintos tipos:
a. Sinonimia: ambos términos tienen el mismo significado. Ejemplo: “Había algunas
estatuas en el jardín. Eran esculturas modernas.”
b. Antonimia: relación entre palabras del texto que tienen significados opuestos.
Ejemplo: “Su padre tenía una casa grande. Él la prefería pequeña.”
c. Hiperonimia: para referirse a algo que ya ha aparecido se recurre a un hiperónimo, es
decir, un término cuyo significado incluye el de la palabra sustituida. Ejemplo: “Llevaba
rosas en la mano. Dejó las flores en un jarrón y se acercó.”
d. Hiponimia: la palabra que funciona como sustituto tiene una amplitud semántica
menor que la sustituida. es decir, su significado está incluido en el de la primera.
Ejemplo: “Este calzado me aprieta. Voy a tener que cambiar de zapatos.”
e. Asociaciones pragmáticas: las palabras pueden considerarse relacionadas unas con
otras por el hecho de que exista conexión entre los referentes a los que designan. Así
por ejemplo, la aparición de una secuencia de palabras como “coche… conductor…
aparcamiento… tráfico… vehículos… carretera…” contribuirá a darle cohesión y
permitirá percibir cuál es el asunto del que trata.

c) Recurrencia sintáctica (paralelismo): la repetición de una misma construcción sintáctica en


partes distintas del texto permite establecer conexiones de significado entre distintas
partes. En ocasiones, este paralelismo revela la estructura del contenido.

d) Recurrencia fónica: la repetición intencionada de determinadas serie de fonemas en partes


distintas del texto puede ser utilizada también como procedimiento cohesivo. El ejemplo
más claro lo encontramos en la rima de los textos poéticos.
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ii. SUSTITUCIÓN

Un recurso lingüístico para evitar la reiteración excesiva de una determinada unidad léxica es
el empleo de proformas: palabras de significado ocasional o de significado léxico muy general,
especializadas en sustituir a otros términos en el discurso. Precisamente por tener significado
ocasional y establecer su referencia gracias al contexto, son elementos que conectan unos
elementos con otros y, por tanto, contribuyen a la cohesión textual.

a) Pronombres: son sustitutos de sustantivos o de segmentos de oración. Como sabemos,


establecen relaciones anafóricas y catafóricas con otros elementos del discurso.
Ejemplo: Ayer hablé con la abuela. La encontré muy animada.

b) Pro-adverbios: son adverbios de significado ocasional que sustituyen en el enunciado en el


que se encuentran a elementos con función adverbial que han aparecido en enunciados
anteriores. Ejemplo: Fuimos a casa. Una vez allí…

c) Proformas léxicas: palabras de significado muy amplio que se usan como “comodines”, es
decir, como sustitutos de términos de significado preciso;
Ejemplos: los verbos hacer, pasar… o los sustantivos cosa, persona…

iii. ELIPSIS

En determinados contextos, se puede omitir algún elemento léxico de una oración por haber
aparecido previamente en el discurso. El contexto permite al oyente o lector comprender a qué o
a quién se refiere el elemento ausente. Al tener que recurrir al contexto próximo, la elisión es
también un mecanismo lingüístico que permite relacionar unos enunciados con otros.
Ejemplo: Juan y María se casaron enseguida. Un mes antes aún (-) no se conocían.

iv. ORDEN DE LOS CONSTITUYENTES ORACIONALES

El orden de las palabras contribuye también a la cohesión del texto. Según vimos al hablar de
la progresión temática, es habitual que en los enunciados la información conocida (tema o
soporte informativo) preceda en la oración a la información nueva (rema o aporte informativo),
independientemente de la función sintáctica que realicen las unidades sintácticas que transmitan
esa información.

v. MARCADORES DEL DISCURSO

Por último, son fundamentales para la cohesión los llamados marcadores discursivos:
elementos lingüísticos que permiten establecer relaciones de las ideas con el contexto y con la
situación comunicativa. Dentro de la estructura oracional, hemos analizado algunos de ellos como
complementos oracionales, puesto que matizan, precisan o comentan la unidad formada por el
sujeto y el predicado. Este significado que expresan es el que nos interesa en este tema, pues
supone una relación con otras oraciones y enunciados, y contribuye, por tanto, a la cohesión
textual. Según su función dentro del texto, se pueden distinguir dos tipos:

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a) Marcadores de función pragmática: constituyen referencias a los elementos de la


comunicación que están implicados en el texto. Desde el punto de vista de la cohesión,
funcionan como marcas que ponen de manifiesto la estructura pragmática del texto, pues
revelan, por ejemplo, cuál es la intención o la actitud del emisor, o quién es el destinatario
del discurso, o aseguran el canal comunicativo, etc.
1. Vocativos: se refieren al destinatario. Ejemplo: Juan, no te quedes ahí,
2. Apelaciones o llamadas de atención al oyente. Ejemplo: Mira, Luis está llegando
ahora.
3. Elementos con función fática: sirven para abrir o mantener abierta la comunicación.
Ejemplo: Bueno, a mí me gustaría un helado ¿no?; pero, en realidad, me da lo mismo.
4. Modificadores oracionales son, sobre todo, adverbios — o unidades equivalentes—
mediante los que el hablante informa de su actitud ante la idea enunciada. Ejemplo:
Por fortuna, no pasó nada grave; también informa de su actitud ante la enunciación
misma: Ejemplo: Sinceramente, no sé qué es lo que pretendes.
5. Interjecciones: marcas de función expresiva de los textos. Ejemplo: ¡Eh! ¡Bah! ¡Ay!

