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Todos los países desarrollados nos encontramos ante una necesidad imperiosa
de disponer de un sector público eficaz y adecuadamente dimensionado. Cada
día vamos a ser más conscientes de los costes derivados de la no
modernización de la Administración, especialmente de la pérdida de
competitividad que eso supone para el país. Otro elemento de preocupación
para los dirigentes políticos debe ser la legitimidad del sector público. Esta ya
no se da por supuesta y los ciudadanos y las empresas la están poniendo a
prueba día a día.
Estos retos a los que hemos aludido están exigiendo reformas de gran calado
en nuestras administraciones públicas. Uno de los ejes clave de estas
Dirección Estratégica de Recursos Humanos
Pensando en lo impensable
Pero, ¿que debemos entender por “reconversión” en este contexto? Pues bien,
ese proceso de reconversión incluye, a mi entender, una importante reducción
de personal y una flexibilización general de las condiciones laborales y de la
gestión de personal. Los gestores públicos nos hemos acostumbrado a
gestionar el personal de forma incrementalista, haciendo frente a los problemas
a golpe de nuevos recursos. Pero hoy debemos aprender a gestionar en un
entorno de recursos decrecientes y de problemas muchas veces impredecibles.
Esto nos obliga a perseguir a la vez eficiencia y flexibilidad, en base a la
reducción de costes y a, la reasignación continuada de los recursos (ver
cuadro).
Predecibles Impredecibles
Esa reconversión pasa por medidas a nivel macro y por multitud de procesos a
nivel micro. Examinemos algunos de ellos:
Reducciones de personal
A corto y medio plazo esta es, sin duda, una medida imprescindible. Las
plantillas de personal en las administraciones españolas están, por lo general y
con algunas excepciones, sobredimensionadas. El crecimiento de las plantillas
públicas a lo largo de los últimos quince años se justifica en su mayor parte por
la expansión de los servicios públicos y, especialmente, por la universalización
de la educación y de la sanidad pública.
Ahora bien, al lado de estos aumentos de la demanda, que han exigido más
personal para prestar nuevos servicios existen también otros factores que han
facilitado la aparición de bolsas de improductividad, especialmente en áreas
administrativas y de apoyo. Por un lado la informatización y la mejora de
Dirección Estratégica de Recursos Humanos
Esta adecuación pasa, entre otras cuestiones, por flexibilizar la ordenación del
tiempo de trabajo sobre la base del cómputo semanal o anual de la jornada.
Esto facilitaría la adecuación del flujo de trabajo a los flujos variables de la
demanda. Lógicamente su aplicación será más o menos fácil dependiendo del
tipo de servicios y de los sistemas de trabajo de cada organismo concreto, así
como de las necesidades y deseos personales de los empleados. Aún sobre la
base de una cierta voluntariedad creo que, con imaginación, hay mucho
margen para diseñar fórmulas novedosas de distribución del tiempo de trabajo
que sean beneficiosas para la organización y para sus empleados.
Contrataciones no indefinidas
Tele trabajo
Creo, pues, que debemos romper con muchos de los valores tradicionales
sobre los que se ha asentado la Función Pública. Mi propuesta en esta
dirección sería doble: por un lado hay que cambiar el marco de la gestión
de personal en las administraciones públicas.