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Clara Fuster
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 1º BACHILLERATO Curso 23-24
1. EL TEXTO. DEFINICIÓN
6. LA MODALIDAD
UNIDAD 1: LA COMUNICACIÓN Clara Fuster
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 1º BACHILLERATO Curso 23-24
1. EL TEXTO. DEFINICIÓN
Se en ende por texto una unidad de carácter lingüís co intencionadamente emi da por un hablante
en una situación comunica va concreta y con una finalidad determinada.
Se trata de la unidad comunica va máxima. Teniendo en cuenta que el enunciado es la unidad
comunica va mínima, podemos definir el texto como una secuencia estructurada de enunciados de muy
variable extensión (desde un solo enunciado: “No lo sé”, hasta, por ejemplo, una novela).
La gramá ca textual es la disciplina que estudia cómo se forman los textos mediante la ar culación
de dis ntos enunciados. El texto no es una mera cadena de oraciones, frases o palabras. Está construido a
par r de varios niveles de organización:
a) Posee una estructura semán ca, pues consta de una serie organizada de ideas que el emisor
pretende transmi r al receptor.
b) Posee una estructura sintác ca: los enunciados que lo cons tuyen man enen entre sí relaciones
formales y funcionales de dis nto po que será necesario estudiar.
c) Tiene también una estructura comunica va o pragmá ca, en el sen do de que en él están
implícitas las relaciones entre los elementos que intervienen en el acto de la comunicación. Los
elementos de la comunicación determinan diferentes maneras la forma y el significado de los
textos, por lo que habrá que tenerlos en cuenta tanto a la hora de producirlos como a la
interpretarlos.
Para que una secuencia de elementos lingüís cos cons tuya un texto es necesario tener en cuenta
tres principios de construcción o propiedades de los textos: adecuación, coherencia y cohesión.
Cada una de estas propiedades está relacionada con uno de los diferentes niveles de estructuración
del texto:
a) La adecuación es la caracterís ca de los textos que están bien construidos desde el punto de vista
comunica vo.
b) La coherencia es la propiedad inherente a todo texto (entendido como en dad con significado) que
hace que pueda ser percibido como una unidad con sen do.
c) La cohesión es la manifestación sintác ca de la coherencia: un texto está bien cohesionado si hay
mecanismos lingüís cos que revelan al receptor la relación coherente de sus partes.
Estas propiedades están presentes tanto en la producción como en la interpretación del mensaje.
La adecuación es la caracterís ca de los textos que están bien construidos desde el punto de vista
comunica vo. Es el resultado de una serie de elecciones que el hablante o autor ha de llevar a cabo
teniendo en cuenta las caracterís cas concretas de los diferentes factores o elementos que intervienen en
la comunicación:
a) Función del lenguaje: el emisor ha de elegir la función del lenguaje que va a predominar en su
texto dependiendo fundamentalmente de cuál sea la intención comunica va del emisor. Por
ejemplo, si el texto que se va a producir es un examen, la intención comunica va es mostrar los
conocimientos de una asignatura, por lo que lo adecuado sería producir un texto donde
predomine la función referencial. El emisor debe seleccionar los recursos lingüís cos mediante los
cuales se realiza cada función. En el ejemplo del examen: oraciones de modalidad enuncia va,
EL TEXTO Y SUS PROPIEDADES. LA ADECUACIÓN. LA COHERENCIA. LA COHESIÓN. Clara Fuster
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con verbo en indica vo, léxico denota vo claro y preciso, ausencia de elementos que impliquen
subje vidad, etcétera.
b) Elección del canal comunica vo adecuado: el emisor ha de elegir la elección del canal
comunica vo adecuado. Dependiendo de la situación comunica va se elegirá una comunicación
oral o escrita; se elegirá el código verbal o no verbal, etc. En el ejemplo del examen, se elegirá la
comunicación escrita y el código castellano y quedará excluida la u lización de códigos no
verbales: gestos, etc.
c) Variedad idiomá ca: el emisor ha de elegir la variedad idiomá ca (lengua culta, registro formal o
coloquial, etc.) según la situación comunica va. En el ejemplo del examen debe elegir la lengua
culta en su registro formal.
d) Variedad del discurso: el emisor ha de elegir la variedad del discurso que va a emplear: narración,
descripción, exposición, etc. Lo adecuado en un examen es el texto exposi vo o, en su caso,
argumenta vo.
e) Género: relacionada con la forma del lenguaje está la elección del género concreto que el emisor
vaya a u lizar. El emisor debe ceñirse al género que impone la situación comunica va y
seleccionar los mecanismos y recursos textuales adecuados a ello. Será inadecuado, en un
examen, responder a un test con un desarrollo extenso o hacer un esquema cuando se pide una
respuesta breve.
Llamamos coherencia a la propiedad que enen aquellos textos que pueden ser percibidos por su
receptor como un todo estructurado, es decir, como una unidad de contenido cuyas partes intervienen de
manera relevante en el significado global. Viene determinada, pues, por la estructura semán ca —es decir,
del contenido— y se manifiesta en diferentes niveles: la totalidad del texto (coherencia global), sus partes
cons tu vas (coherencia lineal) y los diversos enunciados (coherencia local).
En otras palabras, un texto es coherente
a. Cuando presenta una unidad significa va o de sen do, apreciable en la existencia de un tema
claro y preciso (coherencia global o temá ca).
b. Cuando las partes que lo integran no aparecen aisladas, sino que se conectan unas con otras
formando una estructura (coherencia lineal o estructural).
c. Cuando los sucesivos enunciados transmiten ideas o juicios que no vulneran los principios
elementales de la lógica, el sen do común o las normas universales del saber humano
(coherencia local).
Para que pueda decirse que una sucesión de enunciados cons tuye un texto, ene que poseer un
núcleo informa vo fundamental, que denominamos asunto.
Llamaremos tema, por otra parte, a la idea que resume el sen do de cuanto se dice en el texto. El
tema incluye tanto aquello de lo que trata el texto (es decir, el asunto) como la intención que el autor ene
al producir el discurso y su ac tud ante los hechos de los que habla.
Cuando se rompe la coherencia global del discurso, es decir, cuando el conjunto de enunciados
carece de un tema general capaz de relacionar sus significados parciales, el texto deja de ser comprensible.
La comunicación entonces no se produce y, en úl mo término, la secuencia de enunciados acaba
convir éndose en un no-texto.
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Hay un tercer nivel de coherencia: la coherencia local. Entre los dis ntos enunciados, y también
dentro de cada uno de ellos y de sus cons tuyentes sintác cos, los elementos lingüís cos establecen entre
sí relaciones de significado. Estos elementos han de ser coherentes unos con otros si se quiere que el texto
pueda ser entendido en todas sus partes por el oyente o lector, es decir, si se quiere que la comunicación
tenga éxito.
Los sucesivos enunciados que forman un texto deben respetar tres principios básicos:
a. Conformidad con las normas universales del saber humano. Un texto es coherente si la
información que transmite no contradice el conocimiento que los hablantes enen del mundo y de
las cosas. Desde esta perspec va, un enunciado como “El gato volaba cantado una canción” resulta
incoherente.
b. Observación de las leyes elementales de la lógica. Un texto es coherente cuando su contenido no
quebranta la red de implicaciones y presuposiciones que subyacen en muchos enunciados, y que
no son sino obviedades que compar mos todos los hablantes. Si alguien dice que Carlos V nació en
Alemania cuando su madre se encontraba en Toledo, se produce la ruptura de una relación de
implicación y, por tanto, es incoherente.
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c. Adecuación al marco del discurso. El marco del discurso engloba el po de texto, la finalidad y la
situación comunica va en que se emite dicho texto. Hay textos cuyo contenido choca con nuestro
conocimiento del mundo y, sin embargo, resultan coherentes si tenemos en cuenta la situación en
que se producen. Así, por ejemplo, la incoherencia de la oración “El gato volaba cantando una
canción” puede neutralizarse en un discurso como el literario.
Se denomina estructura sintác ca del texto a la red de relaciones entre los dis ntos elementos y
mecanismos formales que manifiestan lingüís camente la coherencia global y lineal de las ideas del
discurso, y cohesión textual a la propiedad caracterís ca de los textos que hacen suficientemente explícita
esa coherencia interna. El análisis de los temas nos permi rá percibir el tema, las relaciones entre las ideas
y la estructura interna de los textos.
Existen numerosos procedimientos de cohesión textual. Estudiaremos sólo los más frecuentes:
5.1.1. Recurrencia
La repe ción de un elemento lingüís co a lo largo del discurso es uno de los mecanismos
fundamentales que dota de unidad al texto. Se pueden dis nguir dis ntos pos de recurrencia:
- Recurrencia léxica: repe ción de una determinada palabra en diferentes enunciados. En ocasiones
no se repite la misma palabra, sino otra relacionada léxicamente con ella (una palabra derivada o
compuesta, por ejemplo).