b) Marcadores de función textual o conectores discursivos: existen elementos lingüísticos


que establecen conexiones formales y de significado entre enunciados (o secuencias de
enunciados) distintos, poniendo de manifiesto las relaciones entre partes diferentes de la
estructura de contenidos del texto. Forman un conjunto muy heterogéneo, tanto por la
categoría gramatical a la que pertenecen (adverbios, conjunciones, locuciones de distinto
tipo, grupos de palabras más o menos lexicalizados…), como por la variedad de significados
que pueden aportar en el discurso. Destacaremos algunos:
1. Conectores aditivos o sumativos: añaden una idea a otras anteriores. Ejemplos:
además, también, es más, más aún, incluso, en realidad, igualmente…
2. Conectores de oposición: introducen relaciones de contraste o contradicción entre
los enunciados. Ejemplos: sin embargo, con todo, al menos, antes bien…
3. Conectores de base causal: conectan los enunciados estableciendo relaciones de
causa y efecto, condición, consecuencia o finalidad. Ejemplos: porque, por tanto, en
vista de ello, siendo así…
4. Conectores de reformulación: se enuncia nuevamente el contenido de uno o varios
enunciados anteriores. Ejemplos: es decir, o sea, mejor dicho, es decir…
5. Conectores ordenadores del discurso: marcan partes distintas en las que se ordena
la información del texto. Ejemplos: para empezar, luego, después, por otra parte,
por cierto, a propósito, en primer lugar, en fin, para finalizar…

En cualquier caso, es importante conocerlos a la hora de redactar o de comentar un texto, por


lo que para manejarlos convenientemente y saber de qué tipo es cada uno es necesario leer con
atención el cuadro de conectores que se ofrece en la página siguiente.

Mucha más información: https://raquelpelayo.files.wordpress.com/2009/04/los-mecanismos-de-cohesion.pdf


Apuntes El texto y sus propiedades

Conectores textuales
Aditivos o sumativos Y, además, encima, después, incluso; asimismo, también, tal como,
del mismo modo; ni tampoco.
Pero, en cambio, sin embargo, ahora bien (oposición); sino, en lugar/
vez de, por el contrario, antes bien, contrariamente... (sustitución);
excepto si, a no ser que ... (restricción); de todos modos, sea como
De oposición
sea, en cualquier caso, a pesar de, no obstante, con todo, aun así,
después de todo, así y todo, con todo (y con eso)... (concesión).
Causativos A causa de ello, por eso, porque, pues, puesto que, ya que, dado
que, por el hecho de que, en virtud de, gracias a...
De ahí que, pues, luego, por eso, de modo que, de ello resulta que,
Consecutivos así que, de donde se sigue, así pues, por (lo) tanto, de suerte que,
De base por consiguiente, en consecuencia, en efecto, entonces...
causal Si, con tal que, cuando, en el caso de que, según, a menos que,
Condicionales siempre que, mientras, a no ser que, siempre y cuando, sólo que,
con que...
Para que, a fin de que, con el propósito/ objeto de, de tal modo
Finales
que...
Temporales Cuando, de pronto, en ese momento, entonces, luego, más tarde,
mientras tanto, una vez, un día, en aquel tiempo, de repente,
enseguida...
Espaciales Enfrente, delante, detrás, arriba, abajo, al fondo, a la derecha, a la
izquierda, a lo largo, a lo ancho, por encima...

Conectores metatextuales
Iniciadores Para empezar, antes que nada, primero de todo…
Distribuidores Por un lado, por otro; por una parte, por otra; éstos, aquellos…
Ordenadores Primero, en primer lugar, en segundo lugar…

De transición Por otro lado/ parte, en otro orden de cosas…


Continuativos Pues bien, entonces, en este sentido, el caso es que, a todo esto…
Aditivos Además, igualmente, asimismo…
Digresivos Por cierto, a propósito…
Anterioridad Antes, hasta el momento, más arriba, hasta aquí…
Espacio- En este momento, aquí, ahora, al mismo tiempo, mientras, a la
Simultaneidad
temporales vez…
Posterioridad Después, luego, más abajo, seguidamente, más adelante…
Conclusivos En conclusión, en resumen, en suma, en resumidas cuentas,
total…
Finalizadores En fin, por fin, por último, para terminar, en definitiva…

Conectores que introducen operaciones discursivas


De expresión de un punto de vista En mi opinión, a mi juicio, a nuestro entender, desde mi
punto de vista, a mi parecer, tengo para mí, por lo que a
mí respecta...
Es evidente que, es indudable, todo el mundo sabe,
De manifestación de certeza nadie puede ignorar, es incuestionable, de hecho, en
realidad, está claro que...
En efecto, por supuesto, desde luego, por descontado,
De confirmación
efectivamente...
Respecto a, a propósito de, por lo que respecta a, en
De tematización cuanto a, referente a, con referencia a, en lo que
concierne, en/por lo que se refiere a...
Esto es, es decir, en otras palabras, quiero decir, o sea,
De reformulación a saber, bueno, mejor dicho, en particular, en
concreto...
Por ejemplo, a saber, así, en concreto, pongamos por
De ejemplificación caso, sin ir más lejos...
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