Ejemplos:
Había un hombre sospechoso en la puerta. El hombre llevaba gabardina y un sombrero calado
hasta los ojos.
No seas nunca violento. La violencia no lleva a ninguna parte.
Al escribir, conviene dar cierta coherencia a las frases que forman un párrafo o periodo. Dicha
coherencia se altera, y la expresión pierde claridad, cuando se producen cambios poco correctos en
el sujeto, o en la persona, voz o empo del verbo”
- Recurrencia semán ca: aparición reiterada de términos que están relacionados por su significado.
Esta relación puede ser de dis ntos pos:
a. Sinonimia: ambos términos enen el mismo significado.
Ejemplo: Había algunas estatuas en el jardín. Eran esculturas modernas.
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Tras la muerte de mi padre me exigieron varios cer ficados de defunción, así como
informes médicos donde constaran las causas del fallecimiento.
b. Antonimia: relación entre palabras del texto que enen significados opuestos.
Ejemplo: Su padre tenía una casa grande. Él la prefería pequeña.
A mi hermana le gusta el té frío. Yo prefiero tomarlo caliente.
c. Hiperonimia: se establece una relación de inclusión entre dos vocablos, de modo que el
significado del primero está incluido en el significado del segundo.
Ejemplo: Llevaba rosas en la mano. Dejó las flores en un jarrón y se acercó.
Salvo el frigorífico, que me lo regalaron, cuando me casé tuve que comprar los demás
electrodomés cos.
d. Hiponimia: se establece una relación de inclusión entre dos elementos, de modod que el
significado del segundo está incluido en el significado del primero.
Ejemplo: Este calzado me aprieta. Voy a tener que cambiar de zapatos.
Las flores han sido objeto de especial atención por parte de los poetas. Así, en la poesía del
siglo XVII la rosa simboliza la fugacidad de la vida.
e. Paráfrasis: se rehúye la expresión directa de una idea para hacerlo de forma más extensa,
dando un rodeo.
Ejemplo: Obama asis ó a la entrega de los Premios Nobel. El presidente de los EEUU
acudió a la ceremonia acompañado de su esposa.
f. Asociaciones pragmá cas: las palabras pueden considerarse relacionadas unas con otras
por el hecho de que exista conexión entre los referentes a los que designan. La aparición de
una secuencia de palabras como “coche… conductor… aparcamiento… tráfico…”
contribuirá a darle cohesión y permi rá percibir cuál es el asunto del que trata.
Ejemplo: A las 8.30 horas comenzó la clase. El profesor explicó en la pizarra las oraciones
subordinadas sustan vas; a la mitad del periodo lec vo se quedó sin za y le dijo al
delegado de curso que hiciera el favor de bajar a conserjería a coger un par de ellas.
- Recurrencia sintác ca o isotopía grama cal (paralelismo): la repe ción de una misma
construcción sintác ca en partes dis ntas del texto permite establecer conexiones de significado
entre dis ntas partes. En ocasiones, este paralelismo revela la estructura del contenido.
Ejemplo: Amaos con devoción, pero no hagáis del amor una atadura. Haced del amor un mar móvil
entre las orillas de vuestras almas. Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una
misma copa. Compar d vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo. Cantad y bailad juntos y
estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.
Un recurso lingüís co para evitar la reiteración excesiva de una determinada unidad léxica es el
empleo de proformas: palabras de significado ocasional o de significado léxico muy general, especializadas
en sus tuir a otros términos en el discurso. Precisamente por tener significado ocasional y establecer su
referencia gracias al contexto, son elementos que conectan unos elementos con otros y, por tanto,
contribuyen a la cohesión textual.
Las proformas establecen relaciones anafóricas y catafóricas con otros elementos del discurso:
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a) Pronombres: son sus tutos de sustan vos o de segmentos de oración. Pueden establcer
relaciones anafóricas y catafóricas con otros elementos del discurso.
Ejemplo:
Ayer hablé con la abuela. La encontré muy animada. (Relación anafórica: reproduce el significado
de un elemento que ha aparecido anteriormente).
Te lo advierto una vez más: estudia, si quieres sacar buenas notas. (Relación catafórica: an cipa el
significado de algo que se dice a con nuación)
b) Pro-adverbios: son adverbios de significado ocasional que sus tuyen en el enunciado en el que se
encuentran a elementos con función adverbial que han aparecido en enunciados anteriores.
Ejemplo: Fuimos a casa. Una vez allí… (Relación anafórica: reproduce el significado de un elemento
que ha aparecido anteriormente)
c) Proformas léxicas (palabras comodín): palabras de significado muy amplio que se usan como
“comodines”, es decir, como sus tutos de términos de significado más preciso; así los verbos
hacer, pasar, suceder… o los sustan vos cosa, persona… En realidad se trata de superhiperónimos
(sus tutos universales).
Ejemplo: Tengo muchas cosas que hacer: he de salir con mi hermano a comprar, luego he quedado
con mis amigos, y, a úl ma hora, me esperan en casa.
5.1.3. Elipsis
En determinados contextos, se puede omi r algún elemento léxico de una oración por haber
aparecido previamente en el discurso. El contexto permite al oyente o lector comprender a qué o a quién
se refiere el elemento ausente. Al tener que recurrir al contexto próximo, la elisión es también un
mecanismo lingüís co que permite relacionar unos enunciados con otros. Ejemplo: Juan y María se casaron
enseguida. Un mes antes aún (-) no se conocían.
Hay tres clases de elipsis: nominal, verbal y oracional:
Elipsis nominal: el elemento elidido es un nombre o un grupo nominal. Ejemplo: Yo aviso a
la madre de Luis y tú avisas a la (-) de Pedro.
Elipsis verbal: el término elidido es un verbo (en forma personal o no personal) o un grupo
verbal. Ejemplo: Mi padre saber coser, pero mi hermano no sabe. ¿Estás enfermo? No.
Elipsis oracional: el elemento elidido es una proposición subordinada. Ejemplo: Luis le pidió
al profesor que le retrasara el examen, pero este no quiso.
5.1.4. Deixis
Es un procedimiento que nos permite localizar en un texto tanto las personas, objetos y
acontecimientos como las circunstancias espacio-temporales. Hay tres pos de deixis: personal, espacial y
temporal.
a. Deixis personal: designa las dis ntas voces o personas que intervienen en el discurso:
- Emisor: individual (yo) o colec vo (nosotros/nosotras).
- Des natario: individual (tú/usted) o colec vo (vosotros/ustedes).
- 3º persona: individual (él/ella) o colec va (ellos/ellas).
Esta designación puede ser explícita (a través de los pronombres personales) o implícita (a través
de las desinencias de persona de los verbos).
b. Deixis espacial: señala los lugares o espacios que ocupan las personas y objetos en el texto. Esta
función iden ficadora la realizan:
- Los demostra vos (este, ese, aquel…) y los adverbios de lugar (aquí, ahí, allí), que muestran
el grado de proximidad o lejanía de las personas y los objetos con respecto al yo de la
enunciación.
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El orden de las palabras contribuye también a la cohesión del texto. Según vimos al hablar de la
progresión temá ca, es habitual que en los enunciados la información conocida (tema o soporte
informa vo) preceda en la oración a la información nueva (rema o aporte informa va),
independientemente de la función sintác ca que realicen las unidades sintác cas que transmitan esa
información.
Con la concatenación de tema y rema el discurso fluye de forma espontánea y natural, sin fracturas
en la cadena informa va del texto. Básicamente, pueden dis nguirse varios patrones de progresión
temá ca:
a. Progresión líneal: se produce un riguroso encadenamiento de la información conocida con la
nueva: así, el rema de una unidad informa va pasa a ser el tema de la siguiente. Este es el modelo que
predomina en los textos narra vos:
Patronio le dijo (T1) que en un pueblo había un T1: Patronio habló (se supone que el personaje es
hombre honrado (R1), que (T2) tenía un hijo conocido por el lector)
(R2), que (T3) era muy bueno (R3)… R1: Un hombre honrado vivía en un pueblo.
T2: Es hombre honrado (que)
R2: Tenía un hijo
T3: El hijo de ese hombre honrado (que)
R3: era muy bueno.
b. Progresión de tema constante: el elemento conocido o tema está presente de forma con nuada
en las nuevas informaciones que se van añadiendo. Es el modelo más frecuente en textos descrip vos y
exposi vo-argumenta vos.
(R2), rocín flaco (R3) y galgo corredor (R4) manchego (tema único y constante)
Por úl mo, son fundamentales para la cohesión los llamados marcadores discursivos: elementos
lingüís cos que permiten establecer relaciones de las ideas con el contexto y con la situación comunica va.
Dentro de la estructura oracional, hemos analizado algunos de ellos como complementos oracionales,
puesto que ma zan, precisan o comentan la unidad formada por el sujeto y el predicado. Este significado
que expresan es el que nos interesa en este tema, pues supone una relación con otras oraciones y
enunciados, y contribuye, por tanto, a la cohesión textual. Según su función dentro del texto, se pueden
dis nguir dos pos:
a) Marcadores de función pragmá ca: cons tuyen referencias a los elementos de la comunicación
que están implicados en el texto. Desde el punto de vista de la cohesión, funcionan como marcas
que ponen de manifiesto la estructura pragmá ca del texto, pues revelan, por ejemplo, cuál es la
intención o la ac tud del emisor, o quién es el des natario del discurso, o aseguran el canal
comunica vo, etc.
a. Voca vos: se refieren al des natario. Ejemplo: Juan, no te quedes ahí,
b. Apelaciones o llamadas de atención al oyente: Mira, Luis está llegando ahora.
c. Elementos con función fá ca: sirven para abrir o mantener abierta la comunicación.
Ejemplo: Bueno, a mí me gustaría un helado ¿no?; pero, en realidad, me da lo mismo.
d. Modificadores oracionales son, sobre todo, adverbios — o unidades equivalentes—
mediante los que el hablante informa de su ac tud ante la idea enunciada. Ejemplo: Por
fortuna, no pasó nada grave; también informa de su ac tud ante la enunciación misma:
Ejemplo: Sinceramente, no sé qué es lo que pretendes.
e. Interjecciones: marcas de función expresiva de los textos.
b) Marcadores de función textual o conectores discursivos: existen elementos lingüís cos que
establecen conexiones formales y de significado entre enunciados (o secuencias de enunciados)
dis ntos, poniendo de manifiesto las relaciones entre partes diferentes de la estructura de
contenidos del texto. Forman un conjunto muy heterogéneo, tanto por la categoría grama cal a la
que pertenecen (adverbios, conjunciones, locuciones de dis nto po, grupos de palabras más o
menos lexicalizados…), como por la variedad de significados que pueden aportar en el discurso.
6. LA MODALIDAD
La modalidad o modalización es una propiedad textual a través de la cual se muestra la presencia del
emisor en el texto o, lo que es lo mismo, la subje vidad. En cambio, cuando se oculta el rastro del emisor el
discurso apunta a la impersonalización, es decir, a la obje vidad.
La presencia de quien emite el mensaje se percibe mediante unas marcas explícitas y reconocibles
(modalizadores), que son las siguientes:
a) La modalidad oracional, que expresa la ac tud del hablante o su intención comunica va (duda,
posibilidad, deseo, sorpresa o admiración, apelación al receptor mediante preguntas, ruegos,
mandatos o prohibiciones).
b) La voluntad de es lo, manifiesta en el uso de recursos literarios, como los tropos (símil, metáfora,
metonimia), las figuras de dicción (asíndeton, polisíndeton) o de pensamiento (ironía, hipérbole,
lítote, personificación)…
c) El léxico valora vo, que muestra el punto de vista personal del emisor. Es el caso de los sustan vos
pondera vos (transmiten una valoración posi va o nega va), los adje vos explica vos, los
adverbios modalizadores (afortunadamente, desgraciadamente) o los diversos procedimientos
lingüís cos para expresar can dad o intensidad (prefijos intensificadores, como super-, hiper-,
extra-, ultra-, o sufijos aumenta vos y diminu vos).
d) La pogra a (tamaño, disposición o po de letra, como la cursiva o negrita), con el propósito de
llamar la atención sobre determinados contenidos del texto, y los signos de puntuación (los signos
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de exclamación, de interrogación, las comillas o los puntos suspensivos, por ejemplo, para expresar
vacilación o una deliberada ambigüedad).
e) Otras marcas modalizadoras son: el uso de la 1º persona grama cal, el modo verbal
(especialmente el subjun vo o el impera vo), las perífrasis de obligación o probabilidad.
Cuando el emisor oculta deliberadamente su presencia el texto ende a la obje vidad, propiedad del
discurso percep ble en los siguientes rasgos:
a) Ausencia de los mecanismos modalizadores vistos en el apartado anterior.
b) Empleo de oraciones con indeterminación de agente. Es el caso de las impersonales reflejas, las
pasivas sin complemento agente específico (segundas de pasiva) y las pasivas reflejas.
c) Aparición de frecuentes construcciones nominales, como resultado de la transformación de
verbos en sustan vos. Ejemplo: Próximamente, publicaré un ar culo sobre el acoso escolar/
Próxima publicación de un ar culo sobre el acoso escolar. Con este procedimiento se omite
cualquier referencia personal (los verbos son portadores de morfemas flexivos de persona, pero los
sustan vos, no